• #MonoRol | El Nacimiento de una asesina | Pt. 1

    PROGRAMA FENRIR, así había sido nombrada la iniciativa secreta de una organización de operaciones especiales, destinada a crear agentes élite a partir de niños huérfanos. La premisa era simple pero audaz: reclutar a niños sin familia y someterlos a un entrenamiento riguroso que los transformara en agentes especiales. El objetivo era desarrollar habilidades físicas extraordinarias, dominio del manejo de armas blancas y de fuego, destrezas en técnicas de infiltración y espionaje, entre otras competencias esenciales para operaciones encubiertas y de alto riesgo.

    El entrenamiento era intenso y cruel, diseñado para quebrar la voluntad de los niños y reconstruirlos como armas letales. A través de ejercicios físicos agotadores, simulacros de combate y pruebas psicológicas extremas, los niños aprendían a soportar el dolor, a desconfiar de los demás y a suprimir emociones. La organización justificaba estos métodos afirmando que eran necesarios para crear los agentes perfectos, pero la verdad era que estaban sacrificando su inocencia y humanidad en nombre de la eficacia.

    Illyiv, había pasado el últimos año en el orfanato, desde el incidente en el que atacó a una niña. Desde entonces, los niños seguían murmurando y hablando mal de ella, llamándola "la salvaje". Sin embargo, ahora también le tenían miedo. Ella había encontrado en la violencia una forma de que los niños evitarán molestarla, o al menos de que no fueran capaces de confrontarla.

    Ella seguía practicando ballet en su habitación a solas. Lo que antes era una obligación impuesta por su madre, se había convertido en su vía de escape, un refugio en medio del caos.

    Cada vez que comenzaba a practicar ballet, sentía cómo su mente se liberaba de las cadenas de sus traumas. Los movimientos gráciles y fluidos le permitían encontrar un equilibrio interno, una sensación de paz que solo encontraba en esos momentos de danza. Sin embargo, esa calma era efímera. En cuanto dejaba de bailar, el peso de su realidad volvía a caer sobre ella como una losa.

    De forma recurrente, los niños del orfanato solian emocionarse cada vez que parejas visitaban el lugar, con la esperanza de ser adoptados. Se preparaban con ansias, arreglaban su ropa y se esforzaban por mostrar sus mejores sonrisas. Pero la peliblanca nunca sintió esa emoción. Todo parecía darle un poco igual. Creía que nadie querría adoptarla. Además, la idea de ser llevada a otro lugar desconocido no le resultaba atractiva. Prefería la indiferencia de su situación actual a la incertidumbre de lo desconocido.

    Los padres generalmente debían pasar por extensos procedimientos y protocolos para poder adoptar, por lo cual era bastante común ver a las mismas personas visitando una y otra vez el lugar, antes de concretar la adopción. Sin embargo, esa tarde, un hombre misterioso y de aspecto extraño llegó al orfanato para ver a los niños. No parecía estar siguiendo ningún protocolo y era la primera vez que visitaba aquel lugar, lo que a Illyiv se le hacía sospechoso.

    El hombre, vestido con un traje oscuro y gafas de sol, observaba a los niños con una mirada fría. Su presencia desprendía una sensación de autoridad y peligro. Los niños, que al principio se habían emocionado por la posibilidad de ser adoptados, pronto se sintieron incómodos bajo su mirada escrutadora.

    Illyiv, sentada en un rincón, observaba al hombre con desconfianza. Había algo en él que le recordaba a su padrastro, una frialdad en su mirada que le helaba la sangre. Mientras el hombre caminaba entre los niños, sus ojos se posaron en ella. Tras ver a todos los niños, apuntó con su dedo índice a Illyiv y dijo con voz firme:

    —La quiero a ella.

    La psicóloga del orfanato, consciente del Programa Fenrir, se enteró de que se querían llevar a Illyiv. Aunque al principio había querido ayudar a la niña, sabía que no podía hacer nada al respecto. La organización tenía demasiado poder y cualquier intento de resistencia sería inútil. Illyiv, acudió a la psicóloga pensando que podría evitar que se la llevaran. Durante ese último año, había desarrollado una relación de aparente confianza con la psicóloga del orfanato.

    —¡No quiero irme con él! —exclamó Illyiv, aferrándose a la psicóloga con desesperación.

    La psicóloga, intentando fingir una sonrisa, hizo que la niña la soltara y le dijo con voz temblorosa:

    —Debes irte, Illyiv. Todo estará bien.

    Pero ambas sabían que era una mentira. La psicóloga sabía que estaba mintiendo, pero no tenía otra opción. Las lágrimas llenaron los ojos de Illyiv mientras sentía una mezcla de rabia, tristeza y desesperación. Durante su estadía en el orfanato, había encontrado un pequeño refugio en la psicóloga, ella era la única persona de ese lugar que parecía tratarla con amabilidad y comprensión, pero ahora ese refugio también le era arrebatado.

    La escena de la niña de cabello blanco como la nieve, abandonando el orfanato de la mano áspera de que aquel extraño, resultaba solitaria y lamentable. Illyiv caminaba con la cabeza baja, sus pasos eran lentos y pesados. El hombre la guiaba de la mano, mientras ella miraba hacia atrás, viendo cómo las puertas del orfanato se cerraban detrás de ella como un telón que caía sobre un acto final, dejándola vagando en la incertidumbre, sin entender por qué la vida seguía siendo tan cruel con ella.

    El hombre la llevó hasta un coche negro que esperaba en la entrada. Abrió la puerta trasera y la ayudó a subir. Se sentó en el asiento, abrazando sus rodillas y mirando por la ventana mientras el coche se alejaba. Las luces del orfanato se desvanecían en la distancia, y con ellas, cualquier esperanza de una vida normal.

    El viaje fue silencioso, el hombre no dijo una palabra. Illyiv se sentía atrapada en un torbellino de emociones, sin saber qué le deparaba el futuro. Las calles pasaban como un borrón ante sus ojos, y cada kilómetro que recorrían la alejaba más de lo poco que conocía. Pero una cosa era segura: su vida estaba a punto de cambiar para siempre.

    El coche llegó finalmente a un edificio gris y sin ventanas. El hombre la guió hacia una entrada oculta y la llevó por un pasillo iluminado con luces fluorescentes. El ambiente era frío y el eco de sus pasos resonaba en las paredes de metal.

    Ella no sabía qué le esperaba, pero lo que si era un hecho, es que la niña que había sido, con sus sueños y su inocencia, se había quedado atrás. En su lugar, una nueva Illyiv, endurecida y moldeada por el dolor y la traición, comenzaba a tomar forma.
    #MonoRol | El Nacimiento de una asesina | Pt. 1 PROGRAMA FENRIR, así había sido nombrada la iniciativa secreta de una organización de operaciones especiales, destinada a crear agentes élite a partir de niños huérfanos. La premisa era simple pero audaz: reclutar a niños sin familia y someterlos a un entrenamiento riguroso que los transformara en agentes especiales. El objetivo era desarrollar habilidades físicas extraordinarias, dominio del manejo de armas blancas y de fuego, destrezas en técnicas de infiltración y espionaje, entre otras competencias esenciales para operaciones encubiertas y de alto riesgo. El entrenamiento era intenso y cruel, diseñado para quebrar la voluntad de los niños y reconstruirlos como armas letales. A través de ejercicios físicos agotadores, simulacros de combate y pruebas psicológicas extremas, los niños aprendían a soportar el dolor, a desconfiar de los demás y a suprimir emociones. La organización justificaba estos métodos afirmando que eran necesarios para crear los agentes perfectos, pero la verdad era que estaban sacrificando su inocencia y humanidad en nombre de la eficacia. Illyiv, había pasado el últimos año en el orfanato, desde el incidente en el que atacó a una niña. Desde entonces, los niños seguían murmurando y hablando mal de ella, llamándola "la salvaje". Sin embargo, ahora también le tenían miedo. Ella había encontrado en la violencia una forma de que los niños evitarán molestarla, o al menos de que no fueran capaces de confrontarla. Ella seguía practicando ballet en su habitación a solas. Lo que antes era una obligación impuesta por su madre, se había convertido en su vía de escape, un refugio en medio del caos. Cada vez que comenzaba a practicar ballet, sentía cómo su mente se liberaba de las cadenas de sus traumas. Los movimientos gráciles y fluidos le permitían encontrar un equilibrio interno, una sensación de paz que solo encontraba en esos momentos de danza. Sin embargo, esa calma era efímera. En cuanto dejaba de bailar, el peso de su realidad volvía a caer sobre ella como una losa. De forma recurrente, los niños del orfanato solian emocionarse cada vez que parejas visitaban el lugar, con la esperanza de ser adoptados. Se preparaban con ansias, arreglaban su ropa y se esforzaban por mostrar sus mejores sonrisas. Pero la peliblanca nunca sintió esa emoción. Todo parecía darle un poco igual. Creía que nadie querría adoptarla. Además, la idea de ser llevada a otro lugar desconocido no le resultaba atractiva. Prefería la indiferencia de su situación actual a la incertidumbre de lo desconocido. Los padres generalmente debían pasar por extensos procedimientos y protocolos para poder adoptar, por lo cual era bastante común ver a las mismas personas visitando una y otra vez el lugar, antes de concretar la adopción. Sin embargo, esa tarde, un hombre misterioso y de aspecto extraño llegó al orfanato para ver a los niños. No parecía estar siguiendo ningún protocolo y era la primera vez que visitaba aquel lugar, lo que a Illyiv se le hacía sospechoso. El hombre, vestido con un traje oscuro y gafas de sol, observaba a los niños con una mirada fría. Su presencia desprendía una sensación de autoridad y peligro. Los niños, que al principio se habían emocionado por la posibilidad de ser adoptados, pronto se sintieron incómodos bajo su mirada escrutadora. Illyiv, sentada en un rincón, observaba al hombre con desconfianza. Había algo en él que le recordaba a su padrastro, una frialdad en su mirada que le helaba la sangre. Mientras el hombre caminaba entre los niños, sus ojos se posaron en ella. Tras ver a todos los niños, apuntó con su dedo índice a Illyiv y dijo con voz firme: —La quiero a ella. La psicóloga del orfanato, consciente del Programa Fenrir, se enteró de que se querían llevar a Illyiv. Aunque al principio había querido ayudar a la niña, sabía que no podía hacer nada al respecto. La organización tenía demasiado poder y cualquier intento de resistencia sería inútil. Illyiv, acudió a la psicóloga pensando que podría evitar que se la llevaran. Durante ese último año, había desarrollado una relación de aparente confianza con la psicóloga del orfanato. —¡No quiero irme con él! —exclamó Illyiv, aferrándose a la psicóloga con desesperación. La psicóloga, intentando fingir una sonrisa, hizo que la niña la soltara y le dijo con voz temblorosa: —Debes irte, Illyiv. Todo estará bien. Pero ambas sabían que era una mentira. La psicóloga sabía que estaba mintiendo, pero no tenía otra opción. Las lágrimas llenaron los ojos de Illyiv mientras sentía una mezcla de rabia, tristeza y desesperación. Durante su estadía en el orfanato, había encontrado un pequeño refugio en la psicóloga, ella era la única persona de ese lugar que parecía tratarla con amabilidad y comprensión, pero ahora ese refugio también le era arrebatado. La escena de la niña de cabello blanco como la nieve, abandonando el orfanato de la mano áspera de que aquel extraño, resultaba solitaria y lamentable. Illyiv caminaba con la cabeza baja, sus pasos eran lentos y pesados. El hombre la guiaba de la mano, mientras ella miraba hacia atrás, viendo cómo las puertas del orfanato se cerraban detrás de ella como un telón que caía sobre un acto final, dejándola vagando en la incertidumbre, sin entender por qué la vida seguía siendo tan cruel con ella. El hombre la llevó hasta un coche negro que esperaba en la entrada. Abrió la puerta trasera y la ayudó a subir. Se sentó en el asiento, abrazando sus rodillas y mirando por la ventana mientras el coche se alejaba. Las luces del orfanato se desvanecían en la distancia, y con ellas, cualquier esperanza de una vida normal. El viaje fue silencioso, el hombre no dijo una palabra. Illyiv se sentía atrapada en un torbellino de emociones, sin saber qué le deparaba el futuro. Las calles pasaban como un borrón ante sus ojos, y cada kilómetro que recorrían la alejaba más de lo poco que conocía. Pero una cosa era segura: su vida estaba a punto de cambiar para siempre. El coche llegó finalmente a un edificio gris y sin ventanas. El hombre la guió hacia una entrada oculta y la llevó por un pasillo iluminado con luces fluorescentes. El ambiente era frío y el eco de sus pasos resonaba en las paredes de metal. Ella no sabía qué le esperaba, pero lo que si era un hecho, es que la niña que había sido, con sus sueños y su inocencia, se había quedado atrás. En su lugar, una nueva Illyiv, endurecida y moldeada por el dolor y la traición, comenzaba a tomar forma.
    Me gusta
    Me encocora
    Me endiabla
    Me shockea
    10
    2 turnos 0 maullidos 1542 vistas
  • Es hora de cazar gigantes, vamos Fenrir

    -sonrie mientras se va con su amigo-
    Es hora de cazar gigantes, vamos Fenrir -sonrie mientras se va con su amigo-
    Me encocora
    2
    0 turnos 0 maullidos 510 vistas
  • Muy propio de ti Fenrir, llamar a tus amigos para despues tu huir lo unico malo es que nadie escapa de su destino y el tuyo es morir aqui

    -saca su espada y alas oscuras y se lanza contras las bestias-
    Muy propio de ti Fenrir, llamar a tus amigos para despues tu huir lo unico malo es que nadie escapa de su destino y el tuyo es morir aqui -saca su espada y alas oscuras y se lanza contras las bestias-
    Me gusta
    Me encocora
    2
    0 turnos 0 maullidos 605 vistas
  • You bite the hand that feeds you
    Fandom Mitología Nórdica / True Blood / Sabrina
    Categoría Acción

    ‍ ‍ ‍ ‍ ‍ ‍ ‍ ‍⤹ Rol con [cultofsatan01]


    —Habían pasado siglos desde que había conocido a Eric Northman, antes incluso de que este fuese convertido en vampiro, cuando aún era un príncipe vikingo. La conexión entre ellos fue inmediata y única. Ambos guerreros inquebrantables, que no se achantaban ante nada ni nadie, un dúo imparable. Grandes amigos, aunque sus caminos a veces se separasen, siempre volvían a coincidir, por un motivo u otro. A veces era bajo circunstancias agradables. Otras, no tanto...

    Godric acababa de encontrar la muerte verdadera, por decisión propia, algo que había dejado al vampiro vikingo destrozado, por lo mucho que había querido a su creador. Nada más enterarse de la noticia, Sköll viajó hasta Shreveport, hogar de Eric y su club, Fangtasia, para ofrecer su apoyo y sus condolencias.

    Por supuesto las desgracias no ocurrían de una en una. No solo acababa de morir Godric, sino que el aquelarre con el que trabajaba Eric parecía haberse revelado contra él. Esto, por supuesto, enfureció al jötunn, pues parecía que su amigo no iba a tener descanso en un momento tan delicado. No, no lo iba a dejar así.

    Sköll viajó hasta Bon Temps, pueblo en el que residía aquel aquelarre y secta, para hacerles una visita. Por supuesto que no iba a ser de cortesía, ni mucho menos anunciada. No le costó encontrarlos, pues aquel culto era bastante predecible. Los encontró juntitos, reunidos, con sus rituales que, a sus ojos, eran bastante ridículos. Rodó los ojos, antes de irrumpir a alta velocidad, más incluso que la de un vampiro milenario como podría ser su gran amigo. En su forma humana, pues no les iba a conceder el honor de ver su majestuosa forma lobuna, fue acabando uno por uno con todos ellos, destrozándolos, despedazándolos. Era un lobo, era un vikingo, era hijo del Gran Lobo Fenrir, era despiadado e imparable cuando se trataba de destruir a sus enemigos, no tendría piedad ninguna. Solo con una única persona.

    Se acercó al líder de aquel aquelarre, cubierto completamente de sangre, con una sonrisa de medio lado—

    Espero que lo que ha pasado hoy sea mensaje más que suficiente. Nadie se mete con mi gente y sale impune —lo había acorralado contra una pared y lo miraba con una sonrisa de medio lado— Dime, ¿por qué debería perdonar tu traición?

    #Personajes3D #3D #Comunidad3D
    ‍ ‍ ‍ ‍ ‍ ‍ ‍ ‍⤹ Rol con [cultofsatan01] —Habían pasado siglos desde que había conocido a Eric Northman, antes incluso de que este fuese convertido en vampiro, cuando aún era un príncipe vikingo. La conexión entre ellos fue inmediata y única. Ambos guerreros inquebrantables, que no se achantaban ante nada ni nadie, un dúo imparable. Grandes amigos, aunque sus caminos a veces se separasen, siempre volvían a coincidir, por un motivo u otro. A veces era bajo circunstancias agradables. Otras, no tanto... Godric acababa de encontrar la muerte verdadera, por decisión propia, algo que había dejado al vampiro vikingo destrozado, por lo mucho que había querido a su creador. Nada más enterarse de la noticia, Sköll viajó hasta Shreveport, hogar de Eric y su club, Fangtasia, para ofrecer su apoyo y sus condolencias. Por supuesto las desgracias no ocurrían de una en una. No solo acababa de morir Godric, sino que el aquelarre con el que trabajaba Eric parecía haberse revelado contra él. Esto, por supuesto, enfureció al jötunn, pues parecía que su amigo no iba a tener descanso en un momento tan delicado. No, no lo iba a dejar así. Sköll viajó hasta Bon Temps, pueblo en el que residía aquel aquelarre y secta, para hacerles una visita. Por supuesto que no iba a ser de cortesía, ni mucho menos anunciada. No le costó encontrarlos, pues aquel culto era bastante predecible. Los encontró juntitos, reunidos, con sus rituales que, a sus ojos, eran bastante ridículos. Rodó los ojos, antes de irrumpir a alta velocidad, más incluso que la de un vampiro milenario como podría ser su gran amigo. En su forma humana, pues no les iba a conceder el honor de ver su majestuosa forma lobuna, fue acabando uno por uno con todos ellos, destrozándolos, despedazándolos. Era un lobo, era un vikingo, era hijo del Gran Lobo Fenrir, era despiadado e imparable cuando se trataba de destruir a sus enemigos, no tendría piedad ninguna. Solo con una única persona. Se acercó al líder de aquel aquelarre, cubierto completamente de sangre, con una sonrisa de medio lado— Espero que lo que ha pasado hoy sea mensaje más que suficiente. Nadie se mete con mi gente y sale impune —lo había acorralado contra una pared y lo miraba con una sonrisa de medio lado— Dime, ¿por qué debería perdonar tu traición? #Personajes3D #3D #Comunidad3D
    Tipo
    Individual
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
    0 turnos 0 maullidos 1833 vistas
  • 𝐅𝐔𝐄𝐑𝐀 𝐃𝐄 𝐀𝐐𝐔Í
    Fandom Mitología Nórdica
    Categoría Otros
    Rol con [GRADIG]

    -Cada vez eran más y más, los "animales" con los que se cruzaba en su camino, pero su piel se erizaba al darse cuenta que algo tenían en común.

    Los malditos cuervos, menos mal que uno de ellos estaba desaparecido, pero para colmo, la llegada de la loba.

    Esa loba de Odín, su fiel loba, la cuál no le dejaba de seguir, algo que sacaba de sus casillas a Fenrir, aunque no era nada díficil.

    Pero esa noche no fue a dormir, con Ate como hacía normalmente para ayudar a su embarazo, sino fue en búsqueda de aquella loba, iba a encararla.

    Tenía intención de atacarla, dejarla dañada y que el tiempo y sobre todo las nornas hiciesen su trabajo.

    Su olfato no fallaba y en poco tiempo la tenía enfrente, aquel lobo blanca, él cual odiaba con toda sus ganas.

    Abrió sus enormes fauces y gruño despertándola de su sueño. -
    Leer menos
    Rol con [GRADIG] -Cada vez eran más y más, los "animales" con los que se cruzaba en su camino, pero su piel se erizaba al darse cuenta que algo tenían en común. Los malditos cuervos, menos mal que uno de ellos estaba desaparecido, pero para colmo, la llegada de la loba. Esa loba de Odín, su fiel loba, la cuál no le dejaba de seguir, algo que sacaba de sus casillas a Fenrir, aunque no era nada díficil. Pero esa noche no fue a dormir, con Ate como hacía normalmente para ayudar a su embarazo, sino fue en búsqueda de aquella loba, iba a encararla. Tenía intención de atacarla, dejarla dañada y que el tiempo y sobre todo las nornas hiciesen su trabajo. Su olfato no fallaba y en poco tiempo la tenía enfrente, aquel lobo blanca, él cual odiaba con toda sus ganas. Abrió sus enormes fauces y gruño despertándola de su sueño. - Leer menos
    Tipo
    Individual
    Líneas
    1
    Estado
    Disponible
    0 turnos 0 maullidos 2841 vistas
  • // si alguien trae a los hijos de Fenrir yo les doy mucho love
    // si alguien trae a los hijos de Fenrir yo les doy mucho love
    2 turnos 1 maullido 851 vistas
  • — Cuelate en su cama. Ten un buen despertar....—
    Hati Fenrirdottir
    — Cuelate en su cama. Ten un buen despertar....— Hati Fenrirdottir
    Puedo hacer de despertador si quieres. Solo tengo que aporrear tu puerta y así te levantas conmigo — ha sonado un poco mal, pero lo va a entender. Eso espera —.
    Me encocora
    Me enjaja
    2
    0 turnos 0 maullidos 466 vistas
  • Fenrir, tu hija tiene las hormonas disparadas — aquí llega el caos —.
    Fenrir, tu hija tiene las hormonas disparadas — aquí llega el caos —.
    Me enjaja
    1
    0 turnos 0 maullidos 1005 vistas
  • — Que den gracias que ha vedado el salón y la piscina para sus acercamientos con Fenrir porque ahora no están solos en casa —.
    — Que den gracias que ha vedado el salón y la piscina para sus acercamientos con Fenrir porque ahora no están solos en casa —.
    0 turnos 0 maullidos 604 vistas
  • Fenrir, que tu hijo nos oye por las noches.

    [greatstwolf]
    Fenrir, que tu hijo nos oye por las noches. [greatstwolf]
    0 turnos 0 maullidos 682 vistas
Ver más resultados
Patrocinados