Era una botella vieja, envuelta en papel cartón. No muy grande, no muy pequeña. A saber cuánto tiempo estuvo perdida, olvidada entre tantas otras en la bodega del hotel. A saber porque Étienne, al verla, pensó en Alois y decidió obsequiársela sin siquiera considerar la posibilidad de buscar su valor y hacerla dinero, siendo que estaba quebrado.
Era una botella vieja, envuelta en papel cartón. No muy grande, no muy pequeña. A saber cuánto tiempo estuvo perdida, olvidada entre tantas otras en la bodega del hotel. A saber porque Étienne, al verla, pensó en Alois y decidió obsequiársela sin siquiera considerar la posibilidad de buscar su valor y hacerla dinero, siendo que estaba quebrado.
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