• Había pasado la tarde en la floristería, buscando algunas plantas nuevas para la biblioteca, cuando un suave gorjeo llamó mi atención. En una pequeña jaula, entre el verdor de las enredaderas y los lirios en flor, una cotorra azul me observaba con curiosidad, ladeando la cabeza de un lado a otro. Sus plumas tenían un tono celeste vibrante

    —Eres un pequeño curioso, ¿no es así? —murmuré, acercando un dedo a los barrotes de su jaula. Para mi sorpresa, no se alejó. Al contrario, trepó con sus diminutas patitas y soltó un suave piar que, de alguna forma, me hizo sonreír.

    No tardé mucho en tomar una decisión. Una hora después, ya estaba en casa con una pequeña caja de cartón y un nuevo habitante en mi hogar. Lo dejé salir con cuidado, viendo cómo extendía sus alas y se acomodaba en la repisa de la ventana.

    —Bienvenido a casa, pequeño. —
    Había pasado la tarde en la floristería, buscando algunas plantas nuevas para la biblioteca, cuando un suave gorjeo llamó mi atención. En una pequeña jaula, entre el verdor de las enredaderas y los lirios en flor, una cotorra azul me observaba con curiosidad, ladeando la cabeza de un lado a otro. Sus plumas tenían un tono celeste vibrante —Eres un pequeño curioso, ¿no es así? —murmuré, acercando un dedo a los barrotes de su jaula. Para mi sorpresa, no se alejó. Al contrario, trepó con sus diminutas patitas y soltó un suave piar que, de alguna forma, me hizo sonreír. No tardé mucho en tomar una decisión. Una hora después, ya estaba en casa con una pequeña caja de cartón y un nuevo habitante en mi hogar. Lo dejé salir con cuidado, viendo cómo extendía sus alas y se acomodaba en la repisa de la ventana. —Bienvenido a casa, pequeño. —
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    Fandom Supernatural / The vampires diaries
    Categoría Acción
    ㅤㅤㅤ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑 𝐕𝐈
    ㅤㅤㅤ... ¿𝓷𝓸 𝓵𝓸 𝓿𝓮𝓼?"
    ㅤㅤㅤ𝘀𝙩𝑎𝑟𝘵𝑒𝑟 𝘱𝘢𝙧𝑎 → Hope Mikaelson


    — Al parecer ella le dijo que le quería, en ese congelador, y él…

    — Él da bastante pena ahora mismo…

    — ¿Sabéis que parecéis dos marujas? ¿Y qué puedo oíros perfectamente?

    Dean termina por dejar la hamburguesa sobre el plato, únicamente para coger el botellín de cerveza que acompañaba a su cena.
    Sentía las miradas de Sam y Castiel clavadas en su espalda, pero ellos no veían el gesto de hartazgo que les estaba dedicando.
    Aquello era lo malo de vivir todos juntos como una gran familia feliz. Que la intimidad, tanto en los momentos buenos, como en los malos, brillaba por su ausencia.

    — Estas hecho un asco Dean. Ninguno de los dos sois felices así.

    Sam termina por sentarse a su derecha, dirigiéndole a él directamente por fin, aquel comentario.

    — ¿Alguna vez hemos tenido alguna relación que no haya terminado en desastre, Sammy? No me importa una mierda lo demás mientras ella este a salvo.

    Castiel repite el movimiento de Sam, pero a su izquierda.

    — La verdad, he visto muchas decisiones que tomáis los humanos y no entiendo, pero esta… esta me parece particularmente estúpida.

    Sam estaba diciéndole algo a raíz del comentario de Castiel, pero lo cierto es que Dean había desconectado de absolutamente todo. No quería explicarse con su familia, ni escuchar todas las razones desglosadas por puntos de como la había cagado.
    Por esas mismas razones, el mayor de los hermanos se levanta de golpe, provocando que la silla haga un ruido bastante desagradable ante su poca delicadeza.

    — No os aguanto.

    Y así, sin más coge su plato y su cerveza y desaparece de la biblioteca. Sin mirar atrás, con el único objetivo de llegar a su “cueva” sin cruzarse con Hope por el camino.


    >> De aquella conversación habían pasado dos meses.
    Dos meses en los que Sam aún había intentado hablar con él sobre aquel tema, con el mismo resultado que aquella primera vez.
    Dos meses en los que habían seguido resolviendo casos.
    Dos meses en los que la vida del bunker había seguido su curso, a pesar de que el ambiente se incomodara de golpe cada vez que uno de los dos entraba en una estancia en la que el otro ya estaba.
    Dos meses en los que Dean había observado a Hope en silencio, cuando sabía que ella no le miraba, revolcándose ligeramente en su miseria autoimpuesta, reconociendo los sentimientos que a pesar de no querer aceptarlos, la tribrida le provocaba.

    Pero también habían sido dos meses realmente tranquilos en lo que a Miguel y la seguridad de Hope se trataba. Hecho que tan solo ayudaba a Dean a reafirmarse en su postura en los momentos de mayor debilidad. En aquellas noches en la que las pesadillas le superaban y buscaba la figura dulce y cálida de la Mikaelson al otro lado de la cama.
    Su mirada cómplice al otro lado de la habitación.
    Su sonrisa.
    Sus curvas delicadas, y su piel increíblemente suave bajo sus manos toscas y ásperas.

    Pero si algo se le había dado bien durante toda su vida a Dean, además de matar seres sobrenaturales, había sido ocultar sus sentimientos. Hundirlos bajo capas y capas de negación ignorar el miedo, la frustración y el dolor en favor de las personas que quería.
    Lo había hecho con Sam, y ahora lo hacía con Hope.

    Si, podia tratar de engañar al resto, de mantener su fachada, pero lo cierto era que su mente no le dejaba un solo minuto de paz, ni si quiera mientras sus ojos recorrían un portal de noticias abierto en el portátil, en busca de algo de interés.
    Hasta el punto de que por poco se pierde un titular que no hubiera llamado la atención de nadie, al menos de nadie que no supiera buscar lo sobrenatural en lo corriente.

    “𝑰𝒏𝒒𝒖𝒊𝒆𝒕𝒖𝒅 𝒆𝒏 𝑴𝒐𝒓𝒓𝒊𝒍𝒍: 𝒍𝒂 𝒗𝒊𝒐𝒍𝒆𝒏𝒄𝒊𝒂 𝒄𝒓𝒆𝒄𝒆 𝒚 𝒍𝒂 𝒄𝒂𝒍𝒎𝒂 𝒔𝒆 𝒅𝒆𝒔𝒗𝒂𝒏𝒆𝒄𝒆”

    𝐿𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑎𝑙𝑔𝑢𝑛𝑎 𝑣𝑒𝑧 𝑓𝑢𝑒 𝑢𝑛 𝑟𝑖𝑛𝑐𝑜́𝑛 𝑡𝑟𝑎𝑛𝑞𝑢𝑖𝑙𝑜 𝑑𝑒 𝑊𝑦𝑜𝑚𝑖𝑛𝑔 𝑎ℎ𝑜𝑟𝑎 𝑒𝑛𝑓𝑟𝑒𝑛𝑡𝑎 𝑢𝑛𝑎 𝑝𝑟𝑒𝑜𝑐𝑢𝑝𝑎𝑛𝑡𝑒 𝑜𝑙𝑎 𝑑𝑒 𝑣𝑖𝑜𝑙𝑒𝑛𝑐𝑖𝑎. 𝐸𝑛 𝑙𝑜𝑠 𝑢́𝑙𝑡𝑖𝑚𝑜𝑠 𝑚𝑒𝑠𝑒𝑠, 𝑙𝑜𝑠 𝑑𝑒𝑙𝑖𝑡𝑜𝑠 ℎ𝑎𝑛 𝑎𝑢𝑚𝑒𝑛𝑡𝑎𝑑𝑜 𝑑𝑟𝑎́𝑠𝑡𝑖𝑐𝑎𝑚𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑒𝑛 𝑀𝑜𝑟𝑟𝑖𝑙𝑙, 𝑔𝑒𝑛𝑒𝑟𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑎𝑙𝑎𝑟𝑚𝑎 𝑒𝑛𝑡𝑟𝑒 𝑠𝑢𝑠 ℎ𝑎𝑏𝑖𝑡𝑎𝑛𝑡𝑒𝑠. 𝑅𝑜𝑏𝑜𝑠, 𝑣𝑎𝑛𝑑𝑎𝑙𝑖𝑠𝑚𝑜 𝑦 𝑎𝑔𝑟𝑒𝑠𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠 ℎ𝑎𝑛 𝑡𝑟𝑎𝑛𝑠𝑓𝑜𝑟𝑚𝑎𝑑𝑜 𝑙𝑎 𝑟𝑢𝑡𝑖𝑛𝑎 𝑑𝑖𝑎𝑟𝑖𝑎 𝑒𝑛 𝑢𝑛𝑎 𝑐𝑜𝑛𝑠𝑡𝑎𝑛𝑡𝑒 𝑝𝑟𝑒𝑜𝑐𝑢𝑝𝑎𝑐𝑖𝑜́𝑛.
    𝐿𝑜𝑠 𝑣𝑒𝑐𝑖𝑛𝑜𝑠 𝑡𝑒𝑚𝑒𝑛 𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑎 𝑠𝑖𝑡𝑢𝑎𝑐𝑖𝑜́𝑛 𝑠𝑒 𝑠𝑎𝑙𝑔𝑎 𝑑𝑒 𝑐𝑜𝑛𝑡𝑟𝑜𝑙, 𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑟𝑎𝑠 𝑙𝑎𝑠 𝑎𝑢𝑡𝑜𝑟𝑖𝑑𝑎𝑑𝑒𝑠 𝑖𝑛𝑡𝑒𝑛𝑡𝑎𝑛 𝑐𝑜𝑛𝑡𝑒𝑛𝑒𝑟 𝑙𝑎 𝑒𝑠𝑐𝑎𝑙𝑎𝑑𝑎 𝑑𝑒𝑙𝑖𝑐𝑡𝑖𝑣𝑎. 𝑆𝑖𝑛 𝑟𝑒𝑠𝑝𝑢𝑒𝑠𝑡𝑎𝑠 𝑐𝑙𝑎𝑟𝑎𝑠 𝑛𝑖 𝑠𝑜𝑙𝑢𝑐𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑖𝑛𝑚𝑒𝑑𝑖𝑎𝑡𝑎𝑠, 𝑀𝑜𝑟𝑟𝑖𝑙𝑙 𝑠𝑒 𝑒𝑛𝑓𝑟𝑒𝑛𝑡𝑎 𝑎 𝑢𝑛𝑎 𝑝𝑟𝑒𝑔𝑢𝑛𝑡𝑎 𝑖𝑛𝑞𝑢𝑖𝑒𝑡𝑎𝑛𝑡𝑒: ¿𝑝𝑜𝑑𝑟𝑎́ 𝑟𝑒𝑐𝑢𝑝𝑒𝑟𝑎𝑟 𝑠𝑢 𝑝𝑎𝑧 𝑎𝑛𝑡𝑒𝑠 𝑑𝑒 𝑞𝑢𝑒 𝑠𝑒𝑎 𝑑𝑒𝑚𝑎𝑠𝑖𝑎𝑑𝑜 𝑡𝑎𝑟𝑑𝑒?

    Por supuesto aquella noticia, podría no ser absolutamente nada, pero había signos claros y alarmantes que cualquier cazador sabría ver a kilómetros, y justamente por eso, y en parte por su necesidad de alejarse del bunker, al menos por un par de días, Dean no tarda en lanzar su eterna bolsa de viaje al maletero del Impala, después de dejar una nota pegada en la nevera.
    Por delante tenía seis horas de viaje. Seis horas en las que tan solo estaría él, Baby, la carretera y los mejores éxitos del rock más clásico.
    Era prácticamente catártico. Y si después de aquel viaje podia patear el culo a algo… la guinda del pastel.

    Por primera vez en mucho tiempo disfruta del viaje, no apura la velocidad permitida, no recorta horas al reloj, tan solo conduce, y al llegar a Morrill, aparca el Impala y en un primer momento se dedica a caminar por el pueblo, simplemente se deja llevar, si la noticia era verídica, no le costaría mucho encontrar problemas.



    ᶠᵒᵗᵒ ᶜʳᵉᵃᵈᵃ ᵖᵒʳ: Hope Mikaelson
    ㅤㅤㅤ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑 𝐕𝐈 ㅤㅤㅤ... ¿𝓷𝓸 𝓵𝓸 𝓿𝓮𝓼?" ㅤㅤㅤ𝘀𝙩𝑎𝑟𝘵𝑒𝑟 𝘱𝘢𝙧𝑎 → [thetribrid] — Al parecer ella le dijo que le quería, en ese congelador, y él… — Él da bastante pena ahora mismo… — ¿Sabéis que parecéis dos marujas? ¿Y qué puedo oíros perfectamente? Dean termina por dejar la hamburguesa sobre el plato, únicamente para coger el botellín de cerveza que acompañaba a su cena. Sentía las miradas de Sam y Castiel clavadas en su espalda, pero ellos no veían el gesto de hartazgo que les estaba dedicando. Aquello era lo malo de vivir todos juntos como una gran familia feliz. Que la intimidad, tanto en los momentos buenos, como en los malos, brillaba por su ausencia. — Estas hecho un asco Dean. Ninguno de los dos sois felices así. Sam termina por sentarse a su derecha, dirigiéndole a él directamente por fin, aquel comentario. — ¿Alguna vez hemos tenido alguna relación que no haya terminado en desastre, Sammy? No me importa una mierda lo demás mientras ella este a salvo. Castiel repite el movimiento de Sam, pero a su izquierda. — La verdad, he visto muchas decisiones que tomáis los humanos y no entiendo, pero esta… esta me parece particularmente estúpida. Sam estaba diciéndole algo a raíz del comentario de Castiel, pero lo cierto es que Dean había desconectado de absolutamente todo. No quería explicarse con su familia, ni escuchar todas las razones desglosadas por puntos de como la había cagado. Por esas mismas razones, el mayor de los hermanos se levanta de golpe, provocando que la silla haga un ruido bastante desagradable ante su poca delicadeza. — No os aguanto. Y así, sin más coge su plato y su cerveza y desaparece de la biblioteca. Sin mirar atrás, con el único objetivo de llegar a su “cueva” sin cruzarse con Hope por el camino. >> De aquella conversación habían pasado dos meses. Dos meses en los que Sam aún había intentado hablar con él sobre aquel tema, con el mismo resultado que aquella primera vez. Dos meses en los que habían seguido resolviendo casos. Dos meses en los que la vida del bunker había seguido su curso, a pesar de que el ambiente se incomodara de golpe cada vez que uno de los dos entraba en una estancia en la que el otro ya estaba. Dos meses en los que Dean había observado a Hope en silencio, cuando sabía que ella no le miraba, revolcándose ligeramente en su miseria autoimpuesta, reconociendo los sentimientos que a pesar de no querer aceptarlos, la tribrida le provocaba. Pero también habían sido dos meses realmente tranquilos en lo que a Miguel y la seguridad de Hope se trataba. Hecho que tan solo ayudaba a Dean a reafirmarse en su postura en los momentos de mayor debilidad. En aquellas noches en la que las pesadillas le superaban y buscaba la figura dulce y cálida de la Mikaelson al otro lado de la cama. Su mirada cómplice al otro lado de la habitación. Su sonrisa. Sus curvas delicadas, y su piel increíblemente suave bajo sus manos toscas y ásperas. Pero si algo se le había dado bien durante toda su vida a Dean, además de matar seres sobrenaturales, había sido ocultar sus sentimientos. Hundirlos bajo capas y capas de negación ignorar el miedo, la frustración y el dolor en favor de las personas que quería. Lo había hecho con Sam, y ahora lo hacía con Hope. Si, podia tratar de engañar al resto, de mantener su fachada, pero lo cierto era que su mente no le dejaba un solo minuto de paz, ni si quiera mientras sus ojos recorrían un portal de noticias abierto en el portátil, en busca de algo de interés. Hasta el punto de que por poco se pierde un titular que no hubiera llamado la atención de nadie, al menos de nadie que no supiera buscar lo sobrenatural en lo corriente. “𝑰𝒏𝒒𝒖𝒊𝒆𝒕𝒖𝒅 𝒆𝒏 𝑴𝒐𝒓𝒓𝒊𝒍𝒍: 𝒍𝒂 𝒗𝒊𝒐𝒍𝒆𝒏𝒄𝒊𝒂 𝒄𝒓𝒆𝒄𝒆 𝒚 𝒍𝒂 𝒄𝒂𝒍𝒎𝒂 𝒔𝒆 𝒅𝒆𝒔𝒗𝒂𝒏𝒆𝒄𝒆” 𝐿𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑎𝑙𝑔𝑢𝑛𝑎 𝑣𝑒𝑧 𝑓𝑢𝑒 𝑢𝑛 𝑟𝑖𝑛𝑐𝑜́𝑛 𝑡𝑟𝑎𝑛𝑞𝑢𝑖𝑙𝑜 𝑑𝑒 𝑊𝑦𝑜𝑚𝑖𝑛𝑔 𝑎ℎ𝑜𝑟𝑎 𝑒𝑛𝑓𝑟𝑒𝑛𝑡𝑎 𝑢𝑛𝑎 𝑝𝑟𝑒𝑜𝑐𝑢𝑝𝑎𝑛𝑡𝑒 𝑜𝑙𝑎 𝑑𝑒 𝑣𝑖𝑜𝑙𝑒𝑛𝑐𝑖𝑎. 𝐸𝑛 𝑙𝑜𝑠 𝑢́𝑙𝑡𝑖𝑚𝑜𝑠 𝑚𝑒𝑠𝑒𝑠, 𝑙𝑜𝑠 𝑑𝑒𝑙𝑖𝑡𝑜𝑠 ℎ𝑎𝑛 𝑎𝑢𝑚𝑒𝑛𝑡𝑎𝑑𝑜 𝑑𝑟𝑎́𝑠𝑡𝑖𝑐𝑎𝑚𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑒𝑛 𝑀𝑜𝑟𝑟𝑖𝑙𝑙, 𝑔𝑒𝑛𝑒𝑟𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑎𝑙𝑎𝑟𝑚𝑎 𝑒𝑛𝑡𝑟𝑒 𝑠𝑢𝑠 ℎ𝑎𝑏𝑖𝑡𝑎𝑛𝑡𝑒𝑠. 𝑅𝑜𝑏𝑜𝑠, 𝑣𝑎𝑛𝑑𝑎𝑙𝑖𝑠𝑚𝑜 𝑦 𝑎𝑔𝑟𝑒𝑠𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠 ℎ𝑎𝑛 𝑡𝑟𝑎𝑛𝑠𝑓𝑜𝑟𝑚𝑎𝑑𝑜 𝑙𝑎 𝑟𝑢𝑡𝑖𝑛𝑎 𝑑𝑖𝑎𝑟𝑖𝑎 𝑒𝑛 𝑢𝑛𝑎 𝑐𝑜𝑛𝑠𝑡𝑎𝑛𝑡𝑒 𝑝𝑟𝑒𝑜𝑐𝑢𝑝𝑎𝑐𝑖𝑜́𝑛. 𝐿𝑜𝑠 𝑣𝑒𝑐𝑖𝑛𝑜𝑠 𝑡𝑒𝑚𝑒𝑛 𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑎 𝑠𝑖𝑡𝑢𝑎𝑐𝑖𝑜́𝑛 𝑠𝑒 𝑠𝑎𝑙𝑔𝑎 𝑑𝑒 𝑐𝑜𝑛𝑡𝑟𝑜𝑙, 𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑟𝑎𝑠 𝑙𝑎𝑠 𝑎𝑢𝑡𝑜𝑟𝑖𝑑𝑎𝑑𝑒𝑠 𝑖𝑛𝑡𝑒𝑛𝑡𝑎𝑛 𝑐𝑜𝑛𝑡𝑒𝑛𝑒𝑟 𝑙𝑎 𝑒𝑠𝑐𝑎𝑙𝑎𝑑𝑎 𝑑𝑒𝑙𝑖𝑐𝑡𝑖𝑣𝑎. 𝑆𝑖𝑛 𝑟𝑒𝑠𝑝𝑢𝑒𝑠𝑡𝑎𝑠 𝑐𝑙𝑎𝑟𝑎𝑠 𝑛𝑖 𝑠𝑜𝑙𝑢𝑐𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑖𝑛𝑚𝑒𝑑𝑖𝑎𝑡𝑎𝑠, 𝑀𝑜𝑟𝑟𝑖𝑙𝑙 𝑠𝑒 𝑒𝑛𝑓𝑟𝑒𝑛𝑡𝑎 𝑎 𝑢𝑛𝑎 𝑝𝑟𝑒𝑔𝑢𝑛𝑡𝑎 𝑖𝑛𝑞𝑢𝑖𝑒𝑡𝑎𝑛𝑡𝑒: ¿𝑝𝑜𝑑𝑟𝑎́ 𝑟𝑒𝑐𝑢𝑝𝑒𝑟𝑎𝑟 𝑠𝑢 𝑝𝑎𝑧 𝑎𝑛𝑡𝑒𝑠 𝑑𝑒 𝑞𝑢𝑒 𝑠𝑒𝑎 𝑑𝑒𝑚𝑎𝑠𝑖𝑎𝑑𝑜 𝑡𝑎𝑟𝑑𝑒? Por supuesto aquella noticia, podría no ser absolutamente nada, pero había signos claros y alarmantes que cualquier cazador sabría ver a kilómetros, y justamente por eso, y en parte por su necesidad de alejarse del bunker, al menos por un par de días, Dean no tarda en lanzar su eterna bolsa de viaje al maletero del Impala, después de dejar una nota pegada en la nevera. Por delante tenía seis horas de viaje. Seis horas en las que tan solo estaría él, Baby, la carretera y los mejores éxitos del rock más clásico. Era prácticamente catártico. Y si después de aquel viaje podia patear el culo a algo… la guinda del pastel. Por primera vez en mucho tiempo disfruta del viaje, no apura la velocidad permitida, no recorta horas al reloj, tan solo conduce, y al llegar a Morrill, aparca el Impala y en un primer momento se dedica a caminar por el pueblo, simplemente se deja llevar, si la noticia era verídica, no le costaría mucho encontrar problemas. ᶠᵒᵗᵒ ᶜʳᵉᵃᵈᵃ ᵖᵒʳ: [thetribrid]
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  • Ethel’Viryën
    Fandom DND
    Categoría Fantasía
    ⚔ Roleplay: Crónicas de Ethelvyr – La Profecía Velada

    Introducción al Roleplay

    El Reino de Ethelvyr se encuentra en una era de incertidumbre. Desde los salones dorados de la capital hasta los rincones olvidados de las Tierras Sombrías, los rumores se propagan como fuego en la pradera. Una profecía ha sido encontrada en los textos antiguos de la Gran Biblioteca de Lirion, y sus palabras hablan de un evento que cambiará la historia del reino para siempre.

    Los fragmentos de la profecía dicen:

    "Cuando la luna se tiña de carmesí y los dragones callen su rugido,
    el equilibrio se romperá, y el elegido forjará el destino de Ethelvyr…"

    Nadie sabe quién es el elegido, ni qué significa realmente este presagio. Pero una cosa es segura: fuerzas antiguas están despertando, y el tiempo para los héroes ha llegado.

    Roles Disponibles para los Jugadores

    Puedes elegir entre distintas clases y razas para crear tu propio personaje y forjar tu destino en Ethelvyr:

    Clases Jugables

    Guerrero – Maestro de las armas y la estrategia.

    Mago – Portador de secretos arcanos y poder inimaginable.

    Explorador – Un experto en la naturaleza y el sigilo.

    Bardo – Maestro de la palabra y el encanto.

    Clérigo – Portador de la fe y la sanación.

    Pícaro – Un alma astuta en las sombras.

    Paladín – Guerrero de la luz con un juramento sagrado.

    Hechicero – Un mago con poderes innatos en su sangre.

    Druida – Guardián de la naturaleza y sus misterios.


    ‍♂ Razas Jugables

    Humanos – Adaptables y ambiciosos, dominan la política y el comercio.

    Elfos – Seres de gran sabiduría conectados con la magia y la naturaleza.

    Enanos – Artesanos y guerreros, conocidos por su tenacidad.

    Orcos – Poderosos y temidos, algunos buscan honor y otros destrucción.

    Drow (Elfos Oscuros) – Exiliados de los bosques, sus ambiciones pueden ser sombrías.

    Tieflings – Marcados por la sangre demoníaca, buscan su lugar en el mundo.

    Dracónidos – Descendientes de dragones, con un vínculo ancestral con el Dominio de los Dragones.

    Hadas y Feéricos – Criaturas de los Bosques Esmeralda, con dones mágicos únicos.

    Vampiros – Exiliados de la noche con poderes oscuros y un pasado trágico.


    Lugares de Importancia en la Trama

    La Ciudad Dorada de Ethelvyr – Intrigas palaciegas y disputas entre nobles.

    Las Tierras Sombrías – Misterios ocultos en la niebla y ruinas malditas.

    El Dominio de los Dragones – Un antiguo pacto con los dragones podría ser la clave.

    Los Bosques Esmeralda – Elfos y criaturas místicas conocen secretos que los humanos ignoran.

    El Puerto de Lirion – Comerciantes, piratas y secretos ocultos en las aguas.

    Las Arenas de Val’Zor – Guerreros de todo el mundo buscan probar su valía en combate.


    Conflictos Principales del Roleplay

    1. El Secreto de la Profecía – ¿Quién es el elegido y qué destino le espera?


    2. La Sombra en las Tierras Sombrías – Algo antiguo y peligroso está despertando.


    3. La Guerra de las Facciones – Nobles, clanes y gremios compiten por el control del reino.


    4. El Torneo de Val’Zor – Los mejores guerreros lucharán por el título de Campeón Eterno.


    5. El Regreso de los Dragones – ¿Serán aliados o traerán el caos a Ethelvyr?



    Mecánica del Roleplay

    Exploración: Descubre ruinas, resuelve misterios y encuentra artefactos legendarios.

    Intriga política: Forja alianzas o conspira contra tus enemigos en la corte real.

    Batallas y desafíos: Participa en duelos, combates de magia y torneos épicos.

    Narrativa emergente: Cada decisión afectará el destino del reino.



    ---

    Invitación a la Aventura

    "Eres un viajero en un mundo donde las sombras se mueven y los dioses guardan silencio. Los ecos de la profecía resuenan en las piedras antiguas y en los susurros del viento. Algo se avecina, algo grande. Y tú… tú formas parte de ello."

    "Forja tu leyenda en Ethelvyr. Descubre los secretos del pasado, lucha por el presente y moldea el futuro. La historia aún no está escrita… ¿Qué papel jugarás en ella?"

    ¡Únete a la aventura!
    ⚔ Roleplay: Crónicas de Ethelvyr – La Profecía Velada 📜 Introducción al Roleplay El Reino de Ethelvyr se encuentra en una era de incertidumbre. Desde los salones dorados de la capital hasta los rincones olvidados de las Tierras Sombrías, los rumores se propagan como fuego en la pradera. Una profecía ha sido encontrada en los textos antiguos de la Gran Biblioteca de Lirion, y sus palabras hablan de un evento que cambiará la historia del reino para siempre. Los fragmentos de la profecía dicen: "Cuando la luna se tiña de carmesí y los dragones callen su rugido, el equilibrio se romperá, y el elegido forjará el destino de Ethelvyr…" Nadie sabe quién es el elegido, ni qué significa realmente este presagio. Pero una cosa es segura: fuerzas antiguas están despertando, y el tiempo para los héroes ha llegado. 🎭 Roles Disponibles para los Jugadores Puedes elegir entre distintas clases y razas para crear tu propio personaje y forjar tu destino en Ethelvyr: 🏹 Clases Jugables Guerrero – Maestro de las armas y la estrategia. Mago – Portador de secretos arcanos y poder inimaginable. Explorador – Un experto en la naturaleza y el sigilo. Bardo – Maestro de la palabra y el encanto. Clérigo – Portador de la fe y la sanación. Pícaro – Un alma astuta en las sombras. Paladín – Guerrero de la luz con un juramento sagrado. Hechicero – Un mago con poderes innatos en su sangre. Druida – Guardián de la naturaleza y sus misterios. 🧝‍♂ Razas Jugables Humanos – Adaptables y ambiciosos, dominan la política y el comercio. Elfos – Seres de gran sabiduría conectados con la magia y la naturaleza. Enanos – Artesanos y guerreros, conocidos por su tenacidad. Orcos – Poderosos y temidos, algunos buscan honor y otros destrucción. Drow (Elfos Oscuros) – Exiliados de los bosques, sus ambiciones pueden ser sombrías. Tieflings – Marcados por la sangre demoníaca, buscan su lugar en el mundo. Dracónidos – Descendientes de dragones, con un vínculo ancestral con el Dominio de los Dragones. Hadas y Feéricos – Criaturas de los Bosques Esmeralda, con dones mágicos únicos. Vampiros – Exiliados de la noche con poderes oscuros y un pasado trágico. 🌍 Lugares de Importancia en la Trama La Ciudad Dorada de Ethelvyr – Intrigas palaciegas y disputas entre nobles. Las Tierras Sombrías – Misterios ocultos en la niebla y ruinas malditas. El Dominio de los Dragones – Un antiguo pacto con los dragones podría ser la clave. Los Bosques Esmeralda – Elfos y criaturas místicas conocen secretos que los humanos ignoran. El Puerto de Lirion – Comerciantes, piratas y secretos ocultos en las aguas. Las Arenas de Val’Zor – Guerreros de todo el mundo buscan probar su valía en combate. 🔥 Conflictos Principales del Roleplay 1. El Secreto de la Profecía – ¿Quién es el elegido y qué destino le espera? 2. La Sombra en las Tierras Sombrías – Algo antiguo y peligroso está despertando. 3. La Guerra de las Facciones – Nobles, clanes y gremios compiten por el control del reino. 4. El Torneo de Val’Zor – Los mejores guerreros lucharán por el título de Campeón Eterno. 5. El Regreso de los Dragones – ¿Serán aliados o traerán el caos a Ethelvyr? 🎲 Mecánica del Roleplay Exploración: Descubre ruinas, resuelve misterios y encuentra artefactos legendarios. Intriga política: Forja alianzas o conspira contra tus enemigos en la corte real. Batallas y desafíos: Participa en duelos, combates de magia y torneos épicos. Narrativa emergente: Cada decisión afectará el destino del reino. --- ⚡ Invitación a la Aventura "Eres un viajero en un mundo donde las sombras se mueven y los dioses guardan silencio. Los ecos de la profecía resuenan en las piedras antiguas y en los susurros del viento. Algo se avecina, algo grande. Y tú… tú formas parte de ello." "Forja tu leyenda en Ethelvyr. Descubre los secretos del pasado, lucha por el presente y moldea el futuro. La historia aún no está escrita… ¿Qué papel jugarás en ella?" ¡Únete a la aventura!
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  • Bound to Damnation
    Fandom Oc
    Categoría Suspenso

    ‍ ‍ ‍ ‍ ‍ ‍ ‍ ‍⤹ Rol con Belial

    —Arthur llevaba noches sin dormir. Rara vez lo hacía sin Nyx acurrucado en la cama con él y, lo cierto es, que nunca lo hacía solo, ya fuera con su familiar o con otra persona, siempre dormía acompañado. Eso, normalmente, mantenía las pesadillas a raya. Pero llevaba unas cuantas noches que ni eso ayudaba. Se despertaba en mitad de la noche, sudores fríos recorriendo su espalda, susurros que se filtraban entre los muros, que parecían seguir escuchándose a pesar de haber despertado ya de su sueño.

    Se frotó los ojos, antes de bufar, cansado ya de aquella situación. Se levantó de golpe, poniéndose su bata de seda para salir de la habitación. Nyx, para no variar, se fue detrás de él. Su primera parada fue en la cocina. No iba a poder pegar ojo, así que tampoco iba a intentarlo ya. Se hizo un buen café, cargado, con bastante leche y azúcar, aunque acabó cogiendo tanto la cafetera, como el cartón de leche y el tarro del azúcar; y se fue con este a la biblioteca. Tomó asiento, un libro, y comenzó a leer. Por supuesto era todo sobre magia, y temas bastante específicos.

    Tenía la sensación de que aquellas pesadillas y aquellos susurros no eran solo eso, que había algo detrás de todo aquello. El zorro lo notaba también, pues siempre que se despertaba lo veía mirando a todos lados, con el pelaje del lomo erizado y enseñando los dientes. Algo o alguien era responsable de aquel tormento y el brujo estaba más que dispuesto a averiguar de qué se trataba y ponerle fin. Y, aunque sabía mucho por los años que había pasado leyendo cada libro, tomo y manual de aquella biblioteca, aún había cosas que se le escapaban. Aquello parecía ser una de ellas.

    Poco a poco, la mesa que tenía delante se iba llenando de libros y la cafetera se iba vaciando poco a poco. Pero Arthur seguía despierto y sin averiguar nada sustancial. Ya había leído sobre todo tipo de casas encantadas, espíritus vengativos y demás, nada que no supiera ya, y nada que encajase del todo con lo que estaba pasando. Había algún detalle que desconocía, una pieza sin la cual no podía completar el rompecabezas. Y no la iba a encontrar en aquellos libros, eso estaba claro—
    ‍ ‍ ‍ ‍ ‍ ‍ ‍ ‍⤹ Rol con [999Belial666] —Arthur llevaba noches sin dormir. Rara vez lo hacía sin Nyx acurrucado en la cama con él y, lo cierto es, que nunca lo hacía solo, ya fuera con su familiar o con otra persona, siempre dormía acompañado. Eso, normalmente, mantenía las pesadillas a raya. Pero llevaba unas cuantas noches que ni eso ayudaba. Se despertaba en mitad de la noche, sudores fríos recorriendo su espalda, susurros que se filtraban entre los muros, que parecían seguir escuchándose a pesar de haber despertado ya de su sueño. Se frotó los ojos, antes de bufar, cansado ya de aquella situación. Se levantó de golpe, poniéndose su bata de seda para salir de la habitación. Nyx, para no variar, se fue detrás de él. Su primera parada fue en la cocina. No iba a poder pegar ojo, así que tampoco iba a intentarlo ya. Se hizo un buen café, cargado, con bastante leche y azúcar, aunque acabó cogiendo tanto la cafetera, como el cartón de leche y el tarro del azúcar; y se fue con este a la biblioteca. Tomó asiento, un libro, y comenzó a leer. Por supuesto era todo sobre magia, y temas bastante específicos. Tenía la sensación de que aquellas pesadillas y aquellos susurros no eran solo eso, que había algo detrás de todo aquello. El zorro lo notaba también, pues siempre que se despertaba lo veía mirando a todos lados, con el pelaje del lomo erizado y enseñando los dientes. Algo o alguien era responsable de aquel tormento y el brujo estaba más que dispuesto a averiguar de qué se trataba y ponerle fin. Y, aunque sabía mucho por los años que había pasado leyendo cada libro, tomo y manual de aquella biblioteca, aún había cosas que se le escapaban. Aquello parecía ser una de ellas. Poco a poco, la mesa que tenía delante se iba llenando de libros y la cafetera se iba vaciando poco a poco. Pero Arthur seguía despierto y sin averiguar nada sustancial. Ya había leído sobre todo tipo de casas encantadas, espíritus vengativos y demás, nada que no supiera ya, y nada que encajase del todo con lo que estaba pasando. Había algún detalle que desconocía, una pieza sin la cual no podía completar el rompecabezas. Y no la iba a encontrar en aquellos libros, eso estaba claro—
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  • Jimoto llevaba años recorriendo el mundo, documentando sus viajes, conociendo nuevas culturas y enfrentando desafíos que pusieran a prueba su espíritu aventurero. Sin embargo, en su interior, siempre había sentido que algo le faltaba, una pieza perdida en el rompecabezas de su existencia.

    Desde pequeño, recordaba haber visto una fotografía en la habitación de su madre adoptiva, Mikasa. En la imagen, ella aparecía junto a un grupo de personas que Jimoto no reconocía, todos sonriendo mientras sostenían siete esferas brillantes de color ámbar, cada una decorada con pequeñas estrellas. Cuando era niño, había preguntado por aquella foto, pero Mikasa solo sonreía con nostalgia y le decía que era un recuerdo de otro tiempo.

    Años después, mientras exploraba una biblioteca antigua en un pueblo remoto, Jimoto encontró un manuscrito que hablaba de aquellas misteriosas esferas. Según el relato, quien reuniera las siete recibiría la oportunidad de ver cumplido un único deseo, sin importar cuán imposible pareciera.

    La revelación lo dejó inquieto. ¿Por qué Mikasa tenía una foto con esas esferas? ¿Quiénes eran las personas que la acompañaban? Y lo más importante, ¿qué había ocurrido con ellas y con las esferas después de que la foto fuera tomada?

    Sin recuerdos de su infancia más temprana, Jimoto siempre había sentido que su pasado estaba lleno de sombras. Había fragmentos de memorias que no lograba conectar, preguntas que nadie podía responder. Ahora, tenía un objetivo claro: encontrar las siete esferas y pedir como deseo la recuperación de sus memorias perdidas.

    Su travesía lo llevaría a cruzarse con aliados y enemigos, desde mercenarios que también codiciaban su poder hasta sabios que custodiaban antiguos secretos. Entre ellos, Shunrei, el dragón azul con el que había forjado una inquebrantable amistad, sería su mayor apoyo, ayudándolo a descifrar los enigmas ocultos y protegiéndolo en los momentos más críticos.

    Pero conforme Jimoto se acercaba más a la verdad, no podía evitar preguntarse: si recuperaba sus memorias… ¿estaría preparado para enfrentarlas?
    Jimoto llevaba años recorriendo el mundo, documentando sus viajes, conociendo nuevas culturas y enfrentando desafíos que pusieran a prueba su espíritu aventurero. Sin embargo, en su interior, siempre había sentido que algo le faltaba, una pieza perdida en el rompecabezas de su existencia. Desde pequeño, recordaba haber visto una fotografía en la habitación de su madre adoptiva, Mikasa. En la imagen, ella aparecía junto a un grupo de personas que Jimoto no reconocía, todos sonriendo mientras sostenían siete esferas brillantes de color ámbar, cada una decorada con pequeñas estrellas. Cuando era niño, había preguntado por aquella foto, pero Mikasa solo sonreía con nostalgia y le decía que era un recuerdo de otro tiempo. Años después, mientras exploraba una biblioteca antigua en un pueblo remoto, Jimoto encontró un manuscrito que hablaba de aquellas misteriosas esferas. Según el relato, quien reuniera las siete recibiría la oportunidad de ver cumplido un único deseo, sin importar cuán imposible pareciera. La revelación lo dejó inquieto. ¿Por qué Mikasa tenía una foto con esas esferas? ¿Quiénes eran las personas que la acompañaban? Y lo más importante, ¿qué había ocurrido con ellas y con las esferas después de que la foto fuera tomada? Sin recuerdos de su infancia más temprana, Jimoto siempre había sentido que su pasado estaba lleno de sombras. Había fragmentos de memorias que no lograba conectar, preguntas que nadie podía responder. Ahora, tenía un objetivo claro: encontrar las siete esferas y pedir como deseo la recuperación de sus memorias perdidas. Su travesía lo llevaría a cruzarse con aliados y enemigos, desde mercenarios que también codiciaban su poder hasta sabios que custodiaban antiguos secretos. Entre ellos, Shunrei, el dragón azul con el que había forjado una inquebrantable amistad, sería su mayor apoyo, ayudándolo a descifrar los enigmas ocultos y protegiéndolo en los momentos más críticos. Pero conforme Jimoto se acercaba más a la verdad, no podía evitar preguntarse: si recuperaba sus memorias… ¿estaría preparado para enfrentarlas?
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  • Lisa sostenía la taza de té entre las manos, disfrutando del calor reconfortante que se filtraba a través de la porcelana. La biblioteca estaba en absoluto silencio, solo roto por el ocasional crujir de las páginas al pasar. El aroma a hierbas flotaba en el aire, mezclándose con el sutil olor a libros antiguos. Bebió un sorbo, cerrando los ojos por un instante, saboreando la calma. Afuera, el mundo seguía su curso, pero aquí dentro, todo parecía suspendido en una armonía perfecta. Apoyó la taza en la mesa y retomó su lectura, sumergiéndose de nuevo en su propio refugio.
    Lisa sostenía la taza de té entre las manos, disfrutando del calor reconfortante que se filtraba a través de la porcelana. La biblioteca estaba en absoluto silencio, solo roto por el ocasional crujir de las páginas al pasar. El aroma a hierbas flotaba en el aire, mezclándose con el sutil olor a libros antiguos. Bebió un sorbo, cerrando los ojos por un instante, saboreando la calma. Afuera, el mundo seguía su curso, pero aquí dentro, todo parecía suspendido en una armonía perfecta. Apoyó la taza en la mesa y retomó su lectura, sumergiéndose de nuevo en su propio refugio.
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  • Qué frío hace, dios mío. Al menos estoy en la biblioteca.
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  • Saludos de bienvenida se escuchaban desde la entrada de Mondstadt, algunos de los caballeros por segundos pensaron que era alguien nuevo pues de lejos no conocían al chico lobo con aquellos extravagantes atuendos. De momento se sentía raro para él pero también parecía gustarle aquella ropa. Había ido de viaje a Liyue a comer la comida de allá y la gente lo había consentido y hasta mimarlo, le regalaron telas con las cuales costuraron su atuendo.

    -Buenos....días... -atinaba a decir a algunos de los caballeros, a Gloria, y a Sara-

    El joven fue hasta la sede de los caballeros para darle a Klee el peluche que llevaba en manos, un peluche de lo que parecía ser un dragón. Le gustaba el detalle, pero no podía tenerlo así que le parecía buena idea obsequiarlo a la Chica Explosiva. Después de dejar el peluche miró hacia la puerta de la biblioteca.
    Saludos de bienvenida se escuchaban desde la entrada de Mondstadt, algunos de los caballeros por segundos pensaron que era alguien nuevo pues de lejos no conocían al chico lobo con aquellos extravagantes atuendos. De momento se sentía raro para él pero también parecía gustarle aquella ropa. Había ido de viaje a Liyue a comer la comida de allá y la gente lo había consentido y hasta mimarlo, le regalaron telas con las cuales costuraron su atuendo. -Buenos....días... -atinaba a decir a algunos de los caballeros, a Gloria, y a Sara- El joven fue hasta la sede de los caballeros para darle a Klee el peluche que llevaba en manos, un peluche de lo que parecía ser un dragón. Le gustaba el detalle, pero no podía tenerlo así que le parecía buena idea obsequiarlo a la Chica Explosiva. Después de dejar el peluche miró hacia la puerta de la biblioteca.
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  • La biblioteca estaba en silencio, apenas interrumpido por el suave susurro de las páginas al pasar y el ocasional eco de pasos cautelosos. La luz de la tarde se colaba perezosa entre las ventanas altas, bañando las estanterías en tonos dorados. Lisa suspiró, apoyando su mentón en la palma de su mano mientras tamborileaba con los dedos sobre el escritorio de préstamos.

    Había terminado de organizar los volúmenes de alquimia y archivado las solicitudes pendientes. No había visitantes desde hacía más de una hora, y la calma monótona del lugar comenzaba a pesarle. Echó un vistazo a la puerta principal, esperando algún alma curiosa que irrumpiera en su pequeño refugio de conocimiento, pero no hubo suerte.

    Se estiró perezosamente, dejando escapar un suspiro más largo de lo que pretendía. Sus ojos verdes recorrieron el alto estante frente a ella, deteniéndose en un tomo particularmente polvoriento que parecía no haber sido tocado en años. Una ligera sonrisa traviesa se dibujó en sus labios. Después de todo, no había nada de malo en echar un vistazo, ¿verdad?

    Con la gracia que la caracterizaba, se levantó y se acercó al estante. El libro era grueso y tenía una cubierta de cuero oscurecida por el tiempo. Al sacarlo, una pequeña nube de polvo danzó en el aire, arrancándole un estornudo que resonó en el silencio solemne de la biblioteca.

    Al abrirlo, se encontró con antiguos diagramas de círculos arcanos y fórmulas complejas garabateadas en una caligrafía elegante pero anticuada. —Vaya... ¿cuánto tiempo ha estado esto aquí sin que nadie lo note?—, murmuró para sí misma, intrigada.

    Se acomodó en un rincón cercano, con la espalda apoyada contra la estantería y el libro abierto en su regazo. Las páginas crujieron suavemente mientras sus ojos brillaban de curiosidad.

    Pasaron los minutos, luego las horas. Lisa no se dio cuenta de cómo el sol se deslizaba lentamente hacia el horizonte, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y rosados. Estaba demasiado absorta descifrando los secretos de aquel texto olvidado.

    Cuando finalmente levantó la vista, la biblioteca estaba sumida en un tenue crepúsculo. Parpadeó, sorprendida por lo rápido que había pasado el tiempo. Se rió suavemente, cerrando el libro con un susurro suave.

    —Supongo que perder el tiempo no siempre es tan improductivo después de todo... —musitó, acariciando la cubierta polvorienta con un cariño inesperado antes de devolver el tomo a su lugar.

    Con un último vistazo al estante, regresó a su puesto, sintiendo que la biblioteca, por unos instantes, había sido algo más que un simple lugar de trabajo.
    La biblioteca estaba en silencio, apenas interrumpido por el suave susurro de las páginas al pasar y el ocasional eco de pasos cautelosos. La luz de la tarde se colaba perezosa entre las ventanas altas, bañando las estanterías en tonos dorados. Lisa suspiró, apoyando su mentón en la palma de su mano mientras tamborileaba con los dedos sobre el escritorio de préstamos. Había terminado de organizar los volúmenes de alquimia y archivado las solicitudes pendientes. No había visitantes desde hacía más de una hora, y la calma monótona del lugar comenzaba a pesarle. Echó un vistazo a la puerta principal, esperando algún alma curiosa que irrumpiera en su pequeño refugio de conocimiento, pero no hubo suerte. Se estiró perezosamente, dejando escapar un suspiro más largo de lo que pretendía. Sus ojos verdes recorrieron el alto estante frente a ella, deteniéndose en un tomo particularmente polvoriento que parecía no haber sido tocado en años. Una ligera sonrisa traviesa se dibujó en sus labios. Después de todo, no había nada de malo en echar un vistazo, ¿verdad? Con la gracia que la caracterizaba, se levantó y se acercó al estante. El libro era grueso y tenía una cubierta de cuero oscurecida por el tiempo. Al sacarlo, una pequeña nube de polvo danzó en el aire, arrancándole un estornudo que resonó en el silencio solemne de la biblioteca. Al abrirlo, se encontró con antiguos diagramas de círculos arcanos y fórmulas complejas garabateadas en una caligrafía elegante pero anticuada. —Vaya... ¿cuánto tiempo ha estado esto aquí sin que nadie lo note?—, murmuró para sí misma, intrigada. Se acomodó en un rincón cercano, con la espalda apoyada contra la estantería y el libro abierto en su regazo. Las páginas crujieron suavemente mientras sus ojos brillaban de curiosidad. Pasaron los minutos, luego las horas. Lisa no se dio cuenta de cómo el sol se deslizaba lentamente hacia el horizonte, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y rosados. Estaba demasiado absorta descifrando los secretos de aquel texto olvidado. Cuando finalmente levantó la vista, la biblioteca estaba sumida en un tenue crepúsculo. Parpadeó, sorprendida por lo rápido que había pasado el tiempo. Se rió suavemente, cerrando el libro con un susurro suave. —Supongo que perder el tiempo no siempre es tan improductivo después de todo... —musitó, acariciando la cubierta polvorienta con un cariño inesperado antes de devolver el tomo a su lugar. Con un último vistazo al estante, regresó a su puesto, sintiendo que la biblioteca, por unos instantes, había sido algo más que un simple lugar de trabajo.
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  • "El hombre que conoce la verdad está más allá del bien y del mal"

    Mi pequeño engendro, usa lo aprendido con cautela y no escupas a quien te dio tal sabiduría, que quien te dio una nueva vida soy yo, Tu nuevo padre, Tu nuevo Maestro.
    Bendito sea el momento en que llegaste a mis manos como alguien roto, sin esperanza ¿Qué crees que sucederá ahora mi pequeño Neófito?

    ¡Oh Señor todo poderoso! Te encomiendo a este ser carente de propósito, dale cobijo bajo tus alas y bajo tu mirada atenta, moldea su mente para que sea impenetrable, moldea su ser para que sea eterna devoción a mi, que soy su nuevo Padre, lagrimas de sangre adornan su rostro mientras es consumido por el amor que le tengo, el amor eterno que un padre tiene por sus hijos.

    -La figura del Pelinegro resalta entre la escasa luz de la vela en su biblioteca, el suelo resalta por las manchas de color carmín en el suelo que apenas son visibles entre las sombras y frente a el yace el cuerpo inerte de un joven cubierto con una túnica negra, una escena ciertamente intimidante para cualquiera que fisgonee por los alrededores de la granja Miller.-
    "El hombre que conoce la verdad está más allá del bien y del mal" Mi pequeño engendro, usa lo aprendido con cautela y no escupas a quien te dio tal sabiduría, que quien te dio una nueva vida soy yo, Tu nuevo padre, Tu nuevo Maestro. Bendito sea el momento en que llegaste a mis manos como alguien roto, sin esperanza ¿Qué crees que sucederá ahora mi pequeño Neófito? ¡Oh Señor todo poderoso! Te encomiendo a este ser carente de propósito, dale cobijo bajo tus alas y bajo tu mirada atenta, moldea su mente para que sea impenetrable, moldea su ser para que sea eterna devoción a mi, que soy su nuevo Padre, lagrimas de sangre adornan su rostro mientras es consumido por el amor que le tengo, el amor eterno que un padre tiene por sus hijos. -La figura del Pelinegro resalta entre la escasa luz de la vela en su biblioteca, el suelo resalta por las manchas de color carmín en el suelo que apenas son visibles entre las sombras y frente a el yace el cuerpo inerte de un joven cubierto con una túnica negra, una escena ciertamente intimidante para cualquiera que fisgonee por los alrededores de la granja Miller.-
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