• "Las cosas que perdemos"
    Fandom The Walking Dead
    Categoría Drama
    ㅤㅤ
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ⤷ㅤ𝑁𝘜𝐸𝘝𝑂 𝑆𝘛𝐴𝘙𝑇𝘌𝑅
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ Kate Blake
    ㅤㅤㅤ
    ㅤㅤㅤ
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤDespués de aquel día todo fue bien. La relacion de Daryl y Kate volvio a florecer de nuevo, como si aquellos dias distanciados los hubieran hecho mucho más fuertes. Hershel había podido ocuparse de la fea herida en el brazo de Kate. Y, aunque no pudo reconstruir perfectamente el tatuaje de su brazo, lo cierto era que fue un milagro que aquella herida cicatrizara tan bien a pesar de no contar con demasiados avances médicos en aquel lugar.

    Una vez que Kate estuvo recuperada y Hershel le dio el visto bueno, la ex – sargento y Daryl salían muy a menudo de la prisión en busca del Gobernador. Michonne tambien. A veces iban en equipo, a veces se dividían. En tres meses barrieron todos los pueblos a la redonda en un margen de treinta kilómetros. Pero nunca había pistas. Daryl sabía que Kate no estaba demasiado convencida con aquellas salidas, que lo hacía únicamente por pasar tiempo con él y por “proteger su trasero”. Y entonces, un día, dejaron de salir. Dejaron de querer estar en otro sitio. Dejaron de perder su vida por encontrar a aquel cabrón asesino.

    Y la vida continuó. Daryl y Kate se asentaron como figuras de confianza para las personas de la prisión: formaban parte del consejo, salían a cazar juntos, hacían juntos las vigilancias. Eran un equipo imparable. Mientras Rick descansaba y se dedicaba a la vida en el campo y a volver a sintonizar consigo mismo, la gente en la prisión salía adelante gracias a la estupenda organización del Consejo.

    Hershel, Carol, Sasha, Daryl, Glenn, Kate… Todos ellos trabajando como uno solo para el bienestar de todos. Todo se sometía a votación, todo se evaluaba en grupo. Se habían reforzado vallas, las puertas, las entradas… Fueron seis meses de absoluta calma… hasta que llegó el desastre.

    Un brote de gripe arrasó la prisión llevándose consigo a un tercio de la población de aquella pequeña comunidad, obligando a Daryl, Kate, Bob, Michonne y Tyresse a salir a buscar medicamentos para los enfermos… Cuando regresaron y trataron a los enfermos pareció que lo peor había pasado hasta que…

    Él regresó.

    El Gobernador se presentó con más de una veintena de hombres y mujeres armados y un tanque totalmente armado, como pudieron comprobar. Había capturado a Hershel y Michonne y amenazó con matarlos a todos y destruir la prisión si Rick no claudicaba y abandonaban el recinto. El ex – líder trató de hacer entrar en razon al Gobernador pero aquellas palabras de Rick se saldaron con la muerte fría y cruel de Hershel. Y entonces… se desató el horror.

    Daryl había repartido armas para Beth, Maggie, Carl y Kate. Una mirada le bastó para pedirle de forma silenciosa que tuviera cuidado, que siguiera “el plan”. En cuanto el cuerpo de Hershel cayó al suelo las balas comenzaron a llover por todas partes. El tanque entró en el recinto tirando las vallas. La prisión estaba perdida, ya resultaba del todo inútil… Sin las vallas que contenían a los muertos ese lugar no valía de absolutamente nada.

    Durante el tiroteo y mientras peleaban en medio de la contienda, Daryl perdió de vista a Kate. Y temió perderla tambien a ella. Igual que habían perdido a Hershel, igual que habían perdido la prisión…

    Y aquel pensamiento fue el que lo llevó a matar por primera vez a sangre fría. Tras colar una granada de mano dentro del cañón del tanque y alejarse para verlo explotar pudo observar como el artillero salía de este un segundo antes de la explosión. Y allí, de pie frente a un hombre desarmado, Daryl disparó su ballesta. La flecha se clavó en el pecho de aquel tipo y Daryl lo vio caer. No sentía nada. Nada más que rabia y un profundo rencor hacia si mismo por haberse rendido tan pronto. Por haber dejado de buscar…

    -¡Hay que llevar a los niños al autobús! - Beth llegó corriendo hasta él. Lo agarró del brazo y tiró de este.

    -Tenemos que irnos… ¿Has visto a Kate? -preguntó, con cierto deje entre destrozado y preocupado en la voz.

    -Iba detrás de Maggie. Querían sacar a Glenn…-explicó Beth. Daryl tuvo el impulso de correr hacia el interior del pabellón donde sabía que se encontraba Glenn pero un monton de caminantes le cortaron el paso.

    Daryl aguardó unos segundos esperando a ver aparecer a Kate por alguna parte, alzó su rostro y se puso de puntillas para ver por encima de las cabezas de los muertos. Pero no la veia. Beth tenía razón, tenían que largarse. Si se quedaban allí morirían. Echó a correr con la rubia sin más armas ni protección que su ballesta y el rifle de asalto de Beth.

    -Joder.. -miró un momento atrás al llegar a un agujero en la valla. No veia nada más allá del humo y caminantes. No veia a Rick, no veia a Michonne, ni Maggie… Ni Kate- Hay que irse… -dijo, intentando parecer más entero de lo que realmente se sentía.

    Pero, aunque sus palabras eran de aliento, animando a la joven Greene a seguir adelante, lo cierto era que Daryl no pudo evitar darse la vuelta una vez más esperando ver a Kate llegar corriendo hacia él. Y una parte de sí mismo, en su fuero interno, se sintió tentado de regresar, de liarse a tiros con todo lo que encontrase y de revisar cada centímetro de aquel lugar perdido hasta que encontrara a la morena. Pero sabía que Beth moriría sin él. La chica era dura, pero no estaba acostumbrada a sobrevivir sola ahí afuera.

    Unos cuantos disparos resonaron desde el interior de la prisión, esa que habían dejado atrás hacia varios metros y cuando la voz preocupada de Beth sugirió que, tal vez, se tratase de Maggie, Daryl le impidió regresar.

    -Se acabó -dijo- Corre.

    -Pero… ¡son nuestros amigos! ¡Quizás quede alguien! ¡Rick! ¡Carl! ¡Maggie! ¡Kate! -le espetó Beth intentando regresar, pero Daryl, estático, le agarró del brazo de forma firme.

    -Se acabó. Estamos solos -dijo Daryl, con crudeza.

    Porque si se permitía pensar en todo lo que había perdido aquel día se sentía morir. Porque sabía que había sido culpa suya. Porque había perdido a su familia. Porque la había perdido a ella. No volvería a ver a Kate. A abrazarla. A escucharla reírse con uno de sus comentarios de mierda. La había perdido. Otra vez.


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D #NuevoStarter #TheWalkingDead
    ㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ⤷ㅤ𝑁𝘜𝐸𝘝𝑂 𝑆𝘛𝐴𝘙𝑇𝘌𝑅 ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ [KateBlake] ㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤDespués de aquel día todo fue bien. La relacion de Daryl y Kate volvio a florecer de nuevo, como si aquellos dias distanciados los hubieran hecho mucho más fuertes. Hershel había podido ocuparse de la fea herida en el brazo de Kate. Y, aunque no pudo reconstruir perfectamente el tatuaje de su brazo, lo cierto era que fue un milagro que aquella herida cicatrizara tan bien a pesar de no contar con demasiados avances médicos en aquel lugar. Una vez que Kate estuvo recuperada y Hershel le dio el visto bueno, la ex – sargento y Daryl salían muy a menudo de la prisión en busca del Gobernador. Michonne tambien. A veces iban en equipo, a veces se dividían. En tres meses barrieron todos los pueblos a la redonda en un margen de treinta kilómetros. Pero nunca había pistas. Daryl sabía que Kate no estaba demasiado convencida con aquellas salidas, que lo hacía únicamente por pasar tiempo con él y por “proteger su trasero”. Y entonces, un día, dejaron de salir. Dejaron de querer estar en otro sitio. Dejaron de perder su vida por encontrar a aquel cabrón asesino. Y la vida continuó. Daryl y Kate se asentaron como figuras de confianza para las personas de la prisión: formaban parte del consejo, salían a cazar juntos, hacían juntos las vigilancias. Eran un equipo imparable. Mientras Rick descansaba y se dedicaba a la vida en el campo y a volver a sintonizar consigo mismo, la gente en la prisión salía adelante gracias a la estupenda organización del Consejo. Hershel, Carol, Sasha, Daryl, Glenn, Kate… Todos ellos trabajando como uno solo para el bienestar de todos. Todo se sometía a votación, todo se evaluaba en grupo. Se habían reforzado vallas, las puertas, las entradas… Fueron seis meses de absoluta calma… hasta que llegó el desastre. Un brote de gripe arrasó la prisión llevándose consigo a un tercio de la población de aquella pequeña comunidad, obligando a Daryl, Kate, Bob, Michonne y Tyresse a salir a buscar medicamentos para los enfermos… Cuando regresaron y trataron a los enfermos pareció que lo peor había pasado hasta que… Él regresó. El Gobernador se presentó con más de una veintena de hombres y mujeres armados y un tanque totalmente armado, como pudieron comprobar. Había capturado a Hershel y Michonne y amenazó con matarlos a todos y destruir la prisión si Rick no claudicaba y abandonaban el recinto. El ex – líder trató de hacer entrar en razon al Gobernador pero aquellas palabras de Rick se saldaron con la muerte fría y cruel de Hershel. Y entonces… se desató el horror. Daryl había repartido armas para Beth, Maggie, Carl y Kate. Una mirada le bastó para pedirle de forma silenciosa que tuviera cuidado, que siguiera “el plan”. En cuanto el cuerpo de Hershel cayó al suelo las balas comenzaron a llover por todas partes. El tanque entró en el recinto tirando las vallas. La prisión estaba perdida, ya resultaba del todo inútil… Sin las vallas que contenían a los muertos ese lugar no valía de absolutamente nada. Durante el tiroteo y mientras peleaban en medio de la contienda, Daryl perdió de vista a Kate. Y temió perderla tambien a ella. Igual que habían perdido a Hershel, igual que habían perdido la prisión… Y aquel pensamiento fue el que lo llevó a matar por primera vez a sangre fría. Tras colar una granada de mano dentro del cañón del tanque y alejarse para verlo explotar pudo observar como el artillero salía de este un segundo antes de la explosión. Y allí, de pie frente a un hombre desarmado, Daryl disparó su ballesta. La flecha se clavó en el pecho de aquel tipo y Daryl lo vio caer. No sentía nada. Nada más que rabia y un profundo rencor hacia si mismo por haberse rendido tan pronto. Por haber dejado de buscar… -¡Hay que llevar a los niños al autobús! - Beth llegó corriendo hasta él. Lo agarró del brazo y tiró de este. -Tenemos que irnos… ¿Has visto a Kate? -preguntó, con cierto deje entre destrozado y preocupado en la voz. -Iba detrás de Maggie. Querían sacar a Glenn…-explicó Beth. Daryl tuvo el impulso de correr hacia el interior del pabellón donde sabía que se encontraba Glenn pero un monton de caminantes le cortaron el paso. Daryl aguardó unos segundos esperando a ver aparecer a Kate por alguna parte, alzó su rostro y se puso de puntillas para ver por encima de las cabezas de los muertos. Pero no la veia. Beth tenía razón, tenían que largarse. Si se quedaban allí morirían. Echó a correr con la rubia sin más armas ni protección que su ballesta y el rifle de asalto de Beth. -Joder.. -miró un momento atrás al llegar a un agujero en la valla. No veia nada más allá del humo y caminantes. No veia a Rick, no veia a Michonne, ni Maggie… Ni Kate- Hay que irse… -dijo, intentando parecer más entero de lo que realmente se sentía. Pero, aunque sus palabras eran de aliento, animando a la joven Greene a seguir adelante, lo cierto era que Daryl no pudo evitar darse la vuelta una vez más esperando ver a Kate llegar corriendo hacia él. Y una parte de sí mismo, en su fuero interno, se sintió tentado de regresar, de liarse a tiros con todo lo que encontrase y de revisar cada centímetro de aquel lugar perdido hasta que encontrara a la morena. Pero sabía que Beth moriría sin él. La chica era dura, pero no estaba acostumbrada a sobrevivir sola ahí afuera. Unos cuantos disparos resonaron desde el interior de la prisión, esa que habían dejado atrás hacia varios metros y cuando la voz preocupada de Beth sugirió que, tal vez, se tratase de Maggie, Daryl le impidió regresar. -Se acabó -dijo- Corre. -Pero… ¡son nuestros amigos! ¡Quizás quede alguien! ¡Rick! ¡Carl! ¡Maggie! ¡Kate! -le espetó Beth intentando regresar, pero Daryl, estático, le agarró del brazo de forma firme. -Se acabó. Estamos solos -dijo Daryl, con crudeza. Porque si se permitía pensar en todo lo que había perdido aquel día se sentía morir. Porque sabía que había sido culpa suya. Porque había perdido a su familia. Porque la había perdido a ella. No volvería a ver a Kate. A abrazarla. A escucharla reírse con uno de sus comentarios de mierda. La había perdido. Otra vez. #Personajes3D #3D #Comunidad3D #NuevoStarter #TheWalkingDead
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  • Hubo un tiempo en el que la sola idea de ir a un mini golf le provocaba una reacción alérgica a Kahili.

    Siendo que ella era una golfista de élite, era como si a un jugador de bolos le ofreciesen una cita jugando a la petanca. ¿En serio? ¿Petanca?

    No obstante, hacía ya años de eso. Llevar a sus citas a un campo de golf solo les dejaba sintiéndose incómodas, después de todo el golf era un deporte complejo de dominar y un novato se sentiría en bragas.

    A la tercera cita en el campo de golf, se rindió. Estaba estresando y ahuyentando a la gente.

    Fue entonces cuando, una tarde próxima a la noche en la que se aburría demasiado, decidió ir por su lado a un mini golf. Sola, y con la frustración de saber que iba a odiarlo.

    Inesperadamente, un chico guapo le preguntó si podían jugar juntos y su respeta fue "Lo que sea, me da igual". Una frialdad inicial que se derritió a lo largo de siete circuitos, cada uno atrayéndola más hacia esta versión diluida del deporte que respetaba.

    Cuando despertó, desnuda y habiendo compartido cama con el chico, se dio cuenta de que debía admitirlo. El mini golf no estuvo nada mal. Es por eso que desde entonces había empezado a llevar allí a sus citas.

    Incluso, en ocasiones, iría ella sola cuando quería desestresarse. Una bola que pasaba entre las aspas de un molino y caía en el hoyo.

    Ese mini golf la había visto besarse con chicas, chicos y personas no-binarias. El restaurante del sitio ponía unas hamburguesas de 7 con un bacon de 8 y un queso de 9. El pan, al menos, era un 10. Con semillas de sésame que danzaban en la boca.

    Esa noche, mientras recordaba que su última cita había sido un desastre y había pasado hacía cuatro días, esperaba en la parada del bus a que llegase su cita para comerse una maldita hamburguesa bien rica y jugar al mini golf.

    Su ceño, como siempre, estaba fruncido y sus brazos cruzados. Una expresión que no duraría mucho, pues intentaba salirse de su seriedad y mostrar su amor a sus citas. Un amor que iba desde la tolerancia y no querer estrangularles, hasta el cariño y la casi adoración.

    Así que, esperó a su cita. El autobús rugiendo como el ronroneo de un gato y apareciendo por la esquina.

    Hubo un tiempo en el que la sola idea de ir a un mini golf le provocaba una reacción alérgica a Kahili. Siendo que ella era una golfista de élite, era como si a un jugador de bolos le ofreciesen una cita jugando a la petanca. ¿En serio? ¿Petanca? No obstante, hacía ya años de eso. Llevar a sus citas a un campo de golf solo les dejaba sintiéndose incómodas, después de todo el golf era un deporte complejo de dominar y un novato se sentiría en bragas. A la tercera cita en el campo de golf, se rindió. Estaba estresando y ahuyentando a la gente. Fue entonces cuando, una tarde próxima a la noche en la que se aburría demasiado, decidió ir por su lado a un mini golf. Sola, y con la frustración de saber que iba a odiarlo. Inesperadamente, un chico guapo le preguntó si podían jugar juntos y su respeta fue "Lo que sea, me da igual". Una frialdad inicial que se derritió a lo largo de siete circuitos, cada uno atrayéndola más hacia esta versión diluida del deporte que respetaba. Cuando despertó, desnuda y habiendo compartido cama con el chico, se dio cuenta de que debía admitirlo. El mini golf no estuvo nada mal. Es por eso que desde entonces había empezado a llevar allí a sus citas. Incluso, en ocasiones, iría ella sola cuando quería desestresarse. Una bola que pasaba entre las aspas de un molino y caía en el hoyo. Ese mini golf la había visto besarse con chicas, chicos y personas no-binarias. El restaurante del sitio ponía unas hamburguesas de 7 con un bacon de 8 y un queso de 9. El pan, al menos, era un 10. Con semillas de sésame que danzaban en la boca. Esa noche, mientras recordaba que su última cita había sido un desastre y había pasado hacía cuatro días, esperaba en la parada del bus a que llegase su cita para comerse una maldita hamburguesa bien rica y jugar al mini golf. Su ceño, como siempre, estaba fruncido y sus brazos cruzados. Una expresión que no duraría mucho, pues intentaba salirse de su seriedad y mostrar su amor a sus citas. Un amor que iba desde la tolerancia y no querer estrangularles, hasta el cariño y la casi adoración. Así que, esperó a su cita. El autobús rugiendo como el ronroneo de un gato y apareciendo por la esquina.
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  • Razor había entrado una vez más a la Biblioteca de su maestra y hermana Lisa. Caminó con cuidado por todos los pasillos asegurándose que ella no estuviera, como un pequeño ratón caminando con cuidado para no ser descubierto.

    -....No...haber....nadie....fu...fu...fu~.

    Dijo con cierta travesura inocente en su voz, se dedicó a decorar algunos estantes con adornos navideños dejando esferas y tiras de colores colgadas con el cuidado de no obstruir los libros. Después continuó con lo más importante y delicado, el escritorio de Lisa, pues si bien para los ojos de muchos era un "desastre" de hojas, papeles y libros, él sabía que Lisa sabía exactamente qué había y donde estaba cada cosa. Decoró a como pudo dejando adornos, un pequeño árbol en miniatura que le pidió a Jean que le ayudara a decorar y un plato con unos buñuelos de azúcar, aunque había algo peculiar, uno de ellos estaba mordido, no resistió el antojo y había evidencia del "delito" en sus mejillas llenas de azúcar.
    Razor había entrado una vez más a la Biblioteca de su maestra y hermana Lisa. Caminó con cuidado por todos los pasillos asegurándose que ella no estuviera, como un pequeño ratón caminando con cuidado para no ser descubierto. -....No...haber....nadie....fu...fu...fu~. Dijo con cierta travesura inocente en su voz, se dedicó a decorar algunos estantes con adornos navideños dejando esferas y tiras de colores colgadas con el cuidado de no obstruir los libros. Después continuó con lo más importante y delicado, el escritorio de Lisa, pues si bien para los ojos de muchos era un "desastre" de hojas, papeles y libros, él sabía que Lisa sabía exactamente qué había y donde estaba cada cosa. Decoró a como pudo dejando adornos, un pequeño árbol en miniatura que le pidió a Jean que le ayudara a decorar y un plato con unos buñuelos de azúcar, aunque había algo peculiar, uno de ellos estaba mordido, no resistió el antojo y había evidencia del "delito" en sus mejillas llenas de azúcar.
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  • Resumen del Lore de Lili y el Legado Queen
    Origen de Lili
    Lili nace de dos linajes mayores:
    El linaje del Caos “Queen”, por parte de Jennifer Queen, Reina del Caos.
    El linaje súcubo Ishtar, por parte de Ayane Ishtar.
    Su existencia es el cruce entre Caos primordial, herencia demoníaca y destino cósmico.
    El Legado Queen y el Origen del Caos
    El origen del linaje Queen comienza con Oz (Ozma), entidad del Caos, y Selin, una Custodio Elunai, guardiana creada para proteger a la diosa Elune.
    Los Elunai fueron entrenados durante un “sueño” de una noche cuya duración real fue de mil años.
    Su creadora y maestra fue Yue, una antigua parásita de la raza enemiga de Elune, que traicionó a los suyos al enamorarse de la diosa y jurar protegerla.
    Tras la gran guerra:
    Yue se suicida en un ataque final que aniquila a su propia raza.
    Su alma se fragmenta en dos reliquias vivientes:
    El Escudo de Elune → reclama a Yuna Queen (el más poderoso).
    La Espada de Elune → destinada a Veythra.
    La Muerte de Selin y el Alma Errante
    Tras nacer Jennifer, Selin queda embarazada de su segunda hija: Veythra.
    Los Elunai, corrompidos por el miedo y la guerra civil, asesinan a Selin antes del parto.
    Antes de morir:
    Selin consagra su propia alma.
    Protege el alma no nata de Veythra, que queda sin cuerpo, vagando por el universo.
    Esa alma errante encuentra refugio en el momento del nacimiento de Lili.
    Un cuerpo. Dos almas.
    Lili y Veythra: Conflicto Interno
    Durante años:
    Lili ignora la presencia de Veythra.
    Ambas luchan constantemente por el control del cuerpo.
    Cada conflicto termina en desastre.
    En una ocasión, el alma de Veythra se manifiesta como una katana viva, la Espada de Elune, capaz de cortar el tejido del espacio-tiempo, pero imposible de obedecer.
    La Ruptura del Tiempo y el Lienzo del Caos
    En una batalla crucial:
    Lili usa la espada.
    El espacio-tiempo se rompe.
    Lili cae al pasado y luego intenta repetir el corte creyendo haber aprendido a controlar a Veythra.
    Fracasa.
    El segundo corte es aún más devastador.
    Lili cae en un sueño fuera del tiempo, en el Lienzo del Caos.
    El Nacimiento de Veythra
    Mientras Lili duerme:
    Veythra despierta en otro tiempo, con un cuerpo propio por primera vez.
    Su mera existencia desgarra la realidad.
    Pide ayuda a la familia Ishtar.
    En ese viaje:
    Se enfrenta a Jennifer Queen, su hermana.
    Jennifer la derrota brutalmente.
    Por lástima (y vínculo de sangre), le entrega la mitad de su corazón Caos–Elunai.
    El Sacrificio de Veythra
    Gracias a ese corazón:
    Veythra revive.
    Recorre el mundo junto a Ryu del pasado, intentando cerrar las brechas temporales.
    No lo logra. Su cuerpo se desintegra poco a poco.
    Al final:
    Solo queda medio corazón, que Veythra entrega a Ryu y a su familia.
    El corazón se fragmenta en millones de piezas.
    Esos fragmentos cruzan el cielo una vez al año:
    las Perseidas de agosto, las mismas que iluminaban el cielo la noche en que Lili nació.
    La Unión Final
    Tras esto:
    Lili despierta en la batalla original.
    La espada se destruye.
    Veythra deja de ser un alma separada.
    Así nace Veythra Lili:
    no dos entidades en conflicto, sino una unión consciente y estable.
    Estado Actual
    Lili y Veythra existen juntas.
    Comparten propósito, poder y memoria.
    Veythra mantiene su ambición:
    convertirse en la verdadera Reina del Caos, reuniendo su propio ejército del Caos.

    Naamah Agrat Eisheth Zenunim
    Resumen del Lore de Lili y el Legado Queen Origen de Lili Lili nace de dos linajes mayores: El linaje del Caos “Queen”, por parte de Jennifer Queen, Reina del Caos. El linaje súcubo Ishtar, por parte de Ayane Ishtar. Su existencia es el cruce entre Caos primordial, herencia demoníaca y destino cósmico. El Legado Queen y el Origen del Caos El origen del linaje Queen comienza con Oz (Ozma), entidad del Caos, y Selin, una Custodio Elunai, guardiana creada para proteger a la diosa Elune. Los Elunai fueron entrenados durante un “sueño” de una noche cuya duración real fue de mil años. Su creadora y maestra fue Yue, una antigua parásita de la raza enemiga de Elune, que traicionó a los suyos al enamorarse de la diosa y jurar protegerla. Tras la gran guerra: Yue se suicida en un ataque final que aniquila a su propia raza. Su alma se fragmenta en dos reliquias vivientes: El Escudo de Elune → reclama a Yuna Queen (el más poderoso). La Espada de Elune → destinada a Veythra. La Muerte de Selin y el Alma Errante Tras nacer Jennifer, Selin queda embarazada de su segunda hija: Veythra. Los Elunai, corrompidos por el miedo y la guerra civil, asesinan a Selin antes del parto. Antes de morir: Selin consagra su propia alma. Protege el alma no nata de Veythra, que queda sin cuerpo, vagando por el universo. Esa alma errante encuentra refugio en el momento del nacimiento de Lili. Un cuerpo. Dos almas. Lili y Veythra: Conflicto Interno Durante años: Lili ignora la presencia de Veythra. Ambas luchan constantemente por el control del cuerpo. Cada conflicto termina en desastre. En una ocasión, el alma de Veythra se manifiesta como una katana viva, la Espada de Elune, capaz de cortar el tejido del espacio-tiempo, pero imposible de obedecer. La Ruptura del Tiempo y el Lienzo del Caos En una batalla crucial: Lili usa la espada. El espacio-tiempo se rompe. Lili cae al pasado y luego intenta repetir el corte creyendo haber aprendido a controlar a Veythra. Fracasa. El segundo corte es aún más devastador. Lili cae en un sueño fuera del tiempo, en el Lienzo del Caos. El Nacimiento de Veythra Mientras Lili duerme: Veythra despierta en otro tiempo, con un cuerpo propio por primera vez. Su mera existencia desgarra la realidad. Pide ayuda a la familia Ishtar. En ese viaje: Se enfrenta a Jennifer Queen, su hermana. Jennifer la derrota brutalmente. Por lástima (y vínculo de sangre), le entrega la mitad de su corazón Caos–Elunai. El Sacrificio de Veythra Gracias a ese corazón: Veythra revive. Recorre el mundo junto a Ryu del pasado, intentando cerrar las brechas temporales. No lo logra. Su cuerpo se desintegra poco a poco. Al final: Solo queda medio corazón, que Veythra entrega a Ryu y a su familia. El corazón se fragmenta en millones de piezas. Esos fragmentos cruzan el cielo una vez al año: las Perseidas de agosto, las mismas que iluminaban el cielo la noche en que Lili nació. La Unión Final Tras esto: Lili despierta en la batalla original. La espada se destruye. Veythra deja de ser un alma separada. Así nace Veythra Lili: no dos entidades en conflicto, sino una unión consciente y estable. Estado Actual Lili y Veythra existen juntas. Comparten propósito, poder y memoria. Veythra mantiene su ambición: convertirse en la verdadera Reina del Caos, reuniendo su propio ejército del Caos. [n.a.a.m.a.h] [f_off_bih] [demonsmile01]
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  • — Como puedes ver, soy un desastre últimamente . —
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Coquetea, coquetea, a la derecha y a la izquierda (X9)

    Soy un desastre, ¿Qué puedo hacer?
    Siempre termino con una "X" después.

    Dibuje mi sombra en acción,
    desafiando al mundo con mi ilusión.
    Siento que algo va a comenzar,
    no estoy nerviosa, pero va a explotar.

    Corro sin rumbo, sin pensar
    y mi voz se vuelve un ruido mas.
    Palabras que salen sin razón,
    ¿Serán mi mascara o mi confesión?

    Hasta el fondo del fondo, quiero que veas
    que incluso ahí, algo brilla aunque no lo creas.

    ¿Cuál será, cual será, cual va mejor?
    Ese no encaja, este no soy yo.
    ¿Cuál será, cual será, cual va mejor?
    Todo me cambia, ya no se quien soy.

    ¿Cuál será, cual será, cual va mejor?
    Entre elegir y ser elección.
    ¿Cuál será, cual será, cual va mejor?
    En la duda también hay emoción.

    Coquetea, coquetea, a la derecha y a la izquierda (X4)

    Coquetea, coquetea, a la derecha y a la izquierda (X2 Susurrando)
    Coquetea, coquetea, a la derecha y a la izquierda (X9) Soy un desastre, ¿Qué puedo hacer? Siempre termino con una "X" después. Dibuje mi sombra en acción, desafiando al mundo con mi ilusión. Siento que algo va a comenzar, no estoy nerviosa, pero va a explotar. Corro sin rumbo, sin pensar y mi voz se vuelve un ruido mas. Palabras que salen sin razón, ¿Serán mi mascara o mi confesión? Hasta el fondo del fondo, quiero que veas que incluso ahí, algo brilla aunque no lo creas. ¿Cuál será, cual será, cual va mejor? Ese no encaja, este no soy yo. ¿Cuál será, cual será, cual va mejor? Todo me cambia, ya no se quien soy. ¿Cuál será, cual será, cual va mejor? Entre elegir y ser elección. ¿Cuál será, cual será, cual va mejor? En la duda también hay emoción. Coquetea, coquetea, a la derecha y a la izquierda (X4) Coquetea, coquetea, a la derecha y a la izquierda (X2 Susurrando)
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  • Kahili no era la más radiante ni su sonrisa era la más bonita. Era por eso que, con su usual ceño fruncido y seriedad, había ahuyentado a su cita el otro día.

    "¿Compartimos un parfait?" dijo el femboy de linda sonrisa.

    Como Kahili había dominado el juego de cucharas, al final el chico hubo comido solo un poco. Casi todo el helado había acabado dentro de la golfista.

    Aún sudada, y decepcionada porque el chico no quisiese una segunda cita con ella, había vuelto al restaurante para tomarse uno ella sola. Venía de entrenar, arrastraba la pesada mochila llena de palos y necesitaba una ducha.

    Pese a que parecía enfadada, en realidad estaba muy feliz. Se moría de ganas de probar por segunda vez un parfait, y esta vez sin tener que compartirlo. Aunque, bueno, que compartió el último era una generosa descripción de lo sucedido -y tomada muy a la ligera-.

    "Uhm..."

    Al llevarse la minúscula cuchara a la boca, sonrió. Era raro verla sonreír, salvo cuando estaba con alguien que le gustaba mucho. Un chico, una chica... Tenía recuerdos dulces, y a veces picantes, con personas de ambos géneros.

    El restaurante, en la tercera planta de un centro comercial, estaba al lado de un cine. Su entrada daba a la ventana, y a través de ella vio a las parejas darse de la mano.

    Pese a que el helado se había derretido y hecho uno con su saliva, Kahili dejó la cucharilla apoyada sobre la punta de su lengua y soltó un "Uhm".

    Sus citas solían ser un desastre. La gente siempre la tomaba por una borde, pero es que su lado dulce y cariñoso no podía enseñarselo a cualquiera.

    Abrió su teléfono, mirando si podía llamar a algún rollo de una noche para un par de besos y alguna caricia lasciva. Con desdén, apagó la pantalla y pensó que tal vez era mejor ir al cine y ver alguna peli para despejarse.

    "Al menos tengo a mis diosas, Agrat y Naamah... Es muy divertido jugar con ellas. Además, seguro que me consideran su amiga y me quieren mucho"

    Sonriendo con los ojos en forma de luna menguante, llamó a la camarera y pidió un batido y un gofre (ambos con una bola de helado, claro).

    "Qué idea más estúpida tuvo el chico, compartir un parfait. Si hubiésemos comido uno cada uno, nos habríamos enrollado y habría dormido en mi casa... Aunque, creo que solo intentaba ser romántico. Uhm..."

    Dejó la barbilla caer contra la mesa, sus brazos extendidos de manera perezosa. La vida, la vida... ¿Dónde estaban ese batido y gofre?
    Kahili no era la más radiante ni su sonrisa era la más bonita. Era por eso que, con su usual ceño fruncido y seriedad, había ahuyentado a su cita el otro día. "¿Compartimos un parfait?" dijo el femboy de linda sonrisa. Como Kahili había dominado el juego de cucharas, al final el chico hubo comido solo un poco. Casi todo el helado había acabado dentro de la golfista. Aún sudada, y decepcionada porque el chico no quisiese una segunda cita con ella, había vuelto al restaurante para tomarse uno ella sola. Venía de entrenar, arrastraba la pesada mochila llena de palos y necesitaba una ducha. Pese a que parecía enfadada, en realidad estaba muy feliz. Se moría de ganas de probar por segunda vez un parfait, y esta vez sin tener que compartirlo. Aunque, bueno, que compartió el último era una generosa descripción de lo sucedido -y tomada muy a la ligera-. "Uhm..." Al llevarse la minúscula cuchara a la boca, sonrió. Era raro verla sonreír, salvo cuando estaba con alguien que le gustaba mucho. Un chico, una chica... Tenía recuerdos dulces, y a veces picantes, con personas de ambos géneros. El restaurante, en la tercera planta de un centro comercial, estaba al lado de un cine. Su entrada daba a la ventana, y a través de ella vio a las parejas darse de la mano. Pese a que el helado se había derretido y hecho uno con su saliva, Kahili dejó la cucharilla apoyada sobre la punta de su lengua y soltó un "Uhm". Sus citas solían ser un desastre. La gente siempre la tomaba por una borde, pero es que su lado dulce y cariñoso no podía enseñarselo a cualquiera. Abrió su teléfono, mirando si podía llamar a algún rollo de una noche para un par de besos y alguna caricia lasciva. Con desdén, apagó la pantalla y pensó que tal vez era mejor ir al cine y ver alguna peli para despejarse. "Al menos tengo a mis diosas, Agrat y Naamah... Es muy divertido jugar con ellas. Además, seguro que me consideran su amiga y me quieren mucho" Sonriendo con los ojos en forma de luna menguante, llamó a la camarera y pidió un batido y un gofre (ambos con una bola de helado, claro). "Qué idea más estúpida tuvo el chico, compartir un parfait. Si hubiésemos comido uno cada uno, nos habríamos enrollado y habría dormido en mi casa... Aunque, creo que solo intentaba ser romántico. Uhm..." Dejó la barbilla caer contra la mesa, sus brazos extendidos de manera perezosa. La vida, la vida... ¿Dónde estaban ese batido y gofre?
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  • Las hojas crujían bajo sus pies mientras el bosque ardía. Lenguas de fuego danzaban por los árboles como serpientes hambrientas, tiñendo el cielo de un rojo feroz. El humo era denso, caliente, y convertía todo en una neblina sofocante. Pero entre las llamas y el caos, una silueta masculina y de baja estatura se mueve.

    ¡Hay muchas criaturas en peligro! —gritó el vermilinguo adulto, con las mejillas sucias de hollín y los ojos brillando de determinación.

    Sniffles, siempre elegante incluso en medio del desastre, caminaba con sus largas zancadas, protegiendo con su cuerpo a dos pequeñas criaturas acurrucadas en sus brazos: las ardillitas que habían rescatado antes.


    Esquiva a un árbol que terminó por cayendo en llamas. Se abre paso entre los árboles humeantes, siguiendo los chillidos asustados de más criaturas. Sniffles se agachó para permitir que un par de conejitos se ocultaran bajo su bata de científico.

    ¡Allá hay más criaturas que salvar! —dijo sin detenerse, jadeando un tanto nervioso.

    A medida que la noche caía sobre el bosque carbonizado, la silueta de un oso hormiguero humanoide com gafas desaparecía entre las brasas, llevando a salvo a un pequeño cúmulo de criaturas que, en otro mundo, no habrían tenido salvación.
    El viento trajo un murmullo confuso desde las sombras de la espesura.
    Las hojas crujían bajo sus pies mientras el bosque ardía. Lenguas de fuego danzaban por los árboles como serpientes hambrientas, tiñendo el cielo de un rojo feroz. El humo era denso, caliente, y convertía todo en una neblina sofocante. Pero entre las llamas y el caos, una silueta masculina y de baja estatura se mueve. ¡Hay muchas criaturas en peligro! —gritó el vermilinguo adulto, con las mejillas sucias de hollín y los ojos brillando de determinación. Sniffles, siempre elegante incluso en medio del desastre, caminaba con sus largas zancadas, protegiendo con su cuerpo a dos pequeñas criaturas acurrucadas en sus brazos: las ardillitas que habían rescatado antes. Esquiva a un árbol que terminó por cayendo en llamas. Se abre paso entre los árboles humeantes, siguiendo los chillidos asustados de más criaturas. Sniffles se agachó para permitir que un par de conejitos se ocultaran bajo su bata de científico. ¡Allá hay más criaturas que salvar! —dijo sin detenerse, jadeando un tanto nervioso. A medida que la noche caía sobre el bosque carbonizado, la silueta de un oso hormiguero humanoide com gafas desaparecía entre las brasas, llevando a salvo a un pequeño cúmulo de criaturas que, en otro mundo, no habrían tenido salvación. El viento trajo un murmullo confuso desde las sombras de la espesura.
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  • 24 de Junio, 1989


    —La casa vacia, habia un olor a hierro oxidado por doquier, el baño era una escena del crimen, el living era un desastre que dejaba una sola pregunta:

    ¿Por qué no fue el quien dejo este mundo?

    :«Soy Emma, no puedo contestarte ahora, asi que deja un mensaje despues del beep»

    —Solo eso le quedaba de ella, un mensaje en la contestadora con su voz, mientras el llamaba una y otra vez mientras sollozaba sin consuelo—
    24 de Junio, 1989 —La casa vacia, habia un olor a hierro oxidado por doquier, el baño era una escena del crimen, el living era un desastre que dejaba una sola pregunta: ¿Por qué no fue el quien dejo este mundo? —📞:«Soy Emma, no puedo contestarte ahora, asi que deja un mensaje despues del beep» —Solo eso le quedaba de ella, un mensaje en la contestadora con su voz, mientras el llamaba una y otra vez mientras sollozaba sin consuelo—
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  • En el camino a casa, Ángel no había dejado de abrazar a uno de sus niños ¿Cual? Ni lo había pensado simplemente agarró uno y Husk al otro. El caso es que no lo soltó y con una mano se aferraba de paso al que llevaba su prometido, aterrado. Como si temiera que se los fueran a arrebatar.

    Nadie dijo nada en todo el camino que fueron escoltados hasta el hotel. Al llegar, se fueron directamente a la habitación, ignorando por completo el desastre por el combate en la recepción. Esa noche, los niños que seguían temblando y asustados dormirían con ellos. Esa noche y las que hicieran falta, pues estaba claro que esté iba a ser el primer gran trauma de los pequeños. Una sádica bienvenida.

    Los cuatro se metieron en la cama, sin embargo Ángel no podía dormir, era completamente incapaz no paraba de repetirse lo sucedido en su mente y peor... Lo que podría haber pasado de no ser por Alessio. En silencio se levantó sin saber si Husk estaba o no dormido y caminó hacia el balcón de su habitación, salió al exterior. En silencio se apoyó con las manos en la barandilla y se prendió un cigarro con las libres, sus manos temblaban, sus ojos se empañaban de lágrimas y si respiración no era normal. Tomó una larga calada tratando de calmarse y se llevó unas manos de la cabeza hasta la nuca sin dejar de sostenerse. Triste, estaba sintiendo después de mucho tiempo el amargo llamado de las drogas, pero no iba a ceder a ellos, no otra vez, no como cuando escapó del psiquiátrico. Esa no era la solución y aunque "se quitase de en medio" su maldita familia ya había encontrado a los niños.

    Ya no eran libres. Si, su hermano había conseguido que los dejasen de lado y protegidos pero, ya no tenían escapatoria otra vez. Otra vez cuando creía que podía elegir, que podía estar en paz con quien amaba, la realidad regresaba para recordarle donde estaba y que no tenía derecho a nada.
    En el camino a casa, Ángel no había dejado de abrazar a uno de sus niños ¿Cual? Ni lo había pensado simplemente agarró uno y [barcat75] al otro. El caso es que no lo soltó y con una mano se aferraba de paso al que llevaba su prometido, aterrado. Como si temiera que se los fueran a arrebatar. Nadie dijo nada en todo el camino que fueron escoltados hasta el hotel. Al llegar, se fueron directamente a la habitación, ignorando por completo el desastre por el combate en la recepción. Esa noche, los niños que seguían temblando y asustados dormirían con ellos. Esa noche y las que hicieran falta, pues estaba claro que esté iba a ser el primer gran trauma de los pequeños. Una sádica bienvenida. Los cuatro se metieron en la cama, sin embargo Ángel no podía dormir, era completamente incapaz no paraba de repetirse lo sucedido en su mente y peor... Lo que podría haber pasado de no ser por Alessio. En silencio se levantó sin saber si Husk estaba o no dormido y caminó hacia el balcón de su habitación, salió al exterior. En silencio se apoyó con las manos en la barandilla y se prendió un cigarro con las libres, sus manos temblaban, sus ojos se empañaban de lágrimas y si respiración no era normal. Tomó una larga calada tratando de calmarse y se llevó unas manos de la cabeza hasta la nuca sin dejar de sostenerse. Triste, estaba sintiendo después de mucho tiempo el amargo llamado de las drogas, pero no iba a ceder a ellos, no otra vez, no como cuando escapó del psiquiátrico. Esa no era la solución y aunque "se quitase de en medio" su maldita familia ya había encontrado a los niños. Ya no eran libres. Si, su hermano había conseguido que los dejasen de lado y protegidos pero, ya no tenían escapatoria otra vez. Otra vez cuando creía que podía elegir, que podía estar en paz con quien amaba, la realidad regresaba para recordarle donde estaba y que no tenía derecho a nada.
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