Rol con Fenrir Lokison

Aún era de noche. Ni siquiera clareaba en el exterior: Nueva York siempre estaba despierta, pero en aquel momento hubiera dado todo por despertarse de esa pesadilla. Tras aparecer en el apartamento con VY manteniéndose como una preciosa figura centinela, cojeó hasta el fregadero donde retiró los restos de sangre de las manos. Unos pescadores noruegos le habían ayudado a vendar la herida, a pesar de su gravedad y las constantes alusiones a un hospital, pero, mientras no la forzara el músculo y no sangrara demasiado, iba a dejarlo estar.

— ¡Fenrir!

Se le encogía el corazón solo de pensar en lo que estaba a punto de contarle, sobre todo porque le despertaba de un sueño placentero. Tras pasarse las manos por la cara y recomponerse un poco, empezó a organizar sus prioridades.

— VY, ve a por Scuti. Os necesito a los dos aquí ahora mismo.

Cuando el lobo apareció en la cocina a la vez que lo hicieron ambas panteras, no le dio demasiadas explicaciones. Sacó la pulsera dorada que irradiaba un brillo mágico y la lanzó sobre la encimera para que pudiera verla.