• #MonoRol | La metamorfosis de la inocencia Pt. 02

    Las alarmas de los vehículos policiales que sonaban al fondo de sus pensamientos, se escuchaban como un eco sordo. Los pasos de los oficiales recorrían la escena sobre el piso de madera cubierto de sangre, y las voces de las conversaciones se escuchaban lejanas, como si su mente intentara apagar el ruido. Una pequeña Illyiv de siete años estaba sentada sobre una silla de madera, sus pies no tocaban el suelo. Estaba cubierta por una manta que una oficial le había ofrecido, intentando brindarle algo de consuelo en medio de la situación.

    La escena era desoladora. Su madre, quien había sido asesinada a golpes por su padrastro, yacía sobre el piso frío. Los oficiales y autoridades analizaban la escena, tomando notas y fotografiando cada detalle. Su padrastro había huido, y la única prueba era el testimonio de la pequeña niña de cabello blanco, quien una hora antes había realizado una llamada al servicio de emergencia.

    —Mi padrastro ha matado a mi madre... —había dicho Illyiv a través del teléfono, con una voz tan plana como el agua estancada, fría, vacía, y carente de emociones.

    Ahora, Illyiv observaba la escena como si fuera una extraña en su propio cuerpo. No hubo lágrimas, ni gritos, ni siquiera un temblor en su voz. Era como si una parte de sí misma hubiera muerto hacía mucho tiempo. Los años de abuso la habían convertido en eso, una observadora fría y distante de su propia vida.

    Una trabajadora social, que había sido llamada para hacerse cargo de la niña, se acercó a Illyiv. Colocó unos zapatos en sus pies pequeños y le dijo que era momento de que se fueran, con una voz que intentaba ser amable y comprensiva. La pequeña Illyiv, con la mirada perdida en la distancia, solo podía sentir un vacío abrumador.

    —Vamos, cariño. Es hora de irnos —dijo la trabajadora social, tomando la mano de Illyiv con suavidad—. Pronto todo estará bien.

    Illyiv no respondió, su mirada perdida en algún punto del suelo. La mujer la guió hacia un carro, abriendo la puerta trasera y ayudándola a subir. Mientras el vehículo se alejaba de la escena, Ia pequeña miró por la ventana, viendo cómo las luces de las patrullas se desvanecían en la distancia.

    La trabajadora social la llevó a un centro de acogida temporal, un lugar donde los niños en situaciones de emergencia eran llevados hasta que se pudiera encontrar una solución más permanente. El edificio tenía paredes grises y habitaciones austeras. Illyiv fue llevada a una pequeña habitación con una cama y una mesita de noche.

    —Aquí estarás segura por ahora —dijo la trabajadora social, intentando sonreír—. Si necesitas algo, solo tienes que pedirlo.

    Illyiv asintió ligeramente, pero no dijo nada. Se sentó en la cama, abrazando la manta que aún llevaba consigo. Sabía que las palabras de la trabajadora social eran una mentira piadosa. Nada estaría bien. No ahora, no nunca. Pero en ese momento, no tenía la energía para pensar en el futuro. Solo podía concentrarse en el presente, y en la confusión que la envolvía.

    Mientras la noche caía, Illyiv se acurrucó en la cama, cerrando los ojos y deseando que lo que había dicho esa mujer fuera cierto; que todo pronto estuviera bien. Pero sabía que no era así. Esta era su nueva realidad, y tendría que encontrar la manera de sobrevivir en ella.

    El centro de acogida temporal fue solo eso, temporal. Unos días más tarde, Illyiv fue trasladada a un orfanato en un pueblo cercano, donde tendría una estadía más "permanente", o al menos hasta que alguien decidiera adoptarla, si es que eso llegaba a suceder.

    La pequeña de cabello blanco y ojos vacíos, ahora en el orfanato, estaba sentada en una pequeña sala de terapia, con paredes decoradas con dibujos infantiles y juguetes brillantes que la rodeaban y parecían burlarse de ella. El lugar había sido diseñado para ser acogedor, pero para Illyiv resultaba frío y ajeno. Frente a ella, una psicóloga infantil la observaba con una mirada comprensiva. Sobre la mesa, había un dibujo que Illyiv había hecho a petición de la psicóloga: una casa solitaria sin puertas ni ventanas, rayada con un lápiz negro.

    La psicóloga, sentía un nudo en el estómago mientras miraba a la pequeña niña frente a ella. Sabía que debía manejar la situación con delicadeza, pero cada respuesta de Illyiv le rompía un poco más el corazón.

    —Illyiv, ¿tu padrastro te llegó a maltratar de alguna forma? ¿También te pegaba? —preguntó la psicóloga con suavidad, tratando de mantener su voz calmada, mientras permanecía atenta ante cualquier señal de dolor o miedo en sus ojos.

    —No —respondió Illyiv, su voz vacía y carente de emociones—. Mi padrastro nunca me pegó.

    La doctora asintió, tomando notas, sintiendo una mezcla de alivio y preocupación, siendo consciente de que cada detalle era importante para reconstruir el rompecabezas de su trauma.

    —¿No te hizo daño de ninguna otra forma? —insistió, esperando obtener más información.

    —No. Solo le pegaba a mi madre, no a mí.

    La psicóloga frunció el ceño ligeramente, mirando las cicatrices de quemaduras que cubrían la piel de Illyiv, que iban desde su espalda y se extendían hasta llegar hacia parte sus hombros. Aquellas marcas parecían formar el mapa de un territorio devastado por el fuego.

    —Entonces, ¿quién te hizo esas quemaduras en la espalda? —preguntó, con un nudo en la garganta.

    —Mi madre —dijo Illyiv, con la misma voz vacía—. Era un castigo.

    La doctora intentó mantener la calma, aunque su corazón latía con fuerza.

    —¿Por qué te castigaba de esa manera?

    —Me castigaba cuando me equivocaba en mis pasos de ballet, cuando me cansaba, cuando me quejaba por no querer practicar, o simplemente cuando era débil...

    La psicóloga tragó saliva y respiró hondo, tratando de procesar la información. Sentía una profunda tristeza por la niña que tenía frente a ella.

    —¿Nunca se lo contaste a nadie? ¿Por qué no se lo contaste a amigos o algún maestro? ¿Nunca intentaste pedir ayuda?

    —No tengo amigos. Mi madre no me dejaba salir de casa, y no iba al instituto.

    —Entonces, ¿no has recibido ningún tipo de educación?

    —Mis clases eran particulares... en casa.

    —¿Nunca le contaste a tu profesora particular sobre lo que hacía tu madre?

    —Mi madre siempre estaba presente en mis clases. No quería que nadie me metiera ideas en la cabeza o me malinfluyera.

    La doctora asintió lentamente, sintiendo una mezcla de impotencia, frustración y compasión.

    —¿Tu padrastro sabía lo que te hacía tu madre? ¿Cómo era tu relación con él?

    —Nunca estaba en casa. No sabía que me quemaba, pero tampoco le importaba. Decía que yo no era su hija.

    La psicóloga tomó notas, su corazón pesado con la carga de la historia de Illyiv. Sabía que el camino hacia la recuperación sería largo y difícil, pero estaba decidida a ayudar a la niña a encontrar algo de paz en medio de su tormento.

    —Illyiv, ¿cómo te sientes ahora? —preguntó la psicóloga, intentando conectar con la niña.

    —No lo sé —respondió Illyiv, su voz aún carente de emoción—. No me gusta este lugar —se limitó a decir.

    —¿Hay algo que te haga sentir mejor? —insistió la psicóloga, buscando una chispa de esperanza.

    Illyiv pensó por un momento.

    —Me gusta bailar...

    La mujer sonrió ligeramente, viendo una pequeña chispa de interés en los ojos de Illyiv.

    —Eso es bueno. Bailar puede ser una forma de expresar tus sentimientos y encontrar un poco de paz...

    Illyiv no respondió, parecía atrapada en su propio mundo, pero la psicóloga sentía que había encontrado un pequeño punto de conexión. Ella estaba dispuesta a acompañarla en cada paso del proceso, genuinamente interesada en ayudar a la pequeña. Sin embargo, para ese momento aquella mujer desconocía que el destino no le permitiría ayudarla, y es que la vida muchas veces puede ser cruel e impredecible.
    #MonoRol | La metamorfosis de la inocencia Pt. 02 Las alarmas de los vehículos policiales que sonaban al fondo de sus pensamientos, se escuchaban como un eco sordo. Los pasos de los oficiales recorrían la escena sobre el piso de madera cubierto de sangre, y las voces de las conversaciones se escuchaban lejanas, como si su mente intentara apagar el ruido. Una pequeña Illyiv de siete años estaba sentada sobre una silla de madera, sus pies no tocaban el suelo. Estaba cubierta por una manta que una oficial le había ofrecido, intentando brindarle algo de consuelo en medio de la situación. La escena era desoladora. Su madre, quien había sido asesinada a golpes por su padrastro, yacía sobre el piso frío. Los oficiales y autoridades analizaban la escena, tomando notas y fotografiando cada detalle. Su padrastro había huido, y la única prueba era el testimonio de la pequeña niña de cabello blanco, quien una hora antes había realizado una llamada al servicio de emergencia. —Mi padrastro ha matado a mi madre... —había dicho Illyiv a través del teléfono, con una voz tan plana como el agua estancada, fría, vacía, y carente de emociones. Ahora, Illyiv observaba la escena como si fuera una extraña en su propio cuerpo. No hubo lágrimas, ni gritos, ni siquiera un temblor en su voz. Era como si una parte de sí misma hubiera muerto hacía mucho tiempo. Los años de abuso la habían convertido en eso, una observadora fría y distante de su propia vida. Una trabajadora social, que había sido llamada para hacerse cargo de la niña, se acercó a Illyiv. Colocó unos zapatos en sus pies pequeños y le dijo que era momento de que se fueran, con una voz que intentaba ser amable y comprensiva. La pequeña Illyiv, con la mirada perdida en la distancia, solo podía sentir un vacío abrumador. —Vamos, cariño. Es hora de irnos —dijo la trabajadora social, tomando la mano de Illyiv con suavidad—. Pronto todo estará bien. Illyiv no respondió, su mirada perdida en algún punto del suelo. La mujer la guió hacia un carro, abriendo la puerta trasera y ayudándola a subir. Mientras el vehículo se alejaba de la escena, Ia pequeña miró por la ventana, viendo cómo las luces de las patrullas se desvanecían en la distancia. La trabajadora social la llevó a un centro de acogida temporal, un lugar donde los niños en situaciones de emergencia eran llevados hasta que se pudiera encontrar una solución más permanente. El edificio tenía paredes grises y habitaciones austeras. Illyiv fue llevada a una pequeña habitación con una cama y una mesita de noche. —Aquí estarás segura por ahora —dijo la trabajadora social, intentando sonreír—. Si necesitas algo, solo tienes que pedirlo. Illyiv asintió ligeramente, pero no dijo nada. Se sentó en la cama, abrazando la manta que aún llevaba consigo. Sabía que las palabras de la trabajadora social eran una mentira piadosa. Nada estaría bien. No ahora, no nunca. Pero en ese momento, no tenía la energía para pensar en el futuro. Solo podía concentrarse en el presente, y en la confusión que la envolvía. Mientras la noche caía, Illyiv se acurrucó en la cama, cerrando los ojos y deseando que lo que había dicho esa mujer fuera cierto; que todo pronto estuviera bien. Pero sabía que no era así. Esta era su nueva realidad, y tendría que encontrar la manera de sobrevivir en ella. El centro de acogida temporal fue solo eso, temporal. Unos días más tarde, Illyiv fue trasladada a un orfanato en un pueblo cercano, donde tendría una estadía más "permanente", o al menos hasta que alguien decidiera adoptarla, si es que eso llegaba a suceder. La pequeña de cabello blanco y ojos vacíos, ahora en el orfanato, estaba sentada en una pequeña sala de terapia, con paredes decoradas con dibujos infantiles y juguetes brillantes que la rodeaban y parecían burlarse de ella. El lugar había sido diseñado para ser acogedor, pero para Illyiv resultaba frío y ajeno. Frente a ella, una psicóloga infantil la observaba con una mirada comprensiva. Sobre la mesa, había un dibujo que Illyiv había hecho a petición de la psicóloga: una casa solitaria sin puertas ni ventanas, rayada con un lápiz negro. La psicóloga, sentía un nudo en el estómago mientras miraba a la pequeña niña frente a ella. Sabía que debía manejar la situación con delicadeza, pero cada respuesta de Illyiv le rompía un poco más el corazón. —Illyiv, ¿tu padrastro te llegó a maltratar de alguna forma? ¿También te pegaba? —preguntó la psicóloga con suavidad, tratando de mantener su voz calmada, mientras permanecía atenta ante cualquier señal de dolor o miedo en sus ojos. —No —respondió Illyiv, su voz vacía y carente de emociones—. Mi padrastro nunca me pegó. La doctora asintió, tomando notas, sintiendo una mezcla de alivio y preocupación, siendo consciente de que cada detalle era importante para reconstruir el rompecabezas de su trauma. —¿No te hizo daño de ninguna otra forma? —insistió, esperando obtener más información. —No. Solo le pegaba a mi madre, no a mí. La psicóloga frunció el ceño ligeramente, mirando las cicatrices de quemaduras que cubrían la piel de Illyiv, que iban desde su espalda y se extendían hasta llegar hacia parte sus hombros. Aquellas marcas parecían formar el mapa de un territorio devastado por el fuego. —Entonces, ¿quién te hizo esas quemaduras en la espalda? —preguntó, con un nudo en la garganta. —Mi madre —dijo Illyiv, con la misma voz vacía—. Era un castigo. La doctora intentó mantener la calma, aunque su corazón latía con fuerza. —¿Por qué te castigaba de esa manera? —Me castigaba cuando me equivocaba en mis pasos de ballet, cuando me cansaba, cuando me quejaba por no querer practicar, o simplemente cuando era débil... La psicóloga tragó saliva y respiró hondo, tratando de procesar la información. Sentía una profunda tristeza por la niña que tenía frente a ella. —¿Nunca se lo contaste a nadie? ¿Por qué no se lo contaste a amigos o algún maestro? ¿Nunca intentaste pedir ayuda? —No tengo amigos. Mi madre no me dejaba salir de casa, y no iba al instituto. —Entonces, ¿no has recibido ningún tipo de educación? —Mis clases eran particulares... en casa. —¿Nunca le contaste a tu profesora particular sobre lo que hacía tu madre? —Mi madre siempre estaba presente en mis clases. No quería que nadie me metiera ideas en la cabeza o me malinfluyera. La doctora asintió lentamente, sintiendo una mezcla de impotencia, frustración y compasión. —¿Tu padrastro sabía lo que te hacía tu madre? ¿Cómo era tu relación con él? —Nunca estaba en casa. No sabía que me quemaba, pero tampoco le importaba. Decía que yo no era su hija. La psicóloga tomó notas, su corazón pesado con la carga de la historia de Illyiv. Sabía que el camino hacia la recuperación sería largo y difícil, pero estaba decidida a ayudar a la niña a encontrar algo de paz en medio de su tormento. —Illyiv, ¿cómo te sientes ahora? —preguntó la psicóloga, intentando conectar con la niña. —No lo sé —respondió Illyiv, su voz aún carente de emoción—. No me gusta este lugar —se limitó a decir. —¿Hay algo que te haga sentir mejor? —insistió la psicóloga, buscando una chispa de esperanza. Illyiv pensó por un momento. —Me gusta bailar... La mujer sonrió ligeramente, viendo una pequeña chispa de interés en los ojos de Illyiv. —Eso es bueno. Bailar puede ser una forma de expresar tus sentimientos y encontrar un poco de paz... Illyiv no respondió, parecía atrapada en su propio mundo, pero la psicóloga sentía que había encontrado un pequeño punto de conexión. Ella estaba dispuesta a acompañarla en cada paso del proceso, genuinamente interesada en ayudar a la pequeña. Sin embargo, para ese momento aquella mujer desconocía que el destino no le permitiría ayudarla, y es que la vida muchas veces puede ser cruel e impredecible.
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  • ¿Quién se anima a un concurso de volar cometas?
    ¿Quién se anima a un concurso de volar cometas?
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  • - "No puedo permitir que otros caigan en sus manos. El parásito esta saliendose de control, ha logrado adaptar la forma de una sustancia similar a la sangre. Su comportamiento agresivo ha devorado demasiados huéspedes.. Necesito eliminarlo..."

    Herido, avanza hasta la siguiente habitación. Su perdida de sangre ha estado desafiando las intensas ganas de vivir de Vladimir. Entre el hilo de la vida y la muerte, llegando ya a las instalaciones de refrigerado de sustancias o prototipos experimentales. Solo quedaba destruir al sujeto experimental, solo quedaba...

    ▪︎ "¡Detenerlo ahora mismo! Que no se acerque al parásito, es peligroso para todos aquí."

    Habiendo escuchado sus voces tan cercanas, intenta apresurarse, pero la perdida de sangre ha ralentizado sus desesperados movimientos. Subiendo su mirada notaba que habria llegado, liberando el contenedor de la maquina de refrigeración aquella cápsula.

    - "Si te destruyo aquí mismo, nadie tendrá que pasar por las torturas por las que pasó mi hermana... Se acabó."

    Finalmente encuentran al individuo con la cápsula, y sin titubear el guardia arremete una rafaga de disparos sobre Vladimir buscando no dañar la capsula. Este por movimiento brusco antes de los impactos, abre la capsula en lo que seria acribillado. Asi, liberando el virus parasitario de su encierro.

    . . .

    "¿Realmente sigues con vida, Heller?"
    - "No puedo permitir que otros caigan en sus manos. El parásito esta saliendose de control, ha logrado adaptar la forma de una sustancia similar a la sangre. Su comportamiento agresivo ha devorado demasiados huéspedes.. Necesito eliminarlo..." Herido, avanza hasta la siguiente habitación. Su perdida de sangre ha estado desafiando las intensas ganas de vivir de Vladimir. Entre el hilo de la vida y la muerte, llegando ya a las instalaciones de refrigerado de sustancias o prototipos experimentales. Solo quedaba destruir al sujeto experimental, solo quedaba... ▪︎ "¡Detenerlo ahora mismo! Que no se acerque al parásito, es peligroso para todos aquí." Habiendo escuchado sus voces tan cercanas, intenta apresurarse, pero la perdida de sangre ha ralentizado sus desesperados movimientos. Subiendo su mirada notaba que habria llegado, liberando el contenedor de la maquina de refrigeración aquella cápsula. - "Si te destruyo aquí mismo, nadie tendrá que pasar por las torturas por las que pasó mi hermana... Se acabó." Finalmente encuentran al individuo con la cápsula, y sin titubear el guardia arremete una rafaga de disparos sobre Vladimir buscando no dañar la capsula. Este por movimiento brusco antes de los impactos, abre la capsula en lo que seria acribillado. Asi, liberando el virus parasitario de su encierro. . . . "¿Realmente sigues con vida, Heller?"
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  • Sometimes in my mind I get the feeling I'm the prey

    All my inhibitions try to haunt me now

    Late at night when all the world is quiet my thoughts stray

    But I, I won't go down with the wolves
    Sometimes in my mind I get the feeling I'm the prey All my inhibitions try to haunt me now Late at night when all the world is quiet my thoughts stray But I, I won't go down with the wolves
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  • Quién diría que volar una cometa sería tan emocionante y divertido.
    Quién diría que volar una cometa sería tan emocionante y divertido. :STK-9:
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  • —Se ha vuelto chiquitito otra vez, Lute le da miedo, adí que mejor se esconde metiéndosele a Adám First Man debajo de la ropa—
    —Se ha vuelto chiquitito otra vez, [Lute1] le da miedo, adí que mejor se esconde metiéndosele a [Adam1] debajo de la ropa—
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  • Como le prometí aquí tiene su poción crece pelo, agente Argent.

    𝐆𝐑𝐀𝐘𝐒𝐎𝐍 𝐀𝐑𝐆𝐄𝐍𝐓
    Como le prometí aquí tiene su poción crece pelo, agente Argent. [ThxArgent91]
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  • 𝗜𝗻𝘀𝘁𝗮𝗴𝗿𝗮𝗺 𝗣𝗼𝘀𝘁 « KirijoCompany

    𝙲𝙾𝙼𝚄𝙽𝙸𝙲𝙰𝙳𝙾 :

    Buenos días/tardes/noches, dependiendo de que horario lean este comunicado. Vengo a notificar que esta cuenta ha pasado a manos de la directiva y he borrado toda foto o video sobre mi vida, debido a que la prensa rosa adora meterse en mi vida privada. Así que no vais a ver más algún post mío de mi vida privada.

    Att : Sra Kirijo
    CEO de laboratorios Kirijo

    ‍ ‍ ‍‍ ‍
    ︎──────────────────
    ︎≡ ↴ ⌂ ⌕ ⊞ ♡
    𝗜𝗻𝘀𝘁𝗮𝗴𝗿𝗮𝗺 𝗣𝗼𝘀𝘁 « KirijoCompany 𝙲𝙾𝙼𝚄𝙽𝙸𝙲𝙰𝙳𝙾 : Buenos días/tardes/noches, dependiendo de que horario lean este comunicado. Vengo a notificar que esta cuenta ha pasado a manos de la directiva y he borrado toda foto o video sobre mi vida, debido a que la prensa rosa adora meterse en mi vida privada. Así que no vais a ver más algún post mío de mi vida privada. Att : Sra Kirijo CEO de laboratorios Kirijo ‍ ‍ ‍‍ ‍ ︎────────────────── ︎≡ ↴ ⌂ ⌕ ⊞ ♡
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  • IL MORTO CHE IMPLORA:PARTE 2/3


    —La suma sacerdotiza le dio una habitación de su mansión para quedarse por un tiempo,al anochecer ella se encontraba en el patio trasero,era un espacio enorme con algunas plantas a su alrededor,encima de ellos estaba la luna qué los acompañaría en todos sus entrenamientos—


    Suma Sacerdotiza:"Cosa puoi fare in combattimento?"

    [¿Que sabes hacer en combate?]

    —Pregunto la mujer—

    —Sono un bravo tiratore, esperto in tutti i tipi di armi da fuoco a tutte le distanze

    [Soy un fino tirador,experto en todo tipo de armas de fuego a todo tipo de distancias]

    —Aquella mujer solo se rio,para luego mirarlo a los ojos de manera seria—

    Suma Sacerdotiza:"Le armi da fuoco sono un'invenzione che rende gli esseri umani molto più idioti, funzionano solo per i codardi che non attaccano frontalmente, durante i miei insegnamenti non userai quella, utilizzerai le tue mani e tutto ciò che avrai a portata di mano come un'arma mortale, "Farò in modo che pistole e fucili sembrino una cosa del passato"

    [Las armas de fuego son un invento que hace al humano mucho mas idiota,solo sirven para los cobardes que no atacan de frente,durante mis enseñanzas no usaras eso,usaras tus manos y todo lo que tengas a mano como un arma mortal,hare que las pistolas y rifles parezcan una cosa del pasado]


    —Y ella cumplió sus palabras aquella noche,durante 6 meses,aquella mujer lo instruyó de manera profunda en las artes marciales de todo tipo y en el fino arte de la espada,enseñándole todo tipo de forma de combate,desde las barbaricas peleas de los caballeros medievales hasta la fascinante forma de combate de los mejores samurai de la historia,en el séptimo mes,cuando aquella mujer casi lo aceptaba como su propio hijo,decidió darle el regalo más valioso y único que le dio jamás a uno de sus Alumnos—


    Suma Sacerdotiza:"Mio caro ragazzo, ti ho insegnato tutto quello che so e anche di più, e tu mi hai insegnato, ti ho trasformato da un semplice sicario alle prime armi a un'eccezionale arma mortale vivente in così poco tempo... Non avrei mai pensato di fare questo per uno studente Ma... ti farò una spada, la forgerò con il miglior acciaio del mondo, la farò con le mie mani in appena una settimana... e ti prometto che quella spada sarà la più spada pericolosa e temuta che il mondo abbia mai visto."


    [Mi querido muchacho,te he enseñado todo lo que se y mas,y tu me enseñaste a mi,te moldee de un simple sicario novato a una excepcional arma mortal viviente en tan poco tiempo....nunca pense hacer esto por un alumno,pero...te hare una espada,la forjare con el mejor acero de la tierra,la fabricare con mis propias manos en solo una semana...y te prometo,que esa espada sera la mas peligrosa y temida que el mundo haya visto]


    Concluira....
    IL MORTO CHE IMPLORA:PARTE 2/3 —La suma sacerdotiza le dio una habitación de su mansión para quedarse por un tiempo,al anochecer ella se encontraba en el patio trasero,era un espacio enorme con algunas plantas a su alrededor,encima de ellos estaba la luna qué los acompañaría en todos sus entrenamientos— Suma Sacerdotiza:"Cosa puoi fare in combattimento?" [¿Que sabes hacer en combate?] —Pregunto la mujer— —Sono un bravo tiratore, esperto in tutti i tipi di armi da fuoco a tutte le distanze [Soy un fino tirador,experto en todo tipo de armas de fuego a todo tipo de distancias] —Aquella mujer solo se rio,para luego mirarlo a los ojos de manera seria— Suma Sacerdotiza:"Le armi da fuoco sono un'invenzione che rende gli esseri umani molto più idioti, funzionano solo per i codardi che non attaccano frontalmente, durante i miei insegnamenti non userai quella, utilizzerai le tue mani e tutto ciò che avrai a portata di mano come un'arma mortale, "Farò in modo che pistole e fucili sembrino una cosa del passato" [Las armas de fuego son un invento que hace al humano mucho mas idiota,solo sirven para los cobardes que no atacan de frente,durante mis enseñanzas no usaras eso,usaras tus manos y todo lo que tengas a mano como un arma mortal,hare que las pistolas y rifles parezcan una cosa del pasado] —Y ella cumplió sus palabras aquella noche,durante 6 meses,aquella mujer lo instruyó de manera profunda en las artes marciales de todo tipo y en el fino arte de la espada,enseñándole todo tipo de forma de combate,desde las barbaricas peleas de los caballeros medievales hasta la fascinante forma de combate de los mejores samurai de la historia,en el séptimo mes,cuando aquella mujer casi lo aceptaba como su propio hijo,decidió darle el regalo más valioso y único que le dio jamás a uno de sus Alumnos— Suma Sacerdotiza:"Mio caro ragazzo, ti ho insegnato tutto quello che so e anche di più, e tu mi hai insegnato, ti ho trasformato da un semplice sicario alle prime armi a un'eccezionale arma mortale vivente in così poco tempo... Non avrei mai pensato di fare questo per uno studente Ma... ti farò una spada, la forgerò con il miglior acciaio del mondo, la farò con le mie mani in appena una settimana... e ti prometto che quella spada sarà la più spada pericolosa e temuta che il mondo abbia mai visto." [Mi querido muchacho,te he enseñado todo lo que se y mas,y tu me enseñaste a mi,te moldee de un simple sicario novato a una excepcional arma mortal viviente en tan poco tiempo....nunca pense hacer esto por un alumno,pero...te hare una espada,la forjare con el mejor acero de la tierra,la fabricare con mis propias manos en solo una semana...y te prometo,que esa espada sera la mas peligrosa y temida que el mundo haya visto] Concluira....
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  • ⸺ I see a lily on thy brow,
    With anguish moist and fever-dew,
    And on thy cheeks a fading rose
    Fast withereth too.

    I met a lady in the meads,
    Full beautiful, a fairy’s child;
    Her hair was long, her foot was light,
    And her eyes were wild.⸺

    John Keats (1795-1821)
    ⸺ I see a lily on thy brow, With anguish moist and fever-dew, And on thy cheeks a fading rose Fast withereth too. I met a lady in the meads, Full beautiful, a fairy’s child; Her hair was long, her foot was light, And her eyes were wild.⸺ John Keats (1795-1821)
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