• Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    | Hola, este es un aviso a la comunidad, aunque nadie me conozca (?)

    El partner que tenía me cambió por chat gpt (?), no he tenido mucho tiempo libre y el 80% de imágenes que encuentro para esta cuenta son muy eróticas o explícitas cuando no tengo muchos deseos de rolear eso de momento, así que meh... no sé.

    Aunque no fueron muchas interacciones, le quiero agradecer y pedir disculpas a las personas que me dieron un poquito de su tiempo en los pocos días que he logrado tener actividad aquí.

    Y ya lo importante (?): tengo interés en cambiar al personaje pero no tengo ideas. Si alguien necesita que les interprete algo para sus historias o lores, me abro a propuestas. No me importa si es pj masculino, femenino o lo que sea, ni tampoco me cierro a ninguna temática, siempre y cuando no sea solo sexo. Y eso, gracias por leer.
    | Hola, este es un aviso a la comunidad, aunque nadie me conozca (?) El partner que tenía me cambió por chat gpt (?), no he tenido mucho tiempo libre y el 80% de imágenes que encuentro para esta cuenta son muy eróticas o explícitas cuando no tengo muchos deseos de rolear eso de momento, así que meh... no sé. Aunque no fueron muchas interacciones, le quiero agradecer y pedir disculpas a las personas que me dieron un poquito de su tiempo en los pocos días que he logrado tener actividad aquí. Y ya lo importante (?): tengo interés en cambiar al personaje pero no tengo ideas. Si alguien necesita que les interprete algo para sus historias o lores, me abro a propuestas. No me importa si es pj masculino, femenino o lo que sea, ni tampoco me cierro a ninguna temática, siempre y cuando no sea solo sexo. Y eso, gracias por leer.
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  • -El Joven mafioso daba vueltas a su arma de fuego mientras caminaba por aquel callejón en el que acabó con la vida de los últimos miembros de una ganga criminal que estaba al borde del colapso. Resulta que, el mismo mafioso, anteriormente atacó la base de aquella ganga de criminales. Un movimiento descuidado, suicida e incluso de idiotas para algunos, sin embargo, las capacidades en combate de aquel mafioso eran...extrañas por decir lo menos. A simple vista era un humano normal, pero ocultaba algo. Un poder indescifrable para sus enemigos que, solo llegaban a mencionar que veían destellos de color rojo y todo tipo de objetos aparecían de la nada-


    ¡Vaya noche! Otro sector bajo el poder de Snow Freedom...Uhh...algunas veces me pregunto si debería cambiarle el nombre a la organización.


    -El chico ríe entredientes mientras salía del callejón. La noche estaba en total silencio y a pesar de los disparos, la policía no se presentaba. ¿La razón de esto? Bueno, muy probablemente debido a lo peligroso del lugar. Era mil veces mejor llevar al ejército que sacrificar oficiales con armas de reglamento-

    Ahora...¿A donse debería ir? Creo tener algo de tiempo libre.
    -El Joven mafioso daba vueltas a su arma de fuego mientras caminaba por aquel callejón en el que acabó con la vida de los últimos miembros de una ganga criminal que estaba al borde del colapso. Resulta que, el mismo mafioso, anteriormente atacó la base de aquella ganga de criminales. Un movimiento descuidado, suicida e incluso de idiotas para algunos, sin embargo, las capacidades en combate de aquel mafioso eran...extrañas por decir lo menos. A simple vista era un humano normal, pero ocultaba algo. Un poder indescifrable para sus enemigos que, solo llegaban a mencionar que veían destellos de color rojo y todo tipo de objetos aparecían de la nada- ¡Vaya noche! Otro sector bajo el poder de Snow Freedom...Uhh...algunas veces me pregunto si debería cambiarle el nombre a la organización. -El chico ríe entredientes mientras salía del callejón. La noche estaba en total silencio y a pesar de los disparos, la policía no se presentaba. ¿La razón de esto? Bueno, muy probablemente debido a lo peligroso del lugar. Era mil veces mejor llevar al ejército que sacrificar oficiales con armas de reglamento- Ahora...¿A donse debería ir? Creo tener algo de tiempo libre.
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  • "¿qué hora es? ¿es la luz del sol? ¿o son mis luces automáticas? "

    -pensó el mayor mientras estiró la mano, se prendió un cigarro, se colocó los lentes y notó, eran las 4am...
    La hora perfecta para salir a comer algo con los borrachos, escuchar las historias de las prostitutas y ver alguna pelea.

    No tardó mucho en ponerse de pie, cambiarse de ropa y salir, con el frio de la madrugada, las calles vacías, los ruidos de gemidos de algún motel, esa era su vida, el Tokio de noche, lejos de los turistas. -
    "¿qué hora es? ¿es la luz del sol? ¿o son mis luces automáticas? " -pensó el mayor mientras estiró la mano, se prendió un cigarro, se colocó los lentes y notó, eran las 4am... La hora perfecta para salir a comer algo con los borrachos, escuchar las historias de las prostitutas y ver alguna pelea. No tardó mucho en ponerse de pie, cambiarse de ropa y salir, con el frio de la madrugada, las calles vacías, los ruidos de gemidos de algún motel, esa era su vida, el Tokio de noche, lejos de los turistas. -
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  • « ¿Qué haría por mi hermana? Cualquier cosa, lo que ella quisiera o deseara podría hacerlo realidad. Cuando se trata de Robin, no hay límites. »

    Ese día era de las pocas ocasiones en que lograban coincidir, donde Robin regresaba de alguna gira en planetas lejanos o que Sunday no debía encargarse de los asuntos de La Familia o sus otros múltiples deberes. Era una simple reunión fraternal, de esas que raras veces podían tener y donde, tras arduos días de intenso trabajo así colo desvelos, había logrado despejar un par de horas solo para ella. Recorrer las calles de Colonipenal era siempre... Interesante. Siempre había personas felices por todos lados, disfrutando del planeta de los sueños, de las festividades, y en cada rincón se podía apreciar, precisamente, la felicidad en sus rostros. Se trataba de un lugar perfecto, un planeta que tenía actividad de día y de noche, donde las caras tristes casi nunca se veían ante el ojo público; pero, lo más inportante, era que, al estar con Robin, comprendía la cercanía que tenían de lograr ese sueño infantil que se convirtiera en promesa: Un mundo donde nada malo sucedía, donde los sueños se podían hacer realidad y todos eran felices.

    Sunday esbozó una pequeña sonrisa, miró su reloj de pulsera un momento y se percató del tiempo que llevaban dentro de aquel establecimiento: Más de quince minutos. Quizá menos o quizás un poco más, pero creía que existía un dilema interno con el que su hermana no podía lidiar por alguna razón.

    — ¿Aún no has encontrado la tarta que logre convencerte? —Preguntó. En su voz se notó el pesar, ese mismo que poco después desapareció para convertirse en una alegría que llenó su pecho. Le bastaba sólo con mirarla analizando la vitrina de exhibición con tanto detalle, que le hacía olvidar sus males.— Haz pasado mucho tiempo fuera y el menú cambia constantemente. Si no te sientes segura de elegir solo una, puedes tomar las que quieras, podemos aprovechar para comer alguna más tarde. Así que no te preocupes por eso. Tenemos tiempo.

    O quizá no. Quizá sus pies comenzarían a matarle por lo ajustados que eran los tacones de Robin y lo incómodo que le resultaban al estar más ajustados de sus zapatos habituales. Pero, ¿cómo iba a negarse a cambiarlos con ella cuando la vio quejarse de ellos en silencio? ¿Cómo iba a dejar que siguiera caminando así mientras las zapatillas le rozaban la piel hasta lastimarla? No, era imposible que se permitiera algo así y, por ello, le había sugerido intercambiarlos por unos cuantos minutos hasta que decidieran volver a casa. El problema, era que ninguno parecía interesado en volver para arruinar el momento. Incluso él, no le importaba rozarse los talones, pisar los zapatos o tener las piernas temblorosas cada vez que olvidaba cómo mantener el equilibrio con ellos, o cada vez que pasaba demasiado tiempo en un solo lugar.

    Justo en ese momento, Sunday comenzaba a sentir algo. Era algo así como... ¿arrepentimiento? ¿remordimiento? ¿pesar? No, más bien era algo como incomodidad. Una que comenzaba a matarle los tobillos con cada segundo que pasaba. De verdad, ahora que se detenía a pensarlo, ¿por qué aquella había sido la primera idea que cruzara por su cabeza? Probablemente, porque era la que causaba menos aflicciones en su hermana.

    — ¿Qué tal si eliges la tartaleta de fresas? Una decisión como esa sería perfecta, es similar a la que solíamos comer cuando éramos pequeños.

    ℛ𝑜𝒷𝒾𝓃 🎙🎶

    « ¿Qué haría por mi hermana? Cualquier cosa, lo que ella quisiera o deseara podría hacerlo realidad. Cuando se trata de Robin, no hay límites. » Ese día era de las pocas ocasiones en que lograban coincidir, donde Robin regresaba de alguna gira en planetas lejanos o que Sunday no debía encargarse de los asuntos de La Familia o sus otros múltiples deberes. Era una simple reunión fraternal, de esas que raras veces podían tener y donde, tras arduos días de intenso trabajo así colo desvelos, había logrado despejar un par de horas solo para ella. Recorrer las calles de Colonipenal era siempre... Interesante. Siempre había personas felices por todos lados, disfrutando del planeta de los sueños, de las festividades, y en cada rincón se podía apreciar, precisamente, la felicidad en sus rostros. Se trataba de un lugar perfecto, un planeta que tenía actividad de día y de noche, donde las caras tristes casi nunca se veían ante el ojo público; pero, lo más inportante, era que, al estar con Robin, comprendía la cercanía que tenían de lograr ese sueño infantil que se convirtiera en promesa: Un mundo donde nada malo sucedía, donde los sueños se podían hacer realidad y todos eran felices. Sunday esbozó una pequeña sonrisa, miró su reloj de pulsera un momento y se percató del tiempo que llevaban dentro de aquel establecimiento: Más de quince minutos. Quizá menos o quizás un poco más, pero creía que existía un dilema interno con el que su hermana no podía lidiar por alguna razón. — ¿Aún no has encontrado la tarta que logre convencerte? —Preguntó. En su voz se notó el pesar, ese mismo que poco después desapareció para convertirse en una alegría que llenó su pecho. Le bastaba sólo con mirarla analizando la vitrina de exhibición con tanto detalle, que le hacía olvidar sus males.— Haz pasado mucho tiempo fuera y el menú cambia constantemente. Si no te sientes segura de elegir solo una, puedes tomar las que quieras, podemos aprovechar para comer alguna más tarde. Así que no te preocupes por eso. Tenemos tiempo. O quizá no. Quizá sus pies comenzarían a matarle por lo ajustados que eran los tacones de Robin y lo incómodo que le resultaban al estar más ajustados de sus zapatos habituales. Pero, ¿cómo iba a negarse a cambiarlos con ella cuando la vio quejarse de ellos en silencio? ¿Cómo iba a dejar que siguiera caminando así mientras las zapatillas le rozaban la piel hasta lastimarla? No, era imposible que se permitiera algo así y, por ello, le había sugerido intercambiarlos por unos cuantos minutos hasta que decidieran volver a casa. El problema, era que ninguno parecía interesado en volver para arruinar el momento. Incluso él, no le importaba rozarse los talones, pisar los zapatos o tener las piernas temblorosas cada vez que olvidaba cómo mantener el equilibrio con ellos, o cada vez que pasaba demasiado tiempo en un solo lugar. Justo en ese momento, Sunday comenzaba a sentir algo. Era algo así como... ¿arrepentimiento? ¿remordimiento? ¿pesar? No, más bien era algo como incomodidad. Una que comenzaba a matarle los tobillos con cada segundo que pasaba. De verdad, ahora que se detenía a pensarlo, ¿por qué aquella había sido la primera idea que cruzara por su cabeza? Probablemente, porque era la que causaba menos aflicciones en su hermana. — ¿Qué tal si eliges la tartaleta de fresas? Una decisión como esa sería perfecta, es similar a la que solíamos comer cuando éramos pequeños. [Just_Intonation]
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  • Una sola palabra suya basta para cambiar mi humor y hacerme sonreír...
    Una sola palabra suya basta para cambiar mi humor y hacerme sonreír...
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  • Ultimo partido de la temporada
    Fandom FreeRol
    Categoría Comedia
    Por fin es viernes, este viernes hay partido de Rugby para muchos es un alivio, para mí bueno es un respiro para poder pasar tiempo con Eli y triste porque es el último de este año.

    Hablando de mi preciosa novia, la fui a buscar a su casa y nos fuimos en mi coche, me tuve que controlar de no querer un polvo rápido. Iba con la hora pegada en el culo, así que ya si ganaba le iba a pedir mi premio personal.

    - Te veo en el descanso Brujita -

    Le digo besándola rápidamente y muerdo tu labio inferior para luego irme al vestuario. No sabía que esa noche iba a recibir dos sorpresas y que una cambiaría mi vida.

    𝐄𝐋𝐄𝐊𝐓𝐑𝐀 𝐀𝐑𝐆𝐄𝐍𝐓
    Elisabeth Turner
    𝑀𝑖𝑡𝑠𝑢𝑟𝑢 𝐾𝑖𝑟𝑖𝑗𝑜
    Por fin es viernes, este viernes hay partido de Rugby para muchos es un alivio, para mí bueno es un respiro para poder pasar tiempo con Eli y triste porque es el último de este año. Hablando de mi preciosa novia, la fui a buscar a su casa y nos fuimos en mi coche, me tuve que controlar de no querer un polvo rápido. Iba con la hora pegada en el culo, así que ya si ganaba le iba a pedir mi premio personal. - Te veo en el descanso Brujita - Le digo besándola rápidamente y muerdo tu labio inferior para luego irme al vestuario. No sabía que esa noche iba a recibir dos sorpresas y que una cambiaría mi vida. [Thxgirlargent91] [Abbey_Thc] [ThxicewomanMK13]
    Tipo
    Grupal
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Terminado
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  • — Alomejor tendria que cambiar mi oufit..—
    — Alomejor tendria que cambiar mi oufit..—
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  • El atardecer teñía de oro y escarlata la cubierta del Thousand Sunny. La tripulación de los Sombreros de Paja se encontraba dispersa, cada uno ocupado en sus propias tareas o distracciones. Nico Robin, sin embargo, había encontrado un rincón tranquilo en el jardín del barco, sentada bajo la sombra de un árbol frutal.

    Tenía un libro en las manos, pero no lo estaba leyendo. Sus ojos estaban fijos en el horizonte, y el murmullo de las olas contra el casco del barco era el único sonido que la acompañaba.

    "Niña demonio."
    El apodo cruzó su mente como una sombra pasajera, un eco de un tiempo lejano. Había aprendido a vivir con esas palabras, a llevarlas como una cicatriz que nunca desaparecía del todo. Era un título impuesto por un mundo que temía lo que no comprendía.

    De niña, ese apodo era un veneno que infectaba cada rincón de su vida. "Niña demonio" no era solo una etiqueta; era una condena. Los susurros de los aldeanos, el miedo en sus miradas, las piedras que lanzaban mientras huía... Todo eso había sido la banda sonora de su infancia. Por un tiempo, incluso ella llegó a creerlo.

    "Si soy el diablo que dicen, entonces no importa lo que haga", pensaba en sus años más oscuros. Fue un mecanismo de defensa, una forma de sobrevivir cuando el mundo entero estaba en su contra.

    Pero ahora, años después, mientras sentía la calidez del sol sobre su piel, Robin se preguntaba: ¿qué significaba realmente ese apodo?

    Había una verdad oculta en esas palabras. Si ser una "niña demonio" significaba querer descubrir la historia que el mundo trataba de enterrar, entonces aceptaba el título con orgullo. Si significaba ser una amenaza para un sistema corrupto, entonces lo llevaría como una medalla.

    Sin embargo, también sabía que no podía reducirse solo a ese apodo. No era solo la "Niña demonio." Era arqueóloga, amiga, compañera. Era alguien que reía con los chistes de Luffy, que encontraba belleza en las cosas más pequeñas, que protegía a su tripulación con la misma determinación con la que protegía sus sueños.

    Un suave golpe la sacó de sus pensamientos. Franky, con una sonrisa despreocupada, estaba junto a ella con una taza de té.
    —Pareces profunda en tus pensamientos, Robin. ¿Todo bien?

    Ella tomó la taza con un agradecimiento silencioso y esbozó una leve sonrisa.
    —Solo reflexionaba sobre cómo las palabras pueden definirnos... o cómo elegimos redefinirlas.

    Franky rió, sin comprender del todo, pero respetando su espacio.
    —Bueno, sea lo que sea, eres súper como eres. No necesitas cambiar nada.

    Robin asintió, permitiendo que la simplicidad de sus palabras calmara sus pensamientos. El viento sopló con suavidad, llevando consigo el eco de viejos apodos. Esta vez, no sonaban tan amenazantes, sino como fragmentos de una historia que ya no la encadenaban.

    "Soy Nico Robin," pensó con firmeza. "Y soy mucho más que un apodo."
    El atardecer teñía de oro y escarlata la cubierta del Thousand Sunny. La tripulación de los Sombreros de Paja se encontraba dispersa, cada uno ocupado en sus propias tareas o distracciones. Nico Robin, sin embargo, había encontrado un rincón tranquilo en el jardín del barco, sentada bajo la sombra de un árbol frutal. Tenía un libro en las manos, pero no lo estaba leyendo. Sus ojos estaban fijos en el horizonte, y el murmullo de las olas contra el casco del barco era el único sonido que la acompañaba. "Niña demonio." El apodo cruzó su mente como una sombra pasajera, un eco de un tiempo lejano. Había aprendido a vivir con esas palabras, a llevarlas como una cicatriz que nunca desaparecía del todo. Era un título impuesto por un mundo que temía lo que no comprendía. De niña, ese apodo era un veneno que infectaba cada rincón de su vida. "Niña demonio" no era solo una etiqueta; era una condena. Los susurros de los aldeanos, el miedo en sus miradas, las piedras que lanzaban mientras huía... Todo eso había sido la banda sonora de su infancia. Por un tiempo, incluso ella llegó a creerlo. "Si soy el diablo que dicen, entonces no importa lo que haga", pensaba en sus años más oscuros. Fue un mecanismo de defensa, una forma de sobrevivir cuando el mundo entero estaba en su contra. Pero ahora, años después, mientras sentía la calidez del sol sobre su piel, Robin se preguntaba: ¿qué significaba realmente ese apodo? Había una verdad oculta en esas palabras. Si ser una "niña demonio" significaba querer descubrir la historia que el mundo trataba de enterrar, entonces aceptaba el título con orgullo. Si significaba ser una amenaza para un sistema corrupto, entonces lo llevaría como una medalla. Sin embargo, también sabía que no podía reducirse solo a ese apodo. No era solo la "Niña demonio." Era arqueóloga, amiga, compañera. Era alguien que reía con los chistes de Luffy, que encontraba belleza en las cosas más pequeñas, que protegía a su tripulación con la misma determinación con la que protegía sus sueños. Un suave golpe la sacó de sus pensamientos. Franky, con una sonrisa despreocupada, estaba junto a ella con una taza de té. —Pareces profunda en tus pensamientos, Robin. ¿Todo bien? Ella tomó la taza con un agradecimiento silencioso y esbozó una leve sonrisa. —Solo reflexionaba sobre cómo las palabras pueden definirnos... o cómo elegimos redefinirlas. Franky rió, sin comprender del todo, pero respetando su espacio. —Bueno, sea lo que sea, eres súper como eres. No necesitas cambiar nada. Robin asintió, permitiendo que la simplicidad de sus palabras calmara sus pensamientos. El viento sopló con suavidad, llevando consigo el eco de viejos apodos. Esta vez, no sonaban tan amenazantes, sino como fragmentos de una historia que ya no la encadenaban. "Soy Nico Robin," pensó con firmeza. "Y soy mucho más que un apodo."
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  • Green Queen
    Fandom Bridgerton
    Categoría Drama
    Araminta au

    La anfitriona todavía no se ha dignado acercarse a la mesa donde me haya sentada, ganando por segunda vez a un par de estúpidas mujeres que no tienen ni idea de como se juega a las cartas.
    Tampoco me encontrado con la presencia de Lady Bridgerton, a la que al menos he visto de lejos a Lady Featherington.
    La cual por cierto llevo un vestido espantoso, aunque tampoco me sorprende, esa mujer y sus hijas no tienen ningún gusto por la moda y la decencia.
    Al menos su hija menor, tomo la decisión correcta de cambiar su fondo de armario.
    La mismísima Lady Wisthledown, ahora Lady Bridgerton.

    Desocupó mi asiento estaba cansada, prefiero oponentes que estén a mi altura. O al menos que sean dignos rivales y no mujeres tontas que me regalan sus apuestas.


    Agatha Danbury
    Araminta au La anfitriona todavía no se ha dignado acercarse a la mesa donde me haya sentada, ganando por segunda vez a un par de estúpidas mujeres que no tienen ni idea de como se juega a las cartas. Tampoco me encontrado con la presencia de Lady Bridgerton, a la que al menos he visto de lejos a Lady Featherington. La cual por cierto llevo un vestido espantoso, aunque tampoco me sorprende, esa mujer y sus hijas no tienen ningún gusto por la moda y la decencia. Al menos su hija menor, tomo la decisión correcta de cambiar su fondo de armario. La mismísima Lady Wisthledown, ahora Lady Bridgerton. Desocupó mi asiento estaba cansada, prefiero oponentes que estén a mi altura. O al menos que sean dignos rivales y no mujeres tontas que me regalan sus apuestas. [Thx_LDanbury]
    Tipo
    Individual
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Terminado
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  • *estando ella en su descanso de su trabajo optaría por sentarse un rato a beber algo de vino tinto, estando solo con una bata ya que cuando regresara al escenario debía de cambiar sus ropas.

    No era como que ella trabajará por necesidad, no ella simplemente lo hacía por el placer de poder hacer algo que le gusta, lo cual era el canto*

    Hmm está es una de las cosas que siempre me quedarán, igual los ciudadanos del infierno disfrutan que les cante

    *estando ella en su descanso de su trabajo optaría por sentarse un rato a beber algo de vino tinto, estando solo con una bata ya que cuando regresara al escenario debía de cambiar sus ropas. No era como que ella trabajará por necesidad, no ella simplemente lo hacía por el placer de poder hacer algo que le gusta, lo cual era el canto* Hmm está es una de las cosas que siempre me quedarán, igual los ciudadanos del infierno disfrutan que les cante
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