Después de pasar dos semanas organizando aquello, Kelly aquella mañana estaba impaciente. Sabía que era el cumpleaños de Andrea y despues de devanarse los sesos durante los primeros cuatro dias, al fin había encontrado el regalo perfecto.
Tras preparar todo debidamente, se acercó hasta Andrea y, tras asegurarse de que nadie los veia, tomó su mano y tiró suavemente de ella para que él la siguiera.
-Ven... Hazme caso. Te gustará... -rio ella divertida.
Lo hizo entrar en una habitación apartada y encendió la luz para mostrar una mesa perfectamente adornada, con una bandeja con un desayuno recién hecho y una cajita pequeña sobre la mesa donde celosamente guardaba el regalo para Andrea. Se trataba, ni mas ni menos, que de unos simbólicos billetes de avión a su Italia natal para usarlos cuando él quisiera. Además habia hablado con su padre acerca de las vacaciones de Andrea y le habia hecho ver porqué este merecia un par de semanas extra.
-Feliz cumpleaños, guaperas...
Andrea D´amico Grimaldi
Tras preparar todo debidamente, se acercó hasta Andrea y, tras asegurarse de que nadie los veia, tomó su mano y tiró suavemente de ella para que él la siguiera.
-Ven... Hazme caso. Te gustará... -rio ella divertida.
Lo hizo entrar en una habitación apartada y encendió la luz para mostrar una mesa perfectamente adornada, con una bandeja con un desayuno recién hecho y una cajita pequeña sobre la mesa donde celosamente guardaba el regalo para Andrea. Se trataba, ni mas ni menos, que de unos simbólicos billetes de avión a su Italia natal para usarlos cuando él quisiera. Además habia hablado con su padre acerca de las vacaciones de Andrea y le habia hecho ver porqué este merecia un par de semanas extra.
-Feliz cumpleaños, guaperas...
Andrea D´amico Grimaldi
Después de pasar dos semanas organizando aquello, Kelly aquella mañana estaba impaciente. Sabía que era el cumpleaños de Andrea y despues de devanarse los sesos durante los primeros cuatro dias, al fin había encontrado el regalo perfecto.
Tras preparar todo debidamente, se acercó hasta Andrea y, tras asegurarse de que nadie los veia, tomó su mano y tiró suavemente de ella para que él la siguiera.
-Ven... Hazme caso. Te gustará... -rio ella divertida.
Lo hizo entrar en una habitación apartada y encendió la luz para mostrar una mesa perfectamente adornada, con una bandeja con un desayuno recién hecho y una cajita pequeña sobre la mesa donde celosamente guardaba el regalo para Andrea. Se trataba, ni mas ni menos, que de unos simbólicos billetes de avión a su Italia natal para usarlos cuando él quisiera. Además habia hablado con su padre acerca de las vacaciones de Andrea y le habia hecho ver porqué este merecia un par de semanas extra.
-Feliz cumpleaños, guaperas...
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