• -Lágrimas caen de los ojos de la puercoespín sintiendo mucha tristeza al ver a una amiga anciana indigente con diabetes.-
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    //Ya se me hizó tarde, no alcance a devolver todos los comentarios que tanto deseaba... Ahora no podré volver a usar el PC hasta el día viernes... Que tristeza más grande, lo siento mucho... Intentaré cómo tortuguita devolver comentarios por celular aunque me va a costar un quilombo... Waaaaaa!!!. Se me cuidan mucho y besitos...
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    //COMUNICADO DE USER OFF ROL, Y ESPERO QUE EL ÚLTIMO SOBRE ESTE TEMA.//

    Esto es algo que llevo tiempo queriendo soltar. Y ayer, con algo que pasó, FUE LA GOTITA QUE COLMÓ EL VASO. Porque siento que ya no afecta solo a mí.

    PUNTO 1.

    No estoy buscando para Kazuo una o un sustituto de Liz. Porque Liz ES Y SIEMPRE SERÁ INSUSTITUIBLE. La user es alguien a quien quiero mucho, y en honor a la verdad, la extraño muchísimo.

    Siendo sinceros, si ella volviera y me pidiera seguir la historia de Kazuo y Liz, no puedo asegurar que no dejaría todo y volvería con ella. Porque es mi partner y siempre lo será.

    PUNTO 2.

    Me pensé mucho si seguir o no con Kazuo. Es un personaje que amo muchísimo. FUE CREADO HACE MÁS DE 10 AÑOS y hasta que no encontré esta plataforma no lo he desarrollado como se merecía. Estoy sumamente contento y agradecido con todes aquellxs que habéis hecho posible el desarrollo de este personaje.

    Me daba realmente mucha tristeza y hasta ansiedad que todo terminase con la historia de Liz y Kazuo. Así que la user y yo decidimos darle un cierre donde ambos pasan una eternidad juntos, formando una familia felices.

    FUE POR ESO QUE DECIDÍ HACER UN RESET: un Kazuo nuevo, con una HISTORIA NUEVA, en un universo donde Liz no existe. Porque si existiera, este volvería a ella, de una forma irremediable. Si la user llega y me dice "holi, aquí una nueva Liz", pues seguramente volvería a sus pies sin vergüenza alguna. Porque lo que me hacía sentir la historia de ellos es algo hermoso. Ambos nos entendíamos súper bien en el rol, una amistad súper sana (o eso espero), donde la comunicación era clave.

    Algo así marca, y no se olvida...

    PUNTO 3.

    Estoy un poco HASTA LOS COJONES de aquellos que intentan buscar parecidos con Liz en aquellos personajes con los que Kazuo está interactuando. Parece que a muchos les encanta el drama, pero el DRAMA FEO, haciendo sentir inseguras a personas que estamos aquí para disfrutar del rol, crear historias y desarrollar esa creatividad que nos mueve.

    Así que pediría; que si pensáis algo como eso, os metáis la lengua en el culo y me dejéis a mí y al resto de users que interactúan conmigo PUTO EN PAZ.

    PUNTO 4.

    Al igual que la historia con Liz es INSUSTITUIBLE, las nuevas historias que vengan son igualmente INSUSTITUIBLES.

    Inicié esta nueva etapa para abrir horizontes: conocer nuevos personajes, nuevas historias y nuevos dramas.

    Y hablando de forma vulgar, porque parece que es la única forma en la que se entiende; lo que Kazuo se f0ll3 o se deje de f0ll4r es cosa suya (por ende mía y del otro user). Ahora mismo este Kazuo es un LIENZO EN BLANCO. No está comprometido con nadie y quiero que explore.

    Cuando sienta que hay un desarrollo, que me haga sentir esas cosquillas, eso que me indica el cuerpo que es la dirección que debo seguir, mi compromiso, al igual que lo fue con Liz, sería firme. Y por consecuencia, Kazuo sería solo y exclusivamente de esa persona, al igual que lo fue con Liz en su momento.

    Y como dije, la comunicación es clave. Si durante ese "compromiso" ocurriese algo, se hablaría. Al igual que Liz y yo hablamos sobre su marcha, lo que comprendí sin lugar a dudas.

    CONCLUSIÓN.

    Métanse en sus vidas. Déjenme a mí, a mi personaje, a los que interactúan conmigo y a sus user PUTO EN PAZ.

    Porque sinceramente, a veces pienso que lo mejor es haber borrado al personaje y marcharme. Porque yo soy incompatible con el drama fuera de rol.

    Me gusta mantener mi vida privada fuera de lo que se trate en rol.

    Pd; con esto y un bizcocho, hasta mañana a las 8 y por el culo te la antocho.
    https://tenor.com/lmT3YCesemA.gif
    //COMUNICADO DE USER OFF ROL, Y ESPERO QUE EL ÚLTIMO SOBRE ESTE TEMA.// Esto es algo que llevo tiempo queriendo soltar. Y ayer, con algo que pasó, FUE LA GOTITA QUE COLMÓ EL VASO. Porque siento que ya no afecta solo a mí. PUNTO 1. No estoy buscando para Kazuo una o un sustituto de Liz. Porque Liz ES Y SIEMPRE SERÁ INSUSTITUIBLE. La user es alguien a quien quiero mucho, y en honor a la verdad, la extraño muchísimo. Siendo sinceros, si ella volviera y me pidiera seguir la historia de Kazuo y Liz, no puedo asegurar que no dejaría todo y volvería con ella. Porque es mi partner y siempre lo será. PUNTO 2. Me pensé mucho si seguir o no con Kazuo. Es un personaje que amo muchísimo. FUE CREADO HACE MÁS DE 10 AÑOS y hasta que no encontré esta plataforma no lo he desarrollado como se merecía. Estoy sumamente contento y agradecido con todes aquellxs que habéis hecho posible el desarrollo de este personaje. Me daba realmente mucha tristeza y hasta ansiedad que todo terminase con la historia de Liz y Kazuo. Así que la user y yo decidimos darle un cierre donde ambos pasan una eternidad juntos, formando una familia felices. FUE POR ESO QUE DECIDÍ HACER UN RESET: un Kazuo nuevo, con una HISTORIA NUEVA, en un universo donde Liz no existe. Porque si existiera, este volvería a ella, de una forma irremediable. Si la user llega y me dice "holi, aquí una nueva Liz", pues seguramente volvería a sus pies sin vergüenza alguna. Porque lo que me hacía sentir la historia de ellos es algo hermoso. Ambos nos entendíamos súper bien en el rol, una amistad súper sana (o eso espero), donde la comunicación era clave. Algo así marca, y no se olvida... PUNTO 3. Estoy un poco HASTA LOS COJONES de aquellos que intentan buscar parecidos con Liz en aquellos personajes con los que Kazuo está interactuando. Parece que a muchos les encanta el drama, pero el DRAMA FEO, haciendo sentir inseguras a personas que estamos aquí para disfrutar del rol, crear historias y desarrollar esa creatividad que nos mueve. Así que pediría; que si pensáis algo como eso, os metáis la lengua en el culo y me dejéis a mí y al resto de users que interactúan conmigo PUTO EN PAZ. PUNTO 4. Al igual que la historia con Liz es INSUSTITUIBLE, las nuevas historias que vengan son igualmente INSUSTITUIBLES. Inicié esta nueva etapa para abrir horizontes: conocer nuevos personajes, nuevas historias y nuevos dramas. Y hablando de forma vulgar, porque parece que es la única forma en la que se entiende; lo que Kazuo se f0ll3 o se deje de f0ll4r es cosa suya (por ende mía y del otro user). Ahora mismo este Kazuo es un LIENZO EN BLANCO. No está comprometido con nadie y quiero que explore. Cuando sienta que hay un desarrollo, que me haga sentir esas cosquillas, eso que me indica el cuerpo que es la dirección que debo seguir, mi compromiso, al igual que lo fue con Liz, sería firme. Y por consecuencia, Kazuo sería solo y exclusivamente de esa persona, al igual que lo fue con Liz en su momento. Y como dije, la comunicación es clave. Si durante ese "compromiso" ocurriese algo, se hablaría. Al igual que Liz y yo hablamos sobre su marcha, lo que comprendí sin lugar a dudas. CONCLUSIÓN. Métanse en sus vidas. Déjenme a mí, a mi personaje, a los que interactúan conmigo y a sus user PUTO EN PAZ. Porque sinceramente, a veces pienso que lo mejor es haber borrado al personaje y marcharme. Porque yo soy incompatible con el drama fuera de rol. Me gusta mantener mi vida privada fuera de lo que se trate en rol. Pd; con esto y un bizcocho, hasta mañana a las 8 y por el culo te la antocho. https://tenor.com/lmT3YCesemA.gif
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    ˖ ݁𖥔. ݁ . 𝑬𝒍 𝑫𝒊𝒂𝒓𝒊𝒐 𝒅𝒆 𝑺𝒄𝒂𝒓𝒍𝒆𝒕𝒕 . ݁.𖥔 ݁ ˖

    𝑪𝒂𝒑í𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑰: 𝑫𝒊𝒂𝒎𝒂𝒏𝒕𝒆𝒔 𝒆𝒔𝒄𝒂𝒓𝒍𝒂𝒕𝒂𝒔.

    Querido diario,

    Hoy, finalmente, es mi turno…

    En la familia Moretti, nadie puede escribir un diario antes de cumplir quince años.
    
Dicen que las palabras tienen poder, y que solo cuando la mente y el alma se alinean, la tinta reconoce a su dueño.
Es una costumbre tan antigua como nuestro apellido… y tan inquebrantable como las promesas que se murmuran bajo los candelabros del salón principal.
    Así que aquí estoy, con mi pluma, mi secreto y un apellido que pesa más que el aire que respiro.
He crecido entre columnas de mármol y pasillos silenciosos, donde incluso los ecos temen alzar la voz.

    Los Moretti somos reconocidos por nuestra marca: el cabello cobrizo que arde con la luz del sol y los ojos verdes o grises que heredan el reflejo del mármol y la tormenta.

    Mis padres, Alessandro Moretti e Isabella di Ravello, son la imagen misma del poder y la belleza eterna.
Mi padre, Alessandro, es un hombre de mirada firme y palabras escasas; cuando habla, el mundo parece detenerse para escucharlo.
Mi madre, Isabella, es una sinfonía de perfección y melancolía: cada uno de sus gestos parece calculado, pero detrás de esa serenidad habita una tristeza que ni el tiempo ha logrado borrar.

    Y luego estamos nosotros…

    sus hijos.
    
Los cuatro diamantes de la Casa Moretti.

    Luca, el primogénito, es la imagen de mi padre: fuerte, silencioso, hecho de deber y sombras.
    Su destino está trazado desde antes de nacer: liderar, mantener el apellido, sostener el linaje.
    
Adriano, el segundo, es fuego disfrazado de calma; tiene la sonrisa de un poeta y los ojos de alguien que sabe más de lo que debería.
    
Giulia, la tercera, es la más parecida a mi madre: elegante, calculadora y dueña de una inteligencia tan afilada como una daga de cristal.
    
Y luego estoy yo… Scarlett, la más joven.
La que sonríe demasiado, ríe cuando no debe y dice lo que otros solo se atreven a pensar.
    Dicen que tengo la belleza de mi madre y la rebeldía de nadie sabe quién.
    
Que mis ojos esconden la inquietud de las tormentas y que mi espíritu no conoce frenos ni cadenas.
Tal vez tengan razón.
    Aunque mi cabello lleva ese fuego —rojizo, intenso, casi vivo—, mis ojos no heredaron el verde ancestral ni el gris de la familia.
Los míos son de un azul imposible, profundo e inquietante.
    Desde niña me lo han hecho notar.
Ese azul no pertenece al linaje, dicen.
Y aunque nadie lo mencione en voz alta, todos lo piensan: algo en mí no encaja del todo con los Moretti.
    Yo no nací para seguir el ritmo lento y medido de los Moretti.
    
Nací para romperlo.

    Ser parte de esta familia es caminar sobre cristales y fingir que no cortan.
Desde fuera, todos nos admiran: somos la nobleza pura, el linaje más antiguo, los herederos de una sangre que —según dicen— no pertenece del todo al tiempo humano.
    
Pero dentro de nuestras murallas hay silencios que gritan, retratos que cambian con la luz de la luna y pasillos donde el aire se vuelve tan pesado que incluso las velas dudan en encenderse.

    Nadie habla de los secretos Moretti.
    
Ni de las desapariciones.
    
Ni de las noches en que el reloj del vestíbulo se detiene solo, justo a las tres y trece.
    Yo era una niña cuando escuché por primera vez los susurros sobre lo que somos realmente.
Casi inmortales, decían.
    
Pero… ¿a qué precio?

    Hoy comienzo este diario no para seguir la tradición, sino para romper el silencio.
Quiero entender por qué, cuando me miro en los espejos antiguos del palacio, siento que algo me observa desde el otro lado.
Algo que tiene mis ojos…

    pero no mi alma.

    — 𝑆𝑐𝑎𝑟𝑙𝑒𝑡𝑡 𝑀𝑜𝑟𝑒𝑡𝑡𝑖
    ˖ ݁𖥔. ݁ . 𝑬𝒍 𝑫𝒊𝒂𝒓𝒊𝒐 𝒅𝒆 𝑺𝒄𝒂𝒓𝒍𝒆𝒕𝒕 . ݁.𖥔 ݁ ˖ 𝑪𝒂𝒑í𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑰: 𝑫𝒊𝒂𝒎𝒂𝒏𝒕𝒆𝒔 𝒆𝒔𝒄𝒂𝒓𝒍𝒂𝒕𝒂𝒔. Querido diario, Hoy, finalmente, es mi turno… En la familia Moretti, nadie puede escribir un diario antes de cumplir quince años. 
Dicen que las palabras tienen poder, y que solo cuando la mente y el alma se alinean, la tinta reconoce a su dueño.
Es una costumbre tan antigua como nuestro apellido… y tan inquebrantable como las promesas que se murmuran bajo los candelabros del salón principal. Así que aquí estoy, con mi pluma, mi secreto y un apellido que pesa más que el aire que respiro.
He crecido entre columnas de mármol y pasillos silenciosos, donde incluso los ecos temen alzar la voz. Los Moretti somos reconocidos por nuestra marca: el cabello cobrizo que arde con la luz del sol y los ojos verdes o grises que heredan el reflejo del mármol y la tormenta. Mis padres, Alessandro Moretti e Isabella di Ravello, son la imagen misma del poder y la belleza eterna.
Mi padre, Alessandro, es un hombre de mirada firme y palabras escasas; cuando habla, el mundo parece detenerse para escucharlo.
Mi madre, Isabella, es una sinfonía de perfección y melancolía: cada uno de sus gestos parece calculado, pero detrás de esa serenidad habita una tristeza que ni el tiempo ha logrado borrar. Y luego estamos nosotros… sus hijos. 
Los cuatro diamantes de la Casa Moretti. Luca, el primogénito, es la imagen de mi padre: fuerte, silencioso, hecho de deber y sombras. Su destino está trazado desde antes de nacer: liderar, mantener el apellido, sostener el linaje. 
Adriano, el segundo, es fuego disfrazado de calma; tiene la sonrisa de un poeta y los ojos de alguien que sabe más de lo que debería. 
Giulia, la tercera, es la más parecida a mi madre: elegante, calculadora y dueña de una inteligencia tan afilada como una daga de cristal. 
Y luego estoy yo… Scarlett, la más joven.
La que sonríe demasiado, ríe cuando no debe y dice lo que otros solo se atreven a pensar. Dicen que tengo la belleza de mi madre y la rebeldía de nadie sabe quién. 
Que mis ojos esconden la inquietud de las tormentas y que mi espíritu no conoce frenos ni cadenas.
Tal vez tengan razón. Aunque mi cabello lleva ese fuego —rojizo, intenso, casi vivo—, mis ojos no heredaron el verde ancestral ni el gris de la familia.
Los míos son de un azul imposible, profundo e inquietante. Desde niña me lo han hecho notar.
Ese azul no pertenece al linaje, dicen.
Y aunque nadie lo mencione en voz alta, todos lo piensan: algo en mí no encaja del todo con los Moretti. Yo no nací para seguir el ritmo lento y medido de los Moretti. 
Nací para romperlo. Ser parte de esta familia es caminar sobre cristales y fingir que no cortan.
Desde fuera, todos nos admiran: somos la nobleza pura, el linaje más antiguo, los herederos de una sangre que —según dicen— no pertenece del todo al tiempo humano. 
Pero dentro de nuestras murallas hay silencios que gritan, retratos que cambian con la luz de la luna y pasillos donde el aire se vuelve tan pesado que incluso las velas dudan en encenderse. Nadie habla de los secretos Moretti. 
Ni de las desapariciones. 
Ni de las noches en que el reloj del vestíbulo se detiene solo, justo a las tres y trece. Yo era una niña cuando escuché por primera vez los susurros sobre lo que somos realmente.
Casi inmortales, decían. 
Pero… ¿a qué precio? Hoy comienzo este diario no para seguir la tradición, sino para romper el silencio.
Quiero entender por qué, cuando me miro en los espejos antiguos del palacio, siento que algo me observa desde el otro lado.
Algo que tiene mis ojos… pero no mi alma. — 𝑆𝑐𝑎𝑟𝑙𝑒𝑡𝑡 𝑀𝑜𝑟𝑒𝑡𝑡𝑖
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    //Que tristeza más grande... No rendí mucho estando en el PC al devolver comentarios, me siento mala e irresponsable, lo siento mucho... Mañana seguiré devolviendo comentarios, besos...
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  • Pase por un tienda navideña y me dio tristeza ver que quizás... Tenga que pasarlo solita.
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  • Angela Di Trapani

    —¿Sabes algo, amor? —mi voz suena baja, un poco ronca todavía, pero cargada de esa decisión que lleva días haciéndome cosquillas en el pecho—. No quiero esperar más.

    —Ya sé que dijimos que lo haríamos cuando todo estuviera más tranquilo, cuando pudiéramos respirar sin mirar atrás, pero… ¿y si eso nunca pasa? —suspiro, girando un poco la cabeza hacia ti—. Siempre hay algo. Siempre hay una herida nueva, una sombra, una amenaza, una excusa. Y estoy cansada de posponer lo único que realmente quiero en esta vida: casarme contigo.

    —Quiero hacerlo ya, Angela. No necesito una boda perfecta, ni flores, ni invitados. Solo tú y yo. Un lugar tranquilo, algo sencillo. Prometerte que no voy a irme a ningún sitio más, que ya no quiero que nada nos robe más tiempo.

    —He estado pensando demasiado desde que desperté… —mi voz se quiebra apenas un poco, y sonrío con tristeza—. Perdí mucho, amor. Pero lo que no he perdido, lo que ni siquiera pudieron tocar, es lo que siento por ti. Y eso me basta.

    —Así que sí… quiero casarme contigo ya. Esta semana, mañana, ahora mismo si me dejas levantarme. —Río suave, casi temblando—. No quiero esperar más para llamarte mi esposa. No quiero que la vida nos vuelva a interrumpir.
    [haze_orange_shark_766] —¿Sabes algo, amor? —mi voz suena baja, un poco ronca todavía, pero cargada de esa decisión que lleva días haciéndome cosquillas en el pecho—. No quiero esperar más. —Ya sé que dijimos que lo haríamos cuando todo estuviera más tranquilo, cuando pudiéramos respirar sin mirar atrás, pero… ¿y si eso nunca pasa? —suspiro, girando un poco la cabeza hacia ti—. Siempre hay algo. Siempre hay una herida nueva, una sombra, una amenaza, una excusa. Y estoy cansada de posponer lo único que realmente quiero en esta vida: casarme contigo. —Quiero hacerlo ya, Angela. No necesito una boda perfecta, ni flores, ni invitados. Solo tú y yo. Un lugar tranquilo, algo sencillo. Prometerte que no voy a irme a ningún sitio más, que ya no quiero que nada nos robe más tiempo. —He estado pensando demasiado desde que desperté… —mi voz se quiebra apenas un poco, y sonrío con tristeza—. Perdí mucho, amor. Pero lo que no he perdido, lo que ni siquiera pudieron tocar, es lo que siento por ti. Y eso me basta. —Así que sí… quiero casarme contigo ya. Esta semana, mañana, ahora mismo si me dejas levantarme. —Río suave, casi temblando—. No quiero esperar más para llamarte mi esposa. No quiero que la vida nos vuelva a interrumpir.
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  • —Hoy es el día...

    Un dia más, uno que siempre ha visto cuan especial es para humanos e incluso otros seres, pero para él es un día común y corriente.

    Por dentro siente algo de tristeza, le gustaría que alguien le tuviera presente de ese modo, sin importar toda su existencia, pero sólo suspira y sigue con el trabajo diario.
    —Hoy es el día... Un dia más, uno que siempre ha visto cuan especial es para humanos e incluso otros seres, pero para él es un día común y corriente. Por dentro siente algo de tristeza, le gustaría que alguien le tuviera presente de ese modo, sin importar toda su existencia, pero sólo suspira y sigue con el trabajo diario.
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  • No entiendo a aquellos que simplemente se sumergen en el dolor y la miseria a pesar del poder que tienen, que la tristeza los domina por la ausencia de alguien a quien amar...

    Y creen que otros mostrarán aquella misma debilidad ante un sentimiento absurdo, que serán igual de miserables cuando sus almas arden en un fuego y voluntad inquebrantable.
    No entiendo a aquellos que simplemente se sumergen en el dolor y la miseria a pesar del poder que tienen, que la tristeza los domina por la ausencia de alguien a quien amar... Y creen que otros mostrarán aquella misma debilidad ante un sentimiento absurdo, que serán igual de miserables cuando sus almas arden en un fuego y voluntad inquebrantable.
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  • ⠀⠀ ⠀⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ 》ᴿᵒˡ ᵃᵇⁱᵉʳᵗᵒ
    El sol de media mañana inunda el vagón de tren, cálido y sorprendentemente brillante, como si el cielo quisiera compensar la furia del día anterior. Un día antes, la ciudad había estado sumida en un diluvio gris, ahora la luz baila sobre el terciopelo desgastado de los asientos.

    Irina está sentada sola en un compartimento, su silueta recortada contra el paisaje que se desenfoca, a su lado, una pequeña mochila.

    ​Afuera, la ciudad ha quedado atrás hace ya un buen rato. Los edificios han sido reemplazados por colinas suaves que se elevan a montañas escarpadas, pequeñas casas de pobladores que viven más alejados y por supuesto campos de un verde tan intenso que casi duele a la vista. El aire que entra por la ventanilla, ligeramente abierta, huele a tierra húmeda y a pino.

    ​Irina observa los árboles pasar una y otra vez.
    ​La última misión aún fresca revive en sus pensamientos.

    La sonrisa falsa en el rostro de la duquesa de Borgoña mientras un artefacto desaparecía de su tocador, la tensión en la voz del agente que le daba las "gracias" por haber evitado una paradoja temporal que habría reescrito la Revolución Francesa. El sudor frío que corrió por su espalda cuando se dio cuenta de que había estado a segundos de ser descubierta en el año 1789.
    ​Se lleva una mano a la sien, un ligero temblor apenas perceptible.

    Demasiado. Ha sido demasiado.

    Los anacronismos en su cabeza, las voces de diferentes épocas, el miedo constante de un desliz, un error que podría borrar existencias.
    ​Cierra los ojos. Las imágenes tintinean detrás de sus párpados: un salón rococó, una calle adoquinada bajo la lluvia, el olor a pólvora de un campo de batalla del siglo XVII. Y luego, el flash blanquecino de un salto, una sensación de vacío estomacal, y el aterrizaje en otro ahora, en otro lugar.

    ​El tren traquetea sobre un puente de acero, y el sonido metálico la devuelve al presente. Abre los ojos. Un río cristalino fluye debajo, arrastrando ramas y hojas. Agua que sigue su curso, sin importar lo que el tiempo le depare.

    Este sentido de ser un fantasma en su propia época, siempre un paso fuera de sincronía, siempre una espectadora, nunca una participante plena, la sensación de no pertenecer del todo a este tiempo la persigue.​

    Su don, que le permite deslizarse entre los siglos, es también su jaula. Siempre observando, nunca echando raíces lo suficientemente profundas

    ​Siente una familiar opresión en el pecho, no es tristeza, es más bien una fatiga de la esencia ... Ha visto el ascenso y la caída de imperios, la evolución del arte, la brutalidad y la belleza de la humanidad a través de los siglos. Y en cada era, ella ha sido la misma, una constante que no cambia, mientras todo a su alrededor se transforma.

    Aún quedan un par de horas para su destino, su mente no deja de pensar... Irina busca desesperadamente como calmarse antes de rayar en la locura. Por fuera se ve implacable, con la mirada fija en el paisaje, sólo un pequeño temblor de su pierna la delataría bajo un ojo observador
    ⠀⠀ ⠀⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ 》ᴿᵒˡ ᵃᵇⁱᵉʳᵗᵒ El sol de media mañana inunda el vagón de tren, cálido y sorprendentemente brillante, como si el cielo quisiera compensar la furia del día anterior. Un día antes, la ciudad había estado sumida en un diluvio gris, ahora la luz baila sobre el terciopelo desgastado de los asientos. Irina está sentada sola en un compartimento, su silueta recortada contra el paisaje que se desenfoca, a su lado, una pequeña mochila. ​Afuera, la ciudad ha quedado atrás hace ya un buen rato. Los edificios han sido reemplazados por colinas suaves que se elevan a montañas escarpadas, pequeñas casas de pobladores que viven más alejados y por supuesto campos de un verde tan intenso que casi duele a la vista. El aire que entra por la ventanilla, ligeramente abierta, huele a tierra húmeda y a pino. ​Irina observa los árboles pasar una y otra vez. ​La última misión aún fresca revive en sus pensamientos. La sonrisa falsa en el rostro de la duquesa de Borgoña mientras un artefacto desaparecía de su tocador, la tensión en la voz del agente que le daba las "gracias" por haber evitado una paradoja temporal que habría reescrito la Revolución Francesa. El sudor frío que corrió por su espalda cuando se dio cuenta de que había estado a segundos de ser descubierta en el año 1789. ​Se lleva una mano a la sien, un ligero temblor apenas perceptible. Demasiado. Ha sido demasiado. Los anacronismos en su cabeza, las voces de diferentes épocas, el miedo constante de un desliz, un error que podría borrar existencias. ​Cierra los ojos. Las imágenes tintinean detrás de sus párpados: un salón rococó, una calle adoquinada bajo la lluvia, el olor a pólvora de un campo de batalla del siglo XVII. Y luego, el flash blanquecino de un salto, una sensación de vacío estomacal, y el aterrizaje en otro ahora, en otro lugar. ​El tren traquetea sobre un puente de acero, y el sonido metálico la devuelve al presente. Abre los ojos. Un río cristalino fluye debajo, arrastrando ramas y hojas. Agua que sigue su curso, sin importar lo que el tiempo le depare. Este sentido de ser un fantasma en su propia época, siempre un paso fuera de sincronía, siempre una espectadora, nunca una participante plena, la sensación de no pertenecer del todo a este tiempo la persigue.​ Su don, que le permite deslizarse entre los siglos, es también su jaula. Siempre observando, nunca echando raíces lo suficientemente profundas ​Siente una familiar opresión en el pecho, no es tristeza, es más bien una fatiga de la esencia ... Ha visto el ascenso y la caída de imperios, la evolución del arte, la brutalidad y la belleza de la humanidad a través de los siglos. Y en cada era, ella ha sido la misma, una constante que no cambia, mientras todo a su alrededor se transforma. Aún quedan un par de horas para su destino, su mente no deja de pensar... Irina busca desesperadamente como calmarse antes de rayar en la locura. Por fuera se ve implacable, con la mirada fija en el paisaje, sólo un pequeño temblor de su pierna la delataría bajo un ojo observador
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