• ¿Te parecen bien 47 centimDIGOOOOO botellas? Este es sólo un avance de lo que se viene, jefaza 𝙷𝚢𝚠𝚎𝚘𝚗

    Ahora me falta el palet de vasos y todo un arcón de hielo (picado).

    Si es que me tengo que encargar yo de todo, así va el mundo.
    ¿Te parecen bien 47 centimDIGOOOOO botellas? Este es sólo un avance de lo que se viene, jefaza [TREACHERXUSGIRL] Ahora me falta el palet de vasos y todo un arcón de hielo (picado). Si es que me tengo que encargar yo de todo, así va el mundo.
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  • El sol de la mañana acariciaba suavemente los jardines de la Villa Di Vincenzo, donde el perfume de las bugambilias se mezclaba con el aroma a café recién hecho y pan horneado. Una mesa dispuesta con impecable gusto esperaba bajo la sombra de una pérgola cubierta de glicinas. Frutas frescas, jugos naturales, embutidos finos, quesos artesanales y una selección de dulces italianos adornaban el mantel blanco con bordados dorados. Todo estaba dispuesto con precisión, sin excesos, pero con el refinamiento propio de una anfitriona como Elisabetta Di Vincenzo.

    Ella ya estaba allí, sentada con elegancia en una silla de hierro forjado tapizada en terciopelo gris perla. Llevaba un conjunto cómodo pero cuidadosamente escogido: un pantalón palazzo color marfil, una blusa de seda verde esmeralda que resaltaba sus ojos violeta, y un chal ligero sobre los hombros. Su cabello rubio, suelto y ligeramente ondulado, caía con gracia por su espalda. Ni una joya de más, ni una arruga fuera de lugar.

    Aparentemente tranquila, sostenía una copa de jugo de naranja con una mano, mientras la otra pasaba lentamente las páginas de un libro antiguo de poesía italiana. Pero su mente no estaba en los versos de Petrarca. Su atención estaba puesta en la entrada de la villa, esperando el sonido de los pasos que anunciarían la llegada de su hermano Giovanni... y de ella. Su novia. La mujer que, según Giovanni, había logrado hacerlo feliz de nuevo.

    Elisabetta había sonreído por cortesía cuando recibió la noticia, pero por dentro, las alertas se encendieron de inmediato. ¿Quién era esa mujer? ¿Qué quería realmente? Nadie se acercaba a un Di Vincenzo sin un motivo, y menos aún a Giovanni, que en los últimos años se había convertido en su único verdadero aliado, el único que no la había dejado tras la muerte de su padre.

    Naturalmente, Elisabetta no había esperado una presentación formal para comenzar a conocerla. Su equipo ya había investigado todo: nombre, familia, pasado, fotos antiguas, viajes, ex parejas, movimientos bancarios... Todo. Y aunque hasta ahora nada era "alarmante", el instinto de la Farfalla della Morte nunca se equivocaba.

    El canto lejano de un ruiseñor cesó cuando escuchó el ruido de un motor acercándose por el camino de grava. Cerró el libro con elegancia y lo dejó sobre la mesa, mientras una leve sonrisa, tan bella como inquietante, curvaba sus labios.

    —Finalmente, llegó el momento —susurró, tomando una aceituna entre sus dedos perfectamente cuidados.

    Elisabetta se puso de pie con la gracia de quien domina cada centímetro del terreno que pisa. Con el sol acariciando su silueta, parecía una diosa romana lista para recibir a sus invitados. Pero sus ojos... esos ojos color amatista, brillaban con la intensidad de quien va a juzgar, aunque no lo diga con palabras.

    Aquella mujer iba a conocer a Elisabetta Di Vincenzo.

    Y lo haría con desayuno... y con advertencia velada incluida.

    Yuki Prakliaty
    Gɪᴏᴠᴀɴɴɪ Dɪ Vɪɴᴄᴇɴᴢᴏ
    El sol de la mañana acariciaba suavemente los jardines de la Villa Di Vincenzo, donde el perfume de las bugambilias se mezclaba con el aroma a café recién hecho y pan horneado. Una mesa dispuesta con impecable gusto esperaba bajo la sombra de una pérgola cubierta de glicinas. Frutas frescas, jugos naturales, embutidos finos, quesos artesanales y una selección de dulces italianos adornaban el mantel blanco con bordados dorados. Todo estaba dispuesto con precisión, sin excesos, pero con el refinamiento propio de una anfitriona como Elisabetta Di Vincenzo. Ella ya estaba allí, sentada con elegancia en una silla de hierro forjado tapizada en terciopelo gris perla. Llevaba un conjunto cómodo pero cuidadosamente escogido: un pantalón palazzo color marfil, una blusa de seda verde esmeralda que resaltaba sus ojos violeta, y un chal ligero sobre los hombros. Su cabello rubio, suelto y ligeramente ondulado, caía con gracia por su espalda. Ni una joya de más, ni una arruga fuera de lugar. Aparentemente tranquila, sostenía una copa de jugo de naranja con una mano, mientras la otra pasaba lentamente las páginas de un libro antiguo de poesía italiana. Pero su mente no estaba en los versos de Petrarca. Su atención estaba puesta en la entrada de la villa, esperando el sonido de los pasos que anunciarían la llegada de su hermano Giovanni... y de ella. Su novia. La mujer que, según Giovanni, había logrado hacerlo feliz de nuevo. Elisabetta había sonreído por cortesía cuando recibió la noticia, pero por dentro, las alertas se encendieron de inmediato. ¿Quién era esa mujer? ¿Qué quería realmente? Nadie se acercaba a un Di Vincenzo sin un motivo, y menos aún a Giovanni, que en los últimos años se había convertido en su único verdadero aliado, el único que no la había dejado tras la muerte de su padre. Naturalmente, Elisabetta no había esperado una presentación formal para comenzar a conocerla. Su equipo ya había investigado todo: nombre, familia, pasado, fotos antiguas, viajes, ex parejas, movimientos bancarios... Todo. Y aunque hasta ahora nada era "alarmante", el instinto de la Farfalla della Morte nunca se equivocaba. El canto lejano de un ruiseñor cesó cuando escuchó el ruido de un motor acercándose por el camino de grava. Cerró el libro con elegancia y lo dejó sobre la mesa, mientras una leve sonrisa, tan bella como inquietante, curvaba sus labios. —Finalmente, llegó el momento —susurró, tomando una aceituna entre sus dedos perfectamente cuidados. Elisabetta se puso de pie con la gracia de quien domina cada centímetro del terreno que pisa. Con el sol acariciando su silueta, parecía una diosa romana lista para recibir a sus invitados. Pero sus ojos... esos ojos color amatista, brillaban con la intensidad de quien va a juzgar, aunque no lo diga con palabras. Aquella mujer iba a conocer a Elisabetta Di Vincenzo. Y lo haría con desayuno... y con advertencia velada incluida. [Yuki2104] [Gi0vanni]
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  • 『 DRAUGR: 』

    Fue una noche de verano en el que la luna se aumentaba en el firmamento, las sombras se camuflaban perfectamente por lo que pasaban desapercibidas. En medio de aquel manto nocturno por sobre los.bosques que apartados de las grandes metrópolis aún corrían los rumores que en la antigüedad circulaba n colo si fueran de lo más reciente.

    Una gélido corriente perturbó el.sueño de varias criaturas, las hicieron huir, aquella sombra entre sombras solo se la pasaba jugando como un niño en navidad. Frenético de su diversión. Perturbada la tierra, los árboles y al mismo viento. Y, así mismo a los que ya descansaban en paz, aquellos olvidados por los mismos dioses y los hombres, aquellos que no hallaron la gloria y que vivieron en el olvido gracias a sus repugnantes acciones.

    Al paso de aquella sombra, su sueño eterno fue perturbado para hacerles abrir sus ojos nuevamente, y avanzados en su putrefacción se alzaron con lo poco que tenían para asi comenzar una noche de pesadilla. Les llamaban draugr.

    Rol con: Laila Sallow
    『 DRAUGR: 』 Fue una noche de verano en el que la luna se aumentaba en el firmamento, las sombras se camuflaban perfectamente por lo que pasaban desapercibidas. En medio de aquel manto nocturno por sobre los.bosques que apartados de las grandes metrópolis aún corrían los rumores que en la antigüedad circulaba n colo si fueran de lo más reciente. Una gélido corriente perturbó el.sueño de varias criaturas, las hicieron huir, aquella sombra entre sombras solo se la pasaba jugando como un niño en navidad. Frenético de su diversión. Perturbada la tierra, los árboles y al mismo viento. Y, así mismo a los que ya descansaban en paz, aquellos olvidados por los mismos dioses y los hombres, aquellos que no hallaron la gloria y que vivieron en el olvido gracias a sus repugnantes acciones. Al paso de aquella sombra, su sueño eterno fue perturbado para hacerles abrir sus ojos nuevamente, y avanzados en su putrefacción se alzaron con lo poco que tenían para asi comenzar una noche de pesadilla. Les llamaban draugr. Rol con: [myth_white_kangaroo_553]
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  • • Night of madness
    #libre


    No diría que no estaba cansado luego de su jornada de estudio, pero sus amigos le invitaron a salir y no pudo decir que no. Habían acordado hace aproximadamente una media hora, pero ellos nunca habían llegado. Se aburrió luego de maldecirlos y se puso a jugar un juego de máquina que había cerca del establecimiento porque los muy infelices nunca habían llegado. Debía admitir que era Asher quién se tardaba milenios en llegar a las salidas y los hacía esperar, ahora comenzaba a sospechar sobre el que ellos se estaban vengando de él...

    Entrecerró sus ojos en la pequeña figura de conejo diabólico color blanco con morado que parecía burlarse de él debido a sus anteriores intentos fallidos y nuevamente cuando la garra mecánica la había sujetado, su mano resbaló sobre el control y la garra soltó la figura, quería decir, por octava vez. Asher se frotó el cabello frustrado mientras maldecía y algunas personas le daban miradas juzgándolo.

    — Maldita sea, debería de simplemente romper el maldito cristal.

    Murmuró observando fijamente el cristal que separaba esa figura de su mano, la cual ya la tenía cerrada en un puño. No había ningún inspector cerca, así que si rompía el cristal y tomaba la figura y luego huía, seguramente funcionaría. Además que su fuerza y velocidad era extrema al no ser humano, consideraba seriamente en intentarlo, no era un ser de paciencia.
    • Night of madness #libre No diría que no estaba cansado luego de su jornada de estudio, pero sus amigos le invitaron a salir y no pudo decir que no. Habían acordado hace aproximadamente una media hora, pero ellos nunca habían llegado. Se aburrió luego de maldecirlos y se puso a jugar un juego de máquina que había cerca del establecimiento porque los muy infelices nunca habían llegado. Debía admitir que era Asher quién se tardaba milenios en llegar a las salidas y los hacía esperar, ahora comenzaba a sospechar sobre el que ellos se estaban vengando de él... Entrecerró sus ojos en la pequeña figura de conejo diabólico color blanco con morado que parecía burlarse de él debido a sus anteriores intentos fallidos y nuevamente cuando la garra mecánica la había sujetado, su mano resbaló sobre el control y la garra soltó la figura, quería decir, por octava vez. Asher se frotó el cabello frustrado mientras maldecía y algunas personas le daban miradas juzgándolo. — Maldita sea, debería de simplemente romper el maldito cristal. Murmuró observando fijamente el cristal que separaba esa figura de su mano, la cual ya la tenía cerrada en un puño. No había ningún inspector cerca, así que si rompía el cristal y tomaba la figura y luego huía, seguramente funcionaría. Además que su fuerza y velocidad era extrema al no ser humano, consideraba seriamente en intentarlo, no era un ser de paciencia.
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  • — Interesante, quiere amedrentarme con un circo tan patetico... ya los humanos tienen algo de poder y sienten que pueden hacer cualquier cosa. —

    Suspira un tanto apenado y con lastima mientras mira desde su torre en Avalon.
    — Interesante, quiere amedrentarme con un circo tan patetico... ya los humanos tienen algo de poder y sienten que pueden hacer cualquier cosa. — Suspira un tanto apenado y con lastima mientras mira desde su torre en Avalon.
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  • °La tarde envolvía el parque en una mezcla de luces cálidas y sombras largas. Una farola titilaba suavemente, bañando de ámbar el rostro de una chica que se aferraba a su delgado poste metálico como si fuera su único ancla. Su cuerpo, medio recargado, medio abrazado a la farola, parecía estar ahí desde hacía rato, inmóvil, ajeno al paso del tiempo.

    El mundo seguía su curso a su alrededor. Gente caminaba entre risas y charlas apagadas, los autos zumbaban en la carretera cercana, y las hojas de los árboles susurraban con la brisa templada. Pero ella no los veía. Su mirada estaba fija, perdida en un solo punto del parque: una banca vacía.

    Era una banca como cualquier otra, vieja, con la pintura descascarada y marcas del tiempo, pero para ella era todo menos común. Sus ojos, cargados de algo más profundo que simple nostalgia, se mantenían clavados ahí, como si esperara que en cualquier momento alguien apareciera y tomara asiento. Alguien que tal vez ya no llegaría nunca.

    Entre sus dedos, un cigarro ardía con lentitud. De vez en cuando lo llevaba a sus labios, exhalando una nube de humo que flotaba en espirales perezosas antes de desvanecerse en el aire. Cada calada parecía un intento por calmar algo que no se calmaba.

    Y aún así, no decía nada, no se movía. Solo permanecía ahí, abrazada a la farola, mirando esa banca vacía como si el pasado pudiera volver a ocuparla.°

    –(" Soy tan estúpida..")
    °La tarde envolvía el parque en una mezcla de luces cálidas y sombras largas. Una farola titilaba suavemente, bañando de ámbar el rostro de una chica que se aferraba a su delgado poste metálico como si fuera su único ancla. Su cuerpo, medio recargado, medio abrazado a la farola, parecía estar ahí desde hacía rato, inmóvil, ajeno al paso del tiempo. El mundo seguía su curso a su alrededor. Gente caminaba entre risas y charlas apagadas, los autos zumbaban en la carretera cercana, y las hojas de los árboles susurraban con la brisa templada. Pero ella no los veía. Su mirada estaba fija, perdida en un solo punto del parque: una banca vacía. Era una banca como cualquier otra, vieja, con la pintura descascarada y marcas del tiempo, pero para ella era todo menos común. Sus ojos, cargados de algo más profundo que simple nostalgia, se mantenían clavados ahí, como si esperara que en cualquier momento alguien apareciera y tomara asiento. Alguien que tal vez ya no llegaría nunca. Entre sus dedos, un cigarro ardía con lentitud. De vez en cuando lo llevaba a sus labios, exhalando una nube de humo que flotaba en espirales perezosas antes de desvanecerse en el aire. Cada calada parecía un intento por calmar algo que no se calmaba. Y aún así, no decía nada, no se movía. Solo permanecía ahí, abrazada a la farola, mirando esa banca vacía como si el pasado pudiera volver a ocuparla.° –(" Soy tan estúpida..")
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  • *Atrapados en el tráfico incesante, iban todos estresados y molestos por eso, en el auto de Adam con él al volante, Cal a su lado, y detrás Shinn y Elios.*

    -¡Todo es culpa tuya, Shinn! ¡Perdiste demasiado tiempo recuperándote! ¡Elios y yo estamos retrasados!
    -¡Apenas me dará tiempo de llegar!
    -Siempre que tienes más prisa es cuando todo se atrasa...
    -En verdad lo lamento... Pero creo que podemos recuperar el tiempo perdido si nos apresuramos...

    *Adam choca el volante con la mano para hacer sonar el claxon.*

    -¡Si tan sólo avanzaran más rápido!
    -¡Muévete maldición!

    //La ia a veces hace cosas cómicas, y aunque seas específico siempre hace de las suyas
    *Atrapados en el tráfico incesante, iban todos estresados y molestos por eso, en el auto de Adam con él al volante, Cal a su lado, y detrás Shinn y Elios.* -¡Todo es culpa tuya, Shinn! ¡Perdiste demasiado tiempo recuperándote! ¡Elios y yo estamos retrasados! -¡Apenas me dará tiempo de llegar! -Siempre que tienes más prisa es cuando todo se atrasa... -En verdad lo lamento... Pero creo que podemos recuperar el tiempo perdido si nos apresuramos... *Adam choca el volante con la mano para hacer sonar el claxon.* -¡Si tan sólo avanzaran más rápido! -¡Muévete maldición! //La ia a veces hace cosas cómicas, y aunque seas específico siempre hace de las suyas 😅
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  • A su alrededor, el cielo se extendía en todos los tonos posibles de azul y dorado, salpicado por nubes altas que brillaban con la luz de un sol que no se decidía a esconderse ni a quedarse quieto.

    Las ventanas del vehículo estaban completamente abiertas, dejando que la brisa celestial agitara su cabello naranja. En la radio sonaba una canción alegre, con guitarras pegajosas y un ritmo tan despreocupado como él. Iba tarareando y golpeando el volante al compás, cuando algo cortó su entusiasmo de golpe.

    —¿Pero qué…? —murmuró, frenando lentamente.

    Justo frente a él, en medio de la nada, emergía un poste oxidado, flaco como un fideo, con un semáforo parpadeando perezosamente. Bajo él, una señal completamente ilegible en un idioma que parecía más un dibujo hecho por viento que letras reales. La luz roja titilaba como si se burlara de su impulso de avanzar.

    —¿En serio? —gruñó Jett, quitándose los gogles de la frente mientras observaba a su alrededor. No había autos, no había criaturas, no había civilización… solo cielo y nubes, y aún así…

    Suspiró, cruzando los brazos sobre el volante. —Bah, está bien, está bien. Me detengo.

    Apagó la radio con un gesto dramático y apoyó el codo en la ventanilla, mirando cómo la luz roja seguía brillando con testarudez.

    —La última vez que no seguí las señales de tránsito en estos reinos… —dijo en voz alta, con una sonrisa torcida— solo diré que me alegra tener un auto, en ocasiones los Accelerons se portan muy "estrictos" con las reglas de sus mundos.
    A su alrededor, el cielo se extendía en todos los tonos posibles de azul y dorado, salpicado por nubes altas que brillaban con la luz de un sol que no se decidía a esconderse ni a quedarse quieto. Las ventanas del vehículo estaban completamente abiertas, dejando que la brisa celestial agitara su cabello naranja. En la radio sonaba una canción alegre, con guitarras pegajosas y un ritmo tan despreocupado como él. Iba tarareando y golpeando el volante al compás, cuando algo cortó su entusiasmo de golpe. —¿Pero qué…? —murmuró, frenando lentamente. Justo frente a él, en medio de la nada, emergía un poste oxidado, flaco como un fideo, con un semáforo parpadeando perezosamente. Bajo él, una señal completamente ilegible en un idioma que parecía más un dibujo hecho por viento que letras reales. La luz roja titilaba como si se burlara de su impulso de avanzar. —¿En serio? —gruñó Jett, quitándose los gogles de la frente mientras observaba a su alrededor. No había autos, no había criaturas, no había civilización… solo cielo y nubes, y aún así… Suspiró, cruzando los brazos sobre el volante. —Bah, está bien, está bien. Me detengo. Apagó la radio con un gesto dramático y apoyó el codo en la ventanilla, mirando cómo la luz roja seguía brillando con testarudez. —La última vez que no seguí las señales de tránsito en estos reinos… —dijo en voz alta, con una sonrisa torcida— solo diré que me alegra tener un auto, en ocasiones los Accelerons se portan muy "estrictos" con las reglas de sus mundos.
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  • La ciudad se extendía como un laberinto sin fin, una red interminable de luces, rascacielos y callejones entretejidos con neón. Jett cruzaba en su Deora morada, el motor ronroneando suave mientras avanzaba entre las calles casi desiertas de ese mundo urbano. Todo era ritmo, movimiento, energía... pero al doblar una esquina, algo distinto lo detuvo.

    Allí, en una pequeña explanada bajo un anuncio de ramen que parpadeaba sin ritmo, un grupo de músicos improvisaba. Batería, bajo, teclados, y dos guitarras llenaban el aire con una melodía que parecía flotar en medio del caos. El sonido tenía alma, calle, libertad.

    Jett frenó sin pensarlo. Bajó del auto, se acercó con una sonrisa ancha, los ojos chispeando como si estuviera viendo la línea de meta más entretenida de su vida.

    —Ey… —dijo levantando una ceja mientras señalaba la guitarra de repuesto apoyada en el amplificador—. ¿Les molesta si me uno un rato?

    Uno de los músicos —un tipo con lentes oscuros y una chaqueta llena de parches— le respondió con una risa y un gesto hacia el micrófono.

    —Solo si sabes volar con las cuerdas.

    —Hermano… —sonrió Jett mientras tomaba la guitarra—, nací en la curva de una autopista "Literalmente".

    Afinó rápido, se acercó al micrófono, y con un golpe firme en las cuerdas, la ciudad infinita por unos instantes se llenó de una música que parecía desafiar al tiempo mismo. Como si por un segundo, todos en ese rincón olvidado supieran lo que era correr… pero con el alma.



    https://youtu.be/GMoNZxPIkE0?si=JWzXsEVhUSzddHWz
    La ciudad se extendía como un laberinto sin fin, una red interminable de luces, rascacielos y callejones entretejidos con neón. Jett cruzaba en su Deora morada, el motor ronroneando suave mientras avanzaba entre las calles casi desiertas de ese mundo urbano. Todo era ritmo, movimiento, energía... pero al doblar una esquina, algo distinto lo detuvo. Allí, en una pequeña explanada bajo un anuncio de ramen que parpadeaba sin ritmo, un grupo de músicos improvisaba. Batería, bajo, teclados, y dos guitarras llenaban el aire con una melodía que parecía flotar en medio del caos. El sonido tenía alma, calle, libertad. Jett frenó sin pensarlo. Bajó del auto, se acercó con una sonrisa ancha, los ojos chispeando como si estuviera viendo la línea de meta más entretenida de su vida. —Ey… —dijo levantando una ceja mientras señalaba la guitarra de repuesto apoyada en el amplificador—. ¿Les molesta si me uno un rato? Uno de los músicos —un tipo con lentes oscuros y una chaqueta llena de parches— le respondió con una risa y un gesto hacia el micrófono. —Solo si sabes volar con las cuerdas. —Hermano… —sonrió Jett mientras tomaba la guitarra—, nací en la curva de una autopista "Literalmente". Afinó rápido, se acercó al micrófono, y con un golpe firme en las cuerdas, la ciudad infinita por unos instantes se llenó de una música que parecía desafiar al tiempo mismo. Como si por un segundo, todos en ese rincón olvidado supieran lo que era correr… pero con el alma. https://youtu.be/GMoNZxPIkE0?si=JWzXsEVhUSzddHWz
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  • Between Gods and Men - HalfBlood Camp
    Fandom Jujutsu Kaisen/Percy Jackson.
    Categoría Aventura
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Campamento Mestizo, 12:04 hs
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Cabaña Principal.

    ⠀⠀Bajo la luz que Apolo daba a la humanidad, bajo el techo que los dioses propiciaron a sus hijos de icor más diluida, y frente a quien el encargo de cuidado fue dado. La luz que albergaba el lugar, la divinidad que guardaba cual tesorería sus almas; ahora mismo, su luminiscencia presentaba una mácula, una grieta, una oscuridad mordaz y jovial, que parecía querer acapararlo todo.
    ⠀⠀Desde esos ojos malva con los que enfrentó al centauro milenario, determinado como ningún hombre o bestia... ¡Podría decir que su misión fue un éxito!

    ⠀⠀Volvió a mostrar una reverencia ante el maestro de héroes, mostrándose humilde. ⸻ "Por supuesto, Quirón. No pienso intervenir si no me es pedido, era un mero ofrecimiento, un <pago> si así lo deseas ver."
    ⸻ Podría ser astuto y un gran actor, pero hablaba con la verdad, Tascio no planeaba intervenir en el plan de dioses que no lo conciernen, sus creaciones, por otro lado, poseen el libre albedrío de elegir tomar su ayuda... o no, como lo fue este caso.
    ⠀⠀Tascio estaba consciente de lo que era él, un garabato en un dibujo, la espina clavada en la mano que eres incapaz de ver a simple vista, el sonido del silencio que no debería estar allí. Nada evitaría sus metas, no dejaría que eso suceda.

    ⠀⠀¡Aún así...! Consiguió lo que buscaba, podría quedarse a explorar y entender más la cultura mestiza griega antigua, y quizá sacar leyendas perdidas en tiempos no registrados. Nada podía salir mal...
    ⠀⠀Siguió a su nueva compañera, la hija de Athena, tal y como se lo ordenaron. La diferencia de edad no era mucha, puesto que Tascio apenas estaba en sus veintes, tal vez haría la convivencia más amena.

    ⠀⠀Una vez lejos de la estructura donde residía el centauro, volvió a colocarse su <máscara>, volvió a surgir ese payaso irremediable que no veía vergüenza o arrepentimiento de sus palabras. ¡Hasta le tomó de las manos a la semidiosa, con ojos llorosos! ⸻ "¡Lo logramos, Annabeth!" ⸻ En realidad, estaba seguro que ella estaba más bien irritada por la presión que le hizo pasar...

    ⠀⠀¡Pero no importaba, como mucho se comería un golpe o dos! Lo importante era que tenía días enteros para estudiar la mitología griega desde otra perspectiva.

    αηηαвєтн ¢нαѕє
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Campamento Mestizo, 12:04 hs ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Cabaña Principal. ⠀ ⠀⠀Bajo la luz que Apolo daba a la humanidad, bajo el techo que los dioses propiciaron a sus hijos de icor más diluida, y frente a quien el encargo de cuidado fue dado. La luz que albergaba el lugar, la divinidad que guardaba cual tesorería sus almas; ahora mismo, su luminiscencia presentaba una mácula, una grieta, una oscuridad mordaz y jovial, que parecía querer acapararlo todo. ⠀⠀Desde esos ojos malva con los que enfrentó al centauro milenario, determinado como ningún hombre o bestia... ¡Podría decir que su misión fue un éxito! ⠀⠀Volvió a mostrar una reverencia ante el maestro de héroes, mostrándose humilde. ⸻ "Por supuesto, Quirón. No pienso intervenir si no me es pedido, era un mero ofrecimiento, un <pago> si así lo deseas ver." ⸻ Podría ser astuto y un gran actor, pero hablaba con la verdad, Tascio no planeaba intervenir en el plan de dioses que no lo conciernen, sus creaciones, por otro lado, poseen el libre albedrío de elegir tomar su ayuda... o no, como lo fue este caso. ⠀⠀Tascio estaba consciente de lo que era él, un garabato en un dibujo, la espina clavada en la mano que eres incapaz de ver a simple vista, el sonido del silencio que no debería estar allí. Nada evitaría sus metas, no dejaría que eso suceda. ⠀⠀¡Aún así...! Consiguió lo que buscaba, podría quedarse a explorar y entender más la cultura mestiza griega antigua, y quizá sacar leyendas perdidas en tiempos no registrados. Nada podía salir mal... ⠀⠀Siguió a su nueva compañera, la hija de Athena, tal y como se lo ordenaron. La diferencia de edad no era mucha, puesto que Tascio apenas estaba en sus veintes, tal vez haría la convivencia más amena. ⠀⠀Una vez lejos de la estructura donde residía el centauro, volvió a colocarse su <máscara>, volvió a surgir ese payaso irremediable que no veía vergüenza o arrepentimiento de sus palabras. ¡Hasta le tomó de las manos a la semidiosa, con ojos llorosos! ⸻ "¡Lo logramos, Annabeth!" ⸻ En realidad, estaba seguro que ella estaba más bien irritada por la presión que le hizo pasar... ⠀⠀¡Pero no importaba, como mucho se comería un golpe o dos! Lo importante era que tenía días enteros para estudiar la mitología griega desde otra perspectiva. ⠀ [annabeth_chase]
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