• — Buenos días ~ ¿Dormiste bien? Perdón por meterme en tu cama, es que está más fresquita ... —
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  • "Esperanza, ayuda y compasión para todos".
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  • - en el profundo bosque se encontraba la leona reina pensando -
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  • Una gota es arte, droga, veneno. El eco rojo de siglos de vida, de un poder ancestral, de la noche y el hedonismo.

    Una sola gota entre los labios, mínima, imperceptible, basta para encender los nervios con fuego de otro mundo.

    El pulso se acelera como tambor de caza.
    Los sentidos se abren, como flores al tacto de la luna.
    Los colores arden.
    La música acaricia el alma con dedos de terciopelo.
    Y el roce de otra piel se vuelve anhelo.

    La mente se eleva, lucidez febril en el entendimiento, pero el cuerpo se relaja, flota trasladado a un sueño donde el deseo y la realidad se enredan en un baile lento y sensual.

    En el alma, algo se enreda suavemente.
    Las barreras caen como hojas secas, pero las raíces se extienden.
    Afloran confesiones y una sed distinta nace.

    A veces, entre suspiros y miradas perdidas, aparecen visiones, fragmentos de vidas ajenas, memorias que no se han vivido… aún.

    Todo depende del corazón que bebe.

    Pero todo tiene un precio y el elixir que corre por las venas del vampiro no está exento.

    Una resonancia queda, como una cuerda que vibra en lo profundo. Un hilo invisible, una conexión que, al verse de nuevo, temblará.

    Por eso se ofrece con cuidado.
    Y no se acepta sin consecuencias.
    Una gota es arte, droga, veneno. El eco rojo de siglos de vida, de un poder ancestral, de la noche y el hedonismo. Una sola gota entre los labios, mínima, imperceptible, basta para encender los nervios con fuego de otro mundo. El pulso se acelera como tambor de caza. Los sentidos se abren, como flores al tacto de la luna. Los colores arden. La música acaricia el alma con dedos de terciopelo. Y el roce de otra piel se vuelve anhelo. La mente se eleva, lucidez febril en el entendimiento, pero el cuerpo se relaja, flota trasladado a un sueño donde el deseo y la realidad se enredan en un baile lento y sensual. En el alma, algo se enreda suavemente. Las barreras caen como hojas secas, pero las raíces se extienden. Afloran confesiones y una sed distinta nace. A veces, entre suspiros y miradas perdidas, aparecen visiones, fragmentos de vidas ajenas, memorias que no se han vivido… aún. Todo depende del corazón que bebe. Pero todo tiene un precio y el elixir que corre por las venas del vampiro no está exento. Una resonancia queda, como una cuerda que vibra en lo profundo. Un hilo invisible, una conexión que, al verse de nuevo, temblará. Por eso se ofrece con cuidado. Y no se acepta sin consecuencias.
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  • Prosigo tecleando en el ordenador de mi despacho, cuando de golpe sin llamar ni que le diera tiempo a mi secretaria de avisarme.
    Irrumpe de malas maneras el capullo de Jack Gilbert, detrás veo a mi secretaria disculpándose con la mirada.

    au Akihiko Sanada
    Prosigo tecleando en el ordenador de mi despacho, cuando de golpe sin llamar ni que le diera tiempo a mi secretaria de avisarme. Irrumpe de malas maneras el capullo de Jack Gilbert, detrás veo a mi secretaria disculpándose con la mirada. au [Sanada_Thcx]
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  • Siempre me siento poderoso cuando le robo la ropa a Kymsu ❞ de su armario
    Siempre me siento poderoso cuando le robo la ropa a [Kymsuwu] de su armario
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  • Estoy pensando en lo que me susurrabas anoche...
    Estoy pensando en lo que me susurrabas anoche...
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  • ¿Cómo te va a molestar que beba de tu botella si te estás tragando mi saliva en cada beso que nos damos?
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  • Similia Similibus Percipiuntur
    Fandom OC
    Categoría Otros
             ────────────────────┐
             𝗰𝗼𝗻: Anya Tarasova
           └────────────────────

    El aire olía a sal, metal viejo, y gasolina derramada, mezclado con la notable humedad del puerto nocturno. El cigarrillo a medio consumir entre sus dedos anillados, ardiendo con un brillo tenue cada vez que inhalaba. De pie junto a una de las columnas del almacén, con su figura apenas delineada por el reflejo a contraluz, barría lentamente la zona con la mirada calculada, sin perder detalle.

    Las cajas iban y venían, los muchachos hablaban entre ellos, otro par anotaba stock… como de costumbre. No veía la hora de que operativo acabase rápido, así podría volver a su hotel. Escaneó la escena una vez más antes de acomodar su abrigo. Casi diría que no había nada fuera de lo normal, de no ser por una cara en particular que le llamaba la atención. Entre todas que le resultaban conocidas, era la primera vez que veía la de ella.

    Su olfato le dijo que algo olía raro. Más allá de la lejana peste a alga marina, eran sus movimientos controlados, de precisión quirúrgica, su postura limpia, y esa energía... particular. Supo que lo semejante reconoce lo semejante, y se dedicó a continuar con su turno, observando en silencio. Aún no sabía qué conclusiones sacar.

    Fue recién mientras estaban realizando el conteo final de la mercancía que decidió acercarse. Exhaló con parsimonia, dejando una estela de humo detrás.
    —Primera vez que te veo por aquí —murmuró, su tono plano, sin filo ni cortesía, simplemente una afirmación.

    Sus ojos, oscuros como obsidiana, se posaron fijos en ella, manteniendo una mirada que la estudiaba con tranquilidad. No era su intención darse a entender como amenaza. Retiró su caja medio vacía de cigarrillos fuera del bolsillo interior de su abrigo, extendiéndola en dirección de la dama sin romper el contacto visual.

    —¿Fumas?

    La palabra quedó suspendida en el aire denso del almacén mientras aguardaba pacientemente. Era una invitación a tener una charla casual mientras terminaba el operativo, claro que sí. Pero también era una excusa para consentir su curiosidad.
             ────────────────────┐          𝗰𝗼𝗻: [flare_amethyst_wolf_903]        └──────────────────── El aire olía a sal, metal viejo, y gasolina derramada, mezclado con la notable humedad del puerto nocturno. El cigarrillo a medio consumir entre sus dedos anillados, ardiendo con un brillo tenue cada vez que inhalaba. De pie junto a una de las columnas del almacén, con su figura apenas delineada por el reflejo a contraluz, barría lentamente la zona con la mirada calculada, sin perder detalle. Las cajas iban y venían, los muchachos hablaban entre ellos, otro par anotaba stock… como de costumbre. No veía la hora de que operativo acabase rápido, así podría volver a su hotel. Escaneó la escena una vez más antes de acomodar su abrigo. Casi diría que no había nada fuera de lo normal, de no ser por una cara en particular que le llamaba la atención. Entre todas que le resultaban conocidas, era la primera vez que veía la de ella. Su olfato le dijo que algo olía raro. Más allá de la lejana peste a alga marina, eran sus movimientos controlados, de precisión quirúrgica, su postura limpia, y esa energía... particular. Supo que lo semejante reconoce lo semejante, y se dedicó a continuar con su turno, observando en silencio. Aún no sabía qué conclusiones sacar. Fue recién mientras estaban realizando el conteo final de la mercancía que decidió acercarse. Exhaló con parsimonia, dejando una estela de humo detrás. —Primera vez que te veo por aquí —murmuró, su tono plano, sin filo ni cortesía, simplemente una afirmación. Sus ojos, oscuros como obsidiana, se posaron fijos en ella, manteniendo una mirada que la estudiaba con tranquilidad. No era su intención darse a entender como amenaza. Retiró su caja medio vacía de cigarrillos fuera del bolsillo interior de su abrigo, extendiéndola en dirección de la dama sin romper el contacto visual. —¿Fumas? La palabra quedó suspendida en el aire denso del almacén mientras aguardaba pacientemente. Era una invitación a tener una charla casual mientras terminaba el operativo, claro que sí. Pero también era una excusa para consentir su curiosidad.
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  • POR FIN TENGO A MIS NIÑAS

    #3D
    POR FIN TENGO A MIS NIÑAS #3D
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