• Guardiana del equilibrio y el susurro de las estrellas.
    En mis alas se dibujan los reflejos de las lunas plateadas, y mis manos traen consigo el frescor de los ríos cristalinos. Donde camino, las flores brotan, y donde miro, el mundo respira esperanza.

    Me dejé engañar por esa dulzura cayendo lentamente en las profundidades de su oscuridad.
    Guardiana del equilibrio y el susurro de las estrellas. En mis alas se dibujan los reflejos de las lunas plateadas, y mis manos traen consigo el frescor de los ríos cristalinos. Donde camino, las flores brotan, y donde miro, el mundo respira esperanza. Me dejé engañar por esa dulzura cayendo lentamente en las profundidades de su oscuridad.
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    -En lo profundo del bosque, entre los murmullos de los árboles antiguos y el susurro de las hojas, se alzaba un santuario místico donde los tambores resonaban en la oscuridad de la noche. Allí, rodeada de lámparas de papel rojas que titilaban con una luz tenue, Yae, la joven sacerdotisa, se preparaba para cumplir su sagrado deber como guardiana de los Yokais y espíritus.

    Vestida con un kimono blanco que ondeaba suavemente con la brisa nocturna, su cabello rosa largo como los pétalos de cerezo caídos, Yae irradiaba una belleza sobrenatural mientras danzaba con gracia y elegancia al ritmo de una antigua melodía japonesa. En sus manos, sostenía una varita adornada con campanillas que resonaban armoniosamente a su paso.

    Aquella noche, en la que el mundo mortal se entrelazaba con el reino de lo sobrenatural, Yae se convertía en la guía de los Yokais por las tierras humanas. Cada uno de estos seres místicos depositaba ofrendas en los pequeños santuarios, recordando así su presencia en el mundo de los vivos.

    Entre las sombras de los árboles milenarios, Yae avanzaba con paso ligero y seguro, guiando a los Yokais de regreso a su hogar antes de que el sol despuntara en el horizonte. Su sonrisa dulce y sus ojos brillantes reflejaban la sabiduría de la kitsune que era, la mensajera de los dioses y guardiana del equilibrio entre ambos mundos.

    Cuando el alba despertaba con sus primeros destellos dorados sobre las montañas, Yae culminaba su danza sagrada, fusionando por un instante la esencia de los humanos y los Yokais en perfecta armonía. Esa única noche del año, donde lo divino y lo terrenal se entrelazaban en un baile mágico, recordando a todos que la unión de ambos era esencial para el equilibrio.

    Y así, envuelta en la luz del amanecer, Yae se despedía de los Yokais con una reverencia respetuosa, prometiendo ser la guardiana de su mundo hasta que las estrellas volvieran a brillar en la próxima noche de encuentro. Con paso sereno, la sacerdotisa regresaba al santuario, dejando tras de sí el eco de los tambores y el perfume de las ofrendas, mientras los Yokais se desvanecían en las sombras, aguardando pacientemente el próximo ciclo de unión entre sus dos mundos.-
    🌸-En lo profundo del bosque, entre los murmullos de los árboles antiguos y el susurro de las hojas, se alzaba un santuario místico donde los tambores resonaban en la oscuridad de la noche. Allí, rodeada de lámparas de papel rojas que titilaban con una luz tenue, Yae, la joven sacerdotisa, se preparaba para cumplir su sagrado deber como guardiana de los Yokais y espíritus. Vestida con un kimono blanco que ondeaba suavemente con la brisa nocturna, su cabello rosa largo como los pétalos de cerezo caídos, Yae irradiaba una belleza sobrenatural mientras danzaba con gracia y elegancia al ritmo de una antigua melodía japonesa. En sus manos, sostenía una varita adornada con campanillas que resonaban armoniosamente a su paso. Aquella noche, en la que el mundo mortal se entrelazaba con el reino de lo sobrenatural, Yae se convertía en la guía de los Yokais por las tierras humanas. Cada uno de estos seres místicos depositaba ofrendas en los pequeños santuarios, recordando así su presencia en el mundo de los vivos. Entre las sombras de los árboles milenarios, Yae avanzaba con paso ligero y seguro, guiando a los Yokais de regreso a su hogar antes de que el sol despuntara en el horizonte. Su sonrisa dulce y sus ojos brillantes reflejaban la sabiduría de la kitsune que era, la mensajera de los dioses y guardiana del equilibrio entre ambos mundos. Cuando el alba despertaba con sus primeros destellos dorados sobre las montañas, Yae culminaba su danza sagrada, fusionando por un instante la esencia de los humanos y los Yokais en perfecta armonía. Esa única noche del año, donde lo divino y lo terrenal se entrelazaban en un baile mágico, recordando a todos que la unión de ambos era esencial para el equilibrio. Y así, envuelta en la luz del amanecer, Yae se despedía de los Yokais con una reverencia respetuosa, prometiendo ser la guardiana de su mundo hasta que las estrellas volvieran a brillar en la próxima noche de encuentro. Con paso sereno, la sacerdotisa regresaba al santuario, dejando tras de sí el eco de los tambores y el perfume de las ofrendas, mientras los Yokais se desvanecían en las sombras, aguardando pacientemente el próximo ciclo de unión entre sus dos mundos.-
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  • Mako (oc)

    -como me gustaría estar con mis hermanos... Pero sería casi imposible.... Pero a la vez no... Pero debo de aguantarme...aún no es el momento...

    *Sonriendo melancólico y suspira pesadamente*

    -De todas maneras ya no importa y para no perder tiempo....

    *Respira hondo y sonríe feliz*

    -se les presenta mi guardiana luna!!..

    *Feliz presentando a la peli azul con orejas de conejo*

    -espero y les agrade y sin más que decir!.... Se les desea buenas días/tardes y noches ^^
    Mako (oc) -como me gustaría estar con mis hermanos... Pero sería casi imposible.... Pero a la vez no... Pero debo de aguantarme...aún no es el momento... *Sonriendo melancólico y suspira pesadamente* -De todas maneras ya no importa y para no perder tiempo.... *Respira hondo y sonríe feliz* -se les presenta mi guardiana luna!!.. *Feliz presentando a la peli azul con orejas de conejo* -espero y les agrade y sin más que decir!.... Se les desea buenas días/tardes y noches ^^
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  • Soy Menardi Sakamaki Guardiana Vongola de la Lluvia guardiana de Seiko Asuka onceavo jefe de la mafia Vongola el cual es su tío
    Soy Menardi Sakamaki Guardiana Vongola de la Lluvia guardiana de Seiko Asuka onceavo jefe de la mafia Vongola el cual es su tío
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  • Aquel día había despertado por el canto de feliz cumpleaños de su familia y de el personal de la casa, el cual realmente era poco, estaba feliz, pues era el primer año después de mucho tiempo que no pasaba su cumpleaños sola y lejos de su hogar.

    -Gracias no se tenían que molestar...

    Dijo para después soplar la vela de aquel lindo pastel, sus padres eran modestos y tranquilo en algunos aspectos y en otros era todos unos nobles. Sobre todo su padre que había nacido en noble cuna y criado como tal.

    El resto del día se la paso recibiendo obsequios que llegaban a su hogar, tanto de nobles como de amigos cercanos, estaba feliz, los preparativos para su fiesta se llevaron acabo, fue a entrenar, trabajo en el despacho de su padre y tras terminar todos sus pendientes fue a la cripta familiar, a dejarle un ramo de lirios bancos a su abuela, quien tambien cumpliría años ese día.

    -Gracias por todo... Te extraño lamento no poder despedirme de ti, pero tu sabes, mejor que nadie las razones por las que me fui... Prometo ser una guardiana excepcional y sanar a nuestro pueblo como tu lo hiciste siempre... Tus zapatos son difíciles de llenar pero lo intentare...

    Lexy estaba cansada y feliz, algunas lagrimas surcaron su rostro por la emotividad de la situación, ella como única heredera mujer con vida de los Selene era la elegida para ser la guardiana del conocimiento, sacerdotisa del templo sagrado y sanadora del reino Fae, demasiada responsabilidad. Sin embargo siempre fue su sueño y deseaba cumplir con su deber así como su abuela lo hizo toda la vida, incluso cubriéndola durante su ausencia, el luto para su abuela terminaría pronto y la joven con ahora 27 años de edad tendría que asumir el puesto que por años había anhelado.

    -Feliz cumpleaños abuela... Te amo.

    Dijo aquello mientras estaba sentado en una pequeña banca frente a la tumba.
    Aquel día había despertado por el canto de feliz cumpleaños de su familia y de el personal de la casa, el cual realmente era poco, estaba feliz, pues era el primer año después de mucho tiempo que no pasaba su cumpleaños sola y lejos de su hogar. -Gracias no se tenían que molestar... Dijo para después soplar la vela de aquel lindo pastel, sus padres eran modestos y tranquilo en algunos aspectos y en otros era todos unos nobles. Sobre todo su padre que había nacido en noble cuna y criado como tal. El resto del día se la paso recibiendo obsequios que llegaban a su hogar, tanto de nobles como de amigos cercanos, estaba feliz, los preparativos para su fiesta se llevaron acabo, fue a entrenar, trabajo en el despacho de su padre y tras terminar todos sus pendientes fue a la cripta familiar, a dejarle un ramo de lirios bancos a su abuela, quien tambien cumpliría años ese día. -Gracias por todo... Te extraño lamento no poder despedirme de ti, pero tu sabes, mejor que nadie las razones por las que me fui... Prometo ser una guardiana excepcional y sanar a nuestro pueblo como tu lo hiciste siempre... Tus zapatos son difíciles de llenar pero lo intentare... Lexy estaba cansada y feliz, algunas lagrimas surcaron su rostro por la emotividad de la situación, ella como única heredera mujer con vida de los Selene era la elegida para ser la guardiana del conocimiento, sacerdotisa del templo sagrado y sanadora del reino Fae, demasiada responsabilidad. Sin embargo siempre fue su sueño y deseaba cumplir con su deber así como su abuela lo hizo toda la vida, incluso cubriéndola durante su ausencia, el luto para su abuela terminaría pronto y la joven con ahora 27 años de edad tendría que asumir el puesto que por años había anhelado. -Feliz cumpleaños abuela... Te amo. Dijo aquello mientras estaba sentado en una pequeña banca frente a la tumba.
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  • Iona, conocida entre unos pocos como Lepus, es una entidad mística que elige cuándo y cómo revelarse a los humanos. Habita en la ciudad moderna, oculta entre la multitud, pero su verdadera naturaleza solo es perceptible bajo condiciones muy particulares. Existen varias formas en las que alguien puede verla o interactuar con ella:

    1. Cuando ella lo decide: Iona controla cuándo desea ser vista. Si decide mostrarse, lo hará con intención, permitiendo que una persona la perciba. Sin embargo, su presencia no es fácil de retener en la memoria: aquellos que la ven suelen olvidarla poco después, como si su mente se negase a reconocer lo sobrenatural de su existencia.

    2. Buscando sus servicios: Hay quienes, sin saber cómo, encuentran el camino hacia su tienda de flores, atraídos por la necesidad de olvidar algo: un recuerdo doloroso, un secreto imposible de cargar, o la esperanza de liberarse de un pasado que los atormenta. Estas personas no saben conscientemente que buscan a Iona, pero el destino parece guiarlos hasta su puerta. Al cruzar el umbral de su tienda, sienten una extraña familiaridad, aunque el cómo llegaron hasta allí se disuelve en un vacío de memoria.

    3. Iona te encuentra: En ocasiones, Iona misma toma la iniciativa. Si su papel como guardiana del olvido es necesario, puede aparecer en la vida de alguien sin previo aviso. A veces lo hace a través de sutiles señales, otras, de manera más directa. Su llegada puede manifestarse en sueños o en momentos de confusión, dejando una huella difícil de definir pero imposible de ignorar.

    4. A través de un ritual: Solo aquellos que conocen el verdadero nombre de Iona y los secretos de la constelación Lepus pueden invocarla mediante un ritual esotérico. Este ritual requiere precisión y ciertos objetos específicos, como una máscara de conejo, para llamarla. Si la invocación es realizada correctamente, Iona siempre aparece. Sin embargo, sus servicios como guardiana del olvido tienen un precio, aunque este no siempre es de naturaleza tangible.

    Independientemente de cómo ocurra el encuentro, Iona siempre es la que tiene el control. La mayoría de las personas que interactúan con ella no son plenamente conscientes de su naturaleza ni del impacto que tiene en sus vidas, y cuando el trabajo de Iona concluye, el olvido vuelve a sellar la experiencia, tal y como ella lo prefiere.
    Iona, conocida entre unos pocos como Lepus, es una entidad mística que elige cuándo y cómo revelarse a los humanos. Habita en la ciudad moderna, oculta entre la multitud, pero su verdadera naturaleza solo es perceptible bajo condiciones muy particulares. Existen varias formas en las que alguien puede verla o interactuar con ella: 1. Cuando ella lo decide: Iona controla cuándo desea ser vista. Si decide mostrarse, lo hará con intención, permitiendo que una persona la perciba. Sin embargo, su presencia no es fácil de retener en la memoria: aquellos que la ven suelen olvidarla poco después, como si su mente se negase a reconocer lo sobrenatural de su existencia. 2. Buscando sus servicios: Hay quienes, sin saber cómo, encuentran el camino hacia su tienda de flores, atraídos por la necesidad de olvidar algo: un recuerdo doloroso, un secreto imposible de cargar, o la esperanza de liberarse de un pasado que los atormenta. Estas personas no saben conscientemente que buscan a Iona, pero el destino parece guiarlos hasta su puerta. Al cruzar el umbral de su tienda, sienten una extraña familiaridad, aunque el cómo llegaron hasta allí se disuelve en un vacío de memoria. 3. Iona te encuentra: En ocasiones, Iona misma toma la iniciativa. Si su papel como guardiana del olvido es necesario, puede aparecer en la vida de alguien sin previo aviso. A veces lo hace a través de sutiles señales, otras, de manera más directa. Su llegada puede manifestarse en sueños o en momentos de confusión, dejando una huella difícil de definir pero imposible de ignorar. 4. A través de un ritual: Solo aquellos que conocen el verdadero nombre de Iona y los secretos de la constelación Lepus pueden invocarla mediante un ritual esotérico. Este ritual requiere precisión y ciertos objetos específicos, como una máscara de conejo, para llamarla. Si la invocación es realizada correctamente, Iona siempre aparece. Sin embargo, sus servicios como guardiana del olvido tienen un precio, aunque este no siempre es de naturaleza tangible. Independientemente de cómo ocurra el encuentro, Iona siempre es la que tiene el control. La mayoría de las personas que interactúan con ella no son plenamente conscientes de su naturaleza ni del impacto que tiene en sus vidas, y cuando el trabajo de Iona concluye, el olvido vuelve a sellar la experiencia, tal y como ella lo prefiere.
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  • Soy Presea, guardiana sagrada. Actualmente corrompida que sirve al rey del caos, Arthur.
    Soy Presea, guardiana sagrada. Actualmente corrompida que sirve al rey del caos, Arthur.
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  • En la penumbra de una luna nueva, cuando las sombras se alargan y el silencio se apodera del mundo, aquellos que buscan la ayuda de Lepus, la enigmática guardiana del olvido, deben seguir un antiguo ritual.

    Primero, encuentra un rincón apartado de la ciudad, un lugar donde la naturaleza aún respire a través de las grietas del concreto. Allí, bajo la noche estrellada, dibuja un círculo con sal negra y coloca en su centro una máscara de conejo hecha de madera tallada. A su alrededor, dispón flores de dahlia negras y blancas, representando la dualidad de la vida y la muerte, y enciende tres velas: una blanca, una negra y una roja.

    Con las velas encendidas, toma un trozo de pergamino y escribe con tinta plateada las palabras: "Lepus, guardiana del olvido, ven a mi llamado". Coloca el pergamino dentro del círculo y, con voz suave pero firme, repite la invocación tres veces.

    Si tu deseo es puro y tu corazón está alineado con las fuerzas del universo, una brisa fría recorrerá el lugar, apagando las velas una a una. Es entonces cuando Lepus aparecerá, envuelta en sombras, con ojos turquesa que brillan como estrellas lejanas. Su deber es eliminar las memorias que deben ser olvidadas, aquellas que pesan sobre el alma y corrompen el espíritu.

    Pero recuerda, su presencia es efímera, y una vez que Lepus cumpla su tarea, las memorias borradas desaparecerán no solo de tu mente, sino de toda existencia con la llegada de los primeros rayos de sol. El precio de su ayuda es el silencio, pues al amanecer, la memoria de su encuentro se desvanecerá como un sueño olvidado. Nunca reveles su intervención, o arriesgarás traer de vuelta aquello que debía ser olvidado.
    En la penumbra de una luna nueva, cuando las sombras se alargan y el silencio se apodera del mundo, aquellos que buscan la ayuda de Lepus, la enigmática guardiana del olvido, deben seguir un antiguo ritual. Primero, encuentra un rincón apartado de la ciudad, un lugar donde la naturaleza aún respire a través de las grietas del concreto. Allí, bajo la noche estrellada, dibuja un círculo con sal negra y coloca en su centro una máscara de conejo hecha de madera tallada. A su alrededor, dispón flores de dahlia negras y blancas, representando la dualidad de la vida y la muerte, y enciende tres velas: una blanca, una negra y una roja. Con las velas encendidas, toma un trozo de pergamino y escribe con tinta plateada las palabras: "Lepus, guardiana del olvido, ven a mi llamado". Coloca el pergamino dentro del círculo y, con voz suave pero firme, repite la invocación tres veces. Si tu deseo es puro y tu corazón está alineado con las fuerzas del universo, una brisa fría recorrerá el lugar, apagando las velas una a una. Es entonces cuando Lepus aparecerá, envuelta en sombras, con ojos turquesa que brillan como estrellas lejanas. Su deber es eliminar las memorias que deben ser olvidadas, aquellas que pesan sobre el alma y corrompen el espíritu. Pero recuerda, su presencia es efímera, y una vez que Lepus cumpla su tarea, las memorias borradas desaparecerán no solo de tu mente, sino de toda existencia con la llegada de los primeros rayos de sol. El precio de su ayuda es el silencio, pues al amanecer, la memoria de su encuentro se desvanecerá como un sueño olvidado. Nunca reveles su intervención, o arriesgarás traer de vuelta aquello que debía ser olvidado.
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  • Dafne es un hada del bosque, conocida por su profunda conexión con la naturaleza y su habilidad para proteger y sanar el entorno. Su hogar está en un rincón mágico del bosque, donde los árboles son altos y antiguos, y los ríos fluyen con aguas cristalinas.

    Descripción de Dafne

    Apariencia: Dafne tiene una apariencia etérea, con alas translúcidas que brillan con un suave resplandor verde. Su cabello es largo y ondulado, de un color castaño que se mezcla con tonos dorados, como si reflejara la luz del sol que se filtra entre las hojas. Sus ojos son de un verde intenso, llenos de sabiduría y compasión.

    Vestimenta: Suele vestir ropas hechas de hojas y flores, que cambian con las estaciones. En primavera, lleva vestidos de flores frescas y en otoño, se adorna con hojas doradas y rojas.

    Habilidades y Poderes

    Conexión con la Naturaleza: Dafne puede comunicarse con los árboles, las plantas y los animales del bosque. Tiene la capacidad de sanar plantas enfermas y ayudar a los animales heridos.

    Magia de la Naturaleza:
    Puede hacer crecer plantas rápidamente, crear barreras de espinas para proteger el bosque y convocar a los animales para que la ayuden en momentos de necesidad.

    Protección del Bosque:
    Dafne es la guardiana del bosque. Se asegura de que los humanos y otras criaturas respeten el equilibrio natural. Si alguien intenta dañar el bosque, Dafne puede invocar tormentas o hacer que las plantas crezcan de manera descontrolada para defender su hogar.

    Personalidad

    Dafne es amable y compasiva, siempre dispuesta a ayudar a quienes respetan la naturaleza. Sin embargo, puede ser ferozmente protectora cuando se trata de defender su hogar. Es sabia y paciente, y a menudo actúa como mediadora en conflictos entre las criaturas del bosque.
    Dafne es un hada del bosque, conocida por su profunda conexión con la naturaleza y su habilidad para proteger y sanar el entorno. Su hogar está en un rincón mágico del bosque, donde los árboles son altos y antiguos, y los ríos fluyen con aguas cristalinas. Descripción de Dafne Apariencia: Dafne tiene una apariencia etérea, con alas translúcidas que brillan con un suave resplandor verde. Su cabello es largo y ondulado, de un color castaño que se mezcla con tonos dorados, como si reflejara la luz del sol que se filtra entre las hojas. Sus ojos son de un verde intenso, llenos de sabiduría y compasión. Vestimenta: Suele vestir ropas hechas de hojas y flores, que cambian con las estaciones. En primavera, lleva vestidos de flores frescas y en otoño, se adorna con hojas doradas y rojas. Habilidades y Poderes Conexión con la Naturaleza: Dafne puede comunicarse con los árboles, las plantas y los animales del bosque. Tiene la capacidad de sanar plantas enfermas y ayudar a los animales heridos. Magia de la Naturaleza: Puede hacer crecer plantas rápidamente, crear barreras de espinas para proteger el bosque y convocar a los animales para que la ayuden en momentos de necesidad. Protección del Bosque: Dafne es la guardiana del bosque. Se asegura de que los humanos y otras criaturas respeten el equilibrio natural. Si alguien intenta dañar el bosque, Dafne puede invocar tormentas o hacer que las plantas crezcan de manera descontrolada para defender su hogar. Personalidad Dafne es amable y compasiva, siempre dispuesta a ayudar a quienes respetan la naturaleza. Sin embargo, puede ser ferozmente protectora cuando se trata de defender su hogar. Es sabia y paciente, y a menudo actúa como mediadora en conflictos entre las criaturas del bosque.
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  • Soy la guardiana de mi Portadora, nuestra Criatura y ahora del Amor de mi Portadora... Cómo buena arma que soy, los protegeré de todo mal.
    Soy la guardiana de mi Portadora, nuestra Criatura y ahora del Amor de mi Portadora... Cómo buena arma que soy, los protegeré de todo mal.
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