• Tuvo un día inusual en el trabajo, demasiado movimiento y nerviosismo en la zona. Hubo un accidente donde varios de los cuerpos tuvieron que ser llevados para reconocimiento.

    Tanto ir y venir le fastidió un poco. Se merecía ya una cerveza bien fría para pasar el mal sabor que le quedó de ese día.

    Tras darse una ducha rápida en su hogar salió a la tienda de conveniencia más cercana para realizar la compra. No le gustaban los bares, prefirió llevarse una botella consigo y beberla solo, nadie lo molestaría si se sentaba al borde de la calle, de paso fumando un cigarro.
    Tuvo un día inusual en el trabajo, demasiado movimiento y nerviosismo en la zona. Hubo un accidente donde varios de los cuerpos tuvieron que ser llevados para reconocimiento. Tanto ir y venir le fastidió un poco. Se merecía ya una cerveza bien fría para pasar el mal sabor que le quedó de ese día. Tras darse una ducha rápida en su hogar salió a la tienda de conveniencia más cercana para realizar la compra. No le gustaban los bares, prefirió llevarse una botella consigo y beberla solo, nadie lo molestaría si se sentaba al borde de la calle, de paso fumando un cigarro.
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  • Después de todos esos momentos llenos de incertidumbre, angustia y que culminaron en una profunda alegría conjugada con conmoción y amor, esa hermosa pareja de un pelinegro de lentes que era un promitente escritor cuya expresión era fría pero que en ese momento se tornaba feliz y despreocupada, y Ohime, una mujercita rubia empleada en una tienda de cosmética, amante del maquillaje, la moda y sanrio cuyo carácter solía ser explosivo pero determinado, llena de energía en ese momento estaba feliz, finalmente luego de tantos contratiempos podía sentirse plena y protegida, ambos tan diferentes, pero que sin duda se complementaban y además se suplementaban para ser una mejor versión de sí mismos, quién podría imaginarse ese resultado vendría una chica de 20 años y un hombre de 40, muchos quizá pensando en que el es un pervertido y ella una interesada, pero nada más alejado de la realidad, sólo eran dos personas, amándose sinceramente.

    Kagehiro
    Después de todos esos momentos llenos de incertidumbre, angustia y que culminaron en una profunda alegría conjugada con conmoción y amor, esa hermosa pareja de un pelinegro de lentes que era un promitente escritor cuya expresión era fría pero que en ese momento se tornaba feliz y despreocupada, y Ohime, una mujercita rubia empleada en una tienda de cosmética, amante del maquillaje, la moda y sanrio cuyo carácter solía ser explosivo pero determinado, llena de energía en ese momento estaba feliz, finalmente luego de tantos contratiempos podía sentirse plena y protegida, ambos tan diferentes, pero que sin duda se complementaban y además se suplementaban para ser una mejor versión de sí mismos, quién podría imaginarse ese resultado vendría una chica de 20 años y un hombre de 40, muchos quizá pensando en que el es un pervertido y ella una interesada, pero nada más alejado de la realidad, sólo eran dos personas, amándose sinceramente. [Lonesome_writer]
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  • Una fría noche de invierno
    Debí seguir su voz al río
    Dejame ahora y para siempre
    Dejame mientras puedas

    En algún momento te encontraré y te perseguiré de nuevo

    Como las huellas en la tierra barridas por el viento

    En algún momento cuando no queden virtudes que defender

    Tu caerás profundamente
    Una fría noche de invierno Debí seguir su voz al río Dejame ahora y para siempre Dejame mientras puedas En algún momento te encontraré y te perseguiré de nuevo Como las huellas en la tierra barridas por el viento En algún momento cuando no queden virtudes que defender Tu caerás profundamente
    Me entristece
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  • Un deseo por cumplir.
    Categoría Fantasía
    El infierno no es fuego, al menos no solo eso.

    Bajo la superficie del mundo humano, mucho más allá de su entendimiento y lo comprensible, existe un reino tejido con sombras vivas y estructuras que respiran como si el pisaje tuviera voluntad. En lo más profundo del noveno círculo, entre ruinas flotantes y enormes palacios de obsidiana, se erige la Corte Carmesí, el trono de un largo linaje de poderosos demonios caídos, donde el tiempo se derrama lento y espeso como la sangre ceremonial.

    Neriah Viremont, hija del linaje puro de los primeros, próxima sucesora en el trono como reina de la raza demoníaca, aguarda en ese mundo subterráneo. Con ojos que han visto mil generaciones morir, piel marcada por pactos arcanos, y un corazón que late con curiosidad...no por necesidad. La coronación se acerca, es inminente. Todos los saben. Las demás casas se inclinan con respeto y su nombre recorre el inmenso salón con claro respeto. Aún no estaba lista, aún no podía aceptar el difícil cargo de reina porque había algo más que quería hacer. Algo que ni la eternidad del infierno podían ofrecerle: la experiencia humana.

    [Aquí empezaría nuestro rol]

    Y entonces, la invocación.

    Un zumbido rasga el aire pesado del lugar. Un circulo de invocación se abre a su alrededor flameando con un fulgor que no pertenece al infierno. Reconocía la magia humana, la mujer entrecerró los ojos. Alguien la llamaba.

    A pesar de que tenía un compromiso más grande con su raza, cualquier escapatoria funcionaba. Se dejó arrastrar, no por obligación, sino por aburrimiento. Por impulso.

    El aire cambia.

    De pronto, abre los ojos en una habitación fría, con olor a incienso y tiza. Frente a ella ve una especie diferente, el aspecto humano le parecía tan frágil a diferencia de los demonios. Sabía que estaba ahí para cumplir un deseo a cambio de ofrendas.

    –¿Deseo...?—Murmura, su voz cargada de un acento muy diferente, diferenciandola de ese mundo. —¿Que es lo que quieres, humanx?

    Sus ojos brillantes y astutos como los de un gato recorrieron lo observaron de arriba a abajo. Acababa de tener una increíble idea. Neriah sonríe, con colmillos semi ocultos tras sus labios rojos. No hay compasión en su rostro...solo diversión. Antes de que él torpe humano pudiera responder, ella se apresuró a poner un dedo sobre sus labios para callarlo.

    –Te diré algo. Debes saber que no soy cualquier entidad, no cumplo deseos así como así. Soy la próxima reina de un largo linaje de sangre pura. Pero... — Quito lentamente el dedo sobre sus labios, antes de moverse un poco por la habitación con paso silenciosos como el humo. — Si a cambio, me dejas quedarme un tiempo en tu mundo y enseñarme las cosas humanas que hace tu raza...

    Su mano se extiende, con dedos tan elegantes como letales.

    –Entonces, y solo entonces... consideraré concederte lo que tanto anhelas.
    El infierno no es fuego, al menos no solo eso. Bajo la superficie del mundo humano, mucho más allá de su entendimiento y lo comprensible, existe un reino tejido con sombras vivas y estructuras que respiran como si el pisaje tuviera voluntad. En lo más profundo del noveno círculo, entre ruinas flotantes y enormes palacios de obsidiana, se erige la Corte Carmesí, el trono de un largo linaje de poderosos demonios caídos, donde el tiempo se derrama lento y espeso como la sangre ceremonial. Neriah Viremont, hija del linaje puro de los primeros, próxima sucesora en el trono como reina de la raza demoníaca, aguarda en ese mundo subterráneo. Con ojos que han visto mil generaciones morir, piel marcada por pactos arcanos, y un corazón que late con curiosidad...no por necesidad. La coronación se acerca, es inminente. Todos los saben. Las demás casas se inclinan con respeto y su nombre recorre el inmenso salón con claro respeto. Aún no estaba lista, aún no podía aceptar el difícil cargo de reina porque había algo más que quería hacer. Algo que ni la eternidad del infierno podían ofrecerle: la experiencia humana. [Aquí empezaría nuestro rol] Y entonces, la invocación. Un zumbido rasga el aire pesado del lugar. Un circulo de invocación se abre a su alrededor flameando con un fulgor que no pertenece al infierno. Reconocía la magia humana, la mujer entrecerró los ojos. Alguien la llamaba. A pesar de que tenía un compromiso más grande con su raza, cualquier escapatoria funcionaba. Se dejó arrastrar, no por obligación, sino por aburrimiento. Por impulso. El aire cambia. De pronto, abre los ojos en una habitación fría, con olor a incienso y tiza. Frente a ella ve una especie diferente, el aspecto humano le parecía tan frágil a diferencia de los demonios. Sabía que estaba ahí para cumplir un deseo a cambio de ofrendas. –¿Deseo...?—Murmura, su voz cargada de un acento muy diferente, diferenciandola de ese mundo. —¿Que es lo que quieres, humanx? Sus ojos brillantes y astutos como los de un gato recorrieron lo observaron de arriba a abajo. Acababa de tener una increíble idea. Neriah sonríe, con colmillos semi ocultos tras sus labios rojos. No hay compasión en su rostro...solo diversión. Antes de que él torpe humano pudiera responder, ella se apresuró a poner un dedo sobre sus labios para callarlo. –Te diré algo. Debes saber que no soy cualquier entidad, no cumplo deseos así como así. Soy la próxima reina de un largo linaje de sangre pura. Pero... — Quito lentamente el dedo sobre sus labios, antes de moverse un poco por la habitación con paso silenciosos como el humo. — Si a cambio, me dejas quedarme un tiempo en tu mundo y enseñarme las cosas humanas que hace tu raza... Su mano se extiende, con dedos tan elegantes como letales. –Entonces, y solo entonces... consideraré concederte lo que tanto anhelas.
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  • ♠ Solo tengo dos preguntas...
    Que haces aquí
    Y
    Te gusta el agua fría ♣.

    [Riéndo abre lentamente la llave del agua fría de la ducha].
    ♠ Solo tengo dos preguntas... Que haces aquí Y Te gusta el agua fría ♣. [Riéndo abre lentamente la llave del agua fría de la ducha].
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  • Claramente Joel no conocía el contexto de aquel lugar ni sus planes o vivencias, pero sí le quedaba claro que esa mujer tenia la suficiente sangre fría como para saltarse las ordenes que le hubiesen dado… ¿Por qué? Seria interesante averiguarlo…

    Se mantuvo en silencio, pero algo inquieto dejando a sus ojos pardos analizar la situación y aquella rara entrega de víveres a cambio de… ¿Qué? ¿Su gente? ¿Porqué arriesgar tanto por personas que ella no conocía? Allí había gato encerrado… y Joel comenzaba a sentirse demasiado interesado…

    Siguió a Harper y los demás tras la señal del tal Jules por aquel intrincado de callejones y calles hasta dar con lo que antaño debió de haber sido un colegio.


    ───── extracto de mi rol con Harper Morgan
    Claramente Joel no conocía el contexto de aquel lugar ni sus planes o vivencias, pero sí le quedaba claro que esa mujer tenia la suficiente sangre fría como para saltarse las ordenes que le hubiesen dado… ¿Por qué? Seria interesante averiguarlo… Se mantuvo en silencio, pero algo inquieto dejando a sus ojos pardos analizar la situación y aquella rara entrega de víveres a cambio de… ¿Qué? ¿Su gente? ¿Porqué arriesgar tanto por personas que ella no conocía? Allí había gato encerrado… y Joel comenzaba a sentirse demasiado interesado… Siguió a Harper y los demás tras la señal del tal Jules por aquel intrincado de callejones y calles hasta dar con lo que antaño debió de haber sido un colegio. ───── extracto de mi rol con [HarperMorgan]
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  • ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ 「 音楽 | 𝔇𝔢𝔞𝔱𝔥 𝔬𝔯 𝔩𝔬𝔳𝔢 𝔱𝔬𝔫𝔦𝔤𝔥𝔱 」


    ㅤBobby salió de entre la multitud con la adrenalina a tope. Tenía una sonrisa de oreja a oreja que le adornaba el rostro y hacía sus ojos más pequeños que de costumbre.

    ㅤCaminó en busca del stand de las bebidas, sin dejar de sentir el cuerpo todavía en llamas por la euforia y podía jurar que hasta le temblaban las manos. Tenía el cabello revuelto y la voz completamente rota de tanto gritar y corear las canciones durante la presentación.

    ㅤ—¡No puede ser! ¡Gaga es una diosa... un ángel!

    ㅤNo solo era el estar en Coachella sino que acababa de corear Bad Romance y Abracadabra como si no hubiera un mañana ¡y en vivo! Caminaba como guiado por le instinto, todo había sido tan épico que seguía sin creerlo. Lo único que necesitaba ahora era algo helado que lo regresara a la tierra.

    ㅤ—Una cerveza bien fría, por favor, que acabo de dejar mi alma allá atrás.

    ㅤLe dijo al tipo del puesto y él se rio como si entendiera su emoción y cuando por fin recibió la lata, la abrió de inmediato. El primer trago se sintió como si le hubieran dado el mejor y más refrescante beso de toda su vida.

    ㅤ—Creo que me enamoré de Lady Gaga —Comentó al aire ya con el alma en el cuerpo, anclada por la cerveza fría en su mano.

    ㅤEra una noche para nunca olvidar.
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ 「 音楽 | 𝔇𝔢𝔞𝔱𝔥 𝔬𝔯 𝔩𝔬𝔳𝔢 𝔱𝔬𝔫𝔦𝔤𝔥𝔱 」 ㅤBobby salió de entre la multitud con la adrenalina a tope. Tenía una sonrisa de oreja a oreja que le adornaba el rostro y hacía sus ojos más pequeños que de costumbre. ㅤCaminó en busca del stand de las bebidas, sin dejar de sentir el cuerpo todavía en llamas por la euforia y podía jurar que hasta le temblaban las manos. Tenía el cabello revuelto y la voz completamente rota de tanto gritar y corear las canciones durante la presentación. ㅤ—¡No puede ser! ¡Gaga es una diosa... un ángel! ㅤNo solo era el estar en Coachella sino que acababa de corear Bad Romance y Abracadabra como si no hubiera un mañana ¡y en vivo! Caminaba como guiado por le instinto, todo había sido tan épico que seguía sin creerlo. Lo único que necesitaba ahora era algo helado que lo regresara a la tierra. ㅤ—Una cerveza bien fría, por favor, que acabo de dejar mi alma allá atrás. ㅤLe dijo al tipo del puesto y él se rio como si entendiera su emoción y cuando por fin recibió la lata, la abrió de inmediato. El primer trago se sintió como si le hubieran dado el mejor y más refrescante beso de toda su vida. ㅤ—Creo que me enamoré de Lady Gaga —Comentó al aire ya con el alma en el cuerpo, anclada por la cerveza fría en su mano. ㅤEra una noche para nunca olvidar.
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  • Pesadilla en la Iglesia.
    Fandom OC.
    Categoría Slice of Life
    𝕬𝒓𝒚𝒂 𝕮𝒓𝒂𝒘𝒇𝒐𝒓𝒅

    ⠀⠀Era una tarde particularmente gris en España. El antiguo convento se alzaba como un testigo mudo, tallado sobre ruinas que nunca terminaron de morir. Los muros, oscurecidos por la humedad y el tiempo, respiraban el aliento agrio de un pasado más antiguo que el cristianismo mismo. Sobre su portón romano aún se podía distinguir, casi borrado, el perfil de una historia de mármol, susurros recorrían sus oídos al tocarlo.

    ⠀⠀El antiguo monasterio de Poblet, brindaba una especie de confort al transeúnte, probablemente por el tipo de estructura que fue y lo grande que es. Tocó el mármol una vez más, viejo y repleto de polvo, cuántas historias habrían ocurrido aquí.
    ⠀⠀Pero algo ocurría aquí, una extraña sensación, de la que no podía quitarse ese sabor amargo, no como un café o vino añejo, más bien como una flema que no podías escupir. Observó detrás de sí, dos hermanas, una anciana y otra joven.

    ⠀⠀⸻ "Señor Cipriano, un gusto. Soy la hermana Eunice. Ella es la hermana Dakota, recién ingresada." ⸻ La más anciana habló, la joven respondió con una reverencia. Ahora mismo, el santo lucía como apenas un mocoso de unos veinte y cinco años, pero era por siglos mucho más mayor que ellas.
    ⠀⠀Silencioso y cortante, dedicó una miada fría y se acercó a las mismas, también le daban una sensación extraña, ocultaban algo, pero no musitó palabras, su lenguaje corporal fue más que suficiente, pasando de largo. ⸻ "Prepárenme una habitación, dormiré temprano." ⸻ Susurró en un perfecto español. Para luego ingresar nuevamente a la estructura. La hermana más joven quedó atónita, incluso a punto de decirle algo, pero la más anciana simplemente la detuvo, no era bueno provocar la ira de un santo.

    ⠀⠀En su camino por los antiguos pasillos del monasterio, se quedó en silencio, parecía que nadie recorría esta área. A su derecha, la fuente del patio central, a la izquierda, un pasillo oscuro, parecía tallado a mano desnuda, como si no perteneciera a la estructura en sí, la curiosidad ganó más que su interés por dormir. Se acercó rápidamente, sin miedo, sin vacilar, su fe y habilidades eran más grandes que cualquier desafío.
    ⠀⠀Solo para toparse con una puerta, una que no recordaba de aquellos planos. Miró a ambos lados, ninguna de las hermanas estaba cerca, de hecho... nadie, parecía que todo el patio se vació repentinamente.

    ⠀⠀Finalmente, tocó la puerta.
    [Vesse1] ⠀ ⠀⠀Era una tarde particularmente gris en España. El antiguo convento se alzaba como un testigo mudo, tallado sobre ruinas que nunca terminaron de morir. Los muros, oscurecidos por la humedad y el tiempo, respiraban el aliento agrio de un pasado más antiguo que el cristianismo mismo. Sobre su portón romano aún se podía distinguir, casi borrado, el perfil de una historia de mármol, susurros recorrían sus oídos al tocarlo. ⠀⠀El antiguo monasterio de Poblet, brindaba una especie de confort al transeúnte, probablemente por el tipo de estructura que fue y lo grande que es. Tocó el mármol una vez más, viejo y repleto de polvo, cuántas historias habrían ocurrido aquí. ⠀⠀Pero algo ocurría aquí, una extraña sensación, de la que no podía quitarse ese sabor amargo, no como un café o vino añejo, más bien como una flema que no podías escupir. Observó detrás de sí, dos hermanas, una anciana y otra joven. ⠀⠀⸻ "Señor Cipriano, un gusto. Soy la hermana Eunice. Ella es la hermana Dakota, recién ingresada." ⸻ La más anciana habló, la joven respondió con una reverencia. Ahora mismo, el santo lucía como apenas un mocoso de unos veinte y cinco años, pero era por siglos mucho más mayor que ellas. ⠀⠀Silencioso y cortante, dedicó una miada fría y se acercó a las mismas, también le daban una sensación extraña, ocultaban algo, pero no musitó palabras, su lenguaje corporal fue más que suficiente, pasando de largo. ⸻ "Prepárenme una habitación, dormiré temprano." ⸻ Susurró en un perfecto español. Para luego ingresar nuevamente a la estructura. La hermana más joven quedó atónita, incluso a punto de decirle algo, pero la más anciana simplemente la detuvo, no era bueno provocar la ira de un santo. ⠀⠀En su camino por los antiguos pasillos del monasterio, se quedó en silencio, parecía que nadie recorría esta área. A su derecha, la fuente del patio central, a la izquierda, un pasillo oscuro, parecía tallado a mano desnuda, como si no perteneciera a la estructura en sí, la curiosidad ganó más que su interés por dormir. Se acercó rápidamente, sin miedo, sin vacilar, su fe y habilidades eran más grandes que cualquier desafío. ⠀⠀Solo para toparse con una puerta, una que no recordaba de aquellos planos. Miró a ambos lados, ninguna de las hermanas estaba cerca, de hecho... nadie, parecía que todo el patio se vació repentinamente. ⠀⠀Finalmente, tocó la puerta. ⠀
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  • Una fría noche de invierno viendo caer los copos de nieve fue cuando mis ojos se cruzaron con los tuyos, fue un instante mágico.
    Una fría noche de invierno viendo caer los copos de nieve fue cuando mis ojos se cruzaron con los tuyos, fue un instante mágico.
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  • Tras su despedida con la pequeña Freya, Elías volvió a la casa con algo más que solo las palabras de la pequeña, había aprendido mucho, pero había más... Una nueva sensación.

    Al entrar en la casa, Elías colocó la flor que la pequeña le había dado en un pequeño frasco que había en una mesita en la entrada - Así me acordaré de ella al entrar - Murmuró el demonio para si mismo, ahora de vuelta en su soledad, la misma soledad que ahora le resultaba tan extraña.

    Pasaron las horas, Elías hizo su vida como siempre había hecho, había ordenado la casa a pesar de ya estar limpia, había salido a cuidar de las flores, todo buscando algo con lo que distraer su mente, hasta que se encontró en el salón, leyendo un libro, la luz del sol entraba por las ventanas, la chimenea estaba encendida y aún así, había algo que Elías no lograba sacarse de la mente, dejo salir un suspiro mientras ojeaba el libro, levantando la mirada un momento. - La casa se siente más fría sin ella por alguna razón, es verano, he encendido la chimenea, y aún así sigue haciendo frío -.

    Antes de que el demonio se diera cuenta, una nueva sensación había aparecido dentro de él, la soledad ya no era lo mismo que era antes, tras haber recibido sus afectuosas caricias y haber dejado claro que no le temía, más bien lo admiraba, la mente del demonio se encontraba constantemente divagando hacia la pequeña -¿Qué estará haciendo ahora? - Fueron las últimas palabras que se le cruzaron por la mente al demonio, antes de continuar leyendo con intención de distraerse.
    Tras su despedida con la pequeña Freya, Elías volvió a la casa con algo más que solo las palabras de la pequeña, había aprendido mucho, pero había más... Una nueva sensación. Al entrar en la casa, Elías colocó la flor que la pequeña le había dado en un pequeño frasco que había en una mesita en la entrada - Así me acordaré de ella al entrar - Murmuró el demonio para si mismo, ahora de vuelta en su soledad, la misma soledad que ahora le resultaba tan extraña. Pasaron las horas, Elías hizo su vida como siempre había hecho, había ordenado la casa a pesar de ya estar limpia, había salido a cuidar de las flores, todo buscando algo con lo que distraer su mente, hasta que se encontró en el salón, leyendo un libro, la luz del sol entraba por las ventanas, la chimenea estaba encendida y aún así, había algo que Elías no lograba sacarse de la mente, dejo salir un suspiro mientras ojeaba el libro, levantando la mirada un momento. - La casa se siente más fría sin ella por alguna razón, es verano, he encendido la chimenea, y aún así sigue haciendo frío -. Antes de que el demonio se diera cuenta, una nueva sensación había aparecido dentro de él, la soledad ya no era lo mismo que era antes, tras haber recibido sus afectuosas caricias y haber dejado claro que no le temía, más bien lo admiraba, la mente del demonio se encontraba constantemente divagando hacia la pequeña -¿Qué estará haciendo ahora? - Fueron las últimas palabras que se le cruzaron por la mente al demonio, antes de continuar leyendo con intención de distraerse.
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