III. En algún (posible) momento del tiempo La punta de la pistola se hallaba humeante, rastro de la bala que había sido disparada.
Jean jadeaba, y su agarre en el arma era tembloroso. Sus ojos se veían turbios, perturbados.
—¡Qué buena puntería! —lo felicitó el hombre con una gran sonrisa, atreviéndose a acercarse y darle una palmada en el hombro, como si lo que hubiera hecho...