Una tormenta eléctrica rugía con fuerza sobre la ciudad de New York, la lluvia martillaba con fuerza contra asfalto, tejados, techos y ventanas. Las nubes oscuras tapaban el sol de pleno día bajo una máscara de atardecer.

Viper estaba a cubierto, sentado en el piso frente al radiador del apartamento de Wolf. No estaba mojado, se teletransportó directamente desde la sala de interrogatorios hasta allí. Pero el calor le ayudaba a recuperar energía.

Estaba agotado, física y emocionalmente. La misión fue un fracaso, perdió a todo su equipo, fue puesto bajo sospecha, acorralado por una organización secreta que intentaba encadenarlo como única salida al desastre que se suponía que era su situación.

Se suponía.
Viper tiene contactos, no sólo podría salir de esta, también podría emprender un intento por recuperar a su equipo. Normalmente, hubiera recurrido a su clan. Pero un impulso le llevó a recurrir a alguien más: Wolf.

Pensándolo bien, mientras el calor acariciaba y animaba sus músculos, no había mucha diferencia entre haber recurrido a su hermano mayor y los recursos de su familia, y a Wolf. Los primeros, su hermano sin miedo alguno ni duda cuando se trataba de apoyarle y la fortuna que su amasaba su clan, hubieran sido suficientes para articular un asalto eficiente. Pero nada de ello se podría comparar a la experiencia de Wolf, también perfectamente capaz de manejar sus miedos.

Wolf ya estuvo atrapado en una dimensión alterna. Ya sabía lidiar con las alteraciones de la realidad que ello significa.

El equipo Bravo no tenía el tiempo que Viper necesitaría para explicarle a su hermano y los suyos acerca de las dimensiones alternas y su funcionamiento.

Un trueno rompió en el cielo y le hizo saltar en su sitio. Viper no le tenía miedo a las tormentas, al contrario, le gustaban. Pero algunos ruidos fuertes causaban vibraciones tan intensas que su fino oído no podía sino hacerle saltar de la impresión.

Luego, sintió el ruido de pasos acercándose a la puerta del departamento...
Una tormenta eléctrica rugía con fuerza sobre la ciudad de New York, la lluvia martillaba con fuerza contra asfalto, tejados, techos y ventanas. Las nubes oscuras tapaban el sol de pleno día bajo una máscara de atardecer. Viper estaba a cubierto, sentado en el piso frente al radiador del apartamento de Wolf. No estaba mojado, se teletransportó directamente desde la sala de interrogatorios hasta allí. Pero el calor le ayudaba a recuperar energía. Estaba agotado, física y emocionalmente. La misión fue un fracaso, perdió a todo su equipo, fue puesto bajo sospecha, acorralado por una organización secreta que intentaba encadenarlo como única salida al desastre que se suponía que era su situación. Se suponía. Viper tiene contactos, no sólo podría salir de esta, también podría emprender un intento por recuperar a su equipo. Normalmente, hubiera recurrido a su clan. Pero un impulso le llevó a recurrir a alguien más: Wolf. Pensándolo bien, mientras el calor acariciaba y animaba sus músculos, no había mucha diferencia entre haber recurrido a su hermano mayor y los recursos de su familia, y a Wolf. Los primeros, su hermano sin miedo alguno ni duda cuando se trataba de apoyarle y la fortuna que su amasaba su clan, hubieran sido suficientes para articular un asalto eficiente. Pero nada de ello se podría comparar a la experiencia de Wolf, también perfectamente capaz de manejar sus miedos. Wolf ya estuvo atrapado en una dimensión alterna. Ya sabía lidiar con las alteraciones de la realidad que ello significa. El equipo Bravo no tenía el tiempo que Viper necesitaría para explicarle a su hermano y los suyos acerca de las dimensiones alternas y su funcionamiento. Un trueno rompió en el cielo y le hizo saltar en su sitio. Viper no le tenía miedo a las tormentas, al contrario, le gustaban. Pero algunos ruidos fuertes causaban vibraciones tan intensas que su fino oído no podía sino hacerle saltar de la impresión. Luego, sintió el ruido de pasos acercándose a la puerta del departamento...
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