Una guerra sin cuartel se llevaba entre Camelot y Liones, en donde amabas facciones buscaban aplastar a la otra. Pese a dicha guerra estar oculta a simple vista era intensa, y más que nunca era vital estar pendiente de la seguridad de las puertas de camelot dado a que los caballeros de la profecía buscaban ingresar en el reino eterno. No obstante el rey decidió tomar un pequeño respiro, aunque lo correcto sería llamarlo un espacio de reflexión. Se alejo de todo para poder pensar con claridad, y como lugar predestinado elejió el reino de Camelot, pero no aquella dimensión alterna en donde sedimentaba su actual reino. Si no que se trataba de aquella tierra desolada y baldía que una vez fue un prosomero reino.
Paso a paso la figura del rey se perdía entre las muchas lapidas que se hayaban en el suelo, la mirada del rostro del joven gobernante estaba sumergida en una amargura evidente, la suave brisa del viento golpeaba su rostro. Más su andar no se detuvo esa era la tercera vuelta que daba a las lapidas ¿Cual era el proposito de tal actividad?, sencillamente ser un recordatorio. Su brazo metalico era un recordatorio de lo que su ingenuidad podía provocar, mientras que el encontrarse en ese lugar era un recordatorio de su más grande fracaso y la razón por la que luchaba actualmente. Un recordatorio del porque fracasar no era una opción. En las lapidas había miles y miles de nombres, mujeres, niños y hombres alegres de un corazón puro que su vida se extinguió en la más absoluta misería por culpa de los demonios. Eso no debía volver pasar, la raza humana no seria aplastada de nuevo. El como portador del caos se encargaría de eso.
-Me hubiera gustado que ustedes también pudieran estar en mi reino eterno......
Solto con calma, una confesión que el viento arrastraría. Pero solo le motivaba, no importa contra quien pelee, el ganara.
Whit: [INFINITY]
Una guerra sin cuartel se llevaba entre Camelot y Liones, en donde amabas facciones buscaban aplastar a la otra. Pese a dicha guerra estar oculta a simple vista era intensa, y más que nunca era vital estar pendiente de la seguridad de las puertas de camelot dado a que los caballeros de la profecía buscaban ingresar en el reino eterno. No obstante el rey decidió tomar un pequeño respiro, aunque lo correcto sería llamarlo un espacio de reflexión. Se alejo de todo para poder pensar con claridad, y como lugar predestinado elejió el reino de Camelot, pero no aquella dimensión alterna en donde sedimentaba su actual reino. Si no que se trataba de aquella tierra desolada y baldía que una vez fue un prosomero reino.
Paso a paso la figura del rey se perdía entre las muchas lapidas que se hayaban en el suelo, la mirada del rostro del joven gobernante estaba sumergida en una amargura evidente, la suave brisa del viento golpeaba su rostro. Más su andar no se detuvo esa era la tercera vuelta que daba a las lapidas ¿Cual era el proposito de tal actividad?, sencillamente ser un recordatorio. Su brazo metalico era un recordatorio de lo que su ingenuidad podía provocar, mientras que el encontrarse en ese lugar era un recordatorio de su más grande fracaso y la razón por la que luchaba actualmente. Un recordatorio del porque fracasar no era una opción. En las lapidas había miles y miles de nombres, mujeres, niños y hombres alegres de un corazón puro que su vida se extinguió en la más absoluta misería por culpa de los demonios. Eso no debía volver pasar, la raza humana no seria aplastada de nuevo. El como portador del caos se encargaría de eso.
-Me hubiera gustado que ustedes también pudieran estar en mi reino eterno......
Solto con calma, una confesión que el viento arrastraría. Pero solo le motivaba, no importa contra quien pelee, el ganara.
Whit: [INFINITY]