• - "¡Adivina quien a vuelto!... jejeje... ¡Zack, preparate, ahora que soy demonio nuevamente juro destrozarte los organos!"

    Ya habian pasado los dias que necesitaba Yaken para regresar a su forma de demonio, y con su forma su personalidad volvio a tornarse mas "trastornada"

    || 1 puto año... 1 puto año esperando para poder volver a traer a Yaken demonio, T-T
    - "¡Adivina quien a vuelto!... jejeje... ¡Zack, preparate, ahora que soy demonio nuevamente juro destrozarte los organos!" Ya habian pasado los dias que necesitaba Yaken para regresar a su forma de demonio, y con su forma su personalidad volvio a tornarse mas "trastornada" || 1 puto año... 1 puto año esperando para poder volver a traer a Yaken demonio, T-T
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  • El silencio reinaba en el teatro vacío, las largas filas de butacas abandonadas como ecos de un pasado de esplendor. Las luces apenas iluminaban el escenario, como una barrera entre el mundo real y aquel que pertenecía a los muertos. El aire estaba cargado de la nostalgia de una gloria pasada, pero no había ni una chispa de vida en el vasto espacio, solo la quietud eterna de la decadencia.

    Allí, en el centro del escenario, la silueta de Lyra vislumbraba entre las sombras, su figura era esbelta y sus movimientos suaves como la seda, se mantenía en un silencio profundo, observando la oscuridad que la rodeaba. Su piel pálida reflejaba lo poco de luz que quedaba, como si su propia existencia estuviera atrapada en un sueño eterno.

    En el fondo, casi imperceptible al principio, sonó una melodía.

    https://www.youtube.com/watch?v=qeMFqkcPYcg&list=RDqeMFqkcPYcg&start_radio=1

    “Sweet dreams” un contraste bastante interesante dado al sitio donde se encontraba , su ritmo desafiante chocando con la serenidad y quietud del lugar. La canción, con su toque provocador y misterioso, parecía entrar en conflicto con la serenidad del teatro, pero de alguna manera, encajaba a la perfección. Lyra, sin poder evitarlo, sintió cómo la música invadía su cuerpo, una oleada de energía que la empujó a moverse. Solo una persona sabía lo que aquello provocaba en ella...

    Su primer movimiento fue sutil, como una sombra que se desliza por el suelo, pero pronto sus caderas comenzaron a moverse al ritmo de la canción. El sonido de los bajos pulsando a través del aire llenó el vacío del teatro, haciendo que las paredes parecieran vibrar con una energía que solo Lyra podía entender. La vampiresa comenzó a caminar, pero no de una forma común. Cada paso era una danza, un giro que desafiaba la gravedad, como si el escenario fuera suyo para siempre. Sus manos, delgadas y llenas de gracia, se elevaron suavemente, como si estuviera tocando los ecos del pasado en el aire.

    La oscuridad que la rodeaba comenzó a fundirse con ella, su figura etérea proyectada sobre las paredes del teatro, mientras sus movimientos se volvían más seductores, más atrevidos. A pesar de la naturaleza gótica de su ser, la energía de la música era tan vibrante, tan llena de vida, que parecía contrarrestar su condena eterna. Lyra no solo era una sombra en la noche, ella era una manifestación de lo prohibido, de lo que te podía dañar desde adentro.

    Sus ojos, de un rojo brillante como rubíes, brillaban en la penumbra mientras sus labios se curvaban en una sonrisa, un reflejo de su alma atormentada. La canción resonaba en su ser, sus movimientos se volvían cada vez más provocativos, como si el escenario fuera su pista de baile y ella la reina indiscutible de ese espacio olvidado.

    A medida que la melodía se intensificaba, Lyra se dejó llevar por el ritmo, un baile en el que el tiempo parecía detenerse. La historia de su vida, de su condena, se entrelazaba con la música, como si cada acorde fuera una parte de su alma rota. Pero no había tristeza en su danza, solo había un ardiente deseo de sentirse viva, de sentir esa chispa de rebelión en la piel, a pesar de la eternidad que la atrapaba.

    Su figura, elegante y llena de gracia, se movía entre las sombras del teatro, un contraste entre la luz tenue del escenario y la oscuridad que parecía alimentarla. El teatro, aunque vacío, parecía cobrar vida, como si su presencia de desbordara las paredes y desafiara el vacío. La canción continuaba, susurrando en el aire, y ella bailaba, como un alma libre atrapada en el cuerpo de un monstruo.

    ♧ Sweet dreams are made of this - murmuró en la oscuridad, su voz cálida, pero cargada de intención - Who am I to disagree?...-
    El silencio reinaba en el teatro vacío, las largas filas de butacas abandonadas como ecos de un pasado de esplendor. Las luces apenas iluminaban el escenario, como una barrera entre el mundo real y aquel que pertenecía a los muertos. El aire estaba cargado de la nostalgia de una gloria pasada, pero no había ni una chispa de vida en el vasto espacio, solo la quietud eterna de la decadencia. Allí, en el centro del escenario, la silueta de Lyra vislumbraba entre las sombras, su figura era esbelta y sus movimientos suaves como la seda, se mantenía en un silencio profundo, observando la oscuridad que la rodeaba. Su piel pálida reflejaba lo poco de luz que quedaba, como si su propia existencia estuviera atrapada en un sueño eterno. En el fondo, casi imperceptible al principio, sonó una melodía. https://www.youtube.com/watch?v=qeMFqkcPYcg&list=RDqeMFqkcPYcg&start_radio=1 “Sweet dreams” un contraste bastante interesante dado al sitio donde se encontraba , su ritmo desafiante chocando con la serenidad y quietud del lugar. La canción, con su toque provocador y misterioso, parecía entrar en conflicto con la serenidad del teatro, pero de alguna manera, encajaba a la perfección. Lyra, sin poder evitarlo, sintió cómo la música invadía su cuerpo, una oleada de energía que la empujó a moverse. Solo una persona sabía lo que aquello provocaba en ella... Su primer movimiento fue sutil, como una sombra que se desliza por el suelo, pero pronto sus caderas comenzaron a moverse al ritmo de la canción. El sonido de los bajos pulsando a través del aire llenó el vacío del teatro, haciendo que las paredes parecieran vibrar con una energía que solo Lyra podía entender. La vampiresa comenzó a caminar, pero no de una forma común. Cada paso era una danza, un giro que desafiaba la gravedad, como si el escenario fuera suyo para siempre. Sus manos, delgadas y llenas de gracia, se elevaron suavemente, como si estuviera tocando los ecos del pasado en el aire. La oscuridad que la rodeaba comenzó a fundirse con ella, su figura etérea proyectada sobre las paredes del teatro, mientras sus movimientos se volvían más seductores, más atrevidos. A pesar de la naturaleza gótica de su ser, la energía de la música era tan vibrante, tan llena de vida, que parecía contrarrestar su condena eterna. Lyra no solo era una sombra en la noche, ella era una manifestación de lo prohibido, de lo que te podía dañar desde adentro. Sus ojos, de un rojo brillante como rubíes, brillaban en la penumbra mientras sus labios se curvaban en una sonrisa, un reflejo de su alma atormentada. La canción resonaba en su ser, sus movimientos se volvían cada vez más provocativos, como si el escenario fuera su pista de baile y ella la reina indiscutible de ese espacio olvidado. A medida que la melodía se intensificaba, Lyra se dejó llevar por el ritmo, un baile en el que el tiempo parecía detenerse. La historia de su vida, de su condena, se entrelazaba con la música, como si cada acorde fuera una parte de su alma rota. Pero no había tristeza en su danza, solo había un ardiente deseo de sentirse viva, de sentir esa chispa de rebelión en la piel, a pesar de la eternidad que la atrapaba. Su figura, elegante y llena de gracia, se movía entre las sombras del teatro, un contraste entre la luz tenue del escenario y la oscuridad que parecía alimentarla. El teatro, aunque vacío, parecía cobrar vida, como si su presencia de desbordara las paredes y desafiara el vacío. La canción continuaba, susurrando en el aire, y ella bailaba, como un alma libre atrapada en el cuerpo de un monstruo. ♧ Sweet dreams are made of this - murmuró en la oscuridad, su voz cálida, pero cargada de intención - Who am I to disagree?...-
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  • Recuerdo ese día... ha pasado un tiempo. Ser un guerrero era todo lo que me importaba.
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  • Bosteza sacándose el polvo de encima.

    Ya ha pasado demasiado tiempo, y quedan poco tiempo (relativamente) para la noche del solsticio.
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  • Otro año, y otra vez el sombrero de bruja.

    Realmente... Cuánta falta de creatividad.

    ---

    || Sí, exactamente, Jean ¿? hasta acá llegan mis skills, y no quería repetir el edit del año pasado.

    En todo caso, feliz mes de Halloween! :D
    Otro año, y otra vez el sombrero de bruja. Realmente... Cuánta falta de creatividad. --- || Sí, exactamente, Jean ¿? hasta acá llegan mis skills, y no quería repetir el edit del año pasado. En todo caso, feliz mes de Halloween! :D
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  • Kazuo en un nuevo comienzo.

    Kazuo es el mismo ser, con su esencia intacta y el mismo pasado que lo forjó, pero en este universo comienza desde cero. No hay ataduras, no hay vínculos establecidos ni destinos marcados: solo un nuevo punto de partida en el que recorrer su camino.

    Aunque el mundo que lo rodea sea distinto, Kazuo no cambia. Su sabiduría, sus cicatrices, su luz y sus sombras lo acompañan, recordando que él es un alma constante más allá de los universos.

    Aquí, todo puede volver a escribirse. Es otra vida, otro espacio, otro lienzo. Pero siempre será Kazuo, con su propia verdad, listo para descubrir lo que este universo le depare.

    En este nuevo comienzo Elizabeth no existe en este universo, porque de estarlo —en cualquier forma, en cualquier tiempo o lugar— Kazuo volvería a ella sin remedio. Por eso este camino es verdaderamente un inicio desde cero.

    //Esto es un reset. Como si la cuenta hubiese sido creada desde 0. A aquellos personajes que conocen a Kazuo le propongo dos opciones;

    * Comenzar de 0. Que vuelvan a conocerse y empezar una nueva historia.

    * Mantener la presentación inicial, en resumen, ahorrarnos la presentación. Aunque igualmente todo lo ocurrido tras dicho encuentro queda totalmente anulado.

    No voy a borrar nada de la cuenta. La historia de Kazuo y Elizabeth perdurará para quien quiera disfrutar de ella.
    En el apartado de enlaces podéis leer su historia de forma cronológica.

    https://ficrol.com/posts/208109

    Su historia terminó en una heternidad juntos, formando una familia y felices.

    Dicho esto. Vuelvo a las andadas. Gracias a todes por leer hasta aquí .
    Kazuo en un nuevo comienzo. Kazuo es el mismo ser, con su esencia intacta y el mismo pasado que lo forjó, pero en este universo comienza desde cero. No hay ataduras, no hay vínculos establecidos ni destinos marcados: solo un nuevo punto de partida en el que recorrer su camino. Aunque el mundo que lo rodea sea distinto, Kazuo no cambia. Su sabiduría, sus cicatrices, su luz y sus sombras lo acompañan, recordando que él es un alma constante más allá de los universos. Aquí, todo puede volver a escribirse. Es otra vida, otro espacio, otro lienzo. Pero siempre será Kazuo, con su propia verdad, listo para descubrir lo que este universo le depare. En este nuevo comienzo Elizabeth no existe en este universo, porque de estarlo —en cualquier forma, en cualquier tiempo o lugar— Kazuo volvería a ella sin remedio. Por eso este camino es verdaderamente un inicio desde cero. //Esto es un reset. Como si la cuenta hubiese sido creada desde 0. A aquellos personajes que conocen a Kazuo le propongo dos opciones; * Comenzar de 0. Que vuelvan a conocerse y empezar una nueva historia. * Mantener la presentación inicial, en resumen, ahorrarnos la presentación. Aunque igualmente todo lo ocurrido tras dicho encuentro queda totalmente anulado. No voy a borrar nada de la cuenta. La historia de Kazuo y Elizabeth perdurará para quien quiera disfrutar de ella. En el apartado de enlaces podéis leer su historia de forma cronológica. https://ficrol.com/posts/208109 Su historia terminó en una heternidad juntos, formando una familia y felices. Dicho esto. Vuelvo a las andadas. Gracias a todes por leer hasta aquí ❤️‍🩹.
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  • Caja de una amiga:

    Estás?
    Estás dormido?
    Lo siento mucho por hacerte sentir, que soy cortante y fría.
    Me cuesta explicar y ... Siento raro el corazón cuando muestras un interés sincero debido a ello.
    Y no raro de malo, no es mi intención sonar como una víctima y evito hablar de mis sentimientos.
    Yo no soy una persona perfecta... Yo tengo muchos defectos, todos por los cuales me odio y has visto en mi Y duele..
    Duele mucho
    Me arde, me quema... No te imaginas cuanto, cuanto, cuanto me duele.
    Es tan complicado hablar de esto, sin pensar en que... Merezca todo lo malo por conductas que a veces hago y no entiendo... O quizá por como me ven que soy y yo no puedo ver como soy y lo toman como algo horrible.
    Me hacen sentir... Tan... Tan... Horrible.
    Y me duele... Me duele mucho.
    Por eso mejor me callo, antes de cagarla más por estupideces.
    Porque me lastimo mucho. No sabes cuanto... No puedes imaginarte cuanto.
    Y por preferencia callo.
    No es tu culpa, todas las cosas que me has dicho y yo lo tomo como... No sé, demaciado importante.
    Soy quizá.. demaciado sensible, también me eh odiado a mi misma por años.
    Y cuando busco tranquilidad... Es porque me cansé de todo lo malo, porque el dolor me agota profundamente.
    Evito tener golpes horribles de depresión
    Porque los pensamientos negativos retumban tanto en mi cabeza cuando los escucho... Me ciegan y me hacen ver como algo horrible, me lastimo...
    Y no quiero volver a sentir que muero.
    Desee tanto en mi pasado no volver a sentir nada, lo desee tanto frente a un espejo mirándome con odio... Porque el dolor físico en el pecho me oprime más que mi propia existencia.
    Y no quiero ver más eso... Solo, quiero ver...
    Quiero ver el valor que me quiero tener
    Quiero ver... Verme mejor.
    Por eso algunos lados me protegen erróneamente ... Aunque odie no saber cómo me equivoco.
    Es mi dolor el que está hablando... Mi furia por tanto dolor..... Y lamento no poder escapar contigo.
    Dijiste... Que serías mi lugar seguro.... Lamento mucho... Que no sea así.
    Porque ibas a serlo... Iba a confiar en ti porque aunque sea dura, te lo estabas ganando.. Pero...
    No sé en qué momento te metiste en mi pecho y después me exprimiste el corazón.
    Que ya no me siento... En un lugar seguro.
    Sabes... A nadie le digo lo que siento.
    Porque nadie tiene permitido escuchar a mi corazón.
    ni siquiera mi papá... Y mi mejor amiga se lleva un poco de ello. Porque mi mejor amiga.. mi mejor amiga realmente es maravillosa.
    Pero fuera de ahí... Con nadie lloro hablando sobre mis sentimientos.
    Y me estoy abriendo contigo con estos mensajes.. Pero, prefiero continuamente tener la caja de Pandora cerrada por siempre.
    Caja de una amiga: Estás? Estás dormido? Lo siento mucho por hacerte sentir, que soy cortante y fría. Me cuesta explicar y ... Siento raro el corazón cuando muestras un interés sincero debido a ello. Y no raro de malo, no es mi intención sonar como una víctima y evito hablar de mis sentimientos. Yo no soy una persona perfecta... Yo tengo muchos defectos, todos por los cuales me odio y has visto en mi Y duele.. Duele mucho Me arde, me quema... No te imaginas cuanto, cuanto, cuanto me duele. Es tan complicado hablar de esto, sin pensar en que... Merezca todo lo malo por conductas que a veces hago y no entiendo... O quizá por como me ven que soy y yo no puedo ver como soy y lo toman como algo horrible. Me hacen sentir... Tan... Tan... Horrible. Y me duele... Me duele mucho. Por eso mejor me callo, antes de cagarla más por estupideces. Porque me lastimo mucho. No sabes cuanto... No puedes imaginarte cuanto. Y por preferencia callo. No es tu culpa, todas las cosas que me has dicho y yo lo tomo como... No sé, demaciado importante. Soy quizá.. demaciado sensible, también me eh odiado a mi misma por años. Y cuando busco tranquilidad... Es porque me cansé de todo lo malo, porque el dolor me agota profundamente. Evito tener golpes horribles de depresión Porque los pensamientos negativos retumban tanto en mi cabeza cuando los escucho... Me ciegan y me hacen ver como algo horrible, me lastimo... Y no quiero volver a sentir que muero. Desee tanto en mi pasado no volver a sentir nada, lo desee tanto frente a un espejo mirándome con odio... Porque el dolor físico en el pecho me oprime más que mi propia existencia. Y no quiero ver más eso... Solo, quiero ver... Quiero ver el valor que me quiero tener Quiero ver... Verme mejor. Por eso algunos lados me protegen erróneamente ... Aunque odie no saber cómo me equivoco. Es mi dolor el que está hablando... Mi furia por tanto dolor..... Y lamento no poder escapar contigo. Dijiste... Que serías mi lugar seguro.... Lamento mucho... Que no sea así. Porque ibas a serlo... Iba a confiar en ti porque aunque sea dura, te lo estabas ganando.. Pero... No sé en qué momento te metiste en mi pecho y después me exprimiste el corazón. Que ya no me siento... En un lugar seguro. Sabes... A nadie le digo lo que siento. Porque nadie tiene permitido escuchar a mi corazón. ni siquiera mi papá... Y mi mejor amiga se lleva un poco de ello. Porque mi mejor amiga.. mi mejor amiga realmente es maravillosa. Pero fuera de ahí... Con nadie lloro hablando sobre mis sentimientos. Y me estoy abriendo contigo con estos mensajes.. Pero, prefiero continuamente tener la caja de Pandora cerrada por siempre.
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  • La noche en Seúl estaba bañada en un silencio pesado, interrumpido solo por el murmullo distante del tráfico y el resplandor neón que se filtraba tímidamente a través de los ventanales. En lo alto de un penthouse cuya vista dominaba la ciudad, Lián Xuefeng dormía. O al menos lo intentaba. Su cuerpo descansaba en sábanas de seda negra, pero su mente se debatía en los pasillos de un pasado que no había muerto con los siglos.

    Primero vinieron las llamas. El sueño lo arrastró al palacio ardiente, a los corredores de jade convertidos en ruinas. El humo se alzaba como demonios danzantes, y entre ellos, el rostro de ella: la sacerdotisa de mirada serena que había jurado protegerlo. Sus labios se movían, pero las palabras nunca llegaban; solo un grito ahogado antes de ser engullida por las llamas. Lián extendía la mano, pero sus dedos rozaban solo el vacío, una ausencia que ardía más que el fuego mismo.

    Luego, el hierro. El altar frío, la traición de su hermano menor clavada más hondo que las cuchillas. Sentía aún el ardor metálico en su pecho, el desgarrar de su carne, la sangre que manaba como un río oscuro. Los cánticos de los traidores lo rodeaban, celebrando su caída. Y en ese instante, justo antes de morir, el rugido interior: no humano, no terrenal. Algo dentro de él se alzó con furia, reclamando eternidad. El eco de aquel despertar aún lo perseguía.

    Lián jadeó, abriendo los ojos de golpe. La habitación estaba intacta: los ventanales de cristal, el mobiliario minimalista, la calma aséptica del presente. Y sin embargo, él seguía encadenado a la imagen de la sacerdotisa muriendo entre llamas. Su pecho subía y bajaba con violencia, como si aún llevara dentro el filo de aquellas cuchillas.

    Se incorporó lentamente, dejando que la seda resbalara por su piel pálida. Una mano fue a su rostro, cubriéndose los ojos como si pudiera borrar el recuerdo. Pero no había escapatoria. No había amanecer que pudiera disipar esa pesadilla, porque no era un sueño: era memoria.

    Caminó hasta el ventanal, observando la ciudad que brillaba como un mar de estrellas caídas. Seúl, vibrante, viva, indiferente a su tragedia. Sus dedos rozaron el cristal, fríos como el mármol, y en su mente un pensamiento lo atravesó con fuerza:
    "¿Cuántos siglos más debo cargar con este peso? ¿Soy un hombre, un monstruo, o algo que ni siquiera los dioses quisieron nombrar?"

    Un dejo de melancolía se mezcló en su mirada oscura, pero también una chispa de ira latente, de deseo de recuperar lo perdido o destruir lo que se interpusiera. La ciudad no lo sabía, pero bajo su calma nocturna caminaba un emperador olvidado, marcado por el fuego y condenado a nunca despertar del todo de sus propias pesadillas.
    La noche en Seúl estaba bañada en un silencio pesado, interrumpido solo por el murmullo distante del tráfico y el resplandor neón que se filtraba tímidamente a través de los ventanales. En lo alto de un penthouse cuya vista dominaba la ciudad, Lián Xuefeng dormía. O al menos lo intentaba. Su cuerpo descansaba en sábanas de seda negra, pero su mente se debatía en los pasillos de un pasado que no había muerto con los siglos. Primero vinieron las llamas. El sueño lo arrastró al palacio ardiente, a los corredores de jade convertidos en ruinas. El humo se alzaba como demonios danzantes, y entre ellos, el rostro de ella: la sacerdotisa de mirada serena que había jurado protegerlo. Sus labios se movían, pero las palabras nunca llegaban; solo un grito ahogado antes de ser engullida por las llamas. Lián extendía la mano, pero sus dedos rozaban solo el vacío, una ausencia que ardía más que el fuego mismo. Luego, el hierro. El altar frío, la traición de su hermano menor clavada más hondo que las cuchillas. Sentía aún el ardor metálico en su pecho, el desgarrar de su carne, la sangre que manaba como un río oscuro. Los cánticos de los traidores lo rodeaban, celebrando su caída. Y en ese instante, justo antes de morir, el rugido interior: no humano, no terrenal. Algo dentro de él se alzó con furia, reclamando eternidad. El eco de aquel despertar aún lo perseguía. Lián jadeó, abriendo los ojos de golpe. La habitación estaba intacta: los ventanales de cristal, el mobiliario minimalista, la calma aséptica del presente. Y sin embargo, él seguía encadenado a la imagen de la sacerdotisa muriendo entre llamas. Su pecho subía y bajaba con violencia, como si aún llevara dentro el filo de aquellas cuchillas. Se incorporó lentamente, dejando que la seda resbalara por su piel pálida. Una mano fue a su rostro, cubriéndose los ojos como si pudiera borrar el recuerdo. Pero no había escapatoria. No había amanecer que pudiera disipar esa pesadilla, porque no era un sueño: era memoria. Caminó hasta el ventanal, observando la ciudad que brillaba como un mar de estrellas caídas. Seúl, vibrante, viva, indiferente a su tragedia. Sus dedos rozaron el cristal, fríos como el mármol, y en su mente un pensamiento lo atravesó con fuerza: "¿Cuántos siglos más debo cargar con este peso? ¿Soy un hombre, un monstruo, o algo que ni siquiera los dioses quisieron nombrar?" Un dejo de melancolía se mezcló en su mirada oscura, pero también una chispa de ira latente, de deseo de recuperar lo perdido o destruir lo que se interpusiera. La ciudad no lo sabía, pero bajo su calma nocturna caminaba un emperador olvidado, marcado por el fuego y condenado a nunca despertar del todo de sus propias pesadillas.
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  • ⏱- Dios del tiempo... Encadenado y atrapado por el mismo tiempo de su pasado... Investigando el presente y huyendo del futuro
    ⏱- Dios del tiempo... Encadenado y atrapado por el mismo tiempo de su pasado... Investigando el presente y huyendo del futuro
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  • Después de jugar un poco durante la mañana, llenarse hasta reventar en El Buen Cazador fue a la biblioteca a donde su maestra, Lisa. Llevando a la cede de los caballeros, lo saludan los guardias como ya como alguien habitual. Razor los saluda levantando la mano y entró a la biblioteca, llegó al escritorio mas no vio a su maestra, con un caminar sigiloso buscó entre los pasillos sin encontrarla, suspiró derrotado y, para no irse de inmediato se quedó la biblioteca.

    Después de unas horas había limpiado los pasillos, los estantes, los libros y miró el escritorio de Lisa mientras tenía un trapo en mano, frunció levemente el ceño, si bien Lisa dejaba a Razor en la biblioteca hacer lo que quisiera permisiblemente hablando si había algo preciado para la "Bruja de la rosa púrpura" después de sus amados libros, bien podría ser su escritorio y cada una de las cosas que estaba en el, cada objeto sobre el mueble por muy simple que fuera sabía que ella se daría cuenta aunque hubiera sido movido milimétricamente.

    -Glup... -tragó saliva y retrocedió, podía enfrentarse a lo que fuera, incluso había peleado con Dragartos Geo, pero, jamás a su maestra-

    Como si no hubiera pasado nada retrocedió y fue por un libro de cuentos el cual se puso a leer en la silla frente al escritorio de Lisa que siempre usaba.
    Después de jugar un poco durante la mañana, llenarse hasta reventar en El Buen Cazador fue a la biblioteca a donde su maestra, Lisa. Llevando a la cede de los caballeros, lo saludan los guardias como ya como alguien habitual. Razor los saluda levantando la mano y entró a la biblioteca, llegó al escritorio mas no vio a su maestra, con un caminar sigiloso buscó entre los pasillos sin encontrarla, suspiró derrotado y, para no irse de inmediato se quedó la biblioteca. Después de unas horas había limpiado los pasillos, los estantes, los libros y miró el escritorio de Lisa mientras tenía un trapo en mano, frunció levemente el ceño, si bien Lisa dejaba a Razor en la biblioteca hacer lo que quisiera permisiblemente hablando si había algo preciado para la "Bruja de la rosa púrpura" después de sus amados libros, bien podría ser su escritorio y cada una de las cosas que estaba en el, cada objeto sobre el mueble por muy simple que fuera sabía que ella se daría cuenta aunque hubiera sido movido milimétricamente. -Glup... -tragó saliva y retrocedió, podía enfrentarse a lo que fuera, incluso había peleado con Dragartos Geo, pero, jamás a su maestra- Como si no hubiera pasado nada retrocedió y fue por un libro de cuentos el cual se puso a leer en la silla frente al escritorio de Lisa que siempre usaba.
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