• El viento gélido soplaba suavemente, haciendo que la luz azul de las runas en su traje se intensificara. Éste reaccionaba al frío de la aldea Rito, canalizando su energía elemental, pero Link permanecía absorto en lo que aparecía en su Purah Pad, ajeno al clima gracias al elixir de Safflina que había tomado antes de salir.

    Revisaba con detenimiento los puntos que había marcado para localizar el templo que su sensor había detectado, trazando la ruta más eficiente entre senderos y acantilados nevados. Su objetivo era combinar la exploración con la recolección de gemas bubul y minerales, asegurándose de que cada hallazgo contribuyera a mejorar sus armas y armaduras, aprovechando al máximo cada tramo de su recorrido.

    Antes de dirigirse al establo, un par de hojas que se movían extrañamente entre la nieve le recordaron que los Koroks también podrían estar observando, aunque no era momento de detenerse.

    Determinado, guardó el Purah Pad y se encaminó hacia su confiable caballo, dejando que la luz azul del traje iluminara suavemente los senderos mientras comenzaba su travesía hacia donde estimaba que estaba el templo, asegurándose que su visión no se viese comprometida por la ligera bruma de las montañas.

    #SeductiveSunday
    El viento gélido soplaba suavemente, haciendo que la luz azul de las runas en su traje se intensificara. Éste reaccionaba al frío de la aldea Rito, canalizando su energía elemental, pero Link permanecía absorto en lo que aparecía en su Purah Pad, ajeno al clima gracias al elixir de Safflina que había tomado antes de salir. Revisaba con detenimiento los puntos que había marcado para localizar el templo que su sensor había detectado, trazando la ruta más eficiente entre senderos y acantilados nevados. Su objetivo era combinar la exploración con la recolección de gemas bubul y minerales, asegurándose de que cada hallazgo contribuyera a mejorar sus armas y armaduras, aprovechando al máximo cada tramo de su recorrido. Antes de dirigirse al establo, un par de hojas que se movían extrañamente entre la nieve le recordaron que los Koroks también podrían estar observando, aunque no era momento de detenerse. Determinado, guardó el Purah Pad y se encaminó hacia su confiable caballo, dejando que la luz azul del traje iluminara suavemente los senderos mientras comenzaba su travesía hacia donde estimaba que estaba el templo, asegurándose que su visión no se viese comprometida por la ligera bruma de las montañas. #SeductiveSunday
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  • ... [ Bad Ending ] ...
    ( Las muñecas no pueden desear algun tipo de apariencia, aceptarán lo que se les coloque y serán felices. )

    Castigo:
    《Tiempo para ser reparada: Indeterminado.》
    ... [ Bad Ending ] ... ( Las muñecas no pueden desear algun tipo de apariencia, aceptarán lo que se les coloque y serán felices. ) ⚠️Castigo: 《Tiempo para ser reparada: Indeterminado.》
    Me entristece
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  • mi hermano siempre esta ansioso de que algun dia pueda encontrar a mi compañero de guerra.... saber el echo de que no es una chica lo que deseo... tal vez lo enloquezca un poco de rabia. Pero nada mas con el intricado deseo de mi felicidad.. seguro entendería que mi chico ideal llegaria a mi...

    estará mas que deacuerdo y con calma al saber que tengo alguien que me cuide y tambien le cuide... no hay duda que algun dia un guerrero... sabrá escoger un chamán como yo... frajil en sus sentidos. fuerte en sus deseos y constante, admirable y determinado en su dia a dia sin rendirse.

    ...no lo crees?.. bah, tal vez hablo demasiado... disfruta de la compañía conmigo si?
    mi hermano siempre esta ansioso de que algun dia pueda encontrar a mi compañero de guerra.... saber el echo de que no es una chica lo que deseo... tal vez lo enloquezca un poco de rabia. Pero nada mas con el intricado deseo de mi felicidad.. seguro entendería que mi chico ideal llegaria a mi... estará mas que deacuerdo y con calma al saber que tengo alguien que me cuide y tambien le cuide... no hay duda que algun dia un guerrero... sabrá escoger un chamán como yo... frajil en sus sentidos. fuerte en sus deseos y constante, admirable y determinado en su dia a dia sin rendirse. ...no lo crees?.. bah, tal vez hablo demasiado... disfruta de la compañía conmigo si?
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  • hay algo detras de la puerta
    eres joven apenas unos 10 años y constantemente fuiste regañado por tus padres por abrir la puerta a desconocidos lo que en una oportunidad termino en que roben la casa, esta determinado, aprendiste tu leccion y no volveras a abrir la puerta, estas solo en la sala de tu casa, y de repente todo, abosolutamente todo sonido se apaga, ya no escuchas nisiquiera el tic tac del reloj, y em medio de ese abrumador silencio escuchas como tocan la puerta.
    toc toc
    hey niñ@ podrias abrir la puerta?
    hay algo detras de la puerta eres joven apenas unos 10 años y constantemente fuiste regañado por tus padres por abrir la puerta a desconocidos lo que en una oportunidad termino en que roben la casa, esta determinado, aprendiste tu leccion y no volveras a abrir la puerta, estas solo en la sala de tu casa, y de repente todo, abosolutamente todo sonido se apaga, ya no escuchas nisiquiera el tic tac del reloj, y em medio de ese abrumador silencio escuchas como tocan la puerta. toc toc hey niñ@ podrias abrir la puerta?
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  • Me voy a dormir por tiempo indeterminado.

    Good bye and good nigth!
    Me voy a dormir por tiempo indeterminado. Good bye and good nigth!
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  • "𝓢𝓲𝓰𝓷𝓼 𝓸𝓯 𝓣𝓻𝓸𝓾𝓫𝓵𝓮"

    Motel "Town House" — Algún lugar entre Kansas y Arkansas | 03:47 AM

    El chillido de un neón maltrecho era el único sonido que se colaba por la ventana abierta. "MOTEL • TV • A/C • NO DEVILS ALLOWED" decía el letrero, parpadeando con más miedo que autoridad. A un costado del edificio, un par de máquinas expendedoras emitían luces verdes y rojas como si fuesen parte de un ritual improvisado. Y encima de todo eso… silencio. Ese tipo de silencio que siempre anticipa el desastre.

    Adentro de la habitación 6, una luz tenue iluminaba la escena.

    Un viejo celular Motorola Razr vibró contra la mesa de noche. Su tono predeterminado, una secuencia digital absurda, rompió el ambiente como una cuchillada en un santuario. El nombre que parpadeaba en pantalla era ilegible, distorsionado. Como si ni siquiera el propio aparato quisiera reconocer quién estaba del otro lado.

    Sentada en el borde de la cama, con las piernas cruzadas y los dedos envueltos en vendas oscuras, Tanya Miller tarareaba algo. Muy bajito. Como si la canción fuese un secreto solo para ella. Era esa misma melodía infantil que solía cantarle a los cadáveres con ojos vacíos que dejaba a su paso. Algo de un saco lleno de serpientes y un hombre al que nadie debería molestar de noche.

    Su chaqueta de cuero colgaba del respaldo de la silla, aún húmeda con lo que claramente no era agua bendita. En la mesa, una bala plateada bailaba al ritmo de sus dedos. Justo al lado, un frasquito con sal roja, cenizas y un mechón de cabello rubio.

    —¿Dónde estás, cariño? —murmuró con voz ronca, la mirada fija en el teléfono como si pudiera matarlo si parpadeaba.

    Los ángeles no se habían vuelto a reportar desde hacía horas.

    Los sueños estaban más agitados de lo normal.

    Y en el cielo, las estrellas parecían moverse.

    Era de esos días. De esos que huelen a sangre, a azufre… y a decisiones que no se pueden deshacer.

    El pitido de la tetera eléctrica anunció que el agua estaba lista. Tanya se levantó con pereza felina, dejando que el silencio volviera a reinar por un instante. Solo por un instante.

    Fuera de la habitación, algo se movía entre las sombras.

    Y el motel... empezaba a respirar.
    "𝓢𝓲𝓰𝓷𝓼 𝓸𝓯 𝓣𝓻𝓸𝓾𝓫𝓵𝓮" 📍 Motel "Town House" — Algún lugar entre Kansas y Arkansas | 03:47 AM El chillido de un neón maltrecho era el único sonido que se colaba por la ventana abierta. "MOTEL • TV • A/C • NO DEVILS ALLOWED" decía el letrero, parpadeando con más miedo que autoridad. A un costado del edificio, un par de máquinas expendedoras emitían luces verdes y rojas como si fuesen parte de un ritual improvisado. Y encima de todo eso… silencio. Ese tipo de silencio que siempre anticipa el desastre. Adentro de la habitación 6, una luz tenue iluminaba la escena. Un viejo celular Motorola Razr vibró contra la mesa de noche. Su tono predeterminado, una secuencia digital absurda, rompió el ambiente como una cuchillada en un santuario. El nombre que parpadeaba en pantalla era ilegible, distorsionado. Como si ni siquiera el propio aparato quisiera reconocer quién estaba del otro lado. Sentada en el borde de la cama, con las piernas cruzadas y los dedos envueltos en vendas oscuras, Tanya Miller tarareaba algo. Muy bajito. Como si la canción fuese un secreto solo para ella. Era esa misma melodía infantil que solía cantarle a los cadáveres con ojos vacíos que dejaba a su paso. Algo de un saco lleno de serpientes y un hombre al que nadie debería molestar de noche. Su chaqueta de cuero colgaba del respaldo de la silla, aún húmeda con lo que claramente no era agua bendita. En la mesa, una bala plateada bailaba al ritmo de sus dedos. Justo al lado, un frasquito con sal roja, cenizas y un mechón de cabello rubio. —¿Dónde estás, cariño? —murmuró con voz ronca, la mirada fija en el teléfono como si pudiera matarlo si parpadeaba. Los ángeles no se habían vuelto a reportar desde hacía horas. Los sueños estaban más agitados de lo normal. Y en el cielo, las estrellas parecían moverse. Era de esos días. De esos que huelen a sangre, a azufre… y a decisiones que no se pueden deshacer. El pitido de la tetera eléctrica anunció que el agua estaba lista. Tanya se levantó con pereza felina, dejando que el silencio volviera a reinar por un instante. Solo por un instante. Fuera de la habitación, algo se movía entre las sombras. Y el motel... empezaba a respirar.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    Me niego a aceptar que todo está determinado por el destino, o por algún tipo de ser "superior"...
    Nada de esa mierda existe. Mi destino lo decido yo.
    Y la astrología, concretamente el tarot, también es una gran mentira...
    Me niego a aceptar que todo está determinado por el destino, o por algún tipo de ser "superior"... Nada de esa mierda existe. Mi destino lo decido yo. Y la astrología, concretamente el tarot, también es una gran mentira...
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  • *Mientras entrenaba en el gimnasio, Cal meditaba acerca de esa visión...*

    Todo lo que pueda venir ya ha venido, y así todo ya está determinado... El tiempo es un círculo. Pero eso causa muchos conflictos...

    *Entonces repara en la hora y se da cuenta que es muy tarde. Además de que está cansada. Así que mejor decide volver a casa en su motocicleta para dormir.*
    *Mientras entrenaba en el gimnasio, Cal meditaba acerca de esa visión...* Todo lo que pueda venir ya ha venido, y así todo ya está determinado... El tiempo es un círculo. Pero eso causa muchos conflictos... *Entonces repara en la hora y se da cuenta que es muy tarde. Además de que está cansada. Así que mejor decide volver a casa en su motocicleta para dormir.*
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  • [∆] Tener cabello tiene sus retos. Tener cabello que regresa al largo predeterminado cada vez que lo corto, retos un poco diferentes. [∆]
    [∆] Tener cabello tiene sus retos. Tener cabello que regresa al largo predeterminado cada vez que lo corto, retos un poco diferentes. [∆]
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  • La brisa del amanecer arrastraba consigo el aroma fresco de la tierra humedecida por el rocío. La hierba se curvaba bajo el peso de la humedad matinal, y las flores, bañadas por la tenue luz del alba, parecían exhalar un susurro al ser acariciadas por el viento.

    Ella estaba arrodillada entre ellas, con la cabeza apenas inclinada hacia un grupo de pétalos pálidos que yacían abiertos a su alrededor. Sus dedos, cubiertos por guantes oscuros, rozaban con una delicadeza inusual la superficie de las flores, como si temiera quebrarlas con el más leve descuido. La textura sedosa de los pétalos contrastaba con la aspereza del cuero de sus guantes, y sin embargo, la caricia era ligera, casi reverente.

    Sus alas permanecían plegadas contra su espalda, inmóviles, como si el peso de un pensamiento profundo las hubiera anclado a la quietud. La oscuridad de su atuendo se desdibujaba con la penumbra de los árboles cercanos, pero los reflejos de la luz temprana atrapaban pequeños destellos en las plumas, recordando que no todo en ella era sombra.

    La mirada de Móiril vagaba, no en el entorno inmediato, sino en un punto indeterminado más allá del jardín. Se perdía en pensamientos que viajaban entre tiempos y distancias, atrapada entre recuerdos que aún ardían en su piel y presentimientos que la inquietaban. Había algo en la forma en que sus manos se demoraban sobre las flores que hablaba de duda, de nostalgia… O quizás de algo más sutil, algo aún no nombrado siquiera en su propia conciencia.

    El amanecer continuaba su ascenso lento y pálido, extendiendo su fulgor sobre las sombras persistentes de la noche. Pero no parecía notarlo. Seguía allí, inmóvil, con los dedos suspendidos sobre los pétalos, como si esperara una respuesta de la tierra misma.
    La brisa del amanecer arrastraba consigo el aroma fresco de la tierra humedecida por el rocío. La hierba se curvaba bajo el peso de la humedad matinal, y las flores, bañadas por la tenue luz del alba, parecían exhalar un susurro al ser acariciadas por el viento. Ella estaba arrodillada entre ellas, con la cabeza apenas inclinada hacia un grupo de pétalos pálidos que yacían abiertos a su alrededor. Sus dedos, cubiertos por guantes oscuros, rozaban con una delicadeza inusual la superficie de las flores, como si temiera quebrarlas con el más leve descuido. La textura sedosa de los pétalos contrastaba con la aspereza del cuero de sus guantes, y sin embargo, la caricia era ligera, casi reverente. Sus alas permanecían plegadas contra su espalda, inmóviles, como si el peso de un pensamiento profundo las hubiera anclado a la quietud. La oscuridad de su atuendo se desdibujaba con la penumbra de los árboles cercanos, pero los reflejos de la luz temprana atrapaban pequeños destellos en las plumas, recordando que no todo en ella era sombra. La mirada de Móiril vagaba, no en el entorno inmediato, sino en un punto indeterminado más allá del jardín. Se perdía en pensamientos que viajaban entre tiempos y distancias, atrapada entre recuerdos que aún ardían en su piel y presentimientos que la inquietaban. Había algo en la forma en que sus manos se demoraban sobre las flores que hablaba de duda, de nostalgia… O quizás de algo más sutil, algo aún no nombrado siquiera en su propia conciencia. El amanecer continuaba su ascenso lento y pálido, extendiendo su fulgor sobre las sombras persistentes de la noche. Pero no parecía notarlo. Seguía allí, inmóvil, con los dedos suspendidos sobre los pétalos, como si esperara una respuesta de la tierra misma.
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