• Lo dejara de recuerdo....
    Tampoco dará explicaciones
    Lo dejara de recuerdo.... Tampoco dará explicaciones
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  • Ben Hargreeves

    -Se había ido a dormir luego de haber discutido con su padre la noche anterior y se despertó en un lugar que no conocía y se tiro nuevamente a la cama porque ahora no sabía que hacer definitivamente tenía mala suerte, sin embargo nuevamente se levantó observando al chico frente a ella sentado en aquella silla, ni siquiera lo reconocía pero por lo menos necesitaba explicaciones y parecía que él era el único que podía dárselas.

    ¿Hola?

    Saludo con duda pues no sabía ni siquiera donde de hallaba su varita porque no sentía nada de poder mágico o algo así en aquella habitación, aunque muy en el fondo de su cabeza pensaba que estaba soñando pese a que se sentía como muy real.-
    [Ben.Hgr] -Se había ido a dormir luego de haber discutido con su padre la noche anterior y se despertó en un lugar que no conocía y se tiro nuevamente a la cama porque ahora no sabía que hacer definitivamente tenía mala suerte, sin embargo nuevamente se levantó observando al chico frente a ella sentado en aquella silla, ni siquiera lo reconocía pero por lo menos necesitaba explicaciones y parecía que él era el único que podía dárselas. ¿Hola? Saludo con duda pues no sabía ni siquiera donde de hallaba su varita porque no sentía nada de poder mágico o algo así en aquella habitación, aunque muy en el fondo de su cabeza pensaba que estaba soñando pese a que se sentía como muy real.-
    Me encocora
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Usualmente, me convierto en un fantasma para aquellos que ya no merecen mi tiempo. Nunca he visto el punto de explicar mi ausencia a alguien que no supo apreciar mi presencia. No le debes explicaciones a quienes te lastimaron. 
    Usualmente, me convierto en un fantasma para aquellos que ya no merecen mi tiempo. Nunca he visto el punto de explicar mi ausencia a alguien que no supo apreciar mi presencia. No le debes explicaciones a quienes te lastimaron. 
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    ||Se prendió esta mrd~
    Iba a esperar un mes más pero... demasiado estrés, ansiedad y dos crisis y eso puede acelerar el parto, so... No ocupo más explicaciones médicas por ahora(?
    ||Se prendió esta mrd~ Iba a esperar un mes más pero... demasiado estrés, ansiedad y dos crisis y eso puede acelerar el parto, so... No ocupo más explicaciones médicas por ahora(?
    Parto Prematuro
    Fandom Hazbin Hotel
    Categoría Drama
    Lo que Adam le había dicho no le causó ni puta gracia y, sus pocos intentos por mantener la ansiedad al mínimo con todo acumulado, estaban yéndose a la mierda mientras se arrancaba las plumas en desesperación.

    Había comenzado a hiperventilar, pero no quería estar solo, no quería volver a caer y no se le vino mejor persona a la mente que Vox en ese momento.
    Ni siquiera él sabía porque, habían pasado esos días como perro y gato de nuevo, pero, a la par, sabía que seguían pasando por momentos similares y trató de tomar su móvil para enviarle un mensaje, intentando escribir sin temblar y luchando por mantenerse sereno.

    A la final todo fue en vano, ni siquiera podía escribir algo coherente, sólo un "Voy a la torre" como si fuera lo más normal del mundo ya aparecer en ella como si fuera propia, intentando encontrar una excusa, cargándose con helado, bebidas y su pijama de patito, necesitaba distraerse, lo necesitaba más que nunca.

    A duras penas y, con un rastro de plumas de por medio, voló hasta la vivienda de aquella televisión, aterrizando en el balcón del que ya reconocía como su piso pero terminó desplomándose de rodillas en el suelo.
    Las palabras de Adam, las de Sesshomaru y todo por lo que estaba pasando no ayudaron, resonaban una tras otra vez en su cabeza, creándole un remolino que no hizo si no aumentar cada síntoma, incluyendo el dolor en su vientre, comenzando a golpear con desespero el cristal de la puerta, hasta que logró romperlo, lastimándose con pequeños pedazos pero siquiera les dio importancia.

    —¡Vox, abre! ¡V-Vox!

    De un momento a otro, un dolor agudo, lo que parecía una contracción y, finalmente, la fuente se rompió, dejándolo en blanco por completo.
    Bajó la mirada, notando lo ocurrido, aumentando más el pánico junto a los dolores, sujetándose el vientre.

    —¡G-Gnhh aahh! N-no... a-aún no debes... gghh...
    Tipo
    Grupal
    Líneas
    Estado
    Disponible
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  • ◞1.𝐌𝐘𝐒𝐓𝐈𝐂 𝐅𝐀𝐋𝐋𝐒
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀╰———— ╱ ᴡʀɪᴛɪɴɢ.
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀◦ ◦ ◦
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀i. ₂₅ ᴅᴇ Fᴇʙʀᴇʀᴏ
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ii. Nᴜᴇᴠᴀ Oʀʟᴇᴀɴs
    ⠀⠀⠀⠀
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀❛⠀⠀⠀⠀posted by
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀#NeverlandWitch ⠀⠀❜
    ⠀⠀⠀⠀
    ⠀⠀⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀⠀𝐜𝐫𝐞𝐝𝐢𝐭𝐬 ⦂ chihiro.psd

    El calor era asfixiante. Tanto que incluso dormida podía sentir como el aire que entraba en sus pulmones quemaba a su paso. Aunque no fue aquello lo que logró hacer que se despertara, sino la exagerada luz que había a su alrededor, que unida al olor a humo habían logrado incluso meterse en sus sueños.

    Abrió los ojos de golpe, para encontrarse en medio de un incendio que amenazaba con acabar con todo lo que encontrara a su paso. Aunque un solo vistazo le sirvió para darse cuenta de que no todo ardía, sino que el fuego formaba un círculo perfecto alrededor de su cama.

    Se incorporó lo más rápido que pudo y, tratando de no perder la calma intentó concentrarse en el fuego para poder extinguirlo antes de que fuera demasiado tarde. Aunque este no reaccionó como cabría esperar, sino que parecía reavivarse a cada segundo que pasaba y cuánta más energía empleaba en sofocarlo más alto se volvía.

    Soltó un juramento que se vio ahogado por el crepitar de las llamas y tosiendo metió su mano derecha bajo la almohada. De dónde sacó un athame, que pasó sobre su palma hasta que la sangre empezó a inundarla, y, juntando ambas manos se concentró durante unos pocos segundos en un punto fijo.

    Pudo notar en la lengua el sabor empalagoso de la magia que luchaba contra la suya, intentando acabar aquello para lo que la habían conjurado. Al igual que sentía como el humo la atontaba a medida que los minutos pasaban hasta que finalmente lo sintió. Un ligero cambio en la resistencia que oponía la otra parte, que escasos momentos después simplemente desapareció.

    Las llamas simplemente se apagaron , hecho que la mujer aprovechó para salir finalmente de la cama y abrir la ventana de la habitación para que el humo saliera.

    Con la respiración todavía agitada salió del dormitorio y, tras encender las luces miró su mano. La hemorragia había parado y en lugar del corte que se había hecho la herida había adquirido la forma de un vevé.

    Observó el símbolo perteneciente al vudú haitiano y negando con la cabeza fue hasta una de las estanterías que presidía la sala de estar dónde de entre todos los libros que la llenaban sacó uno encuadernado y cuyas páginas estaban amarillentas debido al paso del tiempo. Con suavidad, casi acariciando cada página las fue pasando hasta encontrar la que buscaba.

    Hacía años que no tocaba el grimorio de su abuela pues con el tiempo había formado el suyo propio aunque rara vez lo necesitase. Sin embargo, continuaba demostrando que aquella reliquia podía seguir salvándola en los peores momentos.

    Tardó cinco minutos en reunir las velas y las plantas necesarias para el hechizo. Y, con mimo fue dibujando con las hierbas un tetragramatón sobre la mesa, antes de colocar en cada punta una vela blanca y, en el centro de la figura un velón negro que ungió con aceite y flores secas antes de encenderlo y tomar asiento en el suelo antes de empezar a susurrar las palabras que la llevarían a un estado de inconsciencia mientras buscaba a quién se hubiera atrevida a ir a por ella mientras dormía.

    De forma lenta, sintió como su cuerpo ya no pensaba, sino que parecía tan liviano que en cualquier momento una brisa de aire sería capaz de elevarla. Y, si alguien hubiera observado desde fuera habría podido ver como sus ojos se giraban hasta que el iris y la pupila quedó oculta en el interior de las cuencas mientras que a medida que las horas pasaban y los gritos en el Barrio Francés se hacían más notorios, una lágrima de sangre corría por el rostro de la morena.

    De aquella forma la encontraron las ancianas del consejo cuándo por la mañana fueron a comprobar que ella no fuera una víctima más de la masacre que había tenido lugar durante la noche y, tras dedicarse una significativa mirada se acercaron a ella trataron de sacarla del trance para poder ofrecerles alguna respuesta.

    —Bonnie regresa, ya es de día y nos debes explicaciones.

    —Vamos niña, vuelve a este plano. Tenemos que hablar.

    Tardaron media hora en que los primeros síntomas de conciencia apareciera. Y otros quince minutos para que pudieran acercarse sin chocarse con una pared invisible.

    Pestañeó un par de veces mientras poco a poco recordaba qué había pasado y era consciente de lo que había tenido que hacer aquella noche para protegerse a ella misma y a las más jóvenes del aquelarre.

    —¿Cuántas muertes han sido?

    Sabía que no había sido un sueño, y que el suyo no había sido un caso aislado por lo que ignorando el mareo que sintió al levantarse del suelo se limpió los restos de humo y sangre del rostro antes elevar los ojos hacia las ancianas.

    Nunca había visto a dos personas tan distintas y a la vez tan parecidas. Grace, con su largo cabello gris siempre recogido en un moño parecía ser el ejemplo de lo que envejecer con poder implicaba. Su sola presencia bastaba para que una había se silenciar y una mirada suya era suficiente para intimidar hasta al más valiente.

    Noelie por el contrario había usado su magia durante años para mantener la juventud que hacía años debía haber desaparecido. Debía estar cerca de los ochenta años y su aspecto era el de alguien de treinta. Aunque el azul de sus ojos parecía encerrar los años que se había ido quitando.

    Sin embargo, poseían la misma energía. La misma presencia y la misma determinación. Como si fueran las dos caras de una misma moneda.

    —Doce, tres nuestras, seis del aquelarre de Gentilly y tres del aquelarre de Tremé —la voz de Grace estaba tan cargada de pesar que sintió el peso su tristeza sobre los hombros —Todas de la misma forma. Y todas a la misma hora.

    —¿Alguna estaba en un círculo ceremonial? Me desperté anoche en medio de un círculo de fuego, aunque no era natural. Tuve que recurrir a una vevé para pararlo.

    Las tres conocían el fuego al igual que al agua y al viento. Y sabían que por muy caprichoso que fuera dicho elemento jamás sería imparable. No para una bruja que como ellas, habían aprendido sus mejores trucos habilidades estando al borde de la muerte. Si la naturaleza se rebelaba de aquella forma tan salvaje era únicamente porque la habían forzado a ello.

    —Han desaparecido también brujas de los aquelarres sureños…

    Una idea pasó por la mente de la morena y, sin decir nada rebuscó entre los cajones hasta que encontró un mapa que, segundos después dejó sobre la mesa.

    —Han matado aquí y en el sur ¿Cuántas han sido?

    —Doce también.

    Un escalofrío recorrió la espalda de la mujer al darse cuenta de lo que estaba pasando y, tras marcar con un bolígrafo los dos puntos de las muertes resopló. Aquello no era bueno.

    —Si no me equivoco, en la siguiente luna llena habrá una nueva masacre.

    —¿Crees que alguien está intentando acceder a la Expresión tras tanto tiempo?

    Asintió antes de usar su athame para pincharse el dedo, dejando caer sobre el mapa unas gotas de su propia sangre antes de murmurar un sencillo hechizo de localización.

    —¿Crees que es de tu familia? Creía que ya no quedaban brujas Bennet vivas.

    —Somos pocas, pero todavía quedamos aunque no es lo que estoy buscando, si alguien está intentando acceder a la Expresión, para encontrarle necesitamos a alguien que ya haya llevado en la sangre ese veneno para localizar el foco—explicó viendo como las gotas se iban moviendo por el papel lentamente, buscando el punto exacto —Y nadie más lo admitirá.

    Sintió sus miradas acusadoras en la espalda. Sin embargo decidió ignorarlas hasta que la sangre se detuvo para, segundos después separarse, formando un triángulo perfecto que prendió en llamas por sí solo.

    Un pesado suspiro salió de entre los labios de la mujer al darse cuenta del lugar señalado y, negando con la cabeza se dejó caer en el sofá sin saber bien si reír o enfadarse con el destino por ello.

    Para detener a quién fuera que estuviera jugando con ese tipo de magia debían ir hasta allí y hacerlo en persona. Y era consciente de que ninguna de las brujas de Nueva Orleans se movería, estaban atadas a sus Ancestros y su tierra, por lo que debería ser ella si quería que las muertes cesaran y el infierno de hacía unos años se repitiera.

    Debía regresar a Mystic Falls. Debía regresar a casa.
    ◞1.𝐌𝐘𝐒𝐓𝐈𝐂 𝐅𝐀𝐋𝐋𝐒 ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀╰———— ╱ ᴡʀɪᴛɪɴɢ. ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀◦ ◦ ◦ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀i. ₂₅ ᴅᴇ Fᴇʙʀᴇʀᴏ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ii. Nᴜᴇᴠᴀ Oʀʟᴇᴀɴs ⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀❛⠀⠀⠀⠀posted by ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀#NeverlandWitch ⠀⠀❜ ⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀⠀𝐜𝐫𝐞𝐝𝐢𝐭𝐬 ⦂ chihiro.psd El calor era asfixiante. Tanto que incluso dormida podía sentir como el aire que entraba en sus pulmones quemaba a su paso. Aunque no fue aquello lo que logró hacer que se despertara, sino la exagerada luz que había a su alrededor, que unida al olor a humo habían logrado incluso meterse en sus sueños. Abrió los ojos de golpe, para encontrarse en medio de un incendio que amenazaba con acabar con todo lo que encontrara a su paso. Aunque un solo vistazo le sirvió para darse cuenta de que no todo ardía, sino que el fuego formaba un círculo perfecto alrededor de su cama. Se incorporó lo más rápido que pudo y, tratando de no perder la calma intentó concentrarse en el fuego para poder extinguirlo antes de que fuera demasiado tarde. Aunque este no reaccionó como cabría esperar, sino que parecía reavivarse a cada segundo que pasaba y cuánta más energía empleaba en sofocarlo más alto se volvía. Soltó un juramento que se vio ahogado por el crepitar de las llamas y tosiendo metió su mano derecha bajo la almohada. De dónde sacó un athame, que pasó sobre su palma hasta que la sangre empezó a inundarla, y, juntando ambas manos se concentró durante unos pocos segundos en un punto fijo. Pudo notar en la lengua el sabor empalagoso de la magia que luchaba contra la suya, intentando acabar aquello para lo que la habían conjurado. Al igual que sentía como el humo la atontaba a medida que los minutos pasaban hasta que finalmente lo sintió. Un ligero cambio en la resistencia que oponía la otra parte, que escasos momentos después simplemente desapareció. Las llamas simplemente se apagaron , hecho que la mujer aprovechó para salir finalmente de la cama y abrir la ventana de la habitación para que el humo saliera. Con la respiración todavía agitada salió del dormitorio y, tras encender las luces miró su mano. La hemorragia había parado y en lugar del corte que se había hecho la herida había adquirido la forma de un vevé. Observó el símbolo perteneciente al vudú haitiano y negando con la cabeza fue hasta una de las estanterías que presidía la sala de estar dónde de entre todos los libros que la llenaban sacó uno encuadernado y cuyas páginas estaban amarillentas debido al paso del tiempo. Con suavidad, casi acariciando cada página las fue pasando hasta encontrar la que buscaba. Hacía años que no tocaba el grimorio de su abuela pues con el tiempo había formado el suyo propio aunque rara vez lo necesitase. Sin embargo, continuaba demostrando que aquella reliquia podía seguir salvándola en los peores momentos. Tardó cinco minutos en reunir las velas y las plantas necesarias para el hechizo. Y, con mimo fue dibujando con las hierbas un tetragramatón sobre la mesa, antes de colocar en cada punta una vela blanca y, en el centro de la figura un velón negro que ungió con aceite y flores secas antes de encenderlo y tomar asiento en el suelo antes de empezar a susurrar las palabras que la llevarían a un estado de inconsciencia mientras buscaba a quién se hubiera atrevida a ir a por ella mientras dormía. De forma lenta, sintió como su cuerpo ya no pensaba, sino que parecía tan liviano que en cualquier momento una brisa de aire sería capaz de elevarla. Y, si alguien hubiera observado desde fuera habría podido ver como sus ojos se giraban hasta que el iris y la pupila quedó oculta en el interior de las cuencas mientras que a medida que las horas pasaban y los gritos en el Barrio Francés se hacían más notorios, una lágrima de sangre corría por el rostro de la morena. De aquella forma la encontraron las ancianas del consejo cuándo por la mañana fueron a comprobar que ella no fuera una víctima más de la masacre que había tenido lugar durante la noche y, tras dedicarse una significativa mirada se acercaron a ella trataron de sacarla del trance para poder ofrecerles alguna respuesta. —Bonnie regresa, ya es de día y nos debes explicaciones. —Vamos niña, vuelve a este plano. Tenemos que hablar. Tardaron media hora en que los primeros síntomas de conciencia apareciera. Y otros quince minutos para que pudieran acercarse sin chocarse con una pared invisible. Pestañeó un par de veces mientras poco a poco recordaba qué había pasado y era consciente de lo que había tenido que hacer aquella noche para protegerse a ella misma y a las más jóvenes del aquelarre. —¿Cuántas muertes han sido? Sabía que no había sido un sueño, y que el suyo no había sido un caso aislado por lo que ignorando el mareo que sintió al levantarse del suelo se limpió los restos de humo y sangre del rostro antes elevar los ojos hacia las ancianas. Nunca había visto a dos personas tan distintas y a la vez tan parecidas. Grace, con su largo cabello gris siempre recogido en un moño parecía ser el ejemplo de lo que envejecer con poder implicaba. Su sola presencia bastaba para que una había se silenciar y una mirada suya era suficiente para intimidar hasta al más valiente. Noelie por el contrario había usado su magia durante años para mantener la juventud que hacía años debía haber desaparecido. Debía estar cerca de los ochenta años y su aspecto era el de alguien de treinta. Aunque el azul de sus ojos parecía encerrar los años que se había ido quitando. Sin embargo, poseían la misma energía. La misma presencia y la misma determinación. Como si fueran las dos caras de una misma moneda. —Doce, tres nuestras, seis del aquelarre de Gentilly y tres del aquelarre de Tremé —la voz de Grace estaba tan cargada de pesar que sintió el peso su tristeza sobre los hombros —Todas de la misma forma. Y todas a la misma hora. —¿Alguna estaba en un círculo ceremonial? Me desperté anoche en medio de un círculo de fuego, aunque no era natural. Tuve que recurrir a una vevé para pararlo. Las tres conocían el fuego al igual que al agua y al viento. Y sabían que por muy caprichoso que fuera dicho elemento jamás sería imparable. No para una bruja que como ellas, habían aprendido sus mejores trucos habilidades estando al borde de la muerte. Si la naturaleza se rebelaba de aquella forma tan salvaje era únicamente porque la habían forzado a ello. —Han desaparecido también brujas de los aquelarres sureños… Una idea pasó por la mente de la morena y, sin decir nada rebuscó entre los cajones hasta que encontró un mapa que, segundos después dejó sobre la mesa. —Han matado aquí y en el sur ¿Cuántas han sido? —Doce también. Un escalofrío recorrió la espalda de la mujer al darse cuenta de lo que estaba pasando y, tras marcar con un bolígrafo los dos puntos de las muertes resopló. Aquello no era bueno. —Si no me equivoco, en la siguiente luna llena habrá una nueva masacre. —¿Crees que alguien está intentando acceder a la Expresión tras tanto tiempo? Asintió antes de usar su athame para pincharse el dedo, dejando caer sobre el mapa unas gotas de su propia sangre antes de murmurar un sencillo hechizo de localización. —¿Crees que es de tu familia? Creía que ya no quedaban brujas Bennet vivas. —Somos pocas, pero todavía quedamos aunque no es lo que estoy buscando, si alguien está intentando acceder a la Expresión, para encontrarle necesitamos a alguien que ya haya llevado en la sangre ese veneno para localizar el foco—explicó viendo como las gotas se iban moviendo por el papel lentamente, buscando el punto exacto —Y nadie más lo admitirá. Sintió sus miradas acusadoras en la espalda. Sin embargo decidió ignorarlas hasta que la sangre se detuvo para, segundos después separarse, formando un triángulo perfecto que prendió en llamas por sí solo. Un pesado suspiro salió de entre los labios de la mujer al darse cuenta del lugar señalado y, negando con la cabeza se dejó caer en el sofá sin saber bien si reír o enfadarse con el destino por ello. Para detener a quién fuera que estuviera jugando con ese tipo de magia debían ir hasta allí y hacerlo en persona. Y era consciente de que ninguna de las brujas de Nueva Orleans se movería, estaban atadas a sus Ancestros y su tierra, por lo que debería ser ella si quería que las muertes cesaran y el infierno de hacía unos años se repitiera. Debía regresar a Mystic Falls. Debía regresar a casa.
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  • 𝘍𝘶𝘦𝘨𝘰 𝘷𝘦𝘳𝘥𝘦.
    Fandom HOUSE OF THE DRAGON.
    Categoría Drama

    𝗟𝗮 𝘃𝗶𝘀𝗶𝗼́𝗻 𝗱𝗲 𝘀𝘂 𝗰𝘂𝗲𝗿𝗽𝗼
    𝘀𝗶𝗻 𝘃𝗶𝗱𝗮 𝗽𝗮𝗿𝗮𝗹𝗶𝘇𝗼́ 𝘀𝘂 𝗽𝘀𝗶𝗾𝘂𝗲.
    𝗜𝗻𝘁𝗲𝗻𝘁𝗼́ 𝗿𝗲𝘁𝗶𝗿𝗮𝗿𝘀𝗲 𝗱𝗲𝗹 𝗹𝘂𝗴𝗮𝗿,
    𝗽𝗲𝗿𝗼 𝗻𝗼 𝗽𝘂𝗱𝗼. 𝗘𝗻 𝗹𝘂𝗴𝗮𝗿 𝗱𝗲
    𝗲𝘀𝗼, 𝗰𝗮𝘆𝗼́ 𝗱𝗲 𝗿𝗼𝗱𝗶𝗹𝗹𝗮𝘀 𝘆 𝗹𝗲
    𝘀𝘂𝗽𝗹𝗶𝗰𝗼́ 𝗽𝗲𝗿𝗱𝗼́𝗻.

    Las estatuas rezaban, contemplando el oscuro techo abovedado.
    Helaena evitaba sus ojos blancos.

    Un puñado de arena goteó del techo de piedra que se estaba desmoronando y se hundió en sus hebras. Se preparó cuando la caverna de repente se movió y se asentó.

    Se volvió imposible de evitar. La conmoción en las calles pedía su atención. Cuando abrió las contraventanas, los soldados abrieron fuego verde contra los dos jóvenes que se defendían. Sus voces se silenciaron en una neblina de humo de armas.

    ⸻ 𝘍𝘶𝘦𝘨𝘰 𝘷𝘦𝘳𝘥𝘦, 𝘧𝘶𝘦𝘨𝘰 𝘷𝘦𝘳𝘥𝘦.

    Parecía importante recordarlo. Lo repitió con los oídos de las estatuas como únicos testigos.

    ⸻ 𝘍𝘶𝘦𝘨𝘰 𝘷𝘦𝘳𝘥𝘦, 𝘧𝘶𝘦𝘨𝘰 𝘷𝘦𝘳𝘥𝘦.

    Se sentó junto a la pared de la gran estrella, jadeando en busca de aire. El sudor brotó de su frente y cayó sobre el suelo cubierto de arena.

    "¿𝘌𝘴 𝘦𝘴𝘵𝘦 𝘰𝘵𝘳𝘰 𝘴𝘶𝘦𝘯̃𝘰?", pensó, y gritó a todo pulmón.

    La fina niebla fría le rozó la cara cuando despertó. El clima de la ciudad podía ser cruel, pero era el tipo de crueldad que ella podía soportar.
    Salió de la cama y miró por la ventana. Estaba completamente oscuro. Esperó, apuntó los fanales violáceos al viejo reloj y esperó un poco más. Las cuatro, pensó, es suficiente.

    Intentó encajar las piezas, pero, al igual que las dunas de arena, se movían cuando no mirabas.

    Las oscuras torres se elevaban sobre el bosque y se recortaban contra la luna blanca como la nieve. No pudo evitar sentirse triste por alguna razón.

    ⸻ No importa cuánto lo intente. ⸻ Lejos de consolarse, castigaba la poca facultad verbal que limitaba explicaciones útiles para la familia. Ella había sido bendecida con el Don de vislumbre, pero era maldita en igual medida.

    Presionó el reloj de arena entre los dedos. Roto el cristal, el contenido salió; así se le escapaban las palabras, así de rápido corría el tiempo en contra.

    Se había enojado. Fue fácil tomar su insolencia y convertirla en la villana de esta historia. Pero ella no merecía morir. Incluso Los Siete podían ver eso.

    Recordó a las estatuas.

    ⸻ 𝘍𝘶𝘦𝘨𝘰 𝘷𝘦𝘳𝘥𝘦, 𝘧𝘶𝘦𝘨𝘰 𝘷𝘦𝘳𝘥𝘦.
    ㅤ 𝗟𝗮 𝘃𝗶𝘀𝗶𝗼́𝗻 𝗱𝗲 𝘀𝘂 𝗰𝘂𝗲𝗿𝗽𝗼 𝘀𝗶𝗻 𝘃𝗶𝗱𝗮 𝗽𝗮𝗿𝗮𝗹𝗶𝘇𝗼́ 𝘀𝘂 𝗽𝘀𝗶𝗾𝘂𝗲. 𝗜𝗻𝘁𝗲𝗻𝘁𝗼́ 𝗿𝗲𝘁𝗶𝗿𝗮𝗿𝘀𝗲 𝗱𝗲𝗹 𝗹𝘂𝗴𝗮𝗿, 𝗽𝗲𝗿𝗼 𝗻𝗼 𝗽𝘂𝗱𝗼. 𝗘𝗻 𝗹𝘂𝗴𝗮𝗿 𝗱𝗲 𝗲𝘀𝗼, 𝗰𝗮𝘆𝗼́ 𝗱𝗲 𝗿𝗼𝗱𝗶𝗹𝗹𝗮𝘀 𝘆 𝗹𝗲 𝘀𝘂𝗽𝗹𝗶𝗰𝗼́ 𝗽𝗲𝗿𝗱𝗼́𝗻. Las estatuas rezaban, contemplando el oscuro techo abovedado. Helaena evitaba sus ojos blancos. Un puñado de arena goteó del techo de piedra que se estaba desmoronando y se hundió en sus hebras. Se preparó cuando la caverna de repente se movió y se asentó. Se volvió imposible de evitar. La conmoción en las calles pedía su atención. Cuando abrió las contraventanas, los soldados abrieron fuego verde contra los dos jóvenes que se defendían. Sus voces se silenciaron en una neblina de humo de armas. ⸻ 𝘍𝘶𝘦𝘨𝘰 𝘷𝘦𝘳𝘥𝘦, 𝘧𝘶𝘦𝘨𝘰 𝘷𝘦𝘳𝘥𝘦. Parecía importante recordarlo. Lo repitió con los oídos de las estatuas como únicos testigos. ⸻ 𝘍𝘶𝘦𝘨𝘰 𝘷𝘦𝘳𝘥𝘦, 𝘧𝘶𝘦𝘨𝘰 𝘷𝘦𝘳𝘥𝘦. Se sentó junto a la pared de la gran estrella, jadeando en busca de aire. El sudor brotó de su frente y cayó sobre el suelo cubierto de arena. "¿𝘌𝘴 𝘦𝘴𝘵𝘦 𝘰𝘵𝘳𝘰 𝘴𝘶𝘦𝘯̃𝘰?", pensó, y gritó a todo pulmón. La fina niebla fría le rozó la cara cuando despertó. El clima de la ciudad podía ser cruel, pero era el tipo de crueldad que ella podía soportar. Salió de la cama y miró por la ventana. Estaba completamente oscuro. Esperó, apuntó los fanales violáceos al viejo reloj y esperó un poco más. Las cuatro, pensó, es suficiente. Intentó encajar las piezas, pero, al igual que las dunas de arena, se movían cuando no mirabas. Las oscuras torres se elevaban sobre el bosque y se recortaban contra la luna blanca como la nieve. No pudo evitar sentirse triste por alguna razón. ⸻ No importa cuánto lo intente. ⸻ Lejos de consolarse, castigaba la poca facultad verbal que limitaba explicaciones útiles para la familia. Ella había sido bendecida con el Don de vislumbre, pero era maldita en igual medida. Presionó el reloj de arena entre los dedos. Roto el cristal, el contenido salió; así se le escapaban las palabras, así de rápido corría el tiempo en contra. Se había enojado. Fue fácil tomar su insolencia y convertirla en la villana de esta historia. Pero ella no merecía morir. Incluso Los Siete podían ver eso. Recordó a las estatuas. ⸻ 𝘍𝘶𝘦𝘨𝘰 𝘷𝘦𝘳𝘥𝘦, 𝘧𝘶𝘦𝘨𝘰 𝘷𝘦𝘳𝘥𝘦.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    : Voy a meter un ligero cambio en la trama de Lina. Es algo que afecta solo a su físico.
    Igual que en Edenia existen los Drakomara que son seres con apariencia humana y draconiana, pero que a voluntad pueden mutar a dragón.
    En el caso de los Nekomara (los seres como Lina) a voluntad podrán mutar su aspecto a uno más felino.
    Adjunto fotos de todas las explicaciones.
    Foto 1: Drakomara.
    Fotos 2 y 3: Lina es estado normal. (También sirve de referencia Felicia de Darkstalkers).
    Fotos 4 y 5: Lina en su aspecto mutado.

    By #LinaKitty
    🌷: Voy a meter un ligero cambio en la trama de Lina. Es algo que afecta solo a su físico. Igual que en Edenia existen los Drakomara que son seres con apariencia humana y draconiana, pero que a voluntad pueden mutar a dragón. En el caso de los Nekomara (los seres como Lina) a voluntad podrán mutar su aspecto a uno más felino. Adjunto fotos de todas las explicaciones. Foto 1: Drakomara. Fotos 2 y 3: Lina es estado normal. (También sirve de referencia Felicia de Darkstalkers). Fotos 4 y 5: Lina en su aspecto mutado. By #LinaKitty
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  • Ir a la escuela puede volverse una labor tediosa cuando no hay nada que realmente te motive a ir. Claro, el estudio es necesario en la vida, y mas son las explicaciones que puede uno recibir de los adultos, aconsejándote por tu futuro. Pero ¿y el ahora? Cho solo encontraba una pequeña motivación falsa al pensar en no hacer enojar a su papá, cumplía con lo que era su obligación sacando buenas notas, pero, en la parte social, la joven tenía un cementerio encima. No era buena socializando. Sí, al menos en esta nueva escuela parecía tener una relación cordial con los demás, pero era meramente superficial. Esto vuelve los días eternos, pesados, monótonos.
    No es, cómo si la gente no quisiera hablarle, pero la pelinegra no ponía de su parte. Siempre evitaba hablar si no era explícitamente necesario o si alguien le iniciaba conversación, la cual trataba de terminar rápidamente. Pero eso debía cambiar. ¿Porqué? Las cartas le dijeron a Cho que pronto llegaría alguien a su vida, aunque la palabra exacta era ‘’volver’’. No tenía sentido eso en su lectura, jamás había tenido pareja o amistades con las que se hubiera alejado. Esta última lectura le había causado cierta inquietud. La repitió inclusive y los resultados eran los mismos: ‘’volver’’. Su ultimo intento, ya frustrada, fue en el salón de clases durante su hora libre. Seguramente, pensó, que ya el ambiente en su hogar influenciaba y ensuciaba su lectura. Pero todo fue en vano, recibió las mismas respuestas que días anteriores. Harta y resignada de no entender, Cho terminó por recostarse en su escritorio. Frustrada, soltó un pesado suspiró y golpeo su frente contra la mesa del escritorio permaneciendo quieta en esa posición. - ¿No se supone que un pasatiempo es divertido? Porque no lo esta siendo. – Dijo para si misma, o al menos eso creía.
    #comunidad2D #personajes2D #2D
    Ir a la escuela puede volverse una labor tediosa cuando no hay nada que realmente te motive a ir. Claro, el estudio es necesario en la vida, y mas son las explicaciones que puede uno recibir de los adultos, aconsejándote por tu futuro. Pero ¿y el ahora? Cho solo encontraba una pequeña motivación falsa al pensar en no hacer enojar a su papá, cumplía con lo que era su obligación sacando buenas notas, pero, en la parte social, la joven tenía un cementerio encima. No era buena socializando. Sí, al menos en esta nueva escuela parecía tener una relación cordial con los demás, pero era meramente superficial. Esto vuelve los días eternos, pesados, monótonos. No es, cómo si la gente no quisiera hablarle, pero la pelinegra no ponía de su parte. Siempre evitaba hablar si no era explícitamente necesario o si alguien le iniciaba conversación, la cual trataba de terminar rápidamente. Pero eso debía cambiar. ¿Porqué? Las cartas le dijeron a Cho que pronto llegaría alguien a su vida, aunque la palabra exacta era ‘’volver’’. No tenía sentido eso en su lectura, jamás había tenido pareja o amistades con las que se hubiera alejado. Esta última lectura le había causado cierta inquietud. La repitió inclusive y los resultados eran los mismos: ‘’volver’’. Su ultimo intento, ya frustrada, fue en el salón de clases durante su hora libre. Seguramente, pensó, que ya el ambiente en su hogar influenciaba y ensuciaba su lectura. Pero todo fue en vano, recibió las mismas respuestas que días anteriores. Harta y resignada de no entender, Cho terminó por recostarse en su escritorio. Frustrada, soltó un pesado suspiró y golpeo su frente contra la mesa del escritorio permaneciendo quieta en esa posición. - ¿No se supone que un pasatiempo es divertido? Porque no lo esta siendo. – Dijo para si misma, o al menos eso creía. #comunidad2D #personajes2D #2D
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  • And then... there was a wedding
    Fandom OC
    Categoría Acción
    Rol con Alberich Thorfreðrsson

    Para cuando las negociaciones terminaron, Ghaladir ya podía sentir el contacto de sus escamas rozando con el lino de sus pantalones.

    Mientras los barcos de los norteños abandonaban el puerto de Karishtamar, el cielo se teñía de rojo en el archipiélago, y una sombra amenazante se proyectaba sobre el palacio de La Gran Dama.

    El Devorasoles le asaltó con la fuerza de cien mil soldados. La contención no era buena para él, y en más de una ocasión estuvo a punto de escapar para lanzarse al vacío y destruir todo lo que encontrase a su paso. Las transformaciones de Ghaladir eran cada vez más violentas y se prolongaban en el tiempo.

    Y no era porque no hubiese intentado generar una dichosa heredera. Al cumplir cincuenta años, Ghaladir lo había intentado por todos los medios. Los sacerdotes de la isla se encontraban anonadados ante la incapacidad de la Gran Dama para concebir, y llegaron a la conclusión más evidente:

    El dragón, simplemente, no estaba por la labor.

    Ghaladir tardó diez lunas en recuperar el control de su cuerpo, y, en el proceso, hospitalizó a la general Khamerit e hirió a una docena de soldados. Lo peor, ni siquiera se sintió satisfecha una vez él abandonó su cuerpo. Sus sueños se poblaron de imágenes sangrientas y sin sentido, todas protagonizadas por el que ahora era su prometido, El Rey Alberich, con su traje real envuelto en las sombras mientras los poblados bárbaros ardían bajo su fuego.

    La Reina Ronin había sido escueta en sus explicaciones, pero Ghaladir no era cualquier princesa tonta de un reino extranjero. Los norteños habían cedido tanto en las negociaciones que era imposible no plantearse que hubiese gato encerrado; y conforme los meses transcurrían y los sacerdotes se inquietaban, cada vez estaba más claro que algo oscuro estaba despertando en las entrañas del mundo.

    Acordaron que la boda se celebraría en Kharishtamar. Todo el pueblo de Mano Dorada estaba invitado a asistir a la ceremonia, y se respiraba alegría y dicha en el ambiente ante la idea de que el legado de la Gran Dama iba, finalmente, a proseguir. Ajena era su gente al mal que sacudía sus entrañas constantemente, y ajenos seguirían durante más tiempo.

    La Reina Ronin insistió en que la coronación de Alberich se celebraría tras la boda, y sería también la coronación de Ghaladir como su Emperatriz consorte. Ghaladir insistió, a su vez, que ella no estaba interesada en absoluto en gobernar los pueblos del norte, pero la Reina no aceptó un “no” por respuesta. El Consejo tuvo que intervenir varias veces para que el conflicto no escalase más, pero no consiguieron desvanecer la tensión que se mantuvo posteriormente en la sala de reuniones.

    Desde entonces, seis Devorasoles habían transcurrido.

    Seis dolorosos y tortuosos Devorasoles en los que Ghaladir había tenido que aprender a vivir con la idea de contarle aquel secreto a alguien más aparte de la intimidad de su Consejo. Era esa idea la que le atormentaba por completo. El dragón había sido una parte íntima de su corazón, su mayor secreto, el dolor que la escudaba de los golpes de un mundo cruel y desdichado. Él era ella y ella era él, estaban juntos hasta el final de sus días.

    La corona de espinos consistía en decenas de columnas doradas enredadas en sí mismas. Entre ellas, brillaban cientos de pequeñas piedras preciosas, casi imitando las escamas de un reptil por el cambio de colores dependiendo del reflejo del sol. Las sedas que portaba eran de un azul intenso, realzando el tono de su piel. Las varillas del corsé, talladas en hueso de Mangkr, se clavaban en sus costados e impedían su libre respiración. El calor en la habitación le resultaba casi asfixiante, y diversas perlas de sudor se deslizaban por su rostro pese a los modernos métodos de enfriamiento del castillo.

    Cuando anunciaron al futuro Rey, sintió un estremecimiento en la base de su columna. Faltaban exactamente tres días para la ceremonia y no se sentía para nada preparada. Mâyâki no había respondido sus plegarias; el príncipe había venido.

    Si tuviesen que arrancarle las palabras en su lecho de muerte, admitiría que la imagen de Alberich sin lodo y sangre de por medio era… distinta. Agradable. Incluso con su ceño permanentemente fruncido marcado por las arrugas de su sien y la tensión de sus hombros, no era un hombre de aspecto desagradable.

    “No seas tonta, Ghaladir”, pensó para sí misma, inmóvil e inexpresiva. “Te clavaría la espada en el cuello si pudiese. Y tú harías lo mismo”.

    El palacio permanecía en absoluto silencio. Nadie se atrevió a pronunciar siquiera el más mínimo murmullo. La Corte del Norte entró con su gélida presencia, irrumpiendo la calidez de Kharishamar.

    - Alberich Thorfreðrsson, Heredero de los pueblos del Norte y Emperador del Continente de la Noche. -Pronunció Ghaladir, esforzándose por mantener un tono estable-. Bienvenido a su nuevo hogar..
    Rol con [1northsword] Para cuando las negociaciones terminaron, Ghaladir ya podía sentir el contacto de sus escamas rozando con el lino de sus pantalones. Mientras los barcos de los norteños abandonaban el puerto de Karishtamar, el cielo se teñía de rojo en el archipiélago, y una sombra amenazante se proyectaba sobre el palacio de La Gran Dama. El Devorasoles le asaltó con la fuerza de cien mil soldados. La contención no era buena para él, y en más de una ocasión estuvo a punto de escapar para lanzarse al vacío y destruir todo lo que encontrase a su paso. Las transformaciones de Ghaladir eran cada vez más violentas y se prolongaban en el tiempo. Y no era porque no hubiese intentado generar una dichosa heredera. Al cumplir cincuenta años, Ghaladir lo había intentado por todos los medios. Los sacerdotes de la isla se encontraban anonadados ante la incapacidad de la Gran Dama para concebir, y llegaron a la conclusión más evidente: El dragón, simplemente, no estaba por la labor. Ghaladir tardó diez lunas en recuperar el control de su cuerpo, y, en el proceso, hospitalizó a la general Khamerit e hirió a una docena de soldados. Lo peor, ni siquiera se sintió satisfecha una vez él abandonó su cuerpo. Sus sueños se poblaron de imágenes sangrientas y sin sentido, todas protagonizadas por el que ahora era su prometido, El Rey Alberich, con su traje real envuelto en las sombras mientras los poblados bárbaros ardían bajo su fuego. La Reina Ronin había sido escueta en sus explicaciones, pero Ghaladir no era cualquier princesa tonta de un reino extranjero. Los norteños habían cedido tanto en las negociaciones que era imposible no plantearse que hubiese gato encerrado; y conforme los meses transcurrían y los sacerdotes se inquietaban, cada vez estaba más claro que algo oscuro estaba despertando en las entrañas del mundo. Acordaron que la boda se celebraría en Kharishtamar. Todo el pueblo de Mano Dorada estaba invitado a asistir a la ceremonia, y se respiraba alegría y dicha en el ambiente ante la idea de que el legado de la Gran Dama iba, finalmente, a proseguir. Ajena era su gente al mal que sacudía sus entrañas constantemente, y ajenos seguirían durante más tiempo. La Reina Ronin insistió en que la coronación de Alberich se celebraría tras la boda, y sería también la coronación de Ghaladir como su Emperatriz consorte. Ghaladir insistió, a su vez, que ella no estaba interesada en absoluto en gobernar los pueblos del norte, pero la Reina no aceptó un “no” por respuesta. El Consejo tuvo que intervenir varias veces para que el conflicto no escalase más, pero no consiguieron desvanecer la tensión que se mantuvo posteriormente en la sala de reuniones. Desde entonces, seis Devorasoles habían transcurrido. Seis dolorosos y tortuosos Devorasoles en los que Ghaladir había tenido que aprender a vivir con la idea de contarle aquel secreto a alguien más aparte de la intimidad de su Consejo. Era esa idea la que le atormentaba por completo. El dragón había sido una parte íntima de su corazón, su mayor secreto, el dolor que la escudaba de los golpes de un mundo cruel y desdichado. Él era ella y ella era él, estaban juntos hasta el final de sus días. La corona de espinos consistía en decenas de columnas doradas enredadas en sí mismas. Entre ellas, brillaban cientos de pequeñas piedras preciosas, casi imitando las escamas de un reptil por el cambio de colores dependiendo del reflejo del sol. Las sedas que portaba eran de un azul intenso, realzando el tono de su piel. Las varillas del corsé, talladas en hueso de Mangkr, se clavaban en sus costados e impedían su libre respiración. El calor en la habitación le resultaba casi asfixiante, y diversas perlas de sudor se deslizaban por su rostro pese a los modernos métodos de enfriamiento del castillo. Cuando anunciaron al futuro Rey, sintió un estremecimiento en la base de su columna. Faltaban exactamente tres días para la ceremonia y no se sentía para nada preparada. Mâyâki no había respondido sus plegarias; el príncipe había venido. Si tuviesen que arrancarle las palabras en su lecho de muerte, admitiría que la imagen de Alberich sin lodo y sangre de por medio era… distinta. Agradable. Incluso con su ceño permanentemente fruncido marcado por las arrugas de su sien y la tensión de sus hombros, no era un hombre de aspecto desagradable. “No seas tonta, Ghaladir”, pensó para sí misma, inmóvil e inexpresiva. “Te clavaría la espada en el cuello si pudiese. Y tú harías lo mismo”. El palacio permanecía en absoluto silencio. Nadie se atrevió a pronunciar siquiera el más mínimo murmullo. La Corte del Norte entró con su gélida presencia, irrumpiendo la calidez de Kharishamar. - Alberich Thorfreðrsson, Heredero de los pueblos del Norte y Emperador del Continente de la Noche. -Pronunció Ghaladir, esforzándose por mantener un tono estable-. Bienvenido a su nuevo hogar..
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