➤ Despiertas en una habitación con apenas tus neuronas captan cada imagen frente tuyo. Estaba todo oscuro, todo cerrado, todo aislado. No puedes entender del todo como es que diablos llegaste hasta aquí. Con tus muñecas sujetas en el cuero de la silla, tu espalda se hormiguea por el dolor que tu columna carcomia como si habías estado aquí por... ¿Algunos dias? ¿Meses? ¿Años? No lo sabes del todo.

Fue cuando la luz cegadora del techo finalmente da su brillo para molestarte tus ojos. Se sienten como si los tuvieras rojos, como si no has domido nada. Incluso si lo habias estado tal parece que alguien no se habia asegurado con la anestesia.

Pronto, una figura comienza a formarse frente tuyo. Se moldeó entre la oscuridad hasta la luz que estaba debajo de la silla en la que estabas. Era un hombre, cabello ligeramente despeinado pero con un toque casi echo de algun gel que lo mantenía peinado. Ojos penetrantes y siniestros se colocaron en los tuyos, mientras la sonrisa macabra se extendia en sus mejillas cuando te diste cuenta de la gran cicatriz que se deslizaba en el lado izquierdo de su rostro, casi sobresaliendo su ojo. El hombre alza la jeringa, tan pronto como te vio bien despierto.

“Ah, ¡finalmente! Creí que habia puesto demasiada anestesia. En fin, ¿que te parece si empezamos ahora, Mein kleiner Hase~? Ponte bien firme en la silla, esto sera divertido...”
➤ Despiertas en una habitación con apenas tus neuronas captan cada imagen frente tuyo. Estaba todo oscuro, todo cerrado, todo aislado. No puedes entender del todo como es que diablos llegaste hasta aquí. Con tus muñecas sujetas en el cuero de la silla, tu espalda se hormiguea por el dolor que tu columna carcomia como si habías estado aquí por... ¿Algunos dias? ¿Meses? ¿Años? No lo sabes del todo. Fue cuando la luz cegadora del techo finalmente da su brillo para molestarte tus ojos. Se sienten como si los tuvieras rojos, como si no has domido nada. Incluso si lo habias estado tal parece que alguien no se habia asegurado con la anestesia. Pronto, una figura comienza a formarse frente tuyo. Se moldeó entre la oscuridad hasta la luz que estaba debajo de la silla en la que estabas. Era un hombre, cabello ligeramente despeinado pero con un toque casi echo de algun gel que lo mantenía peinado. Ojos penetrantes y siniestros se colocaron en los tuyos, mientras la sonrisa macabra se extendia en sus mejillas cuando te diste cuenta de la gran cicatriz que se deslizaba en el lado izquierdo de su rostro, casi sobresaliendo su ojo. El hombre alza la jeringa, tan pronto como te vio bien despierto. “Ah, ¡finalmente! Creí que habia puesto demasiada anestesia. En fin, ¿que te parece si empezamos ahora, Mein kleiner Hase~? Ponte bien firme en la silla, esto sera divertido...”
Me shockea
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