- FICROL
-
- ROLEPLAY
-
-
-
-
- EXPLORAR
-
-
-
-
-
24 años.
Bailarina de ballet, a veces se autoexige demasiado para no decepcionar a otros.
ι ωιѕн ι ωαѕ αѕ вяανє αѕ му ℓαѕт ηαмє ѕυggєѕтѕ
Bailarina de ballet, a veces se autoexige demasiado para no decepcionar a otros.
ι ωιѕн ι ωαѕ αѕ вяανє αѕ му ℓαѕт ηαмє ѕυggєѕтѕ
- Tipo de personaje
2D
- -El estudio llevaba horas acompañándola, testigo mudo de cada intento fallido, de cada giro incompleto, de cada caída que no debía haber sucedido. El aire olía a esfuerzo, a sudor y a madera caliente. El suelo ya conocía de memoria sus pasos, sus errores, su rabia contenida.
Ella bailaba, una y otra vez, como si el mundo dependiera de que esa secuencia saliera perfecta. Y no salía. No como debía. No como lo exigía su mente. Cada pequeño fallo era una espina más clavada en su orgullo.
El espejo la devolvía con dureza. Sin compasión. Mostrándole no solo lo que hacía, sino lo que todavía no era. Y eso dolía más que el cansancio.
Finalmente, sin una palabra, se dejó caer al suelo. Las piernas tensas, los músculos temblando, el tutú desordenado sobre sus muslos. Respiraba con dificultad, pero en silencio. Como si hacer ruido fuera un lujo que no se permitía.
No lloró. No hacía falta. Su mirada perdida y los hombros caídos ya lo decían todo. No era solo agotamiento físico. Era la herida silenciosa de quien se exige demasiado… y todavía cree que no es suficiente.--El estudio llevaba horas acompañándola, testigo mudo de cada intento fallido, de cada giro incompleto, de cada caída que no debía haber sucedido. El aire olía a esfuerzo, a sudor y a madera caliente. El suelo ya conocía de memoria sus pasos, sus errores, su rabia contenida. Ella bailaba, una y otra vez, como si el mundo dependiera de que esa secuencia saliera perfecta. Y no salía. No como debía. No como lo exigía su mente. Cada pequeño fallo era una espina más clavada en su orgullo. El espejo la devolvía con dureza. Sin compasión. Mostrándole no solo lo que hacía, sino lo que todavía no era. Y eso dolía más que el cansancio. Finalmente, sin una palabra, se dejó caer al suelo. Las piernas tensas, los músculos temblando, el tutú desordenado sobre sus muslos. Respiraba con dificultad, pero en silencio. Como si hacer ruido fuera un lujo que no se permitía. No lloró. No hacía falta. Su mirada perdida y los hombros caídos ya lo decían todo. No era solo agotamiento físico. Era la herida silenciosa de quien se exige demasiado… y todavía cree que no es suficiente.-¡Inicia sesión para reaccionar, comentar y compartir! -
-
Ver más…
© 2025 FicRol