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- EDDIE MUNSONNombre: Edward “Eddie” Munson Edad: 20–21 Universo: Stranger Things Líder del Hellfire Club / músico / marginado carismáticoEddie es un tornado creativo con corazón gigante. Vive en su propio mundo, mezcla metal, fantasía y sarcasmo como si fueron parte de la vida diaria. Todos lo ven como un “bicho raro”, pero él convierte...0 comentarios 1 compartido
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- ¿Crees que estaría haciendo esto si no me lo hubieran pedido? No me gusta atacar ratitas como tú que no pueden levantar un arma con una sola mano... Pero, así es la vida ¿No? No me guardes rencor, si quieres... Puedo decirte quien te mandó a matar para que luego lo busques en el infierno.
— Se encontraba sobre su víctima, inmovilizandol@ por completo, le daba un poco de pena que ni siquiera hubiera intentado defenderse, pero allí estaba... ¿Qué podía hacer? ¿Perdonarle la vida y rechazar el trabajo? Genuinamente se lo había pensado por un momento, quizá por eso tardaba en dar el golpe final. —¿Crees que estaría haciendo esto si no me lo hubieran pedido? No me gusta atacar ratitas como tú que no pueden levantar un arma con una sola mano... Pero, así es la vida ¿No? No me guardes rencor, si quieres... Puedo decirte quien te mandó a matar para que luego lo busques en el infierno. — Se encontraba sobre su víctima, inmovilizandol@ por completo, le daba un poco de pena que ni siquiera hubiera intentado defenderse, pero allí estaba... ¿Qué podía hacer? ¿Perdonarle la vida y rechazar el trabajo? Genuinamente se lo había pensado por un momento, quizá por eso tardaba en dar el golpe final. —0 turnos 0 maullidos
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- Espero que me hayas despertado por una MUY buena razón.Espero que me hayas despertado por una MUY buena razón.0 turnos 0 maullidos
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- Había sido un buen día. Tan tranquilo, tan rutinario… casi demasiado. Al regresar a casa, todo parecía normal; las luces de las ventanas, los perros ladrando a lo lejos, el suave rumor del viento.
Sin embargo, entonces llegó >ese< estruendo.
Un sonido desgarrador, metálico, como si el mundo se partiera en dos:
neumáticos chillando, un motor rugiendo con furia, y luego un impacto tan brutal que hizo vibrar los cimientos de todas las casas de la calle.
Las luces parpadearon… y murieron.
Los vecinos salieron alarmados, envueltos en sombras, sus linternas temblando en manos que parecían demasiado frágiles.
Toby no.
Toby apenas se asomó por la ventana y, al sentir ese escalofrío recorriéndole la columna, retrocedió de inmediato. Cerró la puerta. Puso los cerrojos. Todos. Uno por uno, hasta escuchar el último clic que siempre le daba un poco de calma.
Buscó la esquina más oscura de su habitación, abrazándose a sí mismo mientras la casa, ahora sumida en un silencio antinatural, parecía respirar con él.
Afuera, las voces rompían la quietud.
Discusiones apresuradas.
Alguien llorando.
Otra persona gritando: :¡que llamen a una ambulancia !" Y “¡hay demasiada sangre!”.
Pero entre esas voces normales… había otra.
Un susurro húmedo, arrastrado, que no sonaba humano.
Que no venía de ningún frente de la casa.
Que venía… de arriba, como si caminara por el techo.
Toby cerró los ojos. No quería escuchar. No quería recordar. No quería ver.
Porque él ya sabía lo que significaba ese frío helado que empezaba a condensarse en sus paredes.
Ya lo había vivido antes. Y lo había negado.
La persona que murió allá afuera no se había quedado en el pavimento.
Había entrado.
Y ahora, con un tono quebrado, una voz llena de dientes y huesos rotos, intentaba comunicarse con él.
¿Por qué demonios él podía verlos?
¿No era suficiente con su PTSD?
¿Tenía que cargar también con los muertos… y con lo que quedaba de ellos?
Un golpe seco retumbó en el pasillo.
Otro.
Y luego arrastraron algo…
O alguien.
—oye tu… —susurró la voz, desde la puerta misma—... Ayúdame…—
Él apretó los brazos contra sus piernas, intentando hacerse lo más pequeño posible, temblando, respirando apenas.
El aire se volvió pesado, como si una presencia enorme se inclinara hacia él.
—… ya te vi…—
¡Ahí viene!
Hazte bolita, Toby.
No respires.
No tiembles.
Con suerte…
Con suerte desaparecerá.
Pero esta noche, algo le dice que no piensa irse tan fácilmente.Había sido un buen día. Tan tranquilo, tan rutinario… casi demasiado. Al regresar a casa, todo parecía normal; las luces de las ventanas, los perros ladrando a lo lejos, el suave rumor del viento. Sin embargo, entonces llegó >ese< estruendo. Un sonido desgarrador, metálico, como si el mundo se partiera en dos: neumáticos chillando, un motor rugiendo con furia, y luego un impacto tan brutal que hizo vibrar los cimientos de todas las casas de la calle. Las luces parpadearon… y murieron. Los vecinos salieron alarmados, envueltos en sombras, sus linternas temblando en manos que parecían demasiado frágiles. Toby no. Toby apenas se asomó por la ventana y, al sentir ese escalofrío recorriéndole la columna, retrocedió de inmediato. Cerró la puerta. Puso los cerrojos. Todos. Uno por uno, hasta escuchar el último clic que siempre le daba un poco de calma. Buscó la esquina más oscura de su habitación, abrazándose a sí mismo mientras la casa, ahora sumida en un silencio antinatural, parecía respirar con él. Afuera, las voces rompían la quietud. Discusiones apresuradas. Alguien llorando. Otra persona gritando: :¡que llamen a una ambulancia !" Y “¡hay demasiada sangre!”. Pero entre esas voces normales… había otra. Un susurro húmedo, arrastrado, que no sonaba humano. Que no venía de ningún frente de la casa. Que venía… de arriba, como si caminara por el techo. Toby cerró los ojos. No quería escuchar. No quería recordar. No quería ver. Porque él ya sabía lo que significaba ese frío helado que empezaba a condensarse en sus paredes. Ya lo había vivido antes. Y lo había negado. La persona que murió allá afuera no se había quedado en el pavimento. Había entrado. Y ahora, con un tono quebrado, una voz llena de dientes y huesos rotos, intentaba comunicarse con él. ¿Por qué demonios él podía verlos? ¿No era suficiente con su PTSD? ¿Tenía que cargar también con los muertos… y con lo que quedaba de ellos? Un golpe seco retumbó en el pasillo. Otro. Y luego arrastraron algo… O alguien. —oye tu… —susurró la voz, desde la puerta misma—... Ayúdame…— Él apretó los brazos contra sus piernas, intentando hacerse lo más pequeño posible, temblando, respirando apenas. El aire se volvió pesado, como si una presencia enorme se inclinara hacia él. —… ya te vi…— ¡Ahí viene! Hazte bolita, Toby. No respires. No tiembles. Con suerte… Con suerte desaparecerá. Pero esta noche, algo le dice que no piensa irse tan fácilmente.0 turnos 0 maullidos
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- —Una vez empezada la metamorfosis, su cuerpo comenzo a cambiar de manera drastica—
—Carajo, soy un calco exacto de mi padre...
—La pigmentación de su piel de ahora en adelante seria de esa tonalidad blanca, mismo sucederia con su cabello y ojos, pronto sus alas duplicarian su tamaño y su estatura aumentaria un poco——Una vez empezada la metamorfosis, su cuerpo comenzo a cambiar de manera drastica— —Carajo, soy un calco exacto de mi padre... —La pigmentación de su piel de ahora en adelante seria de esa tonalidad blanca, mismo sucederia con su cabello y ojos, pronto sus alas duplicarian su tamaño y su estatura aumentaria un poco—0 turnos 0 maullidos3
- No me da miedo morir por defender a otros , es algo que estoy dispuesta a ser .No me da miedo morir por defender a otros , es algo que estoy dispuesta a ser .0 turnos 0 maullidos
- Haré interesante este basurero con olor a mierdaHaré interesante este basurero con olor a mierda 🚬6 turnos 0 maullidos
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- ¡Oh, Fliqpy ha despertado y nos va a matar a puros golpes!... ¡Nutty hay que huir!.¡Oh, Fliqpy ha despertado y nos va a matar a puros golpes!... ¡Nutty hay que huir!.0 turnos 0 maullidos1
- —Se tapa el rostro con una mano—
No tiene remedio...—Se tapa el rostro con una mano— No tiene remedio...6 turnos 0 maullidos1
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