• -Había tomado un baúl donde había ropa de muchas temáticas de conejo ,maid, enfermera, kimono, policía, etc -

    Cielos porque tiene todo esto ? Mmm aunque una vez estaba vestido de pirata jajajajaja que lindo se veía Pero mejor escondamos este baúl no valla ser que le dé ideas locas a mi esposo y lo obligue a usarlos hay no

    -Viendo el sombrero de su esposo y mirándose al espejo teniendo lo puesto le causaba gracia -

    Jajajajajajajaja mejor le da a el jajajajaja
    -Había tomado un baúl donde había ropa de muchas temáticas de conejo ,maid, enfermera, kimono, policía, etc - Cielos porque tiene todo esto ? Mmm aunque una vez estaba vestido de pirata jajajajaja que lindo se veía Pero mejor escondamos este baúl no valla ser que le dé ideas locas a mi esposo y lo obligue a usarlos hay no -Viendo el sombrero de su esposo y mirándose al espejo teniendo lo puesto le causaba gracia - Jajajajajajajaja mejor le da a el jajajajaja
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  • El cuerpo de Lavos, la primera sensación del tenno, es un genuino interés por el estudio, los elementos y la materia, un Warframe tranquilo, no hay emociones negativas fuertes como la ira, la depresión o la indiferencia absoluta.

    Un cuerpo más liviano que el de Chroma, con la protección estándar de todo Warframe, escudo de energía personal, quinina endurecida en parte claves y la fortaleza física sobrehumana.

    Sin embargo, puede notar que es más vulnerable o frágil que Chroma, sin embargo sus herramientas, su juego de química corporal le permite ser versátil con los elementos y mucho más dañino que Chroma, en términos de guerra bioquímicas.

    No hay sangre por la venas de Lavos y le cuesta acostumbrarse a la idea de tener solo un ojo en su cabeza, pero le simpatizan las serpientes que se deslizan entre sus brazos y se esconden en su armadura.

    "Será como volver a montar un khaite."
    El cuerpo de Lavos, la primera sensación del tenno, es un genuino interés por el estudio, los elementos y la materia, un Warframe tranquilo, no hay emociones negativas fuertes como la ira, la depresión o la indiferencia absoluta. Un cuerpo más liviano que el de Chroma, con la protección estándar de todo Warframe, escudo de energía personal, quinina endurecida en parte claves y la fortaleza física sobrehumana. Sin embargo, puede notar que es más vulnerable o frágil que Chroma, sin embargo sus herramientas, su juego de química corporal le permite ser versátil con los elementos y mucho más dañino que Chroma, en términos de guerra bioquímicas. No hay sangre por la venas de Lavos y le cuesta acostumbrarse a la idea de tener solo un ojo en su cabeza, pero le simpatizan las serpientes que se deslizan entre sus brazos y se esconden en su armadura. "Será como volver a montar un khaite."
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  • Sentada en la cubierta del Thousand Sunny, con la brisa marina acariciando su rostro, Robin cerró los ojos y dejó que el sonido de las olas la envolviera. La noche era tranquila, la luna se reflejaba en el agua como un espejo que separaba dos mundos. En momentos como este, solía sumergirse en sus pensamientos, en los rastros de su pasado que, aunque difusos, seguían formando parte de ella.

    Recordó la soledad. No la soledad de estar sin compañía, sino la de no tener a nadie en quien confiar. Durante años, había vivido como una sombra, siempre en fuga, temiendo que el día siguiente fuera el final. Su vida se había construido sobre el miedo y la desconfianza, con alianzas efímeras y sonrisas vacías. Había aprendido a ser pragmática, a no esperar nada de nadie, a ser una sobreviviente en un mundo que la quería muerta.

    Pero entonces, llegaron ellos. Los Mugiwara. Un grupo de piratas que parecían desafiar toda lógica, que reían en la cara del peligro y que, contra toda razón, la aceptaron sin condiciones. Al principio, le había costado entenderlo. No podía concebir un mundo donde las personas se ayudaran sin esperar nada a cambio. La idea de que alguien pudiera arriesgar su vida por ella era inconcebible.

    Y sin embargo, lo hicieron.

    Robin abrió los ojos y miró el cielo estrellado. Aún se preguntaba en qué momento exacto había cambiado. Quizá fue en Alabasta, cuando Luffy le extendió la mano sin dudar. Quizá en Skypiea, cuando los vio reír juntos bajo un cielo dorado. O quizá en Enies Lobby, cuando escuchó sus voces gritar que la querían de vuelta, cuando se permitió, por primera vez en muchos años, querer vivir.

    Ya no era la arqueóloga solitaria con un precio por su cabeza y un corazón blindado. Ahora, era una Mugiwara. Tenía un lugar donde pertenecer, personas a las que llamar amigos, un sueño que ya no perseguía sola. El miedo a ser traicionada había sido reemplazado por la certeza de que, sin importar lo que pasara, ellos estarían allí.

    Robin sonrió, con esa expresión serena que solo mostraba cuando se sentía verdaderamente en paz. La noche seguía su curso, el mar susurraba canciones antiguas, y por primera vez en su vida, supo con absoluta certeza que ya no estaba sola.
    Sentada en la cubierta del Thousand Sunny, con la brisa marina acariciando su rostro, Robin cerró los ojos y dejó que el sonido de las olas la envolviera. La noche era tranquila, la luna se reflejaba en el agua como un espejo que separaba dos mundos. En momentos como este, solía sumergirse en sus pensamientos, en los rastros de su pasado que, aunque difusos, seguían formando parte de ella. Recordó la soledad. No la soledad de estar sin compañía, sino la de no tener a nadie en quien confiar. Durante años, había vivido como una sombra, siempre en fuga, temiendo que el día siguiente fuera el final. Su vida se había construido sobre el miedo y la desconfianza, con alianzas efímeras y sonrisas vacías. Había aprendido a ser pragmática, a no esperar nada de nadie, a ser una sobreviviente en un mundo que la quería muerta. Pero entonces, llegaron ellos. Los Mugiwara. Un grupo de piratas que parecían desafiar toda lógica, que reían en la cara del peligro y que, contra toda razón, la aceptaron sin condiciones. Al principio, le había costado entenderlo. No podía concebir un mundo donde las personas se ayudaran sin esperar nada a cambio. La idea de que alguien pudiera arriesgar su vida por ella era inconcebible. Y sin embargo, lo hicieron. Robin abrió los ojos y miró el cielo estrellado. Aún se preguntaba en qué momento exacto había cambiado. Quizá fue en Alabasta, cuando Luffy le extendió la mano sin dudar. Quizá en Skypiea, cuando los vio reír juntos bajo un cielo dorado. O quizá en Enies Lobby, cuando escuchó sus voces gritar que la querían de vuelta, cuando se permitió, por primera vez en muchos años, querer vivir. Ya no era la arqueóloga solitaria con un precio por su cabeza y un corazón blindado. Ahora, era una Mugiwara. Tenía un lugar donde pertenecer, personas a las que llamar amigos, un sueño que ya no perseguía sola. El miedo a ser traicionada había sido reemplazado por la certeza de que, sin importar lo que pasara, ellos estarían allí. Robin sonrió, con esa expresión serena que solo mostraba cuando se sentía verdaderamente en paz. La noche seguía su curso, el mar susurraba canciones antiguas, y por primera vez en su vida, supo con absoluta certeza que ya no estaba sola.
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  • ### **La Revelación de Takeru**

    El crujido aún resonaba en su cabeza.

    Takeru estaba de pie en medio del bosque, con el torso desnudo, el sudor escurriendo por su piel mientras su respiración aún se mantenía agitada tras una sesión intensa de entrenamiento. A su alrededor, los árboles se mecían suavemente con el viento, el río murmuraba en la distancia, y el aroma a tierra húmeda lo envolvía. Sin embargo, su mente estaba en otro lugar.

    **El golpe.**

    Ese último cross que había conectado en el rostro de Harold Smith, su oponente en la pelea de clasificación. Un movimiento limpio, preciso, ejecutado con la técnica impecable de un out-boxer. Pero lo que lo perturbaba no era su perfección… sino la sensación.

    Sintió los huesos rompiéndose bajo su puño.

    El canadiense había caído como un muñeco de trapo, su rostro deformado por el impacto. No se movía. Por un instante, Takeru había pensado que lo había matado.

    Se llevó la mano derecha al rostro y observó sus nudillos vendados, aún con rastros de la sangre seca de la pelea. Nunca antes había sentido algo así. Había golpeado cientos de veces en su vida, había lastimado a muchos hombres en el ring, pero jamás con esta brutalidad. Nunca había sentido que su puño tenía el poder de arrebatarle la vida a otro ser humano.

    —Si no hubiera frenado un poco… lo habría matado.

    El pensamiento le caló hondo.

    Recordó la mirada de su oponente. Harold Smith había entrado en ese almacén con una sola intención: matarlo. No había titubeado, no había mostrado piedad. Cada patada, cada movimiento, cada respiración suya estaba encaminada a la eliminación total de su rival.

    En este torneo no existía la compasión.

    Takeru tomó una piedra cercana y la apretó con fuerza. Sus dedos se hundieron en la superficie rugosa mientras la presión aumentaba. A su alrededor, la naturaleza seguía su curso, indiferente a su conflicto interno.

    **¿Podría hacerlo?**

    Si llegaba el momento… si un rival lo acorralaba, si la única opción era acabar con él antes de que lo hicieran con él… ¿Sería capaz de cruzar esa línea?

    Recordó el miedo en los ojos de Harold en ese último instante, cuando su puño se acercaba, cuando su destino ya estaba sellado.

    —Si dudo… moriré.

    Susurró para sí mismo.

    El Torneo Kengan no era un juego. No era un cuadrilátero con reglas y árbitros. Aquí, la única ley era la victoria, y la derrota podía significar la muerte.

    Inspiró hondo y dejó caer la piedra.

    Matar nunca había sido su propósito. Su boxeo no se trataba de asesinar, sino de superar. De demostrar que era el mejor, de pulir su técnica hasta la perfección. Pero este mundo no respetaba ideales. Si quería sobrevivir, si quería ganar, tenía que estar preparado para tomar la vida de su oponente.

    Y lo más inquietante…

    Es que ahora sabía que podía hacerlo.
    ### **La Revelación de Takeru** El crujido aún resonaba en su cabeza. Takeru estaba de pie en medio del bosque, con el torso desnudo, el sudor escurriendo por su piel mientras su respiración aún se mantenía agitada tras una sesión intensa de entrenamiento. A su alrededor, los árboles se mecían suavemente con el viento, el río murmuraba en la distancia, y el aroma a tierra húmeda lo envolvía. Sin embargo, su mente estaba en otro lugar. **El golpe.** Ese último cross que había conectado en el rostro de Harold Smith, su oponente en la pelea de clasificación. Un movimiento limpio, preciso, ejecutado con la técnica impecable de un out-boxer. Pero lo que lo perturbaba no era su perfección… sino la sensación. Sintió los huesos rompiéndose bajo su puño. El canadiense había caído como un muñeco de trapo, su rostro deformado por el impacto. No se movía. Por un instante, Takeru había pensado que lo había matado. Se llevó la mano derecha al rostro y observó sus nudillos vendados, aún con rastros de la sangre seca de la pelea. Nunca antes había sentido algo así. Había golpeado cientos de veces en su vida, había lastimado a muchos hombres en el ring, pero jamás con esta brutalidad. Nunca había sentido que su puño tenía el poder de arrebatarle la vida a otro ser humano. —Si no hubiera frenado un poco… lo habría matado. El pensamiento le caló hondo. Recordó la mirada de su oponente. Harold Smith había entrado en ese almacén con una sola intención: matarlo. No había titubeado, no había mostrado piedad. Cada patada, cada movimiento, cada respiración suya estaba encaminada a la eliminación total de su rival. En este torneo no existía la compasión. Takeru tomó una piedra cercana y la apretó con fuerza. Sus dedos se hundieron en la superficie rugosa mientras la presión aumentaba. A su alrededor, la naturaleza seguía su curso, indiferente a su conflicto interno. **¿Podría hacerlo?** Si llegaba el momento… si un rival lo acorralaba, si la única opción era acabar con él antes de que lo hicieran con él… ¿Sería capaz de cruzar esa línea? Recordó el miedo en los ojos de Harold en ese último instante, cuando su puño se acercaba, cuando su destino ya estaba sellado. —Si dudo… moriré. Susurró para sí mismo. El Torneo Kengan no era un juego. No era un cuadrilátero con reglas y árbitros. Aquí, la única ley era la victoria, y la derrota podía significar la muerte. Inspiró hondo y dejó caer la piedra. Matar nunca había sido su propósito. Su boxeo no se trataba de asesinar, sino de superar. De demostrar que era el mejor, de pulir su técnica hasta la perfección. Pero este mundo no respetaba ideales. Si quería sobrevivir, si quería ganar, tenía que estar preparado para tomar la vida de su oponente. Y lo más inquietante… Es que ahora sabía que podía hacerlo.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    No tiene idea de lo que su hermano hace o se refiere, pero esa miradita de malicia le da mala espina.
    No tiene idea de lo que su hermano hace o se refiere, pero esa miradita de malicia le da mala espina.
    +riendo con un deje de malicia rogando que su pequeña clase de resultado, con eso se sentiría más que conforme pensado (Sin duda hermano Lucifer 𝕾𝖆𝖒𝖆𝖊𝖑 𝕸𝖔𝖗𝖓𝖎𝖓𝖌𝖘𝖙𝖆𝖗 me conoces más de lo que espero) juagando con una serpiente de forma muy tranquila+

    ya veremos qué pasa

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  • Tras haber salido de ducharse y arreglarse, miró a aquel patito entrar por la ventana, curioso pero encantado, aunque notando una nota en su pico, acercándose a tomarla.

    —¿Qué tienes aquí, pequeño?~

    Poniéndose en pie, se dedicó a leer, sorprendido pero sonriendo ampliamente, ya hacía un buen rato que no veía a Max, por lo que la idea de la fiesta le parecía de maravilla.

    —Así que una reunión elegante. Si que quiere atajar los gustos de su tío más que el de una estrella rock~

    Comentó al aire con gracia, pues podía presumir de haber inculcado un poco más de su estilo en su sobrino con todo lo de la aristocracia, pensativo sobre que podría usar para no repetirse como siempre.

    —Seguro tengo algo lindo que usar, ya parezco retrato con el mismo traje de siempre.
    Tras haber salido de ducharse y arreglarse, miró a aquel patito entrar por la ventana, curioso pero encantado, aunque notando una nota en su pico, acercándose a tomarla. —¿Qué tienes aquí, pequeño?~ Poniéndose en pie, se dedicó a leer, sorprendido pero sonriendo ampliamente, ya hacía un buen rato que no veía a Max, por lo que la idea de la fiesta le parecía de maravilla. —Así que una reunión elegante. Si que quiere atajar los gustos de su tío más que el de una estrella rock~ Comentó al aire con gracia, pues podía presumir de haber inculcado un poco más de su estilo en su sobrino con todo lo de la aristocracia, pensativo sobre que podría usar para no repetirse como siempre. —Seguro tengo algo lindo que usar, ya parezco retrato con el mismo traje de siempre.
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  • Las estrellas adornan el cielo sin luna de aquella noche; luego de algo de persuasión la castaña consiguió que su compañero accediera a acompañarla en su visita al lago para darse un baño juntos. Hacía mucho que no iba a nadar y le hacía mucha ilusión que estuviera a su lado; sin embargo ya en el lugar y con la chica ya en el agua era renuente a la idea de entrar.

    —Puedes quedarte ahi y solo mirar si quieres— dijo ella reprendiéndolo con cariño apoyandose en el muelle —Pero no habra cariñitos esta noche eh~

    Monika fue incapaz de esconder La sonrisa cargada de picardía en ese momento. Era obvio que solo intentaba molestarlo y provocarlo
    Las estrellas adornan el cielo sin luna de aquella noche; luego de algo de persuasión la castaña consiguió que su compañero accediera a acompañarla en su visita al lago para darse un baño juntos. Hacía mucho que no iba a nadar y le hacía mucha ilusión que estuviera a su lado; sin embargo ya en el lugar y con la chica ya en el agua era renuente a la idea de entrar. —Puedes quedarte ahi y solo mirar si quieres— dijo ella reprendiéndolo con cariño apoyandose en el muelle —Pero no habra cariñitos esta noche eh~ Monika fue incapaz de esconder La sonrisa cargada de picardía en ese momento. Era obvio que solo intentaba molestarlo y provocarlo
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  • —Debo cambiar la manera de ver a mi familia..¿pero como?..

    —Esteban empezo a buscar alguna carrera que ayude a la gente pero no le gustaba ninguna de ellas,en eso tuvo una idea,una idea que le tomaria los mejores años de su vida y tal vez una enorme parte de la fortuna de su familia—


    —Un político importante...no,muy bajo debo apuntar mucho mas alto....¡ESO ES,YO SERE PRESIDENTE DE ESTA NACIÓN Y CAMBIARE LA VIDA DE LA GENTE!
    —Debo cambiar la manera de ver a mi familia..¿pero como?.. —Esteban empezo a buscar alguna carrera que ayude a la gente pero no le gustaba ninguna de ellas,en eso tuvo una idea,una idea que le tomaria los mejores años de su vida y tal vez una enorme parte de la fortuna de su familia— —Un político importante...no,muy bajo debo apuntar mucho mas alto....¡ESO ES,YO SERE PRESIDENTE DE ESTA NACIÓN Y CAMBIARE LA VIDA DE LA GENTE!
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  • —Desperté abruptamente aún teniendo encima el abrigo de me esposo sonriendo un poco ya que lo vio al menos en sueños se alistó para enpesar sus deberes y se dirigió a su oficina hoy no haría programa realmente no quería estresarse ni nada quería aún conservar la imagen de su esposo en sus pensamientos soñarlo lo ponía de buen humor mientras ordenaba el lugar su sombra le ayudaba a trasladar y ordenar cosas hasta que se topo con una guitarra la sombra se lo mostró muy animado —

    A: Mmmm? Que sucede ?
    Sombra : @#$&$@$
    A: jajajaja sales con cada idea pero realmente no es mala hace tiempo que no tocó este tipo de instrumento
    S:@#π§∆¥€¥£%%%£€¥¢€
    A: lo sé jejeje mmm veamos haber como iba esto ...

    -dirigiendome ala ventana y tomando una silla me siento y tocando las cuerdas con suavidad una melodía se enpiesa a escuchar en la habitación y parte del pasillo poco a poco enpese a cantar sintiendo el viento infernal y las cortinas se movían al son del viento en eso mi sombra enpieso a grabar lo que hacía para poder trasmitirlo en el programa -







    https://youtu.be/m8ZTFpsFBuM?si=2Z8rp32meUCwmFn8
    —Desperté abruptamente aún teniendo encima el abrigo de me esposo sonriendo un poco ya que lo vio al menos en sueños se alistó para enpesar sus deberes y se dirigió a su oficina hoy no haría programa realmente no quería estresarse ni nada quería aún conservar la imagen de su esposo en sus pensamientos soñarlo lo ponía de buen humor mientras ordenaba el lugar su sombra le ayudaba a trasladar y ordenar cosas hasta que se topo con una guitarra la sombra se lo mostró muy animado — A: Mmmm? Que sucede ? Sombra : @#$&$@$🎶🎶 A: jajajaja sales con cada idea pero realmente no es mala hace tiempo que no tocó este tipo de instrumento S:@#π§∆¥€¥£%%%£€¥¢€🎶🎶🎶 A: lo sé jejeje mmm veamos haber como iba esto ... -dirigiendome ala ventana y tomando una silla me siento y tocando las cuerdas con suavidad una melodía se enpiesa a escuchar en la habitación y parte del pasillo poco a poco enpese a cantar sintiendo el viento infernal y las cortinas se movían al son del viento en eso mi sombra enpieso a grabar lo que hacía para poder trasmitirlo en el programa - https://youtu.be/m8ZTFpsFBuM?si=2Z8rp32meUCwmFn8
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  • Y bueno ¿ya iniciaron su dia? Yo despierto desde las 5am, ya fui y vine de mi patrullaje y ya hasta me bañé.
    ...-
    ¿qué? ¿cómo que apenas te vas a levantar? Hm.... mejor quédate en cama, tengo una idea.
    Y bueno ¿ya iniciaron su dia? Yo despierto desde las 5am, ya fui y vine de mi patrullaje y ya hasta me bañé. ...- ¿qué? ¿cómo que apenas te vas a levantar? Hm.... mejor quédate en cama, tengo una idea.
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