Despertó un par de horas antes de lo que acostumbraba, un par de horas después de que el hechicero llegara. Sintió el ligero calor que el delgado cuerpo desnudo del mayor le transmitía y una sonrisa iluminó su rostro incluso antes de abrir los ojos. Al encontrarse con los ajenos cerrados, todo su pecho se llenó de un cálido amor y esa luz que guardaba en su interior se hizo perceptible cubriendo con un tenue fulgor cada parte de su ser.
Acercó el rostro y besó su frente, estrechando suavemente el abrazo que compartían. No tenía la menor idea del motivo por el cual el hechicero había violado la normativa de la academia colándose en su habitación en medio de la noche, pero no podría estar más feliz por poder compartir un momento más con él.
Pronto volvería a dormirse, cobijando y disfrutando de su compañía.
Acercó el rostro y besó su frente, estrechando suavemente el abrazo que compartían. No tenía la menor idea del motivo por el cual el hechicero había violado la normativa de la academia colándose en su habitación en medio de la noche, pero no podría estar más feliz por poder compartir un momento más con él.
Pronto volvería a dormirse, cobijando y disfrutando de su compañía.
Despertó un par de horas antes de lo que acostumbraba, un par de horas después de que el hechicero llegara. Sintió el ligero calor que el delgado cuerpo desnudo del mayor le transmitía y una sonrisa iluminó su rostro incluso antes de abrir los ojos. Al encontrarse con los ajenos cerrados, todo su pecho se llenó de un cálido amor y esa luz que guardaba en su interior se hizo perceptible cubriendo con un tenue fulgor cada parte de su ser.
Acercó el rostro y besó su frente, estrechando suavemente el abrazo que compartían. No tenía la menor idea del motivo por el cual el hechicero había violado la normativa de la academia colándose en su habitación en medio de la noche, pero no podría estar más feliz por poder compartir un momento más con él.
Pronto volvería a dormirse, cobijando y disfrutando de su compañía.
Va un poco pasado de copas, pero no es nada que afecte significativamente su razón. Aunque sí su imagen, especialmente por el olor, así que pasa a su cuarto a ducharse y cambiarse antes de proseguir con su objetivo.
Tiene una obsesión con una idea que le han plantado en la cabeza y un gran peso en el corazón en consecuencia, porque esa idea es oscura y se relaciona nada menos que con la persona más importante para él.
Sin importarle demasiado las reglas, más que para aplicar un tanto de precaución y no evitar ser visto, se dirige a la habitación de Thomas, su amante, y se cuela al interior sin mirar atrás. Tiene muchas ganas, o una gran necesidad más bien de aclarar una importante duda, de preguntarle algo, de indagar...
Pero encuentra las luces apagadas y a su querido dragón dormido plácida y cómodamente en el lecho.
Tolek se congela en su sitio como si quisiera no hacer ruido, pese a que conoce bien lo pesado del sueño ajeno. La sombra que le oscurecía el corazón se transforma rápidamente en una llamita de amor, de cariño, de protección hacia su amado.
— Nunca pensé en ti... —susurra, ya bien consciente de que Thomas no despertará fácilmente—. Te traicioné, sí. Pero... ¿Qué tanto? ¿Cómo te afectó? ¿Dónde estuviste...?
Se va acercando poco a la cama hasta sentarse cuidadosamente en el borde, entonces lleva la mano a acariciar suavemente la mejilla del que duerme.
— ¿Cuáles son tus leyes? Qué tan noble es ese cálido corazón que tienes... —continúa tras una breve pausa—. Me es difícil lidiar con tus sentimientos hacia mí... porque sé que no los merezco. Pero te prometo que daré mi mejor esfuerzo... por ti.
Finaliza con un beso que deja sobre los labios del durmiente, antes de levantarse nuevamente para quitarse una por una las prendas que trae, quedando sólo en interiores, y así pronto después, con algo de dificultad, colarse entre las mantas y los brazos de Thomas.
#ElBrujoCojo
Tiene una obsesión con una idea que le han plantado en la cabeza y un gran peso en el corazón en consecuencia, porque esa idea es oscura y se relaciona nada menos que con la persona más importante para él.
Sin importarle demasiado las reglas, más que para aplicar un tanto de precaución y no evitar ser visto, se dirige a la habitación de Thomas, su amante, y se cuela al interior sin mirar atrás. Tiene muchas ganas, o una gran necesidad más bien de aclarar una importante duda, de preguntarle algo, de indagar...
Pero encuentra las luces apagadas y a su querido dragón dormido plácida y cómodamente en el lecho.
Tolek se congela en su sitio como si quisiera no hacer ruido, pese a que conoce bien lo pesado del sueño ajeno. La sombra que le oscurecía el corazón se transforma rápidamente en una llamita de amor, de cariño, de protección hacia su amado.
— Nunca pensé en ti... —susurra, ya bien consciente de que Thomas no despertará fácilmente—. Te traicioné, sí. Pero... ¿Qué tanto? ¿Cómo te afectó? ¿Dónde estuviste...?
Se va acercando poco a la cama hasta sentarse cuidadosamente en el borde, entonces lleva la mano a acariciar suavemente la mejilla del que duerme.
— ¿Cuáles son tus leyes? Qué tan noble es ese cálido corazón que tienes... —continúa tras una breve pausa—. Me es difícil lidiar con tus sentimientos hacia mí... porque sé que no los merezco. Pero te prometo que daré mi mejor esfuerzo... por ti.
Finaliza con un beso que deja sobre los labios del durmiente, antes de levantarse nuevamente para quitarse una por una las prendas que trae, quedando sólo en interiores, y así pronto después, con algo de dificultad, colarse entre las mantas y los brazos de Thomas.
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