Después de la apasionada noche que habíamos vivido Gaudy y yo, finalmente despertamos juntos en la misma cama. A medida que la luz del amanecer se filtraba por las cortinas, una avalancha de emociones y pensamientos me invadió. No podía evitar sentirme abrumada por la intensidad de lo que habíamos compartido.
Mis sentimientos eran un torbellino de felicidad,...