• — Ésta es la tabla y velas. Qué se hace ahora... ¿Rezar el Ave María y esperar a que salga al revés?

    Era la primera vez que intentaría jugar, esperaba no regalar su alma a algún ente fantasmal accidentalmente.

    Shacya Naeko
    — Ésta es la tabla y velas. Qué se hace ahora... ¿Rezar el Ave María y esperar a que salga al revés? Era la primera vez que intentaría jugar, esperaba no regalar su alma a algún ente fantasmal accidentalmente. [phantom_blue_zebra_376]
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  • — ¿Qué pasa? Parece que viste un fantasma, fufuh.—
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  • Ven despejate de lo pesado que es tu labor como ladrón fantasma, te puedo hacer sentir muy bien y hacer que te relajes.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Algo más de 12 horas para navidad, al menos con esta cuenta apenas voy comenzando, sin embargo, espero que esta noche los que puedan descansar disfruten de la nochevieja, el licor(no se pasen), la comida (recalentado yey) y la compañía de seres queridos (si están solos alquilamos fantasmas (?))

    También a los que rodearon alguna vez con Chɾomɑ Pɾime les doy las gracias por lo de este año, esta en su yate disfrutando de la jubilación(?)
    Algo más de 12 horas para navidad, al menos con esta cuenta apenas voy comenzando, sin embargo, espero que esta noche los que puedan descansar disfruten de la nochevieja, el licor(no se pasen), la comida (recalentado yey) y la compañía de seres queridos (si están solos alquilamos fantasmas (?)) También a los que rodearon alguna vez con [drakoframe.10] les doy las gracias por lo de este año, esta en su yate disfrutando de la jubilación(?)
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  • *Esa noche, Belle cerro el videoclub temprano, pues hoy sería noche buena para amanecer en la navidad, invito a su amado ʜᴜɢᴏ ᴠʟᴀᴅ para ir de compras y porque no.. También para pasar tiempo juntos y comprarle algo bonito para él.

    Mientras caminaba, Belle lo volteo a ver, dejando notar una sonrisa.*

    ¿Como es que todo lo que te pones, te hace ver tan apuesto y tan bien?

    *Pregunto completamente capturada por ese ladron fantasma. *
    *Esa noche, Belle cerro el videoclub temprano, pues hoy sería noche buena para amanecer en la navidad, invito a su amado [pulse_salmon_ape_218] para ir de compras y porque no.. También para pasar tiempo juntos y comprarle algo bonito para él. Mientras caminaba, Belle lo volteo a ver, dejando notar una sonrisa.* ¿Como es que todo lo que te pones, te hace ver tan apuesto y tan bien? *Pregunto completamente capturada por ese ladron fantasma. *
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    Parte VIII - El eco de los pasos.

    Dos meses habían pasado desde el incendio.
    La aldea era ahora un pueblo fantasma, las casas vacías crujían con el viento y las huellas de los que partieron se habían borrado con la lluvia, pero Akane... seguía ahí.

    Cada mañana, Akane se levantaba antes del sol.
    Caminaba entre los escombros, saludaba al silencio, y comenzaba su entrenamiento. No solo magia, también el cuerpo. Recordó las enseñanzas de su abuela Jennifer:
    “El poder sin control es solo ruido. El cuerpo debe sostener lo que el alma invoca.”

    Así que volvió a lo básico; Posturas, resistencia, golpes, equilibrio. Al principio, su cuerpo temblaba, pero con cada día, los músculos respondían, la agilidad regresaba. No era la fuerza que tuvo antes pero era suya, ganada con sudor, no con herencia.

    Ahora que su cuerpo se habia fortalecido intento rompe de nuevo el sello de su poder. Akane apretó los dientes, recordó las enseñanzas de Jennifer, recordó el dolor, recordó la espada en su estómago y entonces lo sintió.

    Una presencia, familiar, oscura pero sobre todo...
    Violenta. Akane abrió los ojos, el cielo se había vuelto más gris, el aire más denso y en la distancia, lo vio.

    Estaba de pie entre los árboles, observándola;
    No con sorpresa sino con desprecio.

    Akane se levantó, su sangre hervía pero no de miedo, sino de emoción.

    -Así que viniste.- Murmuró. -Perfecto.-

    Era hora de ajustar cuentas y esta vez, Akane no sangraría sola.
    Parte VIII - El eco de los pasos. Dos meses habían pasado desde el incendio. La aldea era ahora un pueblo fantasma, las casas vacías crujían con el viento y las huellas de los que partieron se habían borrado con la lluvia, pero Akane... seguía ahí. Cada mañana, Akane se levantaba antes del sol. Caminaba entre los escombros, saludaba al silencio, y comenzaba su entrenamiento. No solo magia, también el cuerpo. Recordó las enseñanzas de su abuela Jennifer: “El poder sin control es solo ruido. El cuerpo debe sostener lo que el alma invoca.” Así que volvió a lo básico; Posturas, resistencia, golpes, equilibrio. Al principio, su cuerpo temblaba, pero con cada día, los músculos respondían, la agilidad regresaba. No era la fuerza que tuvo antes pero era suya, ganada con sudor, no con herencia. Ahora que su cuerpo se habia fortalecido intento rompe de nuevo el sello de su poder. Akane apretó los dientes, recordó las enseñanzas de Jennifer, recordó el dolor, recordó la espada en su estómago y entonces lo sintió. Una presencia, familiar, oscura pero sobre todo... Violenta. Akane abrió los ojos, el cielo se había vuelto más gris, el aire más denso y en la distancia, lo vio. Estaba de pie entre los árboles, observándola; No con sorpresa sino con desprecio. Akane se levantó, su sangre hervía pero no de miedo, sino de emoción. -Así que viniste.- Murmuró. -Perfecto.- Era hora de ajustar cuentas y esta vez, Akane no sangraría sola.
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  • La casa estaba demasiado silenciosa.
    Me apoyé en la balaustrada de piedra, dejando que el frío se filtrara a través de la tela oscura de mi ropa mientras observaba el gran espacio que se abría frente a mis ojos. Las sombras se alargaban entre columnas antiguas haciendo que me pregunté si acaso viejos fantasmas se escondían entre los altos arcos.

    El eco de mis propios movimientos parecía exagerado en un lugar que normalmente estaría lleno de voces, risas y magia compartida.

    Casi todos habían salido a celebrar Yule. Fogatas, cantos, vino caliente… la vida siguiendo su curso lejos de aquí. Yo, en cambio, me había quedado atrás, custodiando una casa que parecía más un recuerdo atrapado en el tiempo que un verdadero hogar. Quién sabe, quizá esto era cosa mía: A pesar de los años que había pasado aquí aún no había podido considerar este lugar como parte de mi.

    Molesta conmigo misma dejé que el peso de mi cuerpo descansara un poco más sobre la piedra, mis dedos recorriendo distraídamente la superficie fría y gastada. Había algo hermoso en la soledad, sí, pero también un aburrimiento sutil, insistente, que se colaba entre mis pensamientos y los recuerdos de la familia que alguna vez llamé mia.

    Suspire.
    Quizá no tenía sentido recordar a mis padres o a mi hermano, no si eso desgastaba las pocas energías que tenía para salir de mi aburrimiento.

    Una voz en el fondo de mi mente susurró un nombre: "David", mi primo ¿No se suponía que esté día se celebraba el cumpleaños de su padre? Bueno, no estaba segura, con Yule encima, no sería raro que todo pasara desapercibido…
    Saqué el teléfono, girándolo lentamente entre mis dedos mientras dudaba...

    Una parte de mí solo buscaba romper el silencio; otra, una excusa para no pasar la noche sola y al mismo tiempo mi alma parecía buscar inconcientemente el lugar en el que había crecido y llamado hogar aunque ahora eso no fuera más que parte de un pasado al que ya no podía volver.

    Al final, desbloqueé la pantalla decidida a dejar de revolcarme en mi autocompasión. Total.... un mensaje no haría daño. ¿Verdad? El texto fue breve:

    David Darkness
    hey... ¿Estás haciendo algo para tu padre está noche?

    Desconfiada deje el teléfono sobre la fría piedra negándome a tener esperanza. Mi relación con ellos no era tan íntima, es más, apenas y habíamos tenido unas cuantas interacciones y aún se sentía raro...
    La casa estaba demasiado silenciosa. Me apoyé en la balaustrada de piedra, dejando que el frío se filtrara a través de la tela oscura de mi ropa mientras observaba el gran espacio que se abría frente a mis ojos. Las sombras se alargaban entre columnas antiguas haciendo que me pregunté si acaso viejos fantasmas se escondían entre los altos arcos. El eco de mis propios movimientos parecía exagerado en un lugar que normalmente estaría lleno de voces, risas y magia compartida. Casi todos habían salido a celebrar Yule. Fogatas, cantos, vino caliente… la vida siguiendo su curso lejos de aquí. Yo, en cambio, me había quedado atrás, custodiando una casa que parecía más un recuerdo atrapado en el tiempo que un verdadero hogar. Quién sabe, quizá esto era cosa mía: A pesar de los años que había pasado aquí aún no había podido considerar este lugar como parte de mi. Molesta conmigo misma dejé que el peso de mi cuerpo descansara un poco más sobre la piedra, mis dedos recorriendo distraídamente la superficie fría y gastada. Había algo hermoso en la soledad, sí, pero también un aburrimiento sutil, insistente, que se colaba entre mis pensamientos y los recuerdos de la familia que alguna vez llamé mia. Suspire. Quizá no tenía sentido recordar a mis padres o a mi hermano, no si eso desgastaba las pocas energías que tenía para salir de mi aburrimiento. Una voz en el fondo de mi mente susurró un nombre: "David", mi primo ¿No se suponía que esté día se celebraba el cumpleaños de su padre? Bueno, no estaba segura, con Yule encima, no sería raro que todo pasara desapercibido… Saqué el teléfono, girándolo lentamente entre mis dedos mientras dudaba... Una parte de mí solo buscaba romper el silencio; otra, una excusa para no pasar la noche sola y al mismo tiempo mi alma parecía buscar inconcientemente el lugar en el que había crecido y llamado hogar aunque ahora eso no fuera más que parte de un pasado al que ya no podía volver. Al final, desbloqueé la pantalla decidida a dejar de revolcarme en mi autocompasión. Total.... un mensaje no haría daño. ¿Verdad? El texto fue breve: [eclipse_pearl_ape_668] 💬 hey... ¿Estás haciendo algo para tu padre está noche? Desconfiada deje el teléfono sobre la fría piedra negándome a tener esperanza. Mi relación con ellos no era tan íntima, es más, apenas y habíamos tenido unas cuantas interacciones y aún se sentía raro...
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  • Que si quiero más de 100mil hijos ? Jajaja

    Zhan Fantamista alista ese cuerpo porque ya no vamos a descansar

    -acaso lan cree que no anda atento a lo que dice (?-
    Que si quiero más de 100mil hijos ? Jajaja [fantasma] alista ese cuerpo porque ya no vamos a descansar -acaso lan cree que no anda atento a lo que dice (?-
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  • 𝗣𝗔𝗥𝗔𝗡𝗢𝗫 𝗟𝗢𝗦𝗧 𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥𝗦
    ════ ∘◦ᵒ 𓅓 ᵒ◦∘ ════

    𝑫𝒆𝒔𝒄𝒊𝒄𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔 𝑰

    ❝ Mis ojos contemplaron su vestido de boda... era tan precioso...❞

    El charco de sangre corría cual vino carmesí derramado mientras la muchedumbre de invitados, chocaban contra las mesas, presas del pánico... Los de negro no descansarían. Buscaban. Y el culpable no tendría escapatoria....

    Paranox, el culpable, había cumplido su misión...

    Olivia Harris, ceñida de un caro vestido de boda, se desangraba en el frío suelo....ella se moría. La bala en su costado lo dejaba claro pero su esposo, arrodillado, lo intentaba todo.

    ❝La muerte no negocia... Ni el tiempo.❞

    A lo lejos.... Dorian, el joven de cabello plateado, se encontraba sentado a la distancia cual fantasma...con los hombros encorvados y una mirada verde y cansada

    Preguntándose si...

    Su trabajo... ¿Le hacía feliz? o lo mantenía vivo.

    ────────────────
    𝗣𝗔𝗥𝗔𝗡𝗢𝗫 𝗟𝗢𝗦𝗧 𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥𝗦 ════ ∘◦ᵒ 𓅓 ᵒ◦∘ ════ 𝑫𝒆𝒔𝒄𝒊𝒄𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔 𝑰 ❝ Mis ojos contemplaron su vestido de boda... era tan precioso...❞ El charco de sangre corría cual vino carmesí derramado mientras la muchedumbre de invitados, chocaban contra las mesas, presas del pánico... Los de negro no descansarían. Buscaban. Y el culpable no tendría escapatoria.... Paranox, el culpable, había cumplido su misión... Olivia Harris, ceñida de un caro vestido de boda, se desangraba en el frío suelo....ella se moría. La bala en su costado lo dejaba claro pero su esposo, arrodillado, lo intentaba todo. ❝La muerte no negocia... Ni el tiempo.❞ A lo lejos.... Dorian, el joven de cabello plateado, se encontraba sentado a la distancia cual fantasma...con los hombros encorvados y una mirada verde y cansada Preguntándose si... Su trabajo... ¿Le hacía feliz? o lo mantenía vivo. ────────────────
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  • 𝓨𝒐𝒖𝒓 𝒎𝒐𝒔𝒕 𝒉𝒖𝒎𝒃𝒍𝒆 𝒂𝒏𝒅 𝒐𝒃𝒆𝒅𝒊𝒆𝒏𝒕 𝒔𝒆𝒓𝒗𝒂𝒏𝒕, 𝓞.𝓖
    Fandom The phantom of the opera
    Categoría Slice of Life
    Las catacumbas subterráneas de la ópera escondían su morada, el único lugar al que podía llamar un hogar. Lo había construido con sus propias manos, era suyo y estaba meticulosamente protegido por un lago artificial que solo se podía cruzar con una góndola. Conocía cada rincón de la ópera como la palma de su mano, no obstante no podía decir lo mismo de las calles de París.

    El persa, su buen, y único amigo en la ópera le había sugerido visitar un viejo teatro al final de calle. Le había dicho que allí encontraría a un sobrino suyo, un vionilista que necesitaba algunas clases extras y que el fantasma era un excelente candidato para convertirse en su maestro.

    Erik dudó un poco, pero al cabo de un momento acepto. Después de todo, era lo menos que podía hacer por él, le debía la vida, literalmente y si ayudar a su sobrino a mejorar con su instrumento lo haría feliz; no había nada más que decir.

    Se escabullo a media noche, cuando todo el personal de la opera dormía. Se cubrio con una capa y oculto su rostro debajo de un sombrero de ala ancha. No tuvo complicaciones para encontrar el teatro, era el único en esa calle y el menos agraciado.

    La puerta estaba abierta, pero no había nadie para recibirlo. Decidió encontrar al muchacho por su cuenta y avanzo por el lugar hasta llegar a los camerinos detrás del escenario. Se quito el sombrero y siguió un ruido que se asemejanba al de las ratas masticando cables, pero a medida que se acercaba encontraba familiaridad en ese sonido, rítmico y mecánico; el de una máquina de coser en funcionamiento.

    ──¿Darío? ── Lo llamó antes de asomar la cabeza en el umbral del único camerino que tenía la puerta abierta. Primer error... En lugar de ver al joven de tez morena, se encontro con una mujer que dejó de lados sus labores y alzó la cabeza para verlo.

    Los segundos que hicieron contacto visual le parecieron eternos y pensó en darse la vuelta, salir de allí lo más rápido posible pero si la mujer se asustaba y gritaba, llamaría la atención de algún otro artista que estuviera en alguna parte del teatro por lo que marcharse, no era una opcion inteligente.

    Se quedo en su sitio, abrazandose a la oscuridad que le proporcionaba el pasillo y levanto sus manos enguantadas a la altura del torso para demostrarle que no era un peligro. Un hombre que usaba la mitad de una máscara de porcelana blanca para cubrirse la mitad del rostro era algo que no se veía todos los días.

    ──Madame, no le haré daño. Estaba buscando a alguien, a un muchacho, no soy un ladrón ni nada parecido.

    Viktoria Harrow
    Las catacumbas subterráneas de la ópera escondían su morada, el único lugar al que podía llamar un hogar. Lo había construido con sus propias manos, era suyo y estaba meticulosamente protegido por un lago artificial que solo se podía cruzar con una góndola. Conocía cada rincón de la ópera como la palma de su mano, no obstante no podía decir lo mismo de las calles de París. El persa, su buen, y único amigo en la ópera le había sugerido visitar un viejo teatro al final de calle. Le había dicho que allí encontraría a un sobrino suyo, un vionilista que necesitaba algunas clases extras y que el fantasma era un excelente candidato para convertirse en su maestro. Erik dudó un poco, pero al cabo de un momento acepto. Después de todo, era lo menos que podía hacer por él, le debía la vida, literalmente y si ayudar a su sobrino a mejorar con su instrumento lo haría feliz; no había nada más que decir. Se escabullo a media noche, cuando todo el personal de la opera dormía. Se cubrio con una capa y oculto su rostro debajo de un sombrero de ala ancha. No tuvo complicaciones para encontrar el teatro, era el único en esa calle y el menos agraciado. La puerta estaba abierta, pero no había nadie para recibirlo. Decidió encontrar al muchacho por su cuenta y avanzo por el lugar hasta llegar a los camerinos detrás del escenario. Se quito el sombrero y siguió un ruido que se asemejanba al de las ratas masticando cables, pero a medida que se acercaba encontraba familiaridad en ese sonido, rítmico y mecánico; el de una máquina de coser en funcionamiento. ──¿Darío? ── Lo llamó antes de asomar la cabeza en el umbral del único camerino que tenía la puerta abierta. Primer error... En lugar de ver al joven de tez morena, se encontro con una mujer que dejó de lados sus labores y alzó la cabeza para verlo. Los segundos que hicieron contacto visual le parecieron eternos y pensó en darse la vuelta, salir de allí lo más rápido posible pero si la mujer se asustaba y gritaba, llamaría la atención de algún otro artista que estuviera en alguna parte del teatro por lo que marcharse, no era una opcion inteligente. Se quedo en su sitio, abrazandose a la oscuridad que le proporcionaba el pasillo y levanto sus manos enguantadas a la altura del torso para demostrarle que no era un peligro. Un hombre que usaba la mitad de una máscara de porcelana blanca para cubrirse la mitad del rostro era algo que no se veía todos los días. ──Madame, no le haré daño. Estaba buscando a alguien, a un muchacho, no soy un ladrón ni nada parecido. [threads.of.fate]
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