#AutoRol 

 

De nuevo, había vuelto a tener esa extraña sensación, la de encontrarse, entre el borde de un sueño y una pesadilla. Una pesadilla en ocasiones cambiante y real, en la que podía verse a sí misma, tumbada en el suelo de un bosque de hojas rojas, que caían de los árboles, cubriendo su cuerpo y rostro, casi por completo. Para posteriormente, abrir los ojos, visiblemente desorientada, mientras miraba el cielo sorprendida, durante unos segundos e incorporarse bruscamente, observando, sus propios brazos, viendo que en la mano derecha, portaba un papel arrugado, el cual no alcanzó a comprender. Tras eso, miró a su alrededor, para observar, que habían hojas amontonadas, en la misma posición, a unos metros de donde ella se encontraba.

Ignorando todo aquello, solo un pensamiento cruzó su mente, y era el de marcharse de ese bosque cuanto antes. Un pensamiento que fue interrumpido, por la presencia de unas cinco o seis personas, ataviadas con túnicas y máscaras, las cuales parecían estar haciendo algún ritual. Aquello, provocó que la joven tuviera  

que ocultarse nuevamente entre las hojas que la cubrían, hacía tan solo escasos minutos, sin a penas éxito pues fue, descubierta por uno de los enmascarados, que pronto ordenó su persecución y captura. Aquello, la hizo huir lejos de sus perseguidores, aunque a causa del miedo acabó cayendo al suelo, para después levantarse y huir sin mirar atrás, llegando al centro del bosque.Parecía, que había corrido kilómetros, pues esos enmascarados ya no la perseguían, así que decidió seguir adelante, por aquel inmenso y desértico, bosque.Encontrándose más adelante, con Anthony, uno de sus amigos, dentro de las instalaciones de Accedia. Parecía estar en la misma+situación que ella hacía unos minutos, así que sin pensarlo, intentó despertarle, con éxito, abrazándole posteriormente. Sin darse cuenta, de que todavía portaba aquel papel en la mano, al igual que su compañero. Pero la espera de saber de qué se trataba, había terminado, pues ambos descubrieron, que tras esos trozos de papel, se hallaba el símbolo de Accedia, la farmacéutica que los había mantenido prisioneros, desde hacía mucho tiempo. Al ver aquello, no salieron de su asombro, pero ni siquiera, les quedaba tiempo para pensar en algo. Tan solo en sus mentes, se formó la idea de llegar hasta el final del asunto y descubrir que estaba sucediendo.Sin más dilación, continuaron caminando, hasta que en mitad del bosque y bien oculta, encontraron una llave, que podría conducirles, hasta lo que buscaban. Pero en mitad de ese descubrimiento, fueron asaltados nuevamente, por aquellos encapuchados, los cuales llevaban persiguiendo a la joven, desde que despertó de aquella inconsciencia. Tras un largo forcejeo, ambos fueron separados, ella fue llevada junto a los demás, mientras que Anthony, quedó desmayado en mitad del bosque, despertando horas después. Al hacerlo, se encontró con una especie de sótano, que al parecer, estaba abandonado. Sin dudarlo, bajó las escaleras, intuía que su compañera estaría en ese lugar. Tras bajar, justo en la primera planta (Ese lugar, extrañamente parecía tener más niveles hacia el suelo) pudo encontrarla, en apariencia parecía estar bien, aunque toda su ropa, había cambiado. Vistiendo ahora, una túnica negra y una máscara, igual a la de sus captores. El joven, se acercó a ella con cautela, quitándole la máscara, para después abrazarla. Y acto seguido, continuar avanzando por el lugar, hasta que llegaron al último nivel de aquél sótano, llegando, hasta la puerta que contenía el símbolo de Accedia, al igual que la llave. Anthony, cogió la llave e intentó abrir la puerta, viendo que habían llegado al lugar correcto. Y sin más dilación, entró, no iba a arriesgarse, a que algo pudiera llegar a sucederle a ella, por lo que, él prefirió asumir los riesgos. Encontrándose con una sala completamente blanca, y con el que parecía ser, el "jefe" de aquella gente, que los había estado persiguiendo, para que no descubrieran la verdad. Al acercarse, a él, simplemente alzó la mano y le quitó la máscara, encontrándose de frente, con su hermano gemelo, mientras sus ojos cambiaban a un color azulado. Posiblemente, producto del Aequs. Al llegar al final de todo ese asunto, Andrea despertó, en el laboratorio nuevamente. Parecía, que todo había sido producto de una extraña pesadilla, posiblemente, producida por el Aequs, que le inyectaban día a día. Con sus ojos, completamente azules, observó la habitación donde se hallaba, preguntándose, el motivo, por el que había recreado todo ese sueño tan real, y si el único fin, de Accedia, era, el de jugar con la mente de ella y sus amigos, a su antojo, manipulándolos, para convertirlos en marionetas, que tan solo obedecerían sus órdenes.