• La luna llena se alzaba imponente en el cielo despejado, su luz plateada bañando el bosque en una quietud aterradora. Bipper lo sentía en lo más profundo de su ser, una energía latente que se acumulaba lentamente desde el primer destello de la luna. Sabía lo que venía. Cada fibra de su cuerpo lo advertía, y aunque lo había vivido antes, el terror de perderse una vez más ante la bestia nunca desaparecía. Su respiración se volvía más pesada, su corazón martilleaba en sus oídos, y una sensación de urgencia lo envolvía mientras caminaba entre los árboles.

    El bosque parecía mantener el aliento, las hojas inmóviles bajo la brisa gélida de la noche. Bipper avanzaba, sus pasos tambaleantes, como si algo dentro de él comenzara a luchar por el control. Era cuestión de tiempo. Un dolor sordo se instaló en su pecho, extendiéndose hacia sus extremidades. El sudor cubría su frente, a pesar del aire frío que lo rodeaba. Con un jadeo, cayó de rodillas.

    El primer latigazo de dolor lo atravesó, arrancándole un grito ahogado. La transformación había comenzado. Sentía sus huesos retorciéndose, alargándose y rompiéndose bajo su piel. Sus músculos se hinchaban, las garras emergían lentamente de sus dedos, desgarrando la tierra bajo sus manos. Su piel se estremecía mientras las venas se marcaban como líneas oscuras. Los colmillos brotaban de su mandíbula, afilados y amenazantes. Los ojos, que alguna vez fueron de un azul profundo, comenzaron a cambiar. Un resplandor rojo, como brasas encendidas, reemplazó el azul mientras la conciencia de Bipper se desvanecía, ahogada por el rugido de la bestia.

    Las runas, siempre presentes bajo su piel, se encendieron con un fulgor carmesí, como si respondieran al llamado de la luna llena. Ya no era Bipper. La criatura que ahora se alzaba era mucho más antigua, más salvaje. El Gran Alfa había despertado. Su cuerpo enorme y monstruoso respiraba poder y furia desatada. Las garras se enterraron en la tierra mientras sus ojos rojos, brillantes como brasas, escaneaban el entorno.

    El bosque lo sentía. Los animales, conscientes de su presencia, huían en silencio. Los sonidos nocturnos, el viento susurrante, el crujir de las hojas, todo se volvía más agudo, más penetrante. Pero la bestia no prestaba atención. No esta vez. Había algo más, una urgencia distinta, un vacío en su pecho que lo empujaba a buscar. La necesidad de encontrar algo, alguien, lo impulsaba en cada luna llena. Y esta noche no sería diferente.

    El aroma de la noche lo inundaba, los olores del bosque se mezclaban con el viento. Pero había un olor distinto, algo que despertaba un instinto más profundo. Era una atracción ineludible, una llamada que no podía ignorar. El Gran Alfa tensó sus músculos, sus garras apretaron el suelo, y con un rugido ensordecedor, se lanzó en busca de esa fuente, de esa necesidad que lo consumía.

    Pero no sabía qué era. No sabía a quién buscaba.

    El impulso lo arrastraba, como siempre, hacia lo desconocido. La bestia, salvaje e indomable, se movía con precisión letal, pero el vacío seguía allí, profundo y constante, como una herida que no sanaba. Cada luna llena lo arrastraba más cerca de esa verdad que no lograba comprender, una verdad que se escapaba de sus garras cada vez.

    Y cuando finalmente el amanecer comenzó a iluminar el horizonte, el Gran Alfa se detuvo. Su cuerpo, que había sido tan inmenso y poderoso, comenzó a encogerse. Las garras desaparecieron, los colmillos se retrajeron, y los ojos rojos se apagaron lentamente, volviendo a ser el azul profundo de siempre. Las runas dejaron de brillar, desvaneciéndose bajo la piel ahora humana.

    Bipper cayó de rodillas nuevamente, cubierto de sudor y tierra. Su respiración era errática, su pecho subía y bajaba con dificultad mientras su mente se nublaba. No recordaba nada. Como siempre.

    La luna llena había pasado, pero el vacío en su pecho seguía presente, esperando la próxima noche en que la bestia volvería a reclamarlo.
    La luna llena se alzaba imponente en el cielo despejado, su luz plateada bañando el bosque en una quietud aterradora. Bipper lo sentía en lo más profundo de su ser, una energía latente que se acumulaba lentamente desde el primer destello de la luna. Sabía lo que venía. Cada fibra de su cuerpo lo advertía, y aunque lo había vivido antes, el terror de perderse una vez más ante la bestia nunca desaparecía. Su respiración se volvía más pesada, su corazón martilleaba en sus oídos, y una sensación de urgencia lo envolvía mientras caminaba entre los árboles. El bosque parecía mantener el aliento, las hojas inmóviles bajo la brisa gélida de la noche. Bipper avanzaba, sus pasos tambaleantes, como si algo dentro de él comenzara a luchar por el control. Era cuestión de tiempo. Un dolor sordo se instaló en su pecho, extendiéndose hacia sus extremidades. El sudor cubría su frente, a pesar del aire frío que lo rodeaba. Con un jadeo, cayó de rodillas. El primer latigazo de dolor lo atravesó, arrancándole un grito ahogado. La transformación había comenzado. Sentía sus huesos retorciéndose, alargándose y rompiéndose bajo su piel. Sus músculos se hinchaban, las garras emergían lentamente de sus dedos, desgarrando la tierra bajo sus manos. Su piel se estremecía mientras las venas se marcaban como líneas oscuras. Los colmillos brotaban de su mandíbula, afilados y amenazantes. Los ojos, que alguna vez fueron de un azul profundo, comenzaron a cambiar. Un resplandor rojo, como brasas encendidas, reemplazó el azul mientras la conciencia de Bipper se desvanecía, ahogada por el rugido de la bestia. Las runas, siempre presentes bajo su piel, se encendieron con un fulgor carmesí, como si respondieran al llamado de la luna llena. Ya no era Bipper. La criatura que ahora se alzaba era mucho más antigua, más salvaje. El Gran Alfa había despertado. Su cuerpo enorme y monstruoso respiraba poder y furia desatada. Las garras se enterraron en la tierra mientras sus ojos rojos, brillantes como brasas, escaneaban el entorno. El bosque lo sentía. Los animales, conscientes de su presencia, huían en silencio. Los sonidos nocturnos, el viento susurrante, el crujir de las hojas, todo se volvía más agudo, más penetrante. Pero la bestia no prestaba atención. No esta vez. Había algo más, una urgencia distinta, un vacío en su pecho que lo empujaba a buscar. La necesidad de encontrar algo, alguien, lo impulsaba en cada luna llena. Y esta noche no sería diferente. El aroma de la noche lo inundaba, los olores del bosque se mezclaban con el viento. Pero había un olor distinto, algo que despertaba un instinto más profundo. Era una atracción ineludible, una llamada que no podía ignorar. El Gran Alfa tensó sus músculos, sus garras apretaron el suelo, y con un rugido ensordecedor, se lanzó en busca de esa fuente, de esa necesidad que lo consumía. Pero no sabía qué era. No sabía a quién buscaba. El impulso lo arrastraba, como siempre, hacia lo desconocido. La bestia, salvaje e indomable, se movía con precisión letal, pero el vacío seguía allí, profundo y constante, como una herida que no sanaba. Cada luna llena lo arrastraba más cerca de esa verdad que no lograba comprender, una verdad que se escapaba de sus garras cada vez. Y cuando finalmente el amanecer comenzó a iluminar el horizonte, el Gran Alfa se detuvo. Su cuerpo, que había sido tan inmenso y poderoso, comenzó a encogerse. Las garras desaparecieron, los colmillos se retrajeron, y los ojos rojos se apagaron lentamente, volviendo a ser el azul profundo de siempre. Las runas dejaron de brillar, desvaneciéndose bajo la piel ahora humana. Bipper cayó de rodillas nuevamente, cubierto de sudor y tierra. Su respiración era errática, su pecho subía y bajaba con dificultad mientras su mente se nublaba. No recordaba nada. Como siempre. La luna llena había pasado, pero el vacío en su pecho seguía presente, esperando la próxima noche en que la bestia volvería a reclamarlo.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Quisiera hacer un personaje más cliché, una ama de casa extra amorosa, con un pasado turbio, algo más slice of life, lemon y drama.
    ¿Alguien se animaría a darle novio? '-'
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  • -Habían pasado ya una semana desde que Eli estuvo en el hospital, ya estaba en casa de nuevo con algunos rasguños solamente.

    Desde su regreso, solamente miraba su celular y en la pantalla aparecía el nombre de Ryan, estaba indecisa si buscarlo o no, que tal si solo fue un sueño? Aunque se sintió tan real, no quiere quedar como una estúpida.-

    Y si se burla de mí por buscarlo? Fui yo la que le dijo que no quería verlo más, ¡Aaaaaash! Me estoy volviendo loca, carajo...

    -Bebe un poco de su té, tratando de analizar cada cosa, además debería estar pensando en el regreso de Flavio-
    -Habían pasado ya una semana desde que Eli estuvo en el hospital, ya estaba en casa de nuevo con algunos rasguños solamente. Desde su regreso, solamente miraba su celular y en la pantalla aparecía el nombre de Ryan, estaba indecisa si buscarlo o no, que tal si solo fue un sueño? Aunque se sintió tan real, no quiere quedar como una estúpida.- Y si se burla de mí por buscarlo? Fui yo la que le dijo que no quería verlo más, ¡Aaaaaash! Me estoy volviendo loca, carajo... -Bebe un poco de su té, tratando de analizar cada cosa, además debería estar pensando en el regreso de Flavio-
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  • - Andrew habia tenido un dia muy movido, tuvo que "cerrar" varias cuentas el dia de hoy, odiaba cuando la gente se atrasaba al dia de la paga.

    - Al llegar a casa se saco el saco, saco unas botellas de licor y los llevo a la sala, saco un cigarro y lo encendio dandole una calada, comenzando tambien a beber.

    - Al pasar las horas, Andrew ya estaba pasado de sus copas, no consciente de lo que decia y hacia, ni sabe como termino con la camisa algo abierta y el cabello algo despeinado pero le daba igual, disfrutaria de esta noche.
    - Andrew habia tenido un dia muy movido, tuvo que "cerrar" varias cuentas el dia de hoy, odiaba cuando la gente se atrasaba al dia de la paga. - Al llegar a casa se saco el saco, saco unas botellas de licor y los llevo a la sala, saco un cigarro y lo encendio dandole una calada, comenzando tambien a beber. - Al pasar las horas, Andrew ya estaba pasado de sus copas, no consciente de lo que decia y hacia, ni sabe como termino con la camisa algo abierta y el cabello algo despeinado pero le daba igual, disfrutaria de esta noche.
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  • ¿Por qué todo cambia tan rápido?
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    Categoría Slice of Life
    ~Rol con Lane Tempest

    —Habían pasado un par de dias desde que ella estaba algo alterada. Se movia por la casa de lado a lado, y la mayor parte del tiempo se la pasaba fuera de casa, poco se había visto con su pareja. Un comportamiento que empezaba a ser muy extraño.—
    —Hoy, ambos estaban sentados comiendo, y Analis apenas había rozado su plato, se la veía concentrada en algo particular, un punto fijo.—

    ❝¡YA NO LO SOPORTO! ¿PUEDES CREERLO?... dime algo, se que es dificil pero... ya llevo 4 meses yendo y viniendo, tengo los pelos de punta, como demasiado poco para las cosas que estoy haciendo y nadie me dice nada.❞

    —Su voz se quebraba a medida que avanzaba, lágrimas rodaron por sus mejillas. Empujó el plato a un costado y cubrio sus párpados con sus manos.—

    ❝No me gusta... comer en exceso, o esto de pensar todo el tiempo en que algo malo va a pasarnos... ¿estamos listos? ¿Y SI NO? ¿Que vamos a hacer?❞


    —Ahora sus ojos violetas se levantaron a la mirada de su amado. Realmente habían pasado meses desde una comida expresándose tranquila, algo andaba mal con ella más allá de lo usual, ni siquiera se entendía bien de que hablaba o que decia—
    ~Rol con Lane Tempest🌹 —Habían pasado un par de dias desde que ella estaba algo alterada. Se movia por la casa de lado a lado, y la mayor parte del tiempo se la pasaba fuera de casa, poco se había visto con su pareja. Un comportamiento que empezaba a ser muy extraño.— —Hoy, ambos estaban sentados comiendo, y Analis apenas había rozado su plato, se la veía concentrada en algo particular, un punto fijo.— ❝¡YA NO LO SOPORTO! ¿PUEDES CREERLO?... dime algo, se que es dificil pero... ya llevo 4 meses yendo y viniendo, tengo los pelos de punta, como demasiado poco para las cosas que estoy haciendo y nadie me dice nada.❞ —Su voz se quebraba a medida que avanzaba, lágrimas rodaron por sus mejillas. Empujó el plato a un costado y cubrio sus párpados con sus manos.— ❝No me gusta... comer en exceso, o esto de pensar todo el tiempo en que algo malo va a pasarnos... ¿estamos listos? ¿Y SI NO? ¿Que vamos a hacer?❞ —Ahora sus ojos violetas se levantaron a la mirada de su amado. Realmente habían pasado meses desde una comida expresándose tranquila, algo andaba mal con ella más allá de lo usual, ni siquiera se entendía bien de que hablaba o que decia—
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  • Daniel caminaba con la cabeza baja, la carta en su mano temblaba como una hoja al viento. El Consejo lo había llamado a juicio, y aunque no conocía todos los detalles, sabía que todo se debía a lo que había pasado con Adriana. Lo habían visto besándola fuera de la aldea, y ahora, su vida parecía desmoronarse.

    Al llegar a la puerta de su hermana, golpeó suavemente. Su voz, apenas un susurro, traicionaba el dolor y el miedo que sentía.

    —Lexi... ¿Puedo hablar contigo?

    La puerta se abrió, y Daniel levantó la mirada solo lo justo para mostrar la carta. Su rostro reflejaba agotamiento y confusión.

    —Me han llamado a juicio... por lo de Adriana. Nos vieron juntos, y ahora... —su voz se quebró, y apretó el papel entre sus manos—. No sé qué hacer, Lexi... Quieren que me aleje de ella... Quieren que la deje porque no es una Hija de la Luna.

    El peso de sus palabras lo hizo tambalearse, como si apenas pudiera mantenerse de pie. Los ojos se le llenaron de lágrimas, pero no se permitió llorar.

    —No puedo hacerlo —dijo con firmeza, aunque su voz temblaba—. No puedo dejarla... La amo. Es la única persona con quien quiero estar el resto de mi vida. No puedo imaginar un futuro sin ella. Pero... ¿qué opciones tengo? Ellos no lo entienden... no entienden lo que siento por ella.

    Miró a su hermana, buscando en sus ojos una solución, un rayo de esperanza.

    —Me están pidiendo algo imposible. No puedo dejar a la persona que amo... Pero no sé cómo enfrentar esto.

    Apretó los puños, luchando por mantener la compostura.

    —No tengo el control total de mi magia... y a esta edad, debería dominarla completamente. Me siento un fracaso y lo soy para ellos, y ahora me están juzgando por amar a quien no debo. ¿Qué voy a hacer? Siento que lo estoy perdiendo todo.

    Las lágrimas empezaron a correr silenciosas por su rostro.

    —No quiero perderla... No puedo perderla.

    Alexa Selene
    Daniel caminaba con la cabeza baja, la carta en su mano temblaba como una hoja al viento. El Consejo lo había llamado a juicio, y aunque no conocía todos los detalles, sabía que todo se debía a lo que había pasado con Adriana. Lo habían visto besándola fuera de la aldea, y ahora, su vida parecía desmoronarse. Al llegar a la puerta de su hermana, golpeó suavemente. Su voz, apenas un susurro, traicionaba el dolor y el miedo que sentía. —Lexi... ¿Puedo hablar contigo? La puerta se abrió, y Daniel levantó la mirada solo lo justo para mostrar la carta. Su rostro reflejaba agotamiento y confusión. —Me han llamado a juicio... por lo de Adriana. Nos vieron juntos, y ahora... —su voz se quebró, y apretó el papel entre sus manos—. No sé qué hacer, Lexi... Quieren que me aleje de ella... Quieren que la deje porque no es una Hija de la Luna. El peso de sus palabras lo hizo tambalearse, como si apenas pudiera mantenerse de pie. Los ojos se le llenaron de lágrimas, pero no se permitió llorar. —No puedo hacerlo —dijo con firmeza, aunque su voz temblaba—. No puedo dejarla... La amo. Es la única persona con quien quiero estar el resto de mi vida. No puedo imaginar un futuro sin ella. Pero... ¿qué opciones tengo? Ellos no lo entienden... no entienden lo que siento por ella. Miró a su hermana, buscando en sus ojos una solución, un rayo de esperanza. —Me están pidiendo algo imposible. No puedo dejar a la persona que amo... Pero no sé cómo enfrentar esto. Apretó los puños, luchando por mantener la compostura. —No tengo el control total de mi magia... y a esta edad, debería dominarla completamente. Me siento un fracaso y lo soy para ellos, y ahora me están juzgando por amar a quien no debo. ¿Qué voy a hacer? Siento que lo estoy perdiendo todo. Las lágrimas empezaron a correr silenciosas por su rostro. —No quiero perderla... No puedo perderla. [Alexbl]
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  • Tengo más pasado que futuro y unos años sin dormir.
    Tengo más pasado que futuro y unos años sin dormir.
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  • - Para Andrew hoy fue un dia bastante productivo... Algo de lo que su yo del pasado no estaria orgulloso pero honestamente ahora le daba igual.

    - Estaba cansado, tomo una copa y una botella de vino de su estanteria y se sento en la mesa, dispuesto a gozar de esta bebida.

    - Tomo su cigarro y lo encendio, poso este en sus labios y le dio una calada, para luego posar la copa en sus labios y tambien darle un sorbo.

    Agh... Dia de mierda...

    - Murmuro para si mismo, repitiendo sus mismas acciones hasta terminar la bebida y el cigarro.
    - Para Andrew hoy fue un dia bastante productivo... Algo de lo que su yo del pasado no estaria orgulloso pero honestamente ahora le daba igual. - Estaba cansado, tomo una copa y una botella de vino de su estanteria y se sento en la mesa, dispuesto a gozar de esta bebida. - Tomo su cigarro y lo encendio, poso este en sus labios y le dio una calada, para luego posar la copa en sus labios y tambien darle un sorbo. Agh... Dia de mierda... - Murmuro para si mismo, repitiendo sus mismas acciones hasta terminar la bebida y el cigarro.
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  • un nuevo dia, no habia dormido nada ultimamente, el joven estaba preocupado, Bill no habia regresado, y no sabia a donde se habia ido, su tio tampoco estaba, algo habia pasado?, poco a podo el joven buscaba mas pistas mas lugares a donde podria haber ido, intento contactarle por medio de invocaciones pero nada resultaba... que estaba pasando... acaso ya no queria regresar con el? fue muy duro? su pecho sentia un vacio, se sentia solo, buscaba mas maneras de traerlo devuelta con aquel libro que antes leyo pero sus intentos eran inutiles y cada vez su esperanza seguia disminuyendo.
    un nuevo dia, no habia dormido nada ultimamente, el joven estaba preocupado, Bill no habia regresado, y no sabia a donde se habia ido, su tio tampoco estaba, algo habia pasado?, poco a podo el joven buscaba mas pistas mas lugares a donde podria haber ido, intento contactarle por medio de invocaciones pero nada resultaba... que estaba pasando... acaso ya no queria regresar con el? fue muy duro? su pecho sentia un vacio, se sentia solo, buscaba mas maneras de traerlo devuelta con aquel libro que antes leyo pero sus intentos eran inutiles y cada vez su esperanza seguia disminuyendo.
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  • 𝓒𝓸𝓷𝓯𝓲𝓭𝓮𝓷𝓽𝓮𝓼
    Fandom Multifandom
    Categoría Original
    Han pasado tres días desde que vi de nuevo a Sebastián, necesitaba alejarme de todo y de todos.

    Ahora que estoy preparada para hablar, las necesito

    STARTE

    Ana Swan
    Anne Halliwell
    Elisabeth Turner
    Han pasado tres días desde que vi de nuevo a Sebastián, necesitaba alejarme de todo y de todos. Ahora que estoy preparada para hablar, las necesito STARTE [CxLillith] [Featherington_cx] [Abbey_Thc]
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    Individual
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    Cualquier línea
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    Terminado
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