No estaba durmiendo, pero tampoco estaba despierto cuando sintió que se le llenaban los pulmones de humo. Abrió los ojos con cierta alarma, se sentó en la cama e intentó respirar una vez más, pero todo lo que consiguió fue tragar más y más humo. Empezó a toser, intentó mirar a su alrededor, pero no vio más que densa oscuridad...

— ¿Khan...? —Sin voz.

Apoyó una mano en el hombro del balrog, pero se quemó, así que la sacó rápidamente y la sacudió en el aire. Vio que Khan se levantaba de su sitio y salía de la habitación, quiso hacer lo mismo, quiso seguirle, quiso preguntarle qué estaba pasando, qué era lo que andaba mal, quiso calmarlo...

Pero su cuerpo no le respondió, sus piernas no se movieron, sus brazos pesaban más de lo normal, pero sus párpados pesaban mucho más, su cabeza le hizo sentir desorientado, intranquilo, pero sin poder moverse. Lentamente fue perdiendo la consciencia... hasta caer de nuevo sobre la cama... inconsciente.
No estaba durmiendo, pero tampoco estaba despierto cuando sintió que se le llenaban los pulmones de humo. Abrió los ojos con cierta alarma, se sentó en la cama e intentó respirar una vez más, pero todo lo que consiguió fue tragar más y más humo. Empezó a toser, intentó mirar a su alrededor, pero no vio más que densa oscuridad... — ¿Khan...? —Sin voz. Apoyó una mano en el hombro del balrog, pero se quemó, así que la sacó rápidamente y la sacudió en el aire. Vio que Khan se levantaba de su sitio y salía de la habitación, quiso hacer lo mismo, quiso seguirle, quiso preguntarle qué estaba pasando, qué era lo que andaba mal, quiso calmarlo... Pero su cuerpo no le respondió, sus piernas no se movieron, sus brazos pesaban más de lo normal, pero sus párpados pesaban mucho más, su cabeza le hizo sentir desorientado, intranquilo, pero sin poder moverse. Lentamente fue perdiendo la consciencia... hasta caer de nuevo sobre la cama... inconsciente.
┊ ✧ : Dᴇʟ Lɪʙʀᴏ ᴅᴇ Gᴜᴋ﹣Kʜᴀɴ﹐ Ꭲꭺꮇᏼꮻꭱꭼꮪ ꭹ Ꮲꭼꮪꭺꭰꮖꮮꮮꭺꮪ : ✧ ┊

¡Barrum! ¡Barrum! Retumban los tambores. Tambores de guerra.

Las tropas avanzan. Hordas de orcos a la delantera. Hombres del sur, con arcos y flechas, más atrás.

¡Barrum! ¡Barrum!

En la retaguardia, van los Balrogs, unos pocos de ellos bastan para levantar una espesa cortina de humo negro con la que ocultan las fuerzas del señor oscuro de sus enemigos.

¡Barrum! ¡Barrum!

Uno solo basta para espantar a los wargos que los escoltan, junto a sus fieros jinetes. Muchos encuentran su final anticipado bajo las garras de las bestias de fuego, entre las fauces de los Balrogs, como si fueran incapaces de distinguir aliados de enemigos, como si el amo que gobierna su voluntad no existiera, como si la muerte y la destrucción por si mismas fueran el único propósito de su existencia.

¡Barrum! ¡Barrum!

¡BARRUM!

Khan despierta agitado e inquieto por los recuerdos que le atormentan. La guerra, uno de los muchos horrores que le tocó vivir. Exhala densas nubes de humo negro y su cuerpo quema al tacto. No tarda en dejar la cama y a su amante, antes de ahogarle o calcinarle, para ir hasta la azotea donde, contemplando el estéril paisaje de la ciudad, puede darse un momento para recuperar su centro no sin antes maldecir al pequeño alienígena del tamborcito y su enajenado defensor.

#TheBalrog
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