• Lia sonreía al ver donde se encontraba, un gran bosque con copos de nieve ocupaba toda su visión, quizás habia sido muy específica en el lugar, pero habia valido la pena, el guía habia dado unas indicaciones de los cuidados y lugares donde ir. Sin embargo, vivir una aventura, la curiosidad de explorar el lugar estaban a flor de piel, inquieta espero que terminaran de dar las explicaciones, las cuales solo estaban parte de la mitad en su cerebro. Se dispuso a caminar sin un rumbo fijo, solo dejandose llevar por las pequeñas cosas que se iba encontrando que captaban su interés, adentrándose cada vez más en el bosque, escucho un par de ruidos, quizas pensado que al igual que ella alguien más habia decidió explorar sin rumbo, trato de mantenerse lo más silenciosa posible para seguir el ruido.
    Mood: Llego el momento de utilizar mis habilidades de dora exploradora.
    Anthork
    Lia sonreía al ver donde se encontraba, un gran bosque con copos de nieve ocupaba toda su visión, quizás habia sido muy específica en el lugar, pero habia valido la pena, el guía habia dado unas indicaciones de los cuidados y lugares donde ir. Sin embargo, vivir una aventura, la curiosidad de explorar el lugar estaban a flor de piel, inquieta espero que terminaran de dar las explicaciones, las cuales solo estaban parte de la mitad en su cerebro. Se dispuso a caminar sin un rumbo fijo, solo dejandose llevar por las pequeñas cosas que se iba encontrando que captaban su interés, adentrándose cada vez más en el bosque, escucho un par de ruidos, quizas pensado que al igual que ella alguien más habia decidió explorar sin rumbo, trato de mantenerse lo más silenciosa posible para seguir el ruido. Mood: Llego el momento de utilizar mis habilidades de dora exploradora. [Alpha.Anthork]
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  • -otro sueño mas.. joshua se encontro en un sueño, sorprendetemente volvia a ser lucido, no.. mentia.. era el mismo sueño, ya no parecia un sueño, la zona blanca, el espacio blanco se volvia interminable, solo servia para recordarle la verdad qu no aceptaba, esperando que eso le sirviera-

    mierda... que voy a hacer..? estoy perdido..

    -un sollozo vago lo lleno de desesperacion, se sento en el piso y penso, intento darle una explicacion, sus recuerdos como un mar a cataratas, estaba aterrado, cada hora podia ver a una persona distinta en este lugar blanco, ellos a el? no lo sabia, simplemente observaba a lo lejos, "yo sere el intruso talvez.." se repetia esas palabras en su cabeza, millones de teorias llenaban su cabeza, cada una mas surealista que la anterior, apenas percatandose del gatito, su mas reciente compañero, que se desvaneceria cuando despierte, la teoria mas logica que alcanzo a pensar-

    veamos piensa.. piensa.. piensa...

    -intento recapitular en su vida, para recordar que le habia pasado, obviamente recordaba su vida pero.. el momento exacto en cuando llego a este sitio no, eso le provocaba panico, su mente no le dejaba recordarlo? el no lograba entender.. porque su mente haria algo asi? se suponia que era suya.. no podia decidir por su cuenta que bloquear y que no!-

    estaba.. en un centro comercial.. creo.. em.. AHGG! no tiene caso..

    -un pensamiento de podredumbre y descomposicion, antiguedad, empezaba a recordar pero cada que lo hacia algo le impedia recordar al completo. el gato se quedo mirando curioso, intrigado, la estatua parecia tener hongos en su cabeza, una representacion muy literal de que su cuerpo se fundia con el entorno como si de una esquina musgosa se tratase-
    -otro sueño mas.. joshua se encontro en un sueño, sorprendetemente volvia a ser lucido, no.. mentia.. era el mismo sueño, ya no parecia un sueño, la zona blanca, el espacio blanco se volvia interminable, solo servia para recordarle la verdad qu no aceptaba, esperando que eso le sirviera- mierda... que voy a hacer..? estoy perdido.. -un sollozo vago lo lleno de desesperacion, se sento en el piso y penso, intento darle una explicacion, sus recuerdos como un mar a cataratas, estaba aterrado, cada hora podia ver a una persona distinta en este lugar blanco, ellos a el? no lo sabia, simplemente observaba a lo lejos, "yo sere el intruso talvez.." se repetia esas palabras en su cabeza, millones de teorias llenaban su cabeza, cada una mas surealista que la anterior, apenas percatandose del gatito, su mas reciente compañero, que se desvaneceria cuando despierte, la teoria mas logica que alcanzo a pensar- veamos piensa.. piensa.. piensa... -intento recapitular en su vida, para recordar que le habia pasado, obviamente recordaba su vida pero.. el momento exacto en cuando llego a este sitio no, eso le provocaba panico, su mente no le dejaba recordarlo? el no lograba entender.. porque su mente haria algo asi? se suponia que era suya.. no podia decidir por su cuenta que bloquear y que no!- estaba.. en un centro comercial.. creo.. em.. AHGG! no tiene caso.. -un pensamiento de podredumbre y descomposicion, antiguedad, empezaba a recordar pero cada que lo hacia algo le impedia recordar al completo. el gato se quedo mirando curioso, intrigado, la estatua parecia tener hongos en su cabeza, una representacion muy literal de que su cuerpo se fundia con el entorno como si de una esquina musgosa se tratase-
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  • Las noches espesas de los finales del invierno en una ciudad que para su gusto, era demasiado fría, su vida entera había sido en un lugar donde la mayor parte del año, era muy caluroso, tanto que parecía asfixiar a todo aquel que respiraba ese aire pesado de los manglares en el bayou, pero ahora más que calor cuando respiraba era todo lo contrario, era como miles de pequeños pedazos de hielo que se infiltraban en lo más profundo de los pulmones y que se burlaba de sí mismo como para recordarle que jamás podría congelarle le todo, por más que no usara una bufanda o incluso un cubrebocas, nunca se enfermaría o se congelaría, todo incluso el calor en el bayou no le harían ningún daño y ahora si lo pensaba, ni el sol mismo le hacía daño, entonces porque últimamente sentía que había un vacío que, al parecer nada podía llenar. Aveces se encontraba pensando en su hermana, otras en sus padres y otras más más simplemente parecía no querer salir de la ducha, suponía que no estar con su familia era su razón de sentir ese vacío, pero otras veces creía que era mejor así, no depender de nadie, no dar explicaciones.

    De pronto cuando llegaba a casa, el gato de su hermana lo recibía en la entrada, antes e igual que Lestat, él odiaba a cualquier animal que se le acercaba, eran la razón de alguna de las peleas entre sus padres, por lo que, los detestaba, pero ahora en ese pequeño departamento de Manhattan, el gato Alfonso se restregaba contra su pierna mientras él se agachaba para recogerlo con ambas manos y acariciando lo entre las orejas para tranquilizarlo.

    Era un poco agotador pero tenía toda una vida por delante y ante ese solo pensamiento le provocó una risa, ¿durante cuanto tiempo había pensado así?, no podía recordarlo, pero los últimos cuarenta años habían sido más que solo una experiencia. Un pequeño suspiro inundó sus pulmones, no sabía si se arrepentía de no haber detenido a su hermana o si más bien era culpa al no poder protegerla, justo como cuando eran niños, justo como cuando los habían convertido. Sacudió la cabeza con una mueca de dolor, ya no era un niño pero seguía cometiendo los mismos errores de cuando tenía cinco; bajo al gato y le sirvió un tazón de comida y agua. — Lo siento Alfonso, hay una partida de póquer y hay muchas cosas en juego, pórtate bien.—


    Ahora era el único dueño y anfitrión de ese casino, por lo que debía estar listo para cuando abrieran las puertas, por lo que, se duchó y se alistó con el mismo traje que había llevado los últimos dos años, una camisa blanca perfectamente planchada, unos pantalones negros, chaleco y saco a juego con el pantalón, odiaba las corbatas por lo que solía usar L camisa sin corbata y con un par de botones abiertos. No le gustaba tampoco usar perfume pero era un factor que muchas veces se podía usar como distractor por lo que en algunas ocasiones solía usarlo, solo lo necesario para crear el ambiente perfecto, el cabello bien arreglado, y el Rolex en su muñeca gritaban seriedad, pero al mismo tiempo lo hacían llamativo.
    Una vez que dejo el departamento y llego al casino, con ese paso firme y decidido, con el que siempre se movía entre las multitudes, sonriendo de forma “formal” cada vez que se requería, entró en la sala vip sentándose como uno más de los jugadores. Por un solo momento disfruto como si el vacío dentro de él se desvaneciera y por lo menos por un momento así era, ¿Qué tenía que perder?, aquí no se apostaban cosas materiales, bueno en ocasiones así era, pero nomás que dinero muchas veces se apostaban personas, que para él no eran más que un bien material, claro con algunas excepciones, pero los que realmente importaban jamás los podría en tela de apuesta. Pero normalmente el apostaba tiempo. Su hermana fue la primera en hacer esa clase de apuestas, ella siempre decía que lo que tenían de sobra las “personas” como ellos era el tiempo, por ello, él apostaba siempre tiempo y nunca solía poner reglas, normalmente todos los que llegaban a apostar eran “personas” del “otro mundo” por lo que podían hacer cualquier tipo de trampa, aquí ganaba el que tenía la mejor trampa, pero una vez ganada la apuesta, se debía pagar lo pactado o jamás saldrían del casino. — Bien… espero que puedan pagar este día sus apuestas.— Esto era más emocionante que dirigir los burdeles en el bayou, era más emocionante en general, nunca se sabe cuándo va terminar perdiendo, cuando alguien puede obtener su tiempo.
    Las noches espesas de los finales del invierno en una ciudad que para su gusto, era demasiado fría, su vida entera había sido en un lugar donde la mayor parte del año, era muy caluroso, tanto que parecía asfixiar a todo aquel que respiraba ese aire pesado de los manglares en el bayou, pero ahora más que calor cuando respiraba era todo lo contrario, era como miles de pequeños pedazos de hielo que se infiltraban en lo más profundo de los pulmones y que se burlaba de sí mismo como para recordarle que jamás podría congelarle le todo, por más que no usara una bufanda o incluso un cubrebocas, nunca se enfermaría o se congelaría, todo incluso el calor en el bayou no le harían ningún daño y ahora si lo pensaba, ni el sol mismo le hacía daño, entonces porque últimamente sentía que había un vacío que, al parecer nada podía llenar. Aveces se encontraba pensando en su hermana, otras en sus padres y otras más más simplemente parecía no querer salir de la ducha, suponía que no estar con su familia era su razón de sentir ese vacío, pero otras veces creía que era mejor así, no depender de nadie, no dar explicaciones. De pronto cuando llegaba a casa, el gato de su hermana lo recibía en la entrada, antes e igual que Lestat, él odiaba a cualquier animal que se le acercaba, eran la razón de alguna de las peleas entre sus padres, por lo que, los detestaba, pero ahora en ese pequeño departamento de Manhattan, el gato Alfonso se restregaba contra su pierna mientras él se agachaba para recogerlo con ambas manos y acariciando lo entre las orejas para tranquilizarlo. Era un poco agotador pero tenía toda una vida por delante y ante ese solo pensamiento le provocó una risa, ¿durante cuanto tiempo había pensado así?, no podía recordarlo, pero los últimos cuarenta años habían sido más que solo una experiencia. Un pequeño suspiro inundó sus pulmones, no sabía si se arrepentía de no haber detenido a su hermana o si más bien era culpa al no poder protegerla, justo como cuando eran niños, justo como cuando los habían convertido. Sacudió la cabeza con una mueca de dolor, ya no era un niño pero seguía cometiendo los mismos errores de cuando tenía cinco; bajo al gato y le sirvió un tazón de comida y agua. — Lo siento Alfonso, hay una partida de póquer y hay muchas cosas en juego, pórtate bien.— Ahora era el único dueño y anfitrión de ese casino, por lo que debía estar listo para cuando abrieran las puertas, por lo que, se duchó y se alistó con el mismo traje que había llevado los últimos dos años, una camisa blanca perfectamente planchada, unos pantalones negros, chaleco y saco a juego con el pantalón, odiaba las corbatas por lo que solía usar L camisa sin corbata y con un par de botones abiertos. No le gustaba tampoco usar perfume pero era un factor que muchas veces se podía usar como distractor por lo que en algunas ocasiones solía usarlo, solo lo necesario para crear el ambiente perfecto, el cabello bien arreglado, y el Rolex en su muñeca gritaban seriedad, pero al mismo tiempo lo hacían llamativo. Una vez que dejo el departamento y llego al casino, con ese paso firme y decidido, con el que siempre se movía entre las multitudes, sonriendo de forma “formal” cada vez que se requería, entró en la sala vip sentándose como uno más de los jugadores. Por un solo momento disfruto como si el vacío dentro de él se desvaneciera y por lo menos por un momento así era, ¿Qué tenía que perder?, aquí no se apostaban cosas materiales, bueno en ocasiones así era, pero nomás que dinero muchas veces se apostaban personas, que para él no eran más que un bien material, claro con algunas excepciones, pero los que realmente importaban jamás los podría en tela de apuesta. Pero normalmente el apostaba tiempo. Su hermana fue la primera en hacer esa clase de apuestas, ella siempre decía que lo que tenían de sobra las “personas” como ellos era el tiempo, por ello, él apostaba siempre tiempo y nunca solía poner reglas, normalmente todos los que llegaban a apostar eran “personas” del “otro mundo” por lo que podían hacer cualquier tipo de trampa, aquí ganaba el que tenía la mejor trampa, pero una vez ganada la apuesta, se debía pagar lo pactado o jamás saldrían del casino. — Bien… espero que puedan pagar este día sus apuestas.— Esto era más emocionante que dirigir los burdeles en el bayou, era más emocionante en general, nunca se sabe cuándo va terminar perdiendo, cuando alguien puede obtener su tiempo.
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  • -de la nada te encontraste con un tipo arrodillado en mitad de la nada, te habras metido en su sueño? o el en el tuyo...? el punto es que es una situacion algo surreal.. sin explicacion, el sujeto se percata de tu presencia y te mira con una mirada monotona, te saluda pero parece no sentir sorpresa al encontrarte aqui, como si ya hubiera pasado por esto cientos de veces-

    hola, que tal? tremendo dia tuve... ojala haya sido un sueño como esto, aunque ya no estoy seguro en este punto, jaja.. ja.
    -de la nada te encontraste con un tipo arrodillado en mitad de la nada, te habras metido en su sueño? o el en el tuyo...? el punto es que es una situacion algo surreal.. sin explicacion, el sujeto se percata de tu presencia y te mira con una mirada monotona, te saluda pero parece no sentir sorpresa al encontrarte aqui, como si ya hubiera pasado por esto cientos de veces- hola, que tal? tremendo dia tuve... ojala haya sido un sueño como esto, aunque ya no estoy seguro en este punto, jaja.. ja.
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  • Está mirando por la ventana el atardecer, la Casa del Viento le ha colocado una copa de vino cerca.

    Nesta está empezando a sentirse encerrada de nuevo, en un lugar que aunque ha aprendido a amarlo ¿Es suyo?

    El suspiro ha chocado contra la ventana que tiene delante y la casa ha encendido el fuego para “arropar” a Nesta.

    Ojalá pudiera viajar a otro lugar, no darle explicaciones a nadie, no sentirse como un lobo dentro de una caja.

    Ha tomado la copa de vino, ha sonreído en agradecimiento a la casa, al menos tiene a la casa y las Valkyrias ¿Verdad?
    Está mirando por la ventana el atardecer, la Casa del Viento le ha colocado una copa de vino cerca. Nesta está empezando a sentirse encerrada de nuevo, en un lugar que aunque ha aprendido a amarlo ¿Es suyo? El suspiro ha chocado contra la ventana que tiene delante y la casa ha encendido el fuego para “arropar” a Nesta. Ojalá pudiera viajar a otro lugar, no darle explicaciones a nadie, no sentirse como un lobo dentro de una caja. Ha tomado la copa de vino, ha sonreído en agradecimiento a la casa, al menos tiene a la casa y las Valkyrias ¿Verdad?
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  • REVELACIONES:PARTE 2/2

    —¡QUIERO EXPLICACIONES DE ESTO!

    —Esteban alzo los papeles de su adopcion frente a sus padres,cosa que los tomo de sorpresa,pero al ver que no tenían escapatoria,decidieron contarle la verdad—

    Fernando [Padre Adoptivo de Esteban]:"Hijo...Lamento hacer que te enteres asi...queriamos decirtelo pero...el miedo nos invadió...quiero que sepas que te amamos,seas Hank o Esteban,para nosotros eres nuestro hijo sin importar que"


    —Esteban solo estaba llorando,a pesar de estar enfadado por la gran mentira de su vida,tenian razon,el los amaba y los apreciaba,simplemente dejo los papeles en el piso y corrio a abrazarlos,poniendo fin a su enojo pero no de su curiosidad de saber sobre sus antepasados—
    REVELACIONES:PARTE 2/2 —¡QUIERO EXPLICACIONES DE ESTO! —Esteban alzo los papeles de su adopcion frente a sus padres,cosa que los tomo de sorpresa,pero al ver que no tenían escapatoria,decidieron contarle la verdad— Fernando [Padre Adoptivo de Esteban]:"Hijo...Lamento hacer que te enteres asi...queriamos decirtelo pero...el miedo nos invadió...quiero que sepas que te amamos,seas Hank o Esteban,para nosotros eres nuestro hijo sin importar que" —Esteban solo estaba llorando,a pesar de estar enfadado por la gran mentira de su vida,tenian razon,el los amaba y los apreciaba,simplemente dejo los papeles en el piso y corrio a abrazarlos,poniendo fin a su enojo pero no de su curiosidad de saber sobre sus antepasados—
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  • ¿Y después de una emergencia médica...?
    Fandom Original
    Categoría Acción
    Ryuna Takahari

    Era martes por la mañana, y… Estaba estresado. Demasiado estresado. Quería echarse a dormir un poco, pero el día no prometía darle un mero descanso. Al contrario.

    —No tiene porqué estar perdido…

    Lo miraba dar vueltas de un lado a otro en el apartamento, provocando que su propia sensación de angustia incrementara; buscaba primero tras el televisor, luego bajo la mesa, luego en los cajones, luego detrás de una estatuilla de San Lucas. Ella se llevó dos dedos sobre el anillo que le dio antes del supuesto incidente - el tenerlo en el dedo le hacía creer que sería imposible para él haberlo perdido en cualquier sitio, como si nada.

    —Es que tiene que estarlo, si no… ¡Ugh! —acababa berreando de frustración mientras guardaba de nuevo unos libros en su estantería—. ¿Crees que me lo han robado?

    Ella inmediatamente negó con la cabeza. La idea de que lo hicieran era hasta un poquito graciosa, aunque no tanto para hacerla salir de su miedo y responderle cara a cara. —¿Quién robaría un cuaderno de bocetos? Uno sin empezar, encima.

    —No lo sé. Pero es uno de cuero… Algún valor tiene.

    —Iso… Tiene todo el valor del mundo, para ti. Y para él.

    Los celos no impedían que le sentara mal verlo de esa forma. Había pasado unos malos días, y con todo no lo culpaba por reaccionar alterado. El chico tomó asiento sobre el sofá y ella al fin se puso de pie para aproximarse, arrastrando los zapatos por los azulejos del suelo. Cuanto más cerca la tenía, más notaba el olor a…

    Sí, a marihuana. Estaba fumando dentro de su casa, y las ventanas abiertas no evitaban que aquello se llenara de una peste terrible; pero si ella le aguantaba el alcoholismo, él tampoco iba a decir nada. Le pasó los dedos por el cabello, rascando de una forma especial que lo hizo entornar los ojos. —Tendrás otro momento de darle algo, pero… ¡Tampoco es nada! Y yo creo que estará feliz de verte, más que de tener algo súper especial de ti. Ahora…

    Y se detuvo. Era un silencio sepulcral que lo dejó algo descolocado, porque se le iban el tartamudeo y la vergüenza con él cerca. Entonces empezó a mover los dedos sobre su pelo de forma errática. Isidro levantó la cabeza y se dio cuenta de que Bruna no miraba a ninguna parte, y que su mandíbula se tensaba y que ya no podía hablar, y que posiblemente no sabía ni dónde estaba en ese momento.

    -----

    —Presenta actividad cerebral anómala en el lóbulo temporal...

    —Sí, ya sé que es epiléptica.

    Pese a que lo llevaba sabiendo desde que se conocieron, aquel matasanos se empeñaba en darle la tabarra con las mismas explicaciones de siempre, causando que se le agotaran la paciencia y la educación. Claro, que Isidro no aparecía en sus registros como familiar, o pareja de hecho, o nada del estilo. De hecho, no aparecía nadie, pese al hecho de que Razvan estaba en su habitación fingiendo ser un tío, o primo, o hermano, o un vetetúasaberquéleshadichoéste. El caso es que Razvan estaba con ella (¡y con el chiquillo de cinco años, encima!), y él estaba obligado a quedarse fuera a esperar. Como si ella fuera una persona inmunocomprometida, y él pudiera matarla por introducir patógenos de español viejomundano en sus cercanías.

    —Yo solamente deseo informar… —le dio un papel con alguna clase de infografía sobre crisis epilépticas—... de que hay ciertos factores, como el consumo de sustancias estupefacientes o el estrés, que aumentan el riesgo de que…

    Ahora lo entendía todo. ¿Por qué le daban la tabarra a él? Porque fue el que llamó cuando vio que tardaba demasiado en volver a la normalidad, el que estaba junto a ella mientras se drogaba y aguantaba algo en silencio, y porque tendría que haberlo evitado. Escuchó el resto del discurso con la cabeza gacha, sin rebatirlo, o defenderse. Era cierto que ella cada vez fumaba más, y él nunca quería indagar en esas cosas…

    Al final, se dedicó a dar vueltas por el hospital. Necesitaba estirar las piernas, respirar aire fresco, tranquilizarse un poquito… Necesitaba un trago. ¿Le pasaría factura inmediata a él también? Lo desconocía, pero ahora no le importaba, y maldecía estar en un hospital donde no sirvieran copa alguna. No guardaba el papel donde ponía datos básicos de la enfermedad, mismos a los que debería haber estado más atento, y se paseaba con este entre manos como si se lo estudiara para examen.
    [eclipse_violet_frog_172] Era martes por la mañana, y… Estaba estresado. Demasiado estresado. Quería echarse a dormir un poco, pero el día no prometía darle un mero descanso. Al contrario. —No tiene porqué estar perdido… Lo miraba dar vueltas de un lado a otro en el apartamento, provocando que su propia sensación de angustia incrementara; buscaba primero tras el televisor, luego bajo la mesa, luego en los cajones, luego detrás de una estatuilla de San Lucas. Ella se llevó dos dedos sobre el anillo que le dio antes del supuesto incidente - el tenerlo en el dedo le hacía creer que sería imposible para él haberlo perdido en cualquier sitio, como si nada. —Es que tiene que estarlo, si no… ¡Ugh! —acababa berreando de frustración mientras guardaba de nuevo unos libros en su estantería—. ¿Crees que me lo han robado? Ella inmediatamente negó con la cabeza. La idea de que lo hicieran era hasta un poquito graciosa, aunque no tanto para hacerla salir de su miedo y responderle cara a cara. —¿Quién robaría un cuaderno de bocetos? Uno sin empezar, encima. —No lo sé. Pero es uno de cuero… Algún valor tiene. —Iso… Tiene todo el valor del mundo, para ti. Y para él. Los celos no impedían que le sentara mal verlo de esa forma. Había pasado unos malos días, y con todo no lo culpaba por reaccionar alterado. El chico tomó asiento sobre el sofá y ella al fin se puso de pie para aproximarse, arrastrando los zapatos por los azulejos del suelo. Cuanto más cerca la tenía, más notaba el olor a… Sí, a marihuana. Estaba fumando dentro de su casa, y las ventanas abiertas no evitaban que aquello se llenara de una peste terrible; pero si ella le aguantaba el alcoholismo, él tampoco iba a decir nada. Le pasó los dedos por el cabello, rascando de una forma especial que lo hizo entornar los ojos. —Tendrás otro momento de darle algo, pero… ¡Tampoco es nada! Y yo creo que estará feliz de verte, más que de tener algo súper especial de ti. Ahora… Y se detuvo. Era un silencio sepulcral que lo dejó algo descolocado, porque se le iban el tartamudeo y la vergüenza con él cerca. Entonces empezó a mover los dedos sobre su pelo de forma errática. Isidro levantó la cabeza y se dio cuenta de que Bruna no miraba a ninguna parte, y que su mandíbula se tensaba y que ya no podía hablar, y que posiblemente no sabía ni dónde estaba en ese momento. ----- —Presenta actividad cerebral anómala en el lóbulo temporal... —Sí, ya sé que es epiléptica. Pese a que lo llevaba sabiendo desde que se conocieron, aquel matasanos se empeñaba en darle la tabarra con las mismas explicaciones de siempre, causando que se le agotaran la paciencia y la educación. Claro, que Isidro no aparecía en sus registros como familiar, o pareja de hecho, o nada del estilo. De hecho, no aparecía nadie, pese al hecho de que Razvan estaba en su habitación fingiendo ser un tío, o primo, o hermano, o un vetetúasaberquéleshadichoéste. El caso es que Razvan estaba con ella (¡y con el chiquillo de cinco años, encima!), y él estaba obligado a quedarse fuera a esperar. Como si ella fuera una persona inmunocomprometida, y él pudiera matarla por introducir patógenos de español viejomundano en sus cercanías. —Yo solamente deseo informar… —le dio un papel con alguna clase de infografía sobre crisis epilépticas—... de que hay ciertos factores, como el consumo de sustancias estupefacientes o el estrés, que aumentan el riesgo de que… Ahora lo entendía todo. ¿Por qué le daban la tabarra a él? Porque fue el que llamó cuando vio que tardaba demasiado en volver a la normalidad, el que estaba junto a ella mientras se drogaba y aguantaba algo en silencio, y porque tendría que haberlo evitado. Escuchó el resto del discurso con la cabeza gacha, sin rebatirlo, o defenderse. Era cierto que ella cada vez fumaba más, y él nunca quería indagar en esas cosas… Al final, se dedicó a dar vueltas por el hospital. Necesitaba estirar las piernas, respirar aire fresco, tranquilizarse un poquito… Necesitaba un trago. ¿Le pasaría factura inmediata a él también? Lo desconocía, pero ahora no le importaba, y maldecía estar en un hospital donde no sirvieran copa alguna. No guardaba el papel donde ponía datos básicos de la enfermedad, mismos a los que debería haber estado más atento, y se paseaba con este entre manos como si se lo estudiara para examen.
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  • "Necesito tu ayuda"
    Fandom The Vampire Diaries | OC
    Categoría Original
    ㅤㅤㅤㅤ
    ㅤㅤㅤㅤ"𝐿a a𝑟q𝑢e𝑜l𝑜g𝑖́a e𝑠 𝑒l a𝑟t𝑒 𝑑e
    ㅤㅤㅤㅤd𝑒s𝑒n𝑡e𝑟r𝑎r h𝑖s𝑡o𝑟i𝑎s q𝑢e e𝑙 𝑡i𝑒m𝑝o
    ㅤㅤㅤㅤi𝑛t𝑒n𝑡ó s𝑒p𝑢l𝑡a𝑟, r𝑒v𝑒l𝑎n𝑑o q𝑢e e𝑙
    ㅤㅤㅤㅤ𝑝a𝑠a𝑑o n𝑢n𝑐a e𝑠t𝑎́ 𝑟e𝑎l𝑚e𝑛t𝑒 𝑚u𝑒r𝑡o;
    ㅤㅤㅤㅤ𝑠o𝑙o e𝑠t𝑎́ 𝑒s𝑝e𝑟a𝑛d𝑜 𝑠e𝑟 𝑒s𝑐u𝑐h𝑎d𝑜."

    ㅤㅤㅤㅤ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑
    ㅤㅤㅤㅤ˹ Magnus Wilson


    ㅤㅤㅤㅤHabían pasado apenas unas semanas desde que tanto ella como Klaus y Elijah Mikaelson habían regresado al mundo de los vivos. Bueno, ellos tres y… cientos de criaturas sobrenaturales bastante poderosas a lo largo de todo el continente. Obviamente toda la familia Mikaelson se había puesto en alerta máxima y buscaban explicaciones debajo de cada piedra: sobre qué podría provocar un fenómeno asi, como pararlo o identificar aquella extraña marca que todos portaban en el antebrazo derecho. Pues aquella marca era un sello común en todos los resucitados y no solo en los pertenecientes a la familia Mikaelson.

    El propio Klaus había encontrado el nombre de un reputado historiador y aventurero residente en Reino Unido, a juzgar por las actualizaciones de Wikipedia (a pesar de ser vampiros milenarios, los Originales sabían bien como adaptarse a las nuevas eras), que quizás podría arrojar algo de luz sobre el asunto. Y fue la propia Hayley quien se ofreció voluntaria a hablar con el afamado historiador.

    Asi pues, tras concertar una cita con este en su despacho, y obtener una cita, la morena había volado hasta Reino Unido. Por supuesto llegó un día antes. A las nueve de la mañana, hora de la cita, estaba delante de la puerta del apartamento que ejercía como oficina del tal Magnus Wilson, tal y como rezaba el cartel del portero automático.

    Llamó al timbre y aguardó de forma paciente.


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D

    ㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤ"𝐿a a𝑟q𝑢e𝑜l𝑜g𝑖́a e𝑠 𝑒l a𝑟t𝑒 𝑑e ㅤㅤㅤㅤd𝑒s𝑒n𝑡e𝑟r𝑎r h𝑖s𝑡o𝑟i𝑎s q𝑢e e𝑙 𝑡i𝑒m𝑝o ㅤㅤㅤㅤi𝑛t𝑒n𝑡ó s𝑒p𝑢l𝑡a𝑟, r𝑒v𝑒l𝑎n𝑑o q𝑢e e𝑙 ㅤㅤㅤㅤ𝑝a𝑠a𝑑o n𝑢n𝑐a e𝑠t𝑎́ 𝑟e𝑎l𝑚e𝑛t𝑒 𝑚u𝑒r𝑡o; ㅤㅤㅤㅤ𝑠o𝑙o e𝑠t𝑎́ 𝑒s𝑝e𝑟a𝑛d𝑜 𝑠e𝑟 𝑒s𝑐u𝑐h𝑎d𝑜." ㅤㅤㅤㅤ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑 ㅤㅤㅤㅤ˹ [meteor_onyx_frog_293] ㅤ ㅤ ㅤㅤㅤㅤHabían pasado apenas unas semanas desde que tanto ella como Klaus y Elijah Mikaelson habían regresado al mundo de los vivos. Bueno, ellos tres y… cientos de criaturas sobrenaturales bastante poderosas a lo largo de todo el continente. Obviamente toda la familia Mikaelson se había puesto en alerta máxima y buscaban explicaciones debajo de cada piedra: sobre qué podría provocar un fenómeno asi, como pararlo o identificar aquella extraña marca que todos portaban en el antebrazo derecho. Pues aquella marca era un sello común en todos los resucitados y no solo en los pertenecientes a la familia Mikaelson. El propio Klaus había encontrado el nombre de un reputado historiador y aventurero residente en Reino Unido, a juzgar por las actualizaciones de Wikipedia (a pesar de ser vampiros milenarios, los Originales sabían bien como adaptarse a las nuevas eras), que quizás podría arrojar algo de luz sobre el asunto. Y fue la propia Hayley quien se ofreció voluntaria a hablar con el afamado historiador. Asi pues, tras concertar una cita con este en su despacho, y obtener una cita, la morena había volado hasta Reino Unido. Por supuesto llegó un día antes. A las nueve de la mañana, hora de la cita, estaba delante de la puerta del apartamento que ejercía como oficina del tal Magnus Wilson, tal y como rezaba el cartel del portero automático. Llamó al timbre y aguardó de forma paciente. #Personajes3D #3D #Comunidad3D ㅤ
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  • 𝐊𝐢𝐞𝐯 𝐑𝐨𝐦𝐚𝐥𝐬𝐤𝐨 [Ryan_A] Rubi Ketchlant ๋ 𝚅𝚊𝚗𝚢𝚊 ๋ Agatha Williams

    { .Necesitaba enfriar la cabeza. ' }

    La vaga idea de todo lo acontecido con Kiev y los demás solo me atormentó y como era costumbre, escapé. Lejos. Tomé mi tiempo, si.. 3 meses. Fueron suficientes para no prenderme fuego en menos de 15 minutos. No es que no me preocupe nada, aparentó eso seguramente. Cuando me preocupo y me involucro, suelen suceder estas cosas. Las pastillas no me estaban haciendo mucho efecto, para terapias era muy tarde. Puedo decir que ahora estoy bien, lista para volver.

    Hace días que salí de la ciudad, tomé dos ferrys y me encuentro en el aeropuerto. Debo volver. No se nada de nadie. Entre todos mis sentidos y la maraña que hacían entre ellos, algo no olía bien, como si una tormenta se avecinara y revelara algo oculto. Al llegar al departamento, todo estaba como lo dejé, todo en su lugar. Chequé el teléfono, pero no había llamadas ni mensajes. Era extraño. Sabía que debía explicaciones de mi repentina desaparición. El presentimiento cobró fuerza, se hacía más presente.

    -Dijiste que no te involucrarías, y mírate. Se nota que se te escurre el alma entre los dedos, Irina.

    Me decía frente al espejo a mí misma. Revisé la computadora, la señal de Kiev había desaparecido, como si la tierra se lo tragara. Lo mismo había pasado con Ryan, con Vanya y con Rubi. Solo me quedaba esperar. Por primera vez en años, algo me preocupaba más que mi propia cabeza. Ahora solo quería saber que ellos estén bien.


    [Kiev_Romalsko] [Ryan_A] [Rub_i26] [Auroraghoulette12] [meteor_garnet_octopus_539] { .Necesitaba enfriar la cabeza. ' } La vaga idea de todo lo acontecido con Kiev y los demás solo me atormentó y como era costumbre, escapé. Lejos. Tomé mi tiempo, si.. 3 meses. Fueron suficientes para no prenderme fuego en menos de 15 minutos. No es que no me preocupe nada, aparentó eso seguramente. Cuando me preocupo y me involucro, suelen suceder estas cosas. Las pastillas no me estaban haciendo mucho efecto, para terapias era muy tarde. Puedo decir que ahora estoy bien, lista para volver. Hace días que salí de la ciudad, tomé dos ferrys y me encuentro en el aeropuerto. Debo volver. No se nada de nadie. Entre todos mis sentidos y la maraña que hacían entre ellos, algo no olía bien, como si una tormenta se avecinara y revelara algo oculto. Al llegar al departamento, todo estaba como lo dejé, todo en su lugar. Chequé el teléfono, pero no había llamadas ni mensajes. Era extraño. Sabía que debía explicaciones de mi repentina desaparición. El presentimiento cobró fuerza, se hacía más presente. -Dijiste que no te involucrarías, y mírate. Se nota que se te escurre el alma entre los dedos, Irina. Me decía frente al espejo a mí misma. Revisé la computadora, la señal de Kiev había desaparecido, como si la tierra se lo tragara. Lo mismo había pasado con Ryan, con Vanya y con Rubi. Solo me quedaba esperar. Por primera vez en años, algo me preocupaba más que mi propia cabeza. Ahora solo quería saber que ellos estén bien.
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  • — ¡Oiga, le dijeron que sin pepinillos!

    A pesar de ser el mayor, sin contar a Aleksandr, Lev siempre deja que una de sus hermanas menores termine defendiéndolo. No es sólo porque no pueda hablar, sino porque prefiere ahorrarse las rebuscadas explicaciones para que puedan entenderlo. El mismo problema de siempre, las mismas situaciones ridículas que se podían solucionar con un poco de comprensión lectora y atención; ¿por qué era tan difícil seguir instrucciones que estaban bien escritas en un pedazo de papel o en la pantalla del móvil? No, es más, siquiera podían leer las especificaciones más robustas en la aplicación de aquel establecimiento. Y aún así, a pesar de tener los medios para defenderse, muy a su manera, Nikolay solo podía mirar desde lejos a su hermana. Irisha estaba furiosa, era la única que nunca podía quedarse callada ni conformarse, la única que nunca aceptaba un "está bien" cuando claramente nada estaba bien y pisoteaban los derechos de los demás. Porque sí, incluso Irina, la otra gemela, siempre se conformaba con lo que fuese para no causar molestias a la gente de su alrededor.

    Así que allí estaban los dos, Irisha y Lev, mirando a su heroína como dos cachorros perdidamente enamorados por la grandeza de su dueño que salía en defensa. Uno por no poder hablar y la otra que se moría de pena por dirigirle la palabra a los demás. Sin duda, siempre tenía que estar ahí para evitar que se conformaran con el mínimo esfuerzo de los demás.

    — Y la próxima vez no se dejen, idiotas, ¿qué harán si no estoy cerca para ayudarlos? —Refunfuñó la gemela. Y cuando notó que su hermana le evadía la mirada con nerviosismo, se fijó en su hermano.— ¿Y cuál es tu excusa esta vez? Y no me digas que había mucha gente esperando órdenes, no es nuestra culpa.

    « No estoy diciendo nada. » Escribió, poco después le mostró la pantalla y, aquella respuesta, solo acrecentó su ira. De inmediato corrigió el texto y le volvió a enseñar lo que tenía en la aplicación de notas. « Fue un error de Alek, él hizo el pedido y se le olvidó. Como no salimos juntos hace mucho, seguro no sabe que no nos gustan. » Irisha rodó los ojos. Los puso tan en blanco que parecía que le iban a dar una vuelta completa para mirarse el cerebro, pero solo terminó exhalando su frustración con un gruñido. Tenía sentido, Aleksandr sabía apenas lo básico de los tres, pedirle un esfuerzo era demasiado. « Pero ya pasó, cálmate, todos te están viendo como una mujer loca. Ni pareces nuestra hermana, creí que mamá se había quedado en casa. »

    Tras utilizar el lenguaje de señas para expresarse, Nikolay se cubrió la boca para reírse de la cara de vergüenza que Irisha puso. La chica, sin poder controlarse, terminó golpeándole el brazo en repetidas ocasiones para lidiar con sus emociones.

    — ¡Ya, basta! No los voy a volver a salvar si sigues comparándome con ella. Me desesperan cuando son tan tontitos, eh.
    — ¡Oiga, le dijeron que sin pepinillos! A pesar de ser el mayor, sin contar a Aleksandr, Lev siempre deja que una de sus hermanas menores termine defendiéndolo. No es sólo porque no pueda hablar, sino porque prefiere ahorrarse las rebuscadas explicaciones para que puedan entenderlo. El mismo problema de siempre, las mismas situaciones ridículas que se podían solucionar con un poco de comprensión lectora y atención; ¿por qué era tan difícil seguir instrucciones que estaban bien escritas en un pedazo de papel o en la pantalla del móvil? No, es más, siquiera podían leer las especificaciones más robustas en la aplicación de aquel establecimiento. Y aún así, a pesar de tener los medios para defenderse, muy a su manera, Nikolay solo podía mirar desde lejos a su hermana. Irisha estaba furiosa, era la única que nunca podía quedarse callada ni conformarse, la única que nunca aceptaba un "está bien" cuando claramente nada estaba bien y pisoteaban los derechos de los demás. Porque sí, incluso Irina, la otra gemela, siempre se conformaba con lo que fuese para no causar molestias a la gente de su alrededor. Así que allí estaban los dos, Irisha y Lev, mirando a su heroína como dos cachorros perdidamente enamorados por la grandeza de su dueño que salía en defensa. Uno por no poder hablar y la otra que se moría de pena por dirigirle la palabra a los demás. Sin duda, siempre tenía que estar ahí para evitar que se conformaran con el mínimo esfuerzo de los demás. — Y la próxima vez no se dejen, idiotas, ¿qué harán si no estoy cerca para ayudarlos? —Refunfuñó la gemela. Y cuando notó que su hermana le evadía la mirada con nerviosismo, se fijó en su hermano.— ¿Y cuál es tu excusa esta vez? Y no me digas que había mucha gente esperando órdenes, no es nuestra culpa. « No estoy diciendo nada. » Escribió, poco después le mostró la pantalla y, aquella respuesta, solo acrecentó su ira. De inmediato corrigió el texto y le volvió a enseñar lo que tenía en la aplicación de notas. « Fue un error de Alek, él hizo el pedido y se le olvidó. Como no salimos juntos hace mucho, seguro no sabe que no nos gustan. » Irisha rodó los ojos. Los puso tan en blanco que parecía que le iban a dar una vuelta completa para mirarse el cerebro, pero solo terminó exhalando su frustración con un gruñido. Tenía sentido, Aleksandr sabía apenas lo básico de los tres, pedirle un esfuerzo era demasiado. « Pero ya pasó, cálmate, todos te están viendo como una mujer loca. Ni pareces nuestra hermana, creí que mamá se había quedado en casa. » Tras utilizar el lenguaje de señas para expresarse, Nikolay se cubrió la boca para reírse de la cara de vergüenza que Irisha puso. La chica, sin poder controlarse, terminó golpeándole el brazo en repetidas ocasiones para lidiar con sus emociones. — ¡Ya, basta! No los voy a volver a salvar si sigues comparándome con ella. Me desesperan cuando son tan tontitos, eh.
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