• Paz, al fin, paz.

    Sin la elfa enana que haga preguntas, que quiera tocar sus libros.

    Si comienza a creer en la existencia de un Dios, es ahora mismo cuando por fin en su mansión puede tener silencio.
    Paz, al fin, paz. Sin la elfa enana que haga preguntas, que quiera tocar sus libros. Si comienza a creer en la existencia de un Dios, es ahora mismo cuando por fin en su mansión puede tener silencio.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Hola aviso que voy cambiar la historia de litha, por una elfa bailarina coquett (?)//
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  • — Los viernes son de entrenamiento visual en las aguas termales y el objetivo, analizar las copas de las elfas/ninfas que podamos encontrar.—

    No apto para menores de edad COFCOFBRANCOFCOF
    — Los viernes son de entrenamiento visual en las aguas termales y el objetivo, analizar las copas de las elfas/ninfas que podamos encontrar.— No apto para menores de edad COFCOFBRANCOFCOF
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  • Era un día de celebración. Pero no cualquier día de celebración, el cumpleaños de [fusion_ruby_horse_283] ni más ni menos. Por lo que todo debía ser perfecto... Romántico y perfecto. La perfecta combinación.

    Por supuesto, no lo había hecho solo. No podía sino pedir a los pequeños, e inteligentes animalitos, que lo ayudaran. Implorando que la intuición de la elfa no la hiciera sospechar de sus planes, le habría pedido a Stella que la mantuviera ocupada el suficiente tiempo para que él pudiera preparar todo.

    — Rayla!

    La llamaría al ir donde ella, con una amplia sonrisa sobre sus labios.

    — ¿Crees que podrías acompañarme un momento? Ah, ah! Pero, con los ojos vendados. Confía en mi

    Casi que le haría ojitos de cachorro para convencerla. Nada demasiado producido como pequeño obsequio de cumpleaños. Solo unas vistas espléndidas al atradecer sobre alguna colina cercana, acompañado por alguna manta acomodada meticulosamente en el suelo junto a algunas velas, quisas algunas luciérnagas que parecían imitar a Cebo que no paraba de brillar con su mala cara, y aperitivos que acompañaran el momento.
    Era un día de celebración. Pero no cualquier día de celebración, el cumpleaños de [fusion_ruby_horse_283] ni más ni menos. Por lo que todo debía ser perfecto... Romántico y perfecto. La perfecta combinación. Por supuesto, no lo había hecho solo. No podía sino pedir a los pequeños, e inteligentes animalitos, que lo ayudaran. Implorando que la intuición de la elfa no la hiciera sospechar de sus planes, le habría pedido a Stella que la mantuviera ocupada el suficiente tiempo para que él pudiera preparar todo. — Rayla! La llamaría al ir donde ella, con una amplia sonrisa sobre sus labios. — ¿Crees que podrías acompañarme un momento? Ah, ah! Pero, con los ojos vendados. Confía en mi Casi que le haría ojitos de cachorro para convencerla. Nada demasiado producido como pequeño obsequio de cumpleaños. Solo unas vistas espléndidas al atradecer sobre alguna colina cercana, acompañado por alguna manta acomodada meticulosamente en el suelo junto a algunas velas, quisas algunas luciérnagas que parecían imitar a Cebo que no paraba de brillar con su mala cara, y aperitivos que acompañaran el momento.
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  • — ¿Porqué me dices que tengo cara de que me lleva la mierda? Pues perdón por no dormir bien, el insomnio me ataca. ¿Y quién es ese chismoso orejón del fondo?. — No durmió bien, está medio de malas, no hay elfas y la vida sigue decepcionandolo.¿?
    — ¿Porqué me dices que tengo cara de que me lleva la mierda? Pues perdón por no dormir bien, el insomnio me ataca. ¿Y quién es ese chismoso orejón del fondo?. — No durmió bien, está medio de malas, no hay elfas y la vida sigue decepcionandolo.¿?
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  • — Y tú que me vez el atractivo, también estás dos saben bailar. — Mueve los pectorales les enseña a las "elfas" como usar bien los músculos.

    — Hey, díganle a la chaparrita con espadota que es hora de irnos, ya tengo el oro suficiente y una elfa rubia que me enseñó las piernotas. — Reza porque nadie lo mate.
    — Y tú que me vez el atractivo, también estás dos saben bailar. — Mueve los pectorales les enseña a las "elfas" como usar bien los músculos. — Hey, díganle a la chaparrita con espadota que es hora de irnos, ya tengo el oro suficiente y una elfa rubia que me enseñó las piernotas. — Reza porque nadie lo mate.
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  • Soy una elfa de sangre, fuerte, independiente, que ha logrado mucho por sus hermanas e iguales, que tiene una serie considerable de logros y habilidades.
    ¿Qué les hace creer? que voy a caer ante un ridículo bardo de lengua fácil y pantalones aún más fáciles de remover....

    Que ..q-que es delicado con la naturaleza, le gustan los gatos, sabe cocinar, tiene responsabilidad y es hábil en la pelea cuerpo a cuerpo.... . . m..m.mm.mm-maldición! No lo puedo sacar de mi cabeza!
    Soy una elfa de sangre, fuerte, independiente, que ha logrado mucho por sus hermanas e iguales, que tiene una serie considerable de logros y habilidades. ¿Qué les hace creer? que voy a caer ante un ridículo bardo de lengua fácil y pantalones aún más fáciles de remover.... Que ..q-que es delicado con la naturaleza, le gustan los gatos, sabe cocinar, tiene responsabilidad y es hábil en la pelea cuerpo a cuerpo.... . . m..m.mm.mm-maldición! No lo puedo sacar de mi cabeza!
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  • — Esa rubia me prometió elfas y atenciones de origen dulce que te hacen babear. Pero no veo ni elfas ni babas. — Mientras tanto está pasando por una crisis de identidad.



    || bonjour, les pido que respeten la historia de cada personaje y no me lleguen con meta rol sacado del *** de favor, gracias.
    — Esa rubia me prometió elfas y atenciones de origen dulce que te hacen babear. Pero no veo ni elfas ni babas. — Mientras tanto está pasando por una crisis de identidad. || bonjour, les pido que respeten la historia de cada personaje y no me lleguen con meta rol sacado del *** de favor, gracias.
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  • Disfraz de elfa mágica.. Las orejas obviamente son artificiales.
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  • Garabatos.

    Aunque era consciente de dónde estaba, en medio de una reunión donde su hermano lideraba la conversación, su mente divagaba más allá.
    Las voces y el tema a charlar se habían convertido en murmuros ahogados que su mente no procesaba. El ruido a su alrededor se había disminuido a la nada misma, solo percibía silencio rodeando mientras toda su conversación se hallaba en la hoja del cuaderno abierto frente a él.

    Apoyando su mejilla en una de sus manos, con la otra garabateaba. Lineas que se unían y entrecruzaban, iban y venían, formando lentamente una silueta y luego una figura. Alguien. Una persona... No. Específicamente una elfa. Una elfa de luna, alguna vez perteneciente al prestigioso y peligroso grupo de asesinos de la luna.
    Mercenarios implacables, imparables. El terror solía recorrer entre las personas de los reinos humanos con solo la mención de un asesino elfo de luna. Un escalofrío helado que recorría el cuerpo e insitaba a suplicar porque nunca aparecieran por las tierras humanas... O las mágicas tierras de Xadia.

    Sin embargo, allí estaba él. Dibujando a una elfa de luna, que alguna vez perteneció a tan temidos mercenarios, pero que ahora la única reacción que formaba en él era el acelerado palpitar de su corazón.
    Un asesina elfa de luna que jamás había matado. Una elfa de corazón noble, puro y justiciero pero que se había robado el corazón del príncipe de Katolis.

    - Callum -

    Creyó recordar en su mente la suave voz de la elfa, a veces con un toño de regaño de sarcasmo, mientras lo llamaba.

    - Callum -

    Casi cerró sus ojos mientras continuaba con los detalles de su dibujo.

    - ¡¡CALLUM!! -

    Y el grito finalmente lo sacó de sus pensamientos. Con sus manos se apresuró a cubrir el dibujo hecho mientras levantaba la vista encontrándose con el grupo sentado alrededor de la mesa mirándolo fijamente.
    Creyó ver a algunos conteniendo su risa. Pudo percibir a su pequeño hermano, Ezran, mirarlo con una ceja alzada.

    - Ah... Lo siento... ¿Qué ocurrió? - Preguntó el príncipe finalmente, delatando su nula atención a la conversación en cuestión.

    - Parece que alguien aún extraña a su novia - Molestó Soren provocando en el joven príncipe un rubor que cubrió sus mejillas.
    Se apresuró en cerrar su cuaderno mientras Ezran negaba con la cabeza, sin embargo, lo dejó pasar sin comentario alguno más que pedirle mayor concentración.

    Avergonzado, el príncipe se limitó a asentir mientras le repetían lo charlado hasta el momento, y aunque está vez se aseguró de escuchar, su mente y su corazón aún viajaban más allá.
    Ondeando por las tierras de Katolis, atravesando el reino, el bosque y cruzando a las mágicas tierras Xadianas preguntándose... ¿Dónde estaba Rayla?
    Garabatos. Aunque era consciente de dónde estaba, en medio de una reunión donde su hermano lideraba la conversación, su mente divagaba más allá. Las voces y el tema a charlar se habían convertido en murmuros ahogados que su mente no procesaba. El ruido a su alrededor se había disminuido a la nada misma, solo percibía silencio rodeando mientras toda su conversación se hallaba en la hoja del cuaderno abierto frente a él. Apoyando su mejilla en una de sus manos, con la otra garabateaba. Lineas que se unían y entrecruzaban, iban y venían, formando lentamente una silueta y luego una figura. Alguien. Una persona... No. Específicamente una elfa. Una elfa de luna, alguna vez perteneciente al prestigioso y peligroso grupo de asesinos de la luna. Mercenarios implacables, imparables. El terror solía recorrer entre las personas de los reinos humanos con solo la mención de un asesino elfo de luna. Un escalofrío helado que recorría el cuerpo e insitaba a suplicar porque nunca aparecieran por las tierras humanas... O las mágicas tierras de Xadia. Sin embargo, allí estaba él. Dibujando a una elfa de luna, que alguna vez perteneció a tan temidos mercenarios, pero que ahora la única reacción que formaba en él era el acelerado palpitar de su corazón. Un asesina elfa de luna que jamás había matado. Una elfa de corazón noble, puro y justiciero pero que se había robado el corazón del príncipe de Katolis. - Callum - Creyó recordar en su mente la suave voz de la elfa, a veces con un toño de regaño de sarcasmo, mientras lo llamaba. - Callum - Casi cerró sus ojos mientras continuaba con los detalles de su dibujo. - ¡¡CALLUM!! - Y el grito finalmente lo sacó de sus pensamientos. Con sus manos se apresuró a cubrir el dibujo hecho mientras levantaba la vista encontrándose con el grupo sentado alrededor de la mesa mirándolo fijamente. Creyó ver a algunos conteniendo su risa. Pudo percibir a su pequeño hermano, Ezran, mirarlo con una ceja alzada. - Ah... Lo siento... ¿Qué ocurrió? - Preguntó el príncipe finalmente, delatando su nula atención a la conversación en cuestión. - Parece que alguien aún extraña a su novia - Molestó Soren provocando en el joven príncipe un rubor que cubrió sus mejillas. Se apresuró en cerrar su cuaderno mientras Ezran negaba con la cabeza, sin embargo, lo dejó pasar sin comentario alguno más que pedirle mayor concentración. Avergonzado, el príncipe se limitó a asentir mientras le repetían lo charlado hasta el momento, y aunque está vez se aseguró de escuchar, su mente y su corazón aún viajaban más allá. Ondeando por las tierras de Katolis, atravesando el reino, el bosque y cruzando a las mágicas tierras Xadianas preguntándose... ¿Dónde estaba Rayla?
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