Volver a tu casa después de algo que solo te congela más el corazón y borrar eso de tu memoria y hacer como que nunca existió, siento que es lo mejor que pude hacer pero aún tengo trabajo y aún quiero beber hasta perder el conocimiento, wuuuuu

*Con mucho pesar Adam abre los ojos cuando suena la alarma.*


Mmmm... Quiero dormir un poco más...

*Es demasiado temprano, y afuera hace frío porque ha llovido toda la noche. Entonces desactiva las alarmas que puso justo para obligarse a levantarse, y decide volver a dormir. Aunque antes de hacerlo piensa brevemente en las chicas guapas que posiblemente pueda ver durante el día... Y con una sonrisa se duerme otra vez.*

Honestamente ando nerviosa, ya quiero volver a verla y pasar la noche con ella

Quiero ir despacio pero también debo pensar cómo pedirle ser su novia.

Pensé que nadie más me llamaría la atención tan rápido y ya me tiene pensando que haría lo que me pida

Que me llame princesa si aún ser su novia

Buenos días mundo, necesito diez minutos, café, y probablemente una carga de emergencia

Albina si se sabe la de chambear

Frente a ella, un conjunto de lencería que había pedido específicamente: brasier de encaje negro transparente, y una braguita a juego, también transparente.
A Mía le gustaban los detalles… y Leah recordaba cada uno.

Junto a la lencería, colocó una nota escrita a mano en una caligrafía sorprendentemente elegante:

“Para que siempre me recuerdes cuando lo lleves, espero me dejes vértelo pronto

—L.”

Leah cerró la caja con cuidado, la envolvió con una cinta de raso oscuro y besó el borde antes de apartarla. No era el tipo de mujer que hacía regalos. Pero Mía no era el tipo de mujer que se olvidaba.
Con eso lo envió a su casa y siguió con el trabajo.

Veamos que me depara el día de hoy. Hola, Mundo.