Sonidos en el bosque
Rol con: Inah
En un lugar profundo del bosque, en medio de una noche que solo era iluminada por la luna llena que decoraba el cielo.
El bosque era denso, apenas permitiendo el paso de la luz a través de las copas de los alargados árboles, que solo le daban un aire tenebroso al lugar.
En un pequeño claro, donde yacía un árbol hace tiempo caído, se encontraba Elías. La luz de la luna hacía relucir ligeramente su cráneo. Las zarzas que habían en el suelo, claramente no eran naturales, eran de un color negro azabache y se movían ligeramente rodeando a Elías.
La forma de Elías se dejó ver por completo. Era una bestia, un animal alimentándose de lo que ahora no era más que una masa de carne en el suelo, pero antaño fue un hombre desafortunado por encontrarse con el hambriento demonio.
Su pelaje negro parecía absorber la luz. Su complexión que, a pesar del tamaño de su cuerpo, era delgada, casi cadavérica, hacía que esta escena fuera similar a una pesadilla.
Las afiladas garras del demonio se hundían en la carne, tomando trozos de la misma para devorarlos con un hambre que no era de este mundo, un hambre insaciable.
El suelo, completamente manchado de sangre despertó algo en Elías. Recobró la consciencia. — Ah, ha vuelto a ocurrir. — Dijo con una voz grave pero escalofriantemente calmada, fría como el hielo.
Parecía llevar un collar puesto, en el cual colgaban plumas negras unidas por una cadena aparentemente de hueso, y, tras su espalda, colgaba una pequeña capa negra que parecía rota y desgastada por el tiempo.
Cualquiera que lo viera, diría que estaba sacado de un cuento mal contado o una fábula retorcida. Quizás es una burla hacia la humanidad, pues criaturas así nacen de las emociones humanas... O quizás es un recordatorio de lo que alguna vez fue.
Elías sintió una presencia que no le resultaba familiar. Se dio la vuelta, sus ojos rojos observaron con mirada fija e intensa el lugar donde creía haberlo sentido, esperando respuesta alguna...
En un lugar profundo del bosque, en medio de una noche que solo era iluminada por la luna llena que decoraba el cielo.
El bosque era denso, apenas permitiendo el paso de la luz a través de las copas de los alargados árboles, que solo le daban un aire tenebroso al lugar.
En un pequeño claro, donde yacía un árbol hace tiempo caído, se encontraba Elías. La luz de la luna hacía relucir ligeramente su cráneo. Las zarzas que habían en el suelo, claramente no eran naturales, eran de un color negro azabache y se movían ligeramente rodeando a Elías.
La forma de Elías se dejó ver por completo. Era una bestia, un animal alimentándose de lo que ahora no era más que una masa de carne en el suelo, pero antaño fue un hombre desafortunado por encontrarse con el hambriento demonio.
Su pelaje negro parecía absorber la luz. Su complexión que, a pesar del tamaño de su cuerpo, era delgada, casi cadavérica, hacía que esta escena fuera similar a una pesadilla.
Las afiladas garras del demonio se hundían en la carne, tomando trozos de la misma para devorarlos con un hambre que no era de este mundo, un hambre insaciable.
El suelo, completamente manchado de sangre despertó algo en Elías. Recobró la consciencia. — Ah, ha vuelto a ocurrir. — Dijo con una voz grave pero escalofriantemente calmada, fría como el hielo.
Parecía llevar un collar puesto, en el cual colgaban plumas negras unidas por una cadena aparentemente de hueso, y, tras su espalda, colgaba una pequeña capa negra que parecía rota y desgastada por el tiempo.
Cualquiera que lo viera, diría que estaba sacado de un cuento mal contado o una fábula retorcida. Quizás es una burla hacia la humanidad, pues criaturas así nacen de las emociones humanas... O quizás es un recordatorio de lo que alguna vez fue.
Elías sintió una presencia que no le resultaba familiar. Se dio la vuelta, sus ojos rojos observaron con mirada fija e intensa el lugar donde creía haberlo sentido, esperando respuesta alguna...
Rol con: [shimmer_charcoal_pigeon_126]
En un lugar profundo del bosque, en medio de una noche que solo era iluminada por la luna llena que decoraba el cielo.
El bosque era denso, apenas permitiendo el paso de la luz a través de las copas de los alargados árboles, que solo le daban un aire tenebroso al lugar.
En un pequeño claro, donde yacía un árbol hace tiempo caído, se encontraba Elías. La luz de la luna hacía relucir ligeramente su cráneo. Las zarzas que habían en el suelo, claramente no eran naturales, eran de un color negro azabache y se movían ligeramente rodeando a Elías.
La forma de Elías se dejó ver por completo. Era una bestia, un animal alimentándose de lo que ahora no era más que una masa de carne en el suelo, pero antaño fue un hombre desafortunado por encontrarse con el hambriento demonio.
Su pelaje negro parecía absorber la luz. Su complexión que, a pesar del tamaño de su cuerpo, era delgada, casi cadavérica, hacía que esta escena fuera similar a una pesadilla.
Las afiladas garras del demonio se hundían en la carne, tomando trozos de la misma para devorarlos con un hambre que no era de este mundo, un hambre insaciable.
El suelo, completamente manchado de sangre despertó algo en Elías. Recobró la consciencia. — Ah, ha vuelto a ocurrir. — Dijo con una voz grave pero escalofriantemente calmada, fría como el hielo.
Parecía llevar un collar puesto, en el cual colgaban plumas negras unidas por una cadena aparentemente de hueso, y, tras su espalda, colgaba una pequeña capa negra que parecía rota y desgastada por el tiempo.
Cualquiera que lo viera, diría que estaba sacado de un cuento mal contado o una fábula retorcida. Quizás es una burla hacia la humanidad, pues criaturas así nacen de las emociones humanas... O quizás es un recordatorio de lo que alguna vez fue.
Elías sintió una presencia que no le resultaba familiar. Se dio la vuelta, sus ojos rojos observaron con mirada fija e intensa el lugar donde creía haberlo sentido, esperando respuesta alguna...
Tipo
Individual
Líneas
Cualquier línea
Estado
Disponible

