• Ya volví a tocar el violín de nuevo me siento muy emocionado y feliz
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  • Vine a comprar una bici me gustan todos los colores, pero creo que llevara la celeste que fue mi favorito
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  • Todo es muy tierno y lindo me creerían si les digo que me quiero llevar toda la tienda para mi niña
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  • Hacer esto me destreza mucho me siento muy a gusto lo hare hasta que me canse y me sienta bien

    -Siguió patinando disfrutando del momento-
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  • El estiramiento diario no está de más
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  • -Escena de rol con Kazuo -

    "Entre la desesperación y el bosque"

    Por supuesto que no podía transcurrir ni una semana tranquila en su vida, no con la cantidad de problemas que ocasionaba el trabajo y las adicciones de su pobre madre. Aún así solía lidiar con estas cosas como mejor podía y más o menos lo llevaba bajo control. Dentro de lo posible.

    Ya habían pasado un par de horas desde que salió del trabajo y al llegar a casa tomó una ducha, se aseguró de que sus plantas estuvieran bien, a las cuales mimaba y les hablaba con ternura, y finalmente decidió relajarse leyendo. Parecía un día tranquilo hasta que llegó un mensaje de su progenitora. ¿Otra vez estaría corta de dinero? ¿Quizá se pasó consumiendo y estaba en el hospital?
    ...
    "AYUDA"

    Un mensaje conciso y directo, no hizo falta más para que Ren saliera corriendo de su casa con lo puesto, ni siquiera se puso los zapatos, pues un mensaje así significaba que algo jodido estaba pasando. Ya se podía hacer a la idea.

    Corrió desesperado, por suerte la casa de su madre quedaba a escasos 10 minutos andando ya que, aunque no quería vivir con ella por obvias razones, no podía alejarse demasiado por si acaso.
    Llegó al edificio, subió aquellas escaleras exteriores para dar con el pasillo de puertas de entrada a las casas y vio que, la de su madre, estaba entreabierta. Se escuchó un grito.
    No dudó ni un segundo en entrar y se encontró a su madre golpeada, con la ropa desgarrada y un hombre fuera de control intentando asfixiarla en el suelo. Sin pensarlo dos veces se abalanzó a golpearlo con todas sus fuerzas.

    -¡Déjala, hijo de puta!- Gritó mientras se aferraba al cuello ajeno desde la espalda de este para apartarlo.

    Ese sujeto estaba claramente drogado, además que quedó rastro de varias jeringuillas vacías esparcidas por el suelo. ¿Por qué mierdas su madre aceptaba este tipo de clientes?
    Ese hombre, grande y corpulento, opuso mucha resistencia, logró zafarse del agarre de Ren y empezó a golpearlo. Mientras la madre gritaba y lloraba agazapada en una esquina de aquel pequeño y sucio lugar.

    Los vecinos no hacían nada, sabían de sobras que se trataba de un barrio conflictivo y no se iban a meter en problemas ajenos.

    -¡Maldita puta! ¡¿A quién coño has llamado para que te salve el culo?! ¡¿EH?!- Cada vez que el sujeto buscaba volver a arremeter contra la mujer, tras zafarse del chico, Ren arremetía de nuevo.

    Por desgracia la pelea no iba bien, le dio un buen golpe en la cabeza al muchacho, contra el borde de una mesa de madera, que lo dejó noqueado unos segundos. Aprovechó ese momento para coger un enorme y viejo jarrón que pensaba usar para golpear la cabeza de la madre del chico.

    -No... N-No... Ngh...- Reunió fuerzas y la adrenalina y el pánico hicieron el resto del trabajo. -¡No la toques!- Desplegó sus garras y se lanzó a rajarle la garganta al hombre.

    La sangre salpicó por todos lados en lo que ese tipejo empezaba a caer al suelo mientras moría desangrado rápidamente.
    Ren respiraba agitado, las manos y las piernas le temblaban. Mierda... ¿Qué había hecho? Su madre estaba en estado de shock, aunque tal vez lo olvidaría todo al día siguiente a causa de las drogas.

    -Yo me... Me haré cargo de esto. Mierda no... No se cómo pero lo haré. Solo esperemos un poco, ¿vale?- Estaba confuso, en estado de pánico.

    Acababa de matar a alguien, nunca había llegado a tanto, nunca se salieron tanto de control estas situaciones.

    Dejó pasar algunas horas y la única solución que vio fue meter el cuerpo en un gran saco, hacer uso de todas sus fuerzas posibles e intentar remolcarlo hasta el inicio de bosque más cercano. Por suerte al ser de noche, un barrio de drogadictos y estar bastante cerca el destino, no supuso un problema.
    Ya allí excavó duramente con sus propias manos en el terreno, llorando e hiperventilando por la desesperación. ¿Ahora era un criminal? No pensaba ir a prisión por matar a ese desgraciado. No podía permitirlo... Toda su vida se arruinaría. ¿Y qué sería de su madre sin él?

    Finalmente pudo enterrar el cuerpo, aún dentro de la bolsa y se dispuso a dar media vuelta.
    Le temblaban mucho las piernas y las manos, la visión parecía algo borrosa quizá aún por el shock del momento. Estaba todo lleno de sangre, los pies descalzos, sucios y con alguna herida. El rostro y el cuerpo cubiertos de moretones, un poco de sangre propia y mucho de la ajena. Todo un espectáculo si alguien le viera.

    Empezó a andar y andar pero... ¿Por qué no encontraba la salida? Juraría que volvió por el mismo camino.

    -¿Dónde estoy? No me digas que ahora me he perdido... Esto es fantástico.- Estaba agotado física y mentalmente, solo le faltaba eso para colmar el vaso.
    -Escena de rol con [8KazuoAihara8] - "Entre la desesperación y el bosque" Por supuesto que no podía transcurrir ni una semana tranquila en su vida, no con la cantidad de problemas que ocasionaba el trabajo y las adicciones de su pobre madre. Aún así solía lidiar con estas cosas como mejor podía y más o menos lo llevaba bajo control. Dentro de lo posible. Ya habían pasado un par de horas desde que salió del trabajo y al llegar a casa tomó una ducha, se aseguró de que sus plantas estuvieran bien, a las cuales mimaba y les hablaba con ternura, y finalmente decidió relajarse leyendo. Parecía un día tranquilo hasta que llegó un mensaje de su progenitora. ¿Otra vez estaría corta de dinero? ¿Quizá se pasó consumiendo y estaba en el hospital? ... "AYUDA" Un mensaje conciso y directo, no hizo falta más para que Ren saliera corriendo de su casa con lo puesto, ni siquiera se puso los zapatos, pues un mensaje así significaba que algo jodido estaba pasando. Ya se podía hacer a la idea. Corrió desesperado, por suerte la casa de su madre quedaba a escasos 10 minutos andando ya que, aunque no quería vivir con ella por obvias razones, no podía alejarse demasiado por si acaso. Llegó al edificio, subió aquellas escaleras exteriores para dar con el pasillo de puertas de entrada a las casas y vio que, la de su madre, estaba entreabierta. Se escuchó un grito. No dudó ni un segundo en entrar y se encontró a su madre golpeada, con la ropa desgarrada y un hombre fuera de control intentando asfixiarla en el suelo. Sin pensarlo dos veces se abalanzó a golpearlo con todas sus fuerzas. -¡Déjala, hijo de puta!- Gritó mientras se aferraba al cuello ajeno desde la espalda de este para apartarlo. Ese sujeto estaba claramente drogado, además que quedó rastro de varias jeringuillas vacías esparcidas por el suelo. ¿Por qué mierdas su madre aceptaba este tipo de clientes? Ese hombre, grande y corpulento, opuso mucha resistencia, logró zafarse del agarre de Ren y empezó a golpearlo. Mientras la madre gritaba y lloraba agazapada en una esquina de aquel pequeño y sucio lugar. Los vecinos no hacían nada, sabían de sobras que se trataba de un barrio conflictivo y no se iban a meter en problemas ajenos. -¡Maldita puta! ¡¿A quién coño has llamado para que te salve el culo?! ¡¿EH?!- Cada vez que el sujeto buscaba volver a arremeter contra la mujer, tras zafarse del chico, Ren arremetía de nuevo. Por desgracia la pelea no iba bien, le dio un buen golpe en la cabeza al muchacho, contra el borde de una mesa de madera, que lo dejó noqueado unos segundos. Aprovechó ese momento para coger un enorme y viejo jarrón que pensaba usar para golpear la cabeza de la madre del chico. -No... N-No... Ngh...- Reunió fuerzas y la adrenalina y el pánico hicieron el resto del trabajo. -¡No la toques!- Desplegó sus garras y se lanzó a rajarle la garganta al hombre. La sangre salpicó por todos lados en lo que ese tipejo empezaba a caer al suelo mientras moría desangrado rápidamente. Ren respiraba agitado, las manos y las piernas le temblaban. Mierda... ¿Qué había hecho? Su madre estaba en estado de shock, aunque tal vez lo olvidaría todo al día siguiente a causa de las drogas. -Yo me... Me haré cargo de esto. Mierda no... No se cómo pero lo haré. Solo esperemos un poco, ¿vale?- Estaba confuso, en estado de pánico. Acababa de matar a alguien, nunca había llegado a tanto, nunca se salieron tanto de control estas situaciones. Dejó pasar algunas horas y la única solución que vio fue meter el cuerpo en un gran saco, hacer uso de todas sus fuerzas posibles e intentar remolcarlo hasta el inicio de bosque más cercano. Por suerte al ser de noche, un barrio de drogadictos y estar bastante cerca el destino, no supuso un problema. Ya allí excavó duramente con sus propias manos en el terreno, llorando e hiperventilando por la desesperación. ¿Ahora era un criminal? No pensaba ir a prisión por matar a ese desgraciado. No podía permitirlo... Toda su vida se arruinaría. ¿Y qué sería de su madre sin él? Finalmente pudo enterrar el cuerpo, aún dentro de la bolsa y se dispuso a dar media vuelta. Le temblaban mucho las piernas y las manos, la visión parecía algo borrosa quizá aún por el shock del momento. Estaba todo lleno de sangre, los pies descalzos, sucios y con alguna herida. El rostro y el cuerpo cubiertos de moretones, un poco de sangre propia y mucho de la ajena. Todo un espectáculo si alguien le viera. Empezó a andar y andar pero... ¿Por qué no encontraba la salida? Juraría que volvió por el mismo camino. -¿Dónde estoy? No me digas que ahora me he perdido... Esto es fantástico.- Estaba agotado física y mentalmente, solo le faltaba eso para colmar el vaso.
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  • «¡Buenas Noches!, somos la familia Wurz, nuestro pequeño cumple años hoy y necesitamos a alguien que le prepare una fiesta sorpresa, la direccion es calle main 324, ¡Y no te olvides de llevar un gorrito de cumpleaños!»

    —Lo que faltaba..

    —Biker tomo su casco y sus cuchillos, se subio a su moto y se dirigio al lugar acordado—


    —Una vez alli, parecia ser una fiesta escandalosa en un almacen viejo, al entrar vio como alguien ya habia llegado antes que el, el lugar estaba lleno de casquillos de balas, cadaveres de miembros de la mafia rusa y un sin fin de agujeros de bala en las paredes, al fondo de todo habia un hombre un poco gordo con mascara de serpiente—

    —???: ¿¡Y TU QUIEN CARAJOS ERES?!

    —¡ESTE ES MI ENCARGO PANZ0N!

    —???: ¡Nah'ah, yo recibi una llamada diciendo que tenia que venir aqui y cumplir con esta estupidez!

    —Biker ya furioso se acerco a paso acelerado y tomo al hombre de la camisa mientras lo sacudia—

    —¡Eres un gordo mentiroso, deberia destriparte a ti aqui y ahora!


    —El otro hombre puso un arma en la entrepierna de biker, el cual al ver el arma lo solo y se alejo—


    —Eres hombre muerto...la proxima vez que te vea en mis trabajos te abrire y te sacare los intestinos como a un pescado

    ???: ¡Te estoy dejando ir con tu "amigo" entero, muestra algo de respeto
    —📞 «¡Buenas Noches!, somos la familia Wurz, nuestro pequeño cumple años hoy y necesitamos a alguien que le prepare una fiesta sorpresa, la direccion es calle main 324, ¡Y no te olvides de llevar un gorrito de cumpleaños!» —Lo que faltaba.. —Biker tomo su casco y sus cuchillos, se subio a su moto y se dirigio al lugar acordado— —Una vez alli, parecia ser una fiesta escandalosa en un almacen viejo, al entrar vio como alguien ya habia llegado antes que el, el lugar estaba lleno de casquillos de balas, cadaveres de miembros de la mafia rusa y un sin fin de agujeros de bala en las paredes, al fondo de todo habia un hombre un poco gordo con mascara de serpiente— —???: ¿¡Y TU QUIEN CARAJOS ERES?! —¡ESTE ES MI ENCARGO PANZ0N! —???: ¡Nah'ah, yo recibi una llamada diciendo que tenia que venir aqui y cumplir con esta estupidez! —Biker ya furioso se acerco a paso acelerado y tomo al hombre de la camisa mientras lo sacudia— —¡Eres un gordo mentiroso, deberia destriparte a ti aqui y ahora! —El otro hombre puso un arma en la entrepierna de biker, el cual al ver el arma lo solo y se alejo— —Eres hombre muerto...la proxima vez que te vea en mis trabajos te abrire y te sacare los intestinos como a un pescado ???: ¡Te estoy dejando ir con tu "amigo" entero, muestra algo de respeto
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  • Bueno ahora toca trabajar mas duro aun para conseguir una granja propia.

    Nadie tocará a Dylan, mucho menos si él no quiere que lo toquen...
    Bueno ahora toca trabajar mas duro aun para conseguir una granja propia. Nadie tocará a Dylan, mucho menos si él no quiere que lo toquen...
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  • A la hora de calmar mi sed podría buscar cualquier opción, el problema viene a la hora de calmar mi alma y mi mente,tendría que ser alguien con una mente tan inteligente, obsesiva, impulsiva, impredecible y caótica, que fuera capaz de distorsionar la mía, hasta tal punto de que los dos nos sintiésemos felices en un eterno caos de emociones….
    A la hora de calmar mi sed podría buscar cualquier opción, el problema viene a la hora de calmar mi alma y mi mente,tendría que ser alguien con una mente tan inteligente, obsesiva, impulsiva, impredecible y caótica, que fuera capaz de distorsionar la mía, hasta tal punto de que los dos nos sintiésemos felices en un eterno caos de emociones….
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  • //La ficha ya ha sido modificada, para quien quiera ir a verla. Ahora toca presentar al niño.

    Ren era un muchacho de apariencia algo andrógina, por ello alguna vez le llegaron a confundir con mujer. Nada más lejos de la realidad, su cuerpo al desnudo era atlético y claramente masculino, aunque desde luego no tan grande y trabajado como el de muchos otros hombres. De cabello largo, en ocasiones recogido, castaño, de suaves ondas naturales que en ocasiones alisaba. Piel nívea y suave, sin ninguna imperfección... Bueno, quitando esas pecas que a él le acomplejaban tanto. ¿Uno de los aspectos más llamativos? Sus ojos, naturales con heterocromía siendo el derecho verde y el izquierdo azul.

    Siempre desprendía un sutil pero dulce aroma que excusaba con su trabajo. Florista. Amaba las plantas, las flores, desde su tierna infancia. Soñando con dedicarse a ellas, estudiarlas, comprenderlas. Después de años de duros esfuerzos, trabajo y penurias consiguió terminar sus estudios y dedicarse a su pasión. Ya solo quedaba perseguir el último paso de dicho sueño: abrir su propia floristería.

    A ojos ajenos podía parecer que su vida era ordinaria, nada más allá de la vida de un muchacho de su edad. Más quisiera él. Pues por mucho que amase las flores, su vida nunca fue un camino de rosas, ni había previsión a serlo. Ya empezaba con el hecho de guardar un gran secreto... Era un hombre lobo. Y no contento solo con eso, de rango/género omega. No se sentía avergonzado por ello, ni mucho menos, pero era cierto que añadía dificultades a su vida, como si no tuviera ya suficientes.

    ---

    Salió de su turno en la floristería. Las 18:00pm. Un mensaje llegó a su teléfono y era obvio de quién se trataría: su madre. Para cualquiera sería normal y grato recibir noticias de sus progenitores pero Ren sabía bien que no buscaba saludarle o saber cómo le fue el día.
    "Hola, cariño. Sabes que no me gusta molestarte, pero mamá necesita ayuda, ¿sí? ¿Podrías prestarme un poco más de dinero? Te quiero mucho."

    ¿Ya se había pulido todo lo que le dio del mes? Las deudas en lugar de disminuir, parecían aumentar cada día más, estaba bastante agotado, pero... No podía decirle que no. ¿Qué clase de hijo sería si dejase a su madre desamparada? Al menos esta vez el mensaje era por falta de dinero y no para irla a buscar a un callejón o al hospital.

    Necesitaba despejarse y la mejor forma de hacerlo para él: una copa.
    //La ficha ya ha sido modificada, para quien quiera ir a verla. Ahora toca presentar al niño. Ren era un muchacho de apariencia algo andrógina, por ello alguna vez le llegaron a confundir con mujer. Nada más lejos de la realidad, su cuerpo al desnudo era atlético y claramente masculino, aunque desde luego no tan grande y trabajado como el de muchos otros hombres. De cabello largo, en ocasiones recogido, castaño, de suaves ondas naturales que en ocasiones alisaba. Piel nívea y suave, sin ninguna imperfección... Bueno, quitando esas pecas que a él le acomplejaban tanto. ¿Uno de los aspectos más llamativos? Sus ojos, naturales con heterocromía siendo el derecho verde y el izquierdo azul. Siempre desprendía un sutil pero dulce aroma que excusaba con su trabajo. Florista. Amaba las plantas, las flores, desde su tierna infancia. Soñando con dedicarse a ellas, estudiarlas, comprenderlas. Después de años de duros esfuerzos, trabajo y penurias consiguió terminar sus estudios y dedicarse a su pasión. Ya solo quedaba perseguir el último paso de dicho sueño: abrir su propia floristería. A ojos ajenos podía parecer que su vida era ordinaria, nada más allá de la vida de un muchacho de su edad. Más quisiera él. Pues por mucho que amase las flores, su vida nunca fue un camino de rosas, ni había previsión a serlo. Ya empezaba con el hecho de guardar un gran secreto... Era un hombre lobo. Y no contento solo con eso, de rango/género omega. No se sentía avergonzado por ello, ni mucho menos, pero era cierto que añadía dificultades a su vida, como si no tuviera ya suficientes. --- Salió de su turno en la floristería. Las 18:00pm. Un mensaje llegó a su teléfono y era obvio de quién se trataría: su madre. Para cualquiera sería normal y grato recibir noticias de sus progenitores pero Ren sabía bien que no buscaba saludarle o saber cómo le fue el día. "Hola, cariño. Sabes que no me gusta molestarte, pero mamá necesita ayuda, ¿sí? ¿Podrías prestarme un poco más de dinero? Te quiero mucho." ¿Ya se había pulido todo lo que le dio del mes? Las deudas en lugar de disminuir, parecían aumentar cada día más, estaba bastante agotado, pero... No podía decirle que no. ¿Qué clase de hijo sería si dejase a su madre desamparada? Al menos esta vez el mensaje era por falta de dinero y no para irla a buscar a un callejón o al hospital. Necesitaba despejarse y la mejor forma de hacerlo para él: una copa.
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