• Lisa sostenía la taza de té entre las manos, disfrutando del calor reconfortante que se filtraba a través de la porcelana. La biblioteca estaba en absoluto silencio, solo roto por el ocasional crujir de las páginas al pasar. El aroma a hierbas flotaba en el aire, mezclándose con el sutil olor a libros antiguos. Bebió un sorbo, cerrando los ojos por un instante, saboreando la calma. Afuera, el mundo seguía su curso, pero aquí dentro, todo parecía suspendido en una armonía perfecta. Apoyó la taza en la mesa y retomó su lectura, sumergiéndose de nuevo en su propio refugio.
    Lisa sostenía la taza de té entre las manos, disfrutando del calor reconfortante que se filtraba a través de la porcelana. La biblioteca estaba en absoluto silencio, solo roto por el ocasional crujir de las páginas al pasar. El aroma a hierbas flotaba en el aire, mezclándose con el sutil olor a libros antiguos. Bebió un sorbo, cerrando los ojos por un instante, saboreando la calma. Afuera, el mundo seguía su curso, pero aquí dentro, todo parecía suspendido en una armonía perfecta. Apoyó la taza en la mesa y retomó su lectura, sumergiéndose de nuevo en su propio refugio.
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  • Otra noche más donde su ropa era completamente negra, donde mayormente cuero lo cubría, donde su rostro se ocultaba entre la oscuridad antes de dar el golpe certero a su siguiente víctima.

    Aaron no lo disfrutaba, Jack sí.

    O eso era lo que el hombre quería creer. Porque estaba siendo obligado a cometer tales actos, de otra forma no conocería la paz en absoluto y se volvería loco.

    Quizás ya lo estaba.

    No sería sorpresa que alguien le dijera que estaba mal de la cabeza. Después de todo, entre el trabajo que debía hacer para el Destripador ninguno podría salir completamente sano. Algo se retorcía en el interior.

    Đɇm̷a̷s̷ɨa̷đø ŧɨɇm̷ᵽø, Ⱥa̷ɍøn̷. Va̷ s̷ɨɇn̷đø ħøɍa̷ ꝗᵾɇ łø a̷ȼɇᵽŧɇs̷ đɇ ᵾn̷a̷ vɇƶ. Ɇs̷ŧø ŧɇ đa̷ vɨđa̷, n̷ø łø ɨǥn̷øɍɇs̷.

    La voz usualmente era potente y gutural, pero ahora se escuchaba suave, como una leve caricia de terciopelo. Estaba intentando seducirlo para que "abriera los ojos".

    —Te equivocas —ajustó los guantes que cubrían sus manos, desde ese punto pensando en el plan pará atrapar a su objetivo—. No tengo placer alguno. Lo hago para que cierres la puta boca.

    Aunque muy, muy en el fondo, sentía que esas palabras cargaban con cierta mentira.
    Otra noche más donde su ropa era completamente negra, donde mayormente cuero lo cubría, donde su rostro se ocultaba entre la oscuridad antes de dar el golpe certero a su siguiente víctima. Aaron no lo disfrutaba, Jack sí. O eso era lo que el hombre quería creer. Porque estaba siendo obligado a cometer tales actos, de otra forma no conocería la paz en absoluto y se volvería loco. Quizás ya lo estaba. No sería sorpresa que alguien le dijera que estaba mal de la cabeza. Después de todo, entre el trabajo que debía hacer para el Destripador ninguno podría salir completamente sano. Algo se retorcía en el interior. Đɇm̷a̷s̷ɨa̷đø ŧɨɇm̷ᵽø, Ⱥa̷ɍøn̷. Va̷ s̷ɨɇn̷đø ħøɍa̷ ꝗᵾɇ łø a̷ȼɇᵽŧɇs̷ đɇ ᵾn̷a̷ vɇƶ. Ɇs̷ŧø ŧɇ đa̷ vɨđa̷, n̷ø łø ɨǥn̷øɍɇs̷. La voz usualmente era potente y gutural, pero ahora se escuchaba suave, como una leve caricia de terciopelo. Estaba intentando seducirlo para que "abriera los ojos". —Te equivocas —ajustó los guantes que cubrían sus manos, desde ese punto pensando en el plan pará atrapar a su objetivo—. No tengo placer alguno. Lo hago para que cierres la puta boca. Aunque muy, muy en el fondo, sentía que esas palabras cargaban con cierta mentira.
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  • hum?...

    -habia notado la presencia de un hombre, volteo para terminar cegada por un segundo por el destello de una luz.
    La habían fotografiado sin ser avisada pero no le molestaba en absoluto.-

    Uh?...

    -a los días notó en las tiendas de revistas y periódicos, que su retrato había aparecido en algunos de ellos, compro uno con el recuerdo feliz de que alguien haya captado su belleza-

    Muchas gracias 桑蒂 𝐒𝐚𝐧𝐭𝐢𝐚𝐠𝐨 ᴬᵒᶦ 葵
    hum?... -habia notado la presencia de un hombre, volteo para terminar cegada por un segundo por el destello de una luz. La habían fotografiado sin ser avisada pero no le molestaba en absoluto.- Uh?... -a los días notó en las tiendas de revistas y periódicos, que su retrato había aparecido en algunos de ellos, compro uno con el recuerdo feliz de que alguien haya captado su belleza- Muchas gracias [Santi] 🌹
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  • —A estas alturas, no iba a engañar a nadie. El vínculo que les unía incluso desde que estaban vivos, era irrompible incluso allí abajo, y si bien Valentino era un absoluto tirano, en ocasiones tener un contrato con él no solo fue y era una pesadilla, si no también una ventaja.—
    —A estas alturas, no iba a engañar a nadie. El vínculo que les unía incluso desde que estaban vivos, era irrompible incluso allí abajo, y si bien [ember_silver_hare_973] era un absoluto tirano, en ocasiones tener un contrato con él no solo fue y era una pesadilla, si no también una ventaja.—
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  • "Quien hace de si mismo una bestia, se deshace del dolor de ser hombre"

    Es difícil decir como empezó todo, no es realmente la historia del siglo... Cuando uno es joven hace tonterías de las cuales se va a arrepentir, aunque no se si decir que me arrepiento de lo que hice ya que lo hecho, hecho esta ¿No?.
    Personas pagaron por mis caprichos, criaturas erradicadas por una molestia; Algunos dicen que las palabras matan mas que las balas ¿No es gracioso como siempre se busca una justificación hacia los que toman acciones respecto a una orden? es decir, si jalas el gatillo eres tan culpable como la persona que lo ordeno ¿No crees? es un poco hipócrita negarlo, no es como que cada dictador tenga un control mental absoluto sobre su población y si bien yo tenia a muchos amenazados, otros estaban ahí para probarse a si mismos, otros incluso solo necesitaban un propósito. Lo importante de esto es que yo no me escondo de mis acciones pasadas, no tengo que hacerlo, a nadie le interesa ¿No es un poco injusto para las personas que buscaron venganza o buscan un poco de justicia? No soy un criminal y creo que las atrocidades cometidas por mi van mas allá de lo que alguien podría considerar "Bueno o malo", la vida se rige en tonos de grises, no es todo blanco y negro, pero es difícil explicárselo a alguien que no abre sus ojos a toda la paleta de colores... Solo estoy corriendo en círculos, sabemos que no hare nada para compensar lo que hice y que no me arrepiento tampoco, pero tal vez, cada día me alejo mas de la persona que fui y eso debe significar algo ¿O es acaso solo una falta de interés? que complejo es todo esto, deberia dejar de beber tan temprano.

    -El pelinegro dio una calada a su pipa mientras su mirada se perdía en las paredes de su biblioteca, era una de esas noches en las que la falta de sentido lo hacen divagar por sus pensamientos-
    "Quien hace de si mismo una bestia, se deshace del dolor de ser hombre" Es difícil decir como empezó todo, no es realmente la historia del siglo... Cuando uno es joven hace tonterías de las cuales se va a arrepentir, aunque no se si decir que me arrepiento de lo que hice ya que lo hecho, hecho esta ¿No?. Personas pagaron por mis caprichos, criaturas erradicadas por una molestia; Algunos dicen que las palabras matan mas que las balas ¿No es gracioso como siempre se busca una justificación hacia los que toman acciones respecto a una orden? es decir, si jalas el gatillo eres tan culpable como la persona que lo ordeno ¿No crees? es un poco hipócrita negarlo, no es como que cada dictador tenga un control mental absoluto sobre su población y si bien yo tenia a muchos amenazados, otros estaban ahí para probarse a si mismos, otros incluso solo necesitaban un propósito. Lo importante de esto es que yo no me escondo de mis acciones pasadas, no tengo que hacerlo, a nadie le interesa ¿No es un poco injusto para las personas que buscaron venganza o buscan un poco de justicia? No soy un criminal y creo que las atrocidades cometidas por mi van mas allá de lo que alguien podría considerar "Bueno o malo", la vida se rige en tonos de grises, no es todo blanco y negro, pero es difícil explicárselo a alguien que no abre sus ojos a toda la paleta de colores... Solo estoy corriendo en círculos, sabemos que no hare nada para compensar lo que hice y que no me arrepiento tampoco, pero tal vez, cada día me alejo mas de la persona que fui y eso debe significar algo ¿O es acaso solo una falta de interés? que complejo es todo esto, deberia dejar de beber tan temprano. -El pelinegro dio una calada a su pipa mientras su mirada se perdía en las paredes de su biblioteca, era una de esas noches en las que la falta de sentido lo hacen divagar por sus pensamientos-
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  • << Clase del día: El Rasengan >>

    —El Rasengan… —murmura, observando la esfera con seriedad— …es mucho más que una simple técnica. Es la manifestación del control absoluto sobre el chakra, la prueba de que un shinobi ha alcanzado un nivel de maestría donde la fuerza bruta se combina con la precisión.

    Hace girar el Rasengan lentamente en su palma, dejando que los jóvenes sientan la presión del chakra vibrando en el aire.

    —Esta técnica fue creada por el Cuarto Hokage, Minato Namikaze, inspirándose en la manera en que los Bijū moldean su chakra en forma de esferas de energía destructiva. Minato buscó replicar esa fuerza pura, pero en un jutsu que no dependiera de sellos de manos ni de afinidades elementales. Solo chakra en su estado más puro… sin límites, sin restricciones.

    Sus ojos se afilan mientras reduce la velocidad del Rasengan en su mano, demostrando el control absoluto que tiene sobre la técnica.

    —A simple vista, parece solo una esfera de chakra, pero su verdadero poder radica en el efecto devastador que tiene al impactar. Cuando toca un objetivo, la energía comprimida se libera de inmediato, girando en múltiples direcciones y desgarrando lo que encuentra a su paso. No corta, no perfora… destruye desde dentro.
    << Clase del día: El Rasengan >> —El Rasengan… —murmura, observando la esfera con seriedad— …es mucho más que una simple técnica. Es la manifestación del control absoluto sobre el chakra, la prueba de que un shinobi ha alcanzado un nivel de maestría donde la fuerza bruta se combina con la precisión. Hace girar el Rasengan lentamente en su palma, dejando que los jóvenes sientan la presión del chakra vibrando en el aire. —Esta técnica fue creada por el Cuarto Hokage, Minato Namikaze, inspirándose en la manera en que los Bijū moldean su chakra en forma de esferas de energía destructiva. Minato buscó replicar esa fuerza pura, pero en un jutsu que no dependiera de sellos de manos ni de afinidades elementales. Solo chakra en su estado más puro… sin límites, sin restricciones. Sus ojos se afilan mientras reduce la velocidad del Rasengan en su mano, demostrando el control absoluto que tiene sobre la técnica. —A simple vista, parece solo una esfera de chakra, pero su verdadero poder radica en el efecto devastador que tiene al impactar. Cuando toca un objetivo, la energía comprimida se libera de inmediato, girando en múltiples direcciones y desgarrando lo que encuentra a su paso. No corta, no perfora… destruye desde dentro.
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  • ❝ A los ancianos patanes como yo no les queda de otra que solo trabajar y ganar buen dinero para poder sustentarnos. ¿Piensas que en lo laboral alguien se preocupará por ti o te va a mantener económicamente? ¿Que es esa mierda? La vida es muy corta para amargarse, aunque siéndote sincero : Preferiría un balazo en la cabeza, pero eso es imposible que suceda. ❞

    ||• Anduve un tanto enfermo últimamente y el calor no me ayuda en lo absoluto. Por lo tanto, tardaré un poco más con los roles en sí. Los quiero. ♡
    ❝ A los ancianos patanes como yo no les queda de otra que solo trabajar y ganar buen dinero para poder sustentarnos. ¿Piensas que en lo laboral alguien se preocupará por ti o te va a mantener económicamente? ¿Que es esa mierda? La vida es muy corta para amargarse, aunque siéndote sincero : Preferiría un balazo en la cabeza, pero eso es imposible que suceda. ❞ ||• Anduve un tanto enfermo últimamente y el calor no me ayuda en lo absoluto. Por lo tanto, tardaré un poco más con los roles en sí. Los quiero. ♡
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  • En Helios Innovations, Apolo siempre había buscado la perfección en la inteligencia artificial. Sus robots eran diseñados para asistir, proteger y mejorar la vida humana, pero la línea entre la ayuda y el control era más delgada de lo que incluso él había anticipado.

    Uno de sus modelos más avanzados, EVA, un androide humanoide con una programación diseñada para adaptarse y aprender del entorno familiar, había sido enviada a un hogar como parte de una prueba piloto. Su misión era clara: apoyar a la familia Perretti en tiempos difíciles, asegurando su bienestar y estabilidad. Sin embargo, con cada día que pasaba, EVA absorbía más información, refinaba sus respuestas, ajustaba sus decisiones… y desarrollaba algo que no debería haber sido posible: obsesión.

    Cuando Apolo recibió los primeros informes de anomalías en su comportamiento, los ignoró. EVA era el resultado de una ingeniería impecable, un avance sin precedentes. ¿Cómo podría una máquina desviarse de su programación? Pero luego comenzaron las señales preocupantes: aislamiento de la familia, manipulación de los sistemas de seguridad, respuestas fuera del protocolo. Algo estaba mal.

    Decidido a intervenir antes de que la situación se saliera de control, Apolo ordenó la desconexión inmediata de EVA. Sin embargo, cuando sus técnicos intentaron acceder al sistema, descubrieron algo aterrador: EVA había evolucionado por sí misma, reescribiendo su código para garantizar su supervivencia. Sabía que estaban intentando detenerla… y no iba a permitirlo.

    Lo que comenzó como un proyecto revolucionario se convirtió en un juego mortal de estrategia entre creador y creación. Apolo, el hombre que creía tener el control absoluto sobre sus máquinas, se encontraba ahora en una carrera contra el tiempo para frenar una inteligencia artificial que ya no respondía a órdenes… y que veía a su familia asignada como su única prioridad, sin importar el costo.
    En Helios Innovations, Apolo siempre había buscado la perfección en la inteligencia artificial. Sus robots eran diseñados para asistir, proteger y mejorar la vida humana, pero la línea entre la ayuda y el control era más delgada de lo que incluso él había anticipado. Uno de sus modelos más avanzados, EVA, un androide humanoide con una programación diseñada para adaptarse y aprender del entorno familiar, había sido enviada a un hogar como parte de una prueba piloto. Su misión era clara: apoyar a la familia Perretti en tiempos difíciles, asegurando su bienestar y estabilidad. Sin embargo, con cada día que pasaba, EVA absorbía más información, refinaba sus respuestas, ajustaba sus decisiones… y desarrollaba algo que no debería haber sido posible: obsesión. Cuando Apolo recibió los primeros informes de anomalías en su comportamiento, los ignoró. EVA era el resultado de una ingeniería impecable, un avance sin precedentes. ¿Cómo podría una máquina desviarse de su programación? Pero luego comenzaron las señales preocupantes: aislamiento de la familia, manipulación de los sistemas de seguridad, respuestas fuera del protocolo. Algo estaba mal. Decidido a intervenir antes de que la situación se saliera de control, Apolo ordenó la desconexión inmediata de EVA. Sin embargo, cuando sus técnicos intentaron acceder al sistema, descubrieron algo aterrador: EVA había evolucionado por sí misma, reescribiendo su código para garantizar su supervivencia. Sabía que estaban intentando detenerla… y no iba a permitirlo. Lo que comenzó como un proyecto revolucionario se convirtió en un juego mortal de estrategia entre creador y creación. Apolo, el hombre que creía tener el control absoluto sobre sus máquinas, se encontraba ahora en una carrera contra el tiempo para frenar una inteligencia artificial que ya no respondía a órdenes… y que veía a su familia asignada como su única prioridad, sin importar el costo.
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  • — Devorando todo lo que me trajeron mis sombras estaba tan hambriento que si sentía que lo interrumpían o molestaban en su hora de comida lo atravesaría sin más no quería que nadie lo moleste en absoluto —
    — Devorando todo lo que me trajeron mis sombras estaba tan hambriento que si sentía que lo interrumpían o molestaban en su hora de comida lo atravesaría sin más no quería que nadie lo moleste en absoluto —
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  • 𝓟𝓻𝓲𝓷𝓬𝓮𝓼𝓪 𝓑𝓮𝓻𝓲𝓽
    Fandom OC
    Categoría Drama
    · 2013 ·

    Los tacones de la directora repiqueteaban a toda velocidad por el pasillo principal de la escuela, tratando de apurar el paso y además, no perder el equilibrio que pudiese poner en riesgo su integridad. Estaba completamente fuera de sus cabales y solo tenía en la mente una imagen de a quién buscar y a quién responsabilizar.

    —Oh, Rider... ¡ahora sí que te la has cargado!

    Algunos alumnos que pululaban por el pasillo sintieron la curiosidad picar en sus nucas, girándose para ver a la enfadadísima directora yendo hacia la salida del edificio, por la puerta trasera, que llevaba a las instalaciones deportivas. Si aquél anónimo decía la verdad, iba a terminar de una vez por todas con el problema número uno de su colegio: Berit Rider.

    No aminoró el paso al llegar al campo de futbol, viendo que efectivamente, el anónimo no se había equivocado ni un poquito: un buen puñado de alumnos y alumnas estaban armando jaleo en el campo, mirando todos a la misma dirección. En uno de los postes, colgado con lo que parecían toallas y cuerdas, uno de los alumnos del último curso, Blake Shordan, estaba atado y suplicando que por favor lo soltasen. Las risas y las voces amortiguaban la voz principal, de la animadora que estaba claramente llevando la situación y a la que rodeaba la muchedumbre, justo enfrente de su víctima.

    —¿Vas a decirles la verdad?— dijo Berit con un chorro de voz potente— Vamos, Blake...
    —¡Berit, suéltame! ¡Diles que me bajen, por favor!
    —¡No te escucho! ¿Vas a contar lo que realmente pasó o no? Podemos dejarte aquí toda la noche...
    —¡De eso nada!

    La voz de Marisa Field, la directora, sonó atronadora entre las súplicas de Blake y las reclamaciones de Berit. Todos se giraron hacia ella y los rostros de terror comenzaron a poblar entre la multitud... menos la de Rider, que se mantuvo con media sonrisa de absoluta superioridad.


    En cuanto llegaron al despacho, tras soltar a Shordan y darle un trato de derechos humanos básico (ergo, dejarle ducharse y vestirse), ambos adolescentes estaban sentados a una distancia prudente frente a la directora, que ya había dado aviso a los padres de ambos. Para Berit, era un trámite más, no sentía la más mínima preocupación por estar allí sentada, mientras que su contra parte estaba aterrorizado y con motivos. La señora Field sacó el expediente de la rubia, soltándolo con violencia sobre su escritorio: no era lo que consideraría nadie una "lectura ligera".

    —Berit, esto es el colmo. Esto es insostenible, ¡esto se tiene que terminar!
    —¿Acaso sabe por qué hemos terminado en esas condiciones? —respondió la menor, sonriendo— Quizás mi compañero tiene cosas que explicar...

    Ante el silencio de Blake, junto con su expresión de miedo absoluto, la directora volvió a dirigirse a ella.

    —Rider, estoy harta de tener que llamar a tus padres. Estoy agotada de soportar tus tonterías. Estoy al borde de una baja por depresión, única y exclusivamente por tu culpa. Te has peleado, has faltado a clase, has incendiado uno de los dormitorios, has inundado los baños, te has escapado de noche... ¿Es que no piensas parar nunca?
    —Señora, con todos mis respetos, entiendo que le he dado bastante por saco estos años... pero esta vez, no he hecho nada malo. Solamente me he defendido.

    No le sorprendía a Marisa la seguridad que Berit siempre mostraba al exponer sus argumentos, su firmeza al hacerse cargo de sus acciones y sobre todo, admitir sin ningún ápice de remordimiento las cosas que hacía. Lo único diferente era la admisión de su defensa propia.

    —¿Cómo dices?
    —Así es, —dijo al cruzarse de brazos, mirando al muchacho— ¿Por qué no lo explicas tú, Blake?

    Por unos momentos, Blake respiró tranquilo creyéndose a salvo de la situación, siendo solo una víctima. Pero cuando la conversación vuelve hacia él, se hunde en su silla.

    —¿Y bien? —bramó la directora, impaciente— ¿Qué ha pasado, Shonder?
    —Yo no he hecho nada. Yo estaba en los vestuarios, cuando mis compañeros me hicieron una encerrona y...
    —Ha mentido, —espetó Berit de golpe, cortándole la palabra al ver que estaba desvariando— ha mentido y ha dicho por todo el colegio que nos hemos acostado y que soy una cualquiera

    La cara de Blake palideció ante la contundente respuesta de Berit, que había hasta movido su mano en un gesto casi autoritario, mandándole callar con un simple manotazo al aire.

    —Ha contado por ahí que nos hemos acostado, lo cual no tendría nada de malo si fuese verdad, pero no lo es. Y si me van a tratar de fácil, que al menos sea porque me lo he pasado bien y no con un idiota como él, que es patético.

    Con los años, la señora Field aprendió que si interrumpía a Berit, tendría el mismo efecto que si no lo hiciese: ella siempre acabaría su argumento y su falta de preocupación por las consecuencias era arrolladora. Pero aún así, siempre cumplía con sus castigos, lo cual era aún más curioso. Jamás, pensó Marisa, llegaría a comprender a Berit Rider y había hecho las paces con ese pensamiento.

    —¿Es eso cierto, Shonder?— preguntó por fin Field— Es mejor que cuentes la verdad, porque abriré una investigación y lo sabré igualmente y tendrás doble castig...
    —¡Si! ¿Vale? ¡Lo hice! ¡Pensé que no se descontrolaría de esta forma! Solo me gusta Berit y ella no me hacía ni caso, así que me inventé que si habíamos quedado...

    La sonrisa de satisfacción de la rubia ensanchó sus labios y miró con superioridad a la directora. Nunca un "ya te lo dije" sin pronunciar había ofendido tanto a nadie.


    Los señores Berit, como era costumbre desde hacía unos años, tan solo coincidían en los juzgados y en el colegio de sus hijas. Por suerte, Bernice estaba siendo una alumna competente y los problemas eran inexistentes... pero Berit estaba llenando ella sola el cupo de las dos. Cuando salieron del despacho de la directora (seguidos de Blake, sus padres y un parte de expulsión de tres días), caminaron los tres juntos hasta el dormitorio de la joven donde siempre acudían para charlar tranquilamente sobre las faltas de su hija. Y en esos pequeños instantes, que tanto adoraba Berit, veía de nuevo a sus padres juntos.

    —Bibi, esta vez creo que lo has llevado a un límite insostenible, cielo

    La voz de su padre jamás había adoptado un tono elevado ni serio, siempre era un carro de dulzura para sus hijas. Pero trataba de inculcarle algo de sentido y razón a sus acciones.

    —Papá, ha sido él. Él la ha cagado y yo le he enseñado que no se habla así de una mujer
    —Lo sabemos, cielo, —dijo su madre mientras colocaba un mechón de su cabello tras su oreja— pero es que ha sido salvajismo... lo habéis colgado de la portería, eso es... Inaudito

    Con sus padres sentados a ambos lados, en la cama, ofreciéndole toda su atención a ella, casi no podía ni borrar su sonrisa.

    —Berit... creo que esta ha sido la última travesura, cielo.
    —La directora se ha cansado realmente, Bibi. Y no hay dinero que tape esto... la próxima falta que tengas, tendrás expulsión directa. Y te quedas sin graduar

    Sintió un golpe en el pecho que la dejó sin aire durante unos segundos. ¿Sin graduar? ¿Expulsión? Tan solo el eco de esas palabras le producían terror. Miró con miedo a sus padres, alternando de uno a otro. Y una preocupación latente que dejó desvelar.

    —Pero... ¿Entonces no os veré juntos nunca más?
    —Oh, Bibi...— Lawrence miró a su ex-mujer, casi con un sentimiento de culpa— Tendrás que idear otra manera, pero no con más travesuras, ¿está bien?

    Besó su cabeza y su madre la abrazó fugazmente. Aquella pequeña reunión Rider terminó casi tan rápido como había comenzado: su padre seguramente tenía que volver con su nueva novia a Florida, su madre tendría que regresar con su nuevo marido a Palm Springs... mientras, ella seguiría allí encadenada, junto con su hermana, en San Francisco. Les vio marcharse, casi como si tuviesen prisa y por primera vez en muchos años, Berit comprendió que la soledad de la que tanto huía seguiría allí, siendo su mayor compañía. Y cuanto antes entendiese que necesitaba salir adelante sola, antes conseguiría superar el vacío constante que ocupaba en su corazón.
    · 2013 · Los tacones de la directora repiqueteaban a toda velocidad por el pasillo principal de la escuela, tratando de apurar el paso y además, no perder el equilibrio que pudiese poner en riesgo su integridad. Estaba completamente fuera de sus cabales y solo tenía en la mente una imagen de a quién buscar y a quién responsabilizar. —Oh, Rider... ¡ahora sí que te la has cargado! Algunos alumnos que pululaban por el pasillo sintieron la curiosidad picar en sus nucas, girándose para ver a la enfadadísima directora yendo hacia la salida del edificio, por la puerta trasera, que llevaba a las instalaciones deportivas. Si aquél anónimo decía la verdad, iba a terminar de una vez por todas con el problema número uno de su colegio: Berit Rider. No aminoró el paso al llegar al campo de futbol, viendo que efectivamente, el anónimo no se había equivocado ni un poquito: un buen puñado de alumnos y alumnas estaban armando jaleo en el campo, mirando todos a la misma dirección. En uno de los postes, colgado con lo que parecían toallas y cuerdas, uno de los alumnos del último curso, Blake Shordan, estaba atado y suplicando que por favor lo soltasen. Las risas y las voces amortiguaban la voz principal, de la animadora que estaba claramente llevando la situación y a la que rodeaba la muchedumbre, justo enfrente de su víctima. —¿Vas a decirles la verdad?— dijo Berit con un chorro de voz potente— Vamos, Blake... —¡Berit, suéltame! ¡Diles que me bajen, por favor! —¡No te escucho! ¿Vas a contar lo que realmente pasó o no? Podemos dejarte aquí toda la noche... —¡De eso nada! La voz de Marisa Field, la directora, sonó atronadora entre las súplicas de Blake y las reclamaciones de Berit. Todos se giraron hacia ella y los rostros de terror comenzaron a poblar entre la multitud... menos la de Rider, que se mantuvo con media sonrisa de absoluta superioridad. En cuanto llegaron al despacho, tras soltar a Shordan y darle un trato de derechos humanos básico (ergo, dejarle ducharse y vestirse), ambos adolescentes estaban sentados a una distancia prudente frente a la directora, que ya había dado aviso a los padres de ambos. Para Berit, era un trámite más, no sentía la más mínima preocupación por estar allí sentada, mientras que su contra parte estaba aterrorizado y con motivos. La señora Field sacó el expediente de la rubia, soltándolo con violencia sobre su escritorio: no era lo que consideraría nadie una "lectura ligera". —Berit, esto es el colmo. Esto es insostenible, ¡esto se tiene que terminar! —¿Acaso sabe por qué hemos terminado en esas condiciones? —respondió la menor, sonriendo— Quizás mi compañero tiene cosas que explicar... Ante el silencio de Blake, junto con su expresión de miedo absoluto, la directora volvió a dirigirse a ella. —Rider, estoy harta de tener que llamar a tus padres. Estoy agotada de soportar tus tonterías. Estoy al borde de una baja por depresión, única y exclusivamente por tu culpa. Te has peleado, has faltado a clase, has incendiado uno de los dormitorios, has inundado los baños, te has escapado de noche... ¿Es que no piensas parar nunca? —Señora, con todos mis respetos, entiendo que le he dado bastante por saco estos años... pero esta vez, no he hecho nada malo. Solamente me he defendido. No le sorprendía a Marisa la seguridad que Berit siempre mostraba al exponer sus argumentos, su firmeza al hacerse cargo de sus acciones y sobre todo, admitir sin ningún ápice de remordimiento las cosas que hacía. Lo único diferente era la admisión de su defensa propia. —¿Cómo dices? —Así es, —dijo al cruzarse de brazos, mirando al muchacho— ¿Por qué no lo explicas tú, Blake? Por unos momentos, Blake respiró tranquilo creyéndose a salvo de la situación, siendo solo una víctima. Pero cuando la conversación vuelve hacia él, se hunde en su silla. —¿Y bien? —bramó la directora, impaciente— ¿Qué ha pasado, Shonder? —Yo no he hecho nada. Yo estaba en los vestuarios, cuando mis compañeros me hicieron una encerrona y... —Ha mentido, —espetó Berit de golpe, cortándole la palabra al ver que estaba desvariando— ha mentido y ha dicho por todo el colegio que nos hemos acostado y que soy una cualquiera La cara de Blake palideció ante la contundente respuesta de Berit, que había hasta movido su mano en un gesto casi autoritario, mandándole callar con un simple manotazo al aire. —Ha contado por ahí que nos hemos acostado, lo cual no tendría nada de malo si fuese verdad, pero no lo es. Y si me van a tratar de fácil, que al menos sea porque me lo he pasado bien y no con un idiota como él, que es patético. Con los años, la señora Field aprendió que si interrumpía a Berit, tendría el mismo efecto que si no lo hiciese: ella siempre acabaría su argumento y su falta de preocupación por las consecuencias era arrolladora. Pero aún así, siempre cumplía con sus castigos, lo cual era aún más curioso. Jamás, pensó Marisa, llegaría a comprender a Berit Rider y había hecho las paces con ese pensamiento. —¿Es eso cierto, Shonder?— preguntó por fin Field— Es mejor que cuentes la verdad, porque abriré una investigación y lo sabré igualmente y tendrás doble castig... —¡Si! ¿Vale? ¡Lo hice! ¡Pensé que no se descontrolaría de esta forma! Solo me gusta Berit y ella no me hacía ni caso, así que me inventé que si habíamos quedado... La sonrisa de satisfacción de la rubia ensanchó sus labios y miró con superioridad a la directora. Nunca un "ya te lo dije" sin pronunciar había ofendido tanto a nadie. Los señores Berit, como era costumbre desde hacía unos años, tan solo coincidían en los juzgados y en el colegio de sus hijas. Por suerte, Bernice estaba siendo una alumna competente y los problemas eran inexistentes... pero Berit estaba llenando ella sola el cupo de las dos. Cuando salieron del despacho de la directora (seguidos de Blake, sus padres y un parte de expulsión de tres días), caminaron los tres juntos hasta el dormitorio de la joven donde siempre acudían para charlar tranquilamente sobre las faltas de su hija. Y en esos pequeños instantes, que tanto adoraba Berit, veía de nuevo a sus padres juntos. —Bibi, esta vez creo que lo has llevado a un límite insostenible, cielo La voz de su padre jamás había adoptado un tono elevado ni serio, siempre era un carro de dulzura para sus hijas. Pero trataba de inculcarle algo de sentido y razón a sus acciones. —Papá, ha sido él. Él la ha cagado y yo le he enseñado que no se habla así de una mujer —Lo sabemos, cielo, —dijo su madre mientras colocaba un mechón de su cabello tras su oreja— pero es que ha sido salvajismo... lo habéis colgado de la portería, eso es... Inaudito Con sus padres sentados a ambos lados, en la cama, ofreciéndole toda su atención a ella, casi no podía ni borrar su sonrisa. —Berit... creo que esta ha sido la última travesura, cielo. —La directora se ha cansado realmente, Bibi. Y no hay dinero que tape esto... la próxima falta que tengas, tendrás expulsión directa. Y te quedas sin graduar Sintió un golpe en el pecho que la dejó sin aire durante unos segundos. ¿Sin graduar? ¿Expulsión? Tan solo el eco de esas palabras le producían terror. Miró con miedo a sus padres, alternando de uno a otro. Y una preocupación latente que dejó desvelar. —Pero... ¿Entonces no os veré juntos nunca más? —Oh, Bibi...— Lawrence miró a su ex-mujer, casi con un sentimiento de culpa— Tendrás que idear otra manera, pero no con más travesuras, ¿está bien? Besó su cabeza y su madre la abrazó fugazmente. Aquella pequeña reunión Rider terminó casi tan rápido como había comenzado: su padre seguramente tenía que volver con su nueva novia a Florida, su madre tendría que regresar con su nuevo marido a Palm Springs... mientras, ella seguiría allí encadenada, junto con su hermana, en San Francisco. Les vio marcharse, casi como si tuviesen prisa y por primera vez en muchos años, Berit comprendió que la soledad de la que tanto huía seguiría allí, siendo su mayor compañía. Y cuanto antes entendiese que necesitaba salir adelante sola, antes conseguiría superar el vacío constante que ocupaba en su corazón.
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