• Gazú Bonetti Nuestros trajes de deidades divinas cósmicas que la Trinidad de deidades cósmicas nos han regalado.. Son tan hermosos.... Me fascinan.
    [Gazu122101] Nuestros trajes de deidades divinas cósmicas que la Trinidad de deidades cósmicas nos han regalado.. Son tan hermosos.... Me fascinan.
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  • ℌ𝔦𝔡𝔢 𝔞𝔫𝔡 𝔖𝔢𝔢𝔨 (c/Calamitus)
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    ㅤCurioso rumor circulaba de boca en boca estos últimos días, moviéndose entre susurros deformados del bajo mundo dónde las atrocidades más grandes se mostraban orgullosas, pero por debajo de la mesa, las palabras que hablaban de él se movían con cautela, como si mencionarlo estuviera prohibido, como si el que lo supiera estuviera condenado.

    ㅤPor los bosques cercanos los no muertos por la noche merodeaban, almas que no encontraban su descanso se alimentaban de aquellos que temían a lo que en la oscuridad acechaba. Marionetas fúnebres y almas que se deslizaban llenas con resentimiento dejando una estela de aroma fétido a su paso, listos para abalanzarse contra el primer desafortunado que perdía los pasos a casa, así habían sido los últimos cien años, tierra de muertos que los dioses no deseaban tocar, pues era mejor tenerlos allí que dispersar fantasmas y espíritus a una ciudad que había perdido la habilidad de lidiar con ellos en los últimos dos milenios.

    ㅤPero los rumores no iban de las criaturas nocturnas que allí eran olvidadas, iba más bien de lo que se había descubierto hace poco tiempo, aquello que nadie sabía desde hace cuánto había estado sucediendo, pero sin duda cuando las cosas se dieron a conocer, más de un cuerpo tembló en su lugar.

    ㅤ¿Cómo podría explicarlo?¿Quién podría explicarlo? Las voces que llegaban eran bajas y temblorosas, pero lo que Lixue había escuchado era algo parecido a un mito, pues las palabras no eran claras pero rezaban sobre cómo aquello que habitaba en las penumbras eran aterrorizados por algo más grande, más peligroso que la propia muerte. Todas las historias iniciaban con el relato de un joven extranjero, que perdido en altas horas de la madrugada decidió usar el bosque como su atajo, escéptico de las leyendas, no creía en fantasmas, pero a medio camino algo lo interceptó, espíritus furiosos que se atravesaron en su camino, decapitados y descorazonados, fantasmas que parecieron morir en formas horribles querían unir al muchacho a aquel desafortunado grupo, pero tal como aparecieron, tal se desvanecieron, el joven suspiró aliviado, pero aquel aliento fue devuelto y contenido en su pecho junto con cada latido de su corazón… Aquí es dónde la historia varía y las voces se desaniman.

    ㅤAlgunos dicen que el joven salió de aquel bosque gritando aterrado, diciendo que había una criatura de cinco metros que quiso devorarlo, otros dicen que fue arrojado de entre los árboles y que entre las oscuridad de aquel lugar unos ojos rojos los observaban desde unos respetables tres metros. Muchos especulan de que se trata, ¿un demonio?¿Una criatura mágica?¿un hombre lobo? Sea lo que sea, ahora estaba en los musitos de todos, esa criatura que era capaz de espantar a aquellos que no tienen miedo, de ahuyentar la muerte y atravesar la oscuridad.

    ㅤTodos querían saber qué era pero nadie se atrevía a entrar a aquel lugar.

    ㅤO casi nadie.

    ㅤEn aquel bajo lugar, una figura parecía no pertenecer a aquel mundo. Una joven de cabello negro recogido en un peinado de corona poseía un aspecto fino y delicado, con una tez blanquecina que contrastaba elegante con el abanico negro en su mano. Parecía una muñeca de porcelana ajena a todo lo que ocurría a su alrededor. Pero aunque su vista no se levantaba de la copa de vino tinto, escuchaba con atención cada palabra, cada detalle, sonriendo en sus adentros.

    ㅤLixue… o debería decir, Yingzi, era una reconocida cazadora del mercado negro (no un mercado negro común, por supuesto, ella estaba aún más bajo de que eso) esperando con paciencia la llegada de un cliente, pero aunque se aproximaba un trabajo que dejaría una de sus mayores ganancias, no podía no pensar en la revelación que ante sus oídos ahora se develaba. ¿A qué criatura estarán haciendo referencia todos los cazafortunas de aquel espantoso lugar?

    ㅤFinalmente, al frente suyo, un hombre vestido de negro con ojos agraviados se presentó llegando por parte de Lixue, quién se suponia era su socio. El trabajo era sencillo, pero coincidentemente le llevaría al bosque de pesadilla, el pago sería doble ya que nadie dentro del negocio deseaba inmiscuir sus asuntos en aquel lugar, pero como Lixue pregaba con tanta facilidad, si el precio es justo, no hay tarea que no se pueda llevar a cabo y por supuesto, ahora tenía una excusa para adentrarse en lo profundo, fingiendo que tenía una asunto pendiente además de la curiosidad por aquella bestia.

    ㅤYingzi sonrió y tomó el pago asegurando que esa misma noche iniciaría su labor, levantándose despreocupada de la mesa, saludó y se retiró dejando aquel par de ojos, ahora atónitos detrás. No solo era la curiosidad la que le impulsaba a adelantar el plazo, saber que algo grande le esperaba en las sombras, algo que representaba un posible gran ingreso en su futuro provocaba que se mordiera el labio ante la impaciencia y expectativa.

    ㅤSolo eran cuarenta minutos hasta las afueras, y en todo ese tiempo el camino pareció alargarse hasta la eternidad, lograba divisar los árboles a lo lejos pero parecía nunca llegar a ellos.

    ㅤFinalmente, el aire pesaba y aquella sensación quería absorberla hasta lo más profundo, hasta el corazón de aquel lugar. Los vehículos no llegaban hasta allí, los hombres pasaban kilómetros lejos de aquella zona, pero LiXue había aprendido la discreción y aunque el espíritu de aquel zorro era de utilidad, pues poder adoptar otra forma era una ventaja en sus negocios, aún se colocó una máscara de zorro que cubría la mayor parte de su rostro.

    ㅤEl vestido no era el adecuado ni el usual para la ocasión, aún así creía que no sería molestia aunque al adentrarse algunas ramas se atoraran en la inflada falda.

    ㅤEl silencio reinaba en el lugar, para nada lo habitual según lo que recordaba, los lamentos que en cada ocasión rondaban por el lugar esta vez se hacían notables gracias a su ausencia, el olor de las ánimas tampoco se infiltraba por su desarrollado olfato que podría distinguir a una persona en un kilómetro. Sin dudas algo había cambiado, pero lejos de alterarle, robó de sus labios una sonrisa, ¿En serio los muertos se ocultaban por miedo a algo más grande?

    ㅤEn silencio y con agilidad trepó a un árbol quedando a lo que lucian aproximadamente tres metros de altura, la visión mejoraba pero aún así su objetivo no estaba a la vista, y esa otra cosa tampoco; aunque si lo pensaba bien, no sabía ni siquiera como se veía.

    ㅤCon un talismán de contención en una mano, arrojó una cerilla encendida al suelo antes de materializar una daga mediana en su diestra libre. El suelo debajo empezaba a arder, la llama inicial era especial, alimentado con la energía de un núcleo de fuego era el cebo perfecto para las criaturas hambrientas de calor espiritual, o en su defecto, lo que sea que habitara ese lugar tendría que apresurarse si no deseaba que su hogar se redujera a cenizas. Sea cuál sea, LiXue miraba hacía abajo, con su figura oculta en las sombras, esperando con paciencia y expectativa el desarrollo de esta noche.

    Yan Zhan Xie
    ㅤCurioso rumor circulaba de boca en boca estos últimos días, moviéndose entre susurros deformados del bajo mundo dónde las atrocidades más grandes se mostraban orgullosas, pero por debajo de la mesa, las palabras que hablaban de él se movían con cautela, como si mencionarlo estuviera prohibido, como si el que lo supiera estuviera condenado. ㅤPor los bosques cercanos los no muertos por la noche merodeaban, almas que no encontraban su descanso se alimentaban de aquellos que temían a lo que en la oscuridad acechaba. Marionetas fúnebres y almas que se deslizaban llenas con resentimiento dejando una estela de aroma fétido a su paso, listos para abalanzarse contra el primer desafortunado que perdía los pasos a casa, así habían sido los últimos cien años, tierra de muertos que los dioses no deseaban tocar, pues era mejor tenerlos allí que dispersar fantasmas y espíritus a una ciudad que había perdido la habilidad de lidiar con ellos en los últimos dos milenios. ㅤPero los rumores no iban de las criaturas nocturnas que allí eran olvidadas, iba más bien de lo que se había descubierto hace poco tiempo, aquello que nadie sabía desde hace cuánto había estado sucediendo, pero sin duda cuando las cosas se dieron a conocer, más de un cuerpo tembló en su lugar. ㅤ¿Cómo podría explicarlo?¿Quién podría explicarlo? Las voces que llegaban eran bajas y temblorosas, pero lo que Lixue había escuchado era algo parecido a un mito, pues las palabras no eran claras pero rezaban sobre cómo aquello que habitaba en las penumbras eran aterrorizados por algo más grande, más peligroso que la propia muerte. Todas las historias iniciaban con el relato de un joven extranjero, que perdido en altas horas de la madrugada decidió usar el bosque como su atajo, escéptico de las leyendas, no creía en fantasmas, pero a medio camino algo lo interceptó, espíritus furiosos que se atravesaron en su camino, decapitados y descorazonados, fantasmas que parecieron morir en formas horribles querían unir al muchacho a aquel desafortunado grupo, pero tal como aparecieron, tal se desvanecieron, el joven suspiró aliviado, pero aquel aliento fue devuelto y contenido en su pecho junto con cada latido de su corazón… Aquí es dónde la historia varía y las voces se desaniman. ㅤAlgunos dicen que el joven salió de aquel bosque gritando aterrado, diciendo que había una criatura de cinco metros que quiso devorarlo, otros dicen que fue arrojado de entre los árboles y que entre las oscuridad de aquel lugar unos ojos rojos los observaban desde unos respetables tres metros. Muchos especulan de que se trata, ¿un demonio?¿Una criatura mágica?¿un hombre lobo? Sea lo que sea, ahora estaba en los musitos de todos, esa criatura que era capaz de espantar a aquellos que no tienen miedo, de ahuyentar la muerte y atravesar la oscuridad. ㅤTodos querían saber qué era pero nadie se atrevía a entrar a aquel lugar. ㅤO casi nadie. ㅤEn aquel bajo lugar, una figura parecía no pertenecer a aquel mundo. Una joven de cabello negro recogido en un peinado de corona poseía un aspecto fino y delicado, con una tez blanquecina que contrastaba elegante con el abanico negro en su mano. Parecía una muñeca de porcelana ajena a todo lo que ocurría a su alrededor. Pero aunque su vista no se levantaba de la copa de vino tinto, escuchaba con atención cada palabra, cada detalle, sonriendo en sus adentros. ㅤLixue… o debería decir, Yingzi, era una reconocida cazadora del mercado negro (no un mercado negro común, por supuesto, ella estaba aún más bajo de que eso) esperando con paciencia la llegada de un cliente, pero aunque se aproximaba un trabajo que dejaría una de sus mayores ganancias, no podía no pensar en la revelación que ante sus oídos ahora se develaba. ¿A qué criatura estarán haciendo referencia todos los cazafortunas de aquel espantoso lugar? ㅤFinalmente, al frente suyo, un hombre vestido de negro con ojos agraviados se presentó llegando por parte de Lixue, quién se suponia era su socio. El trabajo era sencillo, pero coincidentemente le llevaría al bosque de pesadilla, el pago sería doble ya que nadie dentro del negocio deseaba inmiscuir sus asuntos en aquel lugar, pero como Lixue pregaba con tanta facilidad, si el precio es justo, no hay tarea que no se pueda llevar a cabo y por supuesto, ahora tenía una excusa para adentrarse en lo profundo, fingiendo que tenía una asunto pendiente además de la curiosidad por aquella bestia. ㅤYingzi sonrió y tomó el pago asegurando que esa misma noche iniciaría su labor, levantándose despreocupada de la mesa, saludó y se retiró dejando aquel par de ojos, ahora atónitos detrás. No solo era la curiosidad la que le impulsaba a adelantar el plazo, saber que algo grande le esperaba en las sombras, algo que representaba un posible gran ingreso en su futuro provocaba que se mordiera el labio ante la impaciencia y expectativa. ㅤSolo eran cuarenta minutos hasta las afueras, y en todo ese tiempo el camino pareció alargarse hasta la eternidad, lograba divisar los árboles a lo lejos pero parecía nunca llegar a ellos. ㅤFinalmente, el aire pesaba y aquella sensación quería absorberla hasta lo más profundo, hasta el corazón de aquel lugar. Los vehículos no llegaban hasta allí, los hombres pasaban kilómetros lejos de aquella zona, pero LiXue había aprendido la discreción y aunque el espíritu de aquel zorro era de utilidad, pues poder adoptar otra forma era una ventaja en sus negocios, aún se colocó una máscara de zorro que cubría la mayor parte de su rostro. ㅤEl vestido no era el adecuado ni el usual para la ocasión, aún así creía que no sería molestia aunque al adentrarse algunas ramas se atoraran en la inflada falda. ㅤEl silencio reinaba en el lugar, para nada lo habitual según lo que recordaba, los lamentos que en cada ocasión rondaban por el lugar esta vez se hacían notables gracias a su ausencia, el olor de las ánimas tampoco se infiltraba por su desarrollado olfato que podría distinguir a una persona en un kilómetro. Sin dudas algo había cambiado, pero lejos de alterarle, robó de sus labios una sonrisa, ¿En serio los muertos se ocultaban por miedo a algo más grande? ㅤEn silencio y con agilidad trepó a un árbol quedando a lo que lucian aproximadamente tres metros de altura, la visión mejoraba pero aún así su objetivo no estaba a la vista, y esa otra cosa tampoco; aunque si lo pensaba bien, no sabía ni siquiera como se veía. ㅤCon un talismán de contención en una mano, arrojó una cerilla encendida al suelo antes de materializar una daga mediana en su diestra libre. El suelo debajo empezaba a arder, la llama inicial era especial, alimentado con la energía de un núcleo de fuego era el cebo perfecto para las criaturas hambrientas de calor espiritual, o en su defecto, lo que sea que habitara ese lugar tendría que apresurarse si no deseaba que su hogar se redujera a cenizas. Sea cuál sea, LiXue miraba hacía abajo, con su figura oculta en las sombras, esperando con paciencia y expectativa el desarrollo de esta noche. [legend_malachite_lobster_769]
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  • -Nobara se acercó lentamente a Megumi con una sonrisa traviesa en el rostro. Sus ojos brillaban con malicia mientras sacaba un pintalabios de su neceser.-

    Eres el siguiente en la lista, Megumi, -dijo con voz suave pero llena de amenaza.-

    Vamos, déjame hacerte lucir "divino" como Itadori..
    -Nobara se acercó lentamente a Megumi con una sonrisa traviesa en el rostro. Sus ojos brillaban con malicia mientras sacaba un pintalabios de su neceser.- Eres el siguiente en la lista, Megumi, -dijo con voz suave pero llena de amenaza.- Vamos, déjame hacerte lucir "divino" como Itadori..
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  • — Debiste ver su rostro, Banwen. Estaba tan roja como una peonía en pleno florecer. Por un momento pensé que le explotaría la cara de ira. —Cada palabra era jocosa y demostraba que estaba conteniéndose las ganas de reír. Pero cada vez que parecía tener control, recordar el rostro de aquella mujer embravecida lo hacía atacarse nuevamente a carcajadas. Ming Wei, el gran príncipe heredero del clan Qiang, se estaba comportando como un idiota delante de aquella bestia.— La Reina Madre sí que sabe cómo superarse cada día. —Asintió lentamente, tras un largo suspiro que le permitió regular sus risas, y regresó su atención a la bestia que mordisqueaba el pincel de manera insistente. Ming Wei lo observó con curiosidad, aunque ya tenía unos cinco años con él, seguía comportándose como el cachorro consentido que llegara a palacio como obsequio por su nombramiento. Uno de los más desagradables para Qiang Meihua.— ¿Puedes creer que de nuevo está buscando una princesa para desposar? Ella no aprende ni escucha de razones. —Negó con lentitud, porque de nuevo se quería soltar a reír por culpa de ese ceño fruncido y esos insistentes golpes sobre la mesa de té. Casi la podía escuchar rabiar como si la tuviese en la habitación de al lado.— Pero quizá, por una vez, sea momento de escucharla y entrar en razón. ¿Tú qué opinas Banwen? ¿Debería hacerle caso a la abuela?

    Banwen era un león blanco que había llegado desde la región vecina, una de las muchas que servía fervientemente al clan desde el nombramiento del príncipe Huan Ye unos cientos de años atrás; un obsequio difícil de rechazar por su significado, sus buenos deseos y la estrecha relación que existía entre clanes. Un dolor de cabeza para la reina madre, para los sirvientes que estaban poco familiarizados con su presencia y, también, un recordatorio de preferencias para los demás príncipes: El único capaz de heredar el control, era aquel a quien respetaba. Al menos, lo respetaba a veces, porque Banwen terminó bostezando antes de estirar las patas hacia el frente y echar la cabeza al suelo sobre éstas, casi como si diera por terminada la conversación que en ese momento sostenían. Ming Wei le observó, al principio se sintió indignado por su comportamiento, mas terminó riéndose a carcajadas cuando lo relacionó a su propio carácter. Ya no sabía bien si él había adquirido rasgos de la bestia o la bestia de él, pero era divertido ver cómo se compenetraban tan bien.

    — Dichoso tú que no debes cumplir con la voluntad de esa mujer. —Le envidió, se puso de pie y se cruzó de brazos mientras que pasaba a su lado, casi frente a su cabeza, pero Banwen ni se inmutó por ello.— Siquiera cumples con la mía. Pero qué más da, si ella no decide lanzar su ficha al tablero tendré que hacerlo, es mejor que esperar a que los ministros decidan implorar por mi destitución. —El pesar se le notó en la voz y en el gesto de su rostro al fruncir el ceño. Luego vino el silencio mientras que pensaba en profunda reflexión. ¿Y si esa era justamente la jugada que su abuela quería hacer? Obligarlo a sentirse presionado para mover sus propias piezas en defensa mientras ella esperaba el momento para atacar.

    Se comenzó a reír, porque pensó que la vieja estaba siendo demasiado engreída, pero ella solía ser así: Actuar a las espaldas de los demás en el momento justo, mientras se hacía la mustia. De nuevo se rio, más alto esta vez y de una forma tan escandalosa que no solo despertó a Banwen, sino que también alertó a Zhao Yu, el eunuco que lideraba a sus sirvientes desde que era un chiquillo. El hombre entró casi corriendo en la habitación, reverenció a su señor y le observó con una mirada silenciosa que rogaba una explicación.

    — Zhao Yu, iremos a ver a la Reina Madre nuevamente. Ve y dile a sus damas que preparen el té que le obsequié esta mañana, también un tablero de Go, quiero disculparme con ella. Después de todo, no es tan tonta ni vieja como yo pensaba.
    — Debiste ver su rostro, Banwen. Estaba tan roja como una peonía en pleno florecer. Por un momento pensé que le explotaría la cara de ira. —Cada palabra era jocosa y demostraba que estaba conteniéndose las ganas de reír. Pero cada vez que parecía tener control, recordar el rostro de aquella mujer embravecida lo hacía atacarse nuevamente a carcajadas. Ming Wei, el gran príncipe heredero del clan Qiang, se estaba comportando como un idiota delante de aquella bestia.— La Reina Madre sí que sabe cómo superarse cada día. —Asintió lentamente, tras un largo suspiro que le permitió regular sus risas, y regresó su atención a la bestia que mordisqueaba el pincel de manera insistente. Ming Wei lo observó con curiosidad, aunque ya tenía unos cinco años con él, seguía comportándose como el cachorro consentido que llegara a palacio como obsequio por su nombramiento. Uno de los más desagradables para Qiang Meihua.— ¿Puedes creer que de nuevo está buscando una princesa para desposar? Ella no aprende ni escucha de razones. —Negó con lentitud, porque de nuevo se quería soltar a reír por culpa de ese ceño fruncido y esos insistentes golpes sobre la mesa de té. Casi la podía escuchar rabiar como si la tuviese en la habitación de al lado.— Pero quizá, por una vez, sea momento de escucharla y entrar en razón. ¿Tú qué opinas Banwen? ¿Debería hacerle caso a la abuela? Banwen era un león blanco que había llegado desde la región vecina, una de las muchas que servía fervientemente al clan desde el nombramiento del príncipe Huan Ye unos cientos de años atrás; un obsequio difícil de rechazar por su significado, sus buenos deseos y la estrecha relación que existía entre clanes. Un dolor de cabeza para la reina madre, para los sirvientes que estaban poco familiarizados con su presencia y, también, un recordatorio de preferencias para los demás príncipes: El único capaz de heredar el control, era aquel a quien respetaba. Al menos, lo respetaba a veces, porque Banwen terminó bostezando antes de estirar las patas hacia el frente y echar la cabeza al suelo sobre éstas, casi como si diera por terminada la conversación que en ese momento sostenían. Ming Wei le observó, al principio se sintió indignado por su comportamiento, mas terminó riéndose a carcajadas cuando lo relacionó a su propio carácter. Ya no sabía bien si él había adquirido rasgos de la bestia o la bestia de él, pero era divertido ver cómo se compenetraban tan bien. — Dichoso tú que no debes cumplir con la voluntad de esa mujer. —Le envidió, se puso de pie y se cruzó de brazos mientras que pasaba a su lado, casi frente a su cabeza, pero Banwen ni se inmutó por ello.— Siquiera cumples con la mía. Pero qué más da, si ella no decide lanzar su ficha al tablero tendré que hacerlo, es mejor que esperar a que los ministros decidan implorar por mi destitución. —El pesar se le notó en la voz y en el gesto de su rostro al fruncir el ceño. Luego vino el silencio mientras que pensaba en profunda reflexión. ¿Y si esa era justamente la jugada que su abuela quería hacer? Obligarlo a sentirse presionado para mover sus propias piezas en defensa mientras ella esperaba el momento para atacar. Se comenzó a reír, porque pensó que la vieja estaba siendo demasiado engreída, pero ella solía ser así: Actuar a las espaldas de los demás en el momento justo, mientras se hacía la mustia. De nuevo se rio, más alto esta vez y de una forma tan escandalosa que no solo despertó a Banwen, sino que también alertó a Zhao Yu, el eunuco que lideraba a sus sirvientes desde que era un chiquillo. El hombre entró casi corriendo en la habitación, reverenció a su señor y le observó con una mirada silenciosa que rogaba una explicación. — Zhao Yu, iremos a ver a la Reina Madre nuevamente. Ve y dile a sus damas que preparen el té que le obsequié esta mañana, también un tablero de Go, quiero disculparme con ella. Después de todo, no es tan tonta ni vieja como yo pensaba.
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  • La cena con la Interesante dama
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    Categoría Original
    La noche estaba en su apogeo, y la mansión se encontraba impecable, bañada en la suave luz de los candelabros que colgaban del techo. Todo estaba listo. Después de días de planificación y la espera de una confirmación, había llegado el momento.

    Esta vez, la invitación no había sido enviada por Heinrich, sino por mí. Aunque he pasado años viendo a sus conocidos desde la distancia, ahora era mi turno de acercarme, de conocer a aquellos que alguna vez compartieron momentos con él, pero desde mi propia perspectiva.

    La invitada de esta noche era Rubi Ketchlant una de las pocas personas que habían asistido a un banquete que se había hecho hace tiempo. No voy a mentir: mi curiosidad estaba al límite. Hasta ahora, solo la había observado a través de los recuerdos de Heinrich, pero quería verla en persona, sin las barreras de su mente.

    Había preparado una cena exquisita, platos que incluso Heinrich habría considerado dignos de una ocasión especial. El aroma de las especias y el vino llenaba el aire, invitando a quien cruzara la puerta a dejarse llevar por la atmósfera que había creado.

    Me ajusté la capa de terciopelo negro sobre los hombros y eché un último vistazo al salón. Todo estaba en su lugar: la mesa decorada con buen gusto, el fuego crepitando en la chimenea, y una botella de vino añejo respirando en el centro.

    Ahora, solo restaba esperar Una sonrisa de anticipación se dibujó en mis labios. Estaba más que dispuesto a descubrir si ella era tan interesante como Heinrich la recordaba.

    -Que empiece la velada...-
    La noche estaba en su apogeo, y la mansión se encontraba impecable, bañada en la suave luz de los candelabros que colgaban del techo. Todo estaba listo. Después de días de planificación y la espera de una confirmación, había llegado el momento. Esta vez, la invitación no había sido enviada por Heinrich, sino por mí. Aunque he pasado años viendo a sus conocidos desde la distancia, ahora era mi turno de acercarme, de conocer a aquellos que alguna vez compartieron momentos con él, pero desde mi propia perspectiva. La invitada de esta noche era [Rub_i26] una de las pocas personas que habían asistido a un banquete que se había hecho hace tiempo. No voy a mentir: mi curiosidad estaba al límite. Hasta ahora, solo la había observado a través de los recuerdos de Heinrich, pero quería verla en persona, sin las barreras de su mente. Había preparado una cena exquisita, platos que incluso Heinrich habría considerado dignos de una ocasión especial. El aroma de las especias y el vino llenaba el aire, invitando a quien cruzara la puerta a dejarse llevar por la atmósfera que había creado. Me ajusté la capa de terciopelo negro sobre los hombros y eché un último vistazo al salón. Todo estaba en su lugar: la mesa decorada con buen gusto, el fuego crepitando en la chimenea, y una botella de vino añejo respirando en el centro. Ahora, solo restaba esperar Una sonrisa de anticipación se dibujó en mis labios. Estaba más que dispuesto a descubrir si ella era tan interesante como Heinrich la recordaba. -Que empiece la velada...-
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  • Noche de Cazeria
    Fandom Varios
    Categoría Otros
    Heinrich avanzaba entre los árboles con paso silencioso, los sentidos alertas. La neblina comenzaba a envolver el bosque, como una capa espesa que oscurecía aún más el entorno. La luz de la luna, filtrándose entre las copas de los árboles, apenas tocaba su rostro, y el suave murmullo del viento era el único sonido que acompañaba sus pasos.

    Había salido de su finca en busca de animales, la necesidad de su vino especial lo había empujado a adentrarse más allá de los límites conocidos, un lugar donde no solía ir. Sin embargo, el temor de encontrar algo o alguien más le rondaba la mente, y por un momento, no pudo evitar preguntarse si debería haber esperado hasta el amanecer.

    Su mirada, con aquellos ojos tan brillantes como brasas, se movía rápidamente entre los árboles, buscando cualquier rastro, cualquier señal. Los animales no solían estar tan cerca de los límites del bosque, pero esa noche algo le decía que las reglas podrían haberse alterado.

    —No debo encontrarme con nadie… —murmuró para sí mismo, como una mantra, mientras sus pasos lo llevaban más profundo en la oscuridad.

    // Rol con Darian Ardentide //
    Heinrich avanzaba entre los árboles con paso silencioso, los sentidos alertas. La neblina comenzaba a envolver el bosque, como una capa espesa que oscurecía aún más el entorno. La luz de la luna, filtrándose entre las copas de los árboles, apenas tocaba su rostro, y el suave murmullo del viento era el único sonido que acompañaba sus pasos. Había salido de su finca en busca de animales, la necesidad de su vino especial lo había empujado a adentrarse más allá de los límites conocidos, un lugar donde no solía ir. Sin embargo, el temor de encontrar algo o alguien más le rondaba la mente, y por un momento, no pudo evitar preguntarse si debería haber esperado hasta el amanecer. Su mirada, con aquellos ojos tan brillantes como brasas, se movía rápidamente entre los árboles, buscando cualquier rastro, cualquier señal. Los animales no solían estar tan cerca de los límites del bosque, pero esa noche algo le decía que las reglas podrían haberse alterado. —No debo encontrarme con nadie… —murmuró para sí mismo, como una mantra, mientras sus pasos lo llevaban más profundo en la oscuridad. // Rol con [Sonosand] //
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  • 𝑹𝒆𝒈𝒂𝒍𝒐𝒔 𝒅𝒆 𝒖𝒍𝒕𝒊𝒎𝒂 𝒉𝒐𝒓𝒂.
    Fandom ACOTAR
    Categoría Fantasía
    Las calles de velaris siempre eran un deleite visual y auditivo repleto de faes disfrutando de una salida en aquel día tan alegre, todo lo contrario de lo que había visto en las tierras pobres donde vivió durante gran parte de su juventud, rodeados de todo tipo de pobreza y una carente alegria que asomaba incluso entre los mas adinerados.

    Se sorprendió comparando dos lugares tan opuestos, lo adjudico a la nostalgia y a la que fue, una ligera cantidad, de vino que no solía consumir (sabiendo que era un pretexto tonto para justificarse)

    Antes de salir de casa Nuala la había cubierto con una capa rosada para ocultar la ropa casual que, cabía recalcar, se negó a cambiar por la perdida de tiempo que conlevaria.

    Animada comienzo a caminar en busca de alguna tienda de interés mientras, 𝕬𝖟𝖗𝖎𝖊𝖑 , caminaba a su lado como su acompañante y ahora compañero de la búsqueda de regalos de última hora.
    Las calles de velaris siempre eran un deleite visual y auditivo repleto de faes disfrutando de una salida en aquel día tan alegre, todo lo contrario de lo que había visto en las tierras pobres donde vivió durante gran parte de su juventud, rodeados de todo tipo de pobreza y una carente alegria que asomaba incluso entre los mas adinerados. Se sorprendió comparando dos lugares tan opuestos, lo adjudico a la nostalgia y a la que fue, una ligera cantidad, de vino que no solía consumir (sabiendo que era un pretexto tonto para justificarse) Antes de salir de casa Nuala la había cubierto con una capa rosada para ocultar la ropa casual que, cabía recalcar, se negó a cambiar por la perdida de tiempo que conlevaria. Animada comienzo a caminar en busca de alguna tienda de interés mientras, [spirit_lime_fox_273] , caminaba a su lado como su acompañante y ahora compañero de la búsqueda de regalos de última hora.
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  • Habían pasado un par de días desde aquella fatídica fiesta, donde todo se había torcido y la tensión se había instalado entre nosotros. Los tres terminamos heridos de alguna forma: desde 𝑬𝒍𝒊𝒛𝒂𝒃𝒆𝒕𝒉 ✴ 𝑩𝒍𝒐𝒐𝒅𝒇𝒍𝒂𝒎𝒆 hasta Kazuo , cuya amistad ahora pendía de un hilo. Fue un golpe más que llevó a dar un paso atrás a Heinrich y que descansara. La penumbra de la habitación me envolvía como un manto protector mientras me acomodaba junto a la ventana, observando la oscuridad exterior mientras la luz de la luna bañaba mi figura con su resplandor frío y plateado. Con una copa de vino en la mano, tomé un sorbo y sentí el vino correr por mi garganta, dejándome un gusto amargo pero familiar.

    —Oh, Heinrich... —suspiré en el silencio—, eres demasiado bondadoso, y eso puede ser tanto un regalo como una condena.

    El eco de mis propias palabras resonó en la penumbra, sin reproches, solo constatación de una verdad. Suspiré, dejando que mis pensamientos volaran.

    —Tu corazón es noble, pero también frágil.

    Acaricié el borde de la copa con el dedo, permitiendo que la frialdad del cristal me devolviera algo de claridad. Sabía que Heinrich escuchaba, en algún rincón profundo de su mente.

    —Debes entender que no puedes salvar a todos, y menos a aquellos que ya han elegido su propio camino. No puedes obligar a alguien a quedarse a tu lado.

    Exhalé lentamente y dejé que la tensión abandonara mis hombros. Aparté la mirada de la ventana y, aunque mi expresión seguía siendo firme, había un atisbo de preocupación que no podía evitar.

    —Heinrich, por tu propio bien… será mejor que no veas a Kazuo por un tiempo. —Mi voz sonaba calmada, pero llevaba un tono protector, como una advertencia suave—. Sé que eso te dolerá, pero necesitas espacio para sanar.

    Dejé que el silencio tomara mi lugar por un momento, dejé que las palabras penetraran. Finalmente, susurré, con un tono de compasión y una ternura que él necesitaría aceptar.

    —Deja que el tiempo haga lo suyo. Aprende a proteger tu corazón antes de que no quede nada de él. A veces, cuidarte significa alejarte de aquello que más deseas... aunque duela.

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    Linea Narrativa: https://ficrol.com/posts/206337
    Habían pasado un par de días desde aquella fatídica fiesta, donde todo se había torcido y la tensión se había instalado entre nosotros. Los tres terminamos heridos de alguna forma: desde [Liz_bloodFlame] hasta [8KazuoAihara8], cuya amistad ahora pendía de un hilo. Fue un golpe más que llevó a dar un paso atrás a Heinrich y que descansara. La penumbra de la habitación me envolvía como un manto protector mientras me acomodaba junto a la ventana, observando la oscuridad exterior mientras la luz de la luna bañaba mi figura con su resplandor frío y plateado. Con una copa de vino en la mano, tomé un sorbo y sentí el vino correr por mi garganta, dejándome un gusto amargo pero familiar. —Oh, Heinrich... —suspiré en el silencio—, eres demasiado bondadoso, y eso puede ser tanto un regalo como una condena. El eco de mis propias palabras resonó en la penumbra, sin reproches, solo constatación de una verdad. Suspiré, dejando que mis pensamientos volaran. —Tu corazón es noble, pero también frágil. Acaricié el borde de la copa con el dedo, permitiendo que la frialdad del cristal me devolviera algo de claridad. Sabía que Heinrich escuchaba, en algún rincón profundo de su mente. —Debes entender que no puedes salvar a todos, y menos a aquellos que ya han elegido su propio camino. No puedes obligar a alguien a quedarse a tu lado. Exhalé lentamente y dejé que la tensión abandonara mis hombros. Aparté la mirada de la ventana y, aunque mi expresión seguía siendo firme, había un atisbo de preocupación que no podía evitar. —Heinrich, por tu propio bien… será mejor que no veas a Kazuo por un tiempo. —Mi voz sonaba calmada, pero llevaba un tono protector, como una advertencia suave—. Sé que eso te dolerá, pero necesitas espacio para sanar. Dejé que el silencio tomara mi lugar por un momento, dejé que las palabras penetraran. Finalmente, susurré, con un tono de compasión y una ternura que él necesitaría aceptar. —Deja que el tiempo haga lo suyo. Aprende a proteger tu corazón antes de que no quede nada de él. A veces, cuidarte significa alejarte de aquello que más deseas... aunque duela. --------------------------- Linea Narrativa: https://ficrol.com/posts/206337
    Me entristece
    Me encocora
    Me shockea
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  • °•°•||Another Dumb||•°•°
    Fandom Cualquiera.
    Categoría Otros
    —Obra de arte... Tocarte...

    Verdes los ojos que se posan en las teclas, esos que dan forma a una mirada distante y flotante. El chico observa el peculiar instrumento que reposa sobre sus blanquecinas manos, mismas que parecen fundirse ante la pintura blanca del objeto; una keytar, aquello que Kafka mira con tanto interés y con el que llevaba rato intentando componer una melodía que pudiera mezclarse con las frases que se le ocurrían.

    El parque parecía tan calmado, con tan solo el silbido del viento y los susurros que robaba de los árboles. No había mucha gente, cosa que era perfecta para Kafka y su pequeño hobby: Los poemas.

    Sus labios se mueven constantemente, dejando escapar murmullos que arrastra la brisa, mientras que sus dedos intentan bailar sobre el teclado, pero tropiezan estrepitosamente al no poder formular un sonido convincente para Kafka.

    —Hermosa obra de arte. Vale la pena mirarte, aunque el precio sea nunca poder tocarte...

    Una mueca de disgusto. En eso fue lo que se convirtieron los labios torcidos del chico, ya que ninguno de sus intentos había logrado cumplir con sus expectativas.

    —Quien diría que improvisar escribiendo e improvisar tocando son dos cosas distintas.
    —Obra de arte... Tocarte... Verdes los ojos que se posan en las teclas, esos que dan forma a una mirada distante y flotante. El chico observa el peculiar instrumento que reposa sobre sus blanquecinas manos, mismas que parecen fundirse ante la pintura blanca del objeto; una keytar, aquello que Kafka mira con tanto interés y con el que llevaba rato intentando componer una melodía que pudiera mezclarse con las frases que se le ocurrían. El parque parecía tan calmado, con tan solo el silbido del viento y los susurros que robaba de los árboles. No había mucha gente, cosa que era perfecta para Kafka y su pequeño hobby: Los poemas. Sus labios se mueven constantemente, dejando escapar murmullos que arrastra la brisa, mientras que sus dedos intentan bailar sobre el teclado, pero tropiezan estrepitosamente al no poder formular un sonido convincente para Kafka. —Hermosa obra de arte. Vale la pena mirarte, aunque el precio sea nunca poder tocarte... Una mueca de disgusto. En eso fue lo que se convirtieron los labios torcidos del chico, ya que ninguno de sus intentos había logrado cumplir con sus expectativas. —Quien diría que improvisar escribiendo e improvisar tocando son dos cosas distintas.
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  • La menuda fae agitaba una copa de vino rojo y espeso, miraba el licor, como se movía en la copa, creaba ondas y bailoteaba. A sus espaldas Varian la observaba con ternura y amor, Amren podía sentir esa mirada clavada en ella mientras estaba sumergida en sus pensamientos.

    — Vienen tiempos truculentos, me temo.

    Expresó, para nadie o tal vez fue una advertencia a Varian.
    La menuda fae agitaba una copa de vino rojo y espeso, miraba el licor, como se movía en la copa, creaba ondas y bailoteaba. A sus espaldas Varian la observaba con ternura y amor, Amren podía sentir esa mirada clavada en ella mientras estaba sumergida en sus pensamientos. — Vienen tiempos truculentos, me temo. Expresó, para nadie o tal vez fue una advertencia a Varian.
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