☀ Segundo día.
Obviamente, ayer habían descubierto que había tirado por la ventana el brócoli que debía comer.
Así que hoy el mayordomo lo vigilaba atentamente, asegurándose de que comiera todo sin rechistar.
Sin embargo, eso era algo que Jean, por supuesto, no haría.
—No puedo comerlo —comenzó, moviendo con el tenedor los trozos de brócoli cubiertos de salsa blanca.
Obviamente, ayer habían descubierto que había tirado por la ventana el brócoli que debía comer.
Así que hoy el mayordomo lo vigilaba atentamente, asegurándose de que comiera todo sin rechistar.
Sin embargo, eso era algo que Jean, por supuesto, no haría.
—No puedo comerlo —comenzó, moviendo con el tenedor los trozos de brócoli cubiertos de salsa blanca.
☀ Segundo día.
Obviamente, ayer habían descubierto que había tirado por la ventana el brócoli que debía comer.
Así que hoy el mayordomo lo vigilaba atentamente, asegurándose de que comiera todo sin rechistar.
Sin embargo, eso era algo que Jean, por supuesto, no haría.
—No puedo comerlo —comenzó, moviendo con el tenedor los trozos de brócoli cubiertos de salsa blanca.