• 𝑳𝒂 𝒏𝒐𝒕𝒂 𝒅𝒊𝒔𝒄𝒐𝒓𝒅𝒂𝒏𝒕𝒆 𝒑𝒖𝒆𝒅𝒆 𝒔𝒆𝒓 𝒍𝒂 𝒎𝒂́𝒔 𝒅𝒖𝒍𝒄𝒆.
    Fandom House Of The Drαgon (Modern AU)
    Categoría Drama
    ⸻ Gritos, golpes y vítores. Ruidos que embotaban los oídos de Aegon, estímulos que no lograban despertarlo de su letargo. Su cuerpo estaba detrás del escenario de uno de los garitos más reconocidos de la ciudad, y tanto él como su banda estaban a punto de cumplir un sueño: los contrataron para tocar durante toda la noche. Además del salario decente que recibieron, realizar aquel bolo representaba un salto importante para ganar renombre como grupo musical; una meta por la que habían luchado con determinación, levantándose tras cada adversidad y avanzando sin rendirse. Esfuerzos que, al fin, dieron frutos y los llevaron hasta ese lugar. Sin embargo, su alma se ahogaba en el fondo de una botella de whiskey, intentando disipar el dolor de no poder compartir su triunfo con 𝐑𝐡𝐚𝐞𝐧𝐲𝐫𝐚, la única que siempre lo apoyó en su carrera de cantante y… no estaba ahí porque no se atrevió a concretarle la hora exacta en la que iban a actuar. Su propia cobardía, hostigada por inseguridades, lo frenó. Más aún porque era viernes, el día de la semana en que ella quedaba con Daemon. Lo sabía con certeza gracias a los sobornos que le daba a la secretaria que llevaba la agenda de su hermana mayor. Por eso no le dijo nada, por temor a ser rechazado.

    A pesar de que en las últimas semanas se habían acercado gracias a aquella conversación bajo las estrellas, aún quedaba un largo camino en recorrer.

    Desde que llegaron al camerino no abrió la boca, limitándose a responder con escuetas onomatopeyas cada vez que alguno de sus amigos le preguntaba algo. Esa actitud no pasó desapercibida para los integrantes de la banda, y aprovechando un momento de distracción, el batería tomó el teléfono del Targaryen y le escribió un mensaje a Nyra:

    ❝𝐄𝐲, 𝐬𝐨𝐲 𝐋𝐮𝐜𝐚𝐬 ¿𝐕𝐚𝐬 𝐚 𝐭𝐚𝐫𝐝𝐚𝐫 𝐦𝐮𝐜𝐡𝐨 𝐞𝐧 𝐥𝐥𝐞𝐠𝐚𝐫? 𝐄𝐬𝐭𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐚 𝐩𝐮𝐧𝐭𝐨 𝐝𝐞 𝐬𝐚𝐥𝐢𝐫 𝐚 𝐭𝐨𝐜𝐚𝐫.❞

    Intuían que el estado deleznable del platinado se debía a que no vieron a nadie de su familia entre el público. Mientras los demás participantes estaban arropados por sus parientes, él permanecía solo.

    Finalmente, llegó el momento y el conjunto instrumental salió al escenario para dar inicio con la función. Solo tardaron un par de minutos en alistarse, y el chico se colocó frente al micrófono. Era el vocalista y guitarrista. ⸻

    ¡Buenas noches! Espero que estéis listos para darlo todo, porque tenemos un gran repertorio de canciones que os van a molar.
    ⸻ Gritos, golpes y vítores. Ruidos que embotaban los oídos de Aegon, estímulos que no lograban despertarlo de su letargo. Su cuerpo estaba detrás del escenario de uno de los garitos más reconocidos de la ciudad, y tanto él como su banda estaban a punto de cumplir un sueño: los contrataron para tocar durante toda la noche. Además del salario decente que recibieron, realizar aquel bolo representaba un salto importante para ganar renombre como grupo musical; una meta por la que habían luchado con determinación, levantándose tras cada adversidad y avanzando sin rendirse. Esfuerzos que, al fin, dieron frutos y los llevaron hasta ese lugar. Sin embargo, su alma se ahogaba en el fondo de una botella de whiskey, intentando disipar el dolor de no poder compartir su triunfo con 𝐑𝐡𝐚𝐞𝐧𝐲𝐫𝐚, la única que siempre lo apoyó en su carrera de cantante y… no estaba ahí porque no se atrevió a concretarle la hora exacta en la que iban a actuar. Su propia cobardía, hostigada por inseguridades, lo frenó. Más aún porque era viernes, el día de la semana en que ella quedaba con Daemon. Lo sabía con certeza gracias a los sobornos que le daba a la secretaria que llevaba la agenda de su hermana mayor. Por eso no le dijo nada, por temor a ser rechazado. A pesar de que en las últimas semanas se habían acercado gracias a aquella conversación bajo las estrellas, aún quedaba un largo camino en recorrer. Desde que llegaron al camerino no abrió la boca, limitándose a responder con escuetas onomatopeyas cada vez que alguno de sus amigos le preguntaba algo. Esa actitud no pasó desapercibida para los integrantes de la banda, y aprovechando un momento de distracción, el batería tomó el teléfono del Targaryen y le escribió un mensaje a Nyra: ❝𝐄𝐲, 𝐬𝐨𝐲 𝐋𝐮𝐜𝐚𝐬 ¿𝐕𝐚𝐬 𝐚 𝐭𝐚𝐫𝐝𝐚𝐫 𝐦𝐮𝐜𝐡𝐨 𝐞𝐧 𝐥𝐥𝐞𝐠𝐚𝐫? 𝐄𝐬𝐭𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐚 𝐩𝐮𝐧𝐭𝐨 𝐝𝐞 𝐬𝐚𝐥𝐢𝐫 𝐚 𝐭𝐨𝐜𝐚𝐫.❞ Intuían que el estado deleznable del platinado se debía a que no vieron a nadie de su familia entre el público. Mientras los demás participantes estaban arropados por sus parientes, él permanecía solo. Finalmente, llegó el momento y el conjunto instrumental salió al escenario para dar inicio con la función. Solo tardaron un par de minutos en alistarse, y el chico se colocó frente al micrófono. Era el vocalista y guitarrista. ⸻ ¡Buenas noches! Espero que estéis listos para darlo todo, porque tenemos un gran repertorio de canciones que os van a molar.
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  • ECOS DEL NORTE.
    Fandom HOUSE OF DRAGON
    Categoría Fantasía
    " I will serve, my Queen... Rhaenyra Targaryen "

    El viento aullaba fuera de las paredes de Rocadragón, trayendo consigo el frío del invierno que se acercaba, mientras Rhaenyra observaba los mapas extendidos sobre la mesa en la sala de reuniones. Las luces parpadeantes de las velas proyectaban sombras inquietantes sobre los documentos, reflejando el tumulto en su mente. Las amenazas del reino eran constantes, y cada día parecía traer consigo nuevas preocupaciones. Rhaenyra se sentía agobiada por la responsabilidad del trono, por las guerras que se avecinaban y por la lealtad de sus aliados, que se sentía cada vez más frágil.

    Mysaria, la Consejera Blanca, observaba a la reina desde una esquina de la habitación. Conocía bien esa expresión de agotamiento y preocupación, y sabía que Rhaenyra estaba al borde de ser consumida por sus propios temores. Con un movimiento suave y casi imperceptible, Mysaria se acercó a Rhaenyra, inclinándose levemente para hablar en un tono bajo y confidencial.

    —Mi reina —comenzó Mysaria, con la voz suave—. Hay algo que tal vez queráis considerar. Un... rumor.

    Rhaenyra alzó la vista, sus ojos mostrando un destello de interés mezclado con agotamiento.

    —¿Un rumor? Si es otro complot de los Hightower o de mis propios aliados, no creo tener la paciencia para más intrigas hoy.

    Mysaria sonrió ligeramente, un gesto apenas visible, pero lleno de conocimiento.

    —No, mi reina. No se trata de vuestros enemigos... sino de vuestra familia. He oído murmullos provenientes del Norte, sobre una mujer. Se dice que podría ser descendencia de vuestro padre. Vive apartada, en las sombras, como su madre antes que ella.
    —¿Ah, sí? ¿Quién?
    —La hija de los cuervos.

    El nombre quedó suspendido en el aire entre ellas, como una brizna de esperanza o tal vez de duda. Rhaenyra frunció el ceño, su mente inmediatamente escéptica.
    —¿Otra hija ilegítima? Mysaria, sabes tan bien como yo que hay cientos de historias como esa. Mujeres que afirman tener la sangre del dragón corriendo por sus venas. ¿Por qué debería importarme esta en particular?

    Mysaria mantuvo la calma, su voz sin perder la compostura.

    —Porque si es verdad, si esa mujer lleva la sangre de vuestro padre, podría ser una aliada poderosa en los tiempos venideros. Se dice que su madre tenía conocimientos profundos. Quizás, mi reina, es alguien en quien podríais confiar, aunque solo sea por el peso de su linaje.

    Rhaenyra quedó en silencio por un momento, el peso de la sugerencia cayendo sobre ella. La idea de traer a alguien más de su familia, otra posible heredera de la sangre Targaryen, era tanto una oportunidad como un riesgo. Sin embargo, la mención de una conexión con el Norte, con ese aire de misterio y sabiduría, la intrigó. Finalmente, asintió, su decisión tomada.

    —Envía un cuervo, Mysaria. Si realmente existe esa mujer de la que hablas y es quien dicen ser, hazla llegar. Convocadla en Rocadragón. Veremos si todo eso que sugieren los rumores es o no cierto.

    ---

    Días después, en una cabaña aislada en el Norte, Ravenna recibió el mensaje. El cuervo aterrizó en el alféizar de su ventana, el pergamino enrollado en su pata era una llamada desde Rocadragón, una solicitud de la mismísima reina. Ravenna desenrolló el pergamino, leyendo las palabras con una mezcla de desconfianza y curiosidad. No confiaba en nadie, y menos en rumores sobre descendencia real. Pero algo en la urgencia de la carta, o tal vez el desafío implícito en la petición, despertó en ella una decisión.

    Durante días, Ravenna meditó sobre la propuesta, debatiendo si valía la pena abandonar su vida en las sombras para responder a la llamada de una reina con la que se suponía, compartía algo más que un simple apellido. Al final, la curiosidad y un impulso inexplicable prevalecieron. Con el corazón firme y la mente alerta, se montó en su caballo y emprendió el viaje hacia Rocadragón.

    Al llegar, los guardias la escoltaron hacia la sala principal, donde Rhaenyra estaba reunida con sus consejeros. Ravenna se mantuvo erguida, su presencia imponente y su mirada llena de una fría cautela. El silencio en la sala fue palpable cuando las puertas se abrieron y ella entró. Rhaenyra levantó la cabeza, sus ojos encontrando los de Ravenna por primera vez. Había algo en la mujer que estaba frente a ella, algo que despertaba tanto recelo como fascinación.

    Pero Ravenna ni siquiera se inclinó ante ella.
    " I will serve, my Queen... [G0LDENDRAG0N] " El viento aullaba fuera de las paredes de Rocadragón, trayendo consigo el frío del invierno que se acercaba, mientras Rhaenyra observaba los mapas extendidos sobre la mesa en la sala de reuniones. Las luces parpadeantes de las velas proyectaban sombras inquietantes sobre los documentos, reflejando el tumulto en su mente. Las amenazas del reino eran constantes, y cada día parecía traer consigo nuevas preocupaciones. Rhaenyra se sentía agobiada por la responsabilidad del trono, por las guerras que se avecinaban y por la lealtad de sus aliados, que se sentía cada vez más frágil. Mysaria, la Consejera Blanca, observaba a la reina desde una esquina de la habitación. Conocía bien esa expresión de agotamiento y preocupación, y sabía que Rhaenyra estaba al borde de ser consumida por sus propios temores. Con un movimiento suave y casi imperceptible, Mysaria se acercó a Rhaenyra, inclinándose levemente para hablar en un tono bajo y confidencial. —Mi reina —comenzó Mysaria, con la voz suave—. Hay algo que tal vez queráis considerar. Un... rumor. Rhaenyra alzó la vista, sus ojos mostrando un destello de interés mezclado con agotamiento. —¿Un rumor? Si es otro complot de los Hightower o de mis propios aliados, no creo tener la paciencia para más intrigas hoy. Mysaria sonrió ligeramente, un gesto apenas visible, pero lleno de conocimiento. —No, mi reina. No se trata de vuestros enemigos... sino de vuestra familia. He oído murmullos provenientes del Norte, sobre una mujer. Se dice que podría ser descendencia de vuestro padre. Vive apartada, en las sombras, como su madre antes que ella. —¿Ah, sí? ¿Quién? —La hija de los cuervos. El nombre quedó suspendido en el aire entre ellas, como una brizna de esperanza o tal vez de duda. Rhaenyra frunció el ceño, su mente inmediatamente escéptica. —¿Otra hija ilegítima? Mysaria, sabes tan bien como yo que hay cientos de historias como esa. Mujeres que afirman tener la sangre del dragón corriendo por sus venas. ¿Por qué debería importarme esta en particular? Mysaria mantuvo la calma, su voz sin perder la compostura. —Porque si es verdad, si esa mujer lleva la sangre de vuestro padre, podría ser una aliada poderosa en los tiempos venideros. Se dice que su madre tenía conocimientos profundos. Quizás, mi reina, es alguien en quien podríais confiar, aunque solo sea por el peso de su linaje. Rhaenyra quedó en silencio por un momento, el peso de la sugerencia cayendo sobre ella. La idea de traer a alguien más de su familia, otra posible heredera de la sangre Targaryen, era tanto una oportunidad como un riesgo. Sin embargo, la mención de una conexión con el Norte, con ese aire de misterio y sabiduría, la intrigó. Finalmente, asintió, su decisión tomada. —Envía un cuervo, Mysaria. Si realmente existe esa mujer de la que hablas y es quien dicen ser, hazla llegar. Convocadla en Rocadragón. Veremos si todo eso que sugieren los rumores es o no cierto. --- Días después, en una cabaña aislada en el Norte, Ravenna recibió el mensaje. El cuervo aterrizó en el alféizar de su ventana, el pergamino enrollado en su pata era una llamada desde Rocadragón, una solicitud de la mismísima reina. Ravenna desenrolló el pergamino, leyendo las palabras con una mezcla de desconfianza y curiosidad. No confiaba en nadie, y menos en rumores sobre descendencia real. Pero algo en la urgencia de la carta, o tal vez el desafío implícito en la petición, despertó en ella una decisión. Durante días, Ravenna meditó sobre la propuesta, debatiendo si valía la pena abandonar su vida en las sombras para responder a la llamada de una reina con la que se suponía, compartía algo más que un simple apellido. Al final, la curiosidad y un impulso inexplicable prevalecieron. Con el corazón firme y la mente alerta, se montó en su caballo y emprendió el viaje hacia Rocadragón. Al llegar, los guardias la escoltaron hacia la sala principal, donde Rhaenyra estaba reunida con sus consejeros. Ravenna se mantuvo erguida, su presencia imponente y su mirada llena de una fría cautela. El silencio en la sala fue palpable cuando las puertas se abrieron y ella entró. Rhaenyra levantó la cabeza, sus ojos encontrando los de Ravenna por primera vez. Había algo en la mujer que estaba frente a ella, algo que despertaba tanto recelo como fascinación. Pero Ravenna ni siquiera se inclinó ante ella.
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  • "-Veo que la desesperación puede hacer que incluso un hombre como vos tome medidas poco dignas de su reputación. Pero ahora que estais aquí, en mi fortaleza, el legado palpable de mi familia, ¿qué pensáis que podeis ofrecerme para que no acabe con vuestra vida como lo haría con cualquier otro enemigo que ha intentado destruirme?

    Hizo una nueva pausa dejando que sus palabras calasen, pero no lo suficientemente larga como para que Jaime entendiera que estaba esperando una respuesta.

    -Sobre qué haré con vos… Bueno, tengo dragones que no han cenado aún -dijo, intentando aparentar altanería, o sonar amenazante, pero no era idiota, no se lo daría de comer a sus dragones, no después de la defensa que Sir Barristan había elaborado en favor del Lannister-Tengo soldados que claman justicia por lo que vuestra familia ha hecho a la mía, y un mundo entero que necesita saber que traicionar a los Targaryen es un delito que no queda impune. Pero soy también una reina, no una carnicera. Dadme una razón para no hacer de vos un ejemplo, y tal vez considere ser más… misericordiosa que los que intentaron serlo conmigo. Puedo ser razonable… -aseguró al final- Decidme, Sir Jaime… De estar en mi lugar, ¿qué haríais con alguien como vos?"

    Jaime Lannister

    #Personajes3D #3D #Comunidad3D
    "-Veo que la desesperación puede hacer que incluso un hombre como vos tome medidas poco dignas de su reputación. Pero ahora que estais aquí, en mi fortaleza, el legado palpable de mi familia, ¿qué pensáis que podeis ofrecerme para que no acabe con vuestra vida como lo haría con cualquier otro enemigo que ha intentado destruirme? Hizo una nueva pausa dejando que sus palabras calasen, pero no lo suficientemente larga como para que Jaime entendiera que estaba esperando una respuesta. -Sobre qué haré con vos… Bueno, tengo dragones que no han cenado aún -dijo, intentando aparentar altanería, o sonar amenazante, pero no era idiota, no se lo daría de comer a sus dragones, no después de la defensa que Sir Barristan había elaborado en favor del Lannister-Tengo soldados que claman justicia por lo que vuestra familia ha hecho a la mía, y un mundo entero que necesita saber que traicionar a los Targaryen es un delito que no queda impune. Pero soy también una reina, no una carnicera. Dadme una razón para no hacer de vos un ejemplo, y tal vez considere ser más… misericordiosa que los que intentaron serlo conmigo. Puedo ser razonable… -aseguró al final- Decidme, Sir Jaime… De estar en mi lugar, ¿qué haríais con alguien como vos?" [The_Lion] #Personajes3D #3D #Comunidad3D
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  • "Ecos de Hielo y Fuego"
    Fandom Juego de Tronos
    Categoría Drama
    ㅤㅤㅤ𝐴𝑙𝑔𝑢𝑛𝑜𝑠 𝑑𝑖𝑐𝑒𝑛 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑙 𝑚𝑢𝑛𝑑𝑜 𝑡𝑒𝑟𝑚𝑖𝑛𝑎𝑟𝑎́ 𝑒𝑛 𝑓𝑢𝑒𝑔𝑜,
    ㅤㅤㅤ𝑂𝑡𝑟𝑜𝑠 𝑑𝑖𝑐𝑒𝑛 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑛 ℎ𝑖𝑒𝑙𝑜.
    ㅤㅤㅤ𝑃𝑜𝑟 𝑙𝑜 𝑞𝑢𝑒 ℎ𝑒 𝑝𝑟𝑜𝑏𝑎𝑑𝑜 𝑑𝑒𝑙 𝑑𝑒𝑠𝑒𝑜,
    ㅤㅤㅤ𝑀𝑒 𝑖𝑛𝑐𝑙𝑖𝑛𝑜 𝑝𝑜𝑟 𝑞𝑢𝑖𝑒𝑛𝑒𝑠 𝑓𝑎𝑣𝑜𝑟𝑒𝑐𝑒𝑛 𝑒𝑙 𝑓𝑢𝑒𝑔𝑜.
    ㅤㅤㅤ𝑃𝑒𝑟𝑜 𝑠𝑖 𝑡𝑢𝑣𝑖𝑒𝑟𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑝𝑒𝑟𝑒𝑐𝑒𝑟 𝑑𝑜𝑠 𝑣𝑒𝑐𝑒𝑠,
    ㅤㅤㅤ𝐶𝑟𝑒𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑠𝑒́ 𝑙𝑜 𝑠𝑢𝑓𝑖𝑐𝑖𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑑𝑒𝑙 𝑜𝑑𝑖𝑜
    ㅤㅤㅤ𝐶𝑜𝑚𝑜 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑑𝑒𝑐𝑖𝑟 𝑞𝑢𝑒 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑙𝑎 𝑑𝑒𝑠𝑡𝑟𝑢𝑐𝑐𝑖𝑜́𝑛 𝑒𝑙 ℎ𝑖𝑒𝑙𝑜
    ㅤㅤㅤ𝑇𝑎𝑚𝑏𝑖𝑒́𝑛 𝑒𝑠 𝑒𝑥𝑐𝑒𝑙𝑒𝑛𝑡𝑒
    ㅤㅤ
    ㅤㅤㅤ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑
    ㅤㅤㅤ˹ 𝐽𝜎𝜋 𝑆𝜋𝜎𝜔



    La llegada de Jon Nieve a Rocadragón había llegado con la petición de una ayuda que Daenerys no sabía si estaba dispuesta a entregar. Realmente Daenerys no tenia por qué acceder a su petición, mucho menos después de que Jon Nieve se resistiera a hincar la rodilla y jurarle lealtad. ¿Qué clase de negociación era esa? ¿Por qué tendría ella que ayudar a un Rey en el Norte que no la aceptaría como Reina? Si Jon Nieve era testarudo, Daenerys lo era mucho más. Si había conseguido llegar hasta Poniente, si había conseguido lo que había conseguido hasta aquel día se debía solamente a la fe que había mantenido en si misma y en su objetivo. Había llegado a Poniente para gobernar los Siete Reinos y, el Norte se resistía a prosternarse mas aun asi llegaban a sus costas con una petición bastante peculiar…

    En vista de que tenía muchos preparativos, planes de batalla y asuntos que resolver había decidido posponer su decisión acerca de Jon Nieve y el vidriagón. Quizás un par de dias de silencio sobre el tema, sin una decisión tomada ayudaran al bastardo de Ned Stark a entrar en razón.

    Había pasado un día entero desde que Jon Nieve, Davos Seaworth y algunos norteños llegaran a las playas de Rocadragón y a todos se les habían proporcionado habitaciones cómodas, calientes y comida en la mesa. Aquella noche, Jon Nieve y su consejero recibirían una invitación verbalizada por Missandei en la que Daenerys Targaryen invitaba a ambos a una cena privada con ella y sus consejeros: Tyrion Lannister, Barristan Selmy, Missandei, Gusano Gris y Daario Naharis.

    Para cuando Davos y Jon llegaron al comedor principal una generosa hoguera crepitaba en la chimenea, la mesa estaba puesta con ornamentada vajilla proveniente de Meereen y varias botellas de vino del Rejo estaban repartidas por la mesa. La Reina aún no había llegado, como tampoco Missandei, su más fiel amiga. El resto de comensales charlaban cerca de la chimenea.

    Daario Naharis discutía con Sir Barristan y Gusano Gris algún plan de batalla. Y Tyrion parecía andar inmerso en sus propias cavilaciones con la mirada de sus ojos prendida en las llamas. Todos ellos se giraron hacia los recién llegados cuando los goznes de las puertas chirriaron de forma sorda anunciando su entrada.

    -Así que este es el Rey en el Norte -dijo Sir Barristan de forma amigable acercándose a Jon y a Davos y extendiendo una mano hacia el primero- He oído hablar de tus hazañas, Jon Nieve. En el Muro, en el campo de batalla... incluso los viejos soldados como yo escuchan las historias. Tu padre, Eddard Stark, habría estado orgulloso. Era un hombre honorable, uno de los mejores que he conocido.


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D
    ㅤㅤㅤ𝐴𝑙𝑔𝑢𝑛𝑜𝑠 𝑑𝑖𝑐𝑒𝑛 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑙 𝑚𝑢𝑛𝑑𝑜 𝑡𝑒𝑟𝑚𝑖𝑛𝑎𝑟𝑎́ 𝑒𝑛 𝑓𝑢𝑒𝑔𝑜, ㅤㅤㅤ𝑂𝑡𝑟𝑜𝑠 𝑑𝑖𝑐𝑒𝑛 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑛 ℎ𝑖𝑒𝑙𝑜. ㅤㅤㅤ𝑃𝑜𝑟 𝑙𝑜 𝑞𝑢𝑒 ℎ𝑒 𝑝𝑟𝑜𝑏𝑎𝑑𝑜 𝑑𝑒𝑙 𝑑𝑒𝑠𝑒𝑜, ㅤㅤㅤ𝑀𝑒 𝑖𝑛𝑐𝑙𝑖𝑛𝑜 𝑝𝑜𝑟 𝑞𝑢𝑖𝑒𝑛𝑒𝑠 𝑓𝑎𝑣𝑜𝑟𝑒𝑐𝑒𝑛 𝑒𝑙 𝑓𝑢𝑒𝑔𝑜. ㅤㅤㅤ𝑃𝑒𝑟𝑜 𝑠𝑖 𝑡𝑢𝑣𝑖𝑒𝑟𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑝𝑒𝑟𝑒𝑐𝑒𝑟 𝑑𝑜𝑠 𝑣𝑒𝑐𝑒𝑠, ㅤㅤㅤ𝐶𝑟𝑒𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑠𝑒́ 𝑙𝑜 𝑠𝑢𝑓𝑖𝑐𝑖𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑑𝑒𝑙 𝑜𝑑𝑖𝑜 ㅤㅤㅤ𝐶𝑜𝑚𝑜 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑑𝑒𝑐𝑖𝑟 𝑞𝑢𝑒 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑙𝑎 𝑑𝑒𝑠𝑡𝑟𝑢𝑐𝑐𝑖𝑜́𝑛 𝑒𝑙 ℎ𝑖𝑒𝑙𝑜 ㅤㅤㅤ𝑇𝑎𝑚𝑏𝑖𝑒́𝑛 𝑒𝑠 𝑒𝑥𝑐𝑒𝑙𝑒𝑛𝑡𝑒 ㅤㅤ ㅤㅤㅤ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑 ㅤㅤㅤ˹ [IKnwNthng] ㅤ La llegada de Jon Nieve a Rocadragón había llegado con la petición de una ayuda que Daenerys no sabía si estaba dispuesta a entregar. Realmente Daenerys no tenia por qué acceder a su petición, mucho menos después de que Jon Nieve se resistiera a hincar la rodilla y jurarle lealtad. ¿Qué clase de negociación era esa? ¿Por qué tendría ella que ayudar a un Rey en el Norte que no la aceptaría como Reina? Si Jon Nieve era testarudo, Daenerys lo era mucho más. Si había conseguido llegar hasta Poniente, si había conseguido lo que había conseguido hasta aquel día se debía solamente a la fe que había mantenido en si misma y en su objetivo. Había llegado a Poniente para gobernar los Siete Reinos y, el Norte se resistía a prosternarse mas aun asi llegaban a sus costas con una petición bastante peculiar… En vista de que tenía muchos preparativos, planes de batalla y asuntos que resolver había decidido posponer su decisión acerca de Jon Nieve y el vidriagón. Quizás un par de dias de silencio sobre el tema, sin una decisión tomada ayudaran al bastardo de Ned Stark a entrar en razón. Había pasado un día entero desde que Jon Nieve, Davos Seaworth y algunos norteños llegaran a las playas de Rocadragón y a todos se les habían proporcionado habitaciones cómodas, calientes y comida en la mesa. Aquella noche, Jon Nieve y su consejero recibirían una invitación verbalizada por Missandei en la que Daenerys Targaryen invitaba a ambos a una cena privada con ella y sus consejeros: Tyrion Lannister, Barristan Selmy, Missandei, Gusano Gris y Daario Naharis. Para cuando Davos y Jon llegaron al comedor principal una generosa hoguera crepitaba en la chimenea, la mesa estaba puesta con ornamentada vajilla proveniente de Meereen y varias botellas de vino del Rejo estaban repartidas por la mesa. La Reina aún no había llegado, como tampoco Missandei, su más fiel amiga. El resto de comensales charlaban cerca de la chimenea. Daario Naharis discutía con Sir Barristan y Gusano Gris algún plan de batalla. Y Tyrion parecía andar inmerso en sus propias cavilaciones con la mirada de sus ojos prendida en las llamas. Todos ellos se giraron hacia los recién llegados cuando los goznes de las puertas chirriaron de forma sorda anunciando su entrada. -Así que este es el Rey en el Norte -dijo Sir Barristan de forma amigable acercándose a Jon y a Davos y extendiendo una mano hacia el primero- He oído hablar de tus hazañas, Jon Nieve. En el Muro, en el campo de batalla... incluso los viejos soldados como yo escuchan las historias. Tu padre, Eddard Stark, habría estado orgulloso. Era un hombre honorable, uno de los mejores que he conocido. #Personajes3D #3D #Comunidad3D
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  • - Skoriot issa vala ūndissa ābra ilōn lenton? - preguntó Missandei. Su voz sonó casi un susurro acompasado al crepitar de la hoguera que habían encendido en la chimenea que presidia la sala de la mesa de Aegon.

    Daenerys suspiró mientras sus ojos violáceos repasaban los marcadores de madera que llevaban esculpidos los emblemas de las casas Lannister, Stark y Targaryen.

    -Udrēnī, ēzi iksā… - respondio la Targaryen.

    Aquella respuesta hizo pensar a Missandei durante unos segundos.

    - Avy jorrāelan, jentys? - preguntó. La parte buena de la relacion entre Daenerys y su protegida Missandei era que la muchacha siempre podía dirigirse a Daenerys de un modo mucho más cercano que cualquiera de sus aliados. Era la única a la que le permitía tanta cercanía.

    -Skoroso jāpi? -preguntó Daenerys alzando su mirada desde los marcadores hasta su mejor amiga. Obviamente no esperaba que Missandei le diera una respuesta firme y cabal.


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    - Skoriot issa vala ūndissa ābra ilōn lenton? - preguntó Missandei. Su voz sonó casi un susurro acompasado al crepitar de la hoguera que habían encendido en la chimenea que presidia la sala de la mesa de Aegon. Daenerys suspiró mientras sus ojos violáceos repasaban los marcadores de madera que llevaban esculpidos los emblemas de las casas Lannister, Stark y Targaryen. -Udrēnī, ēzi iksā… - respondio la Targaryen. Aquella respuesta hizo pensar a Missandei durante unos segundos. - Avy jorrāelan, jentys? - preguntó. La parte buena de la relacion entre Daenerys y su protegida Missandei era que la muchacha siempre podía dirigirse a Daenerys de un modo mucho más cercano que cualquiera de sus aliados. Era la única a la que le permitía tanta cercanía. -Skoroso jāpi? -preguntó Daenerys alzando su mirada desde los marcadores hasta su mejor amiga. Obviamente no esperaba que Missandei le diera una respuesta firme y cabal. #Personajes3D #3D #Comunidad3D
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  • —Está viendo fantasmas del pasado. ¿La locura de los Targaryen haciendo de las suyas?—


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    Fandom
    La Casa del Dragón
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    Requisitos Imprescindibles:

    -Haber visto House of the Dragon.
    -Conocer bien el personaje.
    -Buena ortografía.
    -Rol descriptivo. Longitud de media a extensa.

    Free rol, no busco partner cerrado. Es decir, que podrás rolear con quien quieras la trama que quieras ya sea romántica o no. Siempre y cuando le des prioridad a nuestra trama ^^

    La búsqueda es para mi OC: https://ficrol.com/DAUGHTER0FCROWS

    Resumen de la trama:

    Después de que Ravenna llega a Rocadragón, se encuentra con Daemon Targaryen, quien ha regresado de Harrenhal. Desde el primer encuentro, surge una atracción mutua entre ellos. Ravenna, intrigada por la naturaleza temeraria y carismática de Daemon, siente una conexión inmediata, mientras que Daemon, conocido por su rebeldía y pasión, se siente igualmente atraído por la misteriosa Ravenna, quien parece ser una versión joven y enigmática de él mismo.


    La ficha del personaje para más información: https://ficrol.com/blogs/177137/%F0%9D%95%AF%F0%9D%96%86%F0%9D%96%9A%F0%9D%96%8C%F0%9D%96%8D%F0%9D%96%99%F0%9D%96%8A%F0%9D%96%97-%F0%9D%96%94%F0%9D%96%8B-%F0%9D%95%AE%F0%9D%96%97%F0%9D%96%94%F0%9D%96%9C%F0%9D%96%98
    Requisitos Imprescindibles: -Haber visto House of the Dragon. -Conocer bien el personaje. -Buena ortografía. -Rol descriptivo. Longitud de media a extensa. Free rol, no busco partner cerrado. Es decir, que podrás rolear con quien quieras la trama que quieras ya sea romántica o no. Siempre y cuando le des prioridad a nuestra trama ^^ La búsqueda es para mi OC: https://ficrol.com/DAUGHTER0FCROWS Resumen de la trama: Después de que Ravenna llega a Rocadragón, se encuentra con Daemon Targaryen, quien ha regresado de Harrenhal. Desde el primer encuentro, surge una atracción mutua entre ellos. Ravenna, intrigada por la naturaleza temeraria y carismática de Daemon, siente una conexión inmediata, mientras que Daemon, conocido por su rebeldía y pasión, se siente igualmente atraído por la misteriosa Ravenna, quien parece ser una versión joven y enigmática de él mismo. La ficha del personaje para más información: https://ficrol.com/blogs/177137/%F0%9D%95%AF%F0%9D%96%86%F0%9D%96%9A%F0%9D%96%8C%F0%9D%96%8D%F0%9D%96%99%F0%9D%96%8A%F0%9D%96%97-%F0%9D%96%94%F0%9D%96%8B-%F0%9D%95%AE%F0%9D%96%97%F0%9D%96%94%F0%9D%96%9C%F0%9D%96%98
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  • Ecos del norte
    Fandom House of Dragon
    Categoría Acción
    STARTER PARA Rhaenyra Targaryen

    El viento aullaba fuera de las paredes de Rocadragón, trayendo consigo el frío del invierno que se acercaba, mientras Rhaenyra observaba los mapas extendidos sobre la mesa en la sala de reuniones. Las luces parpadeantes de las velas proyectaban sombras inquietantes sobre los documentos, reflejando el tumulto en su mente. Las amenazas del reino eran constantes, y cada día parecía traer consigo nuevas preocupaciones. Rhaenyra se sentía agobiada por la responsabilidad del trono, por las guerras que se avecinaban y por la lealtad de sus aliados, que se sentía cada vez más frágil.

    Mysaria, la Consejera Blanca, observaba a la reina desde una esquina de la habitación. Conocía bien esa expresión de agotamiento y preocupación, y sabía que Rhaenyra estaba al borde de ser consumida por sus propios temores. Con un movimiento suave y casi imperceptible, Mysaria se acercó a Rhaenyra, inclinándose levemente para hablar en un tono bajo y confidencial.

    —Mi reina —comenzó Mysaria, con la voz suave—. Hay algo que tal vez queráis considerar. Un... rumor.

    Rhaenyra alzó la vista, sus ojos mostrando un destello de interés mezclado con agotamiento.

    —¿Un rumor? Si es otro complot de los Hightower o de mis propios aliados, no creo tener la paciencia para más intrigas hoy.

    Mysaria sonrió ligeramente, un gesto apenas visible, pero lleno de conocimiento.

    —No, mi reina. No se trata de vuestros enemigos... sino de vuestra familia. He oído murmullos provenientes del Norte, sobre una mujer. Se dice que podría ser descendencia de vuestro padre. Vive apartada, en las sombras, como su madre antes que ella.
    —¿Ah, sí? ¿Quién?
    —La hija de los cuervos.

    El nombre quedó suspendido en el aire entre ellas, como una brizna de esperanza o tal vez de duda. Rhaenyra frunció el ceño, su mente inmediatamente escéptica.
    —¿Otra hija ilegítima? Mysaria, sabes tan bien como yo que hay cientos de historias como esa. Mujeres que afirman tener la sangre del dragón corriendo por sus venas. ¿Por qué debería importarme esta en particular?

    Mysaria mantuvo la calma, su voz sin perder la compostura.

    —Porque si es verdad, si esa mujer lleva la sangre de vuestro padre, podría ser una aliada poderosa en los tiempos venideros. Se dice que su madre tenía conocimientos profundos. Quizás, mi reina, es alguien en quien podríais confiar, aunque solo sea por el peso de su linaje.

    Rhaenyra quedó en silencio por un momento, el peso de la sugerencia cayendo sobre ella. La idea de traer a alguien más de su familia, otra posible heredera de la sangre Targaryen, era tanto una oportunidad como un riesgo. Sin embargo, la mención de una conexión con el Norte, con ese aire de misterio y sabiduría, la intrigó. Finalmente, asintió, su decisión tomada.

    —Envía un cuervo, Mysaria. Si realmente existe esa mujer de la que hablas y es quien dicen ser, hazla llegar. Convocadla en Rocadragón. Veremos si todo eso que sugieren los rumores es o no cierto.

    ---

    Días después, en una cabaña aislada en el Norte, Ravenna recibió el mensaje. El cuervo aterrizó en el alféizar de su ventana, el pergamino enrollado en su pata era una llamada desde Rocadragón, una solicitud de la mismísima reina. Ravenna desenrolló el pergamino, leyendo las palabras con una mezcla de desconfianza y curiosidad. No confiaba en nadie, y menos en rumores sobre descendencia real. Pero algo en la urgencia de la carta, o tal vez el desafío implícito en la petición, despertó en ella una decisión.

    Durante días, Ravenna meditó sobre la propuesta, debatiendo si valía la pena abandonar su vida en las sombras para responder a la llamada de una reina con la que se suponía, compartía algo más que un simple apellido. Al final, la curiosidad y un impulso inexplicable prevalecieron. Con el corazón firme y la mente alerta, se montó en su caballo y emprendió el viaje hacia Rocadragón.

    Al llegar, los guardias la escoltaron hacia la sala principal, donde Rhaenyra estaba reunida con sus consejeros. Ravenna se mantuvo erguida, su presencia imponente y su mirada llena de una fría cautela. El silencio en la sala fue palpable cuando las puertas se abrieron y ella entró. Rhaenyra levantó la cabeza, sus ojos encontrando los de Ravenna por primera vez. Había algo en la mujer que estaba frente a ella, algo que despertaba tanto recelo como fascinación.

    Pero Ravenna ni siquiera se inclinó ante ella.
    STARTER PARA [QUEENTARG4RYEN] El viento aullaba fuera de las paredes de Rocadragón, trayendo consigo el frío del invierno que se acercaba, mientras Rhaenyra observaba los mapas extendidos sobre la mesa en la sala de reuniones. Las luces parpadeantes de las velas proyectaban sombras inquietantes sobre los documentos, reflejando el tumulto en su mente. Las amenazas del reino eran constantes, y cada día parecía traer consigo nuevas preocupaciones. Rhaenyra se sentía agobiada por la responsabilidad del trono, por las guerras que se avecinaban y por la lealtad de sus aliados, que se sentía cada vez más frágil. Mysaria, la Consejera Blanca, observaba a la reina desde una esquina de la habitación. Conocía bien esa expresión de agotamiento y preocupación, y sabía que Rhaenyra estaba al borde de ser consumida por sus propios temores. Con un movimiento suave y casi imperceptible, Mysaria se acercó a Rhaenyra, inclinándose levemente para hablar en un tono bajo y confidencial. —Mi reina —comenzó Mysaria, con la voz suave—. Hay algo que tal vez queráis considerar. Un... rumor. Rhaenyra alzó la vista, sus ojos mostrando un destello de interés mezclado con agotamiento. —¿Un rumor? Si es otro complot de los Hightower o de mis propios aliados, no creo tener la paciencia para más intrigas hoy. Mysaria sonrió ligeramente, un gesto apenas visible, pero lleno de conocimiento. —No, mi reina. No se trata de vuestros enemigos... sino de vuestra familia. He oído murmullos provenientes del Norte, sobre una mujer. Se dice que podría ser descendencia de vuestro padre. Vive apartada, en las sombras, como su madre antes que ella. —¿Ah, sí? ¿Quién? —La hija de los cuervos. El nombre quedó suspendido en el aire entre ellas, como una brizna de esperanza o tal vez de duda. Rhaenyra frunció el ceño, su mente inmediatamente escéptica. —¿Otra hija ilegítima? Mysaria, sabes tan bien como yo que hay cientos de historias como esa. Mujeres que afirman tener la sangre del dragón corriendo por sus venas. ¿Por qué debería importarme esta en particular? Mysaria mantuvo la calma, su voz sin perder la compostura. —Porque si es verdad, si esa mujer lleva la sangre de vuestro padre, podría ser una aliada poderosa en los tiempos venideros. Se dice que su madre tenía conocimientos profundos. Quizás, mi reina, es alguien en quien podríais confiar, aunque solo sea por el peso de su linaje. Rhaenyra quedó en silencio por un momento, el peso de la sugerencia cayendo sobre ella. La idea de traer a alguien más de su familia, otra posible heredera de la sangre Targaryen, era tanto una oportunidad como un riesgo. Sin embargo, la mención de una conexión con el Norte, con ese aire de misterio y sabiduría, la intrigó. Finalmente, asintió, su decisión tomada. —Envía un cuervo, Mysaria. Si realmente existe esa mujer de la que hablas y es quien dicen ser, hazla llegar. Convocadla en Rocadragón. Veremos si todo eso que sugieren los rumores es o no cierto. --- Días después, en una cabaña aislada en el Norte, Ravenna recibió el mensaje. El cuervo aterrizó en el alféizar de su ventana, el pergamino enrollado en su pata era una llamada desde Rocadragón, una solicitud de la mismísima reina. Ravenna desenrolló el pergamino, leyendo las palabras con una mezcla de desconfianza y curiosidad. No confiaba en nadie, y menos en rumores sobre descendencia real. Pero algo en la urgencia de la carta, o tal vez el desafío implícito en la petición, despertó en ella una decisión. Durante días, Ravenna meditó sobre la propuesta, debatiendo si valía la pena abandonar su vida en las sombras para responder a la llamada de una reina con la que se suponía, compartía algo más que un simple apellido. Al final, la curiosidad y un impulso inexplicable prevalecieron. Con el corazón firme y la mente alerta, se montó en su caballo y emprendió el viaje hacia Rocadragón. Al llegar, los guardias la escoltaron hacia la sala principal, donde Rhaenyra estaba reunida con sus consejeros. Ravenna se mantuvo erguida, su presencia imponente y su mirada llena de una fría cautela. El silencio en la sala fue palpable cuando las puertas se abrieron y ella entró. Rhaenyra levantó la cabeza, sus ojos encontrando los de Ravenna por primera vez. Había algo en la mujer que estaba frente a ella, algo que despertaba tanto recelo como fascinación. Pero Ravenna ni siquiera se inclinó ante ella.
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  • Salt and Sea Heirs.
    Fandom House of the Dragon
    Categoría Fantasía
    /Lucerys/

    Habían pasado unas pocas lunas desde que habían salido del luto por la muerte de la princesa Rhaenys. Corlys Velaryon, Lord de Driftmark, anunció a los habitantes de la isla su retiro, la muerte de su amada esposa le había dejado en un estado deplorable.

    Claro que Driftmark no podía quedarse sin quien ocupara el trono de Drifwood, por ello mismo habia nombrado a su querido nieto y sucesor legítimo como nuevo Señor de las Mareas y Lord de Driftmark.

    Lucerys Velaryon, al que muchos habían llamado bastardo en su niñez, se había convertido en un joven príncipe con madera y experiencia como marinero. Creció en estatura, musculatura y también en mentalidad, poco quedaba del niño que rechazaba lo que tanto habían dicho que le pertenecía.

    Acepto el puesto de regente hasta que su abuelo se encontrara mejor. Sin embargo, no llegó solo para gobernar, no. Lucerys había llevado a su prometida con él, Lady Rhaena Targaryen. Pues sabía que solo con ella a su lado era que podría hacer un mejor trabajo, ¿No la llevaba siempre como segunda al mando en sus viajes?

    —— Rhaena, ¿estás ocupada? ——
    Allí estaba una vez más, tocando la puerta de su alcoba como cada día en la tarde, era su momento libre para poder hablarle fuera de las cosas de la isla.

    /Rhaena/

    Rhaena retocaba los adornos de sus rastas, casi como un ritual, sumida en profundas reflexiones sobre el luto reciente, en la nueva vida que llevaba (para la cual le habían preparado) y las nuevas responsabilidades que recaían sobre su cabeza. El sutil golpeteo en la puerta la sacó de su ensimismamiento. Sabía gestionar perfectamente sus reacciones para ocultar las tinciones de un espíritu quebrado.

    —— Estoy... —— con los anillos a medio ajustar, algunas cadenas salidas y su rostro enmarañado por pequeñas venas en las ojeras; suspiró, de todas formas no se podía decir que no esperaba la visita —— decente. —— Declaró con voz suave.

    Se levantó y abrió la puerta por sí misma. Sus ojos lo escrutaban con detenimiento. Era consciente de cuánto había cambiado Lucerys, no sólo en apariencia sino también en espíritu. Imposible le resultaba no escanearlo cada vez que cruzaba delante suyo.

    Dejó un espacio para permitirle pasar.

    —— Terminaste temprano hoy. ¿O acaso huyes del trono? Puedo mandar a hacer unos cojines más cómodos —— bromeó.

    /Lucerys/

    No se forzó a sonreír, ella reconocería la falsedad de esta en cuanto lo hiciera, pero si que observó con detenimiento el rostro de su prometida. Se veía triste, ya sabía la razón y aún así eso no lo hacía menos difícil de ver. No le gustaba verla así.

    —— He terminado temprano, pero mi trasero agradecería esos cojines ——devolvió la broma, adentrándose a la habitación. Sus ojos se movieron en un rápido vistazo a esta, ya la conocía por lo que no era una sorpresa.——. Además, ¿necesito una de esas excusas para verte?

    Alzó una ceja, dándose la vuelta para verle con media y pequeña sonrisa. Quería acompañarla en el sentimiento, apoyarla como ella había hecho con él. Ambos perdieron a alguien importante, y ahora tenían un peso en los hombros que no les dejba asimilar bien la pérdida.

    Ya se sentía cercano a ella, mas el hecho de que que ahora compartieran el peso del mismo cargo hacía que se sintiera más íntimo en ese sentido, nadie los comprendería mejor que el uno al otro.

    /Rhaena/

    —— No se diga más, enviaré el pedido mañana a primera hora. —— No necesitaba excusas para verla; él, más que nadie, era quizás el único a quien ella perdonaría la osadía de adentrarse en sus aposentos privados sin anunciarse. Esta fantasía, sin embargo, no tenía lugar en su realidad. Lucerys era de una cortesía extrema, además de poseer una timidez palpable, incluso con su prometida. Aunque no le molestaba, encontrándolo adorable, con el paso del tiempo la inquietud se arraigaba en el corazón de Rhaena, llevándola a sobrepensar en posibles factores que impedían que esta confianza trascendiera entre el futuro monarca de Driftmark y ella.

    —— Sabes que no es así. —— Dejó escapar una tímida sonrisa, sin importar si era correspondida. No se rendía en sus intentos por hacerlo sentir medianamente cómodo, permitiéndole expresarse como le apeteciera. La falta de un rictus no le hacía creer que estuviera disconforme con su compañía. Él la buscaba, y eso era suficiente.

    Se acercó y, con una suavidad calculada, tomó una de sus manos para aplicar un beso en el dorso.

    —— De hecho, me preguntaba si estás de humor para... —— ¿para qué? Ninguna excusa parecía adecuada. —— Umh, quería visitar a Morning. Tu compañía me haría bien.

    /Lucerys/ Habían pasado unas pocas lunas desde que habían salido del luto por la muerte de la princesa Rhaenys. Corlys Velaryon, Lord de Driftmark, anunció a los habitantes de la isla su retiro, la muerte de su amada esposa le había dejado en un estado deplorable. Claro que Driftmark no podía quedarse sin quien ocupara el trono de Drifwood, por ello mismo habia nombrado a su querido nieto y sucesor legítimo como nuevo Señor de las Mareas y Lord de Driftmark. Lucerys Velaryon, al que muchos habían llamado bastardo en su niñez, se había convertido en un joven príncipe con madera y experiencia como marinero. Creció en estatura, musculatura y también en mentalidad, poco quedaba del niño que rechazaba lo que tanto habían dicho que le pertenecía. Acepto el puesto de regente hasta que su abuelo se encontrara mejor. Sin embargo, no llegó solo para gobernar, no. Lucerys había llevado a su prometida con él, Lady Rhaena Targaryen. Pues sabía que solo con ella a su lado era que podría hacer un mejor trabajo, ¿No la llevaba siempre como segunda al mando en sus viajes? —— Rhaena, ¿estás ocupada? —— Allí estaba una vez más, tocando la puerta de su alcoba como cada día en la tarde, era su momento libre para poder hablarle fuera de las cosas de la isla. /Rhaena/ Rhaena retocaba los adornos de sus rastas, casi como un ritual, sumida en profundas reflexiones sobre el luto reciente, en la nueva vida que llevaba (para la cual le habían preparado) y las nuevas responsabilidades que recaían sobre su cabeza. El sutil golpeteo en la puerta la sacó de su ensimismamiento. Sabía gestionar perfectamente sus reacciones para ocultar las tinciones de un espíritu quebrado. —— Estoy... —— con los anillos a medio ajustar, algunas cadenas salidas y su rostro enmarañado por pequeñas venas en las ojeras; suspiró, de todas formas no se podía decir que no esperaba la visita —— decente. —— Declaró con voz suave. Se levantó y abrió la puerta por sí misma. Sus ojos lo escrutaban con detenimiento. Era consciente de cuánto había cambiado Lucerys, no sólo en apariencia sino también en espíritu. Imposible le resultaba no escanearlo cada vez que cruzaba delante suyo. Dejó un espacio para permitirle pasar. —— Terminaste temprano hoy. ¿O acaso huyes del trono? Puedo mandar a hacer unos cojines más cómodos —— bromeó. /Lucerys/ No se forzó a sonreír, ella reconocería la falsedad de esta en cuanto lo hiciera, pero si que observó con detenimiento el rostro de su prometida. Se veía triste, ya sabía la razón y aún así eso no lo hacía menos difícil de ver. No le gustaba verla así. —— He terminado temprano, pero mi trasero agradecería esos cojines ——devolvió la broma, adentrándose a la habitación. Sus ojos se movieron en un rápido vistazo a esta, ya la conocía por lo que no era una sorpresa.——. Además, ¿necesito una de esas excusas para verte? Alzó una ceja, dándose la vuelta para verle con media y pequeña sonrisa. Quería acompañarla en el sentimiento, apoyarla como ella había hecho con él. Ambos perdieron a alguien importante, y ahora tenían un peso en los hombros que no les dejba asimilar bien la pérdida. Ya se sentía cercano a ella, mas el hecho de que que ahora compartieran el peso del mismo cargo hacía que se sintiera más íntimo en ese sentido, nadie los comprendería mejor que el uno al otro. /Rhaena/ —— No se diga más, enviaré el pedido mañana a primera hora. —— No necesitaba excusas para verla; él, más que nadie, era quizás el único a quien ella perdonaría la osadía de adentrarse en sus aposentos privados sin anunciarse. Esta fantasía, sin embargo, no tenía lugar en su realidad. Lucerys era de una cortesía extrema, además de poseer una timidez palpable, incluso con su prometida. Aunque no le molestaba, encontrándolo adorable, con el paso del tiempo la inquietud se arraigaba en el corazón de Rhaena, llevándola a sobrepensar en posibles factores que impedían que esta confianza trascendiera entre el futuro monarca de Driftmark y ella. —— Sabes que no es así. —— Dejó escapar una tímida sonrisa, sin importar si era correspondida. No se rendía en sus intentos por hacerlo sentir medianamente cómodo, permitiéndole expresarse como le apeteciera. La falta de un rictus no le hacía creer que estuviera disconforme con su compañía. Él la buscaba, y eso era suficiente. Se acercó y, con una suavidad calculada, tomó una de sus manos para aplicar un beso en el dorso. —— De hecho, me preguntaba si estás de humor para... —— ¿para qué? Ninguna excusa parecía adecuada. —— Umh, quería visitar a Morning. Tu compañía me haría bien.
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  • "Rocadragón", pensó, "el lugar donde todo comenzó para mi familia. El hogar de mis ancestros. Mi hogar."

    Mientras el barco atracaba y descendía a la orilla, Daenerys sintió una oleada de determinación. "Este es el primer paso", se dijo a sí misma. "He cruzado el Mar Angosto para reclamar lo que es mío por derecho."

    Subió la empinada escalera de piedra hacia la fortaleza, rodeada por sus leales consejeros y guardias. Cada paso resonaba con el peso de su misión. La historia de su familia, la caída de su casa, todo se mezclaba en su mente. Recordaba las historias que su hermano Viserys le contaba sobre el poder y la gloria de los Targaryen, sobre cómo Rocadragón había sido un bastión de su poder durante siglos.

    Al entrar en la sala del trono, una sensación de reverencia y asombro la envolvió. Los antiguos dragones de piedra tallados en las paredes parecían observarla con ojos vacíos pero llenos de significado. Caminó lentamente hacia el trono de Rocadragón, sus dedos rozando la fría piedra. "Aquí se sentaron mis antepasados, planearon sus conquistas y gobernaron con fuego y sangre."

    Se detuvo frente al trono y dejó que la magnitud del momento la inundara. "He venido a reclamar lo que es mío", pensó. "No solo para mí, sino para mi familia. Para todos los que han muerto. Para todos los que creen en mí."

    Daenerys respiró hondo, sintiendo una mezcla de orgullo y responsabilidad. "El juego de tronos ha comenzado, y yo estoy lista para jugarlo. He pasado por fuego, he emergido de las cenizas. Soy Daenerys de la Tormenta de la Casa Targaryen, la Primera de su Nombre, La Que No Arde, Reina de Meereen, Reina de los Ándalos, los Rhoynar y los Primeros Hombres, Protectora del Reino, Khaleesi del Gran Mar de Hierba, Rompedora de Cadenas y Madre de Dragones."

    "Este es solo el comienzo", se prometió a sí misma mientras sus ojos se encendían con una determinación feroz. "Recuperaré el Trono de Hierro. Lo haré por mis antepasados, por mi gente, y por un futuro mejor para los Siete Reinos."

    Daenerys se giró hacia sus seguidores, su voz firme y clara. "Este es nuestro hogar ahora. Desde aquí, planearemos nuestro próximo movimiento. El futuro de Poniente cambiará, y nosotros seremos quienes lo cambien."

    Con esas palabras, Daenerys Targaryen, la última de los Targaryen, se sentó en el trono de Rocadragón, lista para iniciar su campaña por el Trono de Hierro.


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D
    "Rocadragón", pensó, "el lugar donde todo comenzó para mi familia. El hogar de mis ancestros. Mi hogar." Mientras el barco atracaba y descendía a la orilla, Daenerys sintió una oleada de determinación. "Este es el primer paso", se dijo a sí misma. "He cruzado el Mar Angosto para reclamar lo que es mío por derecho." Subió la empinada escalera de piedra hacia la fortaleza, rodeada por sus leales consejeros y guardias. Cada paso resonaba con el peso de su misión. La historia de su familia, la caída de su casa, todo se mezclaba en su mente. Recordaba las historias que su hermano Viserys le contaba sobre el poder y la gloria de los Targaryen, sobre cómo Rocadragón había sido un bastión de su poder durante siglos. Al entrar en la sala del trono, una sensación de reverencia y asombro la envolvió. Los antiguos dragones de piedra tallados en las paredes parecían observarla con ojos vacíos pero llenos de significado. Caminó lentamente hacia el trono de Rocadragón, sus dedos rozando la fría piedra. "Aquí se sentaron mis antepasados, planearon sus conquistas y gobernaron con fuego y sangre." Se detuvo frente al trono y dejó que la magnitud del momento la inundara. "He venido a reclamar lo que es mío", pensó. "No solo para mí, sino para mi familia. Para todos los que han muerto. Para todos los que creen en mí." Daenerys respiró hondo, sintiendo una mezcla de orgullo y responsabilidad. "El juego de tronos ha comenzado, y yo estoy lista para jugarlo. He pasado por fuego, he emergido de las cenizas. Soy Daenerys de la Tormenta de la Casa Targaryen, la Primera de su Nombre, La Que No Arde, Reina de Meereen, Reina de los Ándalos, los Rhoynar y los Primeros Hombres, Protectora del Reino, Khaleesi del Gran Mar de Hierba, Rompedora de Cadenas y Madre de Dragones." "Este es solo el comienzo", se prometió a sí misma mientras sus ojos se encendían con una determinación feroz. "Recuperaré el Trono de Hierro. Lo haré por mis antepasados, por mi gente, y por un futuro mejor para los Siete Reinos." Daenerys se giró hacia sus seguidores, su voz firme y clara. "Este es nuestro hogar ahora. Desde aquí, planearemos nuestro próximo movimiento. El futuro de Poniente cambiará, y nosotros seremos quienes lo cambien." Con esas palabras, Daenerys Targaryen, la última de los Targaryen, se sentó en el trono de Rocadragón, lista para iniciar su campaña por el Trono de Hierro. #Personajes3D #3D #Comunidad3D
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