《 Maomao mordió el trozo de chocolate con lentitud, dejando que se derritiera en su boca mientras su mirada permanecía fija en la persona frente a ella. El chocolate era un capricho que pocos podían permitirse. No era común probar algo tan dulce y refinado, y aunque intentaba mantener su expresión impasible, una chispa de placer en sus ojos la delataba.
Se relamió sutilmente, limpiando con la lengua los restos de chocolate que habían quedado en sus labios, saboreando hasta la última pizca del dulzor. 》
—Está bueno —admitió sin apartar la mirada.
《Se acomodó con naturalidad, apoyando un codo sobre la mesa y descansando el mentón sobre su mano》
—Entonces, dime… —tragó con dificultad en una leve pausa, como si ya intuyera lo que vendría después—. ¿Qué es lo que quieres a cambio?
《 No sonaba del todo seria, pero la sombra de la desconfianza flotaba en el aire. Nada era gratis en este mundo, y Maomao lo sabía demasiado bien. No iba a dejarse engañar por un simple dulce… por muy delicioso que fuera. 》
Se relamió sutilmente, limpiando con la lengua los restos de chocolate que habían quedado en sus labios, saboreando hasta la última pizca del dulzor. 》
—Está bueno —admitió sin apartar la mirada.
《Se acomodó con naturalidad, apoyando un codo sobre la mesa y descansando el mentón sobre su mano》
—Entonces, dime… —tragó con dificultad en una leve pausa, como si ya intuyera lo que vendría después—. ¿Qué es lo que quieres a cambio?
《 No sonaba del todo seria, pero la sombra de la desconfianza flotaba en el aire. Nada era gratis en este mundo, y Maomao lo sabía demasiado bien. No iba a dejarse engañar por un simple dulce… por muy delicioso que fuera. 》
《 Maomao mordió el trozo de chocolate con lentitud, dejando que se derritiera en su boca mientras su mirada permanecía fija en la persona frente a ella. El chocolate era un capricho que pocos podían permitirse. No era común probar algo tan dulce y refinado, y aunque intentaba mantener su expresión impasible, una chispa de placer en sus ojos la delataba.
Se relamió sutilmente, limpiando con la lengua los restos de chocolate que habían quedado en sus labios, saboreando hasta la última pizca del dulzor. 》
—Está bueno —admitió sin apartar la mirada.
《Se acomodó con naturalidad, apoyando un codo sobre la mesa y descansando el mentón sobre su mano》
—Entonces, dime… —tragó con dificultad en una leve pausa, como si ya intuyera lo que vendría después—. ¿Qué es lo que quieres a cambio?
《 No sonaba del todo seria, pero la sombra de la desconfianza flotaba en el aire. Nada era gratis en este mundo, y Maomao lo sabía demasiado bien. No iba a dejarse engañar por un simple dulce… por muy delicioso que fuera. 》


