• —Vamos, ya no soy un fantasma, no te asustes.
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  • Lan Wangji Lucifer 𝕾𝖆𝖒𝖆𝖊𝖑 𝕸𝖔𝖗𝖓𝖎𝖓𝖌𝖘𝖙𝖆𝖗 Life ᴬ ᴹᵃᵗᵗᵉʳ ᵒᶠ ᴸⁱᶠᵉ ᵃⁿᵈ ᴰᵉᵃᵗʰ

    -miro a los tres pensando a quien darle primero. Y quizás si es darle lo que están pensando 7w7-
    [LanWangji] [LuciHe11] [fantasma] -miro a los tres pensando a quien darle primero. Y quizás si es darle lo que están pensando 7w7-
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  • Destinados a la Irracionalidad.
    Fandom Original.
    Categoría Drama
    ♛ 𝓜𝓲𝓷𝓪𝓶𝓲 𝓜𝓸𝓶𝓸𝓴𝓪𝓼𝓱𝓲 ♡

    ⠀⠀Las luces de neón palpitaban como arterias abiertas sobre las avenidas de Tokio, reflejándose en los charcos de lluvia con una luz sombría. Era pasada la medianoche y, entre los callejones angostos que serpenteaban como venas ocultas, las sombras se deslizaban más rápido que la brisa.

    ⠀⠀Él la perseguía, sereno. No era una fugitiva cualquiera, sino una criatura nacida para desvanecerse entre las evasivas de la sociedad, un ser que doblegaba lo natural. Su silueta, etérea y grácil, rebotaba entre las marquesinas de izakayas cerrados y los carteles de pachinkos moribundos, mientras las farolas temblaban a su paso.

    ⠀⠀Su presencia, era un susurro. El aura del cura, una fogata en la oscuridad, pero antes que la calidez que representaría el fuego como abraza la vida, emitía la radiante energía del daño. La encontraría, no importaba qué.

    ⠀⠀Mientras tanto, la dicotomía de algo más profundo crecía en el pecho del brujo de mirada penitente. En Japón, incluso los fantasmas respetan las reglas no escritas de la noche. Pero esta vez, una de esas reglas estaba a punto de romperse.
    [Minami.Momokashi01] ⠀ ⠀⠀Las luces de neón palpitaban como arterias abiertas sobre las avenidas de Tokio, reflejándose en los charcos de lluvia con una luz sombría. Era pasada la medianoche y, entre los callejones angostos que serpenteaban como venas ocultas, las sombras se deslizaban más rápido que la brisa. ⠀⠀Él la perseguía, sereno. No era una fugitiva cualquiera, sino una criatura nacida para desvanecerse entre las evasivas de la sociedad, un ser que doblegaba lo natural. Su silueta, etérea y grácil, rebotaba entre las marquesinas de izakayas cerrados y los carteles de pachinkos moribundos, mientras las farolas temblaban a su paso. ⠀⠀Su presencia, era un susurro. El aura del cura, una fogata en la oscuridad, pero antes que la calidez que representaría el fuego como abraza la vida, emitía la radiante energía del daño. La encontraría, no importaba qué. ⠀⠀Mientras tanto, la dicotomía de algo más profundo crecía en el pecho del brujo de mirada penitente. En Japón, incluso los fantasmas respetan las reglas no escritas de la noche. Pero esta vez, una de esas reglas estaba a punto de romperse. ⠀
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  • —Ugh... —ds un sorbo lento a su té— dormí un par de semanas... o unos minutos en tiempo abismal, que es básicamente lo mismo, ¿no? —Tiny, su tentáculo, asiente con entusiasmo— Pero, ¡wow! el mundo sigue girando sin mi... Ya los sacrificables–ejem–seguidores se olvidaron del culto... ni una visita al templo, ni un 'sacerdotisa, ¿Puedo ofrecerle mi alma como snack?', nada —suspiro exagerado— ¿Tan difícil era mantener el altar decorado o dejar un plato de galletitas para cuando volviera? ¡El silencio en el templo era tan profundo que hasta los fantasmas se aburrieron y se fueron! —sniff sniff— todo cambia demasiado en poco tiempo, ¿no?
    —Ugh... —ds un sorbo lento a su té— dormí un par de semanas... o unos minutos en tiempo abismal, que es básicamente lo mismo, ¿no? —Tiny, su tentáculo, asiente con entusiasmo— Pero, ¡wow! el mundo sigue girando sin mi... Ya los sacrificables–ejem–seguidores se olvidaron del culto... ni una visita al templo, ni un 'sacerdotisa, ¿Puedo ofrecerle mi alma como snack?', nada —suspiro exagerado— ¿Tan difícil era mantener el altar decorado o dejar un plato de galletitas para cuando volviera? ¡El silencio en el templo era tan profundo que hasta los fantasmas se aburrieron y se fueron! —sniff sniff— todo cambia demasiado en poco tiempo, ¿no?
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  • El cliente llegó tarde. Siempre lo hacen. John esperaba apoyado contra la vieja camioneta, bajo el amparo de su gorra negra y el cubrebocas que ya no se quitaba ni en su tiempo libre. No por el polvo, ni por las bacterias. Era simplemente más fácil así. Menos rostro, menos preguntas.

    El hombre que bajó del auto de lujo tenía esa energía que dejaba residuos. Traje caro, sonrisa forzada, y un maletín que parecía más pesado de lo que debería.

    —Gracias por venir en persona —dijo el cliente, extendiéndole la mano. John no la estrechó. Solo asintió.

    —¿Qué hay que limpiar? —preguntó con voz neutra, casi sin inflexión.

    —Esta vez... es algo diferente.

    John ladeó la cabeza. Ya lo sabía. Cuando pedían una reunión cara a cara, era porque no querían un limpiador. Querían un fantasma.

    —No queremos que limpie después. Queremos que lo resuelva antes.

    Hubo un silencio espeso. Las palabras cayeron con un peso diferente. “Resolver antes” era solo una forma elegante de pedir lo inaceptable.

    John sostuvo la mirada del hombre, aunque sus ojos estaban parcialmente ocultos por la sombra de la gorra. El cubrebocas se movió apenas, revelando una voz firme, baja, sin vacilación:

    —Yo... solo limpio sus desastres.

    El cliente abrió la boca, pero John ya se había girado. El motor de la camioneta rugió al encenderse. Mientras se alejaba por el camino de grava, bajo la luz tenue del amanecer, John pensaba en lo delgado que era el hilo entre limpiar la sangre... y derramarla. Y en cómo, por ahora, seguía sin cargar eso en su conciencia.
    El cliente llegó tarde. Siempre lo hacen. John esperaba apoyado contra la vieja camioneta, bajo el amparo de su gorra negra y el cubrebocas que ya no se quitaba ni en su tiempo libre. No por el polvo, ni por las bacterias. Era simplemente más fácil así. Menos rostro, menos preguntas. El hombre que bajó del auto de lujo tenía esa energía que dejaba residuos. Traje caro, sonrisa forzada, y un maletín que parecía más pesado de lo que debería. —Gracias por venir en persona —dijo el cliente, extendiéndole la mano. John no la estrechó. Solo asintió. —¿Qué hay que limpiar? —preguntó con voz neutra, casi sin inflexión. —Esta vez... es algo diferente. John ladeó la cabeza. Ya lo sabía. Cuando pedían una reunión cara a cara, era porque no querían un limpiador. Querían un fantasma. —No queremos que limpie después. Queremos que lo resuelva antes. Hubo un silencio espeso. Las palabras cayeron con un peso diferente. “Resolver antes” era solo una forma elegante de pedir lo inaceptable. John sostuvo la mirada del hombre, aunque sus ojos estaban parcialmente ocultos por la sombra de la gorra. El cubrebocas se movió apenas, revelando una voz firme, baja, sin vacilación: —Yo... solo limpio sus desastres. El cliente abrió la boca, pero John ya se había girado. El motor de la camioneta rugió al encenderse. Mientras se alejaba por el camino de grava, bajo la luz tenue del amanecer, John pensaba en lo delgado que era el hilo entre limpiar la sangre... y derramarla. Y en cómo, por ahora, seguía sin cargar eso en su conciencia.
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  • El humo espeso flotaba sobre el escenario del Raven’s Nest, un bar escondido en los callejones de la ciudad, donde las almas rotas y los corazones furiosos encontraban su santuario. La luz era tenue, rojiza, apenas iluminando a los músicos sobre la tarima. Milenka, con su chaqueta de cuero colgando de un hombro y la guitarra colgando baja, se acercó al micrófono.

    La multitud murmuraba, pero se hizo silencio en cuanto las primeras notas desgarradas de Snuff comenzaron a sonar.

    Ella cerró los ojos.

    — "Bury all your secrets in my skin..."

    Su voz no imitaba; dolía. No era una copia. Era un lamento propio, nacido de sus cicatrices. La forma en que sostuvo las palabras, cómo se quebraban a medida que avanzaba… la canción dejó de ser de Slipknot. Por esos minutos, fue solo de ella.

    Algunos en la audiencia tenían los ojos vidriosos. Otros apretaban las manos contra el pecho. Incluso los tipos más duros, los que vivían en el filo de la noche, bajaron la cabeza.

    Cuando terminó el último acorde, el silencio pesó más que los aplausos. Entonces Milenka bajó la guitarra, asintió con una media sonrisa apenas visible, y descendió del escenario.

    Se abrió paso entre la gente sin esfuerzo. Todos la miraban, pero nadie se atrevía a detenerla. Como una sombra con brillo propio, llegó a la barra, se dejó caer en el taburete de siempre y alzó dos dedos al camarero.

    — Una cerveza, Sasha. De las que raspan.

    Sasha le sirvió sin decir nada. Ella alzó la botella en solitario, como brindando con los fantasmas que aún cantaban en su garganta.
    El humo espeso flotaba sobre el escenario del Raven’s Nest, un bar escondido en los callejones de la ciudad, donde las almas rotas y los corazones furiosos encontraban su santuario. La luz era tenue, rojiza, apenas iluminando a los músicos sobre la tarima. Milenka, con su chaqueta de cuero colgando de un hombro y la guitarra colgando baja, se acercó al micrófono. La multitud murmuraba, pero se hizo silencio en cuanto las primeras notas desgarradas de Snuff comenzaron a sonar. Ella cerró los ojos. — "Bury all your secrets in my skin..." Su voz no imitaba; dolía. No era una copia. Era un lamento propio, nacido de sus cicatrices. La forma en que sostuvo las palabras, cómo se quebraban a medida que avanzaba… la canción dejó de ser de Slipknot. Por esos minutos, fue solo de ella. Algunos en la audiencia tenían los ojos vidriosos. Otros apretaban las manos contra el pecho. Incluso los tipos más duros, los que vivían en el filo de la noche, bajaron la cabeza. Cuando terminó el último acorde, el silencio pesó más que los aplausos. Entonces Milenka bajó la guitarra, asintió con una media sonrisa apenas visible, y descendió del escenario. Se abrió paso entre la gente sin esfuerzo. Todos la miraban, pero nadie se atrevía a detenerla. Como una sombra con brillo propio, llegó a la barra, se dejó caer en el taburete de siempre y alzó dos dedos al camarero. — Una cerveza, Sasha. De las que raspan. Sasha le sirvió sin decir nada. Ella alzó la botella en solitario, como brindando con los fantasmas que aún cantaban en su garganta.
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  • **Voz gruesa, tono urgente.**
    —Te dije que ese bastardo del Puerto no iba a dejarlo pasar. Ahora tenemos a dos tipos colgando en el almacén y el piso... está hecho un maldito matadero. ¿Y tú me dices que no tienes un plan?

    **El otro, más joven, nervioso, mirando a los lados.**
    —No dije eso. Tengo *una* carta bajo la manga. —se agacha y saca de su abrigo un folder plastificado con cuidado, como si pesara más de lo que debería—. Míralo.

    **(Abre el folder. Dentro, un cartel confidencial. Un hombre de ojos dorados, cubrebocas y expresión muerta. Solo el alias: "John Doe")**

    **Voz gruesa, dudosa.**
    —¿John Doe? ¿Ese es el fantasma que limpió lo de Hammer hace años?

    —El mismo. Ya no hace preguntas. Solo cobra, limpia y desaparece. Si no aceptas su precio, no hay trato. Pero si acepta… no queda ni una gota de sangre.

    **Silencio tenso. Un trueno lejano.**

    —¿Y crees que aceptará esto?

    —No lo sé. Pero por lo que escuché… si su hija necesita el dinero, aceptará. Y esta vez… parece que el tratamiento es urgente.

    **El mayor exhala lento, lanza su cigarro al suelo.**

    —Bien. Llama al número. No digas nuestros nombres. Solo el precio.
    **Voz gruesa, tono urgente.** —Te dije que ese bastardo del Puerto no iba a dejarlo pasar. Ahora tenemos a dos tipos colgando en el almacén y el piso... está hecho un maldito matadero. ¿Y tú me dices que no tienes un plan? **El otro, más joven, nervioso, mirando a los lados.** —No dije eso. Tengo *una* carta bajo la manga. —se agacha y saca de su abrigo un folder plastificado con cuidado, como si pesara más de lo que debería—. Míralo. **(Abre el folder. Dentro, un cartel confidencial. Un hombre de ojos dorados, cubrebocas y expresión muerta. Solo el alias: "John Doe")** **Voz gruesa, dudosa.** —¿John Doe? ¿Ese es el fantasma que limpió lo de Hammer hace años? —El mismo. Ya no hace preguntas. Solo cobra, limpia y desaparece. Si no aceptas su precio, no hay trato. Pero si acepta… no queda ni una gota de sangre. **Silencio tenso. Un trueno lejano.** —¿Y crees que aceptará esto? —No lo sé. Pero por lo que escuché… si su hija necesita el dinero, aceptará. Y esta vez… parece que el tratamiento es urgente. **El mayor exhala lento, lanza su cigarro al suelo.** —Bien. Llama al número. No digas nuestros nombres. Solo el precio.
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  • Inflexión - Flashback
    Fandom The Animals
    Categoría Acción
    Kalhi NigDurgae
    Wolf ᴬᵁ

    Dos años atrás

    El sol aún no se ocultaba. El eco de sus pasos no existía. La estación olvidada respiraba humedad y silencio.

    Crow emergió desde la penumbra como un recuerdo que debía haber sido olvidado. Su silueta delgada, envuelta en sombras, y cruzó los túneles como un fantasma.

    Había dispuesto los talismanes con precisión, tal y como su brujo de cabecera recetó: antiguos símbolos grabados con su propia sangre, ocultos en las grietas, activados apenas el naga puso pie dentro.

    No se anunció.
    No habló.

    Solo lo observaba desde el borde del círculo, inmóvil, con la máscara negra puesta y los ojos oscuros encendidos como carbones.

    Cuando Viper giró para enfrentarlo, ambos ya estaban dentro del círculo.

    — Te volviste descuidado, Viper —murmuró, su voz como un aguijón—. Creí que eras el más afilado en este grupo de bestias.

    No desenfundó. No atacó aún. Solo lo miraba, como si todo fuera un examen que Viper debía aprobar… o fallar.
    ▷ [kalh1] ▷ [Wolfy] ⏳ Dos años atrás ⏳ El sol aún no se ocultaba. El eco de sus pasos no existía. La estación olvidada respiraba humedad y silencio. Crow emergió desde la penumbra como un recuerdo que debía haber sido olvidado. Su silueta delgada, envuelta en sombras, y cruzó los túneles como un fantasma. Había dispuesto los talismanes con precisión, tal y como su brujo de cabecera recetó: antiguos símbolos grabados con su propia sangre, ocultos en las grietas, activados apenas el naga puso pie dentro. No se anunció. No habló. Solo lo observaba desde el borde del círculo, inmóvil, con la máscara negra puesta y los ojos oscuros encendidos como carbones. Cuando Viper giró para enfrentarlo, ambos ya estaban dentro del círculo. — Te volviste descuidado, Viper —murmuró, su voz como un aguijón—. Creí que eras el más afilado en este grupo de bestias. No desenfundó. No atacó aún. Solo lo miraba, como si todo fuera un examen que Viper debía aprobar… o fallar.
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  • Rumores que no pueden ser ignorados.
    Fandom Z.Y.X.S
    Categoría Acción
    Ya había pasado un tiempo desde la última vez que debían ir a investigar acerca de alguna leyenda urbana o un rumor "fantasmal" en los alrededores de la ciudad, pero finalmente había llegado el día, no era de las actividades favoritas del grupo, ya que cuando es algo de ese tipo siempre resulta ser cierto e incluso peor de lo que las personas cuentan de boca en boca.

    Cómo habían acordado, debían reunirse en lo alto de aquel terreno abandonado que usaban cómo "base", anteriormente se había acordado quienes irían, la mayoría del grupo estaba ocupado y para sorpresa de nadie, aquellos tres si que estaban disponibles para explorar, Keirot, Jasuke y Anyel, podría decirse que eran los tres que iniciaron todo aquello que pertenece a su vida desde entonces.

    La dirección era sencilla, debían continuar desde la calle de dónde se ubicaba aquel terreno y seguir hasta que la ciudad dejara de ser visible al horizonte. Mas adelante de un rotulo, debían encontrar un sendero, que para sorpresa de nadie estaba "cerrado" con cinta policial entre varios árboles.

    —Parece que es aquí... —Dijo el azabache, mirando en su celular la ubicación que Erison les había marcado a los tres, además comenzó a repasar un poco acerca de lo que habían contado sobre lo que ocurría en ese supuesto lugar embrujado.

    Estaban a poco más de 40 kilómetros de su residencial, pero aquella distancia era poca para ellos, incluso andando a pie cómo podía verse en ese momento. —Sigo sin entender porque venimos a ver sobre un animal gigante que se ha comido a tres personas... ¿No debería ser trabajo de Sheiry y los suyos? —Murmuró mirando aún la pantalla de su celular, sin intenciones de avanzar entre aquella cinta amarilla.
    Ya había pasado un tiempo desde la última vez que debían ir a investigar acerca de alguna leyenda urbana o un rumor "fantasmal" en los alrededores de la ciudad, pero finalmente había llegado el día, no era de las actividades favoritas del grupo, ya que cuando es algo de ese tipo siempre resulta ser cierto e incluso peor de lo que las personas cuentan de boca en boca. Cómo habían acordado, debían reunirse en lo alto de aquel terreno abandonado que usaban cómo "base", anteriormente se había acordado quienes irían, la mayoría del grupo estaba ocupado y para sorpresa de nadie, aquellos tres si que estaban disponibles para explorar, Keirot, Jasuke y Anyel, podría decirse que eran los tres que iniciaron todo aquello que pertenece a su vida desde entonces. La dirección era sencilla, debían continuar desde la calle de dónde se ubicaba aquel terreno y seguir hasta que la ciudad dejara de ser visible al horizonte. Mas adelante de un rotulo, debían encontrar un sendero, que para sorpresa de nadie estaba "cerrado" con cinta policial entre varios árboles. —Parece que es aquí... —Dijo el azabache, mirando en su celular la ubicación que Erison les había marcado a los tres, además comenzó a repasar un poco acerca de lo que habían contado sobre lo que ocurría en ese supuesto lugar embrujado. Estaban a poco más de 40 kilómetros de su residencial, pero aquella distancia era poca para ellos, incluso andando a pie cómo podía verse en ese momento. —Sigo sin entender porque venimos a ver sobre un animal gigante que se ha comido a tres personas... ¿No debería ser trabajo de Sheiry y los suyos? —Murmuró mirando aún la pantalla de su celular, sin intenciones de avanzar entre aquella cinta amarilla.
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  • Se esta ocultando el sol, y no he acabado. Creo tocará huir antes de que me salga un fantasma aqui.
    Se esta ocultando el sol, y no he acabado. Creo tocará huir antes de que me salga un fantasma aqui.
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