• Tras dormir varias horas me incorporo para cambiarme algo más cómodo y camino arrastrando mis pies para ir al apartamento de Akihiko, para tocar el timbre era la primera vez que iba sin nada de maquillaje, en el bolsillo de mi bata tenía una caja.

    Akihiko Sanada
    Tras dormir varias horas me incorporo para cambiarme algo más cómodo y camino arrastrando mis pies para ir al apartamento de Akihiko, para tocar el timbre era la primera vez que iba sin nada de maquillaje, en el bolsillo de mi bata tenía una caja. [Sanada_Thcx]
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  • Me perdí en mis dibujos, socializar me había dado alergia, cositas de alguien que no le gusta la gente, aunque intento cambiar eso
    Me perdí en mis dibujos, socializar me había dado alergia, cositas de alguien que no le gusta la gente, aunque intento cambiar eso
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  • Tal cual lo pensó y por el insoportable calor, terminó yendo por sus medios a la playa en otro de los círculos del infierno, ya preparado con sus cosas, mirando que estaba mayormente solitario por la hora, sonriendo ampliamente.

    —Perfecto~

    Buscó el punto perfecto para dejar su pequeña maleta, acomodando las cosas antes de cambiarse por su bañador y entrar al agua, suspirando por lo fresco que se sentía.

    —Mucho mejor, este calor es insoportable~
    Tal cual lo pensó y por el insoportable calor, terminó yendo por sus medios a la playa en otro de los círculos del infierno, ya preparado con sus cosas, mirando que estaba mayormente solitario por la hora, sonriendo ampliamente. —Perfecto~ Buscó el punto perfecto para dejar su pequeña maleta, acomodando las cosas antes de cambiarse por su bañador y entrar al agua, suspirando por lo fresco que se sentía. —Mucho mejor, este calor es insoportable~
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  • Año 4E 200 — Skyrim, al borde de la ruptura

    El viento ruge en las montañas, pero los oídos de los hombres han olvidado cómo escucharlo.
    Los clanes se fragmentan, los Vigilantes de Stendarr rastrean pactos oscuros, y el Imperio apenas respira tras su guerra contra el Dominio Aldmeri.

    En medio de esta calma quebradiza, el mundo tiembla por una razón que aún no comprende:

    Dos Sangres de Dragón han despertado.

    El primero, elegido por los dioses, siente en su alma el deber de proteger el equilibrio.

    La segunda, nacida del rugido de Alduin, carga un linaje que el mundo debería temer… pero ella no comparte la voluntad de su creador.

    Alduin la observa desde más allá del tiempo.
    Él la ve como su legado, su heredera, su criatura destinada a ser llama y fin.
    Ella, en cambio, se pregunta si su sangre define su destino… o si aún puede elegir otro camino.

    Los dragones duermen.
    El grito ancestral retumba en sueños.
    Y las estrellas aguardan la elección que cambiará el curso de Nirn.
    Año 4E 200 — Skyrim, al borde de la ruptura El viento ruge en las montañas, pero los oídos de los hombres han olvidado cómo escucharlo. Los clanes se fragmentan, los Vigilantes de Stendarr rastrean pactos oscuros, y el Imperio apenas respira tras su guerra contra el Dominio Aldmeri. En medio de esta calma quebradiza, el mundo tiembla por una razón que aún no comprende: Dos Sangres de Dragón han despertado. El primero, elegido por los dioses, siente en su alma el deber de proteger el equilibrio. La segunda, nacida del rugido de Alduin, carga un linaje que el mundo debería temer… pero ella no comparte la voluntad de su creador. Alduin la observa desde más allá del tiempo. Él la ve como su legado, su heredera, su criatura destinada a ser llama y fin. Ella, en cambio, se pregunta si su sangre define su destino… o si aún puede elegir otro camino. Los dragones duermen. El grito ancestral retumba en sueños. Y las estrellas aguardan la elección que cambiará el curso de Nirn.
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  • —Individualista, aislacionista, egoísta… Sí, lo soy, y no voy a cambiar.
    —Individualista, aislacionista, egoísta… Sí, lo soy, y no voy a cambiar.
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  • Juro que lo are cambiare salvare y estare protegiendo los demas quediro amigo
    Juro que lo are cambiare salvare y estare protegiendo los demas quediro amigo
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  • Las antorchas azules titilaban suavemente en las paredes de ónice. El gran salón del Inframundo, vasto como una caverna sagrada, estaba colmado de almas expectantes. Perséfone, vestida con sus mantos de noche y de flor, ascendió con la calma majestuosa que solo poseen las que han cruzado todos los umbrales. Y entonces, con voz clara, comenzó:

    —Hijos de la sombra. Vosotros, que camináis entre la memoria y el silencio, escuchadme. Hoy no os hablo como diosa, sino como mujer. Como madre. Como reina por elección, no por imposición.

    Sus ojos, verdes como la promesa de la primavera, se posaron suavemente sobre la multitud.

    —Fui hija de la tierra y del cielo, criada en los campos donde cantan las estaciones. Y fui traída aquí por vuestro Rey, Hades, señor de los silencios eternos. Muchos han cantado que fue un rapto… y sí, lo fue. Pero también fue un inicio. Un viaje hacia lo desconocido, donde no encontré prisión, sino un nuevo rostro del amor.

    Su voz no se quebró, pero se volvió más íntima, como una confesión antigua.

    —A su lado no fui sombra ni adorno. Fui su reina. Su igual. Y en ese pacto que se forjó no en fuego, sino en paciencia y verdad, nació la vida más inesperada: nuestro hijo, Zagreus. Y más tarde, nuestra hija: Melínoe.

    Una suave corriente de asombro recorrió las ánimas al escuchar ese nombre sagrado.

    —Melínoe… la que camina entre los sueños y los terrores. Portadora de los misterios. Ella es la luz que recorre los túneles del subconsciente, la guardiana de los límites entre lo que somos y lo que tememos ser. Nació de mí como tú naciste de la vida, y en ella vive lo mejor de este reino y lo mejor de mí.

    Perséfone dio un paso adelante, su manto rozando el suelo como una ola de noche.

    —Muchos creen que el Inframundo es sólo castigo. Que es el fin. Yo os digo esto: también es principio. Aquí he sido amada, aquí he dado vida, aquí he reinado no con cadenas, sino con raíces. Y si alguna vez dudáis de la belleza que puede brotar en medio de la oscuridad, pensad en mis hijos. En Melínoe, en Zagreus. Frutos de una unión que no nació del miedo, sino del tiempo y la verdad.

    Elevó una mano, como si pudiera sostener el peso de sus palabras en el aire.

    —Yo no cambiaría nada. Ni el rapto. Ni la roca. Ni el invierno. Porque en todo eso estaba escrita la semilla de lo que soy hoy. Reina. Madre. Mujer de dos mundos.

    Una pausa. Y luego, su voz, con la fuerza de un juramento:

    —No temáis a la sombra. No huyáis del abismo. Porque si yo florecí aquí, también vosotros podéis. Si yo amé aquí, también vosotros podéis ser amados. Este reino no es olvido. Es transformación. Es renacimiento. Y mientras mi voz resuene en estas cámaras, que sepáis esto: no estáis solos. Yo os veo. Yo os guardo. Yo os acojo.

    Y con un leve gesto, como quien bendice sin palabras, descendió un escalón del estrado.
    Las ánimas, sin aliento, permanecieron en silencio largo rato. No por miedo.
    Sino por reverencia.
    Las antorchas azules titilaban suavemente en las paredes de ónice. El gran salón del Inframundo, vasto como una caverna sagrada, estaba colmado de almas expectantes. Perséfone, vestida con sus mantos de noche y de flor, ascendió con la calma majestuosa que solo poseen las que han cruzado todos los umbrales. Y entonces, con voz clara, comenzó: —Hijos de la sombra. Vosotros, que camináis entre la memoria y el silencio, escuchadme. Hoy no os hablo como diosa, sino como mujer. Como madre. Como reina por elección, no por imposición. Sus ojos, verdes como la promesa de la primavera, se posaron suavemente sobre la multitud. —Fui hija de la tierra y del cielo, criada en los campos donde cantan las estaciones. Y fui traída aquí por vuestro Rey, Hades, señor de los silencios eternos. Muchos han cantado que fue un rapto… y sí, lo fue. Pero también fue un inicio. Un viaje hacia lo desconocido, donde no encontré prisión, sino un nuevo rostro del amor. Su voz no se quebró, pero se volvió más íntima, como una confesión antigua. —A su lado no fui sombra ni adorno. Fui su reina. Su igual. Y en ese pacto que se forjó no en fuego, sino en paciencia y verdad, nació la vida más inesperada: nuestro hijo, Zagreus. Y más tarde, nuestra hija: Melínoe. Una suave corriente de asombro recorrió las ánimas al escuchar ese nombre sagrado. —Melínoe… la que camina entre los sueños y los terrores. Portadora de los misterios. Ella es la luz que recorre los túneles del subconsciente, la guardiana de los límites entre lo que somos y lo que tememos ser. Nació de mí como tú naciste de la vida, y en ella vive lo mejor de este reino y lo mejor de mí. Perséfone dio un paso adelante, su manto rozando el suelo como una ola de noche. —Muchos creen que el Inframundo es sólo castigo. Que es el fin. Yo os digo esto: también es principio. Aquí he sido amada, aquí he dado vida, aquí he reinado no con cadenas, sino con raíces. Y si alguna vez dudáis de la belleza que puede brotar en medio de la oscuridad, pensad en mis hijos. En Melínoe, en Zagreus. Frutos de una unión que no nació del miedo, sino del tiempo y la verdad. Elevó una mano, como si pudiera sostener el peso de sus palabras en el aire. —Yo no cambiaría nada. Ni el rapto. Ni la roca. Ni el invierno. Porque en todo eso estaba escrita la semilla de lo que soy hoy. Reina. Madre. Mujer de dos mundos. Una pausa. Y luego, su voz, con la fuerza de un juramento: —No temáis a la sombra. No huyáis del abismo. Porque si yo florecí aquí, también vosotros podéis. Si yo amé aquí, también vosotros podéis ser amados. Este reino no es olvido. Es transformación. Es renacimiento. Y mientras mi voz resuene en estas cámaras, que sepáis esto: no estáis solos. Yo os veo. Yo os guardo. Yo os acojo. Y con un leve gesto, como quien bendice sin palabras, descendió un escalón del estrado. Las ánimas, sin aliento, permanecieron en silencio largo rato. No por miedo. Sino por reverencia.
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  • Track 01

    —Esta melodía no fue compuesta con teclas, fue tejida con memoria. La encontré flotando en el espacio y proviene de los datos residuales que flotaban en el aire. No fue una canción compuesta. Fue rescatada como si él, en sus últimos momentos, ya supiera cómo su corazón debía sonar.—

    Rae se inclina y activa una vieja grabadora. Un zumbido suave inicia. Las primeras notas suenan como pulsos electromagnéticos: un ritmo constante, sin alma, sin dirección.

    —Esta es la primera de muchas melodías que nacieron de una historia muy particular:

    Un robot, diseñado para la guerra, encontró un propósito inesperado "gustarle a una chica". No entendía qué era eso al principio. ¿Cambiar? ¿Por qué? Pero comenzó. Los cambios fueron lentos, primero la mirada, luego la voz y al final, logró que su corazón, un núcleo de circuitos, latiera como si hubiera nacido con uno. Es la tristeza del comienzo: un ser hecho para destruir, que observa al mundo con ojos de acero. El tema inicial susurra con un tono monótono: “El amor es una mentira.” Él lo dice sin emoción. No hay cuerdas, no hay luz. Solo notas secas, como una lluvia de chatarra. Pero luego, el ritmo se suaviza. Los acordes menores comienzan a mezclarse con destellos mayores, como si el robot sintiera por primera vez algo que jamás habia sentido, una caricia. El algoritmo no mentía. Ella había apretado sus botones. Literalmente. La melodía se desvanece en un susurro de esperanza, una disonancia que ya no duele sino que anhela. Y así comenzó todo. La sinfonía de alguien que no sabía qué era ser humano hasta que quiso serlo por amor. #bringingbackmemories
    Track 01 —Esta melodía no fue compuesta con teclas, fue tejida con memoria. La encontré flotando en el espacio y proviene de los datos residuales que flotaban en el aire. No fue una canción compuesta. Fue rescatada como si él, en sus últimos momentos, ya supiera cómo su corazón debía sonar.— Rae se inclina y activa una vieja grabadora. Un zumbido suave inicia. Las primeras notas suenan como pulsos electromagnéticos: un ritmo constante, sin alma, sin dirección. —Esta es la primera de muchas melodías que nacieron de una historia muy particular: Un robot, diseñado para la guerra, encontró un propósito inesperado "gustarle a una chica". No entendía qué era eso al principio. ¿Cambiar? ¿Por qué? Pero comenzó. Los cambios fueron lentos, primero la mirada, luego la voz y al final, logró que su corazón, un núcleo de circuitos, latiera como si hubiera nacido con uno. Es la tristeza del comienzo: un ser hecho para destruir, que observa al mundo con ojos de acero. El tema inicial susurra con un tono monótono: “El amor es una mentira.” Él lo dice sin emoción. No hay cuerdas, no hay luz. Solo notas secas, como una lluvia de chatarra. Pero luego, el ritmo se suaviza. Los acordes menores comienzan a mezclarse con destellos mayores, como si el robot sintiera por primera vez algo que jamás habia sentido, una caricia. El algoritmo no mentía. Ella había apretado sus botones. Literalmente. La melodía se desvanece en un susurro de esperanza, una disonancia que ya no duele sino que anhela. Y así comenzó todo. La sinfonía de alguien que no sabía qué era ser humano hasta que quiso serlo por amor. #bringingbackmemories
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    ════════《⋇⋆✦⋆⋇》═════════《⋇⋆✦⋆⋇》════════
    Antes de empezar, quiero aclarar un par de cosas para quienes deseen rolear con este príncipe infernal.

    1- Mi versión de Stolas no es del todo canónica. Sigue el ritmo de la serie hasta la última temporada, pero no cuenta con un matrimonio previo ni una hija.

    2- Mi tiempo de rol es limitado por ocupaciones externas, pero procuro responder cuando me es posible, así que agradezco la paciencia.

    3- Puedo llevar una relación canon con un Blitz o no, todo depende como se desenvuelvan las cosas.

    4- Stolas tiene un rango de 23 a 26 años en mi versión.

    5- NO manejo ****** de buenas a primeras sin una trama de por medio, conforme se desenvuelvan las situaciones.
    Si se quiere trama de abuso, primero preguntar consentimiento del usuario.

    6- Toda mi trama puede cambiar si así lo decido. Puede ser más canon o menos, depende por que camino vea que me funciona mejor Stolas.

    7- Si van a agregar, es para rolear, no para ser adornos y que jamás se topen los personajes.
    Si agregan, empiecen una interacción, por favor.

    Si van a tirar hate, favor de abstenerse, no vengo a pasar problemas, sólo a rolear y divertirme.
    Gracias por leer hasta aquí ❣❣❣❣
    ════════《⋇⋆✦⋆⋇》═════════《⋇⋆✦⋆⋇》════════
    ════════《⋇⋆✦⋆⋇》═════════《⋇⋆✦⋆⋇》════════ Antes de empezar, quiero aclarar un par de cosas para quienes deseen rolear con este príncipe infernal. 1- Mi versión de Stolas no es del todo canónica. Sigue el ritmo de la serie hasta la última temporada, pero no cuenta con un matrimonio previo ni una hija. 2- Mi tiempo de rol es limitado por ocupaciones externas, pero procuro responder cuando me es posible, así que agradezco la paciencia. 3- Puedo llevar una relación canon con un Blitz o no, todo depende como se desenvuelvan las cosas. 4- Stolas tiene un rango de 23 a 26 años en mi versión. 5- NO manejo sexrol de buenas a primeras sin una trama de por medio, conforme se desenvuelvan las situaciones. Si se quiere trama de abuso, primero preguntar consentimiento del usuario. 6- Toda mi trama puede cambiar si así lo decido. Puede ser más canon o menos, depende por que camino vea que me funciona mejor Stolas. 7- Si van a agregar, es para rolear, no para ser adornos y que jamás se topen los personajes. Si agregan, empiecen una interacción, por favor. Si van a tirar hate, favor de abstenerse, no vengo a pasar problemas, sólo a rolear y divertirme. Gracias por leer hasta aquí ❣❣❣❣ ════════《⋇⋆✦⋆⋇》═════════《⋇⋆✦⋆⋇》════════
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  • La bodega olía a hierro y encierro.**
    John se sacudía los guantes azules mientras Jerry, con su camisa floreada y sonrisa falsa, intentaba zafarse.

    —¿Y bien? —dijo John, seco como el concreto bajo sus botas—. Lo pactado eran cincuenta por cada uno. Doble por el de traje.

    Jerry soltó una carcajada fingida.
    —Las cosas cambiaron, John. Tu trabajo no era lo que esperaba. Igual hiciste tu parte… pero el pago será otro día.

    John lo miró. Ni enfado, ni sorpresa. Solo silencio.
    Asintió con la cabeza.
    —Claro. Otro día.

    Y se fue.

    ---

    **A la mañana siguiente.**
    Frente a la jefatura del distrito 8, tres grandes **bolsas negras** esperaban a ser notadas.
    Dentro, los cuerpos.
    Pero no solo eso. Una **carpeta de evidencia completa**, impecablemente organizada: registros financieros, ubicaciones, mensajes de voz, videos donde Jerry ordenaba los crímenes, incluso facturas.

    Todo.

    Lo suficiente no solo para incriminarlo, sino para hacerlo ver como el ejecutor directo.

    En la sala de interrogación, Jerry gritaba, desencajado.
    —¡Eso no estaba allí! ¡Ese almacén estaba limpio, maldita sea! ¡Esto es una trampa!
    —Tranquilo, Jerry —dijo el detective Mace, hojeando los documentos—. ¿Seguro que no tienes enemigos más listos que tú?

    —¡Fue él! ¡Fue ese tipo, John!

    Mace alzó una ceja.
    —¿El padre soltero? ¿Sin vínculos? ¿Que entró y salió sin dejar rastro, sin una cámara activa, sin una huella?- el detective se masajeo el puente de la nariz -aunque si es un tipo extraño ese Doe—cerró la carpeta de golpe—, Jerry. Tú hiciste esto.

    ---

    **A kilómetros de ahí**, John se lavaba las manos en un baño de gasolinera, el agua manchada apenas por una pizca de aceite viejo.
    Se miró al espejo y murmuró:

    —idiota orgulloso.
    La bodega olía a hierro y encierro.** John se sacudía los guantes azules mientras Jerry, con su camisa floreada y sonrisa falsa, intentaba zafarse. —¿Y bien? —dijo John, seco como el concreto bajo sus botas—. Lo pactado eran cincuenta por cada uno. Doble por el de traje. Jerry soltó una carcajada fingida. —Las cosas cambiaron, John. Tu trabajo no era lo que esperaba. Igual hiciste tu parte… pero el pago será otro día. John lo miró. Ni enfado, ni sorpresa. Solo silencio. Asintió con la cabeza. —Claro. Otro día. Y se fue. --- **A la mañana siguiente.** Frente a la jefatura del distrito 8, tres grandes **bolsas negras** esperaban a ser notadas. Dentro, los cuerpos. Pero no solo eso. Una **carpeta de evidencia completa**, impecablemente organizada: registros financieros, ubicaciones, mensajes de voz, videos donde Jerry ordenaba los crímenes, incluso facturas. Todo. Lo suficiente no solo para incriminarlo, sino para hacerlo ver como el ejecutor directo. En la sala de interrogación, Jerry gritaba, desencajado. —¡Eso no estaba allí! ¡Ese almacén estaba limpio, maldita sea! ¡Esto es una trampa! —Tranquilo, Jerry —dijo el detective Mace, hojeando los documentos—. ¿Seguro que no tienes enemigos más listos que tú? —¡Fue él! ¡Fue ese tipo, John! Mace alzó una ceja. —¿El padre soltero? ¿Sin vínculos? ¿Que entró y salió sin dejar rastro, sin una cámara activa, sin una huella?- el detective se masajeo el puente de la nariz -aunque si es un tipo extraño ese Doe—cerró la carpeta de golpe—, Jerry. Tú hiciste esto. --- **A kilómetros de ahí**, John se lavaba las manos en un baño de gasolinera, el agua manchada apenas por una pizca de aceite viejo. Se miró al espejo y murmuró: —idiota orgulloso.
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