—Te rogué irnos, escapar de la muerte. "Solo un cargamento más", dijiste, y yo como tonto enamorado acepté. Con la fé ciega en ti y con las manos atadas a tu corazón no pude huir. Me destrozaste, verte en ese camastro, inmóvil, frío, tan frio que el hielo se veía caliente al lado tuyo. Toqué tu mejilla, la acaricié, rogándote, entre llantos y lloriqueos caprichosos que no te fueras, que te quedaras conmigo.
Pero no hiciste caso, y tu alma lentamente escapó por tu boca, y tú, volaste para nunca más regresar. El dolor de tu pérdida me persigue desde aquella fría mañana. Al despertar, esa sensación de extrañeza me ataca. "¿Dónde estoy?", me pregunto entre confusión, tristeza y dolor. ¿Cuánto más tardaré en darme cuenta que te has ido, amor mío? ¿Cuánto tardaré en aceptar que, aunque sigas aquí conmigo tú no estás? ¿Cuántas veces tendré que llorar frente a tu tumba, apuntar un arma hacia mí, cortar mis muñecas, morir lentamente aunque parezca que no puedo hacerlo? Tal vez y sea hasta envejecer, donde por fin, mi alma con la tuya de abrazarán, para lograr lo que nosotros no pudimos; amarnos.
—Te rogué irnos, escapar de la muerte. "Solo un cargamento más", dijiste, y yo como tonto enamorado acepté. Con la fé ciega en ti y con las manos atadas a tu corazón no pude huir. Me destrozaste, verte en ese camastro, inmóvil, frío, tan frio que el hielo se veía caliente al lado tuyo. Toqué tu mejilla, la acaricié, rogándote, entre llantos y lloriqueos caprichosos que no te fueras, que te quedaras conmigo.
Pero no hiciste caso, y tu alma lentamente escapó por tu boca, y tú, volaste para nunca más regresar. El dolor de tu pérdida me persigue desde aquella fría mañana. Al despertar, esa sensación de extrañeza me ataca. "¿Dónde estoy?", me pregunto entre confusión, tristeza y dolor. ¿Cuánto más tardaré en darme cuenta que te has ido, amor mío? ¿Cuánto tardaré en aceptar que, aunque sigas aquí conmigo tú no estás? ¿Cuántas veces tendré que llorar frente a tu tumba, apuntar un arma hacia mí, cortar mis muñecas, morir lentamente aunque parezca que no puedo hacerlo? Tal vez y sea hasta envejecer, donde por fin, mi alma con la tuya de abrazarán, para lograr lo que nosotros no pudimos; amarnos.