• //Llegó tarde pero #SeductiveSunday //

    𝕸𝖊𝖒𝖔𝖗𝖎𝖆𝖘 𝖉𝖊 𝖚𝖓 𝖅𝖔𝖗𝖗𝖔 - 𝐊𝐚𝐳𝐮𝐨

    Quería consumirla, poseerla y, al mismo
    tiempo, temía la intensidad con la que sentía todo aquello.

    Una vez... Tan solo tuve que percibir su aroma una sola vez para dejarme atrapar de una forma que, en ese momento, no sabría nombrar. Olía a tierra, pino, sol; una sinfonía de olores que se alojaban en la parte trasera de mi paladar, provocando que incluso pudiera saborearlo, una efervescencia que explotaba en mi boca como una gota de agua al caer sobre suelo firme. Olía a montaña, olía a mi hogar. ¿Pero qué era esto? No había explicación ni lógica. Su cercanía provocó en mi cuerpo una auténtica hecatombe, una reacción en cadena con un desenlace frustrante. No sería hasta dos años después de abstinencia cuando pudiera emborracharme de aquella esencia que tan hondo había calado en mí.

    Cuando ese mar carmesí que tenía como ojos me engulló, al mismo tiempo que ese aroma, algo en mí se rompió. Era como si, en ese mismo segundo, el aire hubiera abandonado mis pulmones, porque solo querían oxigenarse con el aire impregnado de aquel aroma adictivo. Mis pupilas se dilataban como dos cuencas negras, mi piel se erizaba, y mi pecho cabalgaba en una desenfrenada carrera, sin un fin concreto en aquel inmenso horizonte de mi mente. Por primera vez en siglos, no era capaz de controlar la vorágine de sensaciones que se agolpaban, una tras otra, aporreando mi cabeza en un intento desesperado de abrirse paso, de intentar buscar una explicación para aquella sensación tan abrumadora.

    Sus ojos, su pelo, su piel, sus labios, su voz... su olor. Todo me atraía como una polilla es atraída por la luz, de una forma ciega y resignada, pues el resplandor no me dejaba ver más allá de mis narices. No soy un hombre común; Soy un zorro, hijo de Inari e hijo del bosque. Mis sentidos van más allá de lo común; para mí, un aroma, un sabor, puede tener más significado que una historia contada con palabras. Aquel olor me evocaba deseo, anhelo, hambre, peligro... un peligro al que, contra todo pronóstico, hice caso omiso, porque necesitaba impregnarme de aquella esencia y no dejaría escapar la más mínima oportunidad.

    La fuerza empleada para no dejar que mis instintos más primitivos, más salvajes, más animales, se abalanzaran sobre aquella mujer era hercúlea. Una fuerza que iba en contra de todo lo que mi cuerpo pedía a gritos. Ella... La deseaba; joder, la acababa de conocer y todo mi ser la reclamaba de una forma tan voraz que ni siquiera me dejaba pensar con claridad. Era como encontrar algo que no sabías que habías perdido, y que de pronto te arrebatan para luego volver a desaparecer.

    Cuando, al día siguiente, solo percibí los matices residuales de su ausencia, sentí que algo de mí había sido arrancado. Dirigí mis pasos a la habitación donde había dormido aquella noche. El futón, perfectamente recogido, y el yukata que le había prestado, cuidadosamente doblado a su lado. Me adentré, e inmediatamente su aroma me abofeteó la cara como un oleaje salvaje que rompía contra un acantilado. Me arrodillé junto a las pertenencias prestadas y devueltas. Sin poder contenerme, tomé aquel yukata entre mis manos, llevando aquella fina seda a mi rostro. Entonces inhalé profundamente, hundiendo mi rostro entre las telas de la prenda que horas antes, Elizabeth se había puesto. Memoricé cada matiz que me recordaba a la montaña, esa mezcla de olores terrosos que me embriagaban y me hacían entrar en un estado febril. Mis puños se cerraban en aquella tela, apretándola con tanta fuerza que mis nudillos se ponían blancos del esfuerzo. Mi cuerpo languidecía hasta dejarse caer sobre el futón donde ella había dormido la noche anterior. Aún con el yukata en mis manos apretadas, me deslicé por las sábanas y la colcha de dicho futón. Olía a ella; toda su esencia estaba en aquellos simples objetos. Quería adherir aquel olor a mi piel, volverlo parte de la mía. Parecía un gato que se retuerce en una zona que desea marcar con su olor.

    Para cualquier persona normal, aquel acto podría catalogarse como propio de alguien pervertido, tóxico o incluso enfermizo. Pero para mí, un zorro, aquel olor me hacía entrar en colapso, en un frenesí incontrolable y en constante ebullición. No se le puede pedir a un felino que no reaccione a la nepeta, ni impedir que una mariposa se sienta atraída por las feromonas de una hermosa flor. Para mí, era exactamente lo mismo; aquel aroma provocaba una reacción química en todo mi cuerpo, llevándolo a una excitación acalorada, intensa e irrefrenable.

    Cada noche volvía a emborracharme de la fragancia que aquella mujer de cabellos de fuego había dejado de forma inocente. Me imaginaba estar con ella, enredados en aquellas sábanas, y no podía evitar sentir ese placer tan exquisito. Lo hice hasta que su olor se disipó con el paso del tiempo. Durante dos largos años, iba cada noche al mismo punto donde la conocí por primera vez, con la esperanza de volver a verla, de volver a olerla. En mi forma de gran zorro blanco, corría montaña arriba, intentando encontrar aquellos olores que tanto me recordaban aquellos parajes. Pero... no, nada era igual, nada era comparable a aquel olor que tanto anhelaba y que jamás se borraría de mi memoria. La espera había sido dolorosa. Una agonía que apenas podía soportar en aquellas noches de soledad, donde solo podía consolarme lastimosamente a mí mismo, imaginando cómo sería que mi boca recorriera cada parte de su cuerpo. Estaba enfermo, enfermo por no poder engullir la medicina que necesitaba para sanar. Y esa medicina era ella.

    Durante el tiempo que pasó sin su presencia, no era capaz de mantener otros encuentros íntimos con otros seres. Ni las mujeres ni los hombres con los que normalmente conseguía "satisfacer" mis deseos me provocaban la más mínima reacción de anhelo. No era difícil para mí obtener placer ajeno, de hecho, era realmente fácil. Mi presencia causaba esa necesidad primitiva de deseo cuando mis labios seducían con un suave ronroneo. Pero cuando todo iba a culminar, mi cuerpo rechazaba aquel contacto. Todo mi ser aborrecía en ese último momento aquello que no estaba relacionado con aquella esencia que se había alojado en mi mente. Por lo tanto, finalmente desistí de tener y buscar cualquier tipo de relación carnal. Prefería autocomplacerme pensando en cómo sabrían sus labios en mi boca, cómo se sentiría su piel bajo las yemas de mis dedos, cómo su olor inundaría mi olfato hasta entrar en mi lengua.

    Cuando al fin la tuve tan cerca nuevamente, sentí que su sola presencia desataba algo violento dentro de mí, un sofoco que emergía desde lo más profundo de mi ser y que solo sería aplacado con el consumo de aquella mujer. Mía... Deseaba hacerla mía de todas las formas posibles, que su aroma quedara impregnado en mi cuerpo y que el mío quedara impregnado en el suyo. Dejarme llevar por mi lado más salvaje y animal; dejar que mis colmillos ansiosos marcaran cada zona de su piel, reclamando lo que quería que fuera mío. En cada encuentro no podía hacer más que venerar aquel cuerpo; no podía dejar de arrodillarme ante ella. Lo que me hizo rendirme al completo fue saber más, conocer quién estaba debajo de todas esas sensaciones primitivas, hizo que me volviera siervo de lo que ella representaba. Y lo que representaba, era todo para mí, como si todo lo anterior a ella se quedara en la nada.

    Ahora que es mía y yo soy suyo, me doy cuenta de que jamás podría curarme de su adicción. Era mi opio, mi droga recurrente y de la que no deseaba desintoxicarme. De hecho, al contrario, quería intoxicarme por cada poro de mi piel. Fundirme a su cuerpo hasta que no se supiera dónde empezaba el mío y dónde terminaba el de ella.

    A veces considero que peco de soberbio y posesivo si el tema a discutir se trata de Elizabeth, faltando enormemente a lo que es mi ética como mensajero de Inari. Pero simplemente no puedo. Estoy tan enfermizamente enamorado, que no hay unas directrices que nos guían para manejar la situación que nos rodea a ambos. Tendremos que ser nosotros mismos quienes vayamos descubriendo a dónde nos lleva esta desenfrenada pasión.

    𝑬𝒍𝒊𝒛𝒂𝒃𝒆𝒕𝒉 ✴ 𝑩𝒍𝒐𝒐𝒅𝒇𝒍𝒂𝒎𝒆
    //Llegó tarde pero #SeductiveSunday // 𝕸𝖊𝖒𝖔𝖗𝖎𝖆𝖘 𝖉𝖊 𝖚𝖓 𝖅𝖔𝖗𝖗𝖔 - 𝐊𝐚𝐳𝐮𝐨 Quería consumirla, poseerla y, al mismo tiempo, temía la intensidad con la que sentía todo aquello. Una vez... Tan solo tuve que percibir su aroma una sola vez para dejarme atrapar de una forma que, en ese momento, no sabría nombrar. Olía a tierra, pino, sol; una sinfonía de olores que se alojaban en la parte trasera de mi paladar, provocando que incluso pudiera saborearlo, una efervescencia que explotaba en mi boca como una gota de agua al caer sobre suelo firme. Olía a montaña, olía a mi hogar. ¿Pero qué era esto? No había explicación ni lógica. Su cercanía provocó en mi cuerpo una auténtica hecatombe, una reacción en cadena con un desenlace frustrante. No sería hasta dos años después de abstinencia cuando pudiera emborracharme de aquella esencia que tan hondo había calado en mí. Cuando ese mar carmesí que tenía como ojos me engulló, al mismo tiempo que ese aroma, algo en mí se rompió. Era como si, en ese mismo segundo, el aire hubiera abandonado mis pulmones, porque solo querían oxigenarse con el aire impregnado de aquel aroma adictivo. Mis pupilas se dilataban como dos cuencas negras, mi piel se erizaba, y mi pecho cabalgaba en una desenfrenada carrera, sin un fin concreto en aquel inmenso horizonte de mi mente. Por primera vez en siglos, no era capaz de controlar la vorágine de sensaciones que se agolpaban, una tras otra, aporreando mi cabeza en un intento desesperado de abrirse paso, de intentar buscar una explicación para aquella sensación tan abrumadora. Sus ojos, su pelo, su piel, sus labios, su voz... su olor. Todo me atraía como una polilla es atraída por la luz, de una forma ciega y resignada, pues el resplandor no me dejaba ver más allá de mis narices. No soy un hombre común; Soy un zorro, hijo de Inari e hijo del bosque. Mis sentidos van más allá de lo común; para mí, un aroma, un sabor, puede tener más significado que una historia contada con palabras. Aquel olor me evocaba deseo, anhelo, hambre, peligro... un peligro al que, contra todo pronóstico, hice caso omiso, porque necesitaba impregnarme de aquella esencia y no dejaría escapar la más mínima oportunidad. La fuerza empleada para no dejar que mis instintos más primitivos, más salvajes, más animales, se abalanzaran sobre aquella mujer era hercúlea. Una fuerza que iba en contra de todo lo que mi cuerpo pedía a gritos. Ella... La deseaba; joder, la acababa de conocer y todo mi ser la reclamaba de una forma tan voraz que ni siquiera me dejaba pensar con claridad. Era como encontrar algo que no sabías que habías perdido, y que de pronto te arrebatan para luego volver a desaparecer. Cuando, al día siguiente, solo percibí los matices residuales de su ausencia, sentí que algo de mí había sido arrancado. Dirigí mis pasos a la habitación donde había dormido aquella noche. El futón, perfectamente recogido, y el yukata que le había prestado, cuidadosamente doblado a su lado. Me adentré, e inmediatamente su aroma me abofeteó la cara como un oleaje salvaje que rompía contra un acantilado. Me arrodillé junto a las pertenencias prestadas y devueltas. Sin poder contenerme, tomé aquel yukata entre mis manos, llevando aquella fina seda a mi rostro. Entonces inhalé profundamente, hundiendo mi rostro entre las telas de la prenda que horas antes, Elizabeth se había puesto. Memoricé cada matiz que me recordaba a la montaña, esa mezcla de olores terrosos que me embriagaban y me hacían entrar en un estado febril. Mis puños se cerraban en aquella tela, apretándola con tanta fuerza que mis nudillos se ponían blancos del esfuerzo. Mi cuerpo languidecía hasta dejarse caer sobre el futón donde ella había dormido la noche anterior. Aún con el yukata en mis manos apretadas, me deslicé por las sábanas y la colcha de dicho futón. Olía a ella; toda su esencia estaba en aquellos simples objetos. Quería adherir aquel olor a mi piel, volverlo parte de la mía. Parecía un gato que se retuerce en una zona que desea marcar con su olor. Para cualquier persona normal, aquel acto podría catalogarse como propio de alguien pervertido, tóxico o incluso enfermizo. Pero para mí, un zorro, aquel olor me hacía entrar en colapso, en un frenesí incontrolable y en constante ebullición. No se le puede pedir a un felino que no reaccione a la nepeta, ni impedir que una mariposa se sienta atraída por las feromonas de una hermosa flor. Para mí, era exactamente lo mismo; aquel aroma provocaba una reacción química en todo mi cuerpo, llevándolo a una excitación acalorada, intensa e irrefrenable. Cada noche volvía a emborracharme de la fragancia que aquella mujer de cabellos de fuego había dejado de forma inocente. Me imaginaba estar con ella, enredados en aquellas sábanas, y no podía evitar sentir ese placer tan exquisito. Lo hice hasta que su olor se disipó con el paso del tiempo. Durante dos largos años, iba cada noche al mismo punto donde la conocí por primera vez, con la esperanza de volver a verla, de volver a olerla. En mi forma de gran zorro blanco, corría montaña arriba, intentando encontrar aquellos olores que tanto me recordaban aquellos parajes. Pero... no, nada era igual, nada era comparable a aquel olor que tanto anhelaba y que jamás se borraría de mi memoria. La espera había sido dolorosa. Una agonía que apenas podía soportar en aquellas noches de soledad, donde solo podía consolarme lastimosamente a mí mismo, imaginando cómo sería que mi boca recorriera cada parte de su cuerpo. Estaba enfermo, enfermo por no poder engullir la medicina que necesitaba para sanar. Y esa medicina era ella. Durante el tiempo que pasó sin su presencia, no era capaz de mantener otros encuentros íntimos con otros seres. Ni las mujeres ni los hombres con los que normalmente conseguía "satisfacer" mis deseos me provocaban la más mínima reacción de anhelo. No era difícil para mí obtener placer ajeno, de hecho, era realmente fácil. Mi presencia causaba esa necesidad primitiva de deseo cuando mis labios seducían con un suave ronroneo. Pero cuando todo iba a culminar, mi cuerpo rechazaba aquel contacto. Todo mi ser aborrecía en ese último momento aquello que no estaba relacionado con aquella esencia que se había alojado en mi mente. Por lo tanto, finalmente desistí de tener y buscar cualquier tipo de relación carnal. Prefería autocomplacerme pensando en cómo sabrían sus labios en mi boca, cómo se sentiría su piel bajo las yemas de mis dedos, cómo su olor inundaría mi olfato hasta entrar en mi lengua. Cuando al fin la tuve tan cerca nuevamente, sentí que su sola presencia desataba algo violento dentro de mí, un sofoco que emergía desde lo más profundo de mi ser y que solo sería aplacado con el consumo de aquella mujer. Mía... Deseaba hacerla mía de todas las formas posibles, que su aroma quedara impregnado en mi cuerpo y que el mío quedara impregnado en el suyo. Dejarme llevar por mi lado más salvaje y animal; dejar que mis colmillos ansiosos marcaran cada zona de su piel, reclamando lo que quería que fuera mío. En cada encuentro no podía hacer más que venerar aquel cuerpo; no podía dejar de arrodillarme ante ella. Lo que me hizo rendirme al completo fue saber más, conocer quién estaba debajo de todas esas sensaciones primitivas, hizo que me volviera siervo de lo que ella representaba. Y lo que representaba, era todo para mí, como si todo lo anterior a ella se quedara en la nada. Ahora que es mía y yo soy suyo, me doy cuenta de que jamás podría curarme de su adicción. Era mi opio, mi droga recurrente y de la que no deseaba desintoxicarme. De hecho, al contrario, quería intoxicarme por cada poro de mi piel. Fundirme a su cuerpo hasta que no se supiera dónde empezaba el mío y dónde terminaba el de ella. A veces considero que peco de soberbio y posesivo si el tema a discutir se trata de Elizabeth, faltando enormemente a lo que es mi ética como mensajero de Inari. Pero simplemente no puedo. Estoy tan enfermizamente enamorado, que no hay unas directrices que nos guían para manejar la situación que nos rodea a ambos. Tendremos que ser nosotros mismos quienes vayamos descubriendo a dónde nos lleva esta desenfrenada pasión. [Liz_bloodFlame]
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    No quiero relaciones on rol no estoy disponible. ||
    No quiero relaciones on rol no estoy disponible. 😘 ||
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    [Hola! Solo vengo a decir que Estoy abierta para rolear tanto en privado como por publico! Solo pido un poco de paciencia. Llevo mucho tiempo sin tocar nada relacionado con el rol y me siento un poco oxidada. Gracias ♥]
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  • —Sirius fue invitado a comer en los apocentos de aquella mujer que lo salvo hace meses,este no entendio muy bien los motivos pero de todas formas el acepto ir,al llegar,este observo a aquella mujer por primera vez sin su túnica,era una mujer pelirroja con ojos color marron oscuro,llevaba un vestido blanco con escote pronunciado,era una mujer delgada,parecia ser un poco mayor que Sirius,ella lo observo con una sonrisa mientras estaba sentada en la mesa—


    "Te estaba esperando Wimbleton,toma asiento"


    —Sirius entro a la habitación y procedio a sentarse en la mesa en silencio,este todavia llevaba su armadura de combate,cosa que a ella no agrado mucho—


    "Quitate el casco Wimbleton,esta es una cena casual"


    —Sirius se quito el casco y revelo su rostro,los tratamientos en la piel habian surtido efecto,aunque solo habia resultado en su rostro y torso ,todo lo demas en su cuerpo seguia con quemaduras—


    —Sirius comenzo a comer y charlar con ella,Ella le revelo su nombre real,el cual era Cassandra,y el le conto toda su niñez,al final de la comida,ambos estaban muy amistosos el uno con el otro,hasta que ella se puso de pie y se acerco a el—


    "Sabes,he sido muy ruda contigo el otro dia,quizas,deberia compensarte por el esfuerzo que estas haciendo por este proyecto"


    —Ella tomo su mano y entrelazo sus dedos con el,mientras lo observaba y se mordia el labio inferior,Sirius sentía como su corazon latia con fuerza por el solo hecho de verla a los ojos,no era amor,era algo parecido al amor—


    "Ven conmigo,enseñame los movimientos de un Wimbleton~"


    —dijo mientras se lo llevaba a su cuarto—


    —La noche paso y ambos pasaron la noche juntos consumando una especie de "relacion",haciendo que ambos cuerpos suden e irradien su lujuria casi toda la noche,a la mañana siguiente,Sirius se sentia muy adolorido y cansado,al levantarse,el encontro su desayuno y su armadura a un lado de la cama—


    —¿que carajos me hizo esa hija de puta?

    —dijo en tono bajo y adolorido mientras se masajeaba la cadera—
    —Sirius fue invitado a comer en los apocentos de aquella mujer que lo salvo hace meses,este no entendio muy bien los motivos pero de todas formas el acepto ir,al llegar,este observo a aquella mujer por primera vez sin su túnica,era una mujer pelirroja con ojos color marron oscuro,llevaba un vestido blanco con escote pronunciado,era una mujer delgada,parecia ser un poco mayor que Sirius,ella lo observo con una sonrisa mientras estaba sentada en la mesa— "Te estaba esperando Wimbleton,toma asiento" —Sirius entro a la habitación y procedio a sentarse en la mesa en silencio,este todavia llevaba su armadura de combate,cosa que a ella no agrado mucho— "Quitate el casco Wimbleton,esta es una cena casual" —Sirius se quito el casco y revelo su rostro,los tratamientos en la piel habian surtido efecto,aunque solo habia resultado en su rostro y torso ,todo lo demas en su cuerpo seguia con quemaduras— —Sirius comenzo a comer y charlar con ella,Ella le revelo su nombre real,el cual era Cassandra,y el le conto toda su niñez,al final de la comida,ambos estaban muy amistosos el uno con el otro,hasta que ella se puso de pie y se acerco a el— "Sabes,he sido muy ruda contigo el otro dia,quizas,deberia compensarte por el esfuerzo que estas haciendo por este proyecto" —Ella tomo su mano y entrelazo sus dedos con el,mientras lo observaba y se mordia el labio inferior,Sirius sentía como su corazon latia con fuerza por el solo hecho de verla a los ojos,no era amor,era algo parecido al amor— "Ven conmigo,enseñame los movimientos de un Wimbleton~" —dijo mientras se lo llevaba a su cuarto— —La noche paso y ambos pasaron la noche juntos consumando una especie de "relacion",haciendo que ambos cuerpos suden e irradien su lujuria casi toda la noche,a la mañana siguiente,Sirius se sentia muy adolorido y cansado,al levantarse,el encontro su desayuno y su armadura a un lado de la cama— —¿que carajos me hizo esa hija de puta? —dijo en tono bajo y adolorido mientras se masajeaba la cadera—
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  • - se oia el teclado como si alguien taconeara sobre el - "como recuperar una aldea destruida por ti misma en un momento de crisis existencial "
    Sus manos se movian tan rapido como sus pensamientos .
    Lugh era donde estaban sus tabernas, su casita campestre,su oficina de relaciones publicas e incluso las mejores vistas para sus fotos .
    No estaba segura de querer volver a crear la parcela pero seguro la Red interna humana poseía respuestas de si debia recuperar dicha propiedad -
    - se oia el teclado como si alguien taconeara sobre el - "como recuperar una aldea destruida por ti misma en un momento de crisis existencial " Sus manos se movian tan rapido como sus pensamientos . Lugh era donde estaban sus tabernas, su casita campestre,su oficina de relaciones publicas e incluso las mejores vistas para sus fotos . No estaba segura de querer volver a crear la parcela pero seguro la Red interna humana poseía respuestas de si debia recuperar dicha propiedad -
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    Me enjaja
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  • Retorno
    Fandom Crossover
    Categoría Otros
    —Voló, voló muy lejos. Esta vez no a una cueva cercana o al hogar que compartió una vez con Adán y Lute. Alduin sabía cuando alejarse pese a ser un inepto en cuanto a relaciones se refería.

    Y se alejó. Vaya si lo hizo.

    — Wundun lein hofkiin (viajar mundo hogar)— fue el thu’um con el que Alduin abrió un portal a su dimensión, apareciendo en el cielo de Nirn, tan alto que parecía que el dragón estaba justo entre Masser y Secunda, las lunas que rodeaban su mundo, acompañado por las mismas, mientras los ocho planetas, uno por Aedra lo juzgaban por su traición. Miró a la tierra baldía y ahora muerta a sus pies. Ninguno de sus continentes y océanos, se salvó de su hambre cuando decidió romper sus cadenas, y volverse contra su creador. Cuando decidió ser libre.

    Sintió un nudo en el estómago frente a aquel vacío por primera vez, siendo consciente de toda la destrucción y muerte de la que fue portador, esta vez únicamente por complacencia propia, por satisfacer su rabia. Pues podría haber huido sin más en lugar de dejar aquel mundo sin un debido reinicio. Ahora no reconocía aquellas tierras. Y allí permaneció inerte en el aire, pensando en muchas cosas pero sobretodo en Adán en la noche en que le mostró su reino, y donde lo único que el primer hombre pudo ver fueron tierra, nieve, nada de vegetación, aguas putrefactas y los cascarones vacíos de toda la humanidad moviéndose sin alma, cayéndose en pedazos en forma de atormentados draugr.

    Apretó la mandíbula y apartó la mirada, deseando que el aire gélido de Skyrim se llevase su tristeza, esperando a la par una respuesta para saber que hacer. Por más que una parte de su nombre, de su ser fuer sabiduría, lo cierto es que el primer dragón nunca imaginó que llegaría un momento en el que no sabría que hacer. Finalmente un rugido de rabia que resonó como un trueno recorrió el territorio, justo en el momento en que a sus espaldas, el sol comenzó a salir en el horizonte. Alduin se volteó, mirando fijamente a Magnus, el sol. El reflejo de Akatosh, su creador el cual a su vez se reflejó como en un espejo en sus ojos rojos como la sangre. Y arrepentido por tanta destrucción y devastado por la profunda tristeza que sentía, supo lo que tenía que hacer. Otro portal se abrió esta vez hacia Aeterio. El mundo donde residía toda la magia, hogar de los Dioses de Nirn, llamados Aedra o los nueve divinos. Donde el más poderoso de todos ellos, Akatosh le creó. Sobrevoló cada uno de los territorios de aquel lugar donde los Aedra residían y donde las almas de las diferentes criaturas se dividían hacia su lugar de descanso dependiendo de su raza. En todos ellos, recordó el temor que su sombra inspiraba a las almas, pues estas era. Su alimento y ahora… De nuevo se encontró la paz y la frialdad de la nada. Terminó aterrizando en Sovengarde, el lugar en el que acababan los nórdicos que morían con valor y también la zona en la que, efectivamente fue creado. Pues de tener nacionalidad, Alduin sería de Skyrim. El lugar donde vivían los favoritos de Akatosh.

    Por mera costumbre, tomó la forma de angel y caminó en plena soledad llegando al gran palacio, donde las almas de los muertos daban grandes banquetes junto a los grandes héroes a través de los tiempos, recordando cómo Tiberio Séptim y su padre si es que así podía llamarlo, en ocasiones también acudían. Miró una a una las cristaleras que de forma colorida representaban puntos concretos de la historia y en muchos, podía verse a sí mismo.

    Empezando por su propio “nacimiento” y su reinado sobre otros dragones, recordando con orgullo lo amado que fue entonces y como solía pensar en esos tiempo que, no había en Nirn un ser más querido y poderoso que él. Continuó avanzando por los pasillos viéndose envuelto en grandes acontecimientos históricos en los que, el dragón negro era presente, a veces siendo venerado por humanos y dragones, otras como una entidad terrible a la que el dovahkiin debía derrotar. Recordó sus días de grandeza y cuanto odiaba dejarse ganar en un intento de que, la humanidad comprendiera que, solo el valor y la unión entre ellos podrían evitar la caída del mundo entero. Escena que se repetía en muchas ocasiones e incluso en las representaciones de vidrio se podía ver como Alduin iba paulatinamente amargándose, dejándose tragar por la sombra de tener que ser siempre la bestia y el deseo de, pese a ser consciente de la importancia de su trabajo, volver a ser admirado y respetado. Ya que los ventanales no solo reflejaban su infelicidad, si no como incluso sus propios compañeros le daban la espalda, dejando de verlo como a un ejemplo, un maestro, un líder. Para verlo solo como su rey. Una figura de autoridad a la que obedecer o morir, ya no había admiración, solo temor.

    —Til los ni Dovah ahst fin lein ravel elm ahrk ten zu’u— se lamentó al ver como se repetía una y otra vez, hasta el último ventanal donde se veía la última escena.

    El asesinato de los nueve divinos y cómo absorbió sus almas. Y no se reconoció. Si, era el portador de la destrucción, pero también de la creación, de un nuevo inicio. Y esta vez no llegó sin él, el mundo sencillamente acabó destruido. Golpeó aquel cristal con el puño y finalmente entró en una última sala, en la que quedaban los restos de todos. Absolutamente todos los nueve divinos. Los Aedra, donde orgulloso había probado que la muerte llegaba a todos, incluso a los dioses. Para luego, devorar sus almas y con esto su poder. Cerró los ojos y mientras los rayos de sol se filtraban por los ventanales evocando una gran cantidad de colores en la sala, sintió por última vez la calidez del poder de Akatosh y frente a los restos sin vida de aquellas deidades, Alduin pronunció el conjuro de resurrección. Abrazándose a sí mismo al notar aquella gran cantidad de poder abandonar su ser dolorosamente, quemándole las entrañas y las venas, saliendo por cada uno de los poros de su piel como si de agujas cuyo tamaño era infinito se clavasen, como su propia alma se hacía pedazos a separara aquella gran parte para devolverla a su origen. Agonizó hasta que la corriente de energía finalmente terminó de abandonarlo, haciendo que acabase cayendo de rodillas en el suelo. Sintiéndose tan débil que ni si quiera era capaz de sostener su propio peso. Respiró con dificultad, sintiendo que se se ahogaba, hasta que unos pasos comenzaron a acercarse a ėl. Lentamente alzó la mirada y se encontró con la severa de su creador, quien decepcionado y furioso, cuyas primeras palabras fueron el nombre de quien alguna vez fue su creación mas amada.

    —¿Que has hecho?—fue lo que sentenció Akatosh. Por supuesto que con solo mirarle la deidad del tiempo, pudo ver perfectamente todo lo que pasó desde su asesinato hasta llegar a ese momento, aún si todo sucedió en otro mundo. El falso angel no dijo nada, tan solo apartó la mirada con arrepentimiento, estaba dispuesto a aceptar su castigo. En realidad, no había nada que perder.

    El Dios del tiempo, tan solo hizo un gesto con la mano, y Alduin fue apresado y encerrado mientras los nueve divinos decidían que hacer con él. —
    —Voló, voló muy lejos. Esta vez no a una cueva cercana o al hogar que compartió una vez con Adán y Lute. Alduin sabía cuando alejarse pese a ser un inepto en cuanto a relaciones se refería. Y se alejó. Vaya si lo hizo. — Wundun lein hofkiin (viajar mundo hogar)— fue el thu’um con el que Alduin abrió un portal a su dimensión, apareciendo en el cielo de Nirn, tan alto que parecía que el dragón estaba justo entre Masser y Secunda, las lunas que rodeaban su mundo, acompañado por las mismas, mientras los ocho planetas, uno por Aedra lo juzgaban por su traición. Miró a la tierra baldía y ahora muerta a sus pies. Ninguno de sus continentes y océanos, se salvó de su hambre cuando decidió romper sus cadenas, y volverse contra su creador. Cuando decidió ser libre. Sintió un nudo en el estómago frente a aquel vacío por primera vez, siendo consciente de toda la destrucción y muerte de la que fue portador, esta vez únicamente por complacencia propia, por satisfacer su rabia. Pues podría haber huido sin más en lugar de dejar aquel mundo sin un debido reinicio. Ahora no reconocía aquellas tierras. Y allí permaneció inerte en el aire, pensando en muchas cosas pero sobretodo en Adán en la noche en que le mostró su reino, y donde lo único que el primer hombre pudo ver fueron tierra, nieve, nada de vegetación, aguas putrefactas y los cascarones vacíos de toda la humanidad moviéndose sin alma, cayéndose en pedazos en forma de atormentados draugr. Apretó la mandíbula y apartó la mirada, deseando que el aire gélido de Skyrim se llevase su tristeza, esperando a la par una respuesta para saber que hacer. Por más que una parte de su nombre, de su ser fuer sabiduría, lo cierto es que el primer dragón nunca imaginó que llegaría un momento en el que no sabría que hacer. Finalmente un rugido de rabia que resonó como un trueno recorrió el territorio, justo en el momento en que a sus espaldas, el sol comenzó a salir en el horizonte. Alduin se volteó, mirando fijamente a Magnus, el sol. El reflejo de Akatosh, su creador el cual a su vez se reflejó como en un espejo en sus ojos rojos como la sangre. Y arrepentido por tanta destrucción y devastado por la profunda tristeza que sentía, supo lo que tenía que hacer. Otro portal se abrió esta vez hacia Aeterio. El mundo donde residía toda la magia, hogar de los Dioses de Nirn, llamados Aedra o los nueve divinos. Donde el más poderoso de todos ellos, Akatosh le creó. Sobrevoló cada uno de los territorios de aquel lugar donde los Aedra residían y donde las almas de las diferentes criaturas se dividían hacia su lugar de descanso dependiendo de su raza. En todos ellos, recordó el temor que su sombra inspiraba a las almas, pues estas era. Su alimento y ahora… De nuevo se encontró la paz y la frialdad de la nada. Terminó aterrizando en Sovengarde, el lugar en el que acababan los nórdicos que morían con valor y también la zona en la que, efectivamente fue creado. Pues de tener nacionalidad, Alduin sería de Skyrim. El lugar donde vivían los favoritos de Akatosh. Por mera costumbre, tomó la forma de angel y caminó en plena soledad llegando al gran palacio, donde las almas de los muertos daban grandes banquetes junto a los grandes héroes a través de los tiempos, recordando cómo Tiberio Séptim y su padre si es que así podía llamarlo, en ocasiones también acudían. Miró una a una las cristaleras que de forma colorida representaban puntos concretos de la historia y en muchos, podía verse a sí mismo. Empezando por su propio “nacimiento” y su reinado sobre otros dragones, recordando con orgullo lo amado que fue entonces y como solía pensar en esos tiempo que, no había en Nirn un ser más querido y poderoso que él. Continuó avanzando por los pasillos viéndose envuelto en grandes acontecimientos históricos en los que, el dragón negro era presente, a veces siendo venerado por humanos y dragones, otras como una entidad terrible a la que el dovahkiin debía derrotar. Recordó sus días de grandeza y cuanto odiaba dejarse ganar en un intento de que, la humanidad comprendiera que, solo el valor y la unión entre ellos podrían evitar la caída del mundo entero. Escena que se repetía en muchas ocasiones e incluso en las representaciones de vidrio se podía ver como Alduin iba paulatinamente amargándose, dejándose tragar por la sombra de tener que ser siempre la bestia y el deseo de, pese a ser consciente de la importancia de su trabajo, volver a ser admirado y respetado. Ya que los ventanales no solo reflejaban su infelicidad, si no como incluso sus propios compañeros le daban la espalda, dejando de verlo como a un ejemplo, un maestro, un líder. Para verlo solo como su rey. Una figura de autoridad a la que obedecer o morir, ya no había admiración, solo temor. —Til los ni Dovah ahst fin lein ravel elm ahrk ten zu’u— se lamentó al ver como se repetía una y otra vez, hasta el último ventanal donde se veía la última escena. El asesinato de los nueve divinos y cómo absorbió sus almas. Y no se reconoció. Si, era el portador de la destrucción, pero también de la creación, de un nuevo inicio. Y esta vez no llegó sin él, el mundo sencillamente acabó destruido. Golpeó aquel cristal con el puño y finalmente entró en una última sala, en la que quedaban los restos de todos. Absolutamente todos los nueve divinos. Los Aedra, donde orgulloso había probado que la muerte llegaba a todos, incluso a los dioses. Para luego, devorar sus almas y con esto su poder. Cerró los ojos y mientras los rayos de sol se filtraban por los ventanales evocando una gran cantidad de colores en la sala, sintió por última vez la calidez del poder de Akatosh y frente a los restos sin vida de aquellas deidades, Alduin pronunció el conjuro de resurrección. Abrazándose a sí mismo al notar aquella gran cantidad de poder abandonar su ser dolorosamente, quemándole las entrañas y las venas, saliendo por cada uno de los poros de su piel como si de agujas cuyo tamaño era infinito se clavasen, como su propia alma se hacía pedazos a separara aquella gran parte para devolverla a su origen. Agonizó hasta que la corriente de energía finalmente terminó de abandonarlo, haciendo que acabase cayendo de rodillas en el suelo. Sintiéndose tan débil que ni si quiera era capaz de sostener su propio peso. Respiró con dificultad, sintiendo que se se ahogaba, hasta que unos pasos comenzaron a acercarse a ėl. Lentamente alzó la mirada y se encontró con la severa de su creador, quien decepcionado y furioso, cuyas primeras palabras fueron el nombre de quien alguna vez fue su creación mas amada. —¿Que has hecho?—fue lo que sentenció Akatosh. Por supuesto que con solo mirarle la deidad del tiempo, pudo ver perfectamente todo lo que pasó desde su asesinato hasta llegar a ese momento, aún si todo sucedió en otro mundo. El falso angel no dijo nada, tan solo apartó la mirada con arrepentimiento, estaba dispuesto a aceptar su castigo. En realidad, no había nada que perder. El Dios del tiempo, tan solo hizo un gesto con la mano, y Alduin fue apresado y encerrado mientras los nueve divinos decidían que hacer con él. —
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  • Cuando no se escapaba a tener relaciones con la princesa o el rey no lo necesitara el siempre buscaba la oportunidad de sentarse en aquel bosque magico en el que se ponia a dibujar o leer los cuentos que escribian para los niños, pues era algo que lo hacia sentir tranquilidad sobre todo al no haber tenido una infancia tranquila al contrario de la mujer que se decia ser su prometida que habia crecido en cuna de oro

    La unica persona que podia saber en donde estaba el escondite podia ser la princesa, pero despues de haber tenido ese incidente de el compromiso fallido se habian alejando el uno del otro un poco.
    Cuando no se escapaba a tener relaciones con la princesa o el rey no lo necesitara el siempre buscaba la oportunidad de sentarse en aquel bosque magico en el que se ponia a dibujar o leer los cuentos que escribian para los niños, pues era algo que lo hacia sentir tranquilidad sobre todo al no haber tenido una infancia tranquila al contrario de la mujer que se decia ser su prometida que habia crecido en cuna de oro La unica persona que podia saber en donde estaba el escondite podia ser la princesa, pero despues de haber tenido ese incidente de el compromiso fallido se habian alejando el uno del otro un poco.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Puntualizaciones sobre Lucifer.

    1. Lucifer no entiende mucho de emociones humanas, ni siquiera es capaz de describir las propias, para él cosas como la ternura, la alegría, o cosas por el estilo, si bien las experimenta, no las sabe reconocer por lo cual a veces resulta en una tremenda falta de empatía.

    2. No es tonto ni pretende serlo, simplemente, no comprende cuando hace algo "mal" porque en su esquema de "valores", hay muchas cosas que no están mal, por ejemplo: Lucifer bien podría andar desnudo por la vida porque para él, la desnudez no es algo que debiera causarle pudor o vergüenza (de hecho no lo hace), pero se viste porque le gusta cómo se ve y el tinte divertido que eso le da al momento del sexo.

    3. Lucifer actúa básicamente por deseo, si quiere algo, lo obtendrá y punto. No se va a poner a meditar si hace bien o mal, porque para él, esos son parámetros que no existen.

    4. Es capaz de sentir amor, sí, sí puede, porque lo experimentó una vez de forma profunda e intensa. Sin embargo, actualmente su forma de amar ha cambiado, no es especialmente celoso ni nada por el estilo, tiende a "obedecer" lo que su pareja le pida, es decir, si su pareja le dice que desea una relación monógama, Lucifer lo hará, si le dice que quiere una orgía, lo hará, esto no porque no sea capaz de pensar por sí mismo, sino porque piensa que de esa forma podrá satisfacer mejor a su compañero o compañera pues estará haciendo justo lo que le piden.

    5. Su sexualidad. NO ES NI GAY NI HETERO NI NADA QUE SE LE PAREZCA. Es un ángel, caído y lo que sea pero a fin de cuentas ángel, en ese sentido, tampoco tiene un género definido aunque al tomar forma terrenal prefiera verse como hombre. Para él, el sexo es algo tan natural que no tendría porqué haber limitaciones en cuanto a con cuántos y cada cuándo hacerlo, esto complica mucho sus relaciones porque todas las personas, en su mayoría, esperan de él una relación monógama y casi célibe (teniendo en cuenta la frecuencia con la que suele tener relaciones).

    6. Lucifer NECESITA sentir dolor como parte del placer, esto también lo hace casi incompatible con muchos seres porque no están habituados a ello, sin embargo, para Lucifer es casi que indispensable. Cuando hablamos de dolor nos referimos a que lo muerdan (como si le quisieran arrancar un trozo de piel), o cualquier tipo de lesión que lo haga sangrar. Para él, una noche de sexo satisfactorio termina con sus sábanas llenas de sangre y su habitación plagada del olor a sangre y sexo, de lo contrario podrá decir que lo pasó bien, pero no que lo disfrutó.

    7. ¿Tiene límites?, sí. Jamás lastimaría a un niño o a un anciano, no abusa físicamente de nadie ni obliga a nadie a hacer nada que no desee, por sobre todas las cosas, Lucifer valora demasiado la libertad tanto propia como ajena.

    Espero que esto ayude a que entiendan por qué Lucifer se mueve cómo lo hace y no tachen a mi pequeño engendro de idiota manipulador. Léanlo y tomen notas.
    Puntualizaciones sobre Lucifer. 1. Lucifer no entiende mucho de emociones humanas, ni siquiera es capaz de describir las propias, para él cosas como la ternura, la alegría, o cosas por el estilo, si bien las experimenta, no las sabe reconocer por lo cual a veces resulta en una tremenda falta de empatía. 2. No es tonto ni pretende serlo, simplemente, no comprende cuando hace algo "mal" porque en su esquema de "valores", hay muchas cosas que no están mal, por ejemplo: Lucifer bien podría andar desnudo por la vida porque para él, la desnudez no es algo que debiera causarle pudor o vergüenza (de hecho no lo hace), pero se viste porque le gusta cómo se ve y el tinte divertido que eso le da al momento del sexo. 3. Lucifer actúa básicamente por deseo, si quiere algo, lo obtendrá y punto. No se va a poner a meditar si hace bien o mal, porque para él, esos son parámetros que no existen. 4. Es capaz de sentir amor, sí, sí puede, porque lo experimentó una vez de forma profunda e intensa. Sin embargo, actualmente su forma de amar ha cambiado, no es especialmente celoso ni nada por el estilo, tiende a "obedecer" lo que su pareja le pida, es decir, si su pareja le dice que desea una relación monógama, Lucifer lo hará, si le dice que quiere una orgía, lo hará, esto no porque no sea capaz de pensar por sí mismo, sino porque piensa que de esa forma podrá satisfacer mejor a su compañero o compañera pues estará haciendo justo lo que le piden. 5. Su sexualidad. NO ES NI GAY NI HETERO NI NADA QUE SE LE PAREZCA. Es un ángel, caído y lo que sea pero a fin de cuentas ángel, en ese sentido, tampoco tiene un género definido aunque al tomar forma terrenal prefiera verse como hombre. Para él, el sexo es algo tan natural que no tendría porqué haber limitaciones en cuanto a con cuántos y cada cuándo hacerlo, esto complica mucho sus relaciones porque todas las personas, en su mayoría, esperan de él una relación monógama y casi célibe (teniendo en cuenta la frecuencia con la que suele tener relaciones). 6. Lucifer NECESITA sentir dolor como parte del placer, esto también lo hace casi incompatible con muchos seres porque no están habituados a ello, sin embargo, para Lucifer es casi que indispensable. Cuando hablamos de dolor nos referimos a que lo muerdan (como si le quisieran arrancar un trozo de piel), o cualquier tipo de lesión que lo haga sangrar. Para él, una noche de sexo satisfactorio termina con sus sábanas llenas de sangre y su habitación plagada del olor a sangre y sexo, de lo contrario podrá decir que lo pasó bien, pero no que lo disfrutó. 7. ¿Tiene límites?, sí. Jamás lastimaría a un niño o a un anciano, no abusa físicamente de nadie ni obliga a nadie a hacer nada que no desee, por sobre todas las cosas, Lucifer valora demasiado la libertad tanto propia como ajena. Espero que esto ayude a que entiendan por qué Lucifer se mueve cómo lo hace y no tachen a mi pequeño engendro de idiota manipulador. Léanlo y tomen notas.
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  • ㅤㅤㅤㅤ 𝟐𝟕𝟑 𝐃𝐀𝐘𝐒 𝐒𝐈𝐍𝐂𝐄 𝐓𝐇𝐄 𝐄𝐍𝐃 𝐎𝐅 𝐓𝐇𝐄 𝐖𝐎𝐑𝐋𝐃
    ㅤㅤㅤㅤㅤ───── Sᴛᴀʀᴛᴇʀ II para Kate Blake
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ⤿ "𝐧o s𝐨y d𝐞m𝐚s𝐢a𝐝o l𝐢s𝐭o
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤy a v𝐞c𝐞s h𝐚g𝐨 𝐜o𝐬a𝐬 𝐞s𝐭ú𝐩i𝐝a𝐬"


    ㅤㅤㅤㅤㅤDesde la pérdida de aquella residencia el invierno se tornó mucho más duro para el grupo de Atlanta. Las esperanzas de encontrar algo duradero eran cada vez más utópicas y solo podían ir de una casa a otra esperando poder dormir al menos un par de horas. No se quedaban mas de dos o tres dias en una localización y, aunque Rick regia el grupo con mano de hierro, lo cierto es que todos consiguieron superar el invierno con éxito.

    Pero no todo era negativo, el grupo se fue volviendo cada vez más y más fuerte: Carol se convirtió en una excelente tiradora animada por Kate, quien pasó bastante horas entrenándola. Beth parecía haber perdido el miedo a sobrevivir. Maggie y Glenn eran dos miembros imprescindibles para la supervivencia del grupo y es que eran los primeros en ofrecerse a buscar gasolina, agua, comida, en las expediciones… Carl, el chico, había crecido considerablemente aquel invierno y costaba verle como un niño de doce años. El embarazo de Lori avanzaba con naturalidad y perspectivas positivas. Rick seguía taciturno, callado y solo hablaba lo imprescindible…

    En cuanto a Kate y Daryl… Su relacion había crecido mucho más de lo que el propio Daryl hubiera esperado. Se entendían sin palabras, solo con miradas. A veces ni siquiera eso… Actuaban por puro instinto. Si uno se movida, el otro lo hacia tambien para complementar la acción del otro. Era bastante agradable tener a Kate cerca, se sentía menos solo desde que la había conocido. Y es que a pesar de que el grupo de Atlanta se había convertido en su nueva familia de forma forzosa había sido durante aquel invierno que Daryl había empezado a apreciar la suerte que tenía.

    La llegada de la primavera trajo consigo una nueva esperanza para el grupo de Atlanta. Y es que Rick y Daryl encontraron ese lugar que Rick llevaba buscando todo el invierno: una prisión rodeada de bosque que fue bastante facil de limpiar de caminantes, al menos a priori… No sin ninguna baja, claro…

    Fueron semanas complejas… Pues aunque consiguieron limpiar uno de los pabellones, encontraron cinco refugiados que habían pasado casi un año encerrados en la cafetería de aquella prisión… Dos de ellos murieron aquel día, los otros terminaron por convertirse en aliados… pero el ultimo les jugó una mala pasada al grupo de Rick y a causa de esto Lori y T-Dog perdieron la vida. La parte buena es que Lori consiguió traer al mundo una bebé sana de la cual se hizo cargo Beth debido a que Rick no estaba pasando por su mejor momento.

    Y, como las desgracias no vienen solas, por supuesto encontraron nuevos enemigos. Esta vez representados en la figura de un tipo que se hacía llamar Gobernador y que lideraba un pueblo a unos veinte kilómetros de la prisión. Maggie y Glenn fueron secuestrados por quien luego Daryl descubriría que se trataba de su propio hermano, Merle…

    Y la revelación de que este seguía con vida sirvió para resquebrajar todos los cimientos de la personalidad que Daryl se había construido el ultimo año. Y es que en compañía de Merle, Daryl volvía a sentirse ese crio sumiso y asustado que no valía nada sin su hermano. Además, sentía que debía ponerse de su lado debido a lo rapido que había abandonado su búsqueda en Atlanta al saber que había huido de aquella azotea donde Rick lo abandonó.

    La situación era bastante tensa, si bien habían conseguido rescatar a Maggie y Glenn con éxito y Daryl y Merle habían conseguido escapar a duras penas de aquel espantoso show de combate entre hermanos que el Gobernador había montado, lo cierto era que ninguno de los miembros del grupo de Rick tenía intención de compartir su espacio con Merle… Y, estaba claro, Merle no podría regresar al lado del Gobernador pueste lo consideraba un traidor… Asi pues… Daryl decidió dejarlo todo atrás… Casi ni se atrevió a mirar a Kate a la cara porque tuvo miedo de ver la decepción en su rostro al verle marchar. Lo único que Daryl le dijo fue…

    -No puedo abandonarlo otra vez, Kate… -cambiaba su peso de un pie a otro, como si realmente se sintiera incomodo con la decisión que estaba tomando y supiera que se arrepentiría tarde o temprano- Cuida de ellos por mi… -pudo decir, sin atreverse a dedicarle mayor gesto de cariño que no fuera recolocar un mechón de cabello detrás de su oreja, por miedo a que ella lo rechazase. Y, sin más, y con Merle apremiándolo para irse, Daryl abandonó a la que había sido su familia durante el ultimo año. Aunque una parte de su fuero interno le decía que se arrepentiría demasiado pronto de aquella estúpida decisión.


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D #Starter #TheWalkingDead #NuevoStarter

    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ[psd. pjmxu on DeviantArt]
    ㅤㅤㅤㅤ 𝟐𝟕𝟑 𝐃𝐀𝐘𝐒 𝐒𝐈𝐍𝐂𝐄 𝐓𝐇𝐄 𝐄𝐍𝐃 𝐎𝐅 𝐓𝐇𝐄 𝐖𝐎𝐑𝐋𝐃 ㅤㅤㅤㅤㅤ───── Sᴛᴀʀᴛᴇʀ II para [KateBlake] ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ⤿ "𝐧o s𝐨y d𝐞m𝐚s𝐢a𝐝o l𝐢s𝐭o ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤy a v𝐞c𝐞s h𝐚g𝐨 𝐜o𝐬a𝐬 𝐞s𝐭ú𝐩i𝐝a𝐬" ㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤDesde la pérdida de aquella residencia el invierno se tornó mucho más duro para el grupo de Atlanta. Las esperanzas de encontrar algo duradero eran cada vez más utópicas y solo podían ir de una casa a otra esperando poder dormir al menos un par de horas. No se quedaban mas de dos o tres dias en una localización y, aunque Rick regia el grupo con mano de hierro, lo cierto es que todos consiguieron superar el invierno con éxito. Pero no todo era negativo, el grupo se fue volviendo cada vez más y más fuerte: Carol se convirtió en una excelente tiradora animada por Kate, quien pasó bastante horas entrenándola. Beth parecía haber perdido el miedo a sobrevivir. Maggie y Glenn eran dos miembros imprescindibles para la supervivencia del grupo y es que eran los primeros en ofrecerse a buscar gasolina, agua, comida, en las expediciones… Carl, el chico, había crecido considerablemente aquel invierno y costaba verle como un niño de doce años. El embarazo de Lori avanzaba con naturalidad y perspectivas positivas. Rick seguía taciturno, callado y solo hablaba lo imprescindible… En cuanto a Kate y Daryl… Su relacion había crecido mucho más de lo que el propio Daryl hubiera esperado. Se entendían sin palabras, solo con miradas. A veces ni siquiera eso… Actuaban por puro instinto. Si uno se movida, el otro lo hacia tambien para complementar la acción del otro. Era bastante agradable tener a Kate cerca, se sentía menos solo desde que la había conocido. Y es que a pesar de que el grupo de Atlanta se había convertido en su nueva familia de forma forzosa había sido durante aquel invierno que Daryl había empezado a apreciar la suerte que tenía. La llegada de la primavera trajo consigo una nueva esperanza para el grupo de Atlanta. Y es que Rick y Daryl encontraron ese lugar que Rick llevaba buscando todo el invierno: una prisión rodeada de bosque que fue bastante facil de limpiar de caminantes, al menos a priori… No sin ninguna baja, claro… Fueron semanas complejas… Pues aunque consiguieron limpiar uno de los pabellones, encontraron cinco refugiados que habían pasado casi un año encerrados en la cafetería de aquella prisión… Dos de ellos murieron aquel día, los otros terminaron por convertirse en aliados… pero el ultimo les jugó una mala pasada al grupo de Rick y a causa de esto Lori y T-Dog perdieron la vida. La parte buena es que Lori consiguió traer al mundo una bebé sana de la cual se hizo cargo Beth debido a que Rick no estaba pasando por su mejor momento. Y, como las desgracias no vienen solas, por supuesto encontraron nuevos enemigos. Esta vez representados en la figura de un tipo que se hacía llamar Gobernador y que lideraba un pueblo a unos veinte kilómetros de la prisión. Maggie y Glenn fueron secuestrados por quien luego Daryl descubriría que se trataba de su propio hermano, Merle… Y la revelación de que este seguía con vida sirvió para resquebrajar todos los cimientos de la personalidad que Daryl se había construido el ultimo año. Y es que en compañía de Merle, Daryl volvía a sentirse ese crio sumiso y asustado que no valía nada sin su hermano. Además, sentía que debía ponerse de su lado debido a lo rapido que había abandonado su búsqueda en Atlanta al saber que había huido de aquella azotea donde Rick lo abandonó. La situación era bastante tensa, si bien habían conseguido rescatar a Maggie y Glenn con éxito y Daryl y Merle habían conseguido escapar a duras penas de aquel espantoso show de combate entre hermanos que el Gobernador había montado, lo cierto era que ninguno de los miembros del grupo de Rick tenía intención de compartir su espacio con Merle… Y, estaba claro, Merle no podría regresar al lado del Gobernador pueste lo consideraba un traidor… Asi pues… Daryl decidió dejarlo todo atrás… Casi ni se atrevió a mirar a Kate a la cara porque tuvo miedo de ver la decepción en su rostro al verle marchar. Lo único que Daryl le dijo fue… -No puedo abandonarlo otra vez, Kate… -cambiaba su peso de un pie a otro, como si realmente se sintiera incomodo con la decisión que estaba tomando y supiera que se arrepentiría tarde o temprano- Cuida de ellos por mi… -pudo decir, sin atreverse a dedicarle mayor gesto de cariño que no fuera recolocar un mechón de cabello detrás de su oreja, por miedo a que ella lo rechazase. Y, sin más, y con Merle apremiándolo para irse, Daryl abandonó a la que había sido su familia durante el ultimo año. Aunque una parte de su fuero interno le decía que se arrepentiría demasiado pronto de aquella estúpida decisión. #Personajes3D #3D #Comunidad3D #Starter #TheWalkingDead #NuevoStarter ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ[psd. pjmxu on DeviantArt]
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    | ¡Buenas noches! ¿cómo están?
    Quería decir que me encantaría hacer starters relacionados al #Inkfest
    Si a alguien le gustaría uno de un día puntual, no dude en avisarme :D
    Por cierto, también estaré respondiendo los roles pendientes, de nueva cuenta, lamento la tardanza. Espero estos días ir respondiendo, será lento pero, seguro responderé.
    | ¡Buenas noches! ¿cómo están? Quería decir que me encantaría hacer starters relacionados al #Inkfest Si a alguien le gustaría uno de un día puntual, no dude en avisarme :D Por cierto, también estaré respondiendo los roles pendientes, de nueva cuenta, lamento la tardanza. Espero estos días ir respondiendo, será lento pero, seguro responderé. :STK-37:
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