—Ya nos los hacen como antes...
Frente los enormes jardines frontales que conformaban la plazuela principal de Hyperion, el desenlace de otro violento episodio había quedado. Cuerpos de robots desmembrados, rotos, destruidos yacían en un círculo, con el intruso en medio.
La tarea no había sido sencilla, a juzgar por las múltiples heridas que él había recibido, pero probar los límites -y nuevas capacidas- de su nuevo cuerpo era precisamente el motivo por el que decidió llegar sin invitación y causarse a sí mismo ese recibimiento.
Escupió algo de sangre al suelo antes de hablar.
—Sé que estas viendo y escuchando todo. Sal, necesitamos hablar.
Frente los enormes jardines frontales que conformaban la plazuela principal de Hyperion, el desenlace de otro violento episodio había quedado. Cuerpos de robots desmembrados, rotos, destruidos yacían en un círculo, con el intruso en medio.
La tarea no había sido sencilla, a juzgar por las múltiples heridas que él había recibido, pero probar los límites -y nuevas capacidas- de su nuevo cuerpo era precisamente el motivo por el que decidió llegar sin invitación y causarse a sí mismo ese recibimiento.
Escupió algo de sangre al suelo antes de hablar.
—Sé que estas viendo y escuchando todo. Sal, necesitamos hablar.
—Ya nos los hacen como antes...
Frente los enormes jardines frontales que conformaban la plazuela principal de Hyperion, el desenlace de otro violento episodio había quedado. Cuerpos de robots desmembrados, rotos, destruidos yacían en un círculo, con el intruso en medio.
La tarea no había sido sencilla, a juzgar por las múltiples heridas que él había recibido, pero probar los límites -y nuevas capacidas- de su nuevo cuerpo era precisamente el motivo por el que decidió llegar sin invitación y causarse a sí mismo ese recibimiento.
Escupió algo de sangre al suelo antes de hablar.
—Sé que estas viendo y escuchando todo. Sal, necesitamos hablar.

