• Si tuviera un trabajo de mortal y una vida encubierta como humana siendo secretaria o colegiala, y no copera... Creo que papá Zeus se pasaría la vida rostizando a cada hombre que me viera así, pero a veces hace mucho calor... y no estoy acostumbrada a la ropa...
    Si tuviera un trabajo de mortal y una vida encubierta como humana siendo secretaria o colegiala, y no copera... Creo que papá [padre_de_dioses_y_hombres] se pasaría la vida rostizando a cada hombre que me viera así, pero a veces hace mucho calor... y no estoy acostumbrada a la ropa...
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  • Sostuvo la daga entre sus dedos, notando el peso exacto del arma. No era especialmente grande ni ostentosa, pero su filo relucía bajo la luz, impecable y mortal. Giró el mango con la mano, examinando la forma en que encajaba contra su palma. No era una daga común, no para alguien como él. Había algo en ese simple objeto que le resultaba desconcertante, algo que no tenía nada que ver con el arma en sí, sino con el acto de entregarla.

    Miró el filo una vez más, como si pudiera encontrar una respuesta grabada en su superficie. Su reflejo en el metal le devolvió una mirada dura, cansada, pero lo que realmente veía era otra cosa. Un mensaje, una intención. El tipo de gesto que alguien como él no estaba acostumbrado a recibir.

    —Hmph... —Murmuró, casi para sí mismo, mientras le daba vueltas al objeto. Sus pensamientos eran un remolino de preguntas que no sabía cómo formular, y tampoco estaba seguro de querer responderlas. No era un hombre que pensara demasiado en regalos, y mucho menos en el significado detrás de ellos. Pero esto... esto tenía peso, más allá del metal.

    Giró la daga una última vez y dejó escapar un largo suspiro. La apoyó con cuidado sobre la mesa cercana, dejando que el eco metálico rompiera el silencio. No sabía cómo recibir algo así. No sabía cómo aceptarlo sin sentir que estaba tomando algo que no era suyo, algo que no merecía.

    —Es solo un arma. —Se dijo, pero no podía engañarse. No era solo un arma. Era confianza, era algo que alguien le estaba ofreciendo de manera genuina, y eso lo ponía más incómodo que cualquier pelea que hubiera tenido.

    Se pasó una mano por la nuca, mirando la daga de reojo como si pudiera morderlo. Podía haberla rechazado, devolverla, decir que no la necesitaba. Pero algo en él sabía que no sería lo correcto. Aceptarla significaba algo. Algo que él no sabía si estaba listo para cargar. Finalmente, tomó la daga de nuevo y la sostuvo frente a su rostro. El filo capturó la luz de la lámpara, enviando un destello que casi lo hizo parpadear.

    —Bien... —Murmuró, en voz apenas audible.— Supongo que alguien como yo puede hacerle justicia.

    La deslizó dentro de su chaqueta, en un lugar donde pudiera alcanzarla rápido si lo necesitaba. La sensación del metal frío contra su costado lo hizo sentir algo extrañamente familiar. No era solo el arma. Era la idea de que alguien creyera que él podría usarla, que él podría proteger algo, o a alguien.

    De espaldas a la habitación, se permitió un leve gesto: una sonrisa apenas perceptible que desapareció tan rápido como había llegado. No era un hombre de palabras dulces ni de grandes gestos, pero en ese momento decidió algo.

    —Si la uso, será para algo que importe... —dijo en voz baja. Luego, cerró los ojos por un instante, dejando que el peso de aquel inesperado regalo se asentara, no solo en su chaqueta, sino en algún rincón olvidado de su alma.
    Sostuvo la daga entre sus dedos, notando el peso exacto del arma. No era especialmente grande ni ostentosa, pero su filo relucía bajo la luz, impecable y mortal. Giró el mango con la mano, examinando la forma en que encajaba contra su palma. No era una daga común, no para alguien como él. Había algo en ese simple objeto que le resultaba desconcertante, algo que no tenía nada que ver con el arma en sí, sino con el acto de entregarla. Miró el filo una vez más, como si pudiera encontrar una respuesta grabada en su superficie. Su reflejo en el metal le devolvió una mirada dura, cansada, pero lo que realmente veía era otra cosa. Un mensaje, una intención. El tipo de gesto que alguien como él no estaba acostumbrado a recibir. —Hmph... —Murmuró, casi para sí mismo, mientras le daba vueltas al objeto. Sus pensamientos eran un remolino de preguntas que no sabía cómo formular, y tampoco estaba seguro de querer responderlas. No era un hombre que pensara demasiado en regalos, y mucho menos en el significado detrás de ellos. Pero esto... esto tenía peso, más allá del metal. Giró la daga una última vez y dejó escapar un largo suspiro. La apoyó con cuidado sobre la mesa cercana, dejando que el eco metálico rompiera el silencio. No sabía cómo recibir algo así. No sabía cómo aceptarlo sin sentir que estaba tomando algo que no era suyo, algo que no merecía. —Es solo un arma. —Se dijo, pero no podía engañarse. No era solo un arma. Era confianza, era algo que alguien le estaba ofreciendo de manera genuina, y eso lo ponía más incómodo que cualquier pelea que hubiera tenido. Se pasó una mano por la nuca, mirando la daga de reojo como si pudiera morderlo. Podía haberla rechazado, devolverla, decir que no la necesitaba. Pero algo en él sabía que no sería lo correcto. Aceptarla significaba algo. Algo que él no sabía si estaba listo para cargar. Finalmente, tomó la daga de nuevo y la sostuvo frente a su rostro. El filo capturó la luz de la lámpara, enviando un destello que casi lo hizo parpadear. —Bien... —Murmuró, en voz apenas audible.— Supongo que alguien como yo puede hacerle justicia. La deslizó dentro de su chaqueta, en un lugar donde pudiera alcanzarla rápido si lo necesitaba. La sensación del metal frío contra su costado lo hizo sentir algo extrañamente familiar. No era solo el arma. Era la idea de que alguien creyera que él podría usarla, que él podría proteger algo, o a alguien. De espaldas a la habitación, se permitió un leve gesto: una sonrisa apenas perceptible que desapareció tan rápido como había llegado. No era un hombre de palabras dulces ni de grandes gestos, pero en ese momento decidió algo. —Si la uso, será para algo que importe... —dijo en voz baja. Luego, cerró los ojos por un instante, dejando que el peso de aquel inesperado regalo se asentara, no solo en su chaqueta, sino en algún rincón olvidado de su alma.
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  • Pues... Parece que ningún hombre es interesante por aquí, pff, tener que poner en su lugar a un niño malhumorado ni siquiera fue divertido.
    Pues... Parece que ningún hombre es interesante por aquí, pff, tener que poner en su lugar a un niño malhumorado ni siquiera fue divertido.
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  • [ADVERTENCIA:TEXTO MUY LARGO]


    ㅣCulminacion De Una Tragediaㅣ
    Parte 2/3


    —Sirius combatio contra sus hermanas,luchando contra su propia sangre espada contra espada,gracias a la resistencia de su armadura,aguanto un par de espadazos inesperados,ellas se separaraban y atacaban a la vez a Sirius,cosa que no podría defender,pero como sabia las virtudes de sus hermanas,sabia como posicionarlas en una forma de combate incómoda para ellas,asi que buscaba separarlas y poner a prueba su estrategia—



    —Como Hana no era buena defendiendose,ella fue la primera en ser atravesada por la espada de Sirius,al hacer esto,El tambien sintio ese dolor en el pecho,esa sensacion de que su alma se fragmentaba,asi como cuando asesino a su padre—


    Holly:"¡¡NOOOOOO!!"


    —Holly al presenciar esto,desato su furia ante Sirius,empezando a propinarle una rafaga de ataques certeros,haciendo que Sirius retroceda,antes de darle el golpe de gracia,Sirius logro encajarle un espadazo a su hermana,ella solo vio su casco plateado,no sabia como,no sabia porqué,pero sabia que era Sirius,dandole una linda sonrisa para despues desplomarse—


    —No se puede explicar con palabras lo que pasaba dentro de esa armadura,no se podia explicar como su corazon latia,solo se podia decir que era un hombre muerto por dentro,el sintio como Cassandra se acerco a el por la espalda,tomando su hombro con cuidado—


    Cassandra:"Impresionante...Mi Lord"

    —El solo se volteo y la abrazo con todas sus fuerzas,ella correspondio el abrazo sin dudarlo,al cabo de unos minutos,el clavo la espada de su padre en el vientre de Casandra,para luego susurrale al oido—


    —Eso fue...por todos los Wimbleton...


    —Ella se separo del abrazo mientras se tomaba el vientre sangrando,viendolo triste y furiosa,justo antes de desplomarse,el la tomo con cuidado y la dejo en el suelo con delicadeza,para luego retirarse del lugar para ir a buscar a su hijo,con la excusa de que Cassandra lo envió,el tomo a Hank,lo abrigo muy bien y salio de la alcaldia a escondidas,para luego salir de la Alcaldia con su hijo en brazos,tomando un auto y escapando de la ciudad a escondidas,dejando todo atras,cuando llego a un pueblo Kilomentros lejos de aquella ciudad,fue a un bosque para enterrar su armadura completa,incluyendo su espada y la de sus hermanas,conservando solo la de su padre—
    [ADVERTENCIA:TEXTO MUY LARGO] ㅣCulminacion De Una Tragediaㅣ Parte 2/3 —Sirius combatio contra sus hermanas,luchando contra su propia sangre espada contra espada,gracias a la resistencia de su armadura,aguanto un par de espadazos inesperados,ellas se separaraban y atacaban a la vez a Sirius,cosa que no podría defender,pero como sabia las virtudes de sus hermanas,sabia como posicionarlas en una forma de combate incómoda para ellas,asi que buscaba separarlas y poner a prueba su estrategia— —Como Hana no era buena defendiendose,ella fue la primera en ser atravesada por la espada de Sirius,al hacer esto,El tambien sintio ese dolor en el pecho,esa sensacion de que su alma se fragmentaba,asi como cuando asesino a su padre— Holly:"¡¡NOOOOOO!!" —Holly al presenciar esto,desato su furia ante Sirius,empezando a propinarle una rafaga de ataques certeros,haciendo que Sirius retroceda,antes de darle el golpe de gracia,Sirius logro encajarle un espadazo a su hermana,ella solo vio su casco plateado,no sabia como,no sabia porqué,pero sabia que era Sirius,dandole una linda sonrisa para despues desplomarse— —No se puede explicar con palabras lo que pasaba dentro de esa armadura,no se podia explicar como su corazon latia,solo se podia decir que era un hombre muerto por dentro,el sintio como Cassandra se acerco a el por la espalda,tomando su hombro con cuidado— Cassandra:"Impresionante...Mi Lord" —El solo se volteo y la abrazo con todas sus fuerzas,ella correspondio el abrazo sin dudarlo,al cabo de unos minutos,el clavo la espada de su padre en el vientre de Casandra,para luego susurrale al oido— —Eso fue...por todos los Wimbleton... —Ella se separo del abrazo mientras se tomaba el vientre sangrando,viendolo triste y furiosa,justo antes de desplomarse,el la tomo con cuidado y la dejo en el suelo con delicadeza,para luego retirarse del lugar para ir a buscar a su hijo,con la excusa de que Cassandra lo envió,el tomo a Hank,lo abrigo muy bien y salio de la alcaldia a escondidas,para luego salir de la Alcaldia con su hijo en brazos,tomando un auto y escapando de la ciudad a escondidas,dejando todo atras,cuando llego a un pueblo Kilomentros lejos de aquella ciudad,fue a un bosque para enterrar su armadura completa,incluyendo su espada y la de sus hermanas,conservando solo la de su padre—
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  • El hombre que logró engañar a los dioses

    asi es como me dicen. soy Kanon y si,uso la armadura de Geminis tambien.
    El hombre que logró engañar a los dioses asi es como me dicen. soy Kanon y si,uso la armadura de Geminis tambien.
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  • ➤ Despiertas en una habitación con apenas tus neuronas captan cada imagen frente tuyo. Estaba todo oscuro, todo cerrado, todo aislado. No puedes entender del todo como es que diablos llegaste hasta aquí. Con tus muñecas sujetas en el cuero de la silla, tu espalda se hormiguea por el dolor que tu columna carcomia como si habías estado aquí por... ¿Algunos dias? ¿Meses? ¿Años? No lo sabes del todo.

    Fue cuando la luz cegadora del techo finalmente da su brillo para molestarte tus ojos. Se sienten como si los tuvieras rojos, como si no has domido nada. Incluso si lo habias estado tal parece que alguien no se habia asegurado con la anestesia.

    Pronto, una figura comienza a formarse frente tuyo. Se moldeó entre la oscuridad hasta la luz que estaba debajo de la silla en la que estabas. Era un hombre, cabello ligeramente despeinado pero con un toque casi echo de algun gel que lo mantenía peinado. Ojos penetrantes y siniestros se colocaron en los tuyos, mientras la sonrisa macabra se extendia en sus mejillas cuando te diste cuenta de la gran cicatriz que se deslizaba en el lado izquierdo de su rostro, casi sobresaliendo su ojo. El hombre alza la jeringa, tan pronto como te vio bien despierto.

    “Ah, ¡finalmente! Creí que habia puesto demasiada anestesia. En fin, ¿que te parece si empezamos ahora, Mein kleiner Hase~? Ponte bien firme en la silla, esto sera divertido...”
    ➤ Despiertas en una habitación con apenas tus neuronas captan cada imagen frente tuyo. Estaba todo oscuro, todo cerrado, todo aislado. No puedes entender del todo como es que diablos llegaste hasta aquí. Con tus muñecas sujetas en el cuero de la silla, tu espalda se hormiguea por el dolor que tu columna carcomia como si habías estado aquí por... ¿Algunos dias? ¿Meses? ¿Años? No lo sabes del todo. Fue cuando la luz cegadora del techo finalmente da su brillo para molestarte tus ojos. Se sienten como si los tuvieras rojos, como si no has domido nada. Incluso si lo habias estado tal parece que alguien no se habia asegurado con la anestesia. Pronto, una figura comienza a formarse frente tuyo. Se moldeó entre la oscuridad hasta la luz que estaba debajo de la silla en la que estabas. Era un hombre, cabello ligeramente despeinado pero con un toque casi echo de algun gel que lo mantenía peinado. Ojos penetrantes y siniestros se colocaron en los tuyos, mientras la sonrisa macabra se extendia en sus mejillas cuando te diste cuenta de la gran cicatriz que se deslizaba en el lado izquierdo de su rostro, casi sobresaliendo su ojo. El hombre alza la jeringa, tan pronto como te vio bien despierto. “Ah, ¡finalmente! Creí que habia puesto demasiada anestesia. En fin, ¿que te parece si empezamos ahora, Mein kleiner Hase~? Ponte bien firme en la silla, esto sera divertido...”
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  • ¡No quiero morir, te lo suplico, piedaaaaaad!

    -Las súplicas de aquel hombre hacia Abel eran desesperadas, su rostro lleno de pavor al saber que moriría sin dudarlo y su cuerpo jamás sería encontrado.

    Supongo que así te suplicaron esas mujeres, esas criaturas inocentes a las que lastimaste sin piedad y no te detuviste, ¿Por qué tendría que ter piedad hacia un bastardo inhumano?, tu muerte será piadosa, a comparación de otros.

    -Bastó un disparo para que el cuerpo del ajeno se desplomara, pegando con las enormes rocas vestidas de blanco por la temporada, fracturando cada parte del cuerpo hasta terminar al reventado sobre el suelo. 

    Solo faltan dos......
    ¡No quiero morir, te lo suplico, piedaaaaaad! -Las súplicas de aquel hombre hacia Abel eran desesperadas, su rostro lleno de pavor al saber que moriría sin dudarlo y su cuerpo jamás sería encontrado. Supongo que así te suplicaron esas mujeres, esas criaturas inocentes a las que lastimaste sin piedad y no te detuviste, ¿Por qué tendría que ter piedad hacia un bastardo inhumano?, tu muerte será piadosa, a comparación de otros. -Bastó un disparo para que el cuerpo del ajeno se desplomara, pegando con las enormes rocas vestidas de blanco por la temporada, fracturando cada parte del cuerpo hasta terminar al reventado sobre el suelo.  Solo faltan dos......
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  • [ Rol Privado Cedric Shadowforge ]

    ~ Despues de aquel encuentro inoportuno y caótico con Cedric, la bruja se disponía a regresar a su hogar, su mente estaba llena de ideas que no podían ser procesadas, tantas preguntas y pocas respuestas.

    Los callejones de el pequeño estaban desolados, ya era tarde para que alguien estuviera caminando solo por el lugar, por fortuna el hogar de la mujer estaba cerca, no demoro mucho en llegar, se dispuso en ese momento a prepararse un té de manzanilla para calmar sus nervios, cuando estuvo listo fue directo a su estudio privado y se encerró en él, no quería saber nada de nadie, su estado de ánimo era demasiado malo en esos momentos, ¿Como es posible que no se haya dado cuenta de que él tenia aura maligna? Quizá si lo sabía pero no quería aceptarlo, se mantuvo inmersa en sus propios pensamientos mientras veía las llamas del fuego de la chimenea enfrente de ella, preguntándose que debía hacer ahora, ¿Debía hacerle caso a sus sentimientos por él hombre? O hacer su labor mágica, aniquilar a la entidad y con ella... a Cedric. ~
    [ Rol Privado [The_Magistrate] ] ~ Despues de aquel encuentro inoportuno y caótico con Cedric, la bruja se disponía a regresar a su hogar, su mente estaba llena de ideas que no podían ser procesadas, tantas preguntas y pocas respuestas. Los callejones de el pequeño estaban desolados, ya era tarde para que alguien estuviera caminando solo por el lugar, por fortuna el hogar de la mujer estaba cerca, no demoro mucho en llegar, se dispuso en ese momento a prepararse un té de manzanilla para calmar sus nervios, cuando estuvo listo fue directo a su estudio privado y se encerró en él, no quería saber nada de nadie, su estado de ánimo era demasiado malo en esos momentos, ¿Como es posible que no se haya dado cuenta de que él tenia aura maligna? Quizá si lo sabía pero no quería aceptarlo, se mantuvo inmersa en sus propios pensamientos mientras veía las llamas del fuego de la chimenea enfrente de ella, preguntándose que debía hacer ahora, ¿Debía hacerle caso a sus sentimientos por él hombre? O hacer su labor mágica, aniquilar a la entidad y con ella... a Cedric. ~
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  • -Con un pequeño pañuelo en sus manos observaba los detalles del plan que marcó sobre la pizara verde, en aquella cabaña vieja y apolillada, las iniciales del nombre de la mujer que robó su corazón, están bordados elegantemente en una de las esquinas y aún conservaba el aroma del exquisito perfume.

    Tiene que funcionar, ¿Verdad?.

    - Preguntó al hombre que estaba oculto en las sombras, respondiendo con un "Si", con una voz conocida.

    No sé te olvide quitarle las espinas a las rosas, deseó que mi recuerdo este presente como el de ella está en mis pensamientos.
    -Con un pequeño pañuelo en sus manos observaba los detalles del plan que marcó sobre la pizara verde, en aquella cabaña vieja y apolillada, las iniciales del nombre de la mujer que robó su corazón, están bordados elegantemente en una de las esquinas y aún conservaba el aroma del exquisito perfume. Tiene que funcionar, ¿Verdad?. - Preguntó al hombre que estaba oculto en las sombras, respondiendo con un "Si", con una voz conocida. No sé te olvide quitarle las espinas a las rosas, deseó que mi recuerdo este presente como el de ella está en mis pensamientos.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
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    [ Mis mejores amigos son los tres novios de Hiroko (???) Si los hombres pueden tener su harem ¿Por que yo no? Jajaja ]
    [ Mis mejores amigos son los tres novios de Hiroko (???) Si los hombres pueden tener su harem ¿Por que yo no? Jajaja ] :STK-33:
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