• Como antes, pero después
    Fandom N/A
    Categoría Slice of Life
    ㅤ╰─► 𝑹𝒐𝒍 𝒕𝒐::
    ㅤㅤㅤㅤㅤOlivia Romero

    223 días.

    Esa era la cuenta exacta que llevaba Kazuha en una nota mental, y probablemente ya perdida entre el caos que era su mente. Doscientos veintitrés días desde que había estrellado su camioneta contra el elegante escaparate de una librería en el centro de la ciudad. Doscientos veintiuno desde que un juez, con evidente falta de imaginación, le había arrebatado su licencia de conducir por tercera vez. Doscientos diecisiete desde que había dejado abandonado el vehículo, con el capó aún humeante, en el taller mecánico.

    172 días desde que el mecánico le envió un mensaje:
    "Señora, su vehículo está listo."

    142 días desde el ultimátum, donde la resignación se tornó en un dejo de exasperación:
    "Señora, venga por su camioneta, ya está lista desde hace mas de un mes. Y págueme."

    ¿Señora? ¿SEÑORA? La palabra le había estado resonando en el cráneo durante semanas, cada sílaba un insulto a su eterna juventud y su caótico esplendor. ¿Ella? ¡¿Una señora?! Claro que aquella ofensa fue excusa suficiente para que su deuda se extendiera, pudriéndose en el olvido junto a otras facturas y advertencias sociales... hasta hoy.

    Hoy, finalmente, se había dignado a aparecer. Hoy, el aburrimiento había sido más fuerte que el orgullo.

    Tal vez fue su figura menuda, sus 1.58 metros de altura, o la mirada de absoluto desdén lo que hizo que el mecánico, quien ni siquiera la recordaba, la llamara 'Chiquilla'. Y por supuesto que la palabra también la ofendió, profundamente, pero sonaba menos a resignación y más a algo que podía aceptar. Pagó en efectivo, el origen del dinero era mejor no cuestionarlo, y recuperó las llaves.

    Ahora, una mano en el volante, un pie en el acelerador, una licencia de conducir inexistente y una responsabilidad que brillaba por su ausencia, Kazuha salió del taller. Con la otra mano, ya buscaba su móvil, los ojos saltando entre la carretera y la pantalla con una temeridad que era su sello personal. ¿Responsabilidad? Eso, si acaso, era el nombre de un plato aburrido que nunca probaría.

    : ¡Liiiiiiv!
    : -sticker de gato conduciendo-
    : Cancela todos tus planes para hoy...

    El mensaje partió. Sus dedos, ágiles e imprudentes, continuaron su danza sobre la pantalla, tejiendo una verdad a medias con la urgencia de quien teme que la razón la alcance.

    : ¡Vamos de viaje! Prepara tus cosas...
    : Nada de outfits de señorita perfecta. Vamos a... acampar, sí.

    Se le acababa de ocurrir en el mismo instante en que lo escribía, pero la idea, una vez plasmada en aquel mensaje, se convirtió en un decreto irrevocable. Ahora hablaba en serio.

    : A la intemperie. Con insectos, y esas cosas...

    Un semáforo se puso rojo frente a ella. Frenó en seco. En el silencio repentino, interrumpido solo por el ruido del motor, la duda, un monstruo raro y familiar, posó su garra en su estómago. ¿Y si Liv decía que no? ¿Y si los puentes no solo estaban rotos, sino reducidos a cenizas que ni siquiera ella podía reconstruir? El fantasma de una última pelea, de las palabras no dichas y los silencios que pesaban más que gritos, se cernió sobre ella por un segundo.

    Entonces, el semáforo cambió a verde. Un claxon furioso sonó detrás de ella. Kazuha pisó el acelerador como si estuviera aplastando la misma duda, la camioneta arrancó con una sacudida. La duda no tenía cabida en su mundo; solo la acción la tenía. Tomó el teléfono otra vez, la determinación ahogando el miedo.

    : Ya voy en camino... No puedes decir que no. Ni lo intentes.

    Mentira. Podía. ¡Claro que podía!. Liv siempre había podido ponerle un alto. Siempre había sido la única capaz de trazar una línea infranqueable. Esa era una de las razones por la que su amistad, en otro tiempo, había valido cada grieta y cada cicatriz. Pero esta vez, no iba a detenerse. Giró el volante, tomando la ruta que conducía al apartamento de Olivia. En el asiento del copiloto, una pequeña maleta contenía lo esencial para ella: un par de conjuntos deportivos, una chaqueta de cuero, y una caja de doce jugos de fruta. ¿Y lo demás? ¿Carpas, sleeping bags, comida...? Si, bueno, eso era un problema para la Kazuha del futuro, que probablemente lo resolvería en la primera tienda que encontrara en el camino, sin importar el costo o la practicidad.

    Mientras conducía, con el cristal de la ventana a medio bajar y su cabello negro flotando contra el viento por la velocidad, los pensamientos acudían a ella. ¿Cuántos años habían pasado desde la última vez que hicieron algo así? No los de calendario... sino los de verdad, los que se miden en risas compartidas que duelen en el costado, en secretos susurrados bajo las sábanas durante una pijamada, en la complicidad silenciosa de saberse entendidas sin necesidad de palabras.. Ya no serían tres, claro. Esa época había quedado atrás, enterrada bajo los escombros de un corazón roto y elecciones que aún dolían. Esta vez serían solo ellas dos. Pero en ese momento, acelerando hacia el apartamento de Olivia, o tal vez mas bien hacia un futuro incierto, sintió que ellas dos podían ser, una vez más, un universo completo.
    ㅤ╰─► 𝑹𝒐𝒍 𝒕𝒐:: ㅤㅤㅤㅤㅤ[flash_brass_tiger_817] ✦ 223 días. Esa era la cuenta exacta que llevaba Kazuha en una nota mental, y probablemente ya perdida entre el caos que era su mente. Doscientos veintitrés días desde que había estrellado su camioneta contra el elegante escaparate de una librería en el centro de la ciudad. Doscientos veintiuno desde que un juez, con evidente falta de imaginación, le había arrebatado su licencia de conducir por tercera vez. Doscientos diecisiete desde que había dejado abandonado el vehículo, con el capó aún humeante, en el taller mecánico. 172 días desde que el mecánico le envió un mensaje: "Señora, su vehículo está listo." 142 días desde el ultimátum, donde la resignación se tornó en un dejo de exasperación: "Señora, venga por su camioneta, ya está lista desde hace mas de un mes. Y págueme." ¿Señora? ¿SEÑORA? La palabra le había estado resonando en el cráneo durante semanas, cada sílaba un insulto a su eterna juventud y su caótico esplendor. ¿Ella? ¡¿Una señora?! Claro que aquella ofensa fue excusa suficiente para que su deuda se extendiera, pudriéndose en el olvido junto a otras facturas y advertencias sociales... hasta hoy. Hoy, finalmente, se había dignado a aparecer. Hoy, el aburrimiento había sido más fuerte que el orgullo. Tal vez fue su figura menuda, sus 1.58 metros de altura, o la mirada de absoluto desdén lo que hizo que el mecánico, quien ni siquiera la recordaba, la llamara 'Chiquilla'. Y por supuesto que la palabra también la ofendió, profundamente, pero sonaba menos a resignación y más a algo que podía aceptar. Pagó en efectivo, el origen del dinero era mejor no cuestionarlo, y recuperó las llaves. Ahora, una mano en el volante, un pie en el acelerador, una licencia de conducir inexistente y una responsabilidad que brillaba por su ausencia, Kazuha salió del taller. Con la otra mano, ya buscaba su móvil, los ojos saltando entre la carretera y la pantalla con una temeridad que era su sello personal. ¿Responsabilidad? Eso, si acaso, era el nombre de un plato aburrido que nunca probaría. 📱💬: ¡Liiiiiiv! 📱💬: -sticker de gato conduciendo- 📱💬: Cancela todos tus planes para hoy... El mensaje partió. Sus dedos, ágiles e imprudentes, continuaron su danza sobre la pantalla, tejiendo una verdad a medias con la urgencia de quien teme que la razón la alcance. 📱💬: ¡Vamos de viaje! Prepara tus cosas... 📱💬: Nada de outfits de señorita perfecta. Vamos a... acampar, sí. Se le acababa de ocurrir en el mismo instante en que lo escribía, pero la idea, una vez plasmada en aquel mensaje, se convirtió en un decreto irrevocable. Ahora hablaba en serio. 📱💬: A la intemperie. Con insectos, y esas cosas... Un semáforo se puso rojo frente a ella. Frenó en seco. En el silencio repentino, interrumpido solo por el ruido del motor, la duda, un monstruo raro y familiar, posó su garra en su estómago. ¿Y si Liv decía que no? ¿Y si los puentes no solo estaban rotos, sino reducidos a cenizas que ni siquiera ella podía reconstruir? El fantasma de una última pelea, de las palabras no dichas y los silencios que pesaban más que gritos, se cernió sobre ella por un segundo. Entonces, el semáforo cambió a verde. Un claxon furioso sonó detrás de ella. Kazuha pisó el acelerador como si estuviera aplastando la misma duda, la camioneta arrancó con una sacudida. La duda no tenía cabida en su mundo; solo la acción la tenía. Tomó el teléfono otra vez, la determinación ahogando el miedo. 📱💬: Ya voy en camino... No puedes decir que no. Ni lo intentes. Mentira. Podía. ¡Claro que podía!. Liv siempre había podido ponerle un alto. Siempre había sido la única capaz de trazar una línea infranqueable. Esa era una de las razones por la que su amistad, en otro tiempo, había valido cada grieta y cada cicatriz. Pero esta vez, no iba a detenerse. Giró el volante, tomando la ruta que conducía al apartamento de Olivia. En el asiento del copiloto, una pequeña maleta contenía lo esencial para ella: un par de conjuntos deportivos, una chaqueta de cuero, y una caja de doce jugos de fruta. ¿Y lo demás? ¿Carpas, sleeping bags, comida...? Si, bueno, eso era un problema para la Kazuha del futuro, que probablemente lo resolvería en la primera tienda que encontrara en el camino, sin importar el costo o la practicidad. Mientras conducía, con el cristal de la ventana a medio bajar y su cabello negro flotando contra el viento por la velocidad, los pensamientos acudían a ella. ¿Cuántos años habían pasado desde la última vez que hicieron algo así? No los de calendario... sino los de verdad, los que se miden en risas compartidas que duelen en el costado, en secretos susurrados bajo las sábanas durante una pijamada, en la complicidad silenciosa de saberse entendidas sin necesidad de palabras.. Ya no serían tres, claro. Esa época había quedado atrás, enterrada bajo los escombros de un corazón roto y elecciones que aún dolían. Esta vez serían solo ellas dos. Pero en ese momento, acelerando hacia el apartamento de Olivia, o tal vez mas bien hacia un futuro incierto, sintió que ellas dos podían ser, una vez más, un universo completo.
    Tipo
    Grupal
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
    Me gusta
    2
    0 turnos 0 maullidos
  • El sargento que fue amigo de Toby fue encontrado sin vida tres meses después de su fallecimiento.
    Asumieron que habia salido de viaje y habia dejado su perro, por ello el hedor tan fuerte.
    Pero en verdad, el perro estaba en peor estado de descomposición.

    Aun el frigorífico funcionaba con comida aun dentro que ya tenia moho, las cuentas de electricidad, agua y gas pagadas por lo que restaba del año.
    Todos asumen que el perro murió de edsd avanzada y el sargento no pudo con su duelo.

    《 Si tan solo no hubiera tenido miedo de llamarlo ¿hubiera hecho una diferencia?》 Toby se cuestionaba, pero ya no importaba, tocaba ayudar a los servicios forenses con la limpieza e información pertinente...
    El sargento que fue amigo de Toby fue encontrado sin vida tres meses después de su fallecimiento. Asumieron que habia salido de viaje y habia dejado su perro, por ello el hedor tan fuerte. Pero en verdad, el perro estaba en peor estado de descomposición. Aun el frigorífico funcionaba con comida aun dentro que ya tenia moho, las cuentas de electricidad, agua y gas pagadas por lo que restaba del año. Todos asumen que el perro murió de edsd avanzada y el sargento no pudo con su duelo. 《 Si tan solo no hubiera tenido miedo de llamarlo ¿hubiera hecho una diferencia?》 Toby se cuestionaba, pero ya no importaba, tocaba ayudar a los servicios forenses con la limpieza e información pertinente...
    Me gusta
    2
    0 turnos 0 maullidos
  • -Ambas gemelas estaba paseando en el bosque, todo es silencio, aunque no todo en su totalidad, ya que algunas aveces suelen cantar, mientras caminan su toparon con viajero. -

    Devola: Saludos, no imaginamos tener visitas.

    Popola: Cerca de aquí, hay una aldea, si deseas podemos guiarte.

    -Comentaron de forma amable, pues ese bosque estaba cerca de su aldea y es el mismo que daba a la zona costera. -
    -Ambas gemelas estaba paseando en el bosque, todo es silencio, aunque no todo en su totalidad, ya que algunas aveces suelen cantar, mientras caminan su toparon con viajero. - Devola: Saludos, no imaginamos tener visitas. Popola: Cerca de aquí, hay una aldea, si deseas podemos guiarte. -Comentaron de forma amable, pues ese bosque estaba cerca de su aldea y es el mismo que daba a la zona costera. -
    Me gusta
    Me encocora
    4
    0 turnos 0 maullidos
  • Todavía mantengo el luto... Pero la vida tiene que seguir, ¿cierto?
    Tal vez hay heridas que no cierran, dolores que no se curan. Sólo aprendes a vivir con eso...
    La vida es dolor. Pero lo verdaderamente importante es lo que haces con ese dolor... •́⁠ ⁠ ⁠‿⁠ ⁠,⁠•̀
    ¡Buen viaje!
    Dejaremos atrás todos nuestros dolores y nuestras lágrimas...
    Ya que de esa manera podremos seguir sonriendo...
    Y por ahora todavía salen mis lágrimas... Pero creo que llegará el día que pueda sonreír cuando la recuerde...
    Todavía mantengo el luto... Pero la vida tiene que seguir, ¿cierto? Tal vez hay heridas que no cierran, dolores que no se curan. Sólo aprendes a vivir con eso... 😢 La vida es dolor. Pero lo verdaderamente importante es lo que haces con ese dolor... •́⁠ ⁠ ⁠‿⁠ ⁠,⁠•̀ ¡Buen viaje! Dejaremos atrás todos nuestros dolores y nuestras lágrimas... Ya que de esa manera podremos seguir sonriendo... Y por ahora todavía salen mis lágrimas... Pero creo que llegará el día que pueda sonreír cuando la recuerde...
    Me entristece
    1
    0 turnos 0 maullidos
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    Pinches viajeros xD
    Pinches viajeros xD
    0 comentarios 0 compartidos
  • Zack
    *-Conan, kogoro y ran habían sido invitados a un viaje en crucero pero al llegar la noche la paz del crucero fue interrumpida por el grito desesperado de una mujer proveniente de uno de los dormitorios, conan fue corriendo a ver que pasaba, encontrando varias personas conmocionadas que cubrían el paso. por suerte conan pudo aprovechar su pequeño tamaño para deslizarse y pasar, adentro yacía el cadaver de una mujer el pequeño detective movió su mirada hacia las personas habiendo una que le llamaba la atención-*

    "-oiga.. disculpe-"

    *-el chico de gafas se acerco a zack jalándolo suavemente para llamar su atención-*
    [Zack25] *-Conan, kogoro y ran habían sido invitados a un viaje en crucero pero al llegar la noche la paz del crucero fue interrumpida por el grito desesperado de una mujer proveniente de uno de los dormitorios, conan fue corriendo a ver que pasaba, encontrando varias personas conmocionadas que cubrían el paso. por suerte conan pudo aprovechar su pequeño tamaño para deslizarse y pasar, adentro yacía el cadaver de una mujer el pequeño detective movió su mirada hacia las personas habiendo una que le llamaba la atención-* "-oiga.. disculpe-" *-el chico de gafas se acerco a zack jalándolo suavemente para llamar su atención-*
    Me gusta
    Me encocora
    3
    18 turnos 0 maullidos
  • : Se que aún no hemos pasado la resaca de nuestro último viaje, pero tu piénsalo. Tu y yo solos, con las maravillas del mundo a nuestros pies. Dean 𝕎inch𝙚s𝐭er
    📱 💬 : Se que aún no hemos pasado la resaca de nuestro último viaje, pero tu piénsalo. Tu y yo solos, con las maravillas del mundo a nuestros pies. [thxsoldier]
    Me encocora
    1
    7 turnos 0 maullidos
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    // por cierto ya regresé del viaje y ya tengo más tiempo para responderos a tod@s! Os espero linduritas~ ♥️
    // por cierto ya regresé del viaje y ya tengo más tiempo para responderos a tod@s! Os espero linduritas~ ♥️🫂
    Me encocora
    5
    0 comentarios 0 compartidos
  • Solo reproduce cualquier canción

    No era raro que a inicio del invierno el grupo que lo conocían de la orquesta le invitaran a salir a beber, siempre lo hacían cuadrando los tiempos necesarios para que él saliera, como si estuviesen a una agrupación conspirativa que se enfoca única y exclusivamente en salir a beber juntos, lo agradecía, muchas veces se olvidaba de lo divertido que era no estar preocupado, con los tiempos sobre su espalda, agotando su cuerpo hasta más no poder. Esa noche ya todos estaban un poco pasados de copas, hablando algunos más coherentes que otros, pero Yuiichi solo estaba callado con una sonrisa boba que no mostraba los dientes, nunca le gusto mostrar los dientes por el colmillo que sobresalía de forma suave. Por lo general, mantenía su rostro sereno, caracterizado por la expresión que muchas veces solo denotaba incomodidad, pero en ese momento solo tenía la sonrisa por el obvio estado de ebriedad era bastante adorable de ver.

    No supo en qué momento, pero soltaron papelillo en el ambiente del bar en el que estaban, algo de verdad muy bonito de ver. Por lo general no bebía, y si lo hacía no era en exceso, no quería terminar muriendo tan joven, además de que tenía una resistencia al alcohol en números negativos, pero a veces le era difícil medirse, en especial cuando sus amigos hacían juegos tontos que todo el mundo pensaba que habían quedado en la universidad. A pesar de todo, no podía evitar la risa baja que le hacía mostrar su rostro más pequeño ante las expresiones que se le escapaban.

    Había tenido días tranquilos a pesar del ajetreo de la ciudad, apenas le dieran las vacaciones su primer viaje sería estar un tiempo en su casa de la infancia, cada navidad se juntaban todos en la familia y de verdad es que era algo agradable, salir al mar de vez en cuando con el aire gélido en su piel y el olor a salitre en el ambiente era algo que le llenaba. A pesar de eso, estar donde su padre había fallecido era algo que le oprimía el pecho de vez en cuando.

    Después de una extensa conversación sobre qué harían para navidad que comenzó después de un largo rato jugando, Yuiichi se excusó un momento para salir a tomar aire, apenas podía caminar bien sin tropezar con sus propios zapatos y decidió no salir con su chaqueta, pero debido al alcohol no sentía con fuerza el clima gélido que estaba a su alrededor, sólo tenía su camisa blanca con un jean casual con algunos parches hechos en bordado tradicional que hacía su padre cuando él estaba más joven, tenía papelitos metalizados en el cabello y parte de la camisa al momento que salió del local, solo andaba sonriendo mientras miraba a la gente pasar por la calle, apoyado bajo los faroles neón del lugar siendo opacado por la leve capa de nieve vieja que se había asentado en distintos lugares.
    Solo reproduce cualquier canción No era raro que a inicio del invierno el grupo que lo conocían de la orquesta le invitaran a salir a beber, siempre lo hacían cuadrando los tiempos necesarios para que él saliera, como si estuviesen a una agrupación conspirativa que se enfoca única y exclusivamente en salir a beber juntos, lo agradecía, muchas veces se olvidaba de lo divertido que era no estar preocupado, con los tiempos sobre su espalda, agotando su cuerpo hasta más no poder. Esa noche ya todos estaban un poco pasados de copas, hablando algunos más coherentes que otros, pero Yuiichi solo estaba callado con una sonrisa boba que no mostraba los dientes, nunca le gusto mostrar los dientes por el colmillo que sobresalía de forma suave. Por lo general, mantenía su rostro sereno, caracterizado por la expresión que muchas veces solo denotaba incomodidad, pero en ese momento solo tenía la sonrisa por el obvio estado de ebriedad era bastante adorable de ver. No supo en qué momento, pero soltaron papelillo en el ambiente del bar en el que estaban, algo de verdad muy bonito de ver. Por lo general no bebía, y si lo hacía no era en exceso, no quería terminar muriendo tan joven, además de que tenía una resistencia al alcohol en números negativos, pero a veces le era difícil medirse, en especial cuando sus amigos hacían juegos tontos que todo el mundo pensaba que habían quedado en la universidad. A pesar de todo, no podía evitar la risa baja que le hacía mostrar su rostro más pequeño ante las expresiones que se le escapaban. Había tenido días tranquilos a pesar del ajetreo de la ciudad, apenas le dieran las vacaciones su primer viaje sería estar un tiempo en su casa de la infancia, cada navidad se juntaban todos en la familia y de verdad es que era algo agradable, salir al mar de vez en cuando con el aire gélido en su piel y el olor a salitre en el ambiente era algo que le llenaba. A pesar de eso, estar donde su padre había fallecido era algo que le oprimía el pecho de vez en cuando. Después de una extensa conversación sobre qué harían para navidad que comenzó después de un largo rato jugando, Yuiichi se excusó un momento para salir a tomar aire, apenas podía caminar bien sin tropezar con sus propios zapatos y decidió no salir con su chaqueta, pero debido al alcohol no sentía con fuerza el clima gélido que estaba a su alrededor, sólo tenía su camisa blanca con un jean casual con algunos parches hechos en bordado tradicional que hacía su padre cuando él estaba más joven, tenía papelitos metalizados en el cabello y parte de la camisa al momento que salió del local, solo andaba sonriendo mientras miraba a la gente pasar por la calle, apoyado bajo los faroles neón del lugar siendo opacado por la leve capa de nieve vieja que se había asentado en distintos lugares.
    Me encocora
    1
    6 turnos 0 maullidos
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    Suelen enviar a Owen a misiones por muchos sitios distintos, por lo que viaja mucho. A pesar de que puede invocar personajes para viajar o aparecer en esos sitios al instante, le gusta viajar en avión, principalmente porque lo paga la Escuela, y no le caen bien los altos cargos así que lo hace para fastidiarles aunque sea un poco y que gasten dinero innecesariamente.

    Esto es lo que suele llevarse a sus viajes de exorcizamiento como él los llama.

    (Si, tiene una versión cutre del Uno, no le juzguéis se lo dieron en un Amigo Invisible)
    Suelen enviar a Owen a misiones por muchos sitios distintos, por lo que viaja mucho. A pesar de que puede invocar personajes para viajar o aparecer en esos sitios al instante, le gusta viajar en avión, principalmente porque lo paga la Escuela, y no le caen bien los altos cargos así que lo hace para fastidiarles aunque sea un poco y que gasten dinero innecesariamente. Esto es lo que suele llevarse a sus viajes de exorcizamiento como él los llama. (Si, tiene una versión cutre del Uno, no le juzguéis se lo dieron en un Amigo Invisible😑)
    Me enjaja
    1
    0 comentarios 0 compartidos
Ver más resultados
Patrocinados