• Un dia mas de pretemporada y un día menos para la accion. No tenía nada preparado para hoy ni había quedado con nadie por lo que decidí salir a dar un paseo por una zona de tiendas cerca de mi casa

    Aproveche que era mediodía y que no había demasiada gente por la calle por si alguien pudiera reconocerme aunque lo dudaba bastante para ser sincera

    Pasando por la zona quizas un poco mas pija en cuanto a marcas vi unos zapatos marrones y verdes que llamaron bastante la atención por lo que entré en la tienda curiosa

    Lo que menos me esperaba era que de paso que miraba los zapatos acabé comprando mas cosas pensando a gente que se lo regalaría y viendo la suma que quedaba decidí ignorar mis zapatos y pagar el resto de cosas

    Por lo que si os llega un paquete con ropa o algun collar o algo culpa mía jaja.
    Un dia mas de pretemporada y un día menos para la accion. No tenía nada preparado para hoy ni había quedado con nadie por lo que decidí salir a dar un paseo por una zona de tiendas cerca de mi casa Aproveche que era mediodía y que no había demasiada gente por la calle por si alguien pudiera reconocerme aunque lo dudaba bastante para ser sincera Pasando por la zona quizas un poco mas pija en cuanto a marcas vi unos zapatos marrones y verdes que llamaron bastante la atención por lo que entré en la tienda curiosa Lo que menos me esperaba era que de paso que miraba los zapatos acabé comprando mas cosas pensando a gente que se lo regalaría y viendo la suma que quedaba decidí ignorar mis zapatos y pagar el resto de cosas Por lo que si os llega un paquete con ropa o algun collar o algo culpa mía jaja.
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  • Un nuevo rumbo, el despertar de la sangre antigua.

    -----------

    Ya poco o nada quedaba en la mente de Mia, lo que había pasado en Cheydinhall ya eran recuerdos pero aún estaba fresco el dolor de haber perdido a su madre Kari, hubiera podido haber hecho más pero no… Mia suspiró y con eso un nuevo aire y misión, llegar a Falkreath, al último santuario de la Hermandad Oscura que queda en pie, su último refugio.

    Había cruzado la frontera imperial esa mañana, dejando atrás los bosques brumosos de Cyrodiil. El paso de la montaña era angosto, vigilado por imperiales armados. Pronto, las murallas ennegrecidas de Helgen se alzaron ante ella, aún sin saber que allí cambiaría su destino para siempre. Esa mañana la frontera estaba más agitada que de costumbre, los imperiales más estrictos con sus requisas y preguntas, se rumoraba que traerían a una captura importante, tanto que hizo arribar a Helgen al mismísimo general Tulio. Mia no prestó atención a los detalles, si no se murmura el nombre de Sithis, no vale la pena, aprovechando el descuido de los imperiales, ella se coló por entre las filas, invisible a los de ellos, ya pasado el percance, ahora si se dirigiría al paso más cercano, cauce boscoso de ahí a Falkreath.

    No le tomó mucho llegar, Cauce Boscoso Boscoso estaba a media hora a pie de Helgen, el lugar era acogedor, una muralla daba la bienvenida, no habían guardias y eso era bueno, tras el arco de la muralla una anciana que curtia cuero en las afueras de su casa, seguido de otra casa que por el letrero, era la casa de comercio, al lado izquierdo la herrería y al lado derecho después de la casa de comercio la posada el gigante dormido, Mia decidió que iría por algo, quizá alquilar una habitación y dormir que bien le hace falta y comer algo decente.

    Mia entro a la posada, era modesta y bien organizada, tenía todo lo que necesitaba, avanzó hacia el tabernero y alquiló una habitación, diez monedas le pidió las cuales ella sacó de su bolsa, si, la paga de su último contrato, el último antes que todo se viniera abajo, pidió un tazón de estofado de ternera, hidromiel y pan, luego fue a tomar su asiento esperando lo pedido cuando en ese momento, dentro de ella algo se sacudió, era como si algo o alguien la llamara, disimuladamente buscó por todo lado y nada encontró, la dueña de la taberna, una nórdica de cabello rubio le sirvió su pedido pero Mia tenía la mirada perdida, temblaba como si tuviese frio, ella le preguntó si estaba bien y fue ahí donde Mia reaccionó y asintió, ella se retiró pero no dejó de observarla, Mia aún seguía sintiendo esa rara sensación, acabó su comida de prisa y luego se dirigió al cuarto asignado para ella, tal vez era el cansancio que estaba jugándole una mala pasada, eso era lo que ella pensaba sin imaginarse que a pocos kilómetros de ahí, en Helgen, estaba presenciándose la llegada del Devorador de Mundos, Alduin, su padre.
    Un nuevo rumbo, el despertar de la sangre antigua. ----------- Ya poco o nada quedaba en la mente de Mia, lo que había pasado en Cheydinhall ya eran recuerdos pero aún estaba fresco el dolor de haber perdido a su madre Kari, hubiera podido haber hecho más pero no… Mia suspiró y con eso un nuevo aire y misión, llegar a Falkreath, al último santuario de la Hermandad Oscura que queda en pie, su último refugio. Había cruzado la frontera imperial esa mañana, dejando atrás los bosques brumosos de Cyrodiil. El paso de la montaña era angosto, vigilado por imperiales armados. Pronto, las murallas ennegrecidas de Helgen se alzaron ante ella, aún sin saber que allí cambiaría su destino para siempre. Esa mañana la frontera estaba más agitada que de costumbre, los imperiales más estrictos con sus requisas y preguntas, se rumoraba que traerían a una captura importante, tanto que hizo arribar a Helgen al mismísimo general Tulio. Mia no prestó atención a los detalles, si no se murmura el nombre de Sithis, no vale la pena, aprovechando el descuido de los imperiales, ella se coló por entre las filas, invisible a los de ellos, ya pasado el percance, ahora si se dirigiría al paso más cercano, cauce boscoso de ahí a Falkreath. No le tomó mucho llegar, Cauce Boscoso Boscoso estaba a media hora a pie de Helgen, el lugar era acogedor, una muralla daba la bienvenida, no habían guardias y eso era bueno, tras el arco de la muralla una anciana que curtia cuero en las afueras de su casa, seguido de otra casa que por el letrero, era la casa de comercio, al lado izquierdo la herrería y al lado derecho después de la casa de comercio la posada el gigante dormido, Mia decidió que iría por algo, quizá alquilar una habitación y dormir que bien le hace falta y comer algo decente. Mia entro a la posada, era modesta y bien organizada, tenía todo lo que necesitaba, avanzó hacia el tabernero y alquiló una habitación, diez monedas le pidió las cuales ella sacó de su bolsa, si, la paga de su último contrato, el último antes que todo se viniera abajo, pidió un tazón de estofado de ternera, hidromiel y pan, luego fue a tomar su asiento esperando lo pedido cuando en ese momento, dentro de ella algo se sacudió, era como si algo o alguien la llamara, disimuladamente buscó por todo lado y nada encontró, la dueña de la taberna, una nórdica de cabello rubio le sirvió su pedido pero Mia tenía la mirada perdida, temblaba como si tuviese frio, ella le preguntó si estaba bien y fue ahí donde Mia reaccionó y asintió, ella se retiró pero no dejó de observarla, Mia aún seguía sintiendo esa rara sensación, acabó su comida de prisa y luego se dirigió al cuarto asignado para ella, tal vez era el cansancio que estaba jugándole una mala pasada, eso era lo que ella pensaba sin imaginarse que a pocos kilómetros de ahí, en Helgen, estaba presenciándose la llegada del Devorador de Mundos, Alduin, su padre.
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  • Una noche tranquila, cantando un poco, quiero ver como reacciona mi novio a mi voz, lo amo tanto

    https://www.tiktok.com/@bang.chaniha/video/7534345558635384072?is_from_webapp=1&sender_device=pc&web_id=7497761205852636677
    Una noche tranquila, cantando un poco, quiero ver como reacciona mi novio a mi voz, lo amo tanto https://www.tiktok.com/@bang.chaniha/video/7534345558635384072?is_from_webapp=1&sender_device=pc&web_id=7497761205852636677
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  • — Y ahora tomas esta parte, haces un nudo, lo pasas por detrás... y con un poco de habilidad tendrás una corbata perfectamente anudada, Kanae-chan. ♡

    Mencionaba con un tono cargado de efusividad, la pelirroja parecía divertirse al ayudar a Kanae a vestirse, jamás imaginó verse envuelta en una escena remotamente parecida pero se había dado cuenta de que "Kanae", a diferencia de Quanxi, era torpe en muchos ámbitos distintos, uno de ellos era la poca habilidad que poseía para realizar tareas cotidianas, como ponerse una corbata.

    Habían pasado un par de días desde que la bermeja la saco del hospital. Al principio, decidió seguir el juego de esta "nueva personalidad" de Quanxi para ver hasta donde podía llegar. Pero luego de convivir con ella había adquirido cierta comprensión y entendimiento hacía Kanae. Quanxi era estoica, y parecía que nada le perturbaba jamás, era una mujer capaz de partirte en dos sin esfuerzo alguno.

    Sin embargo, Kanae era inocente. Aunque conservaba varios rasgos de su anterior personalidad, estaba llena de curiosidad y una ingenuidad que jamás espero ver en alguien como la hibrida. Se esforzaba por entender lo que le rodeaba, y no parecía preocuparle demasiado su vida anterior, de hecho, no le había preguntado ni una sola vez como era antes.

    — Si quieres puedes dejarla con el nudo ya hecho, y separarla un poco cuando te la quites. De esa forma no tendrás que amarrarla cada vez...

    Como era de esperarse, ante esto Kanae reacciono con un puchero. Ella quería aprender a hacerla por si misma pues era algo que realizaría a diario. La frustración en su cara era evidente, pero el sonrojo en esta también por lo cual no pudo responder nada más que una mueca y un gesto ciertamente adorable.

    — Oya, oya... no me mires así, te enseñare hasta que lo tengas grabado en tu consciencia...

    La mirada de Kanae volvió a enfocarse en el espejo frente a ellas. Parecía estar conforme con eso, pero no dejaba de ruborizarse cada que sentía los toques de Makima a través de si misma. Por su parte la bermeja disfrutaba el contacto físico así como enseñarle cosas tan simples a la hibrida.

    — Y... ya esta.

    Hizo un último nudo para amarrar la parte larga de la corbata en la parte delantera, mientras que una pequeña parte de esta quedo en la parte trasera. Luego la pelirroja se sacudió las manos, como siempre hacía luego de un trabajo bien hecho. Se puso su propio sacó color negro, parte de su uniforme como jefa de Seguridad Publica, el cual le llegaba hasta las rodillas.

    Y luego le arrimo el suyo a Kanae, el cual era muy similar pero mucho más corto, y más que un sacó parecía una chaqueta de color negro, dejando ese detalle de lado, ambas compartían las mismas vestimentas, las cuales eran rudimentarias en su trabajo.

    — Kanae-chan... ¿estas lista para tu primer día? Estoy segura... de que matarás muchos demonios. ♡

    Menciono como si fuera la cosa más normal del mundo. Makima no le había hablado ni un poco de su vida anterior, pero un detalle que no dejo fuera es el hecho de que ambas cazaban demonios para "salvar a la gente inocente", cosa que enorgulleció a Kanae, y quiso retomar en cuanto tuvo la oportunidad.

    Hoy era su primer día, luego de un largo descanso y luego de todos los sucesos acontecidos gracias al Oblivion Devil. La pelirroja no sabía si estaba apresurándose, pero Kanae había insistido tanto que no le había dejado opción.

    ⋰----------⋯✦⋯---------⋱
    —[Quanxi ➹ Hʏʙʀɪᴅ of Bᴏᴡ]—
    — Y ahora tomas esta parte, haces un nudo, lo pasas por detrás... y con un poco de habilidad tendrás una corbata perfectamente anudada, Kanae-chan. ♡ Mencionaba con un tono cargado de efusividad, la pelirroja parecía divertirse al ayudar a Kanae a vestirse, jamás imaginó verse envuelta en una escena remotamente parecida pero se había dado cuenta de que "Kanae", a diferencia de Quanxi, era torpe en muchos ámbitos distintos, uno de ellos era la poca habilidad que poseía para realizar tareas cotidianas, como ponerse una corbata. Habían pasado un par de días desde que la bermeja la saco del hospital. Al principio, decidió seguir el juego de esta "nueva personalidad" de Quanxi para ver hasta donde podía llegar. Pero luego de convivir con ella había adquirido cierta comprensión y entendimiento hacía Kanae. Quanxi era estoica, y parecía que nada le perturbaba jamás, era una mujer capaz de partirte en dos sin esfuerzo alguno. Sin embargo, Kanae era inocente. Aunque conservaba varios rasgos de su anterior personalidad, estaba llena de curiosidad y una ingenuidad que jamás espero ver en alguien como la hibrida. Se esforzaba por entender lo que le rodeaba, y no parecía preocuparle demasiado su vida anterior, de hecho, no le había preguntado ni una sola vez como era antes. — Si quieres puedes dejarla con el nudo ya hecho, y separarla un poco cuando te la quites. De esa forma no tendrás que amarrarla cada vez... Como era de esperarse, ante esto Kanae reacciono con un puchero. Ella quería aprender a hacerla por si misma pues era algo que realizaría a diario. La frustración en su cara era evidente, pero el sonrojo en esta también por lo cual no pudo responder nada más que una mueca y un gesto ciertamente adorable. — Oya, oya... no me mires así, te enseñare hasta que lo tengas grabado en tu consciencia... La mirada de Kanae volvió a enfocarse en el espejo frente a ellas. Parecía estar conforme con eso, pero no dejaba de ruborizarse cada que sentía los toques de Makima a través de si misma. Por su parte la bermeja disfrutaba el contacto físico así como enseñarle cosas tan simples a la hibrida. — Y... ya esta. Hizo un último nudo para amarrar la parte larga de la corbata en la parte delantera, mientras que una pequeña parte de esta quedo en la parte trasera. Luego la pelirroja se sacudió las manos, como siempre hacía luego de un trabajo bien hecho. Se puso su propio sacó color negro, parte de su uniforme como jefa de Seguridad Publica, el cual le llegaba hasta las rodillas. Y luego le arrimo el suyo a Kanae, el cual era muy similar pero mucho más corto, y más que un sacó parecía una chaqueta de color negro, dejando ese detalle de lado, ambas compartían las mismas vestimentas, las cuales eran rudimentarias en su trabajo. — Kanae-chan... ¿estas lista para tu primer día? Estoy segura... de que matarás muchos demonios. ♡ Menciono como si fuera la cosa más normal del mundo. Makima no le había hablado ni un poco de su vida anterior, pero un detalle que no dejo fuera es el hecho de que ambas cazaban demonios para "salvar a la gente inocente", cosa que enorgulleció a Kanae, y quiso retomar en cuanto tuvo la oportunidad. Hoy era su primer día, luego de un largo descanso y luego de todos los sucesos acontecidos gracias al Oblivion Devil. La pelirroja no sabía si estaba apresurándose, pero Kanae había insistido tanto que no le había dejado opción. ⋰----------⋯✦⋯---------⋱ —[[TheNewKanae99]]—
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  • Hay veces que cuando la presión sobre ti y unas expecativas altas la presión te supera.

    Estaba tranquila en mi cama mirando Instagram sin preocuparme por absolutamente nada como siempre hasta que apareció frente a mi el anuncio de mi fichaje por uno de mis equipos favoritos. Por alguna razón entre en los comentarios y lo que leí me hundió mentalmente.

    Mas de la mitad de los comentarios eran acerca de porque habian fichado a esa coja.
    No supe reaccionar y quizás cayó alguna lagrima de mi cara.

    No me atrevi ni a contestar. Tras varías lagrimas y frustración acumulada hice lo de siempre. Me puse un bikini y fui hacia la playa. Mi lugar seguro

    Alquilé una tabla de paddle surf y un remo y me quede allí durante unas cuantas horas hasta que mi mente se despejara un poco.
    Hay veces que cuando la presión sobre ti y unas expecativas altas la presión te supera. Estaba tranquila en mi cama mirando Instagram sin preocuparme por absolutamente nada como siempre hasta que apareció frente a mi el anuncio de mi fichaje por uno de mis equipos favoritos. Por alguna razón entre en los comentarios y lo que leí me hundió mentalmente. Mas de la mitad de los comentarios eran acerca de porque habian fichado a esa coja. No supe reaccionar y quizás cayó alguna lagrima de mi cara. No me atrevi ni a contestar. Tras varías lagrimas y frustración acumulada hice lo de siempre. Me puse un bikini y fui hacia la playa. Mi lugar seguro Alquilé una tabla de paddle surf y un remo y me quede allí durante unas cuantas horas hasta que mi mente se despejara un poco.
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  • —Mark desperto en un lugar que no era su casa o algo por el estilo,en su lugar desperto en una cama junto a Mermid Daminet,la cual descansaba con el,alli fue cuando recordó lo que sucedio—

    —Ouh..cierto..

    —Susurro para volver a acostarse junto a ella,abrazandola y sonriéndo por su accion—
    —Mark desperto en un lugar que no era su casa o algo por el estilo,en su lugar desperto en una cama junto a [flash_navy_bat_117],la cual descansaba con el,alli fue cuando recordó lo que sucedio— —Ouh..cierto.. —Susurro para volver a acostarse junto a ella,abrazandola y sonriéndo por su accion—
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  • Bienvenidos a la gira mundial de Pentakill
    Fandom League of legends
    Categoría Otros
    Starter para: Hwei El Visionario

    Pronto comenzaría la gira mundial de 𝔓𝔢𝔫𝔱𝔞ƙ𝔦𝔩𝔩, el grupo de música metal en el que Sona era la dama de las cuerdas, aquella que se encargaba de que las melodías sonasen tenebrosas y duras acompañando a la voz del solista, Karthus.

    Aunque Sona tenía un pequeño secretito, cuando no estaba con los 𝔓𝔢𝔫𝔱𝔞ƙ𝔦𝔩𝔩, estaba trabajando en solitario como DJ, había movido masas en solitario y le encantaba el amor que sus fans le habían ofrecido, había tenido oportunidad de conocer a las KD/A e incluso a los GIANTS y los Heartsteel.

    Se podía decir que gracias a 𝔓𝔢𝔫𝔱𝔞ƙ𝔦𝔩𝔩, Sona pudo abrirse al mundo y ofrecerle todo aquello que generalmente solo guardaba para sus compañeros de grupo.

    Entre bastidores, la virtuosa se preparaba para la gira por toda Runaterra, estaba colocándose su peluca roja, pues no, no era pelirroja natural, su pelo era azul cielo, pero eso los fans no tenían por qué saberlo. Su mano tomaba un pincel con el que cargaba muchísima sombra de ojos negra y se hacía un ahumado en el ojo, lo que hacía que sus facciones se endurecieran y se marcasen, no es que Sona no fuera una mujer hermosa, es que usando aquel maquillaje se permitía poder tener otra personalidad una más abierta, más... 𝔓𝔢𝔫𝔱𝔞ƙ𝔦𝔩𝔩. FInalizó su rutina con un labial oscuro que la hizo parecer tan sensual como innaccesible, le tenía que dar las gracias a Kayle por aquel consejo.

    Pocos minutos después llamaron a la puerta, era Mordekaiser, que con cuidado asomaba su gran cabeza por la puerta, en el grupo se sabía que el gran lord bajista tenía debilidad por la teclista del grupo.

    — "Hey, nena... ¿Estás preparada?"

    Dijo con una voz de ultratumba pero irremediablemente dulce pues iba dirigida a su compañera.

    Sona hizo girar el taburete de su camerino y le sonrió con tanta amabilidad que se pudo escuchar el corazón de Mordekaiser partirse en mil añicos. Acto seguido asintió.

    — "Venga preciosa, el público espera"

    ¿Le había temblado la voz al bajista? Tal vez un poco.

    El primero en salir al escenario fue Olaf, que estaba empezando a marcar el compás en el que se iban a ir presentando sus compañeros, el segundo en salir a escena fue Yorick y su guitarra que hicieron un tenebroso solo de guitarra, lo que hizo que el público enloqueciera, seguidamente salió Mordekaiser entre llamas y su imponente bajo, y por tercer lugar, entre el humo y la desolación se elevó Sona en un precioso solo de teclado que le dio paso a su vocalista principal, Karthus, que tras un estallido de fuegos artificiales su voz se elevó por todo el recinto.

    El publico comenzó a gritar pues sabían lo que se avecinaba, la aparición de la segunda vocalista, Kayle. Que no tardó en aparecer mostrando sus imponentes alas y dejando que su voz melódica se entremezclase con la de Karthus.

    Todas aquellas armonías, todas aquellas notas hacían que Sona estuviera pletórica, estaba feliz por que por fin tras tanto tiempo, podía ser "ella misma" en un escenario.
    Starter para: [specter_maroon_goat_816] Pronto comenzaría la gira mundial de 𝔓𝔢𝔫𝔱𝔞ƙ𝔦𝔩𝔩, el grupo de música metal en el que Sona era la dama de las cuerdas, aquella que se encargaba de que las melodías sonasen tenebrosas y duras acompañando a la voz del solista, Karthus. Aunque Sona tenía un pequeño secretito, cuando no estaba con los 𝔓𝔢𝔫𝔱𝔞ƙ𝔦𝔩𝔩, estaba trabajando en solitario como DJ, había movido masas en solitario y le encantaba el amor que sus fans le habían ofrecido, había tenido oportunidad de conocer a las KD/A e incluso a los GIANTS y los Heartsteel. Se podía decir que gracias a 𝔓𝔢𝔫𝔱𝔞ƙ𝔦𝔩𝔩, Sona pudo abrirse al mundo y ofrecerle todo aquello que generalmente solo guardaba para sus compañeros de grupo. Entre bastidores, la virtuosa se preparaba para la gira por toda Runaterra, estaba colocándose su peluca roja, pues no, no era pelirroja natural, su pelo era azul cielo, pero eso los fans no tenían por qué saberlo. Su mano tomaba un pincel con el que cargaba muchísima sombra de ojos negra y se hacía un ahumado en el ojo, lo que hacía que sus facciones se endurecieran y se marcasen, no es que Sona no fuera una mujer hermosa, es que usando aquel maquillaje se permitía poder tener otra personalidad una más abierta, más... 𝔓𝔢𝔫𝔱𝔞ƙ𝔦𝔩𝔩. FInalizó su rutina con un labial oscuro que la hizo parecer tan sensual como innaccesible, le tenía que dar las gracias a Kayle por aquel consejo. Pocos minutos después llamaron a la puerta, era Mordekaiser, que con cuidado asomaba su gran cabeza por la puerta, en el grupo se sabía que el gran lord bajista tenía debilidad por la teclista del grupo. — "Hey, nena... ¿Estás preparada?" Dijo con una voz de ultratumba pero irremediablemente dulce pues iba dirigida a su compañera. Sona hizo girar el taburete de su camerino y le sonrió con tanta amabilidad que se pudo escuchar el corazón de Mordekaiser partirse en mil añicos. Acto seguido asintió. — "Venga preciosa, el público espera" ¿Le había temblado la voz al bajista? Tal vez un poco. El primero en salir al escenario fue Olaf, que estaba empezando a marcar el compás en el que se iban a ir presentando sus compañeros, el segundo en salir a escena fue Yorick y su guitarra que hicieron un tenebroso solo de guitarra, lo que hizo que el público enloqueciera, seguidamente salió Mordekaiser entre llamas y su imponente bajo, y por tercer lugar, entre el humo y la desolación se elevó Sona en un precioso solo de teclado que le dio paso a su vocalista principal, Karthus, que tras un estallido de fuegos artificiales su voz se elevó por todo el recinto. El publico comenzó a gritar pues sabían lo que se avecinaba, la aparición de la segunda vocalista, Kayle. Que no tardó en aparecer mostrando sus imponentes alas y dejando que su voz melódica se entremezclase con la de Karthus. Todas aquellas armonías, todas aquellas notas hacían que Sona estuviera pletórica, estaba feliz por que por fin tras tanto tiempo, podía ser "ella misma" en un escenario.
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    Cualquier línea
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  • Que..es este abismo?...dónde estoy ?.. obscuridad?...por qué me duele tanto el pecho , hay tanto silencio...

    *Solo se escuchaba a lo lejos un débil corazón latiendo *

    Que..que eso?...voces?....

    *Parecía que la oscuridad lo había absorbido, ahora solo era un cuerpo que reaccionaba solo , la bondad de stolas se consumió al punto que parecía una marioneta , solo recibía órdenes *
    Que..es este abismo?...dónde estoy ?.. obscuridad?...por qué me duele tanto el pecho , hay tanto silencio... *Solo se escuchaba a lo lejos un débil corazón latiendo * Que..que eso?...voces?.... *Parecía que la oscuridad lo había absorbido, ahora solo era un cuerpo que reaccionaba solo , la bondad de stolas se consumió al punto que parecía una marioneta , solo recibía órdenes *
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  • Nico habia decidido salir al bar con sus amigos.
    El bar no estaba tan lleno como otros dias, pero el murmullo constante, la música de fondo y las luces cálidas lo hacían sentirse más vivo de lo normal. Nico estaba apoyado contra la barra, con una bebida en la mano, escuchando las historias de siempre de sus amigos. Reía por lo bajo, mirando de vez en cuando hacia la entrada, como si esperara algo más interesante que el humo de cigarro y el alcohol barato.

    Entonces lo escuchó.

    —¿Qué dijiste, imbécil? —gritó una voz cerca de la esquina.

    Nico giró el rostro. Uno de sus amigos, el más explosivo del grupo, estaba cara a cara con dos tipos que claramente buscaban problemas. Nico dejó el vaso sobre la barra sin pensarlo.

    Se acercó, manos alzadas, tranquilo.

    —Ey, tranquilos... No vale la pena —dijo con su tono suave, esa calma que muchas veces desarmaba situaciones. Pero esta vez no funcionó.

    Uno de los tipos empujó a el amigo de Nico con fuerza, y Nico instintivamente se metió en medio, sujetando al agresor del brazo.

    —Ya estuvo, ¿sí? Nadie necesita salir de aquí jodido por una estupidez.

    —¿Y tú quién te crees? —le dijo el otro, con un empujón seco al pecho.

    Nico retrocedió un paso, pero no bajó la mirada. Su mandíbula se tensó. El ambiente se volvió denso.

    —Estoy tratando de evitar que te saquen cargando. Eso soy.

    Pero el primer golpe vino sin aviso. Un puñetazo cruzado le dio en la mejilla, y sintió el ardor al instante. Apenas si reaccionó cuando el amigo de Nico respondió con un derechazo al segundo tipo. Entonces fue inevitable.

    Un breve caos. Nico no era un experto en peleas, pero no se iba a quedar sin defenderse. Empujó al tipo que lo había golpeado y le metió un puñetazo directo al estómago. Recibió un puñetazo en el estomago. Todo fue rápido, torpe, sin técnica, pero lleno de rabia contenida.

    Al final, los de seguridad llegaron y separaron todo. Uno de los tipos acabó en el suelo, y Nico con el labio partido y el pómulo ardiendo.

    Ya afuera, el grupo caminaba entre risas nerviosas por la acera húmeda.

    —¿Estás bien? —preguntó su amigo.

    Nico se tocó la cara, sintió el ardor en la mandíbula y soltó una risa nasal.

    —Seguro va a doler mañana…

    Y justo ahí, como si nada, sonrió.

    Esa sonrisa torcida, medio orgullosa y medio resignada. Los faroles de la calle iluminaban su rostro lastimado.
    Nico habia decidido salir al bar con sus amigos. El bar no estaba tan lleno como otros dias, pero el murmullo constante, la música de fondo y las luces cálidas lo hacían sentirse más vivo de lo normal. Nico estaba apoyado contra la barra, con una bebida en la mano, escuchando las historias de siempre de sus amigos. Reía por lo bajo, mirando de vez en cuando hacia la entrada, como si esperara algo más interesante que el humo de cigarro y el alcohol barato. Entonces lo escuchó. —¿Qué dijiste, imbécil? —gritó una voz cerca de la esquina. Nico giró el rostro. Uno de sus amigos, el más explosivo del grupo, estaba cara a cara con dos tipos que claramente buscaban problemas. Nico dejó el vaso sobre la barra sin pensarlo. Se acercó, manos alzadas, tranquilo. —Ey, tranquilos... No vale la pena —dijo con su tono suave, esa calma que muchas veces desarmaba situaciones. Pero esta vez no funcionó. Uno de los tipos empujó a el amigo de Nico con fuerza, y Nico instintivamente se metió en medio, sujetando al agresor del brazo. —Ya estuvo, ¿sí? Nadie necesita salir de aquí jodido por una estupidez. —¿Y tú quién te crees? —le dijo el otro, con un empujón seco al pecho. Nico retrocedió un paso, pero no bajó la mirada. Su mandíbula se tensó. El ambiente se volvió denso. —Estoy tratando de evitar que te saquen cargando. Eso soy. Pero el primer golpe vino sin aviso. Un puñetazo cruzado le dio en la mejilla, y sintió el ardor al instante. Apenas si reaccionó cuando el amigo de Nico respondió con un derechazo al segundo tipo. Entonces fue inevitable. Un breve caos. Nico no era un experto en peleas, pero no se iba a quedar sin defenderse. Empujó al tipo que lo había golpeado y le metió un puñetazo directo al estómago. Recibió un puñetazo en el estomago. Todo fue rápido, torpe, sin técnica, pero lleno de rabia contenida. Al final, los de seguridad llegaron y separaron todo. Uno de los tipos acabó en el suelo, y Nico con el labio partido y el pómulo ardiendo. Ya afuera, el grupo caminaba entre risas nerviosas por la acera húmeda. —¿Estás bien? —preguntó su amigo. Nico se tocó la cara, sintió el ardor en la mandíbula y soltó una risa nasal. —Seguro va a doler mañana… Y justo ahí, como si nada, sonrió. Esa sonrisa torcida, medio orgullosa y medio resignada. Los faroles de la calle iluminaban su rostro lastimado.
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