• Odio cuando dicen eso , por eso no me gusta usar ese maldito poder .
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  • “𝑺𝒄𝒉𝒆𝒊ß𝒆 ... 𝑬𝒔𝒕𝒐 𝒏𝒐 𝒔𝒆 𝒗𝒆 𝒏𝒂𝒅𝒂 𝒃𝒊𝒆𝒏.”







    La joven Alemana miraba la escena con curiosidad, varios hombres muertos dentro de un callejón.


    Dio unos cuantos pasos acercándose al lugar, se agachó y reviso un cuerpo; le habían degollado la garganta de una forma tan perfecta, que la sorprendió un poco. Tomo su cigarro y lo apagó en la mano de aquel frío ser.

    Soltó un suspiro,no podía creer que se le habían adelantado. Agarro un palito de por ahí y picoteo los cuerpos.

    — ¿siguen vivos? O ¿De verdad están tiesos, de tiesos?

    Obviamente no recibió respuesta, volvió a suspirar frustrada. Dibujo una cruz en el aire y reviso su celular. El alma de estos seres sin vida, ya no estaban. Probablemente ya llevaban un buen tiempo muertos.

    — Maldita sea... ¿Por qué tenían que morir ahora? ¿No podían esperarse a que llegara? Agh. ¿Ahora como le explico a Kiev esto?
    “𝑺𝒄𝒉𝒆𝒊ß𝒆 ... 𝑬𝒔𝒕𝒐 𝒏𝒐 𝒔𝒆 𝒗𝒆 𝒏𝒂𝒅𝒂 𝒃𝒊𝒆𝒏.” La joven Alemana miraba la escena con curiosidad, varios hombres muertos dentro de un callejón. Dio unos cuantos pasos acercándose al lugar, se agachó y reviso un cuerpo; le habían degollado la garganta de una forma tan perfecta, que la sorprendió un poco. Tomo su cigarro y lo apagó en la mano de aquel frío ser. Soltó un suspiro,no podía creer que se le habían adelantado. Agarro un palito de por ahí y picoteo los cuerpos. — ¿siguen vivos? O ¿De verdad están tiesos, de tiesos? Obviamente no recibió respuesta, volvió a suspirar frustrada. Dibujo una cruz en el aire y reviso su celular. El alma de estos seres sin vida, ya no estaban. Probablemente ya llevaban un buen tiempo muertos. — Maldita sea... ¿Por qué tenían que morir ahora? ¿No podían esperarse a que llegara? Agh. ¿Ahora como le explico a Kiev esto?
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  • La luna llena se alzaba imponente en el cielo despejado, su luz plateada bañando el bosque en una quietud aterradora. Bipper lo sentía en lo más profundo de su ser, una energía latente que se acumulaba lentamente desde el primer destello de la luna. Sabía lo que venía. Cada fibra de su cuerpo lo advertía, y aunque lo había vivido antes, el terror de perderse una vez más ante la bestia nunca desaparecía. Su respiración se volvía más pesada, su corazón martilleaba en sus oídos, y una sensación de urgencia lo envolvía mientras caminaba entre los árboles.

    El bosque parecía mantener el aliento, las hojas inmóviles bajo la brisa gélida de la noche. Bipper avanzaba, sus pasos tambaleantes, como si algo dentro de él comenzara a luchar por el control. Era cuestión de tiempo. Un dolor sordo se instaló en su pecho, extendiéndose hacia sus extremidades. El sudor cubría su frente, a pesar del aire frío que lo rodeaba. Con un jadeo, cayó de rodillas.

    El primer latigazo de dolor lo atravesó, arrancándole un grito ahogado. La transformación había comenzado. Sentía sus huesos retorciéndose, alargándose y rompiéndose bajo su piel. Sus músculos se hinchaban, las garras emergían lentamente de sus dedos, desgarrando la tierra bajo sus manos. Su piel se estremecía mientras las venas se marcaban como líneas oscuras. Los colmillos brotaban de su mandíbula, afilados y amenazantes. Los ojos, que alguna vez fueron de un azul profundo, comenzaron a cambiar. Un resplandor rojo, como brasas encendidas, reemplazó el azul mientras la conciencia de Bipper se desvanecía, ahogada por el rugido de la bestia.

    Las runas, siempre presentes bajo su piel, se encendieron con un fulgor carmesí, como si respondieran al llamado de la luna llena. Ya no era Bipper. La criatura que ahora se alzaba era mucho más antigua, más salvaje. El Gran Alfa había despertado. Su cuerpo enorme y monstruoso respiraba poder y furia desatada. Las garras se enterraron en la tierra mientras sus ojos rojos, brillantes como brasas, escaneaban el entorno.

    El bosque lo sentía. Los animales, conscientes de su presencia, huían en silencio. Los sonidos nocturnos, el viento susurrante, el crujir de las hojas, todo se volvía más agudo, más penetrante. Pero la bestia no prestaba atención. No esta vez. Había algo más, una urgencia distinta, un vacío en su pecho que lo empujaba a buscar. La necesidad de encontrar algo, alguien, lo impulsaba en cada luna llena. Y esta noche no sería diferente.

    El aroma de la noche lo inundaba, los olores del bosque se mezclaban con el viento. Pero había un olor distinto, algo que despertaba un instinto más profundo. Era una atracción ineludible, una llamada que no podía ignorar. El Gran Alfa tensó sus músculos, sus garras apretaron el suelo, y con un rugido ensordecedor, se lanzó en busca de esa fuente, de esa necesidad que lo consumía.

    Pero no sabía qué era. No sabía a quién buscaba.

    El impulso lo arrastraba, como siempre, hacia lo desconocido. La bestia, salvaje e indomable, se movía con precisión letal, pero el vacío seguía allí, profundo y constante, como una herida que no sanaba. Cada luna llena lo arrastraba más cerca de esa verdad que no lograba comprender, una verdad que se escapaba de sus garras cada vez.

    Y cuando finalmente el amanecer comenzó a iluminar el horizonte, el Gran Alfa se detuvo. Su cuerpo, que había sido tan inmenso y poderoso, comenzó a encogerse. Las garras desaparecieron, los colmillos se retrajeron, y los ojos rojos se apagaron lentamente, volviendo a ser el azul profundo de siempre. Las runas dejaron de brillar, desvaneciéndose bajo la piel ahora humana.

    Bipper cayó de rodillas nuevamente, cubierto de sudor y tierra. Su respiración era errática, su pecho subía y bajaba con dificultad mientras su mente se nublaba. No recordaba nada. Como siempre.

    La luna llena había pasado, pero el vacío en su pecho seguía presente, esperando la próxima noche en que la bestia volvería a reclamarlo.
    La luna llena se alzaba imponente en el cielo despejado, su luz plateada bañando el bosque en una quietud aterradora. Bipper lo sentía en lo más profundo de su ser, una energía latente que se acumulaba lentamente desde el primer destello de la luna. Sabía lo que venía. Cada fibra de su cuerpo lo advertía, y aunque lo había vivido antes, el terror de perderse una vez más ante la bestia nunca desaparecía. Su respiración se volvía más pesada, su corazón martilleaba en sus oídos, y una sensación de urgencia lo envolvía mientras caminaba entre los árboles. El bosque parecía mantener el aliento, las hojas inmóviles bajo la brisa gélida de la noche. Bipper avanzaba, sus pasos tambaleantes, como si algo dentro de él comenzara a luchar por el control. Era cuestión de tiempo. Un dolor sordo se instaló en su pecho, extendiéndose hacia sus extremidades. El sudor cubría su frente, a pesar del aire frío que lo rodeaba. Con un jadeo, cayó de rodillas. El primer latigazo de dolor lo atravesó, arrancándole un grito ahogado. La transformación había comenzado. Sentía sus huesos retorciéndose, alargándose y rompiéndose bajo su piel. Sus músculos se hinchaban, las garras emergían lentamente de sus dedos, desgarrando la tierra bajo sus manos. Su piel se estremecía mientras las venas se marcaban como líneas oscuras. Los colmillos brotaban de su mandíbula, afilados y amenazantes. Los ojos, que alguna vez fueron de un azul profundo, comenzaron a cambiar. Un resplandor rojo, como brasas encendidas, reemplazó el azul mientras la conciencia de Bipper se desvanecía, ahogada por el rugido de la bestia. Las runas, siempre presentes bajo su piel, se encendieron con un fulgor carmesí, como si respondieran al llamado de la luna llena. Ya no era Bipper. La criatura que ahora se alzaba era mucho más antigua, más salvaje. El Gran Alfa había despertado. Su cuerpo enorme y monstruoso respiraba poder y furia desatada. Las garras se enterraron en la tierra mientras sus ojos rojos, brillantes como brasas, escaneaban el entorno. El bosque lo sentía. Los animales, conscientes de su presencia, huían en silencio. Los sonidos nocturnos, el viento susurrante, el crujir de las hojas, todo se volvía más agudo, más penetrante. Pero la bestia no prestaba atención. No esta vez. Había algo más, una urgencia distinta, un vacío en su pecho que lo empujaba a buscar. La necesidad de encontrar algo, alguien, lo impulsaba en cada luna llena. Y esta noche no sería diferente. El aroma de la noche lo inundaba, los olores del bosque se mezclaban con el viento. Pero había un olor distinto, algo que despertaba un instinto más profundo. Era una atracción ineludible, una llamada que no podía ignorar. El Gran Alfa tensó sus músculos, sus garras apretaron el suelo, y con un rugido ensordecedor, se lanzó en busca de esa fuente, de esa necesidad que lo consumía. Pero no sabía qué era. No sabía a quién buscaba. El impulso lo arrastraba, como siempre, hacia lo desconocido. La bestia, salvaje e indomable, se movía con precisión letal, pero el vacío seguía allí, profundo y constante, como una herida que no sanaba. Cada luna llena lo arrastraba más cerca de esa verdad que no lograba comprender, una verdad que se escapaba de sus garras cada vez. Y cuando finalmente el amanecer comenzó a iluminar el horizonte, el Gran Alfa se detuvo. Su cuerpo, que había sido tan inmenso y poderoso, comenzó a encogerse. Las garras desaparecieron, los colmillos se retrajeron, y los ojos rojos se apagaron lentamente, volviendo a ser el azul profundo de siempre. Las runas dejaron de brillar, desvaneciéndose bajo la piel ahora humana. Bipper cayó de rodillas nuevamente, cubierto de sudor y tierra. Su respiración era errática, su pecho subía y bajaba con dificultad mientras su mente se nublaba. No recordaba nada. Como siempre. La luna llena había pasado, pero el vacío en su pecho seguía presente, esperando la próxima noche en que la bestia volvería a reclamarlo.
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  • -Se aburre. Solo puede mirar al techo y escuchar a las enfermeras ir y venir por otros pacientes que llegan a emergencias. Escuchó que pronto la cambiarían de habitación y esperaba estuviera más tranquilo. Quería dormir, pero todo ese ajetreo no se lo permitía.

    Sin embargo, no todo es tan malo. Puede escuchar en una radio no muy lejos de ella, en el escritorio del médico de guardia una canción bastante conocida y que le gusta, por eso comienza a tararearla en voz baja, incluso pronunciando algunas palabras de la misma.

    Don't say you want me ♪
    Don't say you need me ♫
    Don't say you love me ♪
    It's understood ♫
    Don't say you're happy ♪
    Out there without me ♪
    I know you can't be ♫
    'Cause it's no good ♪♫♪
    -Se aburre. Solo puede mirar al techo y escuchar a las enfermeras ir y venir por otros pacientes que llegan a emergencias. Escuchó que pronto la cambiarían de habitación y esperaba estuviera más tranquilo. Quería dormir, pero todo ese ajetreo no se lo permitía. Sin embargo, no todo es tan malo. Puede escuchar en una radio no muy lejos de ella, en el escritorio del médico de guardia una canción bastante conocida y que le gusta, por eso comienza a tararearla en voz baja, incluso pronunciando algunas palabras de la misma. Don't say you want me ♪ Don't say you need me ♫ Don't say you love me ♪ It's understood ♫ Don't say you're happy ♪ Out there without me ♪ I know you can't be ♫ 'Cause it's no good ♪♫♪
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  • No conoce mucho acerca de Zaun pero le da curiosidad saber cómo es ese lugar y porque su hermano evita ese tema, ¿Habrá algo malo que consulte con eso con ella?

    Es su hermana, después de todo no es alguien que le tema a lo que se enfrente.
    No conoce mucho acerca de Zaun pero le da curiosidad saber cómo es ese lugar y porque su hermano evita ese tema, ¿Habrá algo malo que consulte con eso con ella? Es su hermana, después de todo no es alguien que le tema a lo que se enfrente.
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  • — No comprendo, ¿por qué lo veo así? ¿Por qué se va formando este sentimiento? Me aterra. No quiero que por ello se aleje, piense mal de mí, ya no quiera ser mi amigo. Maldito corazón que no puede estar tranquilo, sin dar vuelcos a su lado.

    > El joven soltaba sus emociones en la soledad de un campo, de ese modo, sus lamentos serían escuchados y llevados por el viento, convertido en vendaval por la lluvia que se avecinó, empapando al cachorro de orejas a pies. Las lágrimas se confundían con las gotas de lluvia que caían por sus mejillas; la única señal de llanto era el enrojecimiento de sus ojos. Sentía que se ahogaba; no hallaba la forma de apaciguar el latir de su pecho, ese incesante latir de amor. Sus manos temblaban, sus piernas flaqueaban; consiguió la fuerza para no caer de rodillas, para no demostrar la debilidad que lo azotaba.

    > Aplicaba fuerza al morder su labio, hiriendolo, combinándose ahora la transparencia de las lágrimas con el carmín de su sangre; el sabor metálico dominó su boca, pero poca importancia le prestó; toda atención se crentraba en ese confuso y claro sentimiento que aumentaba en su corazón. Su mente y ese órgano luchaban; uno gritaba que si funcionaría, que todo saldría bien; el otro, rompía esas ilusiones, diciéndole que no sea idiota, que finja, mienta, sea normal con los él.

    — ¿Por qué?...
    — No comprendo, ¿por qué lo veo así? ¿Por qué se va formando este sentimiento? Me aterra. No quiero que por ello se aleje, piense mal de mí, ya no quiera ser mi amigo. Maldito corazón que no puede estar tranquilo, sin dar vuelcos a su lado. > El joven soltaba sus emociones en la soledad de un campo, de ese modo, sus lamentos serían escuchados y llevados por el viento, convertido en vendaval por la lluvia que se avecinó, empapando al cachorro de orejas a pies. Las lágrimas se confundían con las gotas de lluvia que caían por sus mejillas; la única señal de llanto era el enrojecimiento de sus ojos. Sentía que se ahogaba; no hallaba la forma de apaciguar el latir de su pecho, ese incesante latir de amor. Sus manos temblaban, sus piernas flaqueaban; consiguió la fuerza para no caer de rodillas, para no demostrar la debilidad que lo azotaba. > Aplicaba fuerza al morder su labio, hiriendolo, combinándose ahora la transparencia de las lágrimas con el carmín de su sangre; el sabor metálico dominó su boca, pero poca importancia le prestó; toda atención se crentraba en ese confuso y claro sentimiento que aumentaba en su corazón. Su mente y ese órgano luchaban; uno gritaba que si funcionaría, que todo saldría bien; el otro, rompía esas ilusiones, diciéndole que no sea idiota, que finja, mienta, sea normal con los él. — ¿Por qué?...
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  • —Quiero sexo... Digo... Quiero un beso~

    Si, ya le está jugando malas pasadas el celo ahora que volvió a ser prácticamente él, aunque aún con ciertos rasgos felinos, suspirando.

    —Le pediré a Gao que vuelva a llenar la bañera con hielos.
    —Quiero sexo... Digo... Quiero un beso~ Si, ya le está jugando malas pasadas el celo ahora que volvió a ser prácticamente él, aunque aún con ciertos rasgos felinos, suspirando. —Le pediré a Gao que vuelva a llenar la bañera con hielos.
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  • —Le manda un Whatsapp a su chica favorita ᴍᴀʟʟᴏʀʏ ɢʀᴇᴇɴᴇ , prefería ser prudente y no llamarla por si estaba en la biblioteca o en medio de clase.

    : Fiesta esta noche en Andromeda. Disfrázate, que la noche promete.

    … además, quiero verte… distinta. Menos… estudiosa
    —Le manda un Whatsapp a su chica favorita [Mallory_10] , prefería ser prudente y no llamarla por si estaba en la biblioteca o en medio de clase. 📲: Fiesta esta noche en Andromeda. Disfrázate, que la noche promete. … además, quiero verte… distinta. Menos… estudiosa 🌚
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  • Blossom entro a la habitación de un cantante Junior -toc toc... Mal momento emir? Dime qué sucedió?- se acercó con calma al chico y con el se sentó en la cama -asi que el jefe rompió el collar que te regaló tu abuela... Vamos, te ayudo a buscar las perlas puedo coserlo de nuevo- ver la sonrisa de calma del muchacho alegro a Blossom -soy tu senior pero dime Bloss, cualquier cosa búscame, por ahora vamos al escenario, se dónde pueden haber caído las perlas-
    Blossom entro a la habitación de un cantante Junior -toc toc... Mal momento emir? Dime qué sucedió?- se acercó con calma al chico y con el se sentó en la cama -asi que el jefe rompió el collar que te regaló tu abuela... Vamos, te ayudo a buscar las perlas puedo coserlo de nuevo- ver la sonrisa de calma del muchacho alegro a Blossom -soy tu senior pero dime Bloss, cualquier cosa búscame, por ahora vamos al escenario, se dónde pueden haber caído las perlas-
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  • 𝐃𝐢𝐚 𝐝𝐞 𝐋𝐥𝐮𝐯𝐢𝐚
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    - Era un dia lluvioso, Andrew habia terminado un trabajo pero se sentia mal ¿La razón? La persona con la que habia acabado hace unas horas era parte de su grupo de "amigos".

    - El siempre a dicho "Nunca mezclar vida privada con el trabajo" por lo que le daba igual si era amigo suyo, pareja o lo que sea, trabajo era trabajo.

    - Volviendo al tema, estaba algo decaido por lo que se puso una gorra, un tapaboca y se dirigio a un cafe, no iba a arriesgarse a que lo reconocieran y en meterse en problemas con la ley.

    - Al llegar a dicho cafe, ordeno un cafe amargo y comenzo a beberlo, su mirada estaba perdida pues sus pensamientos abarcaban todo de el, salio de su burbuja cuando sintio que alguien estaba cerca.

    ¿Hola?

    - Murmuro mirando como en el asiento de enfrente se habia sentado una persona, lo cual era raro pues no lo recordaba y habia muchos lugares libres

    ¿Se le solicita algo?

    - Ladeo la cabeza, fruncio el ceño y llevo su mano a su arma, no iba a arriesgarse a que lo reconozcan y lo delaten, o tal vez solo era una persona con ¿Buenas intenciones?...
    - Era un dia lluvioso, Andrew habia terminado un trabajo pero se sentia mal ¿La razón? La persona con la que habia acabado hace unas horas era parte de su grupo de "amigos". - El siempre a dicho "Nunca mezclar vida privada con el trabajo" por lo que le daba igual si era amigo suyo, pareja o lo que sea, trabajo era trabajo. - Volviendo al tema, estaba algo decaido por lo que se puso una gorra, un tapaboca y se dirigio a un cafe, no iba a arriesgarse a que lo reconocieran y en meterse en problemas con la ley. - Al llegar a dicho cafe, ordeno un cafe amargo y comenzo a beberlo, su mirada estaba perdida pues sus pensamientos abarcaban todo de el, salio de su burbuja cuando sintio que alguien estaba cerca. ¿Hola? - Murmuro mirando como en el asiento de enfrente se habia sentado una persona, lo cual era raro pues no lo recordaba y habia muchos lugares libres ¿Se le solicita algo? - Ladeo la cabeza, fruncio el ceño y llevo su mano a su arma, no iba a arriesgarse a que lo reconozcan y lo delaten, o tal vez solo era una persona con ¿Buenas intenciones?...
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