— Estás jugando con fuego, niña —comenta interpretando esa sonrisa, la insistente mirada, el juego con la carne que ella a continuado dócilmente.
Sí, la pseudo sonrisa sigue allí.
— ¿No temes quemarte las escamas?
Sí, la pseudo sonrisa sigue allí.
— ¿No temes quemarte las escamas?
— Estás jugando con fuego, niña —comenta interpretando esa sonrisa, la insistente mirada, el juego con la carne que ella a continuado dócilmente.
Sí, la pseudo sonrisa sigue allí.
— ¿No temes quemarte las escamas?
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