Poco después de la medianoche, Tolek sale por la puerta principal de su cabaña en el bosque. Camina con pasos lentos y pesados por encima de la no tan gruesa capa de nieve a su alrededor, sin hundirse y apenas sin dejar huellas.
Porque la intensa ventisca que ha estado provocando inconscientemente desde hace ya diez días y que ha sepultado la ciudad bajo más de tres metros de nieve, es sólo una nevada normal en las inmediaciones de su cabaña, una que no supera el medio metro de alto de acumulación. Y por debajo está el lago congelado, una afortunada consecuencia del ataque de cierta demonio, cuya capa de hielo aún es peligrosamente fina.
Tolek se dirige hacia el bosque de pinos que quedaron en la pequeña isla. Esos árboles también fueron víctima de la explosión de frustración de
Empusa Aradia Érebo, pero Thomas les devolvió a su sitio, les curó y les restableció. Con todo, la esencia de la demonio aún se puede sentir en sus alrededores, quizás absorbida por la nieve que les acompañó en ese preciso instante. Es esa esencia la que captura el brujo en una pequeña y delicada bolsa tejida con plumas blancas, una que sería incapaz de contener nada material.
— Pronto sabremos tu verdadero nombre y tu procedencia, Anne. También si eres suficiente como para ser de algún interés para el caos —dice, guardándose la bolsita en el bolsillo, pensando en voz alta.
#ElBrujoCojo Poco después de la medianoche, Tolek sale por la puerta principal de su cabaña en el bosque. Camina con pasos lentos y pesados por encima de la no tan gruesa capa de nieve a su alrededor, sin hundirse y apenas sin dejar huellas.
Porque la intensa ventisca que ha estado provocando inconscientemente desde hace ya diez días y que ha sepultado la ciudad bajo más de tres metros de nieve, es sólo una nevada normal en las inmediaciones de su cabaña, una que no supera el medio metro de alto de acumulación. Y por debajo está el lago congelado, una afortunada consecuencia del ataque de cierta demonio, cuya capa de hielo aún es peligrosamente fina.
Tolek se dirige hacia el bosque de pinos que quedaron en la pequeña isla. Esos árboles también fueron víctima de la explosión de frustración de [Aradia], pero Thomas les devolvió a su sitio, les curó y les restableció. Con todo, la esencia de la demonio aún se puede sentir en sus alrededores, quizás absorbida por la nieve que les acompañó en ese preciso instante. Es esa esencia la que captura el brujo en una pequeña y delicada bolsa tejida con plumas blancas, una que sería incapaz de contener nada material.
— Pronto sabremos tu verdadero nombre y tu procedencia, Anne. También si eres suficiente como para ser de algún interés para el caos —dice, guardándose la bolsita en el bolsillo, pensando en voz alta.
#ElBrujoCojo