• Ya casi es halloween....de que se van a disfrazar
    Ya casi es halloween....de que se van a disfrazar
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  • — A ver si entendí... ¿Quieres que vaya al centro de la ciudad, en hora pico, nocturna, con mi maquillaje carísimo de París y que te reponga una pestaña porque se te voló soplando tusi...?—la ave respiró hondo, apretando el teléfono.— Eso definitivamente va a tener un cobro extra...
    — A ver si entendí... ¿Quieres que vaya al centro de la ciudad, en hora pico, nocturna, con mi maquillaje carísimo de París y que te reponga una pestaña porque se te voló soplando tusi...?—la ave respiró hondo, apretando el teléfono.— Eso definitivamente va a tener un cobro extra...
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  • - Amén.

    Luego de bendecir su propia cena, cigarro con una botella de vidrio con cerveza fría.
    - Amén. Luego de bendecir su propia cena, cigarro con una botella de vidrio con cerveza fría.
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  • -aquel hombre se encontraba sentado frente a la barra de madera gastada, el ambiente del bar envuelto en un ambiente tranquilo e incluso familiar para el y el murmullo constante de conversaciones ajenas hacían de ese lugar un nue lugar para finalmente dejar de pensar. Entre sus dedos descansaba una botella de cerveza, las gotas de condensación resbalaban lentamente por el vidrio, reflejando la luz amarillenta de las lámparas. Sus ojos, cansados pero atentos, permanecían fijos en la pantalla del televisor que colgaba en la pared. En ella, una reportera relataba los detalles del último caso en el que había trabajado, con esa voz ensayada que busca dramatismo donde para el solo era un día más de trabajo -

    Supongo que las noticias vuelan bastante rápido...

    -murmuró con una media sonrisa antes de bajar la mirada, observando el recorrido de una gota que descendía hasta su mano. Por un instante, se quedó inmóvil, perdido entre sus pensamientos, el reflejo del televisor se dibujaba en sus pupilas como una sombra conocida; cada palabra de la periodista resonaba como un eco y el solo ponia atención repasando cada detalle en su cabeza-

    Valla que sabe cómo narrar mis días con tanta elocuencia

    -Llevó la botella a los labios, dejando que el amargor de la cerveza le recordara que seguía vivo. Afuera llovía, podía escucharlo golpear el techo del bar como un reloj invisible que marcaba un tiempo solo suyo. Entonces, el crujir de la silla a su costado lo trajo de vuelta a la realidad. Su acompañante había llegado.-

    -El hombre no volteó de inmediato. Tomó otro trago, colocó la botella con suavidad sobre la barra y solo entonces giró ligeramente el rostro, dedicando una sonrisa cordial, Habían acordado encontrarse allí para hablar. De qué exactamente, no lo sabía. Tal vez del pasado, de los fantasmas que ambos compartían, o simplemente para conocer un nuevo mundo, Sea como fuere, aquella noche no tenía nada mejor que hacer. Y en el fondo, una parte de él agradecía la distracción.-

    Llegas justo a tiempo

    -Dijo finalmente, encendiendo un cigarrillo y ofreciéndole uno al recién llegado

    Las noches siempre son menos pesadas cuando alguien más comparte el silencio.
    -aquel hombre se encontraba sentado frente a la barra de madera gastada, el ambiente del bar envuelto en un ambiente tranquilo e incluso familiar para el y el murmullo constante de conversaciones ajenas hacían de ese lugar un nue lugar para finalmente dejar de pensar. Entre sus dedos descansaba una botella de cerveza, las gotas de condensación resbalaban lentamente por el vidrio, reflejando la luz amarillenta de las lámparas. Sus ojos, cansados pero atentos, permanecían fijos en la pantalla del televisor que colgaba en la pared. En ella, una reportera relataba los detalles del último caso en el que había trabajado, con esa voz ensayada que busca dramatismo donde para el solo era un día más de trabajo - Supongo que las noticias vuelan bastante rápido... -murmuró con una media sonrisa antes de bajar la mirada, observando el recorrido de una gota que descendía hasta su mano. Por un instante, se quedó inmóvil, perdido entre sus pensamientos, el reflejo del televisor se dibujaba en sus pupilas como una sombra conocida; cada palabra de la periodista resonaba como un eco y el solo ponia atención repasando cada detalle en su cabeza- Valla que sabe cómo narrar mis días con tanta elocuencia -Llevó la botella a los labios, dejando que el amargor de la cerveza le recordara que seguía vivo. Afuera llovía, podía escucharlo golpear el techo del bar como un reloj invisible que marcaba un tiempo solo suyo. Entonces, el crujir de la silla a su costado lo trajo de vuelta a la realidad. Su acompañante había llegado.- -El hombre no volteó de inmediato. Tomó otro trago, colocó la botella con suavidad sobre la barra y solo entonces giró ligeramente el rostro, dedicando una sonrisa cordial, Habían acordado encontrarse allí para hablar. De qué exactamente, no lo sabía. Tal vez del pasado, de los fantasmas que ambos compartían, o simplemente para conocer un nuevo mundo, Sea como fuere, aquella noche no tenía nada mejor que hacer. Y en el fondo, una parte de él agradecía la distracción.- Llegas justo a tiempo -Dijo finalmente, encendiendo un cigarrillo y ofreciéndole uno al recién llegado Las noches siempre son menos pesadas cuando alguien más comparte el silencio.
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  • -Agotado, este se encontrsba sentado en él piso. Su respiracion estaba agotada, ¿cuanto duro batallando?, ¿cuantas veces esto se repetira? ...-

    ...

    -Este , tenia una mano en su propio rostro. Sonriendo, mientras empieza a reir de manera algo ironica, riendose de su estado actual-

    Estoy jodido.
    -Agotado, este se encontrsba sentado en él piso. Su respiracion estaba agotada, ¿cuanto duro batallando?, ¿cuantas veces esto se repetira? ...- ... -Este , tenia una mano en su propio rostro. Sonriendo, mientras empieza a reir de manera algo ironica, riendose de su estado actual- Estoy jodido.
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  • ᴛᴏᴍɪᴇ ᴋᴀᴡᴀᴋᴀᴍɪ
    Misa Amane
    Emma Mayers

    +Eran las 11 cm de la noche, en un bar de categoria en el centro de la ciudad, habia escuchado que el sitio era uno de lo mas frecuentados. Y naturalmente decidio que era buena idea ir, estaba segura que podria encontrar mas de una historia interesante en aquel lugar. Pero no iba sola habia invitado a alguien que conocio a hace poco pero ya consideraba una amiga a ir con ella. Por lo que al abrir las puertas del lugar, ingresaba sujetando del brazo a una joven de rubia cabellera+

    +Apenas ingresaban verian las luces de Neon rojo que iluminan la barra+ Vamos a pedir algo de tomar. Seguro que esta noche encontramos algo interesante. Escuche que este lugar es popular. Y si quieres encontrar historias uno de los mejores sitios a visitar es donde la gente se reune a beber. Asi que estamos en el sitio correcto . Al momento de llegar a la barra mostraria una gran sonrisa+ 2 copas de vino porfavor +Dijo al Bartender quedando en espera de recibir su pedido+
    [phantom_cyan_spider_636] [lunar_garnet_rhino_909] [flare_navy_horse_241] +Eran las 11 cm de la noche, en un bar de categoria en el centro de la ciudad, habia escuchado que el sitio era uno de lo mas frecuentados. Y naturalmente decidio que era buena idea ir, estaba segura que podria encontrar mas de una historia interesante en aquel lugar. Pero no iba sola habia invitado a alguien que conocio a hace poco pero ya consideraba una amiga a ir con ella. Por lo que al abrir las puertas del lugar, ingresaba sujetando del brazo a una joven de rubia cabellera+ +Apenas ingresaban verian las luces de Neon rojo que iluminan la barra+ Vamos a pedir algo de tomar. Seguro que esta noche encontramos algo interesante. Escuche que este lugar es popular. Y si quieres encontrar historias uno de los mejores sitios a visitar es donde la gente se reune a beber. Asi que estamos en el sitio correcto . Al momento de llegar a la barra mostraria una gran sonrisa+ 2 copas de vino porfavor +Dijo al Bartender quedando en espera de recibir su pedido+
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  • - Estaba por escribir un nuevo pergamino, lleno de vida, de colores radiantes, emocionante y un tanto desesperante, luego recordé que soy padre, o Zelina me recordó que soy padre, mis pinceles volaron, mi lienzo se mancho de pintura roja, ahora tengo sus huellas de manos y pies por todo mi salón, vaya lío, que si no fuera mi princesa la regalaría, luego veo su sonrisa, sus ojitos, veo la pureza, el amor más tierno que jamás conocí, entonces me doy cuenta, soy su padre y daría la vida por protegerla, me encantaría que se quedará así, chikita, aunque aveces ponga la casa de cabeza, no puedo juzgar, es hija mía, tiene mi sangre y lo que más me preocupa de todo es que también heredo mis ojos, pero es fuerte y será mejor mucho mejor de lo que pudo llegar a ser su padre alguna vez .
    - Estaba por escribir un nuevo pergamino, lleno de vida, de colores radiantes, emocionante y un tanto desesperante, luego recordé que soy padre, o Zelina me recordó que soy padre, mis pinceles volaron, mi lienzo se mancho de pintura roja, ahora tengo sus huellas de manos y pies por todo mi salón, vaya lío, que si no fuera mi princesa la regalaría, luego veo su sonrisa, sus ojitos, veo la pureza, el amor más tierno que jamás conocí, entonces me doy cuenta, soy su padre y daría la vida por protegerla, me encantaría que se quedará así, chikita, aunque aveces ponga la casa de cabeza, no puedo juzgar, es hija mía, tiene mi sangre y lo que más me preocupa de todo es que también heredo mis ojos, pero es fuerte y será mejor mucho mejor de lo que pudo llegar a ser su padre alguna vez .
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  • Umm nada como un caldero burbujeante en octubre
    Umm nada como un caldero burbujeante en octubre
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  • "Una copa con la muerte"

    El murmullo del mundo se detuvo.
    Ni un suspiro, ni un tic del reloj, ni el latido más rebelde osó moverse.
    Solo él seguía ahí, reclinado en su silla, el guante negro apoyado sobre el mentón, la otra mano girando con parsimonia una copa de vino que parecía absorber la luz.

    El líquido tenía un color profundo, casi hipnótico, como si guardara siglos dentro.
    Cillian alzó la vista. Su mirada era tranquila, pero su calma tenía filo.

    —No temas —dijo, con voz baja y limpia, más cercana a un pensamiento que a un sonido—. Este es un lugar fuera de todo. Aquí no existe el tiempo, ni el juicio… solo la verdad.

    Dejó que el silencio se asentara, antes de deslizar otra copa hacia el frente.
    El vino reflejaba los destellos de una eternidad que pocos podrían soportar ver.

    —Bebe —ordenó suavemente, una sonrisa leve curvando sus labios—. Es el vino de las almas. Fino, añejo, destilado de los últimos suspiros de quienes ya no están. Cada trago… contiene un eco.

    Sus ojos brillaron apenas, un resplandor carmesí en medio de la penumbra.

    —Mientras lo bebas, el tiempo no correrá para ti.
    Podrás preguntarme lo que desees. Cualquier cosa.
    El precio es simple… —su voz se tornó casi un susurro de humo—: la verdad nunca llega sin costo.

    Apoyó el codo en la mesa, observando con detenimiento, casi con un aire de fascinación morbosa.
    La copa entre sus dedos parecía flotar, temblando con una vida propia.

    —Entonces, humano… —dijo con una elegancia perezosa, pero con un fondo de algo implacable—
    ¿qué deseas saber de la Muerte?
    "Una copa con la muerte" El murmullo del mundo se detuvo. Ni un suspiro, ni un tic del reloj, ni el latido más rebelde osó moverse. Solo él seguía ahí, reclinado en su silla, el guante negro apoyado sobre el mentón, la otra mano girando con parsimonia una copa de vino que parecía absorber la luz. El líquido tenía un color profundo, casi hipnótico, como si guardara siglos dentro. Cillian alzó la vista. Su mirada era tranquila, pero su calma tenía filo. —No temas —dijo, con voz baja y limpia, más cercana a un pensamiento que a un sonido—. Este es un lugar fuera de todo. Aquí no existe el tiempo, ni el juicio… solo la verdad. Dejó que el silencio se asentara, antes de deslizar otra copa hacia el frente. El vino reflejaba los destellos de una eternidad que pocos podrían soportar ver. —Bebe —ordenó suavemente, una sonrisa leve curvando sus labios—. Es el vino de las almas. Fino, añejo, destilado de los últimos suspiros de quienes ya no están. Cada trago… contiene un eco. Sus ojos brillaron apenas, un resplandor carmesí en medio de la penumbra. —Mientras lo bebas, el tiempo no correrá para ti. Podrás preguntarme lo que desees. Cualquier cosa. El precio es simple… —su voz se tornó casi un susurro de humo—: la verdad nunca llega sin costo. Apoyó el codo en la mesa, observando con detenimiento, casi con un aire de fascinación morbosa. La copa entre sus dedos parecía flotar, temblando con una vida propia. —Entonces, humano… —dijo con una elegancia perezosa, pero con un fondo de algo implacable— ¿qué deseas saber de la Muerte?
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  • El chico lobo iba encantado sobre un enorme barco en altamar, el olor a agua salada, el graznido de las gaviotas, los animales acuáticos saltando en paralelo al barco, parecía un "cachorro" mirando hacia todos lados, donde varios tripulantes experimentaban mareos, él iba maravillado.

    Con ese mismo ánimo tras subir en la embarcación bajó hacia un nuevo puerto, Inazuma. Lo imponente y espiritual de sus construcciones lo maravillaron al apenas verlas, sin embargo, algo le hizo bajar los ánimos de repente, miraba a los habitantes demasiado serios, mientras más caminaba más se daba cuenta de la falta de alegría de la gente, parecían cansados, tensos.

    Razor caminó y caminó pasando por unos grandes arcos de columnas rojizas, eran imponentes, pero su atención se fijó en algo más, unos pequeños zorros de piedra tallada que parecían cuidar de aquellos arcos. Al estar muy relacionado con los lobos con los que fue criado, aquel zorro de piedra llamó su curiosidad.

    -1....2.....3....4.... muchos, muchos zorros...ahí hay otro... -Dijo Razor mientras los contaba con los dedos e iba hacia el lugar donde estaba cada estatua-
    El chico lobo iba encantado sobre un enorme barco en altamar, el olor a agua salada, el graznido de las gaviotas, los animales acuáticos saltando en paralelo al barco, parecía un "cachorro" mirando hacia todos lados, donde varios tripulantes experimentaban mareos, él iba maravillado. Con ese mismo ánimo tras subir en la embarcación bajó hacia un nuevo puerto, Inazuma. Lo imponente y espiritual de sus construcciones lo maravillaron al apenas verlas, sin embargo, algo le hizo bajar los ánimos de repente, miraba a los habitantes demasiado serios, mientras más caminaba más se daba cuenta de la falta de alegría de la gente, parecían cansados, tensos. Razor caminó y caminó pasando por unos grandes arcos de columnas rojizas, eran imponentes, pero su atención se fijó en algo más, unos pequeños zorros de piedra tallada que parecían cuidar de aquellos arcos. Al estar muy relacionado con los lobos con los que fue criado, aquel zorro de piedra llamó su curiosidad. -1....2.....3....4.... muchos, muchos zorros...ahí hay otro... -Dijo Razor mientras los contaba con los dedos e iba hacia el lugar donde estaba cada estatua-
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