• — Que bello regalo, lo voy a guardar. Tendrá que comprar una maleta, ¡Muchas gracias lindura!

    Cᴀᴍᴇʟʟʏᴀ
    — Que bello regalo, lo voy a guardar. Tendrá que comprar una maleta, ¡Muchas gracias lindura! [Lady_Flora]
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  • — ¡No te tengo miedo!, ¡Estas en mi expansión de dominio!: FNF
    Aca las reglas no son normales, una ves tienes la desgracia de que te creen un mob en mi juego no importa si puedes destruir planetas, perderás porque no sabes cantar, ¡Boop!
    — ¡No te tengo miedo!, ¡Estas en mi expansión de dominio!: FNF Aca las reglas no son normales, una ves tienes la desgracia de que te creen un mob en mi juego no importa si puedes destruir planetas, perderás porque no sabes cantar, ¡Boop!
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  • Miro al cielo y encuentro que el sol está en su lugar medio, anunciando el atardecer del gran día que se perdió entre los "brazos de morfeo" y la manta que Hermes Greek Mitology dejó tras su sueño revitalizador.

    —Hmm... Al menos ya me pasó la resaca, ¡Prepárense, que ya estoy despierta! —exclamó levantandose del suelo donde había caído luego de la charla matutina con otros dioses.

    «¿Debería ir a visitar a papá? ¿O ir a conocer nuevas personas?»se preguntó a si misma, pensativa y la mirada fija en el cielo, con un rostro despreocupado y mejor que horas atrás.
    Miro al cielo y encuentro que el sol está en su lugar medio, anunciando el atardecer del gran día que se perdió entre los "brazos de morfeo" y la manta que [Sigmaleo25] dejó tras su sueño revitalizador. —Hmm... Al menos ya me pasó la resaca, ¡Prepárense, que ya estoy despierta! —exclamó levantandose del suelo donde había caído luego de la charla matutina con otros dioses. «¿Debería ir a visitar a papá? ¿O ir a conocer nuevas personas?»se preguntó a si misma, pensativa y la mirada fija en el cielo, con un rostro despreocupado y mejor que horas atrás.
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  • -La joven elfo logró arribar a un pueblo pocas horas antes del ocaso, con algo de tiempo de sobra decide hacer lo que mejor sabe hacer; comerciar ofreciendo sus habilidades como intercambio-

    - hizo algunos favores a los carniceros, ganando algo de dinero y comida. Entonces le recomendaron visitar las aguas termales de la villa para que descansara y relajar su cuerpo tras un largo día. Idea a la cual no pudo resistirse.-

    —Si que es un bonito lugar~

    - Penso en voz alta en cuanto llego a la cabaña en el lado Norte del pueblo al caer la noche. En cuanto entró fue recibida por la dependienta quien se asombró de ver una elfa en ese lugar. Pago la entrada,, le dieron una toalla y le desearon un buen baño-

    - observando su entorno se dirigió a la zona, se desnudó y se envolvió en la toalla, tomó una bocanada profunda de aire y se sentó al borde metiendo sus piernas en el agua. El área estaba desierta, eso hasta que sintio una presemcia tras ella, asi que se volteo-

    —Linda noche, ¿verdad?
    -La joven elfo logró arribar a un pueblo pocas horas antes del ocaso, con algo de tiempo de sobra decide hacer lo que mejor sabe hacer; comerciar ofreciendo sus habilidades como intercambio- - hizo algunos favores a los carniceros, ganando algo de dinero y comida. Entonces le recomendaron visitar las aguas termales de la villa para que descansara y relajar su cuerpo tras un largo día. Idea a la cual no pudo resistirse.- —Si que es un bonito lugar~ - Penso en voz alta en cuanto llego a la cabaña en el lado Norte del pueblo al caer la noche. En cuanto entró fue recibida por la dependienta quien se asombró de ver una elfa en ese lugar. Pago la entrada,, le dieron una toalla y le desearon un buen baño- - observando su entorno se dirigió a la zona, se desnudó y se envolvió en la toalla, tomó una bocanada profunda de aire y se sentó al borde metiendo sus piernas en el agua. El área estaba desierta, eso hasta que sintio una presemcia tras ella, asi que se volteo- —Linda noche, ¿verdad?
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  • a‎⠀⠀professional‎⠀⠀basket⠀⠀player ⠀─── myungdae kang.⠀⠀6'0⠀/⠀182 cm.⠀⠀human⠀⠀;⠀⠀male,⠀( he / him ) pronouns.⠀japanese⠀ - ⠀korean.⠀24 years⠀old.⠀ homosexual.
    a‎⠀⠀professional‎⠀⠀basket⠀⠀player ⠀─── myungdae kang.⠀⠀6'0⠀/⠀182 cm.⠀⠀human⠀⠀;⠀⠀male,⠀( he / him ) pronouns.⠀japanese⠀ - ⠀korean.⠀24 years⠀old.⠀ homosexual.
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  • Prefiero pensar que los humanos aunque sean unos pocos cambien su naturaleza egoista y destructiva con respeto a los demás seres que son diferentes a ellos. Sé que la Madre Naturaleza, el espiritu ama a sus "hijos humanos", como los animales y vegetales, los humanos son seres encarnados en cuerpos evolucionados para cumplir un proposito en la vida aunque lamentablemente muchos se pierden el camino, otros se vuelve beliciosos o codiciosos. #PolarisXFactor
    Prefiero pensar que los humanos aunque sean unos pocos cambien su naturaleza egoista y destructiva con respeto a los demás seres que son diferentes a ellos. Sé que la Madre Naturaleza, el espiritu ama a sus "hijos humanos", como los animales y vegetales, los humanos son seres encarnados en cuerpos evolucionados para cumplir un proposito en la vida aunque lamentablemente muchos se pierden el camino, otros se vuelve beliciosos o codiciosos. #PolarisXFactor
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  • « ¿Y ahora qué hago? No debía terminar así. Es otro de esos malditos malentendidos. »

    Ese siempre había sido uno de sus problemas. No importaba cómo, siempre terminaba envuelto en algún malentendido con sus compañeros de oficina porque los seguía en silencio. A muchos les parecía raro, otros intentaban verlo como algo equis y nunca faltaba el que terminaba haciendo un alboroto porque "lo estaba siguiendo". Pues claro, los seguía por los pasillos porque no podía gritarles que esperaran por él o que quería preguntarles algo, siempre terminaba caminando detrás de ellos reuniendo la confianza suficiente para tocarles el hombro o un brazo. Pero siempre recibía las mismas miradas de odio o fastidio la primera vez. ¿Qué iba a saber que no a todos les gustaba el contacto físico de esa forma? ¿Qué más podía hacer? ¿Arrojarles bolas de papel o tonterías hasta que decidieran mirarlo? Sí, sí lo había intentado con algunos de sus amigos y aquello le había dado un par de pases directos a la oficina de orientación.

    Nikolay sacudió sus manos en repetidas ocasiones mientras que se ponía a la defensiva. A veces no pasaba solo de una mirada, en otras podía escalar hasta recibir algún insulto o una maldición que lo hacía odiar enormemente al mundo, pero siempre esperaba lo peor: Un golpe o una bofetada. De esas que solían darle sus padres o su hermano mayor para "enderezarlo" y que dejara de actuar como un idiota discapacitado. De inmediato sacó su teléfono, donde comenzó a escribir un par de cosas para mostrarle, al final, el resultado de su bloc de notas.

    « Lo lamento. Solo quería decirte que dejaste caer tu billetera y la levanté. Lo siento, caminas muy rápido. » Una vez que le permitió leer, Niko se palpó los bolsillos del pantalón hasta que sacó aquel objeto. Siempre que revelaba sus intenciones, al seguirlos en silencio insistentemente, parecía que el mundo a su alrededor cambiaba y dejaba de ser un completo extraño, o un acosador quizá. Aunque sonreía, sólo podía pensar en una cosa: Detestaba la hipocresía y la doble cara que le mostraban los demás al verlo con lástima.
    « ¿Y ahora qué hago? No debía terminar así. Es otro de esos malditos malentendidos. » Ese siempre había sido uno de sus problemas. No importaba cómo, siempre terminaba envuelto en algún malentendido con sus compañeros de oficina porque los seguía en silencio. A muchos les parecía raro, otros intentaban verlo como algo equis y nunca faltaba el que terminaba haciendo un alboroto porque "lo estaba siguiendo". Pues claro, los seguía por los pasillos porque no podía gritarles que esperaran por él o que quería preguntarles algo, siempre terminaba caminando detrás de ellos reuniendo la confianza suficiente para tocarles el hombro o un brazo. Pero siempre recibía las mismas miradas de odio o fastidio la primera vez. ¿Qué iba a saber que no a todos les gustaba el contacto físico de esa forma? ¿Qué más podía hacer? ¿Arrojarles bolas de papel o tonterías hasta que decidieran mirarlo? Sí, sí lo había intentado con algunos de sus amigos y aquello le había dado un par de pases directos a la oficina de orientación. Nikolay sacudió sus manos en repetidas ocasiones mientras que se ponía a la defensiva. A veces no pasaba solo de una mirada, en otras podía escalar hasta recibir algún insulto o una maldición que lo hacía odiar enormemente al mundo, pero siempre esperaba lo peor: Un golpe o una bofetada. De esas que solían darle sus padres o su hermano mayor para "enderezarlo" y que dejara de actuar como un idiota discapacitado. De inmediato sacó su teléfono, donde comenzó a escribir un par de cosas para mostrarle, al final, el resultado de su bloc de notas. « Lo lamento. Solo quería decirte que dejaste caer tu billetera y la levanté. Lo siento, caminas muy rápido. » Una vez que le permitió leer, Niko se palpó los bolsillos del pantalón hasta que sacó aquel objeto. Siempre que revelaba sus intenciones, al seguirlos en silencio insistentemente, parecía que el mundo a su alrededor cambiaba y dejaba de ser un completo extraño, o un acosador quizá. Aunque sonreía, sólo podía pensar en una cosa: Detestaba la hipocresía y la doble cara que le mostraban los demás al verlo con lástima.
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  • « ¿Qué haría por mi hermana? Cualquier cosa, lo que ella quisiera o deseara podría hacerlo realidad. Cuando se trata de Robin, no hay límites. »

    Ese día era de las pocas ocasiones en que lograban coincidir, donde Robin regresaba de alguna gira en planetas lejanos o que Sunday no debía encargarse de los asuntos de La Familia o sus otros múltiples deberes. Era una simple reunión fraternal, de esas que raras veces podían tener y donde, tras arduos días de intenso trabajo así colo desvelos, había logrado despejar un par de horas solo para ella. Recorrer las calles de Colonipenal era siempre... Interesante. Siempre había personas felices por todos lados, disfrutando del planeta de los sueños, de las festividades, y en cada rincón se podía apreciar, precisamente, la felicidad en sus rostros. Se trataba de un lugar perfecto, un planeta que tenía actividad de día y de noche, donde las caras tristes casi nunca se veían ante el ojo público; pero, lo más inportante, era que, al estar con Robin, comprendía la cercanía que tenían de lograr ese sueño infantil que se convirtiera en promesa: Un mundo donde nada malo sucedía, donde los sueños se podían hacer realidad y todos eran felices.

    Sunday esbozó una pequeña sonrisa, miró su reloj de pulsera un momento y se percató del tiempo que llevaban dentro de aquel establecimiento: Más de quince minutos. Quizá menos o quizás un poco más, pero creía que existía un dilema interno con el que su hermana no podía lidiar por alguna razón.

    — ¿Aún no has encontrado la tarta que logre convencerte? —Preguntó. En su voz se notó el pesar, ese mismo que poco después desapareció para convertirse en una alegría que llenó su pecho. Le bastaba sólo con mirarla analizando la vitrina de exhibición con tanto detalle, que le hacía olvidar sus males.— Haz pasado mucho tiempo fuera y el menú cambia constantemente. Si no te sientes segura de elegir solo una, puedes tomar las que quieras, podemos aprovechar para comer alguna más tarde. Así que no te preocupes por eso. Tenemos tiempo.

    O quizá no. Quizá sus pies comenzarían a matarle por lo ajustados que eran los tacones de Robin y lo incómodo que le resultaban al estar más ajustados de sus zapatos habituales. Pero, ¿cómo iba a negarse a cambiarlos con ella cuando la vio quejarse de ellos en silencio? ¿Cómo iba a dejar que siguiera caminando así mientras las zapatillas le rozaban la piel hasta lastimarla? No, era imposible que se permitiera algo así y, por ello, le había sugerido intercambiarlos por unos cuantos minutos hasta que decidieran volver a casa. El problema, era que ninguno parecía interesado en volver para arruinar el momento. Incluso él, no le importaba rozarse los talones, pisar los zapatos o tener las piernas temblorosas cada vez que olvidaba cómo mantener el equilibrio con ellos, o cada vez que pasaba demasiado tiempo en un solo lugar.

    Justo en ese momento, Sunday comenzaba a sentir algo. Era algo así como... ¿arrepentimiento? ¿remordimiento? ¿pesar? No, más bien era algo como incomodidad. Una que comenzaba a matarle los tobillos con cada segundo que pasaba. De verdad, ahora que se detenía a pensarlo, ¿por qué aquella había sido la primera idea que cruzara por su cabeza? Probablemente, porque era la que causaba menos aflicciones en su hermana.

    — ¿Qué tal si eliges la tartaleta de fresas? Una decisión como esa sería perfecta, es similar a la que solíamos comer cuando éramos pequeños.

    ℛ𝑜𝒷𝒾𝓃 🎙🎶

    « ¿Qué haría por mi hermana? Cualquier cosa, lo que ella quisiera o deseara podría hacerlo realidad. Cuando se trata de Robin, no hay límites. » Ese día era de las pocas ocasiones en que lograban coincidir, donde Robin regresaba de alguna gira en planetas lejanos o que Sunday no debía encargarse de los asuntos de La Familia o sus otros múltiples deberes. Era una simple reunión fraternal, de esas que raras veces podían tener y donde, tras arduos días de intenso trabajo así colo desvelos, había logrado despejar un par de horas solo para ella. Recorrer las calles de Colonipenal era siempre... Interesante. Siempre había personas felices por todos lados, disfrutando del planeta de los sueños, de las festividades, y en cada rincón se podía apreciar, precisamente, la felicidad en sus rostros. Se trataba de un lugar perfecto, un planeta que tenía actividad de día y de noche, donde las caras tristes casi nunca se veían ante el ojo público; pero, lo más inportante, era que, al estar con Robin, comprendía la cercanía que tenían de lograr ese sueño infantil que se convirtiera en promesa: Un mundo donde nada malo sucedía, donde los sueños se podían hacer realidad y todos eran felices. Sunday esbozó una pequeña sonrisa, miró su reloj de pulsera un momento y se percató del tiempo que llevaban dentro de aquel establecimiento: Más de quince minutos. Quizá menos o quizás un poco más, pero creía que existía un dilema interno con el que su hermana no podía lidiar por alguna razón. — ¿Aún no has encontrado la tarta que logre convencerte? —Preguntó. En su voz se notó el pesar, ese mismo que poco después desapareció para convertirse en una alegría que llenó su pecho. Le bastaba sólo con mirarla analizando la vitrina de exhibición con tanto detalle, que le hacía olvidar sus males.— Haz pasado mucho tiempo fuera y el menú cambia constantemente. Si no te sientes segura de elegir solo una, puedes tomar las que quieras, podemos aprovechar para comer alguna más tarde. Así que no te preocupes por eso. Tenemos tiempo. O quizá no. Quizá sus pies comenzarían a matarle por lo ajustados que eran los tacones de Robin y lo incómodo que le resultaban al estar más ajustados de sus zapatos habituales. Pero, ¿cómo iba a negarse a cambiarlos con ella cuando la vio quejarse de ellos en silencio? ¿Cómo iba a dejar que siguiera caminando así mientras las zapatillas le rozaban la piel hasta lastimarla? No, era imposible que se permitiera algo así y, por ello, le había sugerido intercambiarlos por unos cuantos minutos hasta que decidieran volver a casa. El problema, era que ninguno parecía interesado en volver para arruinar el momento. Incluso él, no le importaba rozarse los talones, pisar los zapatos o tener las piernas temblorosas cada vez que olvidaba cómo mantener el equilibrio con ellos, o cada vez que pasaba demasiado tiempo en un solo lugar. Justo en ese momento, Sunday comenzaba a sentir algo. Era algo así como... ¿arrepentimiento? ¿remordimiento? ¿pesar? No, más bien era algo como incomodidad. Una que comenzaba a matarle los tobillos con cada segundo que pasaba. De verdad, ahora que se detenía a pensarlo, ¿por qué aquella había sido la primera idea que cruzara por su cabeza? Probablemente, porque era la que causaba menos aflicciones en su hermana. — ¿Qué tal si eliges la tartaleta de fresas? Una decisión como esa sería perfecta, es similar a la que solíamos comer cuando éramos pequeños. [Just_Intonation]
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  • —...

    El sol resplandecía en lo mas alto del cielo aquella tarde de otoño, una tenue brisa agitaba las hojas de los arboles que rodeaban aquel camino de tierra por el que la joven elfo avanzaba con una expresión serena. Junto al crujido de sus pasos, los susurros de los animales moviéndose en la maleza y el ocasional aleteo de las aves sobre su cabeza era lo único que podía escucharse a su alrededor.

    Como nómada que era, divagaba sobre lo que haría a continuación mientras se detenia junto a un arbol para ajustarse un poco las botas. Tenia en mente reabastecerse de suministros en el siguiente pueblo que encontrara, podía cazar su propia comida y encontrar agua, pero ya casi no le quedaba jabón para mantenerse aseada.

    Mientras debatía consigo misma si buscar un trabajo para darse algún dulce como capricho con ayuda de la espada en su cintura, sus orejas captaron algo moviéndose tras ella y se giró para mirar. Encontrándose con una figura desconocida... con una sonrisa amable fue la primera en hablar

    —Hey, no creí encontrarme con alguien en este bosque.
    —... El sol resplandecía en lo mas alto del cielo aquella tarde de otoño, una tenue brisa agitaba las hojas de los arboles que rodeaban aquel camino de tierra por el que la joven elfo avanzaba con una expresión serena. Junto al crujido de sus pasos, los susurros de los animales moviéndose en la maleza y el ocasional aleteo de las aves sobre su cabeza era lo único que podía escucharse a su alrededor. Como nómada que era, divagaba sobre lo que haría a continuación mientras se detenia junto a un arbol para ajustarse un poco las botas. Tenia en mente reabastecerse de suministros en el siguiente pueblo que encontrara, podía cazar su propia comida y encontrar agua, pero ya casi no le quedaba jabón para mantenerse aseada. Mientras debatía consigo misma si buscar un trabajo para darse algún dulce como capricho con ayuda de la espada en su cintura, sus orejas captaron algo moviéndose tras ella y se giró para mirar. Encontrándose con una figura desconocida... con una sonrisa amable fue la primera en hablar —Hey, no creí encontrarme con alguien en este bosque.
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  • Por las noches todo los males aparecen y aqui estoy yo para hacerlos desaparecer

    -mira las calles desde arriba de un edificio serio viendo como la gente no se equivoca y empieza a esgar confundido al no ver tanto caos-

    Algo esta pasando aqui...
    Por las noches todo los males aparecen y aqui estoy yo para hacerlos desaparecer -mira las calles desde arriba de un edificio serio viendo como la gente no se equivoca y empieza a esgar confundido al no ver tanto caos- Algo esta pasando aqui...
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